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Actualidad informativa
12 de junio de 2017
12 de junio de 2017
Sociedad
El 'síndrome del profesor quemado'
Estrés y ansiedad entre los
docentes
Más de la mitad del profesorado vive con tensión los conflictos y no puede
desarrollar su tarea con normalidad
La fotografía subida de tono del profesor J. R. B. estuvo circulando por grupos de
WhatsApp y redes sociales durante varios días hasta que llegó a empapelar las paredes
del instituto donde el protagonista daba clase. Nunca se supo quién fue responsable de
colgarla, pero gran parte del alumnado e incluso algunos padres ya incorporados a las
nuevas tecnologías contribuyeron a su difusión. La situación en los siguientes meses
en el instituto madrileño fue tan insostenible que J. R. B. fue dado de baja y después se
procedió a su traslado.
Según el Defensor del Profesor, Jesús Niño, los casos de 'ciberacoso' han aumentado un
10% en el último curso y son los más numerosos, junto a las faltas de respeto y los
problemas de conducta en las aulas. El insulto, la amenaza y la intimidación cuentan
además con la pantalla del ordenador, la tableta o el teléfono móvil como sofisticado
estilete ofensivo.
El coordinador nacional de este servicio creado por el sindicato ANPE (Asociación
Nacional de Profesionales de la Enseñanza) en 2005 recuerda, por ejemplo, los 'e-
mails' en tono amenazador del padre de un alumno a un compañero que pidió la ayuda
del organismo por vía telefónica: «He recibido una respuesta incluso peor que la
anterior. En 20 años de profesión nunca me había pasado nada parecido. (...) ¿Puedo
llevar los correos a la Policía?».
«Las Tecnologías de la Información y la Comunicación son las herramientas que se han
utilizado, en ciertas situaciones, para generar el resto de problemas. En un 19% de los
sucesos atendidos se señalaban las redes sociales como herramienta de acoso y
agresión», indica Niño.
Lo que antes se circunscribía al ámbito educativo y se situaba en un espacio y tiempo
determinados se extiende a cualquier lugar y momento del día. «Ahora el docente
puede estar fuera de su horario lectivo, lejos de su lugar de trabajo y, sin embargo,
continuar siendo víctima de vejaciones», asevera Niño.
Aunque esta tipología aumenta en Educación Primaria, es especialmente significativa
en la ESO y, en ocasiones, se hace difícil el control del uso de la tecnología en las aulas.
Sin duda, opina el Defensor del Profesor, la figura del docente ha perdido autoridad.
«Conviene recordar el cambio social en relación con el papel de la escuela, que ha
pasado de ser un lugar de aprendizaje respetado a un espacio donde se manifiestan
insatisfacciones y controversias. Ambos aspectos producen en el profesorado un
notable desgaste, contribuyendo a la aparición de ciertas alteraciones emocionales,
como la ansiedad o la depresión».
Más de la mitad del profesorado vive con tensión los conflictos y prácticamente un
tercio no puede desarrollar su tarea con normalidad, recoge ANPE en su último
informe.
Datos y cifras aparte y al margen de la intensidad y gravedad de las agresiones, Jesús
Niño califica el hecho de que estos acontecimientos se estén produciendo como
«grave». Elevados picos de ansiedad y estrés, un sentimiento de baja realización
personal, agotamiento emocional, trato distante con los alumnos y descenso del
estado de ánimo son algunas de las señales del 'profesor quemado', indica David
Lanzas, psicólogo de Álava Reyes.
«Siempre que haya violencia, habrá que denunciarlo a los responsables del centro para
que se tomen las medidas oportunas. Quizá necesitemos aprender estrategias para
manejar las problemáticas por las que estamos pasando. Tanto para disponer de ellas
como para efectuar una buena evaluación de las alternativas y un análisis de
consecuencias ajustado, sería bueno acudir a terapia».
En otro centro se ha abierto expediente a un alumno de 4º de la ESO que ha colgado un
vídeo en internet ridiculizando a dos docentes. Mientras se decide el castigo, pasan los
días y estas profesoras deben lidiar con el alumno sin que el muchacho haya visto las
consecuencias de su conducta. «No se debe entrar a dialogar en el momento de ira o
pico de violencia, ya que en este momento la emoción está disparada y no atendemos a
razones; además, el alumno puede ponerse a la defensiva y aumentar la violencia».
12 de junio de 2017
Economía
Trabajar al estilo japonés
Los modelos productivos y de organización del empleo en el país
asiático se diseminan por el mundo con notables resultados
Los japoneses llaman muda al desperdicio, a todo lo superfluo o innecesario. Y
eliminar el muda es uno de los pilares de una manera de trabajar que nació en la
industria nipona tras la Segunda Guerra Mundial y que en pocas décadas
convirtió a una nación devastada en una potencia tecnológica e industrial de
primer orden. Hoy las contribuciones del sistema de producción Toyota “justo a
tiempo” (just in time), de la filosofía Kaizen de mejora continua, de la
metodología de calidad “5S” o del pensamiento esbelto (lean thinking) son
abrazadas por empresas y profesionales de múltiples sectores de actividad,
llevando el milagro japonés a todos los rincones del planeta.
El ingeniero Taiichi Ohno fue quien en los años 50 creó el Sistema de
Producción Toyota (TPS). Ohno concebía el proceso productivo como un flujo
continuo en el que se estandarizaban tareas, se racionalizaban gastos y se
minimizaban inventarios y stocks. Pero también supuso un profundo cambio en
la relación de los empleados con su puesto de trabajo. Toyota llama Jidoka a un
sistema de producción automatizada con un toque humano en el que cada
trabajador adquiere plena responsabilidad sobre la calidad de su trabajo. Hasta el
punto de que “puede y debe parar toda la fabricación si encuentra un elemento
defectuoso”, señala Enrique Centeno, director general de Relaciones Públicas y
Asuntos Corporativos de Toyota España. Este ‘empoderamiento’, continúa
Centeno, “tiene una gran repercusión en la calidad de nuestros productos, pero
también en la motivación del empleado”.
Evolución del concepto
Kaizen significa literalmente “mejora (kai) continua (zen)”. El concepto fue
desarrollado en los años 80 por el consultor de gestión Masaki Imai, siguiendo la
estela Toyota. Para Ana María Goy Yamamoto, profesora de Economía y
Gestión Empresarial de Japón de la Universidad Autónoma de Madrid, Kaizen es
más que un modelo de gestión integral de la empresa; es toda una filosofía.
“Representa una actitud y un compromiso del trabajador con su trabajo, sus
compañeros, sus clientes y su empresa. Implica mantener la disciplina y las
rutinas de chequeos para no fallar, detectar errores fácil y rápidamente y tomar
las decisiones más adecuadas con prontitud”, resume. Un trabajador Kaizen
resulta fácilmente reconocible porque mantiene su zona de trabajo “limpia,
ordenada, sin accesorios innecesarios ni piezas que puedan resultar dañadas o
provocar accidentes”, añade. Se trata de una revolución sutil que no provoca el
cambio por medio de alardes tecnológicos ni grandes despliegues de recursos,
“sino con pequeñas conquistas que se van sumando hasta alcanzar una evolución
apreciable hacia algo mejor”, continua la docente.
EL CAMINO DE LA CONTINUA MEJORA
El método de las ‘5-S’ fue desarrollado en Toyota en los años 50. Es un modelo de gestión
que persigue la mejora continua a través de cinco pasos que se implementan de forma
paulatina.
Seiri (clasificación): Separar todo lo innecesario y eliminarlo.
Seiton (orden): Poner en orden los elementos esenciales, de manera que se tenga
fácil acceso a los mismos.
Seiso (limpieza): Limpiarlo todo, desde herramientas a lugares de trabajo,
erradicando fuentes de suciedad.
Seiketsu (estandarización): Establecer normas y procedimientos, rutinas y
verificación.
Shitsuke (disciplina): Constancia en la aplicación de los cuatro puntos anteriores
para constituir un proceso de mejora continua.
Su influencia en todo el mundo ha sido enorme, trascendiendo el ámbito
industrial. Comercio, servicios, sanidad, administraciones públicas… “Todas las
empresas tienen procesos y tienen personas. Y Kaizen consiste en hacer que las
personas de la organización mejoren los procesos, de forma continua y eficaz”,
sintetiza Borja Iglesias, director de Operaciones en España del Kaizen Institute,
una multinacional que provee servicios de consultoría y formación a empresas e
instituciones en más de 35 países. ¿Puede haber organizaciones en las que este
método no pueda aplicarse? “Eso sería como decir que hay sectores en los que no
se puede mejorar, no se producen errores o no se generan desperdicios”,
sentencia Iglesias.
En cuanto a si los principios de Kaizen funcionan con igual efectividad en fuera
de Japón, Borja Iglesias admite que se precisa realizar ajustes, pero cree en la
universalidad del modelo. “A todas las personas les gusta ser escuchadas, sentirse
valorados, formar parte de un equipo, tener autonomía para poder cambiar cosas,
mejorar… En ese sentido, no encuentro grandes diferencias entre un japonés y un
occidental”.
Otros expertos son más cautelosos sobre la exportabilidad de estos métodos. Ana
Moreno Romero, profesora del departamento de Ingeniería de Organización de la
Universidad Politécnica de Madrid, recuerda que el factor humano no puede ser
ignorado. “La cultura japonesa está muy orientada al grupo y a lo común. Este
tipo de procesos que implican mucho a los trabajadores de base es muy natural
para ellos porque sienten mucho más la corporación. En España pesa más la
individualidad y hay que hacer muchos esfuerzos de implicación y
sensibilización de los trabajadores”.
Críticas al sistema
Algunos expertos apuntan que el modelo japonés es excesivamente rígido y que
deja escaso margen a la creatividad individual. La profesora Goy Yamamoto
piensa que es una cuestión de mentalidad. “Sin incurrir en tópicos, en España nos
gusta mucho esperar al final, apurar los tiempos, improvisar o incluso jactarnos
de ser creativos con el ingenio. En Japón, en cambio, se planifica mucho, quizás
en exceso. Se estiman diferentes escenarios con sus posibles soluciones y esa
información tiene que estar no sólo disponible, sino que ha sido consensuada o
incluso ensayada”.
Dice un malvado chiste empresarial que la principal diferencia entre un
profesional japonés y uno español es que mientras que el japonés dirá: “si alguien
puede hacerlo, entonces yo también puedo hacerlo”, el razonamiento del español
será: “si alguien puede hacerlo, que lo haga él”. Según, Luis Colmenero, coach y
autor de la marca Coachingümer, en España abunda la formación sobre los
métodos de trabajo japoneses. “Lo que, en cambio, no ha calado tanto son los
valores que llevan aparejados. Y eso es tanto como tener un mapa pero no llegar
nunca a pisar el territorio. Mientras sigamos pensando que ‘algo’ siempre es solo
responsabilidad de ‘otro’, y esperemos que siempre ‘alguien’ se encargue de
cualquier cosa que nosotros también podamos hacer, no estaremos preparados
para trabajar a la japonesa”.
La oficina me mata
Al hablar de riesgos laborales jamás se piensa en quienes
pasan ocho horas diarias tras la pantalla de un ordenador
Sin embargo, hay muchos síndromes y patologías asociadas al trabajo de oficina que se minimizan o ni siquiera se reconocen como enfermedad laboral.
No se te va a derrumbar el techo encima como puede ocurrir en una mina, ni te
vas a caer de un andamio como en la construcción, pero el trabajo de oficina no
está exento de riesgos y de enfermedades laborales aunque con frecuencia no son
reconocidas como tales. Y es que no siempre es fácil demostrar que ese fuerte
dolor en las cervicales se debe a una postura inadecuada en el trabajo o que la
visión ha empeorado por culpa del ordenador.
A juicio de Juan Francisco Richarte, responsable de Salud Laboral de UGT de
Alicante, «el trabajo de oficina está subestimado en relación a los riesgos laborales
que acarrea. Hay sectores como el metalúrgico o el de la construcción con muchos
accidentes, y parece que lo de la oficina sean tonterías, pero ni mucho menos».
También el responsable de Salud Laboral de CC OO en Alicante, Javier Pérez,
cree que no se deben minimizar los problemas que genera el trabajo en oficinas y
despachos pero que con frecuencia se consideran enfermedades o trastornos
comunes y no se reconoce su relación con la vida laboral.
Los expertos en prevención de riegos laborales señalan que además de riesgos
genéricos como caídas, choques o contusiones por tropiezos, pequeños cortes o
pequeñas descargas eléctricas, el trabajo en oficina engloba tres tipos de riesgos
específicos: los ergonómicos que se deben a posturas inadecuadas del trabajador
o a una mala colocación de la mesa, la silla y el ordenador. Un segundo tipo de
riesgos son los ambientales, debidos a una mala iluminación, ventilación y
climatización de la oficina, y en tercer lugar se encuentran los riesgos
psicosociales relacionados con el tipo de tarea, la organización en el trabajo y las
relaciones con jefes, compañeros y subalternos.
Desde el punto de vista físico, los riesgos laborales de la oficina derivan de un
trabajo prolongado sin cambiar de postura, casi exclusivamente sedentario, que
provoca daños posturales. Tal como ha señalado Juan Francisco Richarte, «la OIT
(Organización Internacional del Trabajo) recomienda que no se esté ante la
pantalla del ordenador más del 50% del tiempo de la jornada laboral. Se supone
que el otro 50% del tiempo se debería utilizar para otro tipo de tareas como
archivo, pero esto es sistemáticamente incumplido».
La legislación marca con claridad cómo debe ser la silla, la mesa, el ratón, la altura
del ordenador, la luz y la postura del trabajador, así como la necesidad de que se
tomen pequeños descansos cada poco tiempo, pero no siempre se cumple, por lo
que en este sector son frecuentes los dolores y lesiones musculoesqueléticos en
los hombros, cuello y espalda, así como los trastornos circulatorios en las piernas.
También están aumentando los casos de síndrome del túnel carpiano, una
compresión de los nervios de la muñeca derivada del uso constante del teclado y
el ratón del ordenador. «Se pensaba que esto solo afectaba a trabajadores de
almacenes de fruta o a cajeros, pero también afecta al trabajo de oficina», indica
Richarte.
El uso constante de la pantalla del ordenador genera problemas en la vista aunque
no se suele reconocer como enfermedad laboral según denuncian los sindicatos.
En cualquier caso, los especialistas consideran que la mayoría de personas que
utilizan pantallas más de cuatro horas al día tienen problemas en la vista como
fatiga visual, visión borrosa, doble visión, tensión ocular, escozor, dolor de cabeza
y empeoramiento de los problemas oculares preexistentes. A juicio de los expertos
en salud laboral, una distancia a la pantalla adecuada, una iluminación correcta y
la realización de pausas cada hora y media o dos horas reducirían estos
problemas.
Últimamente se ha diagnosticado un síndrome relacionado con este sector hasta el
punto de denominarse «enfermedad de la oficina». Se trata, tal como ha apuntado
Javier Pérez, de la lipoatrofia semicircular, un trastorno de la grasa subcutánea
que se manifiesta por la aparición de hundimientos laterales en los muslos o en los
antebrazos, habitualmente en las mujeres, y que produce molestias, picor y en
algunos casos dolor. Según un estudio de CC OO, la lipoatrofia semicircular
aparece sobre todo en edificios de reciente contrucción, los denominados edificios
«inteligentes», altamente tecnificados y con grandes campos de electricidad, de
forma que el trabajador recibe descargas de energía estática imperceptibles pero
que pueden generar la lipoatrofia.
Precisamente, el propio diseño de las oficinas provoca con frecuencia daños a los
trabajadores. Habitualmente se trata de espacios cerrados y mal ventilados, por lo
que puede haber concentraciones más altas de contaminantes nocivos. Según la
OMS (Organización Mundial de la salud), unos cuatro millones de muertes están
causadas por la polución del aire en sitios cerrados. Además, los niveles cognitivos
disminuyen en oficinas con peor calidad de aire empeorando el rendimiento laboral
y generando irritación, dolor de garganta, dolor de cabeza, náuseas, mareos e
infecciones respiratorias. «Últimamente los edificios se diseñan con grandes
cristaleras que no se abren y sistemas artificiales de refrigeración y ventilación.
Son lo que se llama edificios enfermos en los que los trabajadores
sistemáticamente recaen en las mismas patologías todos los años», ha indicado
Richarte.
Lo peor del trabajo de oficina, a juicio de los expertos en salud laboral, son, sin
embargo, los aspectos psicosociales «como el estrés que deriva de la sensación
de no poder afrontar el trabajo y que provoca ansiedad, depresión y muchas
patologías», señala Juan Francisco Richarte quien además alude a famoso
síndrome de estar quemado o síndrome de Burnout cuando el estrés se convierte
en crónico y el trabajador está constantemente desmotivado.
Tanto Richarte como Javier Pérez coinciden en apuntar que las patologías de
origen psíquico en este país no están reconocidas como laborales. «Estamos ante
una verdadera epidemia. Las bajas psicológicas son el 25 del total de las
incapacidades temporales pero suelen ser mas largas de las bajas físicas. El tema
es tan gordo que aunque sean el 25% de las bajas, el coste se situa al 50% de las
bajas, con lo cual el sistema de salud y la Seguridad Social se están comiendo la
mitad de lo que gastan en bajas cuando no le corresponde porque son
enfermedades laborales y deberían pagarlo las mutuas», indica Richarte. Por su
parte, Javier Pérez considera que «no se adoptan medidas preventivas y no se da
suficiente importancia a los riesgos psicosociales. En las empresas se limitan a
mandar cuestionarios y la gente los rellena sin saber ni para qué. Hay muchos
problemas en la organización del trabajo y no se dan soluciones».
Especialmente grave es la violencia laboral, que, a juicio de los sindicatos, es
especialmente relevante en el trabajo de oficina con más casos de acoso sexual y
acoso laboral que en otros sectores por la interrelación directa que suele haber
entre trabajadores, supervisores y jefes y que provoca daños psicológicos en
algunos casos muy graves a los afectados hasta el punto de tener que dejar su
puesto de trabajo.
Los nuevos puntos conflictivos en las
relaciones laborales Se acaban de celebrar en el Campus Universitario de Albacete las habituales Jornadas Jurídicas
organizadas por la Universidad de Castilla La Mancha, el Consejo General del Poder Judicial y el
Gabinete de Estudios Jurídicos de Comisiones Obreras. Son ya 25 los años que vienen
organizándose estos encuentros (dos por año), en los que participan los más reputados especialistas
del Derecho laboral de nuestro país. Magistrados de distintas instancias de la Jurisdicción Social,
incluido el Tribunal Supremo, Catedráticos, estudiosos del Derecho. Mujeres y hombres que han
dedicado su vida a esta profesión. La asistencia suele ser masiva, pese al precio de la inscripción. En
el foro se encuentra un público entregado, compuesto normalmente de abogados laboralistas en
ejercicio, consultores, universitarios o sindicalistas.
En esta ocasión se ha hablado de los puntos más conflictivos que existen actualmente en el marco
legal de las relaciones laborales de nuestro país. El primer punto ha girado en torno a los derechos
sindicales como pilar europeo de los derechos sociales y los derechos de participación sindical.
Previamente se había fijado la posición sindical ante la reforma de la legislación laboral. Como es de
todos conocido, los agentes sociales vienen insistiendo desde el principio en la necesidad de
derogación de una reforma laboral que ha traído a nuestro país más precariedad y ha propiciado una
raquítica mejora económica, pero basada en el abaratamiento del despido, el abuso en la contratación
temporal y la congelación de los salarios y las pensiones. La devaluación monetaria, que en otros
tiempos se llevaba a cabo para hacer más competitivos nuestros productos en el exterior, ahora se ha
hecho a costa de la parte más débil de la sociedad. El aumento de la desigualdad es un hecho
contrastado científicamente.
Pero hay otros puntos conflictivos en nuestro actual marco legal. Una de las ponencias más
interesantes, brillantemente desarrollada por el catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad
de Sevilla, Jesús Cruz Villalón, fue la referida al impacto de la doctrina del Tribunal de Justicia de
la Unión Europea (TJUE) y a las irregularidades de las Administraciones Públicas. Expuso con todo
detalle el profesor Villalón, las bases técnicas y jurídicas de estas nuevas sentencias, que tanto están
dando que hablar. Según él se basan en los artículos 21 (prohibición de la discriminación) y 30
(tutela por despido injustificado) de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE; en el Tratado
Fundacional de la UE, que establece las condiciones de trabajo y la protección de los trabajadores; y
en la Directiva Europea que aprueba el Acuerdo Marco sobre trabajo de duración determinado, en el
que se establece la igualdad de trabajadores fijos y temporales, y otras medidas contra el abuso en la
contratación.
Pero también la legislación española regula al máximo nivel la prohibición de la discriminación (art.
14 de la Constitución Española); el derecho al trabajo y la tutela frente al despido (art. 35 de la CE);
o la igualdad de las condiciones de trabajo entre temporales y fijos (art. 15.6 del Estatuto de los
Trabajadores). Por tanto, las referidas sentencias del Tribunal Europeo no dicen nada nuevo.
Solamente nos recuerdan lo que ya se contempla en nuestras legislaciones más importantes, pero que
parece que se nos olvida periódicamente.
No menos importante fue la conferencia de la Presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal
Superior del País Vasco, Garbiñe Biurrun Mancisidor, respecto a la negociación colectiva y al grave
conflicto existente desde la última reforma laboral, que ha dado preferencia a los convenios
colectivos de empresa, frente a los de ámbito superior, incluso en el caso de que restrinjan derechos
laborales reconocidos en los convenios sectoriales, autonómicos o nacionales. Esta reforma, junto al
punto referido a la ultra actividad de los convenios colectivos y las pretensiones de que una vez
pasado el tiempo de vigencia de los mismos, se aplicara exclusivamente el salario mínimo, ha sido la
piedra angular de la reforma laboral del Partido Popular, que de un plumazo pretendía anular lo que
con tanto trabajo se había construido en nuestro país y que había permitido una pacífica transición a
la Democracia.
Destacó la magistrada que, a su juicio, esta preferencia de los convenios colectivos de empresa es
contraria a lo prevenido en el artículo 3 del Estatuto de los Trabajadores, sobre la aplicación de la
norma más favorable al trabajador. Sin embargo, ha sido el Tribunal Supremo, el que saltándose su
propia jurisprudencia, contraria al denominado “espigueo normativo” (coger lo mejor de cada norma
y dejar lo peor), ha admitido en una sentencia de 2014, que no se tenga en cuenta esta norma más
favorable (espigueo normativo en sentido negativo). De ahí la importancia que tiene para el partido
gobernante situar a sus más adeptos juristas en los puestos clave de la Justicia española.
Por último, el también Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, y antiguo
abogado laboralista, Emilio Palomo Balda, nos habló del nuevo baremo de accidentes de tráfico y su
traslación al caso de los accidentes laborales. Resaltó aquellos aspectos en los que resulta más
beneficioso para el trabajador la aplicación de este nuevo baremo (muertes y grandes invalideces), y
otros más perjudiciales. Pero esto lo dejo para otro día, dada su complejidad y extensión.
La enseñanza más importante que he sacado de estas Jornadas, es que en estos tiempos revueltos,
han sido los profesionales del derecho laboral, fundamentalmente, los que han mantenido las espadas
en alto en la defensa de los derechos de los trabajadores. Y en algunos casos han conseguido frenar
las pretensiones más negras del gobierno y de la patronal, como en el caso de la ultra actividad de los
convenios. Y les han recordado a los gobernantes que para restringir los derechos laborales al nivel
que ellos querían, y anular, de hecho, la protección especial que se da en Europa al mundo del
trabajo, primero han de cambiar las Cartas Fundacionales y dejar sin contenido las Constituciones
que protegen nuestros Derechos Fundamentales. Si son capaces, adelante. Pero, como decía el
responsable del Gabinete Jurídico de Comisiones Obreras y Director de las Jornadas, Francisco J.
Gualda, que cada uno asuma su responsabilidad y las consecuencias de desequilibrar las relaciones
sociales en nuestro país.
Prevención del riesgo de vuelco en
tractores agrícolas
Para una adecuada evaluación de la seguridad del tractor durante su utilización
deberían conocerse todas las posi- bles causas de vuelco y los factores que pueden
aumen- tar la gravedad de las lesiones. Para la identificación del peligro de vuelco
deben considerarse las características del tractor, de los equipos acoplados, del
entorno de tra- bajo y del conductor, así como la interacción entre ellas.
En virtud del artículo 18 del Reglamento (UE) no 167/2013, los fabricantes se
asegurarán que los tractores cumplan los requisitos relativos a la seguridad laboral
establecidos en dicho artículo.
El daño más grave derivado del accidente por vuelco es la muerte del conductor por
aplastamiento si el tractor no dispone de la estructura de protección en caso de vuelco
(ROPS) y el cinturón de seguridad. Dicha estruc- tura no reduce la probabilidad de
vuelco sino que está diseñada para minimizar la gravedad de las lesiones si ocurriera
el accidente. También pueden presentarse le- siones si el tractor dispone de estructura
de protección pero el conductor no lleva puesto el cinturón de seguri- dad que lo
mantiene dentro de los límites de la zona de seguridad garantizada por la estructura
de protección.
Por otro lado, las lesiones pueden empeorar debido a que se acumula un importante
tiempo de retraso hasta que el accidentado es localizado, ya que estos accidentes
suelen ocurrir en lugares apartados de las explotaciones agrarias.
INFORMAZIO TEKNIKO ETA ZIENTIFIKOA
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INFORMACIÓN TÉCNICA Y CIENTÍFICA
“Pautas de protección frente al riesgo de exposición a citostáticos en
quimioterapia intraperitoneal hipertérmica”
Resumen:
Objetivo: El objetivo del trabajo realizado es identificar las tareas de riesgo
asociadas a la manipulación de citostáticos, detectadas en la aplicación de
Quimioterapia Intraperitoneal con Hipertermia (HIPEC) aplicada según la técnica de
Sugarbaker y las diferentes soluciones llevadas a cabo para su control.
Conclusiones: Se pone de manifiesto la posibilidad de conjugar protección del
personal, cumplimiento normativo, preservación del campo quirúrgico y confort del
personal. A través de acciones formativas e informativas y el trabajo cooperativo de
los diferentes servicios participantes, se consiguió un elevado grado de aceptación
por parte del personal involucrado de las medidas de prevención establecidas. Se
minimizó la inquietud del personal frente a los riesgos laborales afrontados en
HIPEC. Como cierre de la acción preventiva, se considera recomendable la
comprobación de la eficacia de las medidas adoptadas a través de evaluación
cuantitativa.
“¿Existen diferencias entre la Fibromialgia, el Síndrome de Fatiga Crónica y
la Sensibilidad Química Múltiple en Cataluña y el resto de España?”
Resumen:
"Observando las sentencias recogidas en los medios de comunicación sobre la
incapacitación laboral en pacientes con Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica o
Sensibilidad Química Múltiple advertimos que dichas sentencias proceden con más
frecuencia de los tribunales judiciales de Cataluña. Analizar las desigualdades
territoriales en materia de incapacidad laboral y tomar las medidas correctoras
adecuadas debe ser uno de los objetivos principales de las autoridades sanitarias,
del Instituto Nacional de la Seguridad Social, así como de los jueces y magistrados.
En este trabajo estudiamos las variables que pueden influir en estas diferencias".