anibal. nubes de guerra - ben kane

1725

Upload: cho-cala

Post on 06-Jul-2018

277 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Page 1: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1/1720

Page 2: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 2/1720

Portadilla

 ANÍBALNUBES DE

GUERRA

Ben Kane

Page 3: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 3/1720

Traducción de Mercè Diago y AbelDebritto

Page 4: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 4/1720

CréditosTítulo original: Anibal. Clouds of WarTraducción: Mercè Diago y Abel Debritto

1.ª edición: marzo 2015© Ben Kane, 2014© Ediciones B, S. A., 2014Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelon

España)www.edicionesb.com

DL B 4859-2015

SBN DIGITAL: 978-84-9019-991-6Todos los derechos reservados. Bajo lasanciones establecidasen el ordenamienturídico, queda rigurosamente prohibida, si

autorización escrita de los titulares del copyrigha reproducción total o parcial de esta obra pocualquier medio o procedimiento, comprendidos eprografía y el tratamiento informático, así coma distribución de ejemplares mediante alquiler

préstamo públicos.

Page 5: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 5/1720

ContenidoPortadillaCréditosDedicatoriaMapa 1Mapa 2

Mapa 3PrólogoPRIMERA PARTE

1234567

8

Page 6: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 6/1720

91011121314

1516SEGUNDA PARTE

17181920212223

24

Page 7: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 7/1720

25EpílogoNota del autorGlosarioNota

Page 8: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 8/1720

Dedicatoria

Para Camilla y Euancompañeros en Northumberlan

durante una época difícil. Al cabode más de una década, seguí

siendo mis amigos. Con eso está

todo dicho

Page 9: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 9/1720

Mapa 1

Page 10: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 10/1720

Mapa 2

Page 11: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 11/1720

Mapa 3

Page 12: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 12/1720

Prólogo

Prólogo

 Apulia, sur de Italia,

verano del 216 a. C.Después de una victoria rutilant

sobre más de ochenta mil romanos

Aníbal permitió a los soldado

Page 13: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 13/1720

descansar dos noches y un día. «Eo mejor que podía hacer», pensóHanno mientras observaba lacaras de la cincuentena de oficialey jefes de clanes que había a salrededor, cartagineses, númidas

beros y galos. A pesar de habedormido un poco y haberse lavadoa sangre del rostro y los brazos, no

cabía la menor duda de que se leveía rendidos. Exhaustos. Agotados Aunque era joven y gozaba de

buena forma física, Hanno se sentíagual. No podía ser de otra maneraLa batalla de Cannae se habíaibrado bajo un abrasador so

estival durante un día entero. La

Page 14: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 14/1720

matanza ni siquiera cesó cuando segiraron las tornas y los legionarioquedaron rodeados. La luchamplacable solo tocó a su fin cuandocayó la noche, cuando los soldadocartagineses acabaron cubiertos de

sangre de pies a cabeza y locaballos del lomo a los cascosDespués de la encarnizada lucha

os campos de matorrales deamanecer se habían convertido ecampos de sangre al anochecer.

La batalla había causadoestragos entre los supervivientesMás de cincuenta mil romanoyacían sin vida en un perímetro de

veinte estadios, pero ocho m

Page 15: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 15/1720

soldados de Aníbal jamás volveríaa ver un nuevo día, entre elloMalchus, el padre de Hanno, queapenas podía contener la pena quebrotaba de su interior. Casi todosos hombres que le rodeaba

habían perdido a algún ser queridoo habían sido testigos de la muertede íntimos amigos o compañeros de

armas. Pero había merecido lapena. Roma había recibido umazazo histórico y había perdidomás de dos tercios de su ejércitoUno de sus cónsules había muerto habían caído centenares demiembros de la clase gobernante

Los pueblos y ciudades de Italia

Page 16: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 16/1720

debían de estar temblando ya antea devastadora noticia. Contra todopronóstico, Aníbal había vencido amayor ejército que la RepúblicaRomana había reunido jamás. ¿Cuásería su próxima hazaña? Desde

que Aníbal les había convocado ea explanada situada ante stienda, esa era la pregunta que

corría en boca de todos.Hanno vio a su hermano Bostar. —¿Sabes lo que nos va a decir

—susurró. —Sé tanto como tú. —Espero que nos ordene

marchar sobre Roma —interrumpió

Sapho, el mayor de los tre

Page 17: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 17/1720

hermanos—. Quiero quemar arrasar esa maldita ciudad.

 Aunque no siempre estaba deacuerdo con Sapho, esta vez Hannocompartía su deseo. Si el ejércitoque la acababa de derrotar de

forma tan aplastante se presentabaante sus puertas, Roma tendría querendirse, ¿no?

 —Pero lo primero que hay quehacer es trasladar el campamentoejos del campo de batalla —comentó Sapho arrugando la nari—. El olor es insoportable.

Hanno asintió e hizo una muecaEl calor del verano acrecentaba e

omnipresente hedor de la carne e

Page 18: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 18/1720

putrefacción.Bostar soltó un bufido

desdeñoso. —¡Aníbal tiene cosas má

mportantes en las que pensar quenuestros olfatos ofendidos!

 —Era una broma, hermano, pereso es algo que tú no puedeentender —gruñó Sapho.

 —¡Basta! ¡Ya viene! —riñóHanno a sus hermanos.L o s scutarii vestidos de negro

que hacían de guardaespaldas degeneral se habían puesto firmes.

Se produjo una breve pausa Aníbal salió de la tienda en plen

uz del alba. Los exhaustos oficiale

Page 19: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 19/1720

e ovacionaron con entusiasmoHanno gritó con todas sus fuerzasal igual que sus hermanos. Egeneral era un hombre al que valíaa pena seguir, un hombre quehabía liderado a su ejército a lo

argo de miles de estadios desdeIberia hasta Italia atravesando laGalia con el objetivo de humillar a

Roma. Aníbal iba vestido para laguerra. Sobre la túnica púrpuravestía una brillante coraza debronce, con los pte ryges paraprotegerse la entrepierna y lohombros, e iba tocado con u

sencillo casco helénico. Un parche

Page 20: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 20/1720

púrpura cubría el lugar que deberíaocupar el ojo derecho. No llevabaescudo, pero iba armado con unas e nc i l l a f a l c a t a envainada. Ageneral también se le veía cansadopero su amplio rostro barbudo lucía

una expresión de satisfacción y lebrillaba la mirada cuando levantóas manos para pedir silencio

colocó los pies separados en esuelo.Los asistentes callaron en e

acto. —¿Lo habéis asimilado ya? —

preguntó Aníbal. —¿A qué te refieres, señor? —

preguntó Sapho con una sonrisa

Page 21: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 21/1720

pícara.Sonaron varias carcajadas

Aníbal inclinó la cabeza sonriente. —Creo que ya sabes a lo que me

refiero, hijo de Malchus. —Estamos empezando a

asimilarlo, señor —respondióSapho.

Hubo varios murmullos de

satisfacción y miradas contentasAntes de la batalla, nadie habíadudado de la experiencia táctica deAníbal, pero ahora su habilidadrozaba la de los dioses, pensóHanno. Los cincuenta mil soldadode Cartago se habían enfrentado a

un ejército que les doblaba e

Page 22: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 22/1720

número y al que no solo habíavencido, sino aplastado totalmente

 —Cada vez que se me olvidaseñor, el hedor del campo debatalla me recuerda el número deenemigos que aniquilamos —añadió

Sapho.Más risas.

 —Pronto trasladaremos e

campamento, no os preocupéis. Aníbal hizo una pausa y todoguardaron silencio.

 —¿Adónde iremos, señor? ¿ACampo de Marte en las afueras deRoma? —preguntó Hanno, quecomprobó complacido cómo vario

oficiales asentían con la cabeza a

Page 23: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 23/1720

oír su comentario, entre elloMaharbal, el comandante de lacaballería de Aníbal.

 —Ya sé que eso es lo quedeseáis la mayoría —respondióAníbal—. Pero no es el plan

Estamos a más de dos mquinientos estadios de Roma y lohombres están exhaustos. No

tenemos comida para todo el viajey, mucho menos, para alimentarnosuna vez allí. Las murallas de Romason altas y carecemos de máquinade asedio. Mientras nodedicáramos a construirlas —con eestómago vacío— en el exterior, e

resto de las legiones de la

Page 24: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 24/1720

República nos atacarían por laretaguardia. En cuanto llegarantendríamos que retirarnos oquedaríamos atrapados entre elloy la guarnición de la ciudad.

Las palabras de Aníbal fuero

como un jarro de agua fría. Eentusiasmo de Hanno sedesvaneció ante la certeza de s

general. Casi todos los rostros murmullos a su alrededor reflejabael mismo descontento.

 —Quizá no lleguemos hasta esepunto, señor —cuestionó Maharbal.

Se hizo un silencio atónito. —Hemos vencido a los romano

tres veces, señor —prosiguió—. Lo

Page 25: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 25/1720

aplastamos en Trebia, en el lagorasimene y aquí, en Cannae

Roma debe de haber perdido unocien mil soldados. Solo los diosesaben con exactitud cuántoecuestres y senadores han muerto

pero habrá sido un gran porcentajedel total. Ahora podemodeambular a nuestro antojo por e

territorio saqueando pueblos ciudades. Si marchamos sobreRoma, la República suplicará la pazLo sé!

 —¡Tiene razón! —exclamóSapho.

Los hombres mostraron s

acuerdo con un rugido.

Page 26: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 26/1720

Las palabras de Maharbaresultaban muy seductoras, peroHanno pensó en su amigo Quintusque con solo dieciséis años se habíaenfrentado en solitario a trebandidos armados. Era una de la

personas más tozudas y valienteque jamás había conocido, y esoeran rasgos característicos de

carácter romano. Durante la batallaque habían librado dos días antesmuchos legionarios continuarouchando a pesar de estaclaramente derrotados.

Con aire pensativo, Aníbal sefrotó los labios con un dedo.

 —Estáis muy seguros —dijo po

Page 27: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 27/1720

fin, mirando primero a Maharbal uego a Sapho.

 —Sí, señor. ¿Quién es capaz desoportar una paliza como la querecibieron hace dos días loromanos y seguir luchando? ¡Nadie

—sentenció Sapho. —Tiene razón —convino otro

oficial.

 —Sí —añadió un tercero.«Si Quintus sigue con vida, no serendirá hasta que no le quede nuna gota de aliento en el cuerpo»pensó Hanno. Su amigo lucharíahasta la muerte antes que rendirse

 Aníbal fijó la vista en Sapho.

 —Maharbal conoce bien la

Page 28: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 28/1720

historia de nuestra primera guerracontra la República, ¿y tú?

 —Claro, señor. Me crieescuchándola de boca de mi padre.

 —¿Y te explicó tu padre cuántaveces se hundieron los barco

romanos y sus arcas se quedarovacías?

Sapho se sonrojó al recordarlo.

 —Sí, señor.Hanno también recordaba lahistoria.

 —Cualquier pueblo normahubiera aceptado la derrotadespués de semejantes desastresEn lugar de ello, los nobles romano

vendieron sus propiedades para

Page 29: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 29/1720

recaudar el dinero necesario paraconstruir nuevos barcos. La guerracontinuó porque esos cabronetozudos se negaban a darse povencidos. Y todos sabemos lo quesucedió al final del conflicto.

Se oyeron murmullos airadosobre indemnizaciones de guerra territorios perdidos.

 —Pero los romanos jamás hansido derrotados antes como aquseñor —replicó Sapho.

 —Es cierto —reconoció Aníbal—por ello tengo la esperanza de quepidan la paz. Por eso, Carthalo —dijo señalando a uno de los oficiale

de caballería de mayor rango—

Page 30: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 30/1720

encabezará una delegación quepartirá mañana hacia Roma paranegociar las condiciones con eSenado.

«Eso podría funcionar.» —¿Qué condiciones son esas

señor? —inquirió Hanno. —Roma debe reconocer el hono

y el poder de Cartago. Debe

devolvernos Sicilia, Cerdeña Córcega y reconocer nuestrapreeminencia en los mares al oestede estas islas. Si la República noacepta estas condiciones, a lodioses pongo por testigo quecausaremos tanta muerte

destrucción entre sus ciudadano

Page 31: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 31/1720

que esta batalla parecerá unasimple escaramuza. Por otro ladoos pueblos que no sean de origeromano que se pasen a nuestrobando gozarán de nuestraprotección.

Maharbal negó con la cabezapero muchos oficialentercambiaron miradas de

satisfacción. —Son exigencias razonables —dijo Bostar—. Seguro que Roma laaceptará, ¿no?

 Aníbal llevaba mucho tiempoiberando a los prisioneros noromanos, pero hasta ese momento

Hanno no había entendido e

Page 32: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 32/1720

Page 33: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 33/1720

Sapho parecía decepcionadopero Hanno no se dio cuentaSiempre había anhelado derrotar aRoma, pero tenía otros motivopara desear el fin de la guerra. Posu mente pasó una imagen de

Aurelia, la hermana de Quintus. Sa guerra terminaba, podría ir en sbusca. Una luz de esperanza se

luminó en el corazón de Hanno«Ojalá Roma acepte la derrota —rogó— y que por fin reine la paz.»

 —¿No sería mejor ser máagresivo, señor? ¿Por qué no envíaa la caballería por delante? —preguntó entusiasta Maharbal—

Esos canallas no sabrían de nuestra

Page 34: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 34/1720

legada hasta que nos tuvieradelante. Yo podría transmitivuestro mensaje con el apoyo demiles de jinetes. Tú y el resto deejército podríais seguir nuestropasos. Y, si los romanos no aceptan

as condiciones, vuestra merapresencia les hará cambiar deopinión, señor.

 —Estoy de acuerdo, señor —convino Sapho—. Debemos marchasobre Roma.

 —¿Debemos? —Aníbal clavó lamirada en el hermano de Hannoque solo resistió unos segundoantes de bajar la vista. La mirada

del general se suavizó al volverse

Page 35: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 35/1720

Page 36: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 36/1720

PRIMERA PARTE

PRIMERA PARTE

Page 37: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 37/1720

1

1

Dos años y medio

después... Apulia, finalesde invierno

Era una mañana fresca. Una

Page 38: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 38/1720

suave brisa marina soplaba desdea costa este, a unos cien estadiodel campamento. Aunque loúltimos meses no habían sido mufríos, Hanno agradecía que envierno tocara a su fin. E

cartaginés echaba de menos ecalor de su tierra natal. Anhelabanotar los rayos de sol en el rostro

ver los primeros indicios de que laplantas volverían a brotar.Como era de esperar, encontró a

Muttumbaal de instrucción con lohombres. Cuando no dormía, eoficial pasaba todo el tiempo coos libios de su falange. Sin mujer n

hijos, eran como su familia y se

Page 39: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 39/1720

dedicaba a ellos en cuerpo y almaNadie llamaba a Mutt por snombre completo, que erademasiado largo y complejo«Nadie salvo su madre», pensóHanno. Conocido por todos como

Mutt, su adusto segundo al mandoera un excelente soldado que lehabía cubierto las espaldas en má

de una ocasión y le había salvado lavida otras tantas.Mutt y los soldados se hallaba

en una explanada fuera deperímetro del campamento. Ehábito constante de su oficial denstruir a los hombres no cesaba de

sorprender a Hanno. Los libios de la

Page 40: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 40/1720

falange eran unos aguerridoveteranos que dominaban su oficioal dedillo. Eran soldados de carreraque habían viajado de Cartago aIberia y, de allí, a la Galia paracruzar los Alpes hasta Italia. Si

embargo, a pesar de haber librado—y ganado— más batallas parAníbal de las que podían recordar

Mutt los obligaba a entrenarse marchar con regularidad. —Si se acomodan demasiado

sobre sus traseros, se oxidan, seño—replicó Mutt la primera vez quHanno cuestionó su práctica.

Con el tiempo, Hanno había

acabado reconociendo que Mut

Page 41: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 41/1720

estaba en lo cierto. Desde la batallade Cannae, su vida discurría en ecampamento, salvo por algunaescaramuza o marcha ocasionalepara defender de los romanos a lapoblaciones que se habían pasado

al bando de Cartago, pero a Aníbae precedía su temible reputación as legiones muchas veces se

retiraban sin oponer resistencia. Siembargo, aunque los combatefueran infrecuentes y gran parte desur de Italia apoyara a Aníbal, ellono significaba que Cartago hubieraganado la guerra. Todo lo contrariopensó Hanno con amargura, pue

os aliados de Roma se mantenía

Page 42: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 42/1720

Page 43: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 43/1720

polvoriento que espoleaba a smontura en dirección acampamento.

 —¿Quién vendrá a suplicanuestra ayuda esta vez? —preguntóal aire.

 —Seguro que es el mismocuento de siempre: «hay un ejércitoromano a las puertas de la ciudad

necesitamos vuestra ayudaurgente» —especuló Mutt, que sehabía puesto al lado de Hanno.

El cartaginés se rio. —A veces pienso que no

tuvieron suficiente con Cannae. Megustaría que las nuevas legione

nos atacaran para darles una paliza

Page 44: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 44/1720

y poner fin a esto —confesó Hannoa Mutt, una de las pocas personacon las que se atrevía a compartiesta clase de pensamientos.

 —Dudo que sean tan estúpido—respondió Mutt antes de lanzar u

escupitajo.Hanno pensó enfadado que Mut

tenía razón. Desde la derrota de

Cannae, los romanos habíareclutado e instruido a más de dieegiones que actuaban en lapenínsula como fuerzas consularede dos legiones. Teníanenvergadura suficiente para sepotentes militarmente, pero no

excesiva como para dejar de se

Page 45: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 45/1720

ágiles y maniobrables. Su cometidoera asediar a las poblaciones quehabían dado la espalda a laRepública.

 —Yo diría que aprendieron laección en Cannae, señor.

 —Qué arteros son estoromanos —comentó Hanno, bueconocedor de sus artimañas.

Cuando Aníbal decidíaenfrentarse o perseguir a una de lanuevas legiones, estas se batían eretirada a las montañas, donde nopodía aprovechar la superioridad dea caballería cartaginesa. Hannorecordó las palabras de Maharba

usto después de Cannae. ¿Se había

Page 46: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 46/1720

equivocado Aníbal por no habemarchado entonces sobre RomaHanno desconocía la respuesta solo se atrevía a compartir sududas con Mutt o Bostar, pues sumera mención hacía que se sintiera

desleal. Era imposible prever lo quehubiera podido ocurrirObsesionarse con el pasado no era

bueno, por lo que Hanno se centróen el presente. —Las cosas tampoco nos va

tan mal. Aníbal sigue invicto desdeCannae —comentó.

 —Disculpa, señor —interrumpióMutt, que había detectado un fallo

de instrucción y regresó junto a lo

Page 47: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 47/1720

soldados vociferando órdenes.Hanno se sumió de nuevo en su

pensamientos. En Iberia, lasituación había empeorado: travarias derrotas cartaginesasmuchas tribus se habían pasado a

otro bando. Por fortuna, las cosaban mejor en Sicilia, dondeCartago contaba con unos nuevos

poderosos aliados: Hipócrates Epícides. Estos nobles siracusanohabían sido enviados por Aníbal a lasla para hostigar a los romanos habían logrado hacerse con epoder en Siracusa, toda una hazañaque había puesto fin a cincuenta

a ñ o s de dominio romano e

Page 48: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 48/1720

ncrementado las posibilidades deque Cartago enviara ayuda a SiciliaHanno rogó a los dioses por lavictoria de las tropas siracusanas cartaginesas, lo cual se traduciríaen nuevos y valiosos refuerzos para

Aníbal.La guerra les había llevado de

un extremo a otro de Italia, pensó

Hanno mientras palpaba distraídoa cicatriz que tenía en el cuello que mantenía oculta con upañuelo. Se trataba de un recuerdode Victumulae, situada a miles deestadios al norte, donde habíacaído prisionero de Pera, un sádico

oficial romano. Era muy probable

Page 49: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 49/1720

que esa rata de alcantarilla hubiesemuerto en el saqueo de la ciudadpero Hanno habría preferidoenviarlo al infierno de su propiamano. Bomilcar, el soldado que lerescató de la celda y le salvó la

vida, estaba destinado a otrafalange libia. Hanno sabía quehabía sobrevivido a Trasimene y

Cannae y a las campañaposteriores, pero se sentía culpablepor no haber mantenido econtacto. «Esta noche iré a verlocon una buena jarra de vino», sedijo.

Una vez tomada la decisión, se

unió a Mutt y pasó las dos hora

Page 50: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 50/1720

siguientes sudando, gritandoórdenes y dirigiendo complicadamaniobras militares. En cuantohubo finalizado la instrucciónestaba tan agotado y sudoroso queya no tuvo fuerzas para pensar e

Aurelia o en sus dudas sobre lacampaña de Aníbal.

 —Me gustaría contar con t

compañía esta noche, Mutt —propuso Hanno mientraregresaban al campamento con losoldados.

 —¿Para qué, señor? A pesar del tiempo transcurrido

untos, Hanno no se acostumbraba

a que Mutt le llamara señor, pero

Page 51: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 51/1720

cada vez que le decía a su oficiaque olvidara el protocolo, este semostraba intransigente.

 —Los hombres deben saber quexiste una diferencia entre tú y yoseñor, del mismo modo que la

existe entre ellos y yo.Mutt era más tozudo que una

mula, así que Hanno no insistió.

 —Esta noche quiero hacer unvisita a Bomilcar —comentó—. Esoldado que me rescató eVictumulae —aclaró, al ver quMutt no reconocía el nombre—Hace meses que no lo veo y megustaría compartir una buena

ánfora de vino con él. Me

Page 52: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 52/1720

encantaría que nos acompañases, seguro que a él también.

 —Pues suena muy bien... —comenzó a decir Mutt, que senterrumpió para contemplar pasaa un grupo de númidas a caballo

que, ataviados con sus túnicas simangas, charlaban animadamenteentre sí.

 —¡Fantástico! —exclamó Hannoy le dio una palmada en el hombroEl cartaginés pensó en la juerga

que les aguardaba esa noche. Lararas veces que había logradoconvencer a Mutt para que bebierauntos, habían acabado mu

borrachos, pero no importaba si esa

Page 53: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 53/1720

noche sucedía lo mismo. Todoestaba muy tranquilo en ecampamento y ninguno de susuperiores se enfadaría si al díasiguiente se pasaban el díaacostados recuperándose de la

resaca.Hanno divisó entonces a Sapho

caminando en su dirección y se le

ensombreció el semblante. Seguroque a ningún oficial superior lemportaría que se emborrachasenpero a su hermano mayor saunque tuviera el mismo rango queél. Sapho se había erigido en eguardián moral de Hanno desde

que eran niños.

Page 54: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 54/1720

 —No le digas ni media palabrsobre esta noche —advirtió a Mutt.

 —Soy una tumba, señor. —¡Eh, hermano! Buenos día

tengas —saludó Sapho coefusividad.

 —Buenos días para ti también —respondió Hanno con una mediasonrisa.

La mitad de las veces se llevababien con su hermano, pero lerritaba no saber nunca con quéversión se iba a encontrar: earrogante y despiadado Sapho quecasi dejó que se ahogara en lamarismas de Etruria —aunque

carecía de pruebas— o bien e

Page 55: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 55/1720

Page 56: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 56/1720

Page 57: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 57/1720

a pena hacerlo enfadar.» Posuerte, Sapho no dio mámportancia al asunto y continuaroconversando amigablementemientras regresaban acampamento y cruzaban la enorme

puerta de acceso a las altafortificaciones de barro.

 Aliviado de que Sapho no

hubiera ido en su busca por umotivo en particular, Hanno seempezó a relajar. Se sorprendió a smismo planteándose la posibilidadde invitarlo esa noche, pero en esepreciso instante vio a Bostar, quecaminaba hacia ellos en compañía

de dos oficiales, y el alma se le

Page 58: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 58/1720

cayó a los pies: cuando suhermanos mayores se juntabansolían acabar discutiendo.

Para su gran sorpresa, cuandose encontraron los dos grupos eambiente fue cordial. Bostar le

presentó a sus acompañantes, docomandantes de falange que Saphosaludó con efusividad y cuyo

nombres resultaban vagamentefamiliares a Hanno. Los cincoestuvieron un buen ratoconversando de temas diversosdesde el tiempo hasta la instruccióde los soldados, pasando por lapésima calidad de la comida, lo

últimos avistamientos de tropa

Page 59: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 59/1720

romanas y la probabilidad denuevos ataques. Todo iba como unseda hasta que Sapho mencionócomo había hecho antes a Hannoque sus hombres debían ponerse eforma tras demasiados excesos co

el vino. —Si la vista no me engaña, t

también andas un poco sobrado de

carnes, hermano —comentó Bostaseñalando la barriga de Sapho. —¿Qué insinúas? —inquirió

Sapho, enojado.Bostar, que era tan flaco como

un perro perdiguero, se encogió dehombros.

 —Que tienes barriga y no te iría

Page 60: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 60/1720

mal hacer un poco de ejercicio.Sapho miró suspicaz a su

hermanos, primero a uno y luego aotro.

 —¡Habéis estado hablando demí a mis espaldas! ¡Riéndoos de

mí! —¡No! —protestó Hanno co

total sinceridad.

 —No hemos cruzado ni mediapalabra —añadió Bostar con unasonrisa burlona.

Hanno maldijo la sonrisita deBostar. No era momento de haceenfadar a Sapho por semejantetontería. La escena no iba a causa

buena impresión a los otros do

Page 61: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 61/1720

oficiales, que ya parecíancómodos.

Sapho se percató de laexpresión socarrona de Bostar.

 —¿A qué viene esa sonrisita? —Te juro que no hemos hablado

a tus espaldas, Sapho —insistióHanno, preocupado por loderroteros que estaba tomando la

conversación. —¿Me lo dices en serio?Sapho pareció tranquilizarse u

poco, pero acto seguido se volvióhacia Bostar ofuscado.

 —¿Qué pretendías? ¿Reírte urato de mí delante de tus amigos?

 —¡Tú harías lo mismo si me

Page 62: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 62/1720

sobraran unos kilos! —¡Que te den! Antes de que nadie pudier

reaccionar, Sapho dio un pasoadelante y asestó a Bostar upuñetazo tan fuerte en la barbilla

que cayó al suelo, donde se ensañócon él a puntapiés.

 —Te crees mejor que yo

¿verdad? ¡Pues nada de eso!Bostar gemía de dolor y Hannose interpuso entre ambos.

 —¡Déjalo en paz!Sapho no pareció oírle y, con

una fuerza sobrehumana, apartó asu hermano pequeño de en medio

Bostar aprovechó la oportunidad

Page 63: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 63/1720

para incorporarse y abalanzarserabioso sobre Sapho. Lo agarró poa cintura y ambos cayeron rodandoal suelo; los puñetazos llovían podoquier. Horrorizado, Hanno loscontempló inmóvil junto a Mutt

os amigos de Bostar, pero no podíaquedarse de brazos cruzados. Debíadetenerlos. Ver a dos oficiale

peleándose era un ejemplo terriblepara los soldados. —¡Ayúdame a separarlos! —

ordenó a Mutt—. ¡Tú ocúpate deBostar que yo me encargo deSapho!

Hanno se arrojó sobre s

hermano. Le agarró un brazo, tiró

Page 64: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 64/1720

Page 65: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 65/1720

más. Sapho protestó, pero Hannoya no aguantaba más—. ¡Calla laboca! —espetó, y echó un vistazo aa situación por encima del hombrode su hermano—. ¿Mutt?

 —¿Señor?

 —¿Tienes a Bostar controlado? —Sí, señor. —Bien. Debe prometer que no

reanudará la pelea; si te lopromete, puedes soltarlo. Si nosigue sujetándolo.

Hanno habló a Sapho al oído. —Esto tiene que acabar, ¿me

oyes? —Pero yo...

 —¡No, Sapho! ¡No pienso

Page 66: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 66/1720

soportarlo más! Eres un adulto, uoficial, ¡no un niño de diez años!

Sapho no contestó y Hanno leforzó los brazos hacia arriba hastaque se quejó del dolor.

 —¿Me has entendido?

 —Sí —masculló Sapho. —Bostar ha dado su palabra —

nterrumpió Mutt.

 —Suéltalo.Hanno hizo lo propio con Saphoy, acto seguido, se colocó entreambos. Bostar lo contemplósorprendido, y Sapho, furibundopero Hanno estaba tan encendidoque poco le importaba lo que

pensaran.

Page 67: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 67/1720

 —¡Sois una vergüenza parvuestro rango! Dos oficialepeleándose delante de los soldadocomo dos borrachos. Seguro queAníbal os mandaría azotar, ¡y yotambién!

 Ambos lo miraron boquiabiertospero Hanno no había acabadotodavía.

 —Aunque nuestro padre ya noesté con nosotros, eso no significaque no esté viendo indignadovuestro comportamiento. Somos loúltimos de nuestra familia y él ohubiera dicho que la guerra econtra los malditos romanos, no

entre nosotros. ¿No es verdad? —

Page 68: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 68/1720

nquirió airado. —Sí —murmuró Bostar. —¿Sapho? —Supongo que sí. —¡Pues empieza a comportarte

como un hombre y no como u

niño!Sapho se sonrojó, pero no

replicó.

 —Quiero que ambos juréis aquy ahora que no volveréis a pelearo—ordenó Hanno.

Sus hermanos no parecían mudispuestos.

 —¿Y qué pasa si no lo hacemos—inquirió Sapho.

 —A los dioses pongo por testigo

Page 69: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 69/1720

que si no lo hacéis acudiré a Aníba—respondió Hanno apretando lodientes.

 —Lo juro —accedió por fiBostar con un suspiro.

 —Nuestro hermano pequeño se

ha hecho mayor —masculló Sapho. —¿Qué respondes? —rugió

Hanno.

 —Lo juro —dijo con voz queda.Hanno receló de la expresión desus ojos, pero al menos habíacedido al juramento, así que apartóa mano de la espada, hacia dondehabía empezado a acercar lodedos.

 —Prestad juramento —ordenó.

Page 70: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 70/1720

 Ambos juraron ante todos lodioses cartagineses que enterraríael hacha de guerra para siempreEn cuanto hubieron acabadomiraron a Hanno.

«Esperan mi visto bueno»

observó sorprendido el pequeño deos hermanos. Acababa deproducirse un gigantesco cambio e

su relación: considerado hastaentonces el último de la filaacababa de actuar como lo hubierahecho su padre y lo habíaaceptado.

 —Bien —dijo. Se volvió haciaMutt—. Ya hemos perdido suficiente

tiempo aquí, ordena a los hombre

Page 71: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 71/1720

que se preparen para marchar.Mutt rugió la orden y Sapho

Bostar y los otros dos oficiales semovieron prestos para dejarlopasar. Hanno empezó a sentirseorgulloso de lo que había hecho

Estaba por ver si sus hermanocumplirían la promesa, pero amenos la fuerza del juramento

evitaría que se pelearan durante utiempo. Se preguntó si Saphontentaría vengarse por lahumillación sufrida. «Si lo haceestaré preparado. Hace tiempo queo estoy.»

 —¡Alto! —ordenó una voz.

Hanno pensó que se trataba de

Page 72: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 72/1720

uno de sus hermanos, así que no sedetuvo y Mutt siguió sus pasos coos hombres.

 —¡ALTO, HE DICHO! —repitió lavoz.

Cuando Hanno se dio cuenta de

que la voz pertenecía a alguien mudistinto, se paró en el acto.

 A poca distancia de ellos u

soldado de aspecto anodino sequitó la capucha: era tuerto, teníaa cara ancha y llevaba barba.

Se oyó una exclamaciógeneralizada.

Hanno fue el primero ereaccionar.

 —¡Firmes ante vuestro general!

Page 73: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 73/1720

Los soldados obedecieronseguidos de sus hermanos y lootros dos oficiales.

 Aníbal se aproximó con esemblante serio y Hanno notó lonervios a flor de piel. El genera

tenía la costumbre de pasearse dencógnito por el campamento paratantear la moral de los soldados

pero parecía haber abandonado esapráctica desde Cannae. «Hasta ho—pensó Hanno, que empezó adudar si había actuado del modocorrecto. Aníbal castigaba coseveridad la falta de disciplina—Por todos los dioses, ¿qué no

dirá?»

Page 74: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 74/1720

Page 75: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 75/1720

mirada en Hanno, que estabahecho un manojo de nervios—. Yfinalmente, tenemos al pequeñocachorro que suele hacer lo que leplace y precisa mano dura, o amenos eso pensaba yo.

 Aníbal guardó silencio y dejósufrir un rato más a los hermanomientras caminaba de uno a otro.

 —En circunstancias normaleeste incidente me hubiera pasadodesapercibido, pero como estabaaquí, lo he visto todo —habló pofin.

Hanno miró a sus hermanos comprobó que ellos tambié

aguantaban la respiración.

Page 76: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 76/1720

 —Es vergonzoso que docomandantes de mis falanges sepeleen como un par de borrachoen el exterior de un burdel.

Hanno clavó la vista en el sueloresignado a aceptar el castigo.

 —Creo que el juramento que oha obligado a prestar Hanno esuficiente para que reine la pa

entre vosotros.Los hermanos escucharon supalabras con una mezcla de alivio encredulidad, pero no se atrevieroa relajarse todavía.

 —Si no estuviéramos en guerraos degradaría a soldados rasos

como mínimo! Pero como estamo

Page 77: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 77/1720

en guerra y en tierra extranjera, meresulta imposible reemplazar a dooficiales de vuestro calibre —declaró Aníbal, que fundió con lamirada a los avergonzados Sapho Bostar—. En cualquier caso, este

asunto no puede quedar así y, pesea vuestro juramento, voy asepararos para siempre.

Los tres se miraron compungidoy Aníbal soltó una carcajada. No erun sonido agradable.

 —Mi hermano Asdrúbal está eIberia y anda falto de oficiales coexperiencia. Aunque a mí tampocome sobran, voy a enviarle algunos

Bostar, tú serás uno de ellos

Page 78: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 78/1720

Page 79: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 79/1720

hacia Sapho, que dio un pequeñorespingo—. A ti te quiero a mi ladoo cual no significa que vayas atener una vida fácil. Para empezartu falange y tú realizaréis largapatrullas durante los próximos tre

meses. —Sí, señor —respondió Sapho

estoico—. Haremos cuanto se

precise de nosotros.¿Por qué debía ser justamenteBostar quien se marchara?, sepreguntó Hanno, rabioso. Quizá novolviera a ver jamás a su hermanopredilecto. La idea era terrible, perocuando Aníbal posó su atención e

él, Hanno se olvidó por completo de

Page 80: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 80/1720

sus hermanos y de todo lo demás¿Adónde tendría previsto mandarloel general?

 —Y tú, el pequeño de los hijosde Malchus...

 A Hanno se le hizo un nudo en la

garganta; estaba a punto de recibisu castigo.

 —Tu padre fue un valiente

servidor de Cartago. Su pérdida fueuna tragedia irreparable para ti tus hermanos, pero yo también sigolorando su muerte.

 —Gracias, señor.Hanno agradeció que el genera

reconociera el sacrificio de s

padre. Bostar y Sapho tambié

Page 81: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 81/1720

parecían satisfechos con supalabras.

 —Malchus estaría muy orgullosode ti hoy. ¿Qué edad tienes?

 —Veintitrés años, señor. —Eres joven todavía, pero tu

actos son impresionantes. —Gr... gracias, señor —

respondió Hanno sin saber cómo

reaccionar ante semejantealabanza. —Busco a un oficial de confianza

para llevar a cabo una misiópeligrosa. Había pensado en otrapersona, pero tras lo que acabo dever aquí, he cambiado de opinión

Irás tú en su lugar.

Page 82: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 82/1720

Hanno notó que se le disparabael corazón.

 —¿Adónde, señor? —A Sicilia —respondió Aníbal. —¿A Sicilia, señor? —repitió

como un tonto. Hanno miró a Mut

y le invadió una enorme tristeza. Soficial y su falange eran como sfamilia. Además, ¿qué utilidad

podía tener él sin sus soldados?—¿Quién se ocupará de mi unidaddurante mi ausencia? —preguntótitubeante.

 —Mutt, ¿quién si no? No será laprimera vez que lo haga.

El pánico se apoderó de Hanno

¿Se había enterado Aníbal de s

Page 83: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 83/1720

escapada no autorizada antes deCannae cuando visitó a AureliaMiró primero a Aníbal y luego aMutt, pero este tenía una expresiónocente como un corderito.

 —El primer comandante de t

falange murió cuando cruzamos loAlpes y fue Mutt quien asumió emando hasta tu llegada —explicó

Aníbal. —Claro, señor.Hanno sonrió como si hubiera

sabido desde un principio a lo quese refería Aníbal. ¿Cómo podíahaber dudado de Mutt?

 —Cuando hayas terminado co

tus hombres, pasa un momento po

Page 84: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 84/1720

mi tienda. —Muy bien, señor.Orgulloso a la vez que triste po

el significado que conllevaban supalabras, Hanno saludó al generacomo si estuvieran en la plaza de

armas. —Descansen —dijo Aníba

acompañando la orden con u

gesto de la mano. A continuación, Aníbal se puso lacapucha y se marchó del lugavestido como un soldadocualquiera.

 —Vosotros recibís un tratoespecial mientras que yo me quedo

en Italia —protestó Sapho e

Page 85: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 85/1720

cuanto se hubo ido. —Tú te quedas con el genera

más importante de Cartago —replicó Hanno.

 —Es tan honroso quedarse coAníbal como ser enviado fuera —

añadió Bostar en un tonosorprendentemente conciliador—Aníbal te valora mucho, ya lo ha

oído. —Es cierto —admitió Saphopero la expresión de sus ojodelataba la envidia que sentía.

Cualquiera que hubiera sido lasolución propuesta por AníbaSapho estaría siempre insatisfecho

pensó Hanno, que no pudo evita

Page 86: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 86/1720

sentir cierto alivio al saber quepronto tendría lejos al mayor de suhermanos, aunque al mismo tiempoe entristecía pensar que quizá novolviera a verlo nunca, al igual quea Bostar, Mutt y sus hombres.

 —Antes de separarnos tenemoque reunirnos para realizar usacrificio en memoria de nuestro

padre ¡y emborracharnos hasta caeredondos!

Page 87: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 87/1720

2

2

 Anochecía cuando Hanno llegó apabellón de Aníbal, su cabeza u

hervidero de pensamientos sobreSicilia. Desde que Cartago habíaperdido la isla en la primera guerra

contra Roma, recuperar esa colonia

Page 88: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 88/1720

que les había pertenecido cerca dedoscientos años era el sueño detodo cartaginés.

El pabellón del general estabacustodiado por seis scutarii. Hannodio su nombre y fue conducido a

nterior por uno de ellos, una molede imponente estatura.

La opulenta decoración de

nterior le recordó las casas de loricos amigos de su padre eCartago. Varias telas dividían eespacio en distintas estancias gruesas alfombras cubrían el sueloEn las salas más amplias colgabacandelabros de bronce de la

maderas que apuntalaban el techo

Page 89: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 89/1720

El mobiliario, compuesto dearcones, sillas e incluso sofás, eramacizo y de buena calidadCruzaron la gran sala donde él otros oficiales recibían a veceórdenes del general y notó u

pequeño nudo en el estómago. Ehecho de que Aníbal fuera arecibirle en sus aposentos privado

subrayaba la importancia de lamisión.E l scutarius se detuvo ante la

última estancia, que estabasalvaguardada por otro hombre dedimensiones similares que lucía unaenorme cicatriz en la nariz. E

guardaespaldas ojeó a Hanno de

Page 90: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 90/1720

arriba abajo. —Es Hanno, comandante de un

falange libia. Viene a ver al jefe —explicó el primer soldado.

Caracortada saludó a Hanno copropiedad, aunque su menosprecio

no pasó desapercibido al joven, quesoportó impertérrito su escrutinioSalvo los hombres que pertenecía

al círculo íntimo de Aníbal, comoMaharbal, todos los demás recibíael mismo trato de loguardaespaldas del general.

Caracortada volvió la cabezahacia la cortina.

 —¿Señor? —llamó.

 —¿Sí? —respondió una vo

Page 91: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 91/1720

conocida. —El comandante Hanno está

aquí para veros, señor. —Hazle pasar. —Adelante —dijo Caracortada

con más educación.

El guardaespaldas abrió lacortina e invitó a Hanno a pasar. Eprimer scutarius se esfumó para

regresar al puesto que ocupaba ea entrada.Hanno llevaba su mejor túnica

se había afeitado y lavado ecabello, pero aun así se sentía mucohibido. Sentado al escritorio deespaldas a él, Aníbal volvió la

cabeza al oírlo entrar.

Page 92: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 92/1720

Page 93: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 93/1720

 —Por Malchus, tu padre, unhombre de corazón valeroso y fieservidor de Cartago.

Hanno tragó saliva paradeshacer el nudo que se le habíaformado en la garganta.

 —Por mi padre.Bebieron un sorbo y Hanno lanzó

una plegaria a los dioses para que

cuidaran bien de su padre y de smadre. —Y por la victoria contra Roma

—añadió Aníbal. —Brindo por ello, señor. —Que sea nuestra muy pronto.Hanno escudriñó el rostro de

Aníbal en busca de alguna pista

Page 94: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 94/1720

sobre la inminencia de la victoriapero fue incapaz de discernir nada no se atrevió a preguntar. Apuraronas copas y Caracortada las llenó denuevo.

 —¿Qué te parece el vino? —

preguntó Aníbal. —Está delicioso, señor. —Curiosamente, procede de un

pequeña granja próxima a CannaeComo me queda poco, lo reservopara ocasiones especiales.

 —Ya veo, señor —comentóHanno, con los nervios a flor depiel.

 —Tranquilo, no te voy a come

—bromeó Aníbal ante su evidente

Page 95: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 95/1720

nerviosismo. —De acuerdo, señor.En el pasado Hanno había sido

objeto de la ira de Aníbal, pero esavez no estaba allí para seamonestado.

 —Cuéntame lo que sabes deSicilia —solicitó Aníbal.

 —Es una isla rica, señor. M

padre solía decir que era una tierrarepleta de granjas y ciudadeprósperas.

 —El mío decía lo mismo; lalamaba el granero de Italia. ¿Quémás sabes? —instó Aníbal con ubrillo especial en la mirada.

 —Sicilia es una pasarela entre

Page 96: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 96/1720

frica e Italia, señor, y sería muypositivo para nosotros gozar desupremacía en esa zona porquepodríamos transportar refuerzos provisiones de Cartago a Italia siproblemas y el ejército podría

alimentarse de la producción de lasla sin necesidad de trasladar ecampamento con tanta frecuencia

pero Roma controla la mayor partedel territorio y el resto está emanos de Siracusa, enemiga deCartago desde hace mucho tiempodesde que se alió con la Repúblicaantes de que estallara la primeraguerra entre nuestros estados.

Hanno titubeó antes de

Page 97: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 97/1720

continuar. Sabía que Hierón, tiranode Siracusa durante más de mediosiglo, había fallecido poco despuéde Cannae, pero desconocía lodetalles de los acuerdos contraacuerdos alcanzados co

posterioridad a su muerte. —También sé que el nieto de

Hierón estuvo en el poder un breve

período tras la muerte de su abueloy ahora se rumorea que Siracusaestá en manos de Hipócrates Epícides, ambos aliados de CartagoEso es todo lo que sé, señor.

 —Es normal que no estés acorriente de los último

acontecimientos, pero ahora te

Page 98: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 98/1720

pongo al día. El nieto de HierónHierónimo, ascendió al trono cotan solo quince años de edad. Yotenía grandes esperanzas puestaen él por sus desdenes iniciales aRoma, pero pronto dio muestras de

un carácter impulsivo e impetuosoy, después de acudir primero a mpara tantear mi apoyo, ¡tuvo la

desfachatez de dirigirsedirectamente a las autoridades deCartago!

 —Recuerdo que respondisteicon prontitud a su acercamientoenviándole a los hermanoHipócrates y Epícides. ¿Han dado

fruto sus esfuerzos diplomáticos?

Page 99: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 99/1720

 —Sí, los rumores son ciertos. Aprincipio no parecía que fueran aconseguir nada, pues Siracusasiguió manteniendo sus lazos coRoma durante un año pese aacercamiento de Hierónimo a

Cartago, pero hace unos meses fueasesinado por un grupo de nobledescontentos, destino que poco

después compartieron su tío —quee había sucedido en el trono— casi toda la familia real. Semejanteescabechina dejó un vacío de podeque nuestros aliados aprovecharopara hacerse con dos magistraturaque habían quedado vacantes tra

a oleada de asesinatos. Cuando m

Page 100: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 100/1720

enteré de la noticia, albergué laesperanza de que ascendieran apoder en Siracusa, pero no lograroapoyo suficiente del resto de lomagistrados porque la mayoría loconsidera unos extraños. Por lo

tanto, decidieron tomar en su lugaLeontini, situada a unos cieestadios de Siracusa, una táctica

poco inteligente porque llamaron laatención inmediata de MarcoClaudio Marcelo.

 —¿El comandante del ejércitoromano en Sicilia?

 —Exacto. Al cabo de unasemanas, Hipócrates y Epícide

fueron obligados a abandonar s

Page 101: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 101/1720

nuevo feudo. Humilladosemprendieron el regreso a Siracusapero por el camino se toparon covarias milicias locales que acudíaen ayuda de Leontini. La situacióno pintaba nada bien para nuestro

amigos, pero las tornas se giraroen un santiamén. A veces unacatástrofe inminente puede

convertirse en un triunfoaplastante. ¡Los dioses pueden semuy generosos cuando quieren! —rio Aníbal.

 —No entiendo, señor. —Por fortuna, los soldados a

mando de las milicias eran uno

arqueros mercenarios cretenses que

Page 102: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 102/1720

veían con buenos ojos las accionede Hipócrates y Epícides. Siembargo, sus tropas eransuficientes para batir a las fuerzade Siracusa, así que los hermanoes mintieron vilmente: dijeron que

Marcelo había masacrado a lapoblación de Leontini. Los cretensees creyeron y convencieron a ocho

mil soldados para quereemplazaran a sus oficiales poHipócrates y Epícides. Con esepequeño ejército marcharon sobreSiracusa y, contra todo pronósticose hicieron con el poder. —Aníbagolpeó la mesa con la copa—. As

que ya lo ves, una ciudad ta

Page 103: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 103/1720

mportante para Sicilia y cruciapara la guerra está ahora en manode dos enemigos de Roma.

Hanno se sentía cada vez máconfuso.

 —No entiendo en qué puedo

ayudaros, señor. —Te he elegido para esta misión

porque me eres fiel en cuerpo

alma.Hanno se hinchó de orgullo anteese reconocimiento inesperado desu general.

 —Así es, señor —murmuró. —Y eso es mucho más de lo que

puedo decir de Hipócrates

Epícides, que solo me apoya

Page 104: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 104/1720

porque albergan la esperanza deque un día les ayudaré aconvertirse en los hermanos tiranode Siracusa. Se mantendrán fieles aCartago mientras les convengapero no dudarían en cortarme e

cuello si les ofrecieran un bueprecio.

Hanno empezó a adivinar la

ntenciones de Aníbal. —Yo no soy ningún espía, señor,soy soldado. Yo sé pelear y lucharSeguro que hay otros hombres a loque podéis enviar en mi lugar.

 —Es posible, pero los necesitoaquí conmigo, lo cual no significa

que no te necesite a ti también —s

Page 105: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 105/1720

apresuró a añadir Aníbal—, peroMutt puede sustituirte por emomento. Tú eres un oficial coexperiencia y estás acostumbrado atomar decisiones en momentos decrisis. Hipócrates y Epícides ha

gozado de las mismaoportunidades que tú, pero no sobuenos líderes. Aunque han llegado

muy lejos, me preocupa su futuroú puedes ayudarles. Erenteligente y, lo mejor de todoresolutivo, como bien hademostrado hoy.

Hanno se sonrojó ante tantoelogios.

 —Gracias, señor. ¿Así que

Page 106: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 106/1720

deseas que les ayude militarmente —Algo así, pero no te ordenaré

que vayas si no deseas ir —añadióAníbal, consciente de su reticencia—. Si te lo pido es porque te veocapacitado para hacer un bue

trabajo —declaró clavando en eoven su intensa mirada.

Hanno le sostuvo la mirada y se

olvidó en el acto de Bostar, SaphoMutt y los libios. —Será todo un honor, señor. Aníbal asintió complacido. —Serás mis ojos y oídos e

Siracusa. Debes obtener la máximanformación que puedas al tiempo

que te ganas la confianza de

Page 107: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 107/1720

Hipócrates y Epícides y les ayudas avencer a Marcelo y sus legionesCuando lleguen los refuerzos deCartago, previstos para dentro dedoce meses, deberás asegurarte deque las relaciones entre ambo

grupos de líderes sean cordialedesde un principio. Y cuando loromanos sean derrotados en Sicilia

—añadió Aníbal con una grasonrisa—, deberás mantenecontentos a Hipócrates y Epícidesporque, además de recibir en Italiaas fuerzas cartaginesas de la islanecesitaré que ellos también noenvíen soldados y suministros.

Una vez explicado todo, Aníba

Page 108: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 108/1720

observó en silencio a Hanno, cuyocorazón latía con fuerza. La misióera muy importante para Cartago, a guerra, mucho más importanteque dirigir una falange.

 —Lo haré lo mejor que pueda

señor, o moriré en el intento. —Perfecto. —Aníbal le dio una

palmada en la espalda—

Esperemos que salgas airoso puedas disfrutar de las mieles deéxito.

 A continuación, Aníbal se quitóun grueso anillo del dedo índice dea mano derecha y se lo entregó aHanno.

 —Además de entregarte varia

Page 109: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 109/1720

cartas de presentación, este anillocertifica que eres uno de mihombres.

Hanno tomó el anillo de oro, qulevaba grabado el símbolo de lafamilia Barca en la parte superior

un león. Jamás podría enseñárseloa Sapho.

 —Yo... —titubeó Hanno—

Gracias, señor. —Que los dioses te acompañeen tu viaje a Sicilia. Volveremos avernos antes de que partas.

Dicho esto, Aníbal volvió satención al pergamino que habíaestado leyendo cuando Hanno

entró. La visita había terminado

Page 110: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 110/1720

Hanno cerró el puño de la manoderecha donde llevaba el anillo y sepuso en pie.

 —Gracias, señor.

 Absorto en sus pensamientos con el anillo ardiéndole en la manoHanno no miró por donde iba chocó de cabeza contra alguien.

¡Pum! —Perdona, es culpa mía —se

disculpó antes de darse cuenta

para su gran sorpresa y alegría, deque se trataba de Bomilcar.

 —¡Hanno! ¡De todos lo

hombres que hay en el ejército

Page 111: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 111/1720

choco contigo! —exclamó Bomilcafrotándose la frente con una sonrisa—. ¡Qué alegría! ¿Cuánto hacía quno nos veíamos? ¿Seis meses?

 —Me temo que más. No te locreerás, pero esta noche tenía

previsto hacerte una visita. —¡Eso dicen todos! —replic

Bomilcar con un guiño—. Cómo

pasa el tiempo, ¿verdad? ¿Qué tava todo?Hanno ocultó a un lado la mano

del anillo. —Todo bien, ¿y tú? —También. ¿Vienes de ver a

efe? —preguntó Bomilca

señalando con la cabeza la tienda

Page 112: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 112/1720

de Aníbal. —¿Cómo lo has adivinado? —Por tu expresión pensativa. E

a que llevan todos después dehablar con él —respondió Bomilcarsagaz.

 —Me manda a Sicilia —revelóHanno.

Bomilcar enarcó las cejas.

 —Estás escalando posiciones. —Eso parece —respondióHanno, decepcionado porqueBomilcar no indagaba más—. ¿Ttambién tienes audiencia con él?

Bomilcar asintió con la cabeza. —Yo me voy a Roma.

Hanno no cesaba de

Page 113: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 113/1720

sorprenderse ante cómo habíacambiado las cosas en la guerraDesde que se incorporó al ejércitode Aníbal lo único que había hechoera luchar y pelear, pero ahoraparecía que la guerra se libraba

mediante espionaje y subterfugios. —Supongo que vas de espía.Bomilcar volvió a guiñar un ojo.

 —Tengo la tez blanca y, despuésde tantos años en cautividad, habloatín como un nativo. ¿Quién mejosi no para mandar a la guarida deobo? Se rumorea que los romanontentan forzarnos hacia el tacón oa punta de la península. Aníba

quiere que verifique si los rumore

Page 114: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 114/1720

son ciertos. —Bomilcar echó uvistazo al sol—. Llego tardeCompartamos esa jarra de vinoesta noche y podremos contarnoos detalles de nuestras misiones.

 —De acuerdo —convino Hann

sonriente.

Para cuando terminaron las doprimeras ánforas de vino pequeñasa luna estaba en lo más alto decielo nocturno. Ya ebrio, Hanno

notó un agradable calor interior y lenvadió un profundo sentimiento deamor por todos los hombres, bueno

menos por los romanos. De todo

Page 115: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 115/1720

modos, no todos los romanos eratan malos. Después de haber vividomás de un año con Quintus y sfamilia, sabía que no eran mudiferentes de su propia familia. Noeran malvados. No eran perfectos

pero eran personas honestas trabajadoras. Y era imposible quefueran muy distintos del resto de s

pueblo. Muchos romanos erabuenas personas. El oficial que lehabía torturado en VictumulaePera, era una excepción. El restoera simplemente el enemigo, uenemigo muy tozudo.

 —¿Por qué no se rindieron lo

romanos después de Cannae? —

Page 116: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 116/1720

murmuró. —Lo habrían hecho s

hubiéramos marchado sobre Romaen ese momento —sentencióBomilcar.

 —¿Estás seguro? —preguntó

Mutt antes de echarse un pedodespectivo—. Yo no lo creo —prosiguió cuando se ahogaron la

risas—. Solo se rendirán cuandohayan perdido todas sus ciudades todos sus aliados. Para firmar la patienen que hallarse entre la espaday la pared.

 —Para eso necesitamos venceen Iberia y Sicilia —comentó Hanno

con tono sombrío, consciente de la

Page 117: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 117/1720

trascendencia de su misión—. Deesa manera quedarían libres doejércitos para luchar en Italia. Si lotuviéramos, los aliados de Romaabandonarían la República como laratas cuando un barco se hunde.

 —Sí —asintió Mutt antes de daun gran sorbo de vino.

Hanno empezó a sospechar que

el camino hacia la victoria seríaargo y tortuoso al ver que loromanos no se rindieron después deCannae. En las circunstanciaactuales, la perspectiva de ganar laguerra en tres frentes parecíamposible.

«No pienses así —se dijo—

Page 118: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 118/1720

Page 119: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 119/1720

ponerse en contacto con ella tras súltima cita, pero carecía de sentidoAurelia estaba a punto de casarse pertenecían a bandos opuestos. Lomás lógico hubiera sido olvidarlapero Hanno no podía. Le asaltó e

recuerdo de sus besosmaravillosos. ¿Por qué no le habíamandado un mensaje? No le

hubiera llegado, pero al menos lohabría intentado. Le entró upronto y dio un codazo a Bomilcapara captar su atención.

 —¿Tienes previsto pasar poCapua de camino al norte?

 —Es probable, es la última

ciudad amiga antes de Roma. ¿Po

Page 120: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 120/1720

qué?Hanno no respondió de

nmediato. Era un idiota, pensóabatido. Capua estaba en manos dAníbal y los fieles a la Repúblichabrían huido. No podía imaginarse

a los padres de Aurelia ni a smarido cambiando de bando. Ya noestarían en Capua.

 —No importa —suspiró.Bomilcar lo miró inquisitivo Mutt se rio.

 —Seguro que se trata de uasunto de faldas.

 —¿Por qué lo dices? —preguntóHanno. Le preocupaba que Mut

mencionara su escapada antes de

Page 121: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 121/1720

a batalla de Cannae. AunqueBomilcar fuera un amigo, cuantamenos personas supieran de sexpedición ilegal, mejor.

Mutt lo miró como queriendodecir que no se preocupara.

 —Por su expresión de corderodegollado, señor —respondió eoficial con un guiño a Bomilcar.

«¿Tan obvio es?», se preguntóHanno, agradecido de que laoscuridad no revelara el rubor desus mejillas.

 —¿Quién es la afortunada? —preguntó Bomilcar.

«¿Qué más da si Bomilcar se

entera?», pensó Hanno. No era

Page 122: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 122/1720

ninguna traición sentir algo por unamujer del bando enemigo.

 —La hermana del romano qume compró como esclavo. Se llamaAurelia.

 —¿Es guapa? —preguntó Mut

con interés. —Mucho.Hanno recordó el aspecto que

tenía cuando se vieron en la granjade su familia. Estaba hecha todauna mujer, con curvas femeninas. Eoven notó la erección y cambió deposición para disimularla.

Los demás se rieron. —Debe de ser muy guapa par

que la recuerdes después de tanto

Page 123: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 123/1720

tiempo —dijo Bomilcar.Hanno agradeció que Mutt no

hiciera ningún comentario. Entoncepensó que Aurelia ya llevaríatiempo casada y que quizá tendríaun hijo o dos. Incluso podía habe

muerto en el parto. «Deja depensar así —se dijo—. Está viva.»

 —¿Quieres que la busque y le dé

un mensaje de tu parte en Capua—inquirió Bomilcar. —Te agradezco el ofrecimiento

pero ya no estará en la ciudad.Enojado, Hanno echó un tronco

al fuego y le explicó brevemente lasituación.

 —Olvídate de ella, señor. Jamás

Page 124: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 124/1720

a volverás a ver —aconsejó Mutt atiempo que alzaba la copa y laacariciaba con cariño—. Entrega tamor al vino, lo encontrarás alládonde vayas. Y aunque estéavinagrado, sigue cumpliendo s

función.Hanno miró a Mutt enfadado

Eso mismo había pensado cuando

se escapó con Quintus, pero habíavuelto a verla. No podía abandonasu sueño de que se encontrarían denuevo, era demasiado duro. El restode su vida giraba en torno a laguerra y la muerte y a su debehacia Aníbal y Cartago. Aurelia era

algo que solo le pertenecía a él.

Page 125: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 125/1720

 —Esto es diferente —murmuró. —¡Ay, el primer amor! ¡Lo que

daría yo por ser joven otra vez!Hanno le tiró las últimas gota

que le quedaban en la copa y Mutguardó silencio.

 —Dime qué te gustaría que ledijera a Aurelia —instó Bomilcar—Intentaré localizarla en Capua y, s

no la encuentro, al menos podréaveriguar dónde está.Hanno tuvo la impresión de que

Bomilcar solo le seguía la corrientepero le dio igual. ¿Acaso no eramejor transmitir un mensaje dealgún tipo que no decir nada e

absoluto? Se le encogió el corazó

Page 126: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 126/1720

al pensar que Bomilcar podía llegaa ver a Aurelia.

 —Dile... que pienso mucho eella. Mucho. Dile que, con la ayudade los dioses, volveremos a vernoalgún día... —respondió con un hilo

de voz.Nadie habló. Hanno miró a Mut

y vio comprensión en sus ojos

Bomilcar también parecía entendea situación. Aunque estuvieran eguerra, no había razón alguna paraolvidar los sentimientos, pensóHanno. Tomó un sorbo de vino yfijó la vista en la oscuridad.

 —Si la encuentro, te garantizo

que se lo diré —aseguró Bomilcar.

Page 127: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 127/1720

 —Gracias —contestó Hanno covoz queda.

Sabiendo eso, su viaje a Siciliasería un poco más fácil.

Page 128: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 128/1720

3

3

Norte de Siracusa, Sicilia

El legionario hizo pantalla con lamano para resguardar los ojos deos primeros rayos del alba y oteó

el horizonte.

Page 129: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 129/1720

De alta estatura y cabello negroQuintus Fabricius se hallaba en unclaro del bosque, a media altura deuna colina cubierta de árboles. Asus pies discurría la carretera desur, que conducía a Leontini y

Siracusa. Todo estaba tranquilo. Nohabían visto a nadie desde queUrceus y él iniciaran la guardia una

horas antes del frío amanecerQuintus miró en derredor. Aunquecualquier ataque enemigo vendríadel sur, era importante vigilar todaa zona. A sus espaldas, a ukilómetro y medio de distancia, seerigía el monte Etna con su

aderas repletas de granjas

Page 130: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 130/1720

viñedos. La carretera del norte queconducía a Messana atravesaba uterritorio seguro controlado por loromanos. Al este, el mar seducíacon su profundo color azul. Lapenínsula estaba a poco más de u

kilómetro, al otro lado del estrechoQuintus divisaba con claridad lamontañas que recorrían la punta de

a bota, pero no vio ninguna vela eel agua; era demasiado tempranoSoltó un bostezó y se incorporóApoyó el pilum y el escudo contras rocas que habían hecho laveces de asiento y caminó un pocopara estirar los músculos

estimular la circulación de la

Page 131: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 131/1720

piernas. —¿Tienes frío? —preguntó

Urceus.Urceus, un hombre bajito

valiente y divertido, debía sapodo, que significaba «jarra», a

sus prominentes orejas en forma deasas. Nadie, ni siquiera Quintusconocía su nombre real. Era u

misterio que despertaba gracuriosidad entre los miembros demanípulo. Quizá lo supiera scenturión, Corax, porque le tomóuramento cuando se alistó, pero etal caso había guardado bien esecreto.

 —Llevo dos túnicas y una capa

Page 132: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 132/1720

gruesa, pero aun así estoy muertode frío.

 —No deberías pasar tantotiempo sentado sobre tu gran culo.

 —¡Vete al cuerno! —replicóQuintus en tono de broma.

 —Al menos no hay enemigos ena costa; por ahora.

 —Sí, está todo muy tranquilo, e

como estar en casa.Quintus pensó en su familia y leembargó una enorme tristeza. ERoma tenía a su madre, Atia, y a sestimada hermana Aurelia con spequeño hijo Publius. «Que lodioses os mantengan sanos y salvo

—rogó—. Algún día volveremos a

Page 133: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 133/1720

vernos.» Quizá su cuñado, Luciusestuviera con ellos. Aurelia habíacomentado en su última carta queLucius tenía que ir a Rhegium ponegocios. Quintus brindó un saludoen dirección al puerto que

suministraba las provisiones de latropas romanas en la isla. Solohabía visto a Lucius una vez, justo

después de Cannae, pero le parecíaun buen hombre y Aurelia nunca sehabía quejado.

Urceus observó a su amigo cocuriosidad.

 —¿A quién dedicas el saludo? —A mi cuñado; te he hablado de

él alguna vez. Ahora está e

Page 134: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 134/1720

Rhegium de negocios. —Es difícil no pensar en la

familia cuando estamos atrapadoen esta isla.

 —Sí —convino Quintus, abatido—. Después de darlo todo e

Cannae y de no retirarnos hastaque la batalla estuvo perdida con epropósito de continuar la lucha a

día siguiente, esta es nuestrarecompensa. —Exiliados en Sicilia de po

vida... —gruñó Urceus—. ¡Que leden a los del Senado!

Quintus no hubiera aprobadotales sentimientos en el pasado

pero esta vez asintió con la cabeza

Page 135: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 135/1720

 —Que la diosa Fortuna sonría amis hermanos —musitó Urceus—Seguro que están viendo máacción que nosotros.

Los dos hermanos de Urceus sehabían alistado después de Cannae

y estaban destinados a otra legiónEn Italia los soldados estaban máactivos porque varias ciudades se

habían pasado al bando de Aníbal. —¿Sigues sin noticias de ellos—inquirió Quintus, que pese aconocer la respuesta preguntó poeducación.

 —Nada de nada. Pagar a unescriba para que redacte una carta

es parece tirar el dinero, ¡igual que

Page 136: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 136/1720

Page 137: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 137/1720

había sido conquistado por Romatan solo dos generaciones antes.

Cuando Capua cortó sus lazocon la República después deCannae para apoyar a Cartago, castodos los líderes y figura

prominentes de la ciudad hicieron lomismo. A Quintus no se le ocurríaningún motivo por el que Gaius no

hubiera seguido sus pasos, pero erancapaz de odiarlo por ello. Eraamigos desde niños y lo habíacompartido todo desde su mátierna infancia hasta recibir la toga«Estés donde estés, Gaius, esperoque estés bien. Si estás ahora co

Aníbal, espero que no tengamo

Page 138: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 138/1720

que enfrentarnos jamás.» —¡Por mis hermanos, por lo

viejos amigos y por los camaradas—exclamó Urceus, que vertió upoco de vino en el suelo a modo deofrenda. Después tomó un sorbo

pasó el odre a su amigo, que repitióa libación.

«Por Gaius», brindó Quintus para

sus adentros. —¡Por Calatinus! —añadiódespués en voz alta.

El vino estaba avinagrado, peroel calor que dejaba en la gargantaera agradable. Tomó un segundosorbo.

 —Calatinus estuvo contigo en la

Page 139: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 139/1720

batalla del Trebia, ¿no? —Buena memoria. Apenas lo h

visto desde que me alisté enfantería.

Hasta que no trabó amistad coUrceus, Quintus había echado

mucho de menos a Calatinus, aque había tenido la fortuna de veantes de Cannae y también poco

después. El hecho de habesobrevivido a la derrota másangrienta de la historia de laRepública había sido excusasuficiente para agarrar una buenaborrachera juntos. Esa fue la últimavez que se vieron. Quintu

desconocía el destino actual de s

Page 140: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 140/1720

antiguo compañero de armas, poo que dedicó su saludo a toda lapenínsula, del noreste al sureste.

 —Que el escudo de Marte teproteja, amigo mío. Ojalá volvamoa vernos en tiempos mejores.

Urceus siguió los movimientode su amigo.

 —Si no os veis es por tu culpa

Crespo. Ya sabes que los soldadosde infantería no se relacionan coos ecuestres.

Quintus sonrió. Crespo era enombre que adoptó cuando sealistó. Al cabo de mucho tiempo, euna noche de borrachera, por fi

reveló su verdadero nombre

Page 141: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 141/1720

posición de ecuestre a Urceus, queno dio demasiada importancia atema. No obstante, pese a habetrascurrido más de un año desde salistamiento, a Quintus todavía lecostaba hablar abiertamente de s

vida anterior. —Hay que estar loco par

abandonar la caballería —opinó

Urceus por enésima vez—. Si tehubieras quedado, no estaríaatrapado aquí, en el culo demundo.

Quintus lo había pensadomuchas veces, pero no searrepentía de su decisión. Aunque

Urceus y sus camaradas no

Page 142: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 142/1720

pertenecieran a su clase social, loquería casi tanto como a su familia

 —¿Quién te sacaría de todos loíos si yo no estuviera aquí?

Urceus rio. —Pero ¡qué dices! Si no fuera

por mí, ya habrías muerto unadecena de veces.

Lo cierto era que ambos se

habían salvado la vida mutuamenteen numerosas ocasiones. —La única manera que tenía de

seguir luchando contra Aníbal eraalistándome a los velites. Mi padreque en paz descanse, estaba tafurioso conmigo que quería

enviarme de vuelta a Capua.

Page 143: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 143/1720

 —Lo sé, pero ¿era necesario qute alistaras en lo más bajo de lanfantería? ¿Cómo se te ocurre? —preguntó tocándose la sien con ededo—. Hay que estar loco. Ahorapodrías estar tumbado al sol en la

granja de tu familia. —Sabes tan bien como yo qu

sería incapaz de quedarme en casa

con Aníbal merodeando por la zonaConvertirme en veles era mi mejoopción.

 —Eres un idiota —declaró Urceucon un tono afectuoso quedesmentía el significado de supalabras.

 —No olvides que he escalado

Page 144: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 144/1720

posiciones desde entonces. —Ya, pero por muy hastatus qu

seas, dudo que tu madre estécontenta.

 —Ya se ha acostumbrado a ladea.

Tras recuperarse de la gransorpresa y el alivio que sintió al vea su hijo vivo después de Cannae

su madre no tardó en expresar sdescontento por su rango desoldado de infantería. Hasta esemomento, Quintus siempre habíahecho caso a su madre, pero esedía no. Después de escuchar copaciencia su exabrupto, le dijo que

no pensaba abandonar la infantería

Page 145: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 145/1720

y, para su asombro, no insistió«Procura que no te maten», seimitó a susurrar.

 —A las madres se les da bienaceptar lo que hacen sus hijosForma parte de su cometido, o a

menos eso decía la mía. —Urceuseñaló en dirección a los árboles—Me voy a mear.

Quintus asintió con un gruñidoEstaba pensando en su antiguoamigo Hanno. ¿Habría muertoHabían pasado cuatro años y mediodesde que se vieron por última vezDesde entonces se habían libradocientos de batallas entre la

egiones y el ejército de Aníbal

Page 146: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 146/1720

era fácil que Hanno hubiera muertoen combate. Si había sobrevividoestaría en tierra firme, puesto queas tropas de Aníbal no habíadesembarcado todavía en SiciliaHanno pertenecía al bando

enemigo y era mejor que novolvieran a encontrarse, peroQuintus no pudo evitar desear que

siguiera vivo. Había hombremucho peores que Hanno entre lafilas romanas. No era capaz derezar por él a los dioses, pero no ledeseaba la muerte. Demasiadohombres buenos habían perdido lavida en Cannae, incluido su padre.

 —¡Por todos los dioses! ¡Cómo

Page 147: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 147/1720

necesitaba eso! —exclamó Urceual volver—. Con lo que he sacadopodría haber sofocado el fuego deuna casa en llamas.

 —Eso es el vino que bebisteanoche. Si Corax te pillara borracho

de guardia, te cortaría el cuello. —Pero no lo hará porque tú y yo

somos dos de sus mejores hombre

—replicó Urceus sonriente—Además, no iba borracho, solocontento.

Quintus soltó un bufido, pero erprobable que Urceus tuviera razónSu camarada absorbía el vino comoel serrín el agua. El organismo de

Quintus no toleraba el vino ta

Page 148: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 148/1720

bien, lo cual era una ventaja y unconveniente a la vez. Aunque lemolestaban las burlas de sucompañeros por comedirse tantoera agradable sentirse bien al díasiguiente cuando el resto se

evantaba con mala cara, sudores vómitos a causa de la resacaQuintus volvió a barrer el horizonte

con la vista y un repentino destellode luz en la lejanía atrajo satención como un cadáver a ubuitre.

 —¡Mira allí!Urceus corrió a su lado.

 —¿Qué pasa?

 —He visto un destello metálico

Page 149: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 149/1720

Mira! Allí está otra vez. Y allí. Nocreo que se trate de un par deviajeros cualquiera.

 —Dudo que sea una caravana decomerciantes. No se ven hoy en día

 —Podría ser una patrulla

siracusana. Ambos contemplaron al grupo

mientras se acercaba. Corax querría

saber todos los detalles y lohombres estaban lo bastante lejocomo para arriesgarse a esperaraunque eso no impidió que selevaran la mano a la espada. Acabo de un rato vieron que setrataba de una tropa formada po

soldados de caballería e infantería.

Page 150: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 150/1720

 —¿Cuántos son? —preguntóUrceus.

 —Yo diría que unos cincuentainetes. Los soldados de infanteríason cuatro o cinco veces más. ¿Tú?

 —Sí, más o menos. En nombre

de Hades, ¿cuáles serán suntenciones?

 —Quizá sea una patrulla enviada

a Leontini. No deben de estar nadacontentos de que la hayamorecuperado.

 —Puede que Hipócrates Epícides quieran demostrarnos quetienen pelotas. Podría ser unaavanzadilla y que el resto de

ejército llegue después. Sea como

Page 151: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 151/1720

fuere, Corax querrá estar acorriente. Quédate aquí y yo iré aavisarlo.

 —De acuerdo —respondióQuintus, preparado para ecombate.

Desde que Hipócrates y Epícideasumieran el control de Siracusatodos los siracusanos se había

convertido en enemigos de RomaCorax no permitiría pasar a estatropa. Su obligación era defender lacarretera al norte y, aunque lossiracusanos les superaran enúmero, al menos se llevarían unabuena tunda de recuerdo.

Era una lástima que no se

Page 152: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 152/1720

tratara de soldados cartaginesespues eran ellos quienes habíaniciado esa maldita guerra y loque habían matado a su padrepero como los siracusanos habíarenegado del tratado con Roma

también se habían convertido eenemigos. «Quizá si matamos losuficientes como para construir u

puente hasta la península con sucráneos, el Senado nos restituya»pensó Quintus, esperanzado, peroel abatimiento volvió a hacer presade él porque ni siquiera así tenía lacerteza de que el Senado seconvencería de su lealtad. Parecía

muy probable que acabara sus día

Page 153: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 153/1720

en Sicilia y que jamás volviera a vea su madre o a Aurelia.

 —Veamos el divertimento quenos han preparado para hoy.

La voz conocida a sus espaldadevolvió a Quintus a la realidad

Dio media vuelta para saludar a scenturión.

 —Una nutrida patrulla enemiga

señor.De mediana edad, rostroalargado y ojos hundidos, Corax ledevolvió el saludo de maneranformal, la vista clavada en lacarretera del sur.

 —Esos canallas miserable

avanzan como si fueran los amo

Page 154: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 154/1720

del lugar. —Deben de pensar que no

tenemos tropas apostadas en lazona —comentó Quintus.

 —Pues andan equivocados lomuy idiotas —replicó Corax, burló

—. Vamos a darles una lección. A pesar de los nervios por la

nminencia del combate, Quintus

Urceus se miraron y sonrieronCorax era un líder muy exigentepero para ellos era como un diodesde que les salvara la vida eCannae.

 —¡Sí, señor! —dijeron aunísono.

 —Será mejor que nos pongamo

Page 155: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 155/1720

en marcha si queremos estar eposición antes de que lleguen.

Corax había decidido montar ecampamento cerca de un enorme viejo roble que había caído emedio de la carretera unos mese

atrás a causa de una tormenta. Eépoca de paz, se hubieraencargado de retirarlo lo

terratenientes locales, pero en lotiempos que corrían los viajeros queusaban ese camino se habíaconformado con cortar las ramamás pequeñas para pasar por uado en fila india.

 —Marceo ordenará retirar este

árbol cuando las legiones marche

Page 156: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 156/1720

sobre Siracusa, pero hasta entoncese queda así —declaró Coracuando lo vio por primera vez.

 —Menos mal que dejamos eárbol aquí, ¿eh? —susurró Quintu—. Es perfecto para tender un

emboscada. —Desde luego —convino Urceu

con una risita.

Quintus guardó para sí lonervios que le corroían por dentro¿Qué pasaría si los siracusanos lodescubrían?

Corax iba caminando de un ladoa otro a sus espaldas, pero sedetuvo un instante para golpear a

Urceus en las pantorrillas con la

Page 157: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 157/1720

vara de mando para que se callara.Camuflados bajo grandes rama

de enebro apiladas, Quintus, Urceuy el resto de los ochenta hombrede la centuria estaban agazapadotras unos gruesos matorrales junto

al hueco del árbol que hacía laveces de pasadizo. A cada quincepasos del burdo muro vegetal que

habían levantado, un hastatucustodiaba un corredor tapado coplantas. Su cometido era retirar lavegetación en cuanto Corax diera laorden. La mitad de los hastati sehabía colocado después del árbol a otra mitad, antes. Quintus

Urceus se hallaban en este último

Page 158: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 158/1720

grupo junto con Corax, mientraque Ammianus, el segundo amando de la centuria, estaba con egrupo de delante. Vitruvius, ecenturión del manípulo, seencontraba al otro lado de la

carretera con sus ochenta soldadossus tropas divididas de iguamanera.

La emboscada podía pasadesapercibida a simple vista, peroa táctica de Corax era arriesgadaSi los siracusanos estaban alertaos romanos quedarían expuestoantes de poder lanzar el ataque. Eel caso de que la suerte se tornara

en su contra, Corax les había

Page 159: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 159/1720

ordenado que se retiraran hasta ecampamento, donde la caballeríaenemiga no podría seguirlos, pero Quintus tampoco le entusiasmabaa idea de que les persiguiera unatropa de infantería que le

superaba en número. «No noverán. El escudo de Marte noprotegerá.»

Quintus alcanzaba a ver utramo de la carretera que conducíaa Siracusa a través de unos huecoen la pared de vegetación, pero nohabía ni rastro de las tropaenemigas, aunque según laúltimas noticias del puesto de vigía

no tardarían en llegar.

Page 160: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 160/1720

Tenía la boca más seca que eesparto y las manos sudorosas. Seas secó una a una en la túnica, simportarle que lo vieran. No debíaavergonzarse por tener miedo. Spadre le había dicho en una ocasió

que el que no tenía miedo era udiota, y tenía razón. El valoconsistía en levantarse para lucha

a pesar del miedo. «Gran Marte —rogó—, guía mi espada hacia eenemigo y mantén firme la manoque sujeta mi escudo. Ayúdanos asalir de esta y realizaré una ofrendaen tu honor.»

Un codazo en las costillas le

obligó a regresar a la realidad.

Page 161: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 161/1720

 —Ya están aquí —murmuróUrceus, agazapado a su lado.

Quintus echó un vistazo acamino y divisó una hilera de cincoinetes. Sus armaduras de bronce cascos beocios destellaban al so

Los caballos también ibaequipados con proteccionemetálicas al antiguo estilo griego

en la cabeza y en el cuerpo. Nocabía duda alguna de que setrataba de siracusanos. Losoldados avanzaban con airedespreocupado, lo cual resultabaprometedor para la emboscadaMientras uno de ellos silbaba, otro

dos estaban inmersos en una

Page 162: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 162/1720

ocosa discusión y se dabaempellones en broma. «Ellos no soasunto mío», pensó Quintus. A noser que todo se torciera, Ammianuy sus hombres se ocuparían de lacaballería.

 —¿Los veis? —inquirió Corax eun susurro, encorvado por encimade ellos—. Recordad, ni un puto

ruido. Atacad cuando yo dé laseñal, en cuanto hayan pasado loinetes. Primero lanzaremos laabalinas y después saldremos a lacarga. Quiero que aniquiléis a lamayoría, pero no a todosNecesitamos prisioneros para que

Marcelo sepa lo que sucede e

Page 163: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 163/1720

Siracusa. —Sí, señor —respondiero

ambos.Pero Corax ya se había

marchado para repetir las órdeneal resto de los hastati.

 A medida que los siracusanoavanzaban, aumentaba la tensióentre los romanos: los soldado

balanceaban el peso de un pie aotro mientras movían los labios eplegarias silenciosas, la vista alzadaal cielo, y agarraban las jabalinacon tal fuerza que tenían lonudillos blancos. Un soldadopróximo a Quintus se pellizcó la

nariz para frenar un estornudo, per

Page 164: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 164/1720

a táctica no funcionó y apretó lacara contra el brazo paraamortiguar el sonido. A Corax se lehincharon las venas del cuello, perono pudo hacer nada por evitarlo.

El estornudo ahogado pareció

retumbar en el ambiente y Quintuse preparó para lanzarse a la cargaAunque la emboscada se fuera a

traste, al menos darían un buevapuleo de recuerdo al enemigoPero cuando vio que las tropaenemigas seguían avanzandorecobró la esperanza. El estruendode cincuenta caballos y sus jineteavanzando había apagado el sonido

del estornudo.

Page 165: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 165/1720

Los siracusanos se hallaban apoco más de cien pasos del robletumbado. En cuanto descubrieron eobstáculo en medio de la carreteraa patrulla se detuvo en medio deun lamento colectivo. La voz corrió

a gritos de un extremo a otro de latropa para informar al comandanteAl cabo de un rato, dos jinetes se

aproximaron al árbol caído. Paraevitar que se sintieran observadosQuintus clavó la vista en el suelo. Ecorazón le palpitaba con fuerzapero no le impidió oír lo que decíanHablaban en griego. «Claro —pensó—. Siracusa fue fundada por lo

griegos.» Como buen ecuestre

Page 166: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 166/1720

Quintus había sido obligado aaprender esa lengua de niño y, poprimera vez en su vida, se alegróde ello.

 —Este maldito árbol no estabaa última vez que pasé por aquí —

dijo una voz grave—. Seguro que euna trampa.

Se oyó una carcajada.

 —¿Una trampa? ¿Quién puedetumbar un árbol de semejantetamaño, Eumenes? Ni el propioHércules podría. Mira las raícesapuntan al cielo. Eso significa quese cayó durante una tormentaseguramente la misma que levantó

as tejas de todos los tejados de la

Page 167: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 167/1720

ciudad hace un par de meses. —Es posible que cayera durante

una tormenta, pero este lugar eperfecto para tender unaemboscada —protestó Eumenes—Hay matorrales a cada lado de

camino y el paso está bloqueadocasi por completo. Para guiar a locaballos al otro lado, tendremo

que romper la formación denfantería. —¡No hemos visto ni a u

romano desde que salimos deSiracusa! Están todos en el nortehazme caso. Toma, coge lasriendas de mi caballo y echaré u

vistazo al otro lado.

Page 168: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 168/1720

Quintus miró a Urceus —latensión visible en su rostro— y cayóen la cuenta de que su amigo noentendía lo que decían.

 —Va todo bien —dijo moviendoos labios.

En ese momento Quintus searriesgó a echar un vistazo acamino y casi se le para el corazón

a una distancia de veinte pasosEumenes, un hombre fornido barbudo, parecía mirarlodirectamente a los ojos mientrasujetaba las riendas de los docaballos. «¡Mierda!» Quintus bajó lavista de inmediato y permaneció

nmóvil largo rato, muy consciente

Page 169: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 169/1720

de la respiración rápida de lohombres y del crujir de las rodilladespués de tanto tiempoacuclillados. Para su gran alivio, nosonó ningún grito de alarma.

 —¡Eh, Eumenes! ¡Deja de

rascarte las pelotas! —Vete a la mierda, Merops

¿Has visto algo?

 —Ni una huella de sandaliaromana. He dado la vuelta al árboy he echado un buen vistazo aambos lados. No hay nada.

 —¿Seguro? —Me jugaría el cuello.«Eso es lo que acabas de hacer

diota», pensó Quintus co

Page 170: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 170/1720

renovadas esperanzas en el plan deCorax.

 —Vamos, el jefe querrá saber loque está pasando.

 A continuación se oyó el sonidode los jinetes montando y de lo

caballos alejándose. Quintus volvióa respirar.

 —¿Qué coño han dicho? —

preguntó Urceus a su amigo al oídoQuintus se lo explicó todo ordenó que hiciera correr la voz ahastatus de su derecha, que parecíaaterrorizado.

 —Pásalo y yo haré lo mismo pomi lado.

Era evidente que Corax tambié

Page 171: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 171/1720

sabía algo de griego porque llegó apoco rato para calmar a lohombres y explicarles que eenemigo no se había percatado desu presencia. Más tranquilos, lohastati se dispusieron a segui

esperando y el centurión envió umensaje a Ammianus paranformarle de la situación.

Los jinetes no tardaron eregresar. Quintus oyó sus protestasmientras desmontaban caminaban hacia el árbol. Uno deellos se quejaba de que su caballocojeaba, mientras que a otro ledolía el trasero; un tercero protestó

de hambre y otro se lamentó de lo

Page 172: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 172/1720

mucho que les obligaba a cabalgaa diario el comandante. Quintuesbozó una leve sonrisa. Todos lossoldados eran iguales, fueran debando que fueran. «Pero estos sonsoldados enemigos», tuvo que

recordarse a sí mismo. Losiracusanos no se diferenciaban enada de los cartagineses que

habían matado a su padre y debíamorir, ser apresados oahuyentados.

Echó un vistazo al camino paracontar el número de jinetesAvanzaban con lentitud y la tensióera insoportable. Habían empezado

a bordear el árbol. Primero pasaro

Page 173: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 173/1720

cinco jinetes, luego diez y, despuésveinte. Casi nadie prestó atención aos arbustos que flanqueaban ecamino. «Mejor», pensó Quintusnervioso, pendiente de las ramaapiladas que constituían todo s

camuflaje.Cuando hubo pasado una

treintena de soldados, el hastatu

que había estornudado antes seestremeció al notar que le venía unuevo estornudo. Corax se acercócomo una flecha y le cubrió la caracon los bajos de su túnica.

 A pesar del peligro inminenteQuintus no pudo evitar una sonrisa

Urceus también lo miró divertido

Page 174: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 174/1720

La idea de que un soldado sesonara los mocos con la túnica deCorax parecía un chiste. Quintus notenía la menor duda de que edesafortunado soldado pagaría mátarde por su error, si sobrevivía

claro está. «Con la ayuda de lodioses, sobreviviremos los dos.»

 —¡Achís!

El intento de Corax deamortiguar el sonido del estornudohabía fallado. El hastatus miró acenturión aterrorizado, pero estetenía la vista clavada en el caminoa mandíbula apretada.

Quintus notó que se le disparaba

el corazón y observó las tropa

Page 175: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 175/1720

enemigas.Un jinete de corta estatura que

aguardaba paciente con su bellocaballo ruano para bordear el árboestaba mirando en su dirección.

«Mierda. Lo ha oído», pensó

Quintus, y se volvió a su centuriónque estaba inmóvil como unaestatua.

El siracusano frunció el ceño y sevolvió al hombre que tenía detráde él.

 —Mira a tu izquierda —dijo egriego—. ¿No te parece que esaramas han sido apiladas sobre loarbustos?

«¡Mierda!» Quintus abrió la boca

Page 176: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 176/1720

para advertir a Corax... —¡Preparad las jabalinas

Apuntad alto! ¡L ANZADLAS! —rugió ecenturión.

Quintus se puso en pie, flexionóel brazo derecho y lanzó el pilum

con lentitud. No apuntó a ningúobjetivo en particular. Con tantossoldados enemigos por doquier, no

era necesario. Cuarenta jabalinasurcaron el aire en un hermosovuelo letal. De los arbustos deenfrente resonó la misma orden una segunda lluvia de pila aterrizópocos segundos después de laprimera. Corax ordenó una nueva

ráfaga en cuanto estallaron lo

Page 177: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 177/1720

amentos de los hombres y locaballos. Quintus arrojó la jabalinay rogó que diera en el blanco. Losiguientes movimientos fueron actoreflejo: desenvainó la espadaevantó el escudo y lanzó una

nueva plegaria a los dioses, al iguaque el resto de los hombres.

 —¡Abrid los huecos! —gritó

Corax—. ¡Primero que pasen lohombres de la izquierda y, despuésos de la derecha! ¡Esparcíos! ¡Dadsu merecido a estos cabronesV AMOS!

Quintus y Urceus fueron de loprimeros en avanzar. Tenían que

pasar uno a uno por el corredor. La

Page 178: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 178/1720

maniobra se hizo eterna. En cuantoestuvieron fuera, se desplegaron euna fila desigual antes de lanzarsea la carrera. Las ramas les rascabaa cara y el terreno irregular eratraicionero, pero nada ni nadie

podía detenerlos. La emoción y etemor del combate se habíaapoderado de ellos.

 —¡R OMA! —exclamó Quintus.Urceus repitió el grito y sucompañeros le imitaron.

 —¡R OMA! ¡R OMA! ¡R OMA! —clamaron los hastati que teníaenfrente.

Corrieron veinte pasos. Quintu

se animó al ver la escena que se

Page 179: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 179/1720

desarrollaba ante sus ojos. Ecamino era un caos. Las jabalinahabían dado sobre todo a locaballos, que iban desbocados y siinetes de un lado a otro, algunoheridos, otros no.

 Algunos yacían en el suelorelinchando de dolor y soltandococes al aire. Algunos jinete

seguían montados, pero carecían deespacio suficiente para maniobrardelante tenían el roble y, a susespaldas, el cuerpo de infantería.

La caballería estaba acabada el pánico pronto cundiría entre eresto de los soldados enemigos

pero si los siracusanos se daba

Page 180: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 180/1720

cuenta de que superaban enúmero a los hastati, las cosapodían ponerse muy feas en usegundo, pensó Quintus.

 —¡Por ahí! —gritó señalando a lanfantería enemiga.

Quintus lideró el camino seguidode Urceus y media docena decamaradas.

Un par de jinetes a pie senterpuso en su camino blandiendosus espadas kopis. Solo uno llevabaescudo. Quintus alzó el scutum coa intención de golpear en el pechoal que iba desprotegido, pero nocontó con la hoja curvada del kopi

que asomó por encima del borde

Page 181: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 181/1720

metálico de su escudo. Quintus alzóel brazo izquierdo para detener eataque, pero la punta de la espadaenemiga le golpeó en la partesuperior del casco. La fuerza dempacto hizo que le temblaran la

rodillas y un segundo después llegóel dolor insoportable, que nacía ea sien y le reverberaba en e

cerebro como si le pincharan milede agujas afiladas. Los reflejos, eentrenamiento militar y la amargacerteza de que si no se movíamoriría, impidieron que sedesplomara en el suelo.

Quintus enderezó las piernas

se inclinó hacia delante con la

Page 182: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 182/1720

esperanza de que su contrincanteno reaccionara a tiempo. Eestrépito metálico del scutumcontra la coraza enemiga leconfirmó que no. El peso del kopise desvaneció del escudo y Quintu

contempló al siracusano tumbadoboca arriba, los ojos aterrorizados«O tú o yo», pensó Quintu

nclemente mientras le clavaba laespada en la boca. Una vez dentroa giró y notó la carne cortada, lomúsculos partidos y el rechinar dehueso. Al retirarla, la sangre salió aborbotones. Quintus notó, pero novio, el líquido rojo que le salpicaba

as piernas y los pies. Miró a

Page 183: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 183/1720

derecha e izquierda. El otro jinetehabía caído. Los tajos salvajes en ecuello y los brazos daban fe de laeficiencia de Urceus. Un caballo couna jabalina clavada en la caderaempezó a retroceder hacia ello

relinchando de miedo, pero uhastatus le arreó por detrás con laespada plana y salió de estampida

A continuación disfrutaron de umomento de calma en medio de laocura.

Quintus palpó la parte del cascoque había golpeado el kopis. Estabmuy abollado, pero no se habíaroto.

 —Has tenido mucha suerte

Page 184: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 184/1720

antes —comentó Urceus—. ¿Teduele la cabeza?

 —Mucho más que después deuna larga noche de borrachera —respondió Quintus, avergonzado poel error de principiante que había

cometido. —¿Puedes seguir luchando?Quintus sintió que la vergüenza

se esfumaba y daba paso a la rabiaAunque no estuviera en plenacondiciones, debía enmendar serror. No podía abandonar a suscamaradas.

 —Sí.Urceus lo conocía demasiado

bien como para contradecirlo y se

Page 185: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 185/1720

imitó a señalar con la cabeza a lanfantería siracusana.

 —Están muertos de miedo. Nhan formado todavía y nadie les haatacado de frente. ¡Vamos a poellos! Filas de cuatro por dos. ¡Ya!

Sus compañeros rugieron procedieron a formar. Quintusagradeció que su amigo tomara e

mando. Urceus y él se colocarountos, ambos flanqueados posendos compañeros. Los otrocuatro hastati se colocaron detrápara apoyar su avance y sustituirloen la primera fila si fuera necesario

 —¡Moveos! —ordenó Urceus—

Rápido!

Page 186: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 186/1720

Tras esquivar los cuerpos devarios jinetes y a un caballomuerto, se acercaron al enemigo¿Era posible que todos los oficialedel otro bando estuvieran muertoo heridos?, se preguntó Quintus. ¿O

acaso el enemigo carecía de todadisciplina? Nadie los vio avanzarodos los soldados siracusanos se

habían vuelto hacia los hastati quees atacaban desde ambos lados decamino. Ello les brindaba una graoportunidad y Quintus gritóentusiasmado. Si todo iba bienpodían acabar con ellos a laprimera.

Pero era demasiado bonito para

Page 187: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 187/1720

ser verdad.Una figura que lucía u

magnífico casco ático dio mediavuelta. Al verlos, lanzó unaobscenidad y rugió varias órdenesLos siracusanos reaccionaron y se

volvieron hacia Quintus y el restode los hastati. En menos de lo quecanta un gallo, ya habían formado

una pared de unos diez escudosAunque eran pocos, se trataba deos enormes escudos griegos queprotegían de la cabeza a los pies encajaban entre sí.

 —Si queremos acabar con estofollaovejas, no tenemos má

remedio que atacar ahora —

Page 188: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 188/1720

sentenció Urceus.Quintus pensaba que le iba a

estallar la cabeza y notó la bilis ea boca, pero no había vuelta atrásNo podía huir y abandonar a sucompañeros. No podía traicionar a

su padre, que había muerto poRoma.

 —Vamos.

 —¿Estáis listos, muchachos? —preguntó Urceus. —¡Sí! —respondieron al unísono A pesar del miedo, Quintu

disfrutó de ese momento decamaradería. Era una grasensación saber que los hombre

que le rodeaban estaban allí para é

Page 189: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 189/1720

del mismo modo que él lo estabapara ellos. Si estaba destinado amorir, no podía elegir un lugamejor.

El enemigo estaba a unos quincpasos, lo bastante cerca como para

que Quintus distinguiera el dibujode los escudos y las puntas letalede las lanzas. Cuando los ocho

hastati se lanzaron a la carga, lafila siracusana tembló, pero no serompió. Su oficial, situado a suespaldas, los instó a resistir Quintus lo odió con toda su almaUn líder así marcaba la diferenciaentre que los hombres se

mantuvieran en posición o huyeran

Page 190: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 190/1720

pero el oficial estaba demasiadoejos para acabar con él. Esehombre sería su maldición. Laanzas tenían un mayor alcance queos gladii.

Trece pasos. Diez.

De pronto una jabalina surgió dea nada y aterrizó en la cara deoficial siracusano. Quintus no daba

crédito a sus ojos. El hombre alzóas manos para agarrar el astapero le habían abandonado lafuerzas. Era hombre muerto. Actoseguido desapareció de su vista coun terrible alarido. A su alrededoros soldados gritaron consternados

Los hombres de la primera fila se

Page 191: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 191/1720

volvieron para ver lo que sucedía ydieron un paso involuntario haciaatrás.

 —¡Al ataque! ¡Y  A! —ordenóCorax.

El equilibrio de poder había

cambiado en un abrir y cerrar deojos. La confianza perdida por losiracusanos fue ganada por lo

hastati. Quintus intuyó que Corahabía lanzado la jabalina y supoque el enemigo cedería ante eataque.

Los hastati aplicaron loaprendido durante la instrucción aminoraron el paso antes de

abalanzarse sobre los soldado

Page 192: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 192/1720

siracusanos. Si atacaban demasiadorápido, se arriesgaban a perder eequilibrio, pero ello no restó fuerzaal estruendo que resonó cuandoambos bandos chocaron. ¡P AM

Quintus recordó otra batalla donde

el fragor de las armas se habíaasemejado al retumbar de lotruenos y el suelo tembló a su

pies, convertido en un campo desangre. «Pero hoy será distinto», seconvenció. Si lograban franquear lapared de escudos, el enemigohuiría. Una lanza apuntó en sdirección, pero Quintus se agazapódetrás del escudo y le pasó po

encima de la cabeza. A

Page 193: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 193/1720

continuación, repitió el movimientoque había usado con el jinete y sempulsó con las pantorrillas paraatacar al siracusano. Su oponentese tambaleó sobre los talones, peroos escudos vecinos mantuvieron e

suyo en posición. Sin embargo, noestaba preparado para el gladiuque asomó por encima del escudo

en busca de su cuello. Quintusiguió arremetiendo con la espadaal tiempo que empujaba con escutum. El siracusano cayó muertoy el joven romano empujó eescudo hacia atrás.

Quintus se olvidó del dolor de

cabeza y lanzó un grito de guerra

Page 194: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 194/1720

antes de meterse por la brecha. Erauna maniobra muy peligrosa había visto morir a más de usoldado por abalanzarse de estemodo sobre las líneas enemigaspero no podía desaprovechar la

oportunidad. Por suerte no dio debruces con ningún siracusano. Loúnico que vio fueron las do

paredes de escudos enemigos podetrás que intentaban contener loataques romanos procedentes deambos lados de la carretera. Emedio de todos ellos había uoficial que no se había percatado dea presencia de Quintus y se

dedicaba a chillar órdenes de u

Page 195: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 195/1720

grupo a otro.Quintus dio media vuelta para

apuñalar a un soldado enemigo poa espalda y ampliar la brecha en lafila de escudos. Mientras mataba avecino del soldado recién caído

Urceus cruzó la línea enemiga miró en derredor.

 —A duras penas están

resistiendo el ataque de nuestrocompañeros —comentó Quintus. —Si les atacamos por detrás

caerán —sentenció Urceuadeando.

 —Si lo conseguimos con ugrupo, el otro también se

desmoronará.

Page 196: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 196/1720

 —Sí. Al poco rato se les unieron cinc

de sus seis camaradas, que habíamatado o ahuyentado al resto deos siracusanos de la línea deescudos. Dos de ellos estaba

sangrando, pero eran heridas levesodos lucían una gran sonrisa.

Quintus se rio. La situació

distaba mucho de ser divertidapero zafarse de las garras de lamuerte tenía un efecto extrañosobre los hombres.

 —¿Preparados? Un poco más son nuestros.

Sedientos de sangre, los hastat

anzaron un grito de guerra

Page 197: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 197/1720

volvieron a formar en dos filas: laprimera de cuatro y la segunda detres.

 —¡R OMA! —exclamó Quintuantes de lanzarse a la carga.

¡Piiiiiiip! ¡Piiiiiiip! ¡Piiiiiiip!

Quintus oyó el silbato de Coraen medio del estruendo y escupióen dirección a los siracusanos que

se habían batido en retirada. Siescudos, sin armas y, algunos, sincascos, una treintena de soldadohuyó hacia el sur sin mirar atrás, siacordarse de los compañeroheridos. Estaban tan ansiosos pohuir, que lo olvidaron todo.

¡Piiiiiiip! ¡Piiiiiiip! ¡Piiiiiiip!

Page 198: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 198/1720

Quintus recordó lo aprendidodurante la instrucción y aminoró epaso. Con cada respiración fuerecobrando la cordura y no tardó ealegrarse de que su comandante lehubiera ordenado detenerse. Había

sido tarea fácil aniquilar a losiracusanos cuando rompieron filay durante el primer centenar de

pasos de su precipitada huida, perocomo siempre, llegó un momentoen que perseguir a unos hombreque no cargaban con el lastre de laarmas y la armadura se convirtió euna verdadera prueba deresistencia. Quintus agradecía la

protección adicional de la cota de

Page 199: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 199/1720

malla, pero pesaba diez veces máque la coraza de bronce que llevabaantes de ser ascendido a hastatus.

 Avisó a los compañeros que nohabían oído el silbato del centuriónUrceus, que estaba a su lado, hizo

o mismo. Solo fue necesario repetia llamada a un puñado dehombres. Todos habían estado en

suficientes batallas como parasaber cuándo tocaba parar y todoconocían a soldados que, acontinuar con la persecuciódespués del combate, habíaacabado aislados y cazados por spresa. Y eso, les había repetido

Corax hasta la saciedad, era otra

Page 200: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 200/1720

manera estúpida de morir.Una veintena de hasta t i di

media vuelta en dirección a lacarretera. Por el camino, seapoderaron de los odres de agua deos muertos y remataron a lo

siracusanos gravemente heridosEra difícil calcular el número debajas de la infantería enemiga

pero sumaban casi un centenar. Lacaballería había corrido peor suerteQuintus solo había visto a dos otres jinetes huir al galope de lamasacre. A pesar del estornudonoportuno, la emboscada habíasido un éxito rotundo.

Los soldados enemigos que

Page 201: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 201/1720

todavía podían caminar fueroaprehendidos y llevados junto augar de la emboscada, en direcciónorte.

Corax ya estaba interrogando aun prisionero, pero se interrumpió

al verlos llegar y les recibió con unade sus sonrisas: un ligeroevantamiento de una comisura de

abio. —¿Habéis oído el silbato? —Sí, señor —respondió Quintus. —¿Todavía queda algún tonto

persiguiendo al enemigo? —No, señor. —Bien. ¿Hay algún oficial entre

vuestros prisioneros?

Page 202: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 202/1720

 —Ninguno, señor. —Pues matadlos. Yo tengo aqu

al suboficial, que, tarde otemprano, acabará cantando.

 —Señor. A Quintus no le sorprendió la

orden. Corax necesitabanformación y, si los prisioneros nopodían proporcionarla, carecían de

todo valor para él. La tropa noandaba sobrada de comida y nopodían malgastar raciones nhombres para cuidar de loprisioneros. Aunque no le gustabamatar a sangre fría, debía cumplia orden.

 —Ya habéis oído al centurión

Page 203: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 203/1720

hermanos —dijo mirando a sucompañeros, a punto dedesenvainar la espada.

 —Tú no, Crespo.Quintus miró a Cora

sorprendido.

 —¿Señor? —¿Hablas griego?El mero hecho de que e

centurión se lo preguntara era musignificativo. Hacía tiempo queQuintus se preguntaba si Corax nosospechaba que sus orígenes noeran los que había alegado cuandose alistó. Lo intuía por la manera eque lo miraba a veces. Dudó u

nstante antes de responder, pero

Page 204: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 204/1720

cuanto más tardara en contestarmás obvia sería la mentira.

 —Sí, un poco, señor. Lo aprendcuando... —empezó a mentincómodo.

 —Ahórrate las explicaciones. M

griego está muy oxidado. Ven aquy traduce.

 —Sí, señor —obedeció Quintus

doblemente aliviado por habeevitado el interrogatorio y por notener que ejecutar a los prisioneros

El joven romano volvió laespalda a los prisioneros, quesuplicaban por su vida mientraUrceus y el resto los rodeaban.

El oficial siracusano, un hombre

Page 205: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 205/1720

corpulento y con barba, que eraunos pocos años mayor queQuintus, tenía una herida superficiaen el brazo derecho, pero por lodemás estaba ileso.

 —¿Vais a ejecutar a todos mi

hombres? —le preguntó a Quintus.Corax le entendió.

 —Sí. Cada muerto es un

espada menos en los muros deSiracusa —respondió el centurión.Quintus miró al oficial.

 —¿Lo ha entendido? —La verdad es que no —

respondió con desdén.Quintus tradujo para él la

respuesta del centurión.

Page 206: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 206/1720

 —¿Me vais a matar a mtambién?

Quintus no respondió. —Tu comandante habla un

griego de pena.Quintus miró a Corax, que se rio

 —Hay que reconocer que estehombre tiene huevos —dijo ecenturión—. Y, además, tiene

razón. Por ahora he entendido quese llama Kleitos y que es suboficiade una falange, la mitad de la cuaestaba de patrulla. El comandanteera uno de los jinetes. Es el queestá allí tumbado, al que le faltamedia cabeza. El resto de lo que

me ha dicho no lo he comprendido.

Page 207: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 207/1720

 —¿Qué deseas que le pregunteseñor?

 —Empieza preguntándole por eobjetivo de la patrulla y si hay mátropas en la zona.

Quintus miró a Kleitos.

 —¿Hablas latín? —Solo unas palabras —

respondió el oficial encogiéndose de

hombros—. Los buenos siracusanono utilizamos vuestro idioma. ¿Paraqué? No sois más que unomalditos salvajes —dijo señalandocon la barbilla a los prisioneros deQuintus y Urceus, muchos de locuales yacían muertos en el suelo.

 —Tus soldados harían lo mismo

Page 208: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 208/1720

—replicó Quintus, impertérrito—Me sorprende tu falta de interés poel latín. Hierón fue un fiel aliado dea República durante medio siglo.

 —¡Era un maldito tirano! —exclamó el siracusano co

desprecio—. No todos le apoyaban¿sabes? Muchos nobles están mucontentos de que ahora Hipócrate

y Epícides ostenten el poder.Quintus tradujo todo antes dedirigirse de nuevo a Kleitos.

 —¿Qué hacíais por aquí? —Tomar el aire. Dicen que e

aire de los alrededores del MonteEtna es muy sano.

 —No seas idiota —replic

Page 209: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 209/1720

Quintus de mal humor—Conseguiremos sonsacarte lanformación por las buenas o por lamalas. Esos hombres que estamoejecutando son solo el principioCréeme si te digo que no te

conviene cabrear a mi centurión.Kleitos titubeó un instante, pero

después volvió a adoptar s

expresión desdeñosa. —¿Por qué voy a contaros nadaMe vais a matar de todos modos.

 —¿Hay más tropas siracusanaen la zona?

Kleitos le lanzó una miradaasesina como toda respuesta.

 —¿Qué sucede? —inquirió Corax

Page 210: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 210/1720

 —Piensa que vamos a matarloen cuanto hayamos acabado enterrogatorio, señor —respondióQuintus—. ¿Es eso cierto? —preguntó en voz baja.

 —Depende —gruñó Corax—. S

nos cuenta algo que valga la penapuede que lo suelte. Si no, bueno..

 A Quintus le incomodaba la idea

de presionar a su centurión, pero noquería interrogar a Kleitos bajofalsas pretensiones.

 —¿Me das tu palabra, señor? —Menudas pelotas tienes

muchacho —replicó Corax clavandosu penetrante mirada en Quintus

pero el joven se mantuvo en su

Page 211: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 211/1720

trece. Al cabo de un rato quepareció una eternidad, el centurióasintió con la cabeza—. Si lanformación que nos proporciona eútil, quedará libre, pero dile a esarata de alcantarilla que lo tendré

vigilado y, si me huelo la másmínima traición o mentira, yomismo le cortaré el cuello.

 —Sí, señor. —Quintus se volvióhacia Kleitos—. Dinos todo lo quesabes y, si la información nosresulta útil, mi centurión te dejarámarchar.

 —¿Por qué iba a creerle? —Tienes su palabra, y la mía —

respondió Quintus.

Page 212: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 212/1720

Hubo un momento de silenciomientras Kleitos libraba una duraucha interna.

 —No es ningún mérito moriporque tus hombres hayan muerto—instó Quintus.

 —¿Y tú qué sabes? —Yo estuve en Cannae —replicó

Quintus con el semblante serio—

Seguro que habrás oído hablar de lamasacre de aquel día. Al anochecerapenas quedaba ningún romanocon vida. Los que seguíamos en piehabíamos perdido toda esperanzade sobrevivir, pero mi centurión nossacó de allí. Luchamos hasta llega

a un lugar seguro. Y como toda

Page 213: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 213/1720

recompensa el Senado nos mandó aSicilia deshonrados. No obstanteprefiero estar aquí vivito y coleandoque pudriéndome en el fango deItalia.

 A su pesar, Kleitos le dedicó una

mirada de respeto. —Muy bien. Estábamos aqu

como patrulla de reconocimiento

para comprobar si las troparomanas ya avanzan hacia el surHipócrates y Epícides saben queMarcelo tiene previsto marchasobre Siracusa y quieren sabecuándo pasará.

Quintus tradujo para Corax.

 —Tiene sentido, continúa —

Page 214: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 214/1720

ordenó el centurión en su griegodeficiente.

 —¿Hay más patrullas cerca? —preguntó Quintus.

 —Ninguna.Corax escuchó satisfecho la

respuesta. —¿Cuantas tropas ha

actualmente en Siracusa?

Quintus tradujo.Kleitos frunció el ceño, perodespués sonrió.

 —¿Qué más da si os lo digoJamás podréis tomar la ciudad. Hamás de treinta mil hombrearmados dentro de las murallas de

Siracusa.

Page 215: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 215/1720

 —¿Treinta mil? —repitió Coraxque había captado el número—¿Cuántos son soldadoprofesionales?

Quintus hizo la pregunta egriego.

 —Más de dos tercios. Tendremotiempo de instruir al resto cuandocomience el sitio —replicó orgulloso

Kleitos—. Además, Hipócrates Epícides han liberado a unos cincomil esclavos que también recibiráarmas e instrucción militar.

Corax se tomó su tiempo paradigerir la información, pero no hizoningún comentario.

Un número tan elevado de

Page 216: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 216/1720

soldados implicaba una fuerteresistencia a cualquier ataqueQuintus jamás había pensado quesería fácil recuperar Siracusa, peroeran malas noticias.

 —¿Y qué hay de las catapultas

otros artefactos similares? ¿Cuántahay? —inquirió Corax.

 —¿Cuántas catapultas? —Kleito

reconoció la palabra—. No lo séexactamente, pero muchasMontones. Tenemos desde las máspequeñas hasta las más grandescapaces de lanzar una roca detamaño de un altar. No nos faltamunición —añadió con un guiño.

Corax frunció el ceño cuando

Page 217: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 217/1720

Quintus le tradujo la respuesta. —Supongo que era de esperar —

gruñó—. Una ciudad como Siracusano podría haber resistido aenemigo cientos de años sin unabuenas defensas. También tendrán

pozos y comida suficiente paravarios meses, y eso sin contar coas provisiones que lleguen por mar

que serán difíciles de interceptarSerá un largo asedio, pero Romaprevalecerá al final —comentó coa vista clavada en Kleitos.

 —Ya lo veremos —respondió esiracusano tras escuchar latraducción de Quintus—. Cartago

pronto acudirá en nuestra ayuda.

Page 218: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 218/1720

La palabra «Cartago» y el tonoempleado por Kleitos no requeríamayor explicación, pero Quintutradujo sus palabras de todomodos. En cuanto hubo acabadoCorax sonrió de oreja a oreja, lo

cual le daba un aspecto mátemible todavía.

 —El futuro nos dirá quién lleva

razón y yo me apuesto el huevozquierdo a que no será él. Traducea este canalla lo que acabo de deciy después déjale marchar.

 —No me conformaré con un solohuevo de tu centurión —replicóKleitos con una sonrisa que no se

reflejó en sus ojos, que prometía

Page 219: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 219/1720

un destino terrible.Quintus no se molestó e

traducir. —Puedes irte.Kleitos saludó a Corax con una

nclinación de cabeza y este le

devolvió el saludo. —¿Puedo coger mi espada? —

preguntó señalando un hermoso

kopis que estaba en el suelo.Quintus no pudo más queadmirar su valor.

 —Desea su espada, señor. —Debe jurar que no atacará a

ninguno de mis hombres durantetodo un día y toda una noche —

exigió Corax.

Page 220: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 220/1720

Page 221: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 221/1720

Quintus le entregó la espada. —Si volvemos a encontrarnos, o

mataré a ti y a tu centurión —advirtió el oficial.

 —Te estaremos esperandoAhora, vete —replicó Quintus

racundo.Sin mediar palabra, Kleito

esquivó los cuerpos inertes de su

hombres y emprendió el camino aSiracusa. —Un hombre valiente —observ

Corax—. Si todos los defensores dea ciudad son como él, el asediodurará más de lo que Marceloprevé.

Page 222: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 222/1720

4

4

 —¿Vamos a ver a la agüela? Aurelia sonrió. Publius se había

atascado otra vez con la palabra«abuela». A su madre le ponía munerviosa que no pronunciara bien s

nombre y, aunque su hija le

Page 223: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 223/1720

asegurara que era una cuestión detiempo, no podía evitar corregir asu nieto cada vez que seequivocaba. Aurelia miró a su hijocon ternura y le achuchó la mano.

 —Sí, cielo, pronto veremos a la

abuela. No queda mucho.Era media mañana, la hora má

segura para caminar por Roma. Esa

zona del Palatino era un árearespetable, pero Aurelia no dejabade mirar en derredor con sus ojogrises, muy alerta ante posibleproblemas. La violenta agresióque había sufrido en Capua hacíados años y medio, antes de nace

Publius, la había escarmentado

Page 224: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 224/1720

para siempre.Elira, su esclava iliria, le pisaba

os talones y actuaba de barreraante cualquier delincuenteAgesandros caminaba uno o dopasos por delante. Aurelia

desconfiaba del capataz siciliano desu padre, al que temía desde quemató a Suni, el amigo de Hanno

pero en ese momento agradecía spresencia en las inmundas calles dea capital.

No era de extrañar que esiciliano estuviera en Roma. CuandoAurelia y su madre, Atia, se habíavisto obligadas a abandonar la finca

de Capua, Agesandros devino

Page 225: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 225/1720

nnecesario, pero como llevabamuchos años con la familia, pasó aconvertirse en sirviente guardaespaldas de Atia, la madrede Aurelia. A lo largo de laterribles y caóticas semana

posteriores a Cannae, cuandoquedó claro que Fabricius nuncaregresaría a casa, el capataz se

volvió indispensable para Atia. Yahora que madre e hija vivían eRoma, Agesandros no se separabade Atia. Aurelia, que vivía en unacasa próxima a su madre con smarido Lucius, no se atrevía aquejarse del capataz ante Atia, que

seguía en duelo. Además, la jove

Page 226: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 226/1720

no tenía que ver a Agesandrotodos los días y, en momentoscomo ese, el esclavo le aportabaseguridad.

 Aurelia observó al sicilianomientras caminaba delante de ella

De piernas arqueadas, continuabateniendo el cuerpo tan fibroso comosiempre. El único signo discernible

del paso del tiempo en su personaeran los mechones de pelo plateadque le asomaban en las sienes. Ea mano derecha llevaba un palo daspecto inocente, pero Aureliasabía lo rápido que era capaz deconvertirlo en arma arrojadiza

estaba segura de que tambié

Page 227: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 227/1720

levaba una daga oculta en algunaparte de su cuerpo. Agesandrotenía casi cincuenta años, peroseguía intimidando con su físicoLos transeúntes tendían a apartarsal verlo, lo cual facilitaba su avance

por la calle. Aurelia pensó queAgesandros caminaba más rápidode lo normal y el niño le pesaba

cada vez más en los brazos. —Agesandros, detente. Necesitodescansar un momento.

El capataz volvió la cabeza Aurelia creyó detectar una muecmpaciente en su rostro, perodesapareció tan rápido que no

estaba segura.

Page 228: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 228/1720

Page 229: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 229/1720

 —¿Eh? —replicó el capataz coel rostro inexpresivo.

 —Pareces impaciente. ¿Estamoen peligro?

 Agesandros miró a lotranseúntes antes de responder.

 —No. Aurelia le había cogido miedo a

esclavo desde que mató a Sun

delante de sus ojos, pero eso no lempidió interrogarlo. —Algo te pasa. ¿Qué es? Agesandros perdió su expresió

nmutable durante un instante Aurelia vislumbró el temor en suojos. Tuvo un mal presagio. Desde

Cannae, su vida había recobrado

Page 230: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 230/1720

cierta estabilidad. Aunque veía pocoa su marido y nunca a Quintus o asu mejor amigo, Gaius, su hijo lamantenía ocupada y su vidadiscurría sin grandes sobresaltosNingún ser querido había muerto n

sufrido ningún daño en los últimotiempos.

 —Agesandros, dime lo que

sucede. —Es tu madre —respondióreticente—. No está bien.

 —¿Cómo? Pero si yo la vi lasemana pasada y no tenía nada —protestó Aurelia.

Su madre le había mencionado

que tenía problemas para dormir

Page 231: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 231/1720

que había perdido peso, pero ¿quémujer no se quejaba de insomnioLo primero era normal, y losegundo, algo deseable.

 —Sal-chi-cha, mamá —repitióPublius, que se escabulló de su

brazos para acercarse a la barra—Sal-chi-cha!

 Aurelia salió disparada en pos d

su hijo y se perdió la respuesta deAgesandros. Cuando recuperó aPublius, que sonreía de oreja aoreja porque la jovial camarera lehabía regalado media salchicharegresó a su lado.

 —¿Me decías? —preguntó.

El hombre desvió la mirada.

Page 232: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 232/1720

 —Vomita mucho y se queja dedolor de vientre.

 —Le habrá sentado mal algo quha comido.

 —Lo dudo. Yo he comido lomismo que ella y estoy bien. —

Agesandros volvió a echar uvistazo a la calle—. ¿Podemos irnoya?

 Aurelia cogió a Publius en brazoy siguió a Agesandros. No le habíapasado por alto la expresión deElira cuando el capataz mencionóhaber comido lo mismo que smadre, lo cual significaba que laesclava también había pensado e

o peor.

Page 233: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 233/1720

 —¿Mi madre cree que alguiequiere envenenarla?

Los viandantes giraron la cabezaal oír la palabra «envenenar», peroa ella le dio igual.

 —Nada de eso. Es pura

coincidencia que hayamos comidoo mismo.

No era la comida, entonces. Y s

madre solo bebía agua del arroyoasí que tampoco era eso. —¿La ha visto algún médico? —Esta mañana. Por eso he

venido a buscarte. Aurelia empezó a preocuparse

de verdad.

 —¿Por qué? ¿Qué le ha dicho e

Page 234: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 234/1720

médico? Agesandros no respondió

Aurelia apretó el paso paralcanzarlo. Publius pensó que setrataba de una carrera y empezó abotar entusiasmado en los brazo

de su madre. —¿Qué ha dicho el médico

Agesandros?

El capataz la miró con frialdad. —Tu madre me ha ordenado queno te comente nada, quieredecírtelo ella misma.

 —Ya veo. —Aurelia apretó losabios e intentó contener en vano lasensación de pánico en su interior

No era ese un comportamiento

Page 235: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 235/1720

propio de su madre. Respiró hondoy sonrió con cariño a Publius—Pronto estaremos con la abuelaRápido, Agesandros.

Excepto Publius, todocaminaron en silencio el resto de

trayecto.

Cuando Aurelia abrió la puertadel dormitorio, Atia se incorporó ea cama e intentó alisar las sábanaarrugadas con la mano.

 —¡Aurelia! ¡Publius! ¿Cómo estámi pequeño soldado?

 —¡Agüela, agüela! —Publiu

subió a la cama para abrazar a Atia

Page 236: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 236/1720

 Aurelia observó el feliencuentro e intentó ocultar ssorpresa por encontrar a su madrea oscuras en la cama a esa hora dedía. En los siete días que habíatranscurrido desde su última visita

Atia había envejecido diez años. Latenue luz no ocultaba su temacilenta ni la falta de polvos de

color ocre en sus pómulomarcados. En lugar de llevar ecabello recogido como era habituaen ella, la melena negra caía sivida a ambos lados de sdemacrado rostro.

 —¿Cómo estás, madre? —

preguntó Aurelia, que se odió a s

Page 237: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 237/1720

misma por tan estúpida pregunta. —He estado mejor, pero

también peor. Ya se me pasará, coa ayuda de los dioses.

 Atia acarició la cabeza dePublius.

 —¿Te gustaría comer unpastelito, mi pequeño soldado?

 —¡Sí! ¡Sí!

 —Pues corre a la cocina pregunta a la cocinera si tiene algopara ti.

 Aurelia esperó a que Publius semarchara antes de adentrarse en edormitorio y arrugar la nariz codesaprobación.

 —El ambiente aquí dentro está

Page 238: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 238/1720

muy cargado. ¿Cuándo fue la últimavez que ventilaste la habitación? Noes sano que estés encerrada aqutodo el día. Ven conmigo al patioHace una mañana preciosa y el airefresco te irá bien.

 Atia apartó la manta en silencioy puso los pies en el sueloambién sus piernas estaban más

delgadas.De pronto, Aurelia se sintiómayor. No sabía si su madre eraconsciente de ello, pero acababade cambiar los papeles entre sAurelia se había convertido en lacuidadora y Atia, en la paciente

Fuera cual fuese el resultado de esa

Page 239: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 239/1720

enfermedad, su relación no volveríaa ser igual. Aurelia sabía que eraalgo natural en la relación entrepadres e hijos, pero hubierapreferido no tener que enfrentarsea ello tan pronto. Dio la mano a

Atia y la acompañó al exterior. Easpecto de su madre era peor a lauz del día y la preocupación de

Aurelia fue en aumento. Atiacaminaba encorvada y tenía unaojeras como dos profundocráteres. «Seguro que no es nadagrave. Mi madre es más fuerte queun toro y nunca se pone enferma.Aurelia llevó a Atia con cuidado po

el pasadizo con columnatas hasta e

Page 240: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 240/1720

banco de madera situado junto aescalón del patio. Era un lugasoleado y el rincón favorito de smadre. Aurelia imaginaba que sesentaba allí a pensar en Fabricius.

 —Mira, madre, el sol ha salido

para ti. —Ah —murmuró Atia—, echaba

de menos venir aquí.

«Que Esculapio la proteja», rogóAurelia. Su madre debía deencontrarse muy débil para noverse capaz de caminar hasta ebanco. Se sentaron juntas y Atiasuspiró aliviada. Desde el patio seoían los gritos entusiastas de

Publius en la cocina, que ahogaba

Page 241: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 241/1720

el alegre canto de un pajarillo quecelebraba el final del inviernoambién se oían los gritos de un

vendedor de comida ambulante ea calle. Agesandros deambulabapor el patio con la excusa de cuida

as parras, pero no perdía de vista aas dos mujeres.

 —Me ha dicho Agesandros qu

no estás bien. —Hace unas semanas que nome encuentro muy bien.

 —¿Y por qué no me habías dichnada? —Aurelia se sentía culpablepor no haberse percatado de lamala salud de su madre y la

culpabilidad y el miedo se

Page 242: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 242/1720

tradujeron en rabia—. ¡La últimavez que nos vimos estabas bien! Medijiste que habías perdido un pocode peso y que no dormías bienpero no parecía nada grave.

 —No pensé que lo fuera

Además, no era la primera vez. Mhabía sucedido de joven, perosiempre me recuperaba, pero esta

vez no se me pasaba. —Así que mandaste llamar amédico.

 Atia asintió con la cabeza. —¿A quién? —Un griego, claro. Uno que me

recomendó Lucius hace tiempo.

 Aurelia sintió un ligero alivio. S

Page 243: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 243/1720

era un médico recomendado por smarido, no sería uno de esocharlatanes que se aprovechabade los enfermos.

 —Deberías haberlo llamadoantes.

 —Lo hecho, hecho está. Havenido ahora y punto.

 Aurelia pensó que necesitaría

unas tenazas para sacarle lanformación a su madre. —¿Y ya ha descubierto lo qu

tienes? —Eso cree.Se hizo una pausa. Aurelia

estaba perdiendo la paciencia, pero

cuando su madre levantó la vista

Page 244: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 244/1720

percibió la tristeza en sus ojos, leentró el pánico.

 —¿Q-qué te pasa? ¿Qué te hdicho el médico?

 Atia prosiguió como si no lahubiera oído.

 —Hace tiempo que me sientosiempre hinchada, incluso cuandohace horas que no he comido

ambién tengo náuseas. Me pica lapiel sin motivo aparente y tengomucho calor, incluso en las nochesde mucho frío, y sudo como sestuviera en el caldarium.

 Aurelia estaba desconcertada aterrada a la vez. Tenía ganas de

zarandear a su madre para que le

Page 245: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 245/1720

Page 246: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 246/1720

¿Dónde? —No está seguro, pero e

probable que en el hígado. Aurelia sintió náuseas. Si e

médico tenía razón... —¿Te puede curar?

 —Me dará unos preparados abase de plantas que me puedeayudar —respondió Atia con u

gesto indiferente de las manos, queno eran más que huesos y pellejo.Para asimilar la horripilante

realidad, Aurelia necesitaba hablaclaro.

 —Ayudar, no curar. —Sí.

 —¿No puede operarte?

Page 247: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 247/1720

 Atia enarcó las cejas coexpresión incrédula y por umomento pareció la misma desiempre.

 —Ya conoces la respuesta a esapregunta, hija mía.

Impotente, a Aurelia se lelenaron los ojos de lágrimas.

 —¿Te vas a morir? —susurró.

 —Todos vamos a morir —sonrióAtia. —¡No bromees así! —gritó

Aurelia, que vio por el rabillo deojo a Agesandros volviéndose paramirarlas. «Maldito seas», pensó«No es asunto tuyo. Es m

madre»—. Ya sabes lo que quiero

Page 248: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 248/1720

Page 249: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 249/1720

con tranquilidad—. No es posibleque ambos estén equivocados.

No tenía ningún sentido seguidiscutiendo. Los dioses ya habíadecidido, del mismo modo que lohicieron en Cannae cuando s

padre perdió la vida. ¡Malditofueran todos! Aurelia estaba fuerade sí, abrumada por la tristeza y la

rabia, pero entonces recordó sreacción cuando recibió la noticiade la muerte de su padre, cuandoncrepó y maldijo a todos lodioses. ¿Acaso la estabacastigando por su exabrupto? Eradifícil pensar lo contrario. Aurelia

deseaba maldecirlos de nuevo, pero

Page 250: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 250/1720

no se atrevió. Desde Cannae, habíabuscado el favor de todas ladeidades del panteón y se habíagastado una fortuna en sacrificios ofrendas en los templos para quecuidaran de sus seres queridos. Si

embargo, a pesar de su devociónsu madre se enfrentaba a ese granfortunio.

 Aurelia pensó que los dioseeran volubles y caprichosos, pero emiedo selló sus labios. Guardósilencio por Publius y por shermano, pero también por Gaius Hanno. Su hijo tardaría en cumplios cinco años y, hasta esa edad, a

menos la mitad de los niños moría

Page 251: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 251/1720

Page 252: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 252/1720

 —Muy bien —respondió Atiacerrando los ojos y levantando lacara al sol—. Como tú digas.

Esa demostración de debilidadde su madre aumentó lapreocupación de Aurelia, pero e

ese momento Publius entrócorriendo en el patio.

 —¡Mamá! ¡Mamá!

 Aurelia regresó a la realidadenía que ser fuerte por su hijo ypor su madre. Rogó que Luciuregresara pronto de su viaje denegocios. Aunque no estaba muunida a él, su relación era cómoda a presencia de su marido en casa

e daría fuerzas, pero hasta

Page 253: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 253/1720

entonces estaba sola. —Aquí estoy, cariño —dijo

Aurelia recibiéndolo con los brazoabiertos.

 Aurelia se sintió decepcionadacuando el tercer médicorecomendado por el socio de smarido, Julius Tempsanus, coincidiócon el diagnóstico de los doprimeros facultativos. No conocía asegundo médico —el vecino de s

madre— y, por lo tanto, no podíauzgarle, pero respetaba al primeroel griego que había recomendado

Lucius, puesto que más de una ve

Page 254: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 254/1720

os había visitado, tanto a ella coma Publius. Era un hombre muy serioy profesional y sus tratamientoeran efectivos. El último médicotambién le había parecido mubueno y se había mostrado mu

amable con ella. Según él, smadre podía vivir varios meses.

 —Es imposible prever la

progresión de este tipo deenfermedades, así que emportante vivir cada día como sfuera el último, pero cuenta coque seguirá aquí para Saturnalia.

 Aurelia sacó fuerzas de flaquezay siguió el consejo del médico al pie

de la letra. De inmediato escribió a

Page 255: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 255/1720

Quintus para informarle de laenfermedad de su madreCuriosamente, el día después deenviar su carta recibió una brevemisiva de su hermano. En ella decíaque la vida en Sicilia era dura, pero

que estaba sano y salvo. Rogaba aos dioses que estuvieran bien enviaba recuerdos a todos. Cuando

Aurelia leyó la carta, no pudcontener las lágrimas. La noticia deque Lucius estaba obligado aquedarse dos semanas más eRhegium dificultó su vida todavíamás, pero Aurelia no tenía tiempode regodearse en la

autocompasión.

Page 256: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 256/1720

Page 257: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 257/1720

de una semana era como shubieran transcurrido uno o domeses. La encontró sentada en ebanco donde le había hablado de senfermedad por primera vez. Dabaa impresión de haber pasado una

hambruna y estaba tan delgada quparecía un saco de huesos. AAurelia se le encogió el corazón.

 —Madre, qué alegría verte —dijocon la mejor de sus sonrisas. Atia se volvió hacia ella y Aurelia

descubrió horrorizada que el blancode sus ojos se había tornadoamarillo. Su piel también mostrabauna tonalidad similar. A este paso

no llegaría a la primavera.

Page 258: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 258/1720

 —Hija mía —dijo Atia con un hilode voz—. ¿Dónde está Publius?

 —Lo he dejado en casa coElira. Todavía no está recuperadodel todo.

 —Pobrecillo. Tenía ganas de

verlo. —Te lo traeré mañana, madre

—Aurelia le mostró un puchero—

e he hecho sopa de verduras, tufavorita. Deberías comer un pocote dará fuerzas.

 Aurelia empezó a buscar uesclavo con la mirada para pedirleun plato y una cuchara, pero Atia lanterrumpió.

 —Me la comeré después. Ahor

Page 259: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 259/1720

no. Aurelia observó las gotas de

sudor que cubrían la frente de smadre.

 —Muy bien —aceptó apenada. —Ven aquí. Siéntate conmigo —

ndicó Atia dando unos golpecitos abanco.

 Aurelia contuvo las lágrimas y se

sentó a su lado; dejó la sopa en esuelo, entre los pies, y le cogió lamanos.

 —Eres igualita que tu hermano—comentó Atia de pronto—. Tenéisel mismo pelo negro, los mismoojos y la misma barbilla. Ojalá

estuviese aquí —suspiró.

Page 260: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 260/1720

 A Aurelia le saltaron las lágrimaal percibir el tono anhelante deAtia.

 —Volverás a verlo —mintió. —No, no volveré a verlo. Aurelia fingió no oírla.

 —¿Cómo te encuentras? —Ya sabes que nunca me ha

gustado andarme con rodeos, hija

Me estoy muriendo. A pesar de ser muy conscientede ello, Aurelia no pudo evitar unaexclamación de horror.

 —¡No digas eso, madre! Atia le tomó la mano y se la

colocó sobre su vientre.

 —Toca aquí.

Page 261: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 261/1720

Horrorizada pero fascinada a lavez, Aurelia obedeció y notó eíquido que fluía bajo la piel devientre.

 —¿Qué significa esto? —susurró —Según dice el médico, e

hígado ha dejado de funcionar y ebulto es ahora el doble de grande omás. No me sorprende. Ahora teng

náuseas todo el tiempo. Hasta coel agua me entran ganas devomitar. Y tengo otros síntomasmucho peores que prefiero que nosepas.

 Aurelia procuró mantener lacalma mientras acariciaba los dedo

de su madre.

Page 262: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 262/1720

 —¿El médico ha dicho cuántotiempo te queda?

 Atia soltó una risa cansada. —Una vez llegados a este punto

o sé yo mejor que él. Me quedaunos días, eso es todo.

 A Aurelia le invadió una extrañsensación de tranquilad.

 —¿Estás segura? —se oyó

preguntar a sí misma. —Sí —respondió Atia, suamarillentos ojos muy serenos—Voy a reunirme con Fabricius antesde lo que imaginaba. ¡Le echo tantode menos!

«¡Pero a mí me vas a dejar sola

en Roma, sin amigos, con Publiu

Page 263: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 263/1720

como única compañía!», quisogritar Aurelia, pero no lo hizo.

 —Padre estará muy feliz dereunirse contigo —dijo en lugar deello.

Madre e hija permanecieron u

rato en silencio. Atia, inmersa esus pensamientos, mientras queAurelia intentaba distraer su pen

pensando en todas las cosas quetendría que organizar en breve. Unavez más, maldijo la guerra quempediría que Quintus acudiera afuneral y que este se celebrara eCapua, que ahora era aliada deAníbal.

 —¿Has decidido dónde te

Page 264: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 264/1720

gustaría ser... enterrada? —preguntó Aurelia con voentrecortada.

 Atia acarició la mejilla deAurelia, que agradeció el gesto máque nunca.

 —Debes ser fuerte, hija. Publiuy tu marido te necesitan aquQuintus también precisará tu

cartas. Vas a ser el pilar de estafamilia. —Sí, madre —asintió Aurelia

tragando las lágrimas—. Iba adecirte que el mausoleo familiaestá demasiado lejos y que epeligroso ir hasta allí.

 —Ya he hecho algunas

Page 265: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 265/1720

ndagaciones y erigir una estructurasencilla en la Vía Appia no es mucostoso. Agesandros te pasará enombre del cantero. Después de mncineración, deposita mis cenizaen esa tumba hasta que se acabe la

guerra y después llévalas a Capuaambién me gustaría que colocaras

una urna con el nombre de tu padr

unto a la mía. Aurelia tuvo la sensación de que arrancaban una costra de unaherida. Jamás podrían recuperar ecuerpo de su padre, que yacía juntoa miles de hombres más en locampos de sangre de Cannae.

 —Sí, madre.

Page 266: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 266/1720

 —Pues con eso ya está zanjadoel tema —sonrió Atia—. Ya hacetiempo que hice testamento ycomo es natural, Quintus heredaráa finca, los esclavos y el dineroremanente. Después de lo que he

nvertido en llevar esta casatodavía me queda un poco de laventa de los esclavos agrícolas, que

me proporcionó una sumaconsiderable. Tú heredarás mioyas y enseres personales.

 —Gracias, madre —aceptóAurelia con una inclinación decabeza.

 —No me quedan muchas cosa

porque vendí la mayoría para paga

Page 267: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 267/1720

al buitre de Phanes. Pero como nohay mal que por bien no vengagracias a la guerra no tengo quepagarle más porque Capua se haaliado con Aníbal. Por ahora nopodemos acercarnos a la finca, pero

cuando Aníbal sea derrotadovolverá a ser nuestra y Quintupodrá regresar allí.

 Aurelia pensaba que la guerrpodía finalizar con una derrota deCartago, pero no tenía la certeza deque su hermano sobrevivieraIntentó apartar ese terriblepensamiento de su mente. Eramposible para ella enfrentarse a

tanta pena a la vez.

Page 268: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 268/1720

 —Yo también iré; serámaravilloso visitar la finca —dijoAurelia, que no pensaba en emausoleo familiar sino en los besoque allí había recibido de HannoPero de pronto se sintió culpable

por pensar en algo así en umomento como ese.

 —Una cosa más.

 Aurelia miró a su madre coexpresión inquisitiva. —A mi muerte deseo que

Agesandros sea manumitido iberado de sus obligaciones paracon esta familia. Nos ha servido coealtad durante más de la mitad de

su vida y, desde la muerte de tu

Page 269: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 269/1720

padre, se ha vuelto muy valiosopara mí. Sé que desea regresar aSicilia antes de morir y, como estáen mi mano concederle ese deseoasí lo haré. Espero que te parezcabien.

 —Sí, madre, como tú digas —respondió Aurelia, encantada deperder de vista al capataz.

 —Bueno, ya hemos habladobastante de la muerte —declaróAtia—. Ahora cuéntame cosas dePublius.

Para Aurelia fue un alivio hablade su hijo.

Page 270: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 270/1720

 Al día siguiente, Atia cayónconsciente y Aurelia se trasladó asu casa junto con Publius y EliraQuería estar allí cuando su madrepasara a mejor vida. Aurelia dejó asu hijo al cuidado de Elira para

pasar todas las horas del día y lanoche junto al lecho de AtiaAunque intentó que su madr

bebiera un poco, fue en vano. Lopocos instantes que Atia estabaconsciente, no quería comer nbeber nada. Aparte de humedecerlea frente con paños y cambiarle laropa de cama, el papel de Aureliase limitaba a hacerle compañía e

sus últimas horas de vida. Intentó

Page 271: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 271/1720

aceptar la situación lo mejor quepudo, pero era duro. Aurelia noestaba sola: veía a Elira y Publiucada día, pero no podía compartisu pena con nadie, ni con la esclava—con quien prefería mantener la

distancias— ni con su hijo. Y cadavez que Agesandros acudía a ver aAtia, Aurelia lo evitaba. Así pasaro

dos días. Al cuarto día su madre sedespertó con mejor aspectoAunque era una idiotez alberganinguna esperanza sobre su estadoAurelia no pudo evitarloMantuvieron una breve

conversación, en la que Atia le

Page 272: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 272/1720

habló de su infancia en Capua, después solicitó ver a Publius.

 —Desearía hablar con él unúltima vez.

 Aurelia se emocionó mientras shijo estuvo con ellas en la

habitación. El niño no eraconsciente de la gravedad de lasituación ni comprendía el concepto

de la muerte. Después de dar ubeso de despedida a su abuela, sefue tan contento con Elira y lapromesa de un pastelillo de miel.

 —Adiós, agüela —se despidiópor encima del hombro.

 —Que los dioses le bendigan —

susurró Atia cerrando los ojos—. E

Page 273: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 273/1720

un buen niño. Le echaré de menosY a ti también.

 —Yo también voy a echartemucho de menos —murmuróAurelia, y dio un beso a su madren la frente.

 Atia no volvió a hablar. Era comosi hubiera empleado toda la energíaque le quedaba en despedirse

pensó Aurelia mientras las lágrimae rodaban por las mejillas.Poco después del atardecer, Atia

se movió levemente bajo lamantas, y Aurelia, que dormitabaen un taburete junto a la cama, sedespertó en el acto. Apartó co

ternura los mechones de cabello

Page 274: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 274/1720

que cubrían el rostro de su madre musitó unas palabras paratranquilizarla.

 Atia susurró dos veces el nombrede Fabricius y respiró hondo.

 A Aurelia se le paró el corazón

Aunque llevaba dos días simoverse de su lado, no estabapreparada para el final.

Su madre emitió un largo y lentosuspiro. Aurelia no sabía si era su último

aliento, pero por si acaso se inclinósobre ella y rozó sus labios con losuyos. Si era posible, el alma debíacaptarse al abandonar el cuerpo

Aurelia se sentó con la espalda

Page 275: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 275/1720

erguida a la espera de algúmovimiento en el pecho de Atia. Nose movió. «Ya se ha ido.» La jovenposó la mano sobre las costillas desu madre, bajo el pecho izquierdoEl corazón le latía de forma

rregular, cada vez más lento. Acontinuación se humedeció un dedoy se lo colocó bajo la nariz, pero no

notó ningún movimiento de aire.Con las manos sobre la falda, lahija contempló el cuerpo inerte dea que había sido su madre. Yahabía terminado todo. Atia se habíado. Tal cual. No parecía real. Esonido de la voz de Publius en e

patio y las respuestas de Elira era

Page 276: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 276/1720

reales. Pero eso no. Eso era unsueño horrible del que sedespertaría en cualquier momento.

Pero no se despertó. La crudarealidad se hizo patente cuandoElira acudió a informarle de que

Publius estaba durmiendo. Aureliavolvió a mirar a su madre, queseguía inmóvil sobre su lecho. S

piel había empezado a adquirir lapátina cerosa de la muerte. Ya nopodía negar la realidad.

Elira se adentró en la habitacióy soltó un grito ahogado al ver aAtia.

 —¿Se... se ha ido?

 —Sí —murmuró Aurelia

Page 277: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 277/1720

acercándose a su madre paracerrarle los párpados.

Elira sollozó. —Era una buena ama. Siempre

fue muy justa. Que los dioses laacojan en su seno.

 —Necesitaré tu ayuda parponerla en el suelo y ungirla. Debeser incinerada con su mejor vestido

—se oyó Aurelia a sí misma en utono monocorde.Elira la miró preocupada, pero

Aurelia hizo caso omiso de ella. Laúnica manera en que podíasobrellevar la situación era siendopragmática. Cuando se hubiera

acabado todo, ya tendría tiempo de

Page 278: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 278/1720

lorar. —Tenemos que colocarla sobre

a mesa del atrio y ponerle unamoneda en la boca. También hayque avisar a los amigos de lafamilia en Roma y organizar e

funeral. —De acuerdo —respondió Elir

con una mirada de respeto.

 —Ve a buscar a Agesandros ydile que venga. No olvides traer loungüentos, paños limpios y evestido que mi madre se ponía paraos banquetes.

Elira se apresuró a cumplir laórdenes.

En cuanto se hubo ido y Aurelia

Page 279: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 279/1720

se quedó a solas con el cuerpo desu madre, perdió un poco lacompostura y las lágrimacomenzaron a brotar de nuevo. Smatrimonio con Lucius la habíaapartado de su madre, pero nunca

as había separado una distanciamayor que la que había entre sudos hogares. Ahora el abismo entre

ellas era imposible de salvar. «¿Poqué tenía que irse ahora queQuintus está fuera por culpa de laguerra?», protestó Aurelia esilencio. Su madre siempre habíagozado de muy buena salud y habíaesperado que viviera cinco o die

años más.

Page 280: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 280/1720

Un golpe suave en la puerta laobligó a recuperar la composturaAurelia se secó el rostro deágrimas.

 —Adelante. Agesandros entró en la

habitación. Cuando sus ojos oscurose posaron en Atia, apretó loabios.

 —Ya ha fallecido, entoncesHabrá sido una liberación para ellapero mis condolencias por tpérdida.

 Aurelia inclinó la cabeza eseñal de agradecimiento.

 —Deseo que vayas al foro y lo

mercados. Busca primero al cantero

Page 281: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 281/1720

con el que habló mi madre. Tieneque erigir su tumba.

 —¿Y dónde la construirá? —Yo me ocupo de eso. Hay

abogados que representan a loque venden sus tierras para esto

menesteres. También necesito quebusques a músicos y actores para efuneral. Algunos esclavos de la casa

portarán el féretro. —Será un honor para ellos. Sme lo permites, yo también quisieraportarlo.

«¿Cómo puedo negarle algoasí?», pensó Aurelia.

 —De acuerdo.

 —Te lo agradezco.

Page 282: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 282/1720

 —Mi madre tuvo grandepalabras de alabanza para ti antede morir.

 Agesandros la miró cosatisfacción.

 —Siempre lo he hecho lo mejo

que he podido. Primero por tpadre y, después, por tu madre.

 A Aurelia le resultaba extraño

mantener esta conversación juntoal cuerpo sin vida de su madrepero consideraba que el capatamerecía estar al corriente.

 —Uno de los últimos deseos demi madre fue que se terecompensara por tus servicios co

a manumisión y que quedaras libre

Page 283: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 283/1720

de cualquier obligación para coesta familia.

Una expresión de sorpresaprimero y de alegría después cruzóel rostro del esclavo, que se acercóa la cama, tomó la mano de Atia

a besó con gran respeto antes deposarla sobre la manta. Cuando sencorporó, estaba muy cerca de

Aurelia, que hizo un esfuerzo por nodar un paso atrás. —Me imagino que te alegrará

de perderme de vista para siempre—comentó Agesandros.

 A pesar del miedo que lecausaba, Aurelia se atrevió a

mirarlo a los ojos.

Page 284: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 284/1720

 —Sí, estoy contenta y ambosabemos por qué. Suni no suponíaninguna amenaza para mi familia.

 —Yo opinaba lo contrario y tumadre también —respondiómpertérrito el capataz—. Si e

posible, me gustaría disponer de lodocumentos a tiempo paramarcharme después del funeral.

«Todavía no eres libre», pensóAurelia furiosa, pero no lequedaban fuerzas para discutir.

 —Me ocuparé de ello. ¿Te irás aSicilia?

 —Si encuentro un barco que meleve, sí.

 —Será peligroso, están e

Page 285: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 285/1720

guerra. —Mejor. Mi objetivo es alistarme

a las legiones. Haré lo que sea.La rabia se apoderó de Aurelia.

 —¡Los cartagineses que estáallí no tienen culpa alguna de la

muerte de tu familia! Agesandros respondió con má

rabia todavía.

 —¡Da igual! Son todos unocanal las gugga que merecen lmuerte.

 Aurelia retrocedió ante su furia pensó en Hanno, a quieAgesandros había odiado, e intentóno preocuparse por él. Hanno

estaba en la península y, aunque

Page 286: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 286/1720

fuera a Sicilia, era imposible que seencontrara con Agesandros. Ello nompidió que por un momento seplanteara negar la libertad asiciliano, pero no podía contravenieste último deseo de su madre

Aurelia no deseaba tentar más ssuerte con los dioses.

La joven hizo acopio de valo

antes de replicar. —Esa es tu opinión, la opinióde un esclavo. Para mí, locartagineses son simplemente eenemigo, un enemigo que debe sederrotado, pero no aniquilado.

Page 287: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 287/1720

La ruta por la ciudad siguiendo aos esclavos que portaban a smadre se había hecho interminableAurelia había odiado cada segundodel trayecto. El paso lento. Loamentos de los actores que iban a

frente. Los cantos fúnebres de lomúsicos. El cuerpo de Atiabalanceándose sobre la litera. La

miradas desinteresadas e inclusoenojadas de los transeúntes en lacalles repletas de gente. En la VíaAppia, la situación solo mejoró upoco, puesto que tuvieron queabrirse paso entre las hordas deviajeros e hileras de carros que iba

en dirección a la capital. Aurelia

Page 288: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 288/1720

respiró aliviada cuando por filegaron a la nueva tumba deadrillo, a unos tres kilómetros deas murallas de la ciudad, aunqueos alaridos del cerdo sacrificado ehonor a la diosa Ceres y el tono

falso empleado por el sacerdote esu elogio de Atia le resultaron mudifíciles de soportar. Aurelia

contempló aturdida cómo el cuerpode su madre era depositado sobrea pira funeraria. En ese momentono pudo contener más las lágrimay agradeció sobremanera la manorolliza de Tempsanus sobre subrazo y su apoyo cuando tuvo que

dar un paso adelante con la

Page 289: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 289/1720

antorcha para prender fuego a lapira. Aurelia se alegraba de habedejado en casa a Publius. Cuando lecomunicó a Elira que debíaquedarse con él, vio la protesta esus ojos, pero la esclava no dijo

nada. No le importaba lo que dijeraa gente sobre la asistencia de loniños a los funerales; Aurelia

consideraba que un niño de doaños y medio no debía presenciauna incineración.

 Agradeció a los dioses que eviento soplara en la otra direcciónpero aun así el hedor de la carnequemada, que quedaba atrapado

entre los altos cipreses, se percibía

Page 290: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 290/1720

en el ambiente. Ni siquiera enormalmente agradable olor decerdo asado podía disimularloAunque no le apetecía, Aureliacomió un pedazo de carne; pueformaba parte del ritual. Y

consiguió no vomitar mientrarecibía las condolencias de ladocena de asistentes, en s

mayoría familiares de edadavanzada. Ya habían pasado variashoras desde que habían llegado solo quedaban unas pocapersonas. Aurelia agradeció queempsanus permaneciera a su lado

todo el tiempo. Él no intentó

entablar ninguna conversación co

Page 291: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 291/1720

ella, pero su mera presencia laayudaba. Por fin empezó adesvanecerse el olor de la pira. Desu madre ya solo debían quedahuesos y cenizas. Aurelia lanzó unaúltima plegaria por ella. Lo

esclavos se ocuparían del fuegohasta que pudieran retirarse lorestos de su madre y se colocara

en la urna funeraria. Al díasiguiente volvería para supervisar lantroducción de la urna en la tumbaSabía que sería un momento difícipero la odisea casi había tocada asu fin.

O al menos eso pensaba.

 Al principio no había prestado

Page 292: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 292/1720

atención al sonido del caballo agalope en el camino colindante. LaVía Appia era la carretera máconcurrida del territorio centenares de jinetes cabalgabapor ella todos los días. No fue hasta

que el caballo se desvió edirección a la pira que Aureliapercibió la primera señal de alarma

odas las miradas se centraron enel recién llegado, un hombre joveque vestía una túnica polvorientaParecía exhausto, pero su voz eranormal.

 —Busco a Aurelia, mujer deLucius Vibius Melito —gritó—. Me

han dicho que la encontraría aqu

Page 293: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 293/1720

en las tumbas.La atención se desvió hacia

Aurelia, que respiró hondo y dio upaso adelante.

 —Soy yo.El jinete desmontó, entregó la

riendas a un esclavo y se aproximóa Aurelia mientras buscaba algo ea cartera de piel que llevaba a

hombro. —Ruego que me disculpes pomolestarte en un momento asseñora.

 Aurelia le indicó que no sepreocupara con un gesto de lamano. Su llegada había hecho que

se olvidara por un momento de s

Page 294: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 294/1720

madre. —¿Qué sucede? —preguntó

ansiosa. —Traigo noticias de Rhegium.En lugar de la alegría habitua

que hubiera sentido al oír la noticia

Aurelia tuvo un mal presentimiento —¿Me buscas a mí también? —

nterrumpió Tempsanus—. Soy e

socio de Melito.Una expresión de inmenso aliviose reflejó en el rostro demensajero.

 —Sí, señor, también tengo unamisiva para ti.

 Aurelia dio unos pasos adelante

 —¿No has podido encontrar la

Page 295: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 295/1720

casa, la casa de Melito? —Sí, señora, pero tengo órdene

de entregarte esta carta en mano a nadie más.

Eso significaba que el mensajerohabía cabalgado primero a la

ciudad y después había vueltosobre sus pasos para dar con ellaAurelia vio por el rabillo del ojo qu

empsanus fruncía el ceño. A pesadel calor que desprendía la pirafuneraria, un escalofrío le recorrió laespalda.

 —¿Pasa algo? ¿Mi marido estábien?

Sin atreverse a mirarla a lo

ojos, el mensajero le alargó e

Page 296: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 296/1720

pergamino en silencio. Aurelia cerróos ojos. «Por todos los diosesruego que esto sea un sueño.» Perocuando los abrió de nuevo, epergamino seguía delante de ellaAurelia lo tomó con la mano

temblorosa. —¿Deseas que te la lea? —

preguntó Tempsanus preocupado.

 —No. Aurelia rompió el sello desplegó la misiva mientras queausente, oyó a Tempsanus solicitaa de él. A continuación, posó lavista en la pulcra caligrafía de lahoja.

«De la mano de Cayo Licinio

Page 297: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 297/1720

Estolón, agente de Lucius VibiuMelito y Julius Tempsanus enRhegium...»

La carta no había sido escritapor Lucius. Un miedo terriblenvadió su ser.

«Mis saludos a Aurelia, esposade Melito.»

 Aurelia se saltó las fórmulas de

cortesía hasta llegar a las palabra«vigilando la carga de un barco»«lingotes de hierro» y «cuerdarota». Aterrorizada, siguió leyendoEstolón le comunicaba que smarido había resultado gravementeherido en un accidente y que e

médico había diagnosticado rotura

Page 298: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 298/1720

Page 299: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 299/1720

noticias. Aurelia aguardó unos instante

en silencio para recuperarse degolpe antes de volverse hacia emensajero.

 —¿Mi marido seguía con vida

cuando te marchaste? —Sí, señora. —¿Cuántos días hace de eso?

 —Cuatro. El mensaje tenía quenviarse por barco, pero hacía matiempo.

Fue entonces cuando Aureliapercibió su agotamiento. Emensajero llevaba polvo incrustadoen cada poro de su piel. Debía de

haber cabalgado como un demonio

Page 300: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 300/1720

y cambiado de montura variaveces para llegar tan rápido. Semerecía una buena compensaciónpensó ausente. Cuatro días. Paraalguien que sufría unas heridas tagraves, era como una vida entera

Aurelia miró a Tempsanus, cuyosemblante también reflejaba unagran preocupación.

 —Es posible que ya hayafallecido —dijo Aurelia con un hilode voz.

 —No digas eso, señora. Luciues un hombre joven y fuerteSeguro que con tiempo y la ayudade los dioses acabará

recuperándose.

Page 301: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 301/1720

 Aurelia asintió, quería creerlepero en su fuero interior temía queLucius estuviera tan muerto comosu madre. En ese momento sintió lanecesidad imperante de abrazar aPublius y notar su aliento caliente

en la mejilla, saber que al menos éseguía con ella. Aurelia tenía muclaro lo que debía hacer.

 —Mañana por la mañana partira Ostia y desde allí tomaré el barcoa Rhegium —oyó decir aempsanus—. La Nave de Isis

empezó la semana pasada, así queos vientos deberían ser favorables.

 —Voy contigo —declaró Aurelia.

Tempsanus la miró boquiabierto

Page 302: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 302/1720

antes de recobrar la compostura dirigirse a ella con un tonopaternalista y protector.

 —No puedo permitírtelo, señoraDentro de nueve días debecelebrar la fiesta solemne por t

madre. Además, tu marido noestaría de acuerdo en queabandonaras Roma.

 —Necesito estar a su lado. —Tu devoción es admirableseñora, pero la travesía edemasiado peligrosa. Muchobarcos naufragan por culpa del matiempo y puede haber flotasiracusanas o cartaginesas en la

aguas de Rhegium. No es un viaje

Page 303: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 303/1720

adecuado para una mujer de tclase.

 Aurelia empezó a protestar, peroempsanus se negó en redondo. —La pena te nubla el juicio

señora. Regresa a casa con tu hijo

Necesitas descansar y dormirMañana pasaré a verte antes departir.

 A Aurelia no le quedaban fuerzapara discutir. —Muy bien —susurró.

 —¡Mamá! ¡Mamá! —gritó Publiuen cuanto Aurelia apareció en e

patio tras cruzar el lararium.

Page 304: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 304/1720

El pequeño estaba jugandocerca de la fuente bajo la atentamirada de Elira.

 Aurelia lo había visto un instanteal regresar del funeral, pero lohabía vuelto a dejar en manos de

Elira porque necesitaba tiempo parareflexionar y asimilar la muerte desu madre y las noticias sobre

Lucius. Pero esta vez no habíaescapatoria. Publius se abalanzósobre ella con los brazos abiertosAurelia se agachó para cogerloagradecida de que su inocencia noe permitiera percibir su sonrisaforzada.

 —Hola, cariño.

Page 305: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 305/1720

 —Juega conmigo —ordenó eniño.

 —¿Qué quieres hacer? —Salpicar agua.Era uno de los juegos favorito

de Publius.

El pequeño le pedía una y otravez que le salpicara las manos y lobrazos y, de vez en cuando, la cara

Ver gozar al niño fue unadistracción que Aurelia agradecióEra un alivio no pensar en su madreni en Lucius, solo en la diversión desu hijo.

 Aurelia se molestó sobremaneracuando al poco rato el portero se

presentó en el patio. El hombre, u

Page 306: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 306/1720

fornido tracio que Lucius habíacomprado al poco tiempo demudarse a Roma, esperó incómodoa que le atendiera, poco deseosode interrumpir esa escenadoméstica. Llegó un momento e

que Aurelia ya no pudo ignorarlomás.

 —Publius, para un segundo

cariño. ¿Quién hay en la puerta? —preguntó al esclavo—. ¿Otro adivinoambulante que intenta vender sumentiras? ¿O alguien que afirmavender los mejores perfumes deRoma?

 —No, mi señora —murmuró.

 —¿Quién, entonces?

Page 307: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 307/1720

 —No ha dado su nombre. —En ese caso, dile que se largue

—espetó Aurelia. —Es muy insistente. Dice qu

necesita hablar con la señora de lacasa, con Aurelia, la hija de Gaiu

Fabricius. Aurelia se volvió para mirarlo

Pocas personas en Roma conocían

el nombre de su padre. —¿Qué más ha dicho?El esclavo se encogió de

hombros. —Nada, señora.No tenía sentido segui

nterrogando al tracio.

 —Hazle pasar. Regístrale por s

Page 308: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 308/1720

leva armas y tráelo ante mpresencia.

 —Sí, señora. —Es hora de jugar otra vez co

Elira, cariño. Ve a buscarlaEnseguida vuelvo.

 Aurelia dio un beso a Publius ea cabeza y se fue al tablinum. Altendría un poco de intimidad

Impaciente, caminó de un lado aotro de la habitación preguntándosequién sería el visitante que conocíaa su familia. De pronto pensó ePhanes, el prestamista del quehabía hablado su madre, y sintiómiedo. Antes de Cannae, les había

amargado la existencia, pero

Page 309: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 309/1720

Aurelia descartó la idea. No tendríael valor de presentarse allí. Ecualquier caso, suspiró aliviadacuando vio que el hombre queseguía al esclavo tracio no eraPhanes. Tenía la misma tez

morena, pero no llevaba el cabellorizado en tirabuzones. Aurelia no loconocía, pero se acomodó junto a

ararium y rogó a los dioses que laprotegieran.El esclavo se detuvo a uno

pasos de ella. —Llevaba una navaja, señora

pero me la ha entregado siproblemas. No lleva nada más

aparte de un monedero.

Page 310: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 310/1720

 Aurelia asintió en señal deaprobación.

 —Quédate aquí.El tracio se apartó y cedió e

paso al visitante, que la saludó couna cortés reverencia.

 —¿Tengo el honor de hablar conAurelia, hija de Gaius Fabricius?

 —Y esposa de Lucius Vibius

Melito. Sí, soy yo. ¿Quién eres tú?El hombre levantó la cabeza vio sus profundos y cansados ojoazules.

 —Me llamo Timoleon y somercader de Atenas.

 —No conozco a ningún mercade

de Atenas. ¿Es posible que haya

Page 311: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 311/1720

venido a ver a mi marido? l nestá aquí...

 —He venido a verte a ti, señorapara traerte un mensaje.

 A Aurelia se le encogió eestómago. No podían ser má

malas noticias de Rhegium¿verdad?

 —¿De quién?

 —De un amigo —respondió evisitante al tiempo que miraba dereojo al tracio.

 Aurelia lo entendió. —Vuelve al atrio —ordenó a

esclavo, que no parecía contentocon la orden—. Tienes la navaja

¿verdad? —añadió Aurelia—. Pues s

Page 312: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 312/1720

te necesito, te llamaré. ¡Vete!El tracio miró a Timoleon co

cara de pocos amigos y se fue. —Acércate —indicó Aurelia a

visitante.Timoleon se aproximó.

 —Gracias, señora. Mi nombreverdadero es Bomilcar, soycartaginés.

 Aurelia notó un nudo en lagarganta. —¿Te envía Hanno? —susurró. —Estoy en Roma por otr

asunto, pero Hanno me pidió que teocalizara si podía.

 —¿N-no pensó que estaría

todavía en Capua? —tartamudeó.

Page 313: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 313/1720

El hombre esbozó una levesonrisa.

 —¿Ahora que la ciudad apoya aAníbal? Hanno sabe muy bien qutanto tú como tu familia seréisiempre leales a Roma.

 Aurelia se sonrojó, no soloporque Hanno había adivinado aquién debía lealtad, sino porque

recordó los besos y abrazos quecompartieron la última vez. —¿Cómo me has encontrado

entonces? ¿Cómo sabías dóndeestaba?

 —No lo sabía. Cuando llegué aRoma hice algunas indagaciones

pero como la ciudad es tan grande

Page 314: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 314/1720

no logré averiguar nada. Al final merendí, pero hace dos noches oíhablar a un grupo de canteros quebebían en la posada donde mealojo. Uno de ellos mencionó quedebía erigir una tumba para una ta

Atia, mujer de Gaius Fabricius. Ehombre no sabía mucho más, perome imaginé que no habría

demasiadas personas con esenombre en Roma. No me costómucho sonsacarle la dirección de tmadre y, una moneda de bronce ena mano de uno de los esclavos dea casa me proporcionó tu nombre dirección. Y aquí estoy.

 —Eres un hombre de recursos

Page 315: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 315/1720

—Bomilcar sonrió ante sus palabray Aurelia le agradeció su insistencia—. ¿Se encuentra bien Hanno?

 —Sí, está sano y salvo. Ecomandante de una falange deanceros libios y goza del favor de

Aníbal.Ni siquiera la mención del peo

enemigo de Roma y sus soldados

que habían arrasado la mitad de laRepública, evitó que el corazón deAurelia diera un vuelco de alegríaHanno estaba vivo! Los dioses noa habían abandonado del todo.

 —¿Qué mensaje te ha dado parmí?

 —Me ha pedido que te diga qu

Page 316: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 316/1720

piensa mucho en ti. Mucho. —Bomilcar dejó que asimilara supalabras antes de continuar—. Yque con la ayuda de los diosevolveréis a veros algún día.

 A Aurelia le flaquearon la

rodillas. —Ojalá, algún día —murmuró.Bomilcar sonrió.

 —Espero que mis dioses y lotuyos te concedan su deseo. Ahoracon tu permiso, debo marcharme.

 Aurelia tuvo que esforzarse parno gritarle que se quedaraDeseaba hacerle más preguntas que le explicara todo sobre Hanno

pero guardó silencio. Bomilcar era

Page 317: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 317/1720

un espía en territorio enemigo. —Has arriesgado mucho par

venir aquí hoy y te lo agradezco detodo corazón. Recibe la bendicióde esta casa. Te deseo un buenviaje de regreso.

Bomilcar inclinó la cabeza eseñal de agradecimiento.

 —¿Crees que podrás darle u

mensaje a Hanno de mi parte? —Me temo que no, señora —replicó Bomilcar apesadumbrado.

 —¿Por qué? —Me temo que no esto

autorizado a decírtelo. —Te juro sobre la tumba de m

madre que no se lo diré a nadie —

Page 318: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 318/1720

suplicó Aurelia.Bomilcar soltó un suspiró.

 —Hanno se ha ido a Siracusa. —¿A Sicilia? —repitió Aurelia

entusiasmada. Rhegium estabacerca de la isla. Quintus estaba al

y, ahora, también Hanno. —Ya te he dado demasiada

nformación. No puedo decirte nada

más. —De acuerdo. Muchas gracias —agradeció Aurelia con unanclinación de cabeza.

 —Adiós.Cuando levantó la mirada

Bomilcar ya se había esfumado. La

oven sintió un enorme vacío en s

Page 319: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 319/1720

nterior. Hubiera deseado corretras él. La visita había sidodemasiado breve, pero estar mátiempo allí hubiera puesto epeligro su vida. Recibir un mensajede Hanno de improviso ya era

bastante buena fortuna. Ahoratenía un motivo más para viajar aRhegium y estar con Lucius, pensó

sintiéndose ligeramente culpableNo existía ninguna posibilidad deque pudiera ver a Hanno o Quintuspero le consolaba la idea detenerlos cerca, aunque solo fuerapor poco tiempo. Nadie conocería everdadero propósito de su viaje. A

todos los efectos, sería el viaje de

Page 320: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 320/1720

una esposa entregada.Para ello tenía que sortear e

obstáculo de Tempsanus, peroAurelia creía saber cómo hacerlo.

 —No me importa lo que digasdebes retrasar el viaje hasta lafiesta en honor de mi madre que secelebrará dentro de ocho díasDespués, yo te acompañaré con mhijo, mi esclava y el antiguocapataz de mi padre, que acaba de

recibir la manumisión. —Pero la demora... —protestó

empsanus.

 —Es una demora aceptable. —

Page 321: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 321/1720

Eso se había repetido Aurelia una otra vez. No estaba dispuesta adejar inacabado el funeral de smadre—. El día y la hora de nuestrlegada no influirán en modo algunen la recuperación de Lucius, solo

os dioses tienen alguna influencia. —Lo siento mucho, señora, per

no puedo permitirlo —dijo

empsanus con un suspiro. Aurelia tenía la respuestapreparada.

 —Lo único que me importa en lavida son mis seres queridos —nsistió—. Yo no soy originaria deRoma. ¿Qué me queda aquí aparte

de mi hijo y unos cuantos esclavos

Page 322: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 322/1720

Nada! Si no me llevas contigo, yaencontraré yo la manera de llegahasta mi marido.

 —¿Qué quieres decir? —Iré a Ostia y buscaré un barco

que zarpe al sur.

 —¡Ningún capitán te llevará! —Con dinero, puede comprarse

cualquier cosa —replicó Aurelia—

Seguro que encontramos a alguieque nos lleve. —¡No puedes hacer tal cosa! —

protestó Tempsanus alarmado—Pueden robarte el dinero

venderos a todos como esclavos! Oalgo peor.

 —Los dioses nos protegerán —

Page 323: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 323/1720

dijo Aurelia. —No puedo permitírtelo, señora

Lucius jamás me lo perdonaría. —No sería asunto tuyo

empsanus. Tú te vas hoy¿verdad? En cuanto hayas partido

me iré yo. No podrás hacer nadapara impedírmelo —declaró Aureliacon determinación.

Hubo una breve pausa, peroAurelia supo que había ganadocuando vio la expresión resignadaen el rostro de Tempsanus.

 —Muy bien —aceptó con ususpiro—. Que la diosa Fortuna noproteja.

 —Y que Lucius siga vivo a

Page 324: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 324/1720

nuestra llegada a Rhegium.Su marido se recuperaría má

rápido si ella cuidaba de él, pensóAurelia. Y, mientras tanto, podíasoñar con ver a su hermano otravez. Y a Hanno.

Page 325: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 325/1720

5

5

Tras despedirse de sushermanos —la despedida de Bosta

había sido especialmente dura—Hanno había viajado hasta la costaoeste de Bruttium, donde, en una

aldea de pescadores, había

Page 326: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 326/1720

conocido a Alcimos, un viejomarinero en cuya pequeña barca seencontraba en ese momento. Aníbahabía ordenado a Hanno queviajara bajo el máximo secreto. Ecualquier caso, el general no tenía

demasiados barcos disponibles era mejor llegar a Siracusa sin seanunciado. La ciudad estaría

repleta de espías que podíantentar matarlo antes de reunirsecon Hipócrates y Epícides. Si Hannolegaba por su cuenta y sin avisoprevio, tendría más posibilidades deéxito.

 Alcimos viró hacia mar abierto

Hanno vio cómo se iba alejando la

Page 327: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 327/1720

costa italiana. Pensó en suhombres y, sobre todo, en MuttDespedirse de su oficial habíaresultado mucho más duro de loque esperaba. Aunque jamás sehabían hecho grandes confidencia

—hacía poco que le había habladode Aurelia—, sus vivencias en ecampo de batalla habían forjado u

fuerte vínculo entre ambos. —Supongo que ya te vas —dijoMutt.

 —Sí —respondió Hannoncómodo—. Ha llegado la hora.

 —Sí, señor. —Cuida de los hombres.

Mutt frunció el ceño.

Page 328: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 328/1720

 —Sabes que lo haré. —Sí —respondió Hanno—. T

también, cuídate. —Y tú, señor.Sus miradas se cruzaron u

nstante.

 —¡Por todos los dioses! —Hannose acercó y le dio un gran abrazo deoso. Tras un breve titubeo, Mut

respondió al abrazo—. Te echaré demenos —murmuró Hanno—. Ereun oficial excelente.

 —Tú también, señor —respondióMutt con el rostro serio tradeshacerse del abrazo—. Que lodioses te protejan, señor. Vas a

necesitar su ayuda allá donde vas.

Page 329: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 329/1720

 —Todo irá bien. —Debo reconocer que la diosa

Fortuna parece estar de tu lado —comentó Mutt con una leve sonrisa—. Ojalá siempre sea así.

 —Igualmente. —Hanno hubier

querido decir más, pero le faltabaas palabras.

Mutt lo miró con ojo

comprensivos. —Vete, señor. —Nos volveremos a ver. —Eso espero, señor. Algún día.Hanno tragó saliva para

deshacer el nudo que tenía en lagarganta y se marchó. Cuando

volvió la vista atrás, Mutt se

Page 330: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 330/1720

despidió con la mano. Al pensar en ello se le llenaro

os ojos de lágrimas y Hannoagradeció que Alcimos estuvieramirando al otro lado.

Oteó el horizonte en busca de

velas, pero no vio ninguna. Aprincipio le sorprendió ver indiciode guerra en el mar. Cuando

partieron habían divisado unaiburnia romana, una de laembarcaciones más rápidas quesurcaban los mares, navegandorumbo al norte. Hanno ignoraba scometido, pero Alcimos murmuróalgo sobre unos mensajes oficiale

destinados al Senado de Roma. E

Page 331: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 331/1720

oven fantaseó con la idea deabordar el barco y llevar lomensajes a Aníbal, pero, ademáde ser imposible, no era esa smisión. También se habían cruzadocon varios trirremes romanos que

se dirigían al sur para incorporarsea la flota que se estaba reuniendocerca de Siracusa. La primera ve

que se cruzaron con uno, Hanno sepuso muy nervioso. Aunque con spiel morena y un simple taparrabocomo toda vestimenta presentabael aspecto de un pescadocualquiera, la barca era demasiadopequeña como para ocultar bien s

equipo. Un registro rutinario

Page 332: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 332/1720

Page 333: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 333/1720

Messana, al otro lado del estrechoAl final Hanno se acabóacostumbrando a los barcoromanos, cuya presencia habíaahuyentado a los piratas de lazona.

Hanno regresó a la realidad. Yaquedaba poco para desembarcar era posible que esa parte de la

costa estuviera en manos romanaspues no sabía cómo habíaevolucionado la guerra en loúltimos días. Desde el momento eque pisara la playa, podía correpeligro.

 Al pensarlo, le embargó cierta

melancolía. Si la situación se torcía

Page 334: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 334/1720

estaría perdido. Mutt y susoldados, sus hermanos y Aníbal sehallaban muy lejos para salvarloHasta que no cruzara las murallade Siracusa, cualquier persona quese encontrara en su camino podía

ser un enemigo. Hanno elevó unaplegaria a Tanit, la diosa protectorade los cartagineses y sus hogares

Solicitó su ayuda al tiempo quepalpaba el anillo que ocultaba bajoa ropa.

 —Nos acercamos a la costa y noquiero entretenerme mucho —nformó Alcimos—. ¿Estás listo?

 —Sí.

Hanno miró por la borda. E

Page 335: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 335/1720

agua estaba transparente y no lecubriría. La orilla estaba a ucentenar de pasos. Buscó emonedero en la bolsa de piel dondelevaba la ropa, la espada, el dineroy la comida y sacó una pieza de

oro. Su valor superaba con creces ecoste del pasaje, pero Aníbal lehabía entregado bastante

monedas y Alcimos era un buehombre. —Toma.La moneda destelló bajo la lu

del sol. —¿Estás seguro? —preguntó

Alcimos con los ojos entornados.

 —Tómala y olvida que jamás me

Page 336: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 336/1720

has visto.La moneda desapareció en la

mano huesuda del marinero, queesbozó una amplia sonrisa, laprimera que había visto Hanno.

 —Yo no he visto nada, m

querido amigo cartaginés.El viejo recogió la vela con la

facilidad que otorgan los años de

experiencia y el barco aminoró lavelocidad hasta parar y quedar amerced del balanceo de las olas.

 —El agua te llegará al pechoSalta y te paso la bolsa.

Hanno pensó que sería muy fácpara Alcimos largarse con su

cosas, pero a veces era necesario

Page 337: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 337/1720

confiar en las personas. La únicamanera de meterse en el agua erasaltando, y eso fue lo que hizoSabía que el agua estaría fría, peroaun así se le cortó la respiración yagradeció poder tocar el fondo co

os pies. Cuando alzó la vista vio aAlcimos esperando con la bolsa ea mano y se avergonzó de habe

dudado de él. —Muchas gracias. —Hanno secolocó la bolsa sobre la cabeza parevitar que se mojara.

 —Que los dioses te protejanCon suerte llegarás a Siracusaantes del atardecer.

 —Espero que tengas una rápida

Page 338: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 338/1720

travesía de regreso a Bruttium. —Y, a ser posible, con las redes

lenas —añadió Alcimos con unasonrisa mientras izaba la vela.

Cuando Hanno alcanzó la orillaAlcimos ya se hallaba a más de cie

pasos de la costa. El pescador nomiró atrás, como si así cumpliera spromesa de olvidarse de Hanno, a

quien embargó una repentinasensación de soledad. Su misióacababa de empezar. Aníbaconfiaba en él. Echó un vistazo a laplaya y comprobó que seguía vacíaal igual que el mar en derredorsalvo por la barca del pescador

Hanno rebuscó en la bolsa y, a

Page 339: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 339/1720

cabo de unos minutos, ya ibavestido de campesino. Ocultó lacicatriz del cuello con un pañuelo una fina tira de cuero le hizo laveces de cinturón y le permitiólevar la daga en la cintura. Hanno

pretendía hacerse pasar por ucampesino sin hogar que llevaba acuestas todas sus pertenencias. S

e detenía una patrulla romana, yavería lo que hacía... «No lo piensesNo pasará.» Hanno cruzó los dedopara que no sucediera y se adentróen la isla.

Los problemas de Hanno

Page 340: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 340/1720

comenzaron en la Hexápila, lapuerta principal de la muralla nortede Siracusa. Había llegado a laciudad la víspera sin rastro deninguna patrulla romana. El sol yaestaba alineado con el horizonte

habían oído a los guardialamándose entre sí para empezar acerrar los grandes portones de

madera. Los viajeros quententaban entrar en la ciudad aesa hora solían considerarse másospechosos, sobre todo en plenaguerra. Aunque Hanno llevabaconsigo el anillo de Aníbal y unacarta de presentación, su aspecto

era el de un pobre campesino que

Page 341: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 341/1720

no tenía donde caerse muerto y nopodía descartar que, si le parabane acusaran de robar la espada y eresto de sus pertenencias, por loque debía andarse con ojoCansado y hambriento, Hanno

encontró un lugar discreto paradormir bajo un árbol a ciertadistancia de la carretera y se

enrolló en la capa de lana paraprotegerse del frío.Esa noche apenas durmió y a la

mañana siguiente se levantó con ecuerpo frío y entumecido. Hannoobservó el tráfico que se dirigía a laciudad y decidió aproximarse a la

Hexápila al mismo tiempo que u

Page 342: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 342/1720

buen número de viajeros. Aunqueos romanos estuvieran al acechomuchas personas necesitabaentrar y salir de las murallas. Logranjeros y comerciantes teníaproductos que vender, y los

ornaleros, su tiempo. Habíatambién otros tipos de viajerosHanno divisó varios soldados que

regresaban de patrulla y un grupode nuevos reclutas procedentes decampo que habían acudido a lalamada de ayuda de SiracusaHanno se puso detrás de estoúltimos confiando en que loguardias no repararan en él.

La táctica no funcionó. Cas

Page 343: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 343/1720

todos los centinelas bromeaban coos reclutas, pero un guardia covista de lince se dio cuenta de queHanno iba solo.

 —¡Eh, tú! —gritó en griego.Hanno se planteó la posibilidad

de huir hacia la ciudad, pero nosería lo más convenienteDesconocía el trazado de las calle

y se arriesgaba a que lo capturarade inmediato como espía. Lo máprudente era mantener la calma ver lo que pasaba. En verdad notenía nada que temer, pero el pulsose le aceleró y notó un nudo en lagarganta. Hanno levantó la vista

con mirada inocente.

Page 344: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 344/1720

 —¿Yo, señor? —respondió en emismo idioma.

 —Sí, tú, idiota. ¿Acaso estomirando a alguien más? —espetó eguardia con sus gruesas cejanegras fruncidas.

 —No, señor. —Ven aquí. ¡Rápido!El guardia era un hombre de

mediana edad que vestía unacoraza de bronce abollada y ucasco beocio que había vistotiempos mejores. Iba armado couna espada y una larga lanzaHanno conocía a ese tipo desoldado: si le dabas un poco de

poder y, sin un oficial presente, le

Page 345: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 345/1720

gustaba actuar como si fuera ZeuSóter en persona, pero si se lepinchaba con fuerza, se desinflabacomo un odre de piel de cabraAunque la idea era tentadora, noestaba en posición de hacerlo

«Tranquiliza a este gilipollas y entraen Siracusa», se dijo.

 —¡Ahora, he dicho!

Hanno se acercó lo más rápidoposible tras adelantar a un granjeroque conducía un carro tirado pomulas al que acababan de autorizael paso.

 —¿Señor? —preguntó sin mirarloa los ojos.

 —¿Nombre?

Page 346: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 346/1720

Hanno abrió la boca para deci«Alcimos», pero Cejas Gruesas leclavó el dedo en el pecho.

 —¿Qué pasa? ¿Se te ha comidoa lengua el gato, campesino?

Furioso, Hanno decidió que

había llegado el momento dedesvelar su identidad.

 —Hanno —respondió en vo

baja para que las personas queban detrás de él no le oyeranPodían ser espías romanos y nodeseaba que se supiera que ucartaginés entraba camuflado eSiracusa.

 —¿Cómo dices? ¡Habla más alto

Hanno se inclinó hacia él.

Page 347: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 347/1720

 —Me llamo Hanno y soy oficiacartaginés. Me envía Aníbal Barcacon un mensaje para tus generalesHipócrates y Epícides.

Cejas Gruesas lo miró concredulidad antes de soltar una

carcajada. —¡Y yo soy el mismísimo

propraetor Apio Claudio Pulcro

¿Qué llevas ahí? —Mis cosas. Ropa, comida y unespada.

 —¿Una espada? —El guardiaempujó a Hanno hacia atrás con laanza—. ¡Alarma! Aquí tengo unocon un arma.

Sonaron gritos de pánico y lo

Page 348: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 348/1720

viajeros a su alrededor huyerohacia dentro y hacia fuera de laciudad. En menos de lo que cantaun gallo, Hanno se encontró solo yrodeado de varios guardias que leamenazaban con sus lanzas. E

oven cartaginés soltó la bolsa, tiróa daga al suelo y levantó lamanos.

 —No voy armado —declaró evoz alta.Cejas Gruesas instó al resto de

os guardias a matarlo allí mismoAlgunos compañeros compartían sopinión, pero por suerte otropermanecieron indecisos pese a s

temor. Detrás de ellos se había

Page 349: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 349/1720

agolpado un grupo de curiosos. —¡Un espía! ¡Un espía! —gritó

un hombre.El círculo de lanzas titubeó

Cejas Gruesas soltó una maldición dio un paso hacia su prisionero.

Hanno se esforzó por mantenea calma.

 —Necesito hablar con el oficial a

mando —solicitó más fuerte que laúltima vez. —Nosotros decidiremos lo qu

hacemos contigo, rata —gruñó unavoz detrás de él.

El joven comenzó a volversepero le asestaron un golpe en la

cabeza y perdió el conocimiento.

Page 350: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 350/1720

Page 351: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 351/1720

e protegía los hombros y laentrepierna. Sin embargo, su aliviose esfumó cuando le señaló ecuello.

 —¿Eres un esclavo?Hanno se puso tenso. No se

había percatado de que le habíaquitado el pañuelo y que habíaquedado al descubierto la «F» que

Pera le había grabado en la piel, la«F» de fugitivo. —¡No! Los romanos me

capturaron hace tiempo y metorturaron. Esta marca me lahicieron ellos.

 —¡Y yo que me lo creo! —replic

el oficial.

Page 352: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 352/1720

No obstante, la historia deHanno ganó credibilidad cuandomencionó el anillo y la carta deAníbal que no habían encontrado aregistrarle. Cuando lodescubrieron, después de

desnudarlo por completo, el oficiaamonestó a sus hombres.

 —¿Cómo es posible que no

vierais esto antes?Los soldados bajaron la cabezamolestos. Hanno los ignoró y sededicó a explicar su misióbrevemente en un griego fluido aoficial, que hizo ademán de rompeel sello de la carta.

 —Si la abres, es por tu cuenta

Page 353: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 353/1720

riesgo —advirtió Hanno—. Estacarta va dirigida únicamente aHipócrates y Epícides.

El oficial se detuvo. Para acabade convencerse, hizo un par depreguntas al prisionero en su ma

cartaginés. La velocidad de larespuestas de Hanno era la pruebadefinitiva que necesitaba. El oficia

tuvo la decencia de sonrojarsecuando ordenó que lo soltaran y ledevolvieran la ropa y supertenencias, excepto las armas.

 —Mis disculpas por la confusiónenemos órdenes de estar atentos

a los espías romanos.

 —Si me hubiera mandado

Page 354: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 354/1720

Marcelo, dudo que me hubierapresentado como cartaginés —comentó Hanno sarcástico mientrase vestía.

 —Lo sé y lo siento. Mis hombreserán castigados —respondió e

oficial clavando la vista en CejaGruesas, que apartó la mirada—Llevaré esto a Hipócrates

Epícides.Hanno miró el anillo y la cartaasustado.

 —Mi intención era entregárseloen persona.

 —Me limito a cumplir con mdeber —replicó el oficial incómodo

—. No tardaré mucho. Mientra

Page 355: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 355/1720

Page 356: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 356/1720

encerrado en una celda después deser asaltado por varios guardiasiracusanos. Estaba claro que noera suficiente con que el oficial lecreyera. Esperaba que Hipócrates Epícides se dieran cuenta de que la

carta y el anillo eran genuinos. Deo contrario, su estancia en esacelda oscura podía deveni

permanente.El joven se animó un pococuando apareció en la celda uesclavo con un plato de pan aceitunas y un poco de vino. Acontinuación le exploró un médicoque, tras chasquear la lengua e

señal de desaprobación cuando le

Page 357: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 357/1720

explicó el origen de la heridadeclaró que no se trataba de nadagrave. Tres gotas de jugo deamapola en el vino paliarían edolor sin adormecerle, le explicómientras destapaba un pequeño

vial de cristal. Al cabo de un rato el oficia

regresó con una amplia sonrisa

Hanno desconocía cuánto tiempohabía transcurrido porque la celdacarecía de ventana y la única luprovenía de una lámpara de aceite.

 —Tengo orden de llevarte anteos generales. ¿Has podidodescansar? ¿Te duele menos la

cabeza?

Page 358: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 358/1720

 —Estoy bien, gracias. ¿Han leídoa carta?

 —Sí, y desean verte denmediato. Mis disculpas de nuevopor el trato recibido y este períodode... confinamiento. Ya ha habido

dos tentativas de asesinato contraHipócrates y Epícides.

 —Lo entiendo. —Hanno pensó

que tenía sentido, aunque CejaGruesas fuera un imbécil. Se alisó latúnica de lana y sonrió—. Estoisto.

El oficial hizo una pequeñareverencia.

 —Sígueme, por favor.

Hanno salió de la celda

Page 359: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 359/1720

escoltado por un par de soldadosSeguían sin devolverle la espada a daga. Estaba claro que laconfianza de los hermanos tenía suímites.

Mientras avanzaban por e

pasillo, a Hanno se le puso la carnede gallina al oír los lamentos quesurgían detrás de algunas puertas

Recordó Victumulae y se tocó lacicatriz bajo el pañuelo.Cuando salieron a la luz, Hanno

entornó los ojos hastaacostumbrarse a la luminosidad desol. Se encontraban en un enormepatio de armas rodeado de

establos, barracas y talleres. Había

Page 360: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 360/1720

soldados por todas partes: algunocharlaban mientras otros limpiabasus armaduras u obedecíaapresurados las órdenes de suoficiales. Las celdas se hallaban eun edificio que formaba parte de la

muralla defensiva, cuyos grandebloques de piedra caliza eran tampresionantes desde fuera como

desde dentro. —Ahora estamos en la parteeste de la ciudad, en la guarnició—explicó el oficial—. Hipócrates Epícides viven cerca. Para ir hastaallí, lo más rápido es caminar poas murallas. Además, de este

modo pasarás inadvertido y podrá

Page 361: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 361/1720

disfrutar de la vista.Hanno subió los peldaños de

piedra que conducían a la partesuperior de las defensas con interécreciente. Un centinela apostado eel último escalón saludó al oficial.

Cuando llegó a lo alto, Hannosoltó un grito ahogado acontemplar la vista que se

desplegaba ante sus ojos. —Es una reacción habitual —rioel oficial.

 —Me recuerda a Cartago —comentó Hanno, nostálgico.

La luz de media tardetransformaba el mar en un cegado

espejo blanco, lo cual no le impidió

Page 362: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 362/1720

divisar las decenas de barcos en lacalas y la lengua de tierra queapuntaba a una pequeña islafortificada.

 —Eso debe de ser Ortygia. —Veo que estás bien informado

Su nombre se debe a su forma, quese asemeja a la de un tipo decodorniz. Desde aquí puede verse

una parte de Acradina. El puertoque está a este lado de Ortygia epequeño, pero al otro lado hay unomayor y resguardado con capacidadpara cientos de barcos.

 —¿No está bloqueado por lobarcos romanos?

 —Siempre hay varios barcos ah

Page 363: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 363/1720

fuera. Diez o veinte trirremes, aveces más, pero por suerte no sosuficientes para bloquear la ciudadpor completo. Tu pueblo ha sidomuy generoso con nosotros y noenvía suministros con regularidad.

 —Me alegro de saberlo. —Hannse planteó la posibilidad deregresar a casa en un barco

cartaginés, pero recordó coamargura que allí ya no teníafamilia y solo le quedaban unopocos amigos. Su madre habíafallecido y casi todos sucompañeros de infancia estabadestinados en alguno de lo

ejércitos de Cartago.

Page 364: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 364/1720

Cuando llegaron a una secciómás ancha de la muralla, unacatapulta de dos brazos le llamó laatención. No estaba custodiada poningún soldado, pero había variomontones de piedras a su lado y lo

mecanismos parecían bieengrasados. Quedaba claro queestaba lista para usar. Vio otra a

una treintena de pasos y, despuésuna tercera y una cuarta. Y habíamás máquinas visibles en la lejaníaHanno soltó un silbido y el oficial lomiró satisfecho.

 —¿Cuántas catapultas tenéis? —Desconozco la cifra exacta

pero centenares. Están distribuida

Page 365: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 365/1720

por toda la muralla, que mide máde doscientos estadios. Estas soas pequeñas; las grandes tieneque estar a nivel del suelo. Si nofuera por Arquímedes, notendríamos ni la mitad. Insistió a

Hierón que eran necesarias más creo que al final este ordenó sconstrucción para no oírle más. Y

ahora estamos muy contentos detenerlas. —¿Los romanos están e

camino?El oficial rio.

 —Sí. Según los desertores qude vez en cuando llegan a la

ciudad, Marcelo no tardará e

Page 366: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 366/1720

movilizar las legiones. Es inevitablepero al menos así se acabará laespera. Estamos preparados pararecibirlos y estos muros socapaces de resistir una década deasedio.

 —Son unas defensampresionantes.

Hanno pensó orgulloso en s

ciudad, cuyas fortificaciones eratodavía mayores, pero nuncatendría que enfrentarse a uasedio, pensó. Hipócrates Epícides resistirían en Siracusa coa ayuda de Hanno y, cuandolegaran las tropas de Cartago

ganarían la guerra en Sicilia.

Page 367: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 367/1720

 Avanzaron unos metros más poa muralla hasta que les paró ugrupo de soldados con un aspectomuy distinto al de Cejas GruesasSus trajes y armas brillaban a la ludel sol y su ademán era mu

profesional. El jefe, un joven de laedad de Hanno, llevaba etradicional casco p i l o s con u

magnífico penacho de cinco púas. —Contraseña, señor —solicitócon educación.

 —Heracles —respondió el oficialEl soldado les cedió el paso co

una inclinación de cabeza. —Tú y tu invitado podéis

continuar, señor, pero tus hombres

Page 368: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 368/1720

deben quedarse aquí.Los soldados abrieron paso a

Hanno y al oficial. Con tantamedidas de seguridad, loproblemas de Hanno para entrar aa ciudad empezaban a cobra

sentido, puesto que ni siquieraconfiaban en sus propios soldados.

Detrás del puesto de vigilancia

el pasadizo se agrandaba hastaconvertirse en una gran plaza, en laenorme azotea de una viviendaquizás un palacio. El suelo estabadecorado con mosaicos blancos negros y, a los lados, grandesmacetas contenían parras

imoneros e higueras. Vario

Page 369: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 369/1720

istones de madera en el suelosujetaban las celosías por las quese encaramaban las parras. Latécnica era ingeniosa y, aparte deproporcionar mucha sombraemulaba el aspecto de un jardín. E

a azotea incluso había una fuentecon una estatua de Poseidón en ecentro, sentado a horcajadas sobre

un gran delfín. Hanno se preguntócómo acarrearían el agua hasta alláarriba.

El oficial percibió la sorpresa esu rostro.

 —Otra obra de Arquímedes. Eagua se sube a través de una rueda

con baldes de cuero que está

Page 370: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 370/1720

situada sobre un pozo. —Arquímedes debe de ser un

hombre de gran talento. —¡Y no has visto ni la mitad!Hanno divisó varios hombre

cerca de la fuente, dos de ello

tumbados sobre sendos divanes. Aacercarse también distinguió a dohombres arrodillados y con la

manos atadas a cuyas espaldas seencontraban varios soldados con laespadas desenvainadas. Loestaban interrogando. Uno de loprisioneros no respondió lobastante rápido a una pregunta un soldado le propinó una patada

en la espalda. El prisionero cayó de

Page 371: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 371/1720

bruces al suelo, pero no intentóevantarse. Hubo una nuevapregunta y su compañero dio urespingo.

 —¡Nuestro cartaginés! —anuncióuno de los ocupantes de los divane

—. Tráelo aquí, Kleitos.El oficial cedió primero el paso a

Hanno y ambos se acercaron.

Hanno reconoció a los hombretumbados: eran Hipócrates Epícides. Tenían el mismo aspectoque en Cannae, pero no recordabaquién era quién. Uno llevaba barbay el otro no, pero era la únicadiferencia discernible entre lo

hermanos, puesto que ambo

Page 372: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 372/1720

tenían el pelo negro y rizado y unorasgos muy finos, casi femeninosLos dos llevaban un himation dricos bordados, símbolo de sposición, y unas botas hasta lapantorrilla que se parecían a las de

Aníbal.En cuanto estuvieron a unos die

pasos, Kleitos tocó la espalda de

cartaginés y Hanno comprendió emensaje. —Mis saludos, gobernantes de

Siracusa —saludó con unareverencia.

 —¿Gobernantes? —rio ebarbudo—. No somos más que do

de los generales del consejo de

Page 373: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 373/1720

gobierno.Hanno miró a Kleitos, pero tenía

el rostro impertérrito. —No lo entiendo. —Hipócrates está bromeand

contigo —explicó el hermano si

barba—. Es cierto que el resto deos generales son nuestros igualespero suelen seguir nuestra

recomendaciones.Si bien es cierto que habíaempleado un tono jocoso en sexplicación, un brillo ladino en suojos hizo pensar a Hanno que larelación con el resto de logenerales no era del todo cordia

Se preguntó si los demás tambié

Page 374: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 374/1720

disfrutaban de los placeres de eseardín en la azotea, pero no dijonada.

 —Es un honor para mconoceros, mis generales. Mnombre es Hanno de Cartago. Me

envía Aníbal Barca, como ya habréipodido leer en la carta.

 —Aquí la tengo —dijo Epícide

señalando una mesita ante él sobrea cual se encontraba el anillo y epergamino abierto—. Bienvenido anuestra ciudad y mis disculpas poel trato recibido. Los guardias deas puertas pueden ser un pocompetuosos.

«Y estúpidos», pensó Hanno.

Page 375: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 375/1720

 —Lo comprendo, mi generaEstas cosas pasan.

 —¿No vienes con soldados? —preguntó Hipócrates con tonohostil.

 —Me temo que no, mi genera

Aníbal necesita a todos los qutiene. Con cada estación que pasaos romanos tienen más legiones.

Hipócrates soltó un bufidodespectivo, pero Epícides sonrió. —Tenemos hombres suficientes

para defender la ciudad y unocuantos más. Cuando lleguen latropas de Cartago anunciadas poAníbal, echaremos las legiones de

Marcelo al mar.

Page 376: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 376/1720

 —Y sus aguas se volverán tanrojas como las del Trasimene —añadió Hipócrates.

 —Ojalá ese día llegue prontoAníbal me ha mandado aquí parque pueda ayudaros a alcanzar ese

objetivo. —¿Estuviste en Trasimene? —

preguntó Hipócrates con curiosidad

 —Sí, mi general.Hanno seguía sintiendo ciertaculpabilidad cuando pensaba en esabatalla, aunque Aníbal lo habíaabsuelto a él y al resto de locomandantes de falanges de todaculpa por haber permitido que se

escaparan miles de legionarios po

Page 377: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 377/1720

a brecha que abrieron entre suunidades.

 —Nosotros también, pero tu carano me suena —comentó el generacon tono acusador.

 —Sin embargo, estuve presente

—reiteró Hanno un poco irritadoHipócrates tenía un caráctediscutidor y parecía imposible de

contentar. —¡Nadie recuerda ninguna caraentre tantos miles de soldados! Tupalabra nos basta. Según Aníbaeres un oficial de infantería coexperiencia —dijo Epícides comirada escudriñadora.

 —Así es, mi general. He luchado

Page 378: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 378/1720

en Trebia, Trasimene y Cannae, yen casi todas las batallas que sehan librado entretanto y desdeentonces.

 —Es obvio que Aníbal te tiene egran estima si te ha elegido para

esta misión y te ha entregado esto—comentó Epícides al tiempo qucogía el anillo de la mesa y lo

admiraba—. ¡Toma! —dijoanzándole el anillo a Hanno. —¡Yo quería quedármelo! —

protestó Hipócrates. —No te corresponde, hermano

—replicó Epícides. —Gracias, mi general —

agradeció Hanno mientras cerraba

Page 379: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 379/1720

el puño con el anillo e intentabadisimular la creciente antipatía quesentía por Hipócrates—. ¿Cómopuedo serviros de ayuda?

Epícides miró a Hipócrates. —¿Qué te parece, hermano? ¿Lo

ponemos al frente de una unidad dnfantería?

 —Supongo —contestó

Hipócrates con desgana—. Pero nosé la diferencia que puede marcaun solo oficial —añadió mientras seevantaba para dirigirse aprisionero tumbado en el suelo—¿Tú qué dices?

El prisionero emitió un gemido

por toda respuesta.

Page 380: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 380/1720

 —No le hagas caso —dijoEpícides a Hanno, refiriéndose aHipócrates—. Te ocuparás de lossoldados con menos experienciaSeguro que se beneficiarán de tnstrucción y, si pudieras ayuda

también al resto de los oficiales, teo agradecería. Cuando comience easedio, te asignaré la defensa de

uno de los muros de la ciudad. —Será un honor, mi general.Hanno sentía simpatía po

Epícides, que al menos era amableNo sabía hasta qué punto podríaobtener información útil para Aníbaen el ejercicio de sus funciones

pero no podía elegir su cargo.

Page 381: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 381/1720

 —Cuando lleguen las tropas deCartago, nos resultará muy útcontar con un oficial que hablegriego y cartaginés, ¿verdadhermano?

«Eso suena más prometedor»

pensó Hanno. —Sí, sí —respondió Hipócrate

con desgana antes de asestar u

puntapié al prisionero—. Si notienes más información, no mesirves de nada—. Arrojadlo por lamuralla —ordenó a los soldados.

Epícides hizo un vago gesto dedisculpa a Hanno, que contemplócómo los soldados agarraban a

hombre por los brazos y lo

Page 382: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 382/1720

arrastraban entre sollozos hasta lamuralla para lanzarlo sin más avacío. Un alarido desesperado llegóhasta sus oídos. Solo duró un pade segundos y después se silenciópara siempre.

«Por todos los dioses, quémanera de morir», pensó Hanno.

 —¿Qué había hecho? —inquirió

con expresión neutral. —¡No decirme lo que quería oíreso! —espetó Hipócrates furibundo

 —Era sospechoso de traicióngual que su compañero —respondió Epícides.

 —¿Sospechoso? —preguntó

Hanno. La pregunta había salido de

Page 383: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 383/1720

su boca antes de que pudierampedirlo.

 —Correcto —replicó Epícides siun ápice de su amabilidad anterior.

Mientras tanto, Hipócrates habíaordenado que el segundo prisionero

fuera llevado al mismo punto de lamuralla del que había sido lanzadosu compañero y comenzó a

amenazarle. —¡Me apuesto lo que sea a queste prisionero está más dispuestoa hablar! —rio Hanno como si ledivirtiera la escena.

 —¡Seguro! —convino Epícidesde nuevo de buen humor—

Hipócrates puede ser mu

Page 384: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 384/1720

persuasivo.No tardaron en oírse los grito

del hombre, pero Epícides lognoró por completo.

 —Kleitos te acompañará a tuaposentos y te dará el equipo y la

armas que necesites. Volveremos avernos pronto.

Hanno comprendió que la

audiencia había tocado a su fin. —Gracias, mi general. ¿Y mnueva unidad?

 —Te mandaré un mensajero conos detalles.

Hanno hizo una reverencia murmuró varias fórmulas de

cortesía más antes de retirarse

Page 385: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 385/1720

Cuando se alejaba del lugar coKleitos, no pudo evitar echar uvistazo a Hipócrates, pero deseó nohaberlo hecho: el general acababade cortar la oreja al prisionero; laexaminó un instante antes de

anzarla al vacío con la amenaza deque, si no quería acabar igual, seríamejor que empezara a cantar.

 Aníbal tenía razón, pensóHanno. Hipócrates era peligroso ypese a su amabilidad, Epícidetambién. Lo había destinado a unido de víboras.

Page 386: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 386/1720

6

6

Después de un día de travesíaAurelia empezó a preguntarse s

había sido acertada su decisión deviajar a Rhegium. Aunque lemolestaban las restricciones que

mplicaba su vida como madre

Page 387: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 387/1720

esposa, comprobó que era muy fácquejarse desde la comodidad seguridad de Roma. En esomomentos se hallaba a merced deos elementos, que a su veestaban en manos de los dioses

unos seres con los que manteníauna relación complicada. DesdeCannae había procurado guardarse

para sí su desconfianza en lodioses, pero le preocupaba que ladeidades adivinaran susentimientos. En cualquier caso, lehabía realizado numerosas ofrendaantes de partir, en parte como actode contrición y en parte para

suplicar que Lucius siguiera co

Page 388: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 388/1720

vida, es decir, que se hubierarecuperado de sus heridas, ascomo solicitar una feliz travesíahasta Rhegium.

No obstante, Neptuno y lodioses del viento no parecían habe

prestado atención a sus plegariaspuesto que una hora después dezarpar de Ostia el día soleado habí

dado paso a una lluvia intensa queno paró hasta bien entrada la tardeAurelia estaba mareada por econstante balanceo del barco y epobre Publius había vomitado hastaa bilis. Tempsanus, por su ladoparecía soportar mejor los vaivene

de la tempestad, mientras que

Page 389: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 389/1720

Agesandros no solo estaba eperfecto estado, sino que su humomejoraba con cada milla queavanzaban hacia el sur.

Por suerte el tiempo cambió aanochecer y los vientos racheado

se transformaron en una brisa denorte que sopló a su favor y leacercó rápido a su destino. Cuando

el capitán —un hombre de calvicie barriga incipientes— decidió anclapara pasar la noche, ya habíacompletado una parte considerabledel viaje. El segundo día Aureliaolvidó toda su aprensión cuando ecielo azul y el mar tranquilo le

permitieron avanzar a toda

Page 390: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 390/1720

velocidad. Como prueba del favode Neptuno, y para la delicia detodos los pasajeros, un banco dedelfines siguió la estela del barcodurante largo rato.

 Al amanecer del tercer día, e

capitán les informó que, si el vientoseguía soplando a su favor y no seencontraban con embarcacione

hostiles, llegarían a su destino aanochecer. La mención de barcoshostiles inquietó a Aurelia, peropasaron las horas sin que avistaranada más que algún que otro barcopesquero. Finalmente, el vigíaanunció que Sicilia estaba a la

vista. Un sonriente Tempsanus

Page 391: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 391/1720

comunicó a Aurelia que llegarían aRhegium en dos horas. Aurelia sealegró al oírlo, pero después pensóen Lucius y volvió a sumirse en supreocupaciones. ¿Estaría vivotodavía su marido? La joven rogó

que Hades no hubiera reclamado svida y que le permitiera sobrevivir recuperarse de sus heridas. Para

variar, fue Publius quien la sacó desu ensimismamiento cuando sesentó a su lado tras escabullirse dea mano de Elira. Aurelia le sonrió empezó a jugar al escondite con éocultándose de su vista detrás demástil.

 —¡Barco a la vista!

Page 392: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 392/1720

 Aurelia estaba tan enfrascada eel juego que no prestó atención a lalamada del vigía.

 —¿Dónde? —preguntó ecapitán.

 —Al sur, señor. En el estrecho.

 —¿Va solo? —Eso parece, señor. —¿Distingues qué tipo de

embarcación es?El tono empleado por el capitálamó la atención de Aurelia, quealzó la vista hacia el lugar dondeestaba encaramado el vigía comoun mono, las manos abrazando lamadera y los pies sujetos a u

cabo.

Page 393: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 393/1720

 —No puedo verlo, señor, estádemasiado lejos.

 —¡Por la raja peluda deNeptuno! —masculló el capitán.

 Aurelia ordenó a Publius quregresara con Elira para pode

hablar tranquila con el capitán. —Te veo preocupado —

comentó.

Tempsanus también se habíaacercado a hablar con el capitán yAgesandros había logrado colocarseo bastante cerca como para noperder palabra de la conversación.

 —Sí, estoy preocupado, para quvoy a mentiros —contestó e

capitán al tiempo que hacía una

Page 394: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 394/1720

señal contra el diablo—. Los barcode Marcelo controlan estas aguasasí que es probable que sea uno deos nuestros, pero no tenemogarantía alguna. También seencuentran barcos siracusanos e

esta zona y podría tratarse de utrirreme gugga que ha virado anorte. La cuestión es que no lo

sabremos hasta que estemos cercaquizás hasta que no estemos en eestrecho, pero entonces estaremotan cerca que podrán atacarnos cofacilidad.

 —¿Qué sugieres que hagamos—preguntó Tempsanus con ademán

serio, sin atisbo de su habitua

Page 395: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 395/1720

talante jovial. —Podríamos acercarnos un poco

más e intentar ver si podemodentificarlo por las velas, o biepodemos virar al norte. Si no nosigue, será buena señal. Entonce

podemos pasar la noche en una deas islas Lipari y reanudar el viajemañana antes del amanecer

Enseguida llegaríamos a Rhegium.Por su tono, era obvio que ecapitán se decantaba por lasegunda opción, que también era lapredilecta de Tempsanus, sobretodo considerando que el flete debarco corría de su cuenta. Aurelia

escuchó la conversación inquieta

Page 396: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 396/1720

La joven deseaba llegar a sdestino lo antes posible, pero no acualquier precio.

 —Evitar posibles conflictoparece la mejor opción —decidióempsanus antes de volverse hacia

Aurelia—. Un día más no marcarninguna diferencia —sentenció.

 Aurelia sonrió en señal de

aceptación. «Pronto estaré a tado, esposo mío. Aguanta.»El capitán suspiró aliviado ante

a decisión de Tempsanus e hizobocina con la mano para dar laorden.

 —¡Rizad las velas! ¡Rápido!

Una docena de marinero

Page 397: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 397/1720

procedió a obedecer la orden, perocuando apenas habían iniciado lamaniobra, se oyó un nuevo grito devigía.

 —¡Barco a la vista! —anunciópor segunda vez.

 —¿Dónde? —inquirió el capitán. —Detrás, señor. Ha salido de la

nada. Debía de estar a sotavento

de las islas.Todos se volvieron hacia la popay ante sus ojos apareció un barcode grandes velas cuadradas que leseguía a una milla de distancia. Ecapitán soltó una maldición y aAurelia le entraron náuseas. E

barco que les perseguía llevaba e

Page 398: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 398/1720

viento a favor y, si además utilizabaos remos, no tardaría ealcanzarlos.

 —¡Soltad las velas! —rugió ecapitán a la tripulación—. A juzgapor la manera en que este barco ha

aparecido por detrás de nosotrosno lleva buenas intenciones, seño—explicó a Tempsanus—, así que

no nos queda alternativa. —¿Quieres decir que tenemoque tomar rumbo al sur y cruzar lodedos para que el otro barco no seaenemigo?

 —Si no te parece mal, señor. —Haz lo que considere

necesario. Si logras llevarnos a

Page 399: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 399/1720

Rhegium esta misma noche, te darmil dracmas más.

El capitán sonrió de oreja aoreja.

 —Haré lo que pueda, señor. —Ecapitán ordenó a la tripulación que

empezara a remar—. Debemoavanzar a toda velocidad. —Aureliaoyó que decía al contramaestre—

Si queremos zafarnos de sus garrasdebemos remar fuerte ahora; es laúnica posibilidad que tenemos deescapar. Si no, ya sabes lo quepasa con el viento en el estrecho.

 —Que es menos de fiar que uprestamista fenicio, señor. Si e

viento sopla a nuestro favor, será

Page 400: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 400/1720

perfecto, pero ¿y si sopla edirección contraria?

El capitán hizo una mueca comotoda respuesta.

 Aurelia estaba cada vez máatemorizada. El único recurso que

e quedaba era rezar. Intentó nohundirse ante la sensación dempotencia que ello le provocaba.

La suerte no tardó eabandonarles por completo. Superseguidores se acercaron losuficiente como para bloquearles lasalida al norte, mientras que eprimer barco que habían avistadoresultó ser un trirreme, una

embarcación mucho más grande

Page 401: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 401/1720

rápida que la suya con más detriple de remeros. El barcoavanzaba en su dirección a lavelocidad del rayo con unoaterradores ojos pintados en eespolón y la cubierta llena de

soldados y arqueros. Un estandarteen la proa confirmaba que erasiracusanos.

En el barco de Aurelia cundió epánico. Sin que nadie dijera nadaos remeros ralentizaron el ritmo.

 —¡Que sigan remando! —ordenóempsanus con la frente empapada

de sudor. —¿Para qué? —replicó el capitán

—. Estamos acabados.

Page 402: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 402/1720

Tempsanus estaba a punto deprotestar cuando oyeron una voque se dirigía a ellos en mal latín:

 —¡Deteneos u os embestiremosEl capitán miró a Tempsanus

como diciendo «ya te lo decía yo»

ordenó a los remeros que dejarade remar.

 —¿No podemos pelear? —

preguntó Tempsanus. —¿Pelear? Estos hombres sonmarineros, señor, no soldados.

El trirreme se acercó más con efin de ponerse a su lado. Losoldados estaban listos paraabordar en el momento en que se

untaran las naves.

Page 403: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 403/1720

 —Te pagaré lo que sea. —Sería una masacre, señor

Siento decirlo, pero tu dinero novale nada en estos momentos.

 Aurelia se esforzó por mantenea calma y, por una vez en la vida

agradeció la presencia deAgesandros a su lado.

 —¿Qué ocurrirá ahora? —

preguntó Aurelia al capitácontrolando el miedo en su voz. —Con un poco de suerte, se

imitarán a tomar el barco y noobligarán a incorporarnos a stripulación bajo las órdenes de scapitán y sus oficiales —respondió

el capitán, que titubeó un instante

Page 404: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 404/1720

antes de proseguir—. En cuanto adestino de los pasajeros, me temoque no lo sé.

 Aurelia miró a Tempsanus, quetenía el rostro desencajado por emiedo.

 —Nos tomarán como esclavos —explicó Agesandros—. O, stenemos muy mala suerte, no

matarán. A Aurelia le flaquearon lapiernas. «Qué estúpida he sidoDebería haber hecho caso aempsanus y quedarme en Roma.» —Si lo deseas, puedo mataros a

ti y a tu hijo ahora —susurró

Agesandros—. Así os ahorrar

Page 405: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 405/1720

mucho sufrimiento. Aurelia lo miró horrorizada, per

en sus ojos preocupados leyó quehablaba en serio.

 —Podrían hacerte cosaterribles. No tienes ni idea...

 —No. —¿Y si venden a Publius a otr

amo? ¿Has pensado en eso?

 —¡No va a suceder nada de esoVoy a hablar con el capitán. Soyuna mujer noble.

 —A ellos les dará igual —replicóAgesandros.

 —No quiero que pongas fin anuestras vidas —ordenó en u

susurro—. ¿Qué vas a hacer tú?

Page 406: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 406/1720

 —Dejaré que me lleven preso; lavida de esclavo no es nada nuevopara mí. A la primera oportunidadque tenga me escaparé y, si puedoacudiré en tu ayuda.

 Aurelia trago saliva y rezó co

más fervor que nunca desdeCannae. «Por favor, protegednos amí y a mi hijo. Protegednos a

todos.» Volvió a sonar una orden en emismo mal latín de antes.

 —¡Recoged los remos!El capitán repitió la orden y la

tripulación obedeció. En cuantorecogieron los remos de babor, e

trirreme se deslizó a su lado, co

Page 407: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 407/1720

sus remos ya recogidos. Los cascode ambas naves chocaron con uestruendo. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Ebarco todavía se balanceabacuando fueron abordados primeropor seis soldados seguidos a

continuación de una docena mástodos armados.

 —¡Soltad las armas! —ordenó u

soldado en burdo latín antes derepetir lo mismo en griego.Los pocos marineros que se

hallaban en cubierta cayeron derodillas y suplicaron clemencia. Loremeros ni siquiera levantaron lavista.

El capitán alzó las manos.

Page 408: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 408/1720

 —Estamos desarmados. El barcoes todo vuestro —dijo en un griegoaceptable.

 Agesandros se colocó delante deAurelia, que había llamado a Elira Publius a su lado, y Tempsanus

mitó al capataz. —Tranquila, señora —susurró—

Yo te defenderé.

 —No, Tempsanus —protestóAurelia.Pero el hombre mayor ya había

dado un paso adelante. —Somos civiles... —comenzó a

decir.La respuesta del jefe de lo

soldados fue inmediata y brutal

Page 409: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 409/1720

clavó la espada en el vientre deempsanus, que primero soltó un

gemido de sorpresa y luego lanzóun terrible alarido de dolor. Actoseguido, el soldado lo empujó coel escudo para arrancarle la espada

y, de un empellón, lo echó despuésal lugar de los remeros, donde aullóagónico. A continuación, el soldado

clavó su dura mirada eAgesandros. Aurelia observó que el siciliano

tensaba el cuerpo, pero pese a sudiferencias, no deseaba que ecapataz perdiera la vida allí. Novalía la pena.

 —No hagas nada —susurró ante

Page 410: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 410/1720

de adelantarle y dar un paso afrente—. Soy romana y de clasenoble —declaró Aurelia en griego—Si me haces daño, que sea por tcuenta y riesgo.

 —¡Vaya, jamás me he follado a

una noble romana y no pensé queme toparía con una en estabañadera! —rio el soldado—. ¡La

suerte me sonríe!Sus camaradas rieron y Aureliatembló asustada. Agesandros sepuso a su lado y esta vez no tuvofuerzas para apartarlo.

 —¡ALTO! —gritó la misma voque había amenazado antes co

embestirlos—. Aquí no se mata n

Page 411: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 411/1720

se folla a nadie hasta que yo dé evisto bueno.

Decepcionado, el soldado no semovió y Aurelia respiró aliviada. Seoyeron nuevos pasos en cubierta yun instante después, se encontró

cara a cara con un atractivo oficiasiracusano que ni siquiera se habíamolestado en desenvainar la

espada. —¿Y quién eres tú? —inquiriócon tono arrogante.

 —Me llamo Aurelia y soy laesposa de Lucius Vibius Melito —respondió la joven con toda latranquilidad que le permitió s

acelerado corazón—. Pertenezco a

Page 412: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 412/1720

a clase ecuestre y exijo que se metrate como tal.

 —Aquí tú no exiges nada —replicó el oficial con un tono sibilinoque resultó más amenazadotodavía—. Si les doy permiso, mi

hombres harán contigo y con tesclava todo tipo de vilezas delantede los ojos de tu hijo, porque por t

expresión adivino que el niño etuyo. Por lo tanto, te sugiero quecierres la boca y no nos causeproblemas.

 Aurelia no recordaba habepasado tanto miedo en su vidapero como no estaba dispuesta a

mostrarlo, se limitó a asentir.

Page 413: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 413/1720

Page 414: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 414/1720

de Publius en la mazmorra—¿Mamá?

 —Estoy aquí, cariño. —Los ojode Aurelia se habían acostumbradoa la penumbra y encontró siproblemas las mantas raídas que

es hacían las veces de jergón. Eliraseguía durmiendo—. Estoy aqucariño, no pasa nada —susurró

Aurelia.Cogió a su hijo en brazos y loapretó contra su pechoempapándose de su olor y calidezque le recordaban su vida de antede ese infierno. Compartían epequeño espacio al que habían sido

confinados a su llegada a Siracusa

Page 415: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 415/1720

con seis mujeres más. Todasestaban muy delgadas y vestíaharapos. Después de variatentativas de entablaconversación, lo único que sabía erque las habían tomado presas la

semana anterior y comían una veal día. Aurelia desconocía eparadero de Agesandros, el capitá

y la tripulación. El pobreempsanus yacía en el fondo demar, convertido en pasto para lospeces. ¿Y Lucius? Solo los diosesabían si continuaba vivo. «Pofavor, haced que Hanno meencuentre», suplicó Aurelia. Era una

dea descabellada, pero era lo únic

Page 416: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 416/1720

a lo que podía agarrarse. —Tengo ham-bre, ham-bre. —Lo sé, cariño, lo sé. —Aurelia

también tenía el estómago vacíoEra difícil adivinar qué hora era emedio de la oscuridad, pero no

tardarían en traerles la comida—Pronto nos traerán algo de comerya verás.

 —Quiero sal-chi-chas. —Quizá traigan salchichas, perno estoy segura. Quizá solo traigaun poco de pan, pero estaría biecomer pan, ¿no?

 —¡Pan! ¡Pan! ¡Quiero pan! —Pronto, cariño, pronto.

 Aurelia le acarició el cabello

Page 417: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 417/1720

caminó los ocho pasos que habíahasta la pared del fondo de la celdy después dio media vuelta hasta lapuerta con la pequeña rejilla quedaba al corredor. No había nadieHabía sido así desde que había

legado. Los gemidos procedentedel resto de las celdas laatormentaban mientras caminaba

de un lado a otro. Por fin Publius sedurmió en sus brazos. Temerosa deque el hambre le despertara, losostuvo hasta que sus brazos noaguantaron más el peso. Por suerteno se inmutó cuando lo depositósobre la manta y lo tapó. Aurelia lo

miró y pudo oír en su mente la vo

Page 418: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 418/1720

recriminadora de su madre. «Estecarácter impulsivo no te llevará aninguna parte, hija», solía decirlePero ya nada podía hacer. «Lohecho, hecho está», pensó AureliaHabía tomado la decisión de viaja

a Rhegium y ahora tenía queacarrear con las consecuencias. Sesobrecogió al recordar el mercado

de esclavos en Capua y rezó paraque al menos pudiera conservar aPublius a su lado. Separarlos seríao peor que pudiera ocurrirles, peoque la muerte.

La muerte. ¿Era eso lo que leesperaba?, se preguntó con la

sensación de estar entumecida.

Page 419: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 419/1720

 Aurelia no estaba preparadamentalmente para lo que sucedió aa mañana siguiente. Variosoldados escoltaron hasta un patioa las mujeres de la celda y al pocorato se les unieron una docena

más. El oficial que había abordadoel barco ordenó que se desnudarapor completo. Conscientes de que

as preparaban para ser vendidasalgunas mujeres comenzaron asollozar, pero nada podía cambiasu destino.

Para que no se inquietaraAurelia dijo a Publius que se tratabade un juego. La situación era

denigrante; no había estado

Page 420: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 420/1720

desnuda en público desde que erapequeña y los comentarios soeces os manoseos de los soldadoagravaban todavía más la situaciónDespués de ordenarles que seavaran con el agua de los cubo

que los soldados habían traído depozo, lo peor todavía estaba polegar: les espolvorearon los pie

con polvo blanco en señal de scalidad de esclavas y las ataroentre sí con cuerdas en las manos el cuello. «Que los dioses me defuerzas», rogó Aurelia sin atreversea levantar la mirada. Era inhumanoPor eso mismo habían pasado Elira

Hanno y Agesandros, así como lo

Page 421: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 421/1720

esclavos de su familia y los deLucius. Sus intentos anteriores dedentificarse con ellos no habíasido más que una forma dedealizar la situación. Jamás habíapensado que podía pasarle a ella.

 —¿Por qué estás atada, mamá—preguntó Publius con el labiosuperior tembloroso.

 Aurelia dio gracias a que loguardias no hablaran latín. —Es parte del juego, cariño —

dijo obligándose a sonreír—. Ahoraremos a un lugar especial a buscaa ropa.

 —¿Adónde?

 —No lo sé, cariño. Tú sígueme.

Page 422: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 422/1720

 Aurelia esperaba que el mercadono estuviera muy lejos. Para sualivio oyó a una de las mujeres quecomentaba que estaba a menos demedio kilómetro. El oficial y variosoldados encabezaron la comitiva

para abrirse paso entre lamuchedumbre y el resto de losoldados se situaron detrás. La

experiencia, curiosamente, no fuetan terrible como Aurelia temíadado que muy pocas personarepararon en ellos, lo cual era máhumillante todavía: los esclavos nomerecían ni ser mirados porqueeran lo más bajo.

 Al principio Publius trotó

Page 423: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 423/1720

contento a su lado, pero a medidaque las calles se llenaron, le resultómás difícil seguir el paso de loadultos. Cuando Aurelia se paró unstante para que pudiera seguirlase tensó la cuerda que la unía a la

siguiente mujer y perdió eequilibrio. Aurelia se disculpó a losoldados entre sollozos y prometió

no volver a hacerlo y solo se llevóun golpe detrás de la oreja comotodo castigo. A partir de esemomento, obligó a su hijo acaminar delante de ella, aunque sequejara de tener que caminar tarápido.

Cuando por fin llegaron a

Page 424: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 424/1720

mercado, Aurelia respiró aliviadaPublius ya estaba al límite de sufuerzas. Cuando divisó el mar através de una puerta de la murallay percibió su fuerte olor, supo quese encontraban cerca de uno de lo

puertos de la ciudad. Las gaviotasobrevolaban entre graznidos lopuestos de comida que flanqueaba

el espacio más o menos rectanguladonde se encontraban. Las hilerade esclavos estaban en el centroseparados en función del sexo, laedad y sus amos. Los esclavos erade todos los colores y razasromanos, galos y germanos de te

blanca se mezclaban con griegos

Page 425: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 425/1720

egipcios de piel morena; tambiéhabía nubios negros como el tizón ncluso un par de hombres de pieamarilla, cabello negro y ojorasgados. Aurelia creía que sedenominaban «seres». Había

esclavos de todas las edadesdesde viejos hasta de medianaedad, pasando por jóvenes en la

flor de la vida, adolescentes, niñoo bebés amamantados por sumadres. Todos estaban desnudos ya mayoría tenían una expresióausente. Si las mujeres o los niñoloraban, eran silenciados denmediato por sus vendedores co

amenazas o golpes, o ambos.

Page 426: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 426/1720

 —¿Es aquí donde nos devuelvea ropa, mamá?

 —No, cariño. Primero tenemoque ir con alguien a buscarla.

 —¿Con quién? —No lo sé todavía.

Publius acababa de fijarse en uhombre corpulento que masticabaun trozo de pescado a la parrilla.

 —¡Tengo ham-bre! ¡Quieropescado! —Chsss, cariño —instó Aurelia

Por fortuna ninguno de los soldadoo oyó.

Las mujeres fueron colocadas efila sobre una especie de podio e

el centro del mercado. Para distrae

Page 427: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 427/1720

a su hijo, Aurelia le dijo que hicieradibujos con el polvo que le recubríaos pies.

El tiempo fue pasando en unanebulosa de imágenes inconexasun oficial compró por unas poca

monedas a un puñado de hombrede aspecto enfermizo, tras explicaque, como necesitaban a todos lo

soldados para la defensa de laciudad, esos hombres podíaimpiar una parte del alcantarilladoque se había atascado y, si moríandurante el trabajo, no pasaba nadahubo una madre y un hijo quefueron vendidos por separado

protestaron desesperados mientra

Page 428: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 428/1720

sus compradores los llevaban edirecciones opuestas; un hombre deaspecto demacrado, quizás epropietario de un burdel, manoseóa todas las mujeres, incluidas Eliray Aurelia, pero esta respiró aliviada

cuando se fijó en una rubia goda su compañera, una mujer decabello castaño y grandes pechos,

as compró a las dos junto con unade las jóvenes del grupo de AureliaLas quejas continuas de Publiu

fueron la única constante queayudaron a Aurelia a mantener lacordura. Primero tenía hambredespués quería irse a casa, luego

reclamó un abrazo de su madre y, a

Page 429: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 429/1720

continuación, de Elira, y, actoseguido, preguntó por su padreAurelia logró que no llorara ngritara con la ayuda de Elira, peroempezó a desesperarse cuando viodos manchas rojas en las mejilla

de su hijo y su voz se tornó máaguda. Publius estaba cansado y noograría mantenerlo distraído

mucho tiempo más. Los guardiatambién empezaban a irritarseAurelia los había visto arrancar amás de un niño de los brazos de sumadres y venderlos al primer postoporque no dejaban de llorar.

 —¡Agathocles! ¡Qué alegría

verte!

Page 430: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 430/1720

 Aurelia volvió la cabeza. Eoficial que los había capturadocharlaba con un hombre de cabellonegro, delgado y bien vestido. Auzgar por las sonrisas y la fluidede la conversación, estaba claro

que se conocían. Loguardaespaldas de Agathocles, upar de soldados, permaneciero

cerca. —¿Qué andas buscando estamañana? ¿Más mujeres?

 —Sí. Hipócrates se ha cansadodel último lote —respondióAgathocles encogiéndose dehombros—. Ya lo conoces, nunca

está contento.

Page 431: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 431/1720

 —¿En qué te has acabadoconvirtiendo, hermano? —susurró eoficial—. ¿En el proveedor de carnefresca de Hipócrates? Deberíahaberte alistado al ejército comoyo.

 —¡No empieces! Mírate, estávendiendo esclavos en nombre degeneral. Tú y yo somos iguales —

sentenció Agathocles dando unapalmada en la espalda al oficial—Veamos si hoy tienes algo quevalga la pena para Hipócrates.

 —Al final de la fila hay unamatrona romana bastante atractiva—A Aurelia se le heló la sangre en

as venas al oírlo—. Y su esclava

Page 432: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 432/1720

liria tampoco está nada mal.Estas últimas palabras la

animaron un poco más. Al mirar aElira, comprobó que también habíaencendido una llama de esperanzaen sus ojos. «Por favor, Fortuna,

ayúdanos. Si permanecemos juntasno será tan terrible», suplicóAurelia.

 Agathocles eligió a una de laprimeras mujeres de la fila, pero nose molestó en echar un segundovistazo al resto.

 —Esta vez no has traído ningunbelleza, amigo mío —se quejóantes de pararse de nuevo ante

Aurelia—. Bueno, quizá me h

Page 433: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 433/1720

precipitado un poco. —Ya te lo había dicho —replicó

el oficial—. Seguro que a Hipócratee gusta. Es muy gallarda.

 Agathocles agarró la barbilla deAurelia y le volvió la cabeza de u

ado a otro. Aurelia intentómantener la calma, pero el hombrepercibió la tensión en el cuello.

 —No te gusta que te haga esto¿eh? —preguntó en latín. Aurelia no respondió y, acto

seguido, el hombre le cruzó la cara —¡Te he hecho una pregunta

puta romana!Publius rompió a llorar y Elira

trató de consolarlo.

Page 434: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 434/1720

Page 435: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 435/1720

 Aurelia intuyó que en ese lugadonde reinaba la tristeza y ladesesperación no serviría de nadasuplicar, pero no podía perder aPublius, así que bajó la voz paraque su hijo no la oyera.

 —Si también te llevas a mi hijome encargaré de que Hipócrategoce como nunca.

 Aurelia rogó para que latécnicas amatorias que le habíaenseñado Elira cuando se casó que tanto éxito habían tenido coLucius también funcionaran coHipócrates.

 Agathocles enarcó las ceja

antes de fruncir el ceño.

Page 436: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 436/1720

 —Más te vale o te azotaré hastaque se te caiga la piel de la espalda tiras.

 —Un caballo al que se lerecompensa por obedecer suele semejor montura que el caballo

fustigado —replicó Aureliahumedeciéndose los labios—. Squieres, también puedo hacerlo

contigo, y mi esclava también —añadió asombrándose a sí mismapor lo que acababa de hacer.

 Agathocles echó un vistazo a sesclava y Aurelia aguantó larespiración. Elira tenía todo ederecho a no seguirle el juego

esperar a encontrar un mejor amo.

Page 437: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 437/1720

 —No se arrepentirá, señor. Se louro —corroboró la iliria con unasonrisa seductora.

 Agathocles las estudió a ambade nuevo y asintió.

 —Poneos allí, al lado de mi

hombres. Aurelia no tuvo tiempo de da

as gracias a los dioses cuando e

hombre la agarró por el cuello. —Será mejor que tu hijo estécalladito. Si Hipócrates lo oyedesearás que no hubiera nacidoamás.

 —Es un buen niño —susurróAurelia aterrorizada—. Nadie

advertirá su presencia.

Page 438: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 438/1720

 Agathocles la soltó y, con ungesto de la mano, le indicó quevolviera a su sitio.

Embargada por una profundasensación de vergüenza y ascohacia sí misma, Aurelia acudió a

ugar donde estaban los soldadocon Publius y Elira. «No soy mejoque una prostituta o que la

propietaria de un burdel pomplicar a Elira de esta manera.Sin embargo, en parte se alegrabade que Publius permaneciera a sado, de momento.

 Aunque Kleitos era el hombre de

Page 439: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 439/1720

Hipócrates y Epícides, a Hanno lecaía bien. Después de haberleencontrado una habitación pequeñapero bien amueblada y con ventanaal patio en uno de los cuartelesnsistió en que fueran a una

taberna. —Las armas pueden esperar

pero esto no —declaró Kleito

ofreciendo a Hanno una copa devino a rebosar. —¡Por la amistad y por la alianza

de Siracusa con Aníbal y Cartago!Hanno brindó entusiasmado

Después de esa primera copa hubovarias más, y cada vez brindaro

por la amistad entre sus do

Page 440: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 440/1720

pueblos y por la victoria sobre loromanos. Hanno pensó que podíaacabar trabando amistad con esiracusano, que era mucho mejopersona que sus jefes.

Después de dar buena cuenta

del vino, volvieron a la armeríadonde Kleitos solicitó el mejoequipo para uno de los mejore

hombres de Aníbal. Hanno habíasabido con anterioridad que prontose conocería su presencia eSiracusa, pero tras semejantedeclaración de Kleitos, correría lavoz antes del amanecer. En ciertamanera, no le importaba. Lo

soldados siracusanos se alegraro

Page 441: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 441/1720

de su presencia y le preguntarorepetidas veces cuántos hombres leacompañaban. La respuesta quetenía preparada de antemano, queas tropas de Cartago llegaríapronto, pareció satisfacerles.

Hanno eligió una coraza sencillapero cómoda y un casco ático. AKleitos le sorprendió que solicitara

también un scutum y un gladius. —¿Qué tienen de malo las armagriegas?

 —Ríete, si quieres, pero erasimene descubrí lo que sucede

cuando una falange se enfrenta a lanfantería romana. Después de la

batalla, Aníbal nos ordenó que

Page 442: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 442/1720

tomáramos las armas y armadurade los enemigos muertos y noobligó a aprender a luchar de nuevoen bloques, como los legionarios. Yfuncionó.

Kleitos escuchó sus palabra

pensativo. —Nadie puede rebatir el mérito

de Aníbal en Cannae, pero la guerra

aquí será diferente. Estaremodefendiendo una ciudad, noenfrentándonos a las legiones caraa cara.

 —Ya llegará el día en quetengáis que hacerlo —replicó Hannoconvencido. Parte de la misión

encomendada por Aníbal consistía

Page 443: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 443/1720

en realizar mejoras como esta—. Ycuando llegue ese día, losiracusanos tendrán máposibilidades de vencer a loromanos si luchan como ellos quecomo han hecho hasta ahora.

 —Sospecho que a Hipócrates noe va a gustar que cambies la formade luchar de todo el ejército.

 —Podría empezar con unafalange. —Mmmm. Hablemos de ello

mientras tomamos una copa devino.

 —¿Y qué hay de miobligaciones?

Kleitos rio.

Page 444: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 444/1720

 —Pueden esperar. Los romanosno han llegado todavía y seguroque Hipócrates y Epícides no se vaa molestar en preguntar lo que haestado haciendo. Ahora es muchomás importante que visites la mejo

taberna de Siracusa. —¿Estás seguro...? —Sí. Te ordeno que vengas

conmigo. Vamos a dejar tu equipoen la habitación.Hacía mucho tiempo que Hanno

no estaba en una ciudad con eúnico cometido de emborracharse.

 —Bueno, si tú lo dices... —sonrió.

Page 445: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 445/1720

 Al cabo de un rato caminabapor una calle que conducía aOrtygia y al puerto pequeño. Kleitosaludó a un hombre que llevaba ugrupo de esclavas desnudas, perono se detuvo a hablar. Hanno las

miró al pasar, pero todas tenían lavista clavada en el suelo«Pobrecillas», pensó.

 —¿Es amigo tuyo? —preguntó. —¿Agathocles? —Kleitos negócon la cabeza—. No. Es uameculos entrometido. Trabajapara Hipócrates. Le busca mujeresya me entiendes...

Hanno contempló la fila de

mujeres desdichadas y aumentó s

Page 446: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 446/1720

antipatía por Hipócrates. «Nopienses en ello —se dijo—. Havenido aquí para ayudar a lohermanos en su lucha contra Romaodo lo demás es irrelevante.» No

obstante, la idea le dejó un ma

sabor de boca. —¿Cuánto queda para la

taberna? —preguntó—. Estoy seco.

 —¡No queda nada! Está a lavuelta de la esquina.Hanno apretó el paso. El vino le

ayudaría a olvidar supreocupaciones.

Durante los dos días siguiente

Page 447: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 447/1720

de su cautiverio en la parte depalacio de Hierón que ocupabaHipócrates, Aurelia se debatió entresentimientos contradictorios. Por unado, se sentía aliviada de seguicon Publius y Elira. Les había

proporcionado ropa bonita abundante comida y bebidaambién había acudido a los baños

varias veces, donde Publius se lohabía pasado muy bien. Aurelia lolevaba a primera hora de lamañana, antes de que aparecieraotros usuarios. Los guardias lempedían abandonar los aposentoque ocupaban, pero no le

molestaron ni agredieron en ningú

Page 448: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 448/1720

Page 449: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 449/1720

espera se le hacía interminable, leresultaba pura tortura y cuanto mátiempo pasaba, más inquietaestaba.

Por supuesto, no era solo esoEn el mercado había prometido que

brindaría a Hipócrates un placer sigual y seguro que sus palabras yahabían llegado a sus oídos. A

Aurelia le aterrorizaba no superar laprueba. Su experiencia en las arteamatorias se limitaba a Lucius ycon la excepción de una o doveces, todos sus encuentros habíasido rápidos y ausentes de todapasión. Ya casi no pensaba en la

salud de Lucius, cuando antes había

Page 450: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 450/1720

sido su principal preocupación. Aurelia solicitó desesperada e

consejo de Elira una tarde en quePublius dormía la siesta. La relacióentre ellas había cambiado desde emomento en que habían sido

tomadas como esclavas. Eliraseguía mostrando cierta deferenciapero menos que antes. Aurelia no

sabía si se debía a la promesa quehabía hecho en su nombre aAgathocles y por la cual se habíadisculpado efusivamente. Elira no lehabía dado mayor importanciadiciendo que ella habría hecho lomismo en el caso de tener un hijo.

 Aurelia suspiró aliviada cuand

Page 451: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 451/1720

Elira no se opuso a ofrecerle nuevoconsejos y recomendarle nuevatécnicas.

 —En cuanto aprendes lo que legusta a los hombres, son fáciles desatisfacer —le gustaba declarar a la

liria. Aurelia esperaba que Hipócrate

quedara satisfecho. Después de

escuchar la pormenorizadadescripción de Elira sobre cómoevitar que un hombre alcanzara eclímax demasiado rápido, inclusotuvo ánimo de bromear.

 —¿De verdad? Estás de broma. —Créeme, les encanta. Todo es

cuestión de probarlo.

Page 452: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 452/1720

 Aurelia soltó una risilla, pero notardó en tener que enfrentarse a lacruda realidad. Era increíble cómoa vida de una persona podíacambiar tan rápido, pensóapesadumbrada. Si alguien le

hubiera dicho un mes antes queacabaría en Siracusa comoprisionera y concubina de uno de

os gobernantes de la ciudadhabría pensado que estaba locopero allí estaba.

Una vez más, fue Publius quiea rescató de sus oscuropensamientos. Cuando se despertóde la siesta, el pequeño se acurrucó

a su lado en busca de un abrazo

Page 453: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 453/1720

Aurelia lo atrajo hacia sí y deseópoder ser transportada en esenstante a un lugar seguro.

El interludio de paz tocó a su ficuando Agathocles le comunicó quedebía arreglarse para esa noche

Hipócrates la recibiría en la azoteadel palacio y debía vestirse deforma seductora para él.

 —Si le decepcionas, lo pagarácaro —amenazó con dureza—. Omás bien dicho, tu hijo lo pagarácaro.

 —Las amenazas sonnecesarias —sonrió Aureliaaparentando seguridad.

 —Ya lo veremos. Y no pienses

Page 454: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 454/1720

que he olvidado tu deuda conmigo. —Lo estoy deseando —mintió

Aurelia acariciándole la cara atiempo que se preguntaba cómosería capaz de soportar lahumillación de entregarse no solo a

uno, sino a dos hombres.Cuando Elira le ofreció una copa

de vino con jugo de amapola —que

e había proporcionado una de laotras mujeres—, no lo rechazó. Noo había tomado desde que lanoticias sobre Cannae destrozarosu mundo, pero lo necesitaba. Eaturdimiento que generaba leayudaría a amortiguar el mal trago

que le esperaba.

Page 455: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 455/1720

Elira la ayudó a arreglarse y aelegir el vestido, el peinado y eperfume. En circunstancianormales, Aurelia hubieradisfrutado de la experiencia, puestoque desde que había tenido a

Publius y Lucius se pasaba etiempo viajando, había tenidopocas oportunidades de acicalarse

aunque en esa ocasión el motivoestuviera a punto de abocarla aabismo. Tomó varios sorbos más devino y jugo de amapola y agradecióa sensación de desapego que leproporcionaba. Era como si scuerpo no formara parte de ella.

 Agathocles llegó poco despué

Page 456: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 456/1720

del cambio de la primera guardiaAurelia prometió a Publius que ledaría un beso de buenas nochecuando estuviera dormido y lo dejóal cuidado de Elira, que le dedicó ugesto de ánimo, que Aurelia

agradeció con toda su alma, puehabía alguien que se preocupabapor ella y que no la veía como u

simple trozo de carne. Por suerteAgathocles no intentó entablaconversación con ella mientrarecorrían el largo pasadizoflanqueado por centinelas, hastaque llegaron a las escaleras.

 —Recuerda lo que te he dicho —

advirtió Agathocles con un pie en e

Page 457: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 457/1720

último escalón. Aurelia se limitó a asentir, pues

no se atrevía ni a hablar.Cuando subió a la azotea se

quedó impresionada ante la vistapero no fueron los mosaicos, ni lo

árboles frutales, ni las parras, ni lafuente con Poseidón y el delfín loque le quitaron el aliento, sino la

visión del mar brillante al este y epuerto repleto de barcos. Aureliancluso creyó adivinar la costa deItalia a lo lejos. Con el corazóencogido, se obligó a seguir lopasos de Agathocles hasta la figurareclinada sobre un diván junto a la

fuente.

Page 458: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 458/1720

 —Mi general —saludAgathocles con una reverencia.

 —¿Sí? —respondió Hipócratesrritado.

 —Te traigo a la romana, lamujer que me habías pedido.

 —Déjanos a solas. —Mi general —se despidió

Agathocles con otra reverencia

una última mirada severa edirección a Aurelia. —Acércate. Aurelia tenía la boca seca y la

gotas de sudor le recorrían laespalda. Avanzó varios pasos hastaHipócrates. Era un hombre delgado

de unos veintinueve o treinta años

Page 459: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 459/1720

La barba negra no ocultaba surasgos estilizados, pero los labioeran finos, y los ojos negros, muyfríos. Aurelia lo contempló unstante antes de bajar la mirada.

 —Estoy a vuestra disposición —

dijo sumisa. —Agathocles me había dicho

que eras una belleza.

 Aurelia no supo qué respondeante el comentario. Quizá no eradel gusto de Hipócrates.

 —Señor. —Y en cierta manera lo eres

supongo. Tienes una bellezadiferente. Espero que tu reputació

esté justificada. Desnúdate.

Page 460: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 460/1720

 Aurelia no pudo evitar unmirada de reojo a los guardias. Emás cercano se hallaba a tan soloquince pasos. ¿Qué más daba?pensó. Muchas más personas lahabían visto desnuda en el mercado

de esclavos. Aurelia intentódeslizarse el vestido por lohombros de forma seductora y dejó

que cayera con lentitud hasta lacintura. Se detuvo un instanteconsciente de la mirada deHipócrates clavada en ella, y seacercó a él contorneando lacaderas. Hipócrates alzó la vistahacia ella, los labios entreabiertos

«No es feo», pensó Aurelia. Era u

Page 461: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 461/1720

pequeño consuelo. Cuando egeneral alargó las manos paraacabar de desnudarla, no seresistió, sino que en lugar de ellosonrió.

«Dioses, ayudadme a pasar este

mal trago —suplicó—. Ayudadnos aPublius y a mí.»

Page 462: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 462/1720

7

7

La vista de la ciudad de Siracusampresionaba incluso a un kilómetr

de distancia. La muralla ocupabatodo el horizonte hacia el sur y lobloques de piedra caliza que la

formaban centelleaban dorados a la

Page 463: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 463/1720

uz del atardecer. Los muroscontinuaban al oeste por la línea dea costa y ascendían por detráhasta fundirse con la anaranjadacalima. Según los mensajeros queportaban misivas entre lo

campamentos romanos, abarcabaunos treinta kilómetros alrededode la ciudad. Quintus y su

compañeros solo habían visto laparte de las murallas que daba a scampamento y ya era una visióespectacular. No sería una ciudadfácil de asediar, ni por tierra ni pomar.

Quintus y Urceus estaban co

sus compañeros en el muro de

Page 464: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 464/1720

campamento más próximo a lahileras de tiendas de su unidad. Laprimera guardia nocturna prontotomaría posiciones, pero hastaentonces valía la pena disfrutar dea vista.

 —¿Qué es peor? —preguntóQuintus con un eructo—. ¿Morir coa cabeza aplastada por una roca

anzada de una catapulta o moriahogado cuando se hunde el barco? —Este vino no está nada ma

¿Quieres un poco? —ofreció Urceutras tomar un largo sorbo relamerse los labios.

Su amigo había hecho caso

omiso de la pregunta, pero no le

Page 465: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 465/1720

extrañó. El manípulo de Coraformaría parte de las tropas queatacarían las defensas de Acradinauna zona situada junto al menor deos puertos de Siracusa. El ataquese realizaría por mar y a Quintus no

e cabía ninguna duda de que seríarecibidos por una lluvia de rocas adesembarcar.

 —Dame.Quintus tomó el odre por uextremo sin ser consciente de queestaba lleno. Un abundante chorrode vino le regó la gargantaConsiguió tragar un par de sorboantes de bajar el pellejo, pero no

pudo evitar toser y escupir una

Page 466: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 466/1720

buena parte fuera.Sus compañeros se rieron.

 —¡No lo malgastes! —gritóUrceus al tiempo que le arrancabael odre de la mano.

 —Lo siento —murmuró Quintus

que notó una desagradablequemazón que le subía por la narizHabía bebido más de la cuenta

porque no quería pensar en eterrible infierno que les aguardabaal cabo de dos días.

 —Yo preferiría morir ahogado —declaró Félix, un hombredelgaducho con dientes de conejoal que le perseguía la mala suerte

sobre todo en el juego, y todo

Page 467: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 467/1720

lamaban Gafe—. Como no sénadar, todo se acabaría muy rápido

 —¡No tan rápido como si tealcanza la piedra de una ballista esparce tu cerebro por todapartes! —replicó Quintus.

 —¿Y si veo venir la piedra? —preguntó Félix con un escalofrío—No, prefiero ahogarme.

Un par de hombres estuvo deacuerdo con él, pero Lobo negóvehemente con la cabeza. Decarácter taciturno, había sido pastode ovejas antes de alistarse levaba una tira de piel de lobo eel casco de veles.

 —Odio a los lobos —decía

Page 468: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 468/1720

siempre a quienquiera queescuchara—. La tira de piel quelevo me recuerda que el día queabandone el ejército, lo primeroque haré es salir a cazar.

 —¿Por qué no estás de acuerdo

Lobo? —inquirió Quintus.Lobo recorrió con una uña sucia

os pequeños eslabones de la cota

de malla. —Intenta quitarte esta malditacosa mientras te estás hundiendoNo se me ocurre peor manera demorir.

Gafe soltó una risilla burlona. —Eso te enseñará a no presumi

tanto de armadura. Por una vez, no

Page 469: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 469/1720

me importará llevar solo la coraza. —¡A ti también te gustaría lleva

una cota de malla! ¡Reconócelo! Sno fueras tan malo jugando a lodados, hace tiempo que tendríauna, incluso dos —exclamó Lobo e

medio de un coro de risas.Gafe se sonrojó y masculló algo

aunque no se atrevió a contradeci

a Lobo, cuyo genio volátil le habíagranjeado varios enemigos en eejército.

Lobo tenía razón, pero Quintucompadeció a Gafe. Casi todos lohastati del manípulo llevaban cotade malla porque la había

comprado con el dinero ahorrado de

Page 470: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 470/1720

a paga, la habían ganado a lodados o en alguna apuesta o biea habían robado de algún soldadofallecido en la batalla. Una vez Gafquitó la suya a un bandido quehabía matado, pero al día siguiente

a perdió en una apuesta. Si Coraxno fuera tan estricto —no tolerabaque a sus soldados les faltara

ninguna pieza del equipo—, Quintuestaba seguro de que Gafe sehabría apostado también la corazaSu necesidad de apostar por todoera enfermiza: si veía dos babosasapostaba a ver cuál iba más rápidosi estaban de guardia, a ver quié

se tiraba más pedos o, si alzaba la

Page 471: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 471/1720

vista al cielo, el tiempo que haría adía siguiente. Como consecuenciaamás llevaba un óbolo en ebolsillo y el vino era un lujo que nose podía permitir.

 —Dale un trago a Félix —instó

Quintus a Urceus.Urceus puso el tapón y se lo

anzó.

Gafe lo cogió al vuelo con unamirada de agradecimiento aQuintus.

 —¿Qué muerte temes tú más? —preguntó Félix a Quintus.

 —Me da más miedo moriahogado.

 —¿Por qué?

Page 472: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 472/1720

 —No se me da bien nadar ycomo bien dice Lobo, la cota demalla es muy pesada.

 —Pues no te la pongas —aconsejó Urceus con una muecaburlona.

 —Si no me la pongo, acabarcon una puta flecha clavada en epecho.

 —Qué más da. Si Hades hapuntado tu nombre en su lista, nohay nada que hacer.

Todos rieron y Quintus por finsonrió. No valía la pena sufrir por lapróxima ofensiva. Le gustara o noel ataque iba a producirse y é

estaría allí. ¿Acaso no había

Page 473: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 473/1720

sobrevivido a los campos de sangrey a los años de guerrasubsiguientes? Muchos hombreperderían la vida cuando Marceloordenara el ataque sobre Siracusapero él no tenía por qué ser uno de

ellos. —¿Está bueno el vino? —

preguntó una voz conocida.

 —Sí, señor —murmuraron todovolviéndose para saludar. —Descansad, descansad —

ordenó Corax mientras ascendía ladefensa—. ¿Todavía queda algo? —preguntó señalando con el pulgar eodre que Gafe sostenía en la

manos.

Page 474: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 474/1720

 —Sí, señor —respondió, y se loentregó.

Corax tomó varios tragos bajo laatenta mirada de todos.

 —No está nada mal este vinoNo sabe a orina de caballo! —

sentenció al cabo de un rato—¿Quién lo ha robado? —preguntóclavando la vista en Lobo, famoso

por su habilidad para sustraer todotipo de cosas, desde piezas sueltadel equipo hasta quesos enteros.

 —Yo no, señor —protestó Lobosonriente.

 —¿Tú, Crespo? —¡No, señor! —protestó Quintus

 —Lo he comprado yo, señor —

Page 475: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 475/1720

reveló Urceus—. Pensé que valdríaa pena invertir un poco de dineroen un vino decente antes deataque. Por si acaso, ya sabes...

 —Es una buena razón —declarCorax levantando de nuevo el odre

—. ¿Puedo tomar un trago más? —Bebe tranquilo. Puede

acabártelo si quieres.

 —No me atrevería a cabrearte —replicó Corax antes de tomar eúltimo trago—. Pasado mañana tenecesito a mi lado cubriéndome laespaldas cuando nos enfrentemos aesos cabrones siracusanos —comentó antes de devolverle e

pellejo.

Page 476: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 476/1720

 —Te defendería igual, señor.Todos te defenderíamos! —El resto

de los soldados murmuró sacuerdo—. ¿Lo ves, señor? Nocuidamos los unos a los otros.

 —Es cierto —convino Lobo.

 —¡Sí! —gritaron Gafe y Quintuunto con los demás.

Corax los contempló co

satisfacción. —Sois unos buenos muchacho—gruñó—. Que Marte nos proteja atodos con su escudo pasadomañana.

Quintus no fue el único en lanzauna plegaria silenciosa al oír su

palabras.

Page 477: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 477/1720

 —¿Están listos los barcos, señor—preguntó Gafe—. Ya sabes, losque llevan esas enormes escalerasas sambucae.

Todos aguardaron atentos larespuesta del centurión. Por orden

de Marcelo, habían empleado unaescaleras muy altas para unir entresí seis pares de quinquerremes. La

escaleras, tumbadas sobre cubiertay sujetas a los mástiles mediantecuerdas y poleas, unían dos barcoentre sí por la proa. Cuando sealzaban en el aire parecían liras, de esos instrumentos musicalederivaba su apodo: sambucae

Había tres pares de quinquerreme

Page 478: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 478/1720

que cargaban en cubierta con torrede asedio de varios pisos. Todos lossoldados se habían acercado a lacosta para echar un vistazo a taestrafalarias embarcaciones, quecontemplaban con una mezcla de

fascinación y de temor. Ya habíanhecho numerosas apuestas sobre enúmero de hombres que moriría e

os barcos. —Los carpinteros y marinerolevan varias semanas preparandoos barcos. Los han probado variaveces y no se han hundido.

 —Pero no los han probado concentenares de soldados a bordo

señor —objetó Quintus

Page 479: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 479/1720

envalentonado por el vino.Se sintió aliviado cuando Cora

no le amonestó por satrevimiento.

 —A mí tampoco me entusiasmaa idea de viajar en esos barco

cargados con máquinas de guerrade ese calibre, Crespo, pero laórdenes son las órdenes. Al meno

no estaremos en uno de los sesentabarcos que se quedarán ancladobajo las defensas con los arqueros os honderos, donde serán ublanco muy fácil para la artilleríaenemiga. Por otro lado, es un granhonor para esta unidad haber sido

elegida para la ofensiva inicia

Page 480: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 480/1720

Imaginad que conseguís unacorona muralis! Aunque no será lacondecoración original que otorgael Senado, Marcelo ha prometidoconceder una de su propio diseñoque irá acompañada de una buena

recompensa económica.Quintus no se atrevió a expresa

en voz alta lo que pensaba

centenares de hombres perderían lavida antes de que consiguieralegar a la muralla y muchos máantes de que lograran coronarla.

En cualquier caso, la mención dea condecoración había llamado laatención de muchos de su

compañeros.

Page 481: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 481/1720

 —A mí no me importaríaconseguir una, señor —afirmó Gafesonriente.

 —Y seguro que no te laapostarías a los dados. El dinero spero no la condecoración.

 —¡Jamás, señor! —afirmó Gafentre las risas de sus compañeros.

 —Ruego a los dioses que o

concedan a ti o a uno de tucompañeros la oportunidad deganar una corona —declaró ecenturión—. De todos modos, paseo que pase, quiero que sepáis quetanto Roma como yo nosentiremos muy orgullosos de

vosotros.

Page 482: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 482/1720

 —¡Por Roma! ¡Por Corax! —brindó Urceus alzando el odre devino.

 —¡CORAX! ¡CORAX! ¡CORAX! —rugieron Quintus y sus seicompañeros.

 —¡Silencio! —ordenó Corax, perosin rastro de su habitual dureza ea voz. El centurión agradeció la

ovación con un gesto de la mano yaguardó un instante hasta quetodos callaron—. Tengo que irme yapara hablar con vuestrocompañeros. Disfrutad del resto dea noche. —Se despidió con unanclinación de cabeza.

 —Gracias, señor —respondiero

Page 483: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 483/1720

todos a una. —¡Tenemos al mejor de los

centuriones! —declaró Urceus ecuanto Corax se hubo alejado—. Leseguiría hasta el fin del mundo.

 —Yo también —convino Quintus

que temía el día en que loascendieran a principes y se vieraobligado a abandonar la unidad.

Un centurión como Corax hacíaque todo fuera mucho más fácil levadero. Muchos soldados moríaporque sus oficiales tomabadecisiones estúpidas en el campode batalla o no sabían cómoreaccionar ante el enemigo, pero

esto no sucedía jamás con Corax

Page 484: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 484/1720

«Saldré de esta —pensó Quintus—todos saldremos de esta.»

Dos días más tarde, estabatodos apretujados como sardinas e

un quinquerreme rumbo al surhacia el menor de los puertos deSiracusa. Las imponentes murallade la ciudad, visibles desdeestribor, parecía flotar sobre el macomo por arte de magia, pero casnadie las contemplaba: los soldado

preferían centrar su atención en ladestellantes aguas de babor o en laflotilla de embarcaciones que le

rodeaban, o bien charlar con su

Page 485: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 485/1720

camaradas de las esposas amantes que habían dejado eItalia.

Cada barco contaba con la mitadde los remos y, por lo tanto, de losremeros. En el quinquerreme de

Quintus, los remeros estabasentados a babor, mientras que enel otro barco ocupaban los asiento

de estribor. Los sitios que habíandejado libres los remeros estabaocupados por ciento cuarentasoldados. El resto del manípulo deCorax, una veintena de hastati, nocabía en la bodega y permaneció ecubierta junto a la tripulación

formada por unos cuarenta

Page 486: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 486/1720

marineros, y media centuria de otromanípulo. Quintus y Urceus fuerodos de los afortunados. A pesar depoco espacio en cubierta, al menopodían contemplar el cielo y vehacia dónde se dirigían, pensó

Quintus. Prefería ver laamenazantes fortificacioneenemigas que pasarse el viaje

encerrado como ganado en el corrade un mercado.Urceus no presentaba bue

aspecto. Sus mejillas normalmentesonrosadas habían adquirido unatonalidad grisácea.

 —Espero que no tardemo

mucho —masculló.

Page 487: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 487/1720

 —¿Sigues mareado? —preguntóQuintus, que por enésima vez echóun vistazo al mar y comprobó queas aguas estaban muy tranquilaspero Urceus no era el único que sehabía mareado. Lobo y Gafe no

parecían muy contentos, ntampoco muchos de sucompañeros. En las bodegas había

muchos hombres vomitando. —¡Claro que sigo mareado! Nestoy acostumbrado a ir en barco.

Quintus asintió. En otracircunstancias hubiera disfrutado dea travesía. Era un día soleado siuna nube en el cielo y la

temperatura era agradable, pero s

Page 488: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 488/1720

destino final impedía que disfrutaradel momento. Tal y como habíaafirmado el oficial siracusano queCorax había interrogado —denombre Kleitos si no recordaba ma—, los muros que estaban a punto

de asaltar estaban protegidos pocatapultas grandes y pequeñas. Eese preciso instante una catapulta

situada a unos quinientos pasos asu derecha confirmó las palabradel oficial lanzando una roca quecayó a poca distancia del barcoQuintus notó un nudo en eestómago, pero trató detranquilizarse y convencerse a s

mismo de que estaban fuera de s

Page 489: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 489/1720

alcance. —Menos mal que estamos e

cubierta y no en la bodega. —Sí, supongo —contestó Urceus

a vista clavada en el lugar dondese había hundido la piedra.

No hubo más proyectiles Quintus echó la cabeza atrásagradecido por la brisa marina.

La tripulación, marineros de pietostada y pies encallecidos, se abriópaso entre los soldados para llevaa cabo sus tareas con expresióresignada. A ellos les gustaba tapoco la presencia de los hastati eel barco como a los hastati estar al

o el objetivo de su viaje. El capitá

Page 490: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 490/1720

y el timonel charlaban con Corax ea proa y, de vez en cuando, ecapitán conversaba a gritos con shomólogo en el quinquerremeanexo. A su lado un par deflautistas tocaban una melodía

previamente acordada de ritmo fácy lento para evitar que se produjeralguna confusión entre los remero

de las dos embarcaciones.Quintus intentó distraer a Urceupara que olvidara su mareo.

 —Tenemos suerte de no ir enuno de esos —dijo señalando a losesenta quinquerremes queguiaban a su propio barco y al resto

de las embarcaciones hacia s

Page 491: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 491/1720

destino. Las cubiertas estabarepletas de arqueros, honderos anzadores de jabalinas. Ademáscada barco llevaba al menos docatapultas ligeras. Su cometidoconsistía en lanzar una batería de

artillería que despejara las murallade tropas enemigas mientras lobarcos con las sambucae se

acercaban al pie de las defensas. —Tienes razón. Esos pobresdesgraciados van a quedarsequietos bajo las murallas. Al menonosotros podremos movernos ecuanto lleguemos a tierra firme.

 —La suerte está echada, como

dijo Lobo la otra noche.

Page 492: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 492/1720

 —Es cierto —respondió Urceusque estuvo a punto de dar ucodazo amistoso a su amigo perose acordó de la cota de malla.

 —Es un buen consejo. Ademáspensar en lo peor no sirve de nada.

 —Es una pena que no tengamositio para echar una partida ddados. El tiempo pasaría má

rápido —interrumpió Gafe desde lafila de atrás.Quintus se volvió hacia él.

 —¿Llevas unos dados? —preguntó asombrado.

 —¡Siempre los llevo encima! —exclamó Gafe al tiempo que le

mostró una pequeña bolsa de pie

Page 493: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 493/1720

bajo la túnica. —Estás loco. —Me dan suerte en el campo de

batalla. La diosa Fortuna siemprese queda con mi dinero, pero memantiene sano y salvo cuando salgo

a luchar —afirmó Gafe antes debesar la bolsa con fervor.

Quintus asintió. Ni siquiera Lobo

se metió con Gafe por este ritual. Ésiempre se frotaba la tira de piel deobo que llevaba en el casco antedel combate. Quintus, por su partesiempre solicitaba la ayuda deMarte, mientras que Urceus repetíauna y otra vez la misma oració

corta. Hasta Corax tenía su propio

Page 494: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 494/1720

ritual: envainar y desenvainar laespada hasta la mitad de formacontinua.

 —Ya estamos aquí —informóUrceus.

Quintus se volvió al percibir e

tono de su voz.Las murallas de la derecha

habían comenzado a curvarse hacia

dentro, alejándose de ellos. Quintuntentó reconocer la estructura quees había dibujado Corax el díaanterior en el suelo. Las murallaformaban un puerto triangular juntocon la isla de Ortygia, conectada aresto de Siracusa mediante puente

fortificados. Las defensas de

Page 495: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 495/1720

Ortygia se erigían en el lado surmientras que los lados norte oeste estaban formados por lapropias murallas de la ciudad. Epuerto quedaba expuesto en el ladoeste, por lo que no podía utilizarse

cuando soplaba el viento de eseado. El segundo puerto, el demayor tamaño, estaba má

resguardado de los elementos, peroas defensas allí eran mucho máaltas, por eso Marcelo habíadecidido atacar el puerto mápequeño.

 —¿Veis aquello, muchachos? —gritó Corax. ¡Es Acradina! Si lo

dioses nos acompañan, esta noche

Page 496: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 496/1720

estaremos al otro lado de esamurallas. Por ahora, disfrutad de lavista y del sol en la cara.

Los hombres rieron y leovacionaron, pero sin excesivoentusiasmo. Quintus tampoco se

sentía muy animado. Las murallatenían la altura de cinco hombrepuestos de pie uno encima del otro

y estaban protegidas por miles desoldados, cuyo armamento incluíanumerosas máquinas militaresQuintus sabía que ese día moriríacomo mínimo algunos de sucompañeros.

Corax ignoró su falta de

entusiasmo y esperó a que

Page 497: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 497/1720

guardaran silencio. —Todos conocéis ya el proceso

pero os lo explicaré otra vez por sacaso. Primero, repasad las cintas os cierres de todo el equipo, ecasco, la coraza (si lleváis) y e

cinturón. Revisad las cintas de loescudos. No olvidéis las sandaliasas tiras y las suelas. Sería una

estupidez que cayerais de laescalera por llevar una tachuelasuelta.

Se oyeron varias risitanerviosas.

 —Pasad la mano por los pilapara comprobar que no hay astillas

Verificad que podéis desenvaina

Page 498: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 498/1720

bien la espada. No os olvidéis demear y, si es necesario, de cagarNo quiero que nadie se me mee ocague en la cara mientras subo laescalera.

 —Nadie se atrevería a hacerte

tal cosa, señor, ¡sobre todo despuédel vapuleo que diste al pobredesgraciado que te estornudó en la

túnica! —exclamó una voz detráde Quintus—. ¿Verdad, Gafe?Más risas. Esta vez má

entusiastas.Corax dejó que se rieran.

 —Tienes razón, pero osrecomiendo que sigáis mi consejo

Los intestinos pueden jugarnos una

Page 499: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 499/1720

mala pasada en medio de labatalla. Cuanto antes los vaciéismejor. No os tenéis que avergonzade nada. Ya nos hemos visto todosas pollas y sabemos lo pequeñaque son, excepto la mía, claro, que

es casi tan grande como la dePríapo.

Esta vez también rieron lo

hastati que estaban en la bodega a tripulación.Corax se permitió esbozar una

pequeña sonrisa. —Haced lo que tengáis qu

hacer en la popa para no manchaas caras de los remeros. ¡Venga

poneos en marcha!

Page 500: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 500/1720

 Al poco rato se formó a baborusto detrás de los últimos remosuna fila de soldados que esperabapara hacer sus necesidades. Hubobromas e insultos, sobre todo paraos soldados que precisaba

evacuar el vientre, pero eambiente era distendido. Una vemás, Corax había logrado elevar la

moral de los soldados.«¿Cómo lo consigue?», sepreguntó Quintus admirado.

 —Espero que los dioses loconserven por mucho tiempo anuestro lado. No quiero ni pensar loque sucedería si... —comenzó a

decir Urceus.

Page 501: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 501/1720

 —¡No lo digas! —interrumpióQuintus.

Urceus soltó una maldición frotó con fervor el amuleto eforma de falo que llevaba al cuellocomo si con ello pudiera borrar su

palabras.Quintus también suplicó a lo

dioses que el centurión sobreviviera

al asalto y se colocó en la fila paraorinar seguido de Urceus. Aunqueya había vaciado la vejiga antes deembarcar, necesitaba hacerlo denuevo. Siempre le pasaba lo mismoantes de una batalla, pero podía sepeor, pensó al ver a un compañero

de cuclillas que soportaba estoico

Page 502: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 502/1720

as burlas de sus compañeros. —¡Date prisa! —rugió Quintus—

Algunos de nosotros preferimouchar que cagar!

Su comentario fue recibido cograndes risas. Turbado, el soldado

terminó la faena lo más rápidoposible para ceder paso asiguiente.

Muy cerca de ellos, el capitágritó varias instrucciones al capitádel otro barco. Había decididovariar el rumbo y el timonel hablócon las flautas para que tocaraotra melodía. Los remeros deestribor levantaron los remo

mientras los de babor continuaro

Page 503: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 503/1720

remando. El quinquerreme empezóa girar y, al cabo de unos segundosas flautas reanudaron la melodíaanterior. Los remos de estribor sedeslizaron otra vez en el agua y, sinapenas una pausa, se adaptaron de

nmediato al ritmo de los remos debabor. Quintus echó un vistazodesde la proa y vio que se dirigía

al centro del pequeño puerto, cuyaaguas estaban ocupadas por amenos treinta quinquerremes coproyectiles. Dos de los barcos cosambucae se hallaban delante deellos, mientras que las treembarcaciones con las torres de

asedio estaban detrás, protegida

Page 504: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 504/1720

por el resto de los quinquerremesEn cuanto hubiera sitio, seaproximarían al resto de los barcos

L o s hastati contemplaron esilencio las murallas que cada vetenían más cerca. La tripulació

también dejó de hablar, por lo queel único sonido audible era lamúsica de las flautas y e

movimiento de los remos. Ecualquier travesía hubiera sido umomento hermoso de silenciopensó Quintus. Todos los queestaban a bordo sabían que ecualquier momento se encontraríadentro del alcance de la artillería

enemiga.

Page 505: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 505/1720

 —Cuatrocientos pasos —comentó Urceus en voz baja—. Esees el alcance de las catapultagrandes. Seguro que ya estamos aesa distancia.

 —Sí —convino Quintus, qu

hubiera preferido no disponer deesa información.

¡Pang!

Todas las miradas se volvieronhacia las murallas de la izquierdaUna roca surcó el aire tan rápidoque resultó imposible seguir strayectoria. Quintus observóaliviado que no caería en su barcopero su alivio solo duró un segundo

¡Pang! ¡Pang! ¡Pang! ¡Pang

Page 506: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 506/1720

Pang!El sonido llegaba de ambo

ados cada vez más rápido. Depronto el cielo quedó cubierto depiedras y flechas. Quintus oyó logritos de los oficiales y soldado

que juzgaban el alcance de cadadisparo.

¡Pang! ¡Pang! ¡Pang! ¡Pang

Pang!Quintus intentó ignorar ese coromortal, pero era imposible. A sado, Urceus ensartó una maldiciótras otras mientras algunos de sucompañeros comenzaban a rezarDetrás de él, Gafe agarraba co

fuerza la bolsa de dados y Lobo

Page 507: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 507/1720

tenía la vista clavada en cubiertaCorax, por otro lado, ibapaseándose entre los hombredándoles palmadas en la espalda diciéndoles lo buenos soldados queeran. Quintus agradeció que ya

fuera su turno de orinar. Tenía lavejiga más llena de lo que creía. Ecuanto hubo acabado, regresó a s

sitio con Urceus pisándole lotalones.Por suerte, en el último

momento el capitán había tomadoa decisión de virar el barco hacia ecentro del puerto y estaban fueradel alcance de las catapultas. Si

embargo, muchos de lo

Page 508: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 508/1720

quinquerremes que tenían delante a los lados no tuvieron tanta suerteLos artilleros enemigos teníabuena puntería. Quintus no estabaseguro del tamaño de las piedraspero los daños que causaban era

considerables. Varios barcohicieron agua. Uno de ellocomenzó a hundirse poco a poco

a tripulación y los pasajerosaltaron al mar. A un barco se lepartió el mástil y para avanzanecesitaba deshacerse de él, peroa flotilla estaba tan cerca quecorría el riesgo de golpear a otroquinquerreme.

¡Crash!

Page 509: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 509/1720

 A cien pasos a babor cayó unpiedra sobre un barco que abrió unabrecha en medio de un grupo desoldados y después rebotó en emar entre dos barcos con un fuerteestallido. Los alaridos de dolor se

oyeron al cabo de un segundo. —¡Qué manera ta

desagradable de morir! —comentó

Urceus. —¿Cuántos hombres habrámuerto? —preguntó Quintusfascinado y horrorizado la vez—¿Cinco? ¿Diez?

 —Como mínimo —respondióUrceus con una mueca.

¡Crash! ¡Crash!

Page 510: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 510/1720

El enemigo continuó atacandocon su artillería al barco queacababan de dar. Dos rocas másabrieron sendos boquetes ecubierta.

 A Quintus se le revolvió e

estómago. Se agachó paraabrocharse las sandalias y no ver loque sucedía. Sus compañero

hicieron lo mismo. Era umecanismo de supervivencia. Perono pudo evitar oír los gritos de loheridos y las llamadas de socorrode los soldados en el mar. Quintusapretó los dientes y se preguntó shabía tomado una buena decisión a

ponerse la cota de malla, pue

Page 511: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 511/1720

hasta el más fuerte de los hombretendría problemas para nadar coella puesta. «Marte, te ruego quenos lleves pronto al pie de lamuralla. No permitas que mueraahogado», suplicó.

El barco continuó avanzando emedio de tanta muerte destrucción. Una piedra rasgó la

vela mayor, pero no causó másdaños. Después casi chocaron coun quinquerreme que había sufridonumerosas bajas entre los remeroy no se movía. Por suerte, losoldados del barco de Quintupudieron avisar a sus capitanes

que a su vez ordenaron a lo

Page 512: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 512/1720

remeros que dieran marcha atrásLa embarcación se detuvo mucerca de un quinquerreme quehabía sido blanco de la artilleríaenemiga y los hastati increparon aa tripulación para que se apartara

bajo la amenaza de que, si no lohacía, ellos mismos hundirían emaldito barco.

No tardaron en convertirse eobjetivo de las catapultaenemigas. Varias piedras cayeronen el agua delante del barco y docayeron sobre el quinquerremecontiguo y sesgó la vida de unadocena de soldados. Quintus y su

compañeros contemplaro

Page 513: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 513/1720

mpotentes la escena sin podehacer nada más que esperar lasiguiente lluvia de proyectiles. Pofortuna, el barco no recibió ningúmpacto mientras esperaban y, loque era más importante todavía, la

escalera que llevaban para eataque no sufrió ningún dañoDespués de una eternidad, el barco

dañado que les bloqueaba el pasose apartó y pudieron continuar. —Nos ha ido por los pelos, ¿eh

—comentó Corax al pasar por sado—. Hubiera sido una mierdamorir así, chocando contra uno denuestros barcos o aplastado

mientras esperamos sentados.

Page 514: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 514/1720

 —Sí, señor —afirmaron los doamigos.

No hubo tregua en el aluvión depiedras y flechas. Los artillerohabían organizado el ataque ediferentes fases, concluyó Quintus

por eso estaba siendo tan eficaz. Afinal, la suerte también abandonó abarco de Quintus. Dos soldados que

estaban en la proa murieron con lacabeza aplastada por la mismaroca, mientras que otro recibió umpacto directo en el pecho pocuyo orificio brotó la sangre manchó la cubierta. Tres soldadosdel quinquerreme contiguo cayero

al agua entre los dos barcos. Su

Page 515: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 515/1720

gritos cuando murieron aplastadoo arrastrados por los barcos fueroaterradores. Quintus comenzó arezar a los dioses, al igual quemuchos de sus compañeros, peroCorax caminaba impertérrito entre

os hombres sin prestar atención aa artillería enemiga.

El centurión estaba hecho de

hierro, decidió Quintus. Él se sentíaorgulloso de no haberse orinadoencima y de aparentar tranquilidadpero Corax desafiaba a la muerteEl joven romano agradeció que laorilla se hallara cerca. Hadetodavía podía llamarlo a su seno

pero al menos estaría en tierra

Page 516: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 516/1720

firme.¡Pang! ¡Pang!Quintus contuvo la respiración

Era mejor no mirar. Lobo teníarazón: si los dioses habían decididoque este sería su último día, nada

podía hacer para evitarlo. A pesade todo, notaba el pulso fuerte eas venas y el miedo en e

estómago.¡Crash! Alguien profirió un grito a s

espalda. Quintus se sintió aliviado aa vez que culpable porque la piedrno había caído sobre él ni Urceus. Eterror volvió a apoderarse de él a

cabo de unos instantes cuando cayó

Page 517: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 517/1720

a segunda piedra. ¡Crash! Lacubierta tembló bajo sus pies y oyóel sonido inconfundible de ucuerpo que se desplomaba en esuelo justo detrás de él.

 —¡Lobo! —gritó Gafe.

La sangre salpicó las pantorrillade Quintus, que se encogió ante lavisión del cuerpo de Lobo

decapitado. Ni la cabeza ni eemblemático casco con la tira depiel estaban a la vista. Su cuerpomutilado yacía en el suelorreconocible. Las arterias del cuellose contraían con cada débil latidodel corazón y salpicaban sangre po

todas partes. En cubierta había u

Page 518: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 518/1720

boquete detrás de donde habíaestado Lobo, pero por suerte parael resto de los hastati, la piedrahabía rebotado en el mar.

 —Lobo —susurró Gafe, su rostroceniciento—. Lobo.

 —Se ha ido —dijo Quintus, que agarró la barbilla y le obligó avolver la cabeza para no segui

contemplando el cuerpo tullido—Se ha ido. Los dioses velarán por éienes que calmarte.

Dio la impresión de que Gafe ibaa venirse abajo en cualquiemomento, pero se secó loagrimones con los nudillos

asintió.

Page 519: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 519/1720

 —Estoy bien —susurró—. Estobien.

 —Bien. —Quintus soltó a scompañero, que sujetaba con tafuerza la bolsa de los dados quetenía los nudillos blancos—. Meno

mal que no lo tenemos delante ea escalera —comentó a Urceus evoz baja—, porque se no

desplomaría encima. —Ojalá subamos pronto esopeldaños. ¡Ya veréis cuandoestemos allá arriba, hijos de puta—exclamó Urceus, furibundodirigiendo un gesto obsceno a lamurallas.

Quintus también estaba furioso

Page 520: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 520/1720

Si vivía lo suficiente para llegahasta el enemigo, les haría pagacaro por la vida de Lobo. Otramuerte que vengar.

Page 521: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 521/1720

8

8

 —¡Ya casi estamos, muchachos—anunció Corax tan alto que er

mposible no oírle. El centurióseñaló las imponentes murallas quese cernían sobre ellos a poco má

de ciento cincuenta pasos—

Page 522: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 522/1720

Respirad hondo y rezad a vuestrodioses favoritos. En cuanto ecapitán dé la orden, izaremos laescalera y, cuando se apoye en emuro, quiero que la subáis lo márápido posible. ¿Ha quedado claro?

 —¡SÍ, SEÑOR ! —rugieron todos cofuerza inusitada debido a lonervios y el deseo de venganza.

¡Fiuuu! ¡Fiuuu! ¡Fiuuu!El sonido procedía de enfrenteQuintus había participado esuficientes batallas como paradentificar el sonido de las flechasLevantó la vista a las saeteras demuro y se le encogió el estómago.

 —¡Tienen más artillería, señor

Page 523: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 523/1720

—exclamó—. ¡Artillería de cortoalcance!

Corax ya lo había visto y habíasalido disparado para gritar nuevanstrucciones a la oreja del capitán.

 —Aumenta la velocidad de

remo. ¡Y  A!Las primeras flechas empezaro

a caer por doquier: se hundieron e

el agua, patinaron sobre los remoy atravesaron la vela mayorambién causaron estragos entreos hombres, pues eran unas largaflechas de hierro capaces deatravesar la carne como un cuchillocaliente el queso. Una flecha

arrancó de cuajo la mandíbula de

Page 524: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 524/1720

uno de los flautistas ante los ojodel capitán. El músico corrió comoun loco hasta el borde de lacubierta y se lanzó al mar. Turbado,el capitán primero rugió la nuevaorden al flautista restante y luego

al otro capitán.«Debería haber dado la orden a

a inversa», pensó Quintus

alarmado. Las instrucciones del otrcapitán tardaron unos segundos ecumplirse y, para cuando susremeros se pusieron en marcha, lodel barco de Corax ya iban amáxima velocidad, a resultas de locual las proas de los barcos miraro

hacia una parte distinta de la

Page 525: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 525/1720

muralla. —¡Esta pared es más alta! —

siseó Quintus, desesperado—¿Crees que la escalera llegará hastarriba?

 —¡Tiene que llegar por cojones

—gruñó Urceus—. Si no llega... —¡IZAD LA ESCALERA! —ordenó

Corax—. ¡Izadla ya! No tendremo

mucho tiempo para subirla antes dque el enemigo nos comience aanzar piedras y cuantos proyectilese le ocurra. ¡MOVEOS!

Los marineros encargados deesa tarea se pusieron en marcha siesperar la confirmación del capitán

Agarraron las cuerdas que tenía

Page 526: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 526/1720

preparadas a los pies y las pasarodiligentes por las poleas sujetas amaderamen; las cuerdas sedeslizaron por sus manos corapidez hasta tensarse. Por unnstante, eso fue todo. «Mierda, la

escalera pesa demasiado», pensóQuintus. Sin embargo, el miedo —a vara de Corax en los hombros—

dotó a la tripulación de más fuerzapara tirar de las cuerdas. Al cabo de unos segundos, la

parte superior de la escalera seelevó un palmo de la cubierta yacto seguido, otro palmo más.

 —¡Tirad con más fuerza

mariquitas de mierda! —rugió Corax

Page 527: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 527/1720

—. ¡Nuestras vidas dependen deello!

Con la cara morada por eesfuerzo, los marineros arquearoa espalda y siguieron tirando. Laescalera por fin se elevó hasta ta

punto que un hombre alto ya nopodía tocar el extremo inferior. Ysiguió subiendo. Los marinero

habían encontrado el ritmo y laescalera continuó elevándose en eaire. Quintus entornó los ojos paracontemplar su silueta contra el sol.

 —¡P ARAD! —bramó Corax—. ¡Hedicho que paréis!

La escalera quedó suspendida

en el aire.

Page 528: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 528/1720

Quintus echó un vistazo al pie da muralla, a unos cincuenta pasode distancia.

El capitán habló con shomólogo y ambos ordenaron a surespectivos flautistas que tocara

una melodía más lenta. Loremeros obedecieron de inmediatoy el barco aminoró la marcha.

¡Fiuuuu! ¡Fiuuuu!Un par de flechas surgieron deas aspilleras de la muralla deenfrente. Una aterrizó en lacubierta, a los pies de Corax, y laotra atravesó a uno de lomarineros que sostenían la

cuerdas y se clavó en el vientre de

Page 529: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 529/1720

hombre que tenía detrás. Ambocayeron al suelo agonizantes y laescalera se ladeó por el peso.

 —¡Esos canallas estáapuntando a los que sujetan lacuerdas! —gritó Quintus.

 —¡Que Hades se los lleve de unpuñetera vez! —bramó Urceus.

 —¡Necesito a dos hombres aquí

—vociferó Corax mientras ocupabael lugar de uno de los marinerocaídos—. ¡Y necesito otra docenamás para que proteja a lomarineros con los escudosMoveos!

Nadie deseaba soltar el scutum

que llevaba atado a la espalda para

Page 530: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 530/1720

subir la escalera porque despuéscon tantas personas en cubiertasería complicado volver a colocarloPero si no obedecían la orden deCorax, lo pagarían muy caro yademás, no habría ninguna escalera

que subir. Quintus y Urceus seabrieron paso hacia el centurióseguidos por Gafe. Juntos formaron

con el resto de sus compañerosuna fila protectora al lado de lomarineros. Quintus estaba delantey tenía a Urceus y Gafe detrás.

El joven deshizo el nudo de unade las dos tiras que sujetaba eescudo y, con la rapidez que otorga

a experiencia, torció el otro

Page 531: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 531/1720

hombro para que el escudo sedeslizara por delante.

¡Fiuuuu! ¡Fiuuuu! ¡Fiuuuu!Con el corazón en un puño

Quintus agarró el borde del escudocurvo y, a continuación, el asa y lo

evantó sobre su cabeza y la demarinero a su derecha.

¡Pum! ¡Pam! ¡Pam! ¡Pum! Las

flechas fueron aterrizando. Máchillidos, más gemidos de dolormás cuerpos que se desplomabasobre cubierta. Por suerte, ningunocerca de Quintus. El gentío no lepermitía ver el pie de la muralla.

 —¿Cuánto falta? —preguntó a

aire.

Page 532: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 532/1720

 —¡Casi estamos! —respondióCorax—. ¡Aguantad, muchachos!

¡Fiuuuu! ¡Fiuuuu! ¡Fiuuuu!Quintus oyó los gritos de lo

siracusanos, que lanzaban órdeney maldiciones en griego mientra

pedían más munición. El ambientese llenó de lamentos agónicos y deruido de los hombres cayendo a

agua. Con un nudo en el estómagoQuintus cerró los ojos y lanzó otraplegaria. «Marte, te ruego quecontinúes protegiéndonos con tescudo.»

 —¿Urceus? —Estoy bien. ¿Y tú?

Quintus suspiró aliviado cuando

Page 533: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 533/1720

su amigo contestó. —Por ahora, sí —dijo con una

sonrisa.El espolón del quinquerreme

chocó contra las rocas queformaban el rompeolas al pie de la

fortificación.«Ya está —pensó Quintus—. Ha

legado el momento.» Miró a

marinero bajo su escudo y vio emiedo en sus ojos, pero tambiéuna gran determinación.

 —Tú haz tu trabajo, que yo haréel mío —murmuró el marinero.

 Alentado, Quintus asintió. —¡SOLTAD LA ESCALERA! —ordenó

Corax.

Page 534: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 534/1720

El marinero dejó que la cuerdase deslizara entre sus dedosQuintus contempló la maniobrafascinado: cuando la tripulacióacabara de soltar la cuerda, laescalera descansaría sobre la

almenas enemigas, momento eque se intensificaría la artillería dedefensa y Urceus y él quedaría

atrapados en cubierta, que no eraprecisamente donde querían estar.¡Clanc!

 A pesar del barullo crecienteQuintus distinguió el sonido de laescalera al apoyarse en la muralla.

 —¡SUBID! ¡SUBID! ¡SUBID! —

ordenó Corax—. ¡Subid lo má

Page 535: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 535/1720

rápido posible!Si Quintus apartaba la mirada

del escudo, podía ocuparse de laparte de la escalera que ascendíadiez pasos por encima de su alturay que estaba detrás del marinero

Los peldaños de madera crujían temblaban bajo el peso de lohombres. No tardó en ver al prime

hastatus y no le sorprendiócomprobar que se trataba de unode los veteranos más templados demanípulo que habría aceptado sirechistar la orden de Corax deponerse al frente. «Por todos lodioses, cómo me alegro de no se

él», pensó Quintus.

Page 536: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 536/1720

 —¡Que la diosa Fortuna teacompañe! —voceó a su camaradapero no le oyó.

Con gesto decidido, el veteranohastatus ascendió los peldaños lomás rápido posible con la espada

en la cadera y el scutum en laespalda. Al poco rato desaparecióbajo la estructura de cuero que se

extendía hasta casi el otro extremode la escalera y cuyo cometido eraproteger a los soldados de loproyectiles enemigos. Ahora veríasi funcionaba.

Pronto vio a otro hastatuseguido de dos compañeros más

La oleada de flechas y piedras no

Page 537: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 537/1720

cesó ni un instante, pero Quintus npudo evitar asomar la cabeza por eborde del escudo. La muralla sealzaba al menos treinta pasos poencima de sus cabezas. El jovepudo distinguir claramente en la

muralla los rostros y los brazoenemigos que sostenían las lanzay las hondas. Pensó en el oficia

siracusano al que había interrogadoCorax. ¿Dónde estaría Kleitos? ¿Loestaría observando en ese instante

¡Pang!Quintus vio que una catapulta

anzaba su carga contra la escaleray se echó atrás por inercia.

 —¡Subid! ¡Vamos, muchachos

Page 538: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 538/1720

—instó Corax—. ¡Subid!En la escalera cabían unos cinco

hombres a la vez y más de unaveintena aguardaba su turnoUrceus y él tendrían que esperatodavía un rato. Quintus volvió la

cabeza. A su izquierda un par dequinquerremes se hallaba eproceso de izar la sambuca

Después de que varios marinerosucumbieran a la lluvia de flechas piedras, los oficiales tuvieron lamisma idea que Corax y ordenaroa los soldados que protegieran a latripulación con los escudos. Ecuanto apoyaron la escalera en la

almenas, los hastati comenzaron a

Page 539: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 539/1720

subir por ella, pero a Quintus se leencogió el corazón cuando divisó aunos soldados enemigos quecomenzaban a empujar por un ladoa sambuca con una horca.

 —¡Cuidado! —advirtió.

El otro barco estaba demasiadoejos para oír su grito de alarmapero lo bastante cerca para que

Quintus viera horrorizado emomento en que la horca empujóa escalera y la dejó verticaposición en la que permaneció urato eterno hasta que el enemigo ledio un nuevo empellón y la tumbóal suelo. Los hastati de los primero

peldaños pudieron saltar, pero e

Page 540: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 540/1720

resto encontró la muerte en lacubierta de su propio barco o en emar. La escalera quedó apoyada enel mástil con un soldado agarradotodavía a uno de los peldañosuperiores.

 —Gracias a los dioses —susurróQuintus—. ¡Aguanta!

En ese momento una flecha

enemiga surgió de la muralla golpeó al hastatus, que cayó al masin un grito.

Quintus tragó saliva y apartó lavista. «Olvídate de él —se dijo—tienes que concentrarte en lo quesucede aquí.»

¡PUM!

Page 541: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 541/1720

Un gran impacto sobre el escudoe hizo tambalearse hacia atrásCuando recuperó el equilibriocontempló boquiabierto la flechaclavada en el escudo. La punta case había rozado la cabeza y el puño

derecho con el que sujetaba el asacentral del scutum.

 —¿Te han dado? —preguntó

Urceus a gritos desde atrás. —¡No! Pero me ha ido por unpelo de no estar muerto —respondió Quintus con voz ahogadaEstaba claro que no conseguiríaaguantar el escudo con la saeta dehierro clavada en él mucho má

tiempo debido al peso que le

Page 542: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 542/1720

obligaba a tensar los músculos debrazo. Tras varios tirones, logróarrancarla y la echó al suelo de lacubierta. La flecha había dejado ugran agujero en el escudo, pero amenos podía levantarlo de nuevo.

 —¡Vuestros compañeros yaestán en las almenas! —rugió Cora—. ¡Seguid subiendo!

Quintus volvió a echar un vistazopor el borde del escudo y comprobósatisfecho que el centurión teníarazón. Un puñado de hastati habíaalcanzado las almenas y fijado laescalera para que el resto pudieraseguirlos. Quizá lo lograran despué

de todo, pensó optimista.

Page 543: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 543/1720

Su optimismo aumentó cuandodos, y luego tres, de sus camaradase unieron a ellos. Corax seguíanstando a los hombres a subir, queahora estaban impacientes poobedecer la orden.

De pronto a Quintus se le paróel corazón.

 —En nombre de Hades, ¿qu

coño es eso? —exclamó Urceus, lavista clavada en un artefactoestrafalario que asomaba por eborde de las almenas. Era unapieza de madera larga y ancha deunos cincuenta pasos de longitudde cuyo extremo colgaba una

cadena y una garra de tres puntas

Page 544: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 544/1720

La cadena comenzó a descendehacia el barco. Quintus jamás habíavisto nada igual, pero se imaginó loque era capaz de hacer.

 —¡Mierda! —¿Pretende levantar el barco

—gruñó Urceus. —Eso parece. —Quintus se mir

a cota de malla y soltó una

maldición. Esa dichosa armadurasería su perdición. La decisión deUrceus de llevar solo la corazacomo Gafe había sido la máacertada.

Corax también había descubiertoa nueva máquina militar.

 —¡A la escalera! —vociferó. Hizo

Page 545: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 545/1720

sonar el silbato para llamar laatención de los soldados en laalmenas, pero estaban demasiadoenfrascados en su propia lucha posobrevivir.

 Además, estaban demasiado

ejos de la máquina para hacenada, pensó Quintus. Al menos ciepasos y numerosos soldados lo

separaban de ella. Era imposiblehacerse con ella. ¿Acaso podríacortar la garra?, se preguntódesesperado.

Los gritos de consternaciólenaron el ambiente. Todos loshombres habían visto el brazo de

hierro.

Page 546: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 546/1720

 —¡Crespo, Urceus y Gafe, dejados escudos y venid conmigo! —ordenó Corax, que se encaminó a laproa, hacia el lugar donde parecíadirigirse la garra.

Quintus notó que le sudaba la

espalda como si estuviera en ecaldarium.

 —Toma. —Entregó el escudo a

marinero y corrió tras el centurió—. ¿Cuál es el plan, señor?Corax lo miró desolado.

 —No tengo ningún maldito planCrespo, pero si no detenemos esacosa, moriremos todos ahogados.

Los hombres se abrieron paso

hasta la proa entre su

Page 547: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 547/1720

atemorizados camaradas. Quintuechó un vistazo a la garra quesobrevolaba sus cabezas. No habíaninguna cuerda ni soporte quepudieran cortar con las espadas. Epánico se apoderó de él. ¿Qué

podían hacer? Miró a Urceus y Gafeque parecían tan desesperadocomo él, pero que estaban allí po

su devoción a Corax. Quintutropezó con algo y casi cayó por laborda. Soltó una maldición propinó una patada a la cuerdaresponsable de su caída cuando derepente se le ocurrió una idea.

 —¡Señor!

 —¿Qué? —preguntó Corax con e

Page 548: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 548/1720

ceño fruncido.Quintus cogió la cuerda.

 —Si pudiéramos echar el lazo auno de los dientes de la garrapodríamos desviarlo y evitar queagarrara el barco.

 —¡Brillante idea! ¡Trae lacuerda!

Los hombres de la proa se

apartaron para dejarles el campoibre mientras desenrollaban lacuerda y hacían un nudo correderoen un extremo.

 —¿Alguno de vosotros sabeatrapar el ganado con un lazo? —preguntó Corax.

Quintus negó con la cabeza

Page 549: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 549/1720

sintiéndose estúpido. —No, señor —murmuró Urceu

—, pero puedo intentarlo.Gafe permaneció en silencio.

 —No te preocupes, ya lo haré yo—dijo Corax desalentado.

 —Yo sí sé hacerlo, señor —dijoGafe de repente.

Todas las miradas se volvieron

hacia él. —¡Cuéntame! ¡Rápido! —ordenóCorax.

 —Hace unos años que no lopruebo, señor, pero en verano solíaayudar a arrear el ganado en lagranja de mi familia. ¡Había llegado

a atrapar una vaca a treinta pasos!

Page 550: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 550/1720

 —¡Pues ha llegado el momentode que lo hagas otra vez! —declaróCorax, y le entregó la cuerda.

Quintus le lanzó una mirada deánimo y Urceus le dio una palmadaen la espalda. Por la expresión de

su rostro, Gafe hubiera deseado nodecir nada, pero dio un paso afrente con la cuerda en la mano

derecha. La garra se hallaba a pocomás de veinte pasos. Quintuobservó asustado que ya no sedirigía a la cubierta, sino al espolóde bronce de la proa. La misión deGafe acababa de tornarse muchomás difícil. Tras dos tentativas

fallidas, Quintus empezó a perder la

Page 551: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 551/1720

esperanza, pero entonces, contratodo pronóstico, el lazo cayó sobreuno de los dientes de la garra. Gafeprofirió un grito triunfal y tiró de lacuerda para cerrar el nudo.

 —¡Lo he conseguido, señor!

 —¡Tirad todos de la cuerda! —bramó Corax—. ¡Tirad más fuertede lo que jamás hayáis tirado de

vuestras pollas!Cuando Quintus, Urceus y Coraestaban a punto de tirar de lacuerda, una flecha se clavó en epecho de Gafe, justo a la izquierdadel peto de la coraza. El autor detiro había tenido una puntería

extraordinaria. Gafe abrió la mano

Page 552: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 552/1720

a cuerda comenzó a escaparse y eresto corrió a cogerla. Gafe miró lacuerda, el dolor patente en suojos. Sabía que no debía soltarlapero una espuma roja rosácea lecomenzó a brotar de la boca

acabó abriendo la mano pocompleto. Horrorizados, todovieron como la cuerda quedaba

suspendida en la garra antes desoltarse y caer al mar. Gafe sedesplomó en el suelo. Corax gritódesolado. Quintus se agachó acoger otra cuerda.

 —¡Toma! —dijo a Urceus—Pruébalo tú. Quizá puedas coger la

garra.

Page 553: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 553/1720

Urceus soltó una maldición antede hacer un nuevo nudo correderoCogió la cuerda con ambas manos se aproximó al punto de unión deas proas de los barcos. Quintus locontempló inquieto. La garra se

acercaba al espolón. Urceus lanzóa cuerda y falló. La recogió, volvióa intentarlo y falló de nuevo.

«Ayúdanos, Fortuna —suplicóQuintus—. Pero no como al pobreGafe, vieja cabrona», hubieradeseado añadir, pero no se atrevió.

Urceus se estaba preparandopara el último intento cuando unaflecha —¿disparada por el mismo

arquero que había sesgado la vida

Page 554: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 554/1720

de Gafe? —le atravesó el brazozquierdo. Urceus soltó un alaridode dolor y la cuerda se le escapó deas manos. Corax y Quintuntentaron cogerla, pero la garraentró en contacto con el espoló

con un gran estruendo. Noobstante, no se enganchó bien falló en su intento de izarlo. Lo

hombres encargados de guiar eartefacto rectificaron levemente erumbo y la garra inició un nuevodescenso. Mientras tanto, Coraanzó de nuevo la cuerda, pero sequedó corta y cayó al marDesesperado, soltó una maldición

probó otra vez. Quintus no vio e

Page 555: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 555/1720

segundo intento fallido decenturión porque tenía la vista fijaen la garra, que se sumergió en eagua junto al espolón. Cuandoemergió de nuevo al cabo de usegundo, Quintus casi vomitó ante

a visión: la garra había cogido eespolón.

 —¡Lo ha cogido! ¡Tirad co

fuerza! —ordenó una voz en griegoOyó claramente los insultos gritos triunfales que surgían de laalmenas.

 —¡La garra va a levantar ebarco! —gritó Quintus.

 —¡Todos a salvo! —gritó Corax a

os soldados y la tripulación—

Page 556: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 556/1720

Saltad! ¡Saltad por la borda! —nsistió empujando a los hombrehacia la barandilla—. ¡No hatiempo que perder! ¡Saltad si noqueréis morir!

Quintus se miró primero la cota

de malla, que le hundiría hasta efondo, y después miró a Urceuscuya herida en el brazo sería s

perdición. No podía ayudar a samigo con la armadura puestapero si se la quitaba, tendríaalguna posibilidad. Quintus se quitóel cinturón y comenzó a desvestirseo más rápido posible. Agarró ebajo de la cota de malla y se la

quitó hasta medio pecho, pero

Page 557: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 557/1720

había llegado al punto en que, ponorma general, un compañerotiraba de ella con ambas manopara sacarla por la cabeza. Siayuda, era muy difícil quitárselaQuintus sacudió el cuerpo, pero no

se movió. Intentó no dejarse vencepor el pánico. Morir ahogado ya erabastante malo, pero era mucho

peor morir con la cota de mallaatascada en la cabeza. Quintus casloró de alegría cuando notó unamano —la del brazo ileso de Urceu— que agarraba la armadura tiraba de ella hacia arriba. Quintutiró en el sentido opuesto

consiguió sacársela de encima. La

Page 558: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 558/1720

prenda aterrizó sobre la cubiertacon un gran estruendo.

 —Cuidado con mis pies —bromeó Urceus.

 —¡Qué gracioso!El barco ya había empezado a

elevarse. Los hombres chillaban saltaban al mar. Corax empujó poa borda a tantos como pudo.

 —¡Agárrate a mí! —instó Quintucogiendo la cintura de Urceus por laderecha—. Vamos a la barandilla.

En cuanto llegaron, el mundo sevolvió del revés.

La cubierta bajo sus pies seelevó y el cielo se volteó en u

ángulo extraño. Ambos perdieron e

Page 559: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 559/1720

equilibrio y una serie de imágenese sucedieron ante los ojos deQuintus: la proa casi vertical; losiracusanos clamando victoriosos ea muralla; una amalgama dehombres, armas y armaduras —e

resto de los soldados del barco—, esol, el mar y la boca de Urceus, queprofirió una maldición que no oyó.

Entonces empezó a caer, a caeal mar.

Quintus golpeó el agua coUrceus todavía agarrado. Tomó unagran bocanada de aire antes de

hundirse y rogó que su amigo

Page 560: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 560/1720

hubiera hecho lo mismo. La fuerzadel impacto los separó. Quintus notuvo tiempo de reaccionar y nopudo atrapar a Urceus. Se habíaquedado solo en su lucha posobrevivir. Sacudido de un lado a

otro, perdió todo sentido de laorientación. Le rodeaban remolinode burbujas y cuerpos con vida y si

vida. Quintus pensó aterrorizadoque, en cuanto la garra soltara ebarco —porque estaba claro queese era su propósito—, todos loque estuvieran debajo morirían. Ecuanto dejó de hundirse, el joveempezó a mover las piernas como

un loco para subir a la superficie y

Page 561: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 561/1720

alejarse del barco. Pero ¿haciadónde debía ir? Debajo del aguaera imposible ver el barcoDesesperado, miró de un lado aotro y, de pronto, entre los restosde armas y cadáveres, vislumbró

una gran masa negra, la popa dequinquerreme, que apuntaba haciael mar.

 Acto seguido se enderezó upoco y Quintus no estaba seguro desi se había orinado encima demiedo. Empezó a nadar con todasus fuerzas para alejarse del barco«Neptuno, te suplico que no mearrastres hacia las profundidades de

tu reino.»

Page 562: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 562/1720

 Al cabo de unos segundosQuintus notó, más que vio, quesoltaban el quinquerreme. Unapared de agua le golpeó por detráy lo arrastró y volteó cual ramita eun río de aguas rápidas. Quintus dio

varias volteretas. Todo era luzoscuridad, luz, oscuridad. El maprofundo se fundía con el cielo ante

os ojos desorientados de QuintusPum. Algo sólido —¿un hombre, uremo?— le golpeó el abdomen. Edolor le recorrió todo el cuerpo ytuvo que esforzarse por no abrir laboca y tragar agua. Acto seguidootro objeto le golpeó en la espinilla

y Quintus a punto estuvo de abrir la

Page 563: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 563/1720

boca para gemir de dolor. No podríasoportar los golpes mucho másenía los pulmones a punto de

reventar. Necesitaba aire. Teníaque salir a la superficie. Si recibíaotro impacto, moriría. «No puedo

más —pensó—. Podría rendirme yel dolor desaparecería parasiempre...»

Pero Quintus sacó fuerzas deflaqueza. «Un último esfuerzovenga, haz un último esfuerzo», sedijo. Volvió la cabeza y vislumbróuna luz. Suplicó que su mente no leestuviera jugando una malapasada. Movió las piernas y lo

brazos. Repitió el movimiento, una

Page 564: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 564/1720

y otra vez. Se le estaba nublando lavista. Dio otra brazada. Y otra. Seestaba quedando sin fuerzas.

Cuando estaba a punto deperder toda esperanza, logró sacaa cabeza del agua. Jadeante

respiró con fuerza. Tomó grandesbocanadas de aire. Tragó agua y laexpulsó. Tenía la nariz llena de

mocos y los ojos muy irritados poa sal, pero no importaba. Estabavivo.

Miró en derredor. Intentódilucidar lo que estaba pasando. Asu alrededor, montones de cabezasemergían del agua. Los hombre

gritaban, maldecían, suplicaban a

Page 565: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 565/1720

os dioses y llamaban a sus madresVio varias caras conocidas, pero nrastro de Urceus o Corax. A unacincuentena de pasos de losupervivientes divisó la maltrechafigura del quinquerreme, que había

perdido la mitad de los remos tenía el mástil partido. La escaleracolgaba de un lado, como un árbo

caído tras la tormenta. Lacubiertas estaban vacías. Todos loshombres empujados al mar.

¡Fiuuuu! ¡Fiuuuu! ¡Fiuuuu!El miedo volvió a apoderarse de

él. Los proyectiles comenzaron acaer al agua. Un grito le indicó que

otro soldado más moriría ahogado o

Page 566: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 566/1720

a causa de las heridas. Quintus alzóa vista.

 —Cabrones —dijo moviendo loabios.

 Aparte de lanzar la artillería, lamurallas estaban repletas de

arqueros y honderos que apuntabaal enemigo en el agua. No tardaríaen alcanzarle. «Estoy acabado»

pensó. Algunos hombres se habíaencaramado a las rocas al pie deas murallas, pero fueron avistadopor el enemigo, que no tardó etirar piedras, que provocaron máheridos y muertos. Estaba claro quea orilla cercana a las murallas no

era un lugar seguro. Quintu

Page 567: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 567/1720

recordó la larga distancia quehabían recorrido a mar abiertodesde el campamento y ladesesperación hizo presa de él. Nsiquiera sin la armadura se veíacapaz de cubrir a nado semejante

distancia. Pero no le quedaba otraopción. Era eso o esperar en eagua hasta que un proyect

enemigo lo hundiera y le llevara areino de Neptuno.Quintus empezó a nadar hacia e

este mientras lanzaba variaplegarias a los dioses. Eraconsciente de que solo se acordabade los dioses en situaciones de

peligro. En otros momentos, apena

Page 568: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 568/1720

creía en su existencia —jamás lehabían proporcionado ningunaprueba de ello—, pero en esenstante necesitaba agarrarse acualquier brizna de esperanza«Que Urceus siga vivo —suplicó—,

Corax también. Y salvad a tantohombres de mi manípulo como osea posible. No os los llevéis a

todos, por favor.» —¡Ayúdame, hermano! —gimióun soldado a su izquierda—. No sénadar.

Quintus se obligó a parar mirarle a los ojos.

 —Yo no soy buen nadador. Si te

ayudo, nos ahogaremos los dos. Lo

Page 569: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 569/1720

siento.El soldado alargó un brazo.

 —¡No quiero morir! ¡No quiermorir! —chilló desesperado.

Quintus sabía que, si el hombree agarraba, ambos se hundirían ta

rápido como una piedra. Sin añadipalabra, se alejó lo más rápidoposible. Se sentía culpable, pero no

paró hasta que sus súplicadesaparecieron entre el griterío y esonido de los proyectiles.

 Al poco rato se detuvo adescansar. En esa zona caíanmenos proyectiles porque loartilleros estaban concentrados e

atacar a los romanos que estaba

Page 570: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 570/1720

bajo sus posiciones. A su derechavio que una nueva garra de hierrocogía la sambuca del quinquerremeque había llegado a las murallas aa vez que el de él. Quintus no pudoapartar la vista de la terrible escena

que estaba a punto de desarrollarsante sus ojos. Los soldados decubierta también intentaron echa

el lazo a la garra y fracasaron comoellos, mientras que los siracusanoconsiguieron apresar el espolónQuintus oyó las órdenes de lamuralla y, al cabo de unossegundos, la cadena de la garra setensó e izó la proa de modo que e

barco quedó suspendido en el aire

Page 571: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 571/1720

Resonaron los gritos de losoldados, pequeñas figuras queresbalaban por la cubierta comohormigas por un tronco. La garra seabrió y dejó caer el barco, pero lopeor de todo fue lo que sucedió a

continuación: por las almenaapareció un brazo que llevaba unaroca inmensa, del tamaño del torso

de tres hombres. Los supervivientegritaron asustados cuando vieron lanueva y terrible amenaza que secernía sobre sus cabezas. Quintuno quiso seguir mirando, pero nopudo evitar oír el estruendo de laroca cuando golpeó el barco y e

sonido de la enorme ola levantada

Page 572: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 572/1720

por el impacto. Apretó los dientes y comenzó a

nadar de nuevo. El dolor en eabdomen y la pierna causado poos golpes le ralentizó y tuvo queparar a descansar a menudo

Durante las pausas barría el macon la mirada con la esperanza deocalizar un barco que pudiera

rescatarlo, pero fue en vano. Todasas embarcaciones habían sidodestrozadas por los proyectileenemigos o estaban en proceso dehundirse. Quintus no había vistouna masacre similar desde Cannae

Escudriñó los rostros de lo

hombres que caían al agua y esper

Page 573: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 573/1720

no reconocer a ninguno. No semolestó en mirar las caras de lomuertos. Eran demasiados. Por esocuando chocó con un cuerpo en scamino, simplemente lo apartó a uado. El soldado, que estaba boca

abajo, flotó hacia la izquierdaQuintus estuvo a punto dereemprender el nado cuando algo

lamó su atención. El hombremuerto tenía las orejas musalidas. Pestañeó varias veces. EraUrceus.

Desolado, nadó hasta su amigoque tenía los ojos cerrados y laboca entreabierta. Daba la

mpresión de estar muerto, pero

Page 574: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 574/1720

Quintus le puso dos dedos en ecuello, justo debajo del ángulo dea mandíbula y esperó con ecorazón en un puño. Al principio nopercibió nada, pero al poco ratodetectó, para su gran alegría, u

pulso débil. —Eres más duro que un

sandalia vieja, amigo mío —

murmuró con lágrimas en los ojo—. Gracias, Neptuno, por dejar quUrceus flotara en lugar de hundirse

La alegría de Quintus duró pocono podía arrastrar a su amigo hastael puerto. La desesperación volvió aapoderarse de él. «No puedo

rendirme. Urceus jamás me dejaría

Page 575: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 575/1720

en la estacada. ¡Se me tiene queocurrir algo!»

Miró a su alrededor en busca deuna solución tratando de ignoratodo el horror. Al final posó la vistaen el barco en que habían viajado

ese día. Yacía en el agua como uncadáver, totalmente inutilizadopero tuvo una idea. Lo

quinquerremes no se estabahundiendo. Era cierto que no podíamoverse y que estaban bajo lanarices del enemigo, pero en elloradicaba la gracia. A los ojos de losiracusanos, no era necesario seguianzando proyectiles sobre eso

barcos porque no suponían ninguna

Page 576: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 576/1720

amenaza para la ciudad. —Allí estaremos seguros —

susurró Quintus a Urceus mientrao arrastraba por el pecho—. Amenos, por ahora.

Quintus tuvo la sensación de qu

tardaron una eternidad en llegahasta el primer barco. Habríalegado antes si se hubiera dirigido

a la parte central, pero esa zonatodavía estaba bajo ataqueenemigo. Sin embargo, en la popaen la brecha entre los dos barcosquedarían ocultos de la vista de lamurallas. Los artilleros teníapuesta toda su atención en lo

objetivos visibles. Al aproximarse a

Page 577: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 577/1720

a parte posterior del barco, Quintudivisó un grupo de cabezas en eagua y albergó nuevas esperanzasCuantos más fueran, máposibilidades tenían de sobrevivirAdemás, podían ayudarle a curar la

herida de Urceus. Quintus redoblósus esfuerzos.

 —Pronto estarás como nuevo, ya

verás —aseguró a su amigo con laesperanza de que respondiera.Pero Urceus no contestó y

Quintus empezó a preocuparseVolvió a palparle el cuello ycomprobó aliviado que seguíateniendo pulso. Acto seguido oyó

una voz muy familiar. ¡Era Corax

Page 578: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 578/1720

No estaba todo perdido, pensó. Lodioses no los habían abandonadopor completo. Quintus se sintió máanimado. Se estaba quedando sifuerzas y no hubiera podidoarrastrar a Urceus mucho tiempo

más. A unos veinte pasos de la popa

pidió ayuda.

 —Llevo a un compañero herido¿Podéis echarme una mano?El grupo se volvió hacia él y tre

hombres se acercaron.El primero en llegar era u

soldado de cabello negro y ojoazules. Quintus lo reconoció. Era u

hastatus de la centuria del otro

Page 579: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 579/1720

manípulo, pero no sabía su nombre —¿Dónde está herido? —Tiene una flecha clavada en e

brazo izquierdo, pero llevanconsciente desde que lo heencontrado, así que quizá tenga

una herida en la cabeza que no hevisto. —«Ruego a los dioses que nosea así», suplicó Quintus.

 —Ya me encargo yo. Tú dirígeteal centurión, es el que... —Ya lo sé —interrumpió Quintus

—. Es Corax, mi centurión. Dogracias a los dioses de que estéaquí.

 —Parece un buen hombre —

comentó el soldado de cabello

Page 580: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 580/1720

negro antes de rodear el pecho deUrceus con el brazo con sumocuidado—. Ya lo tengo.

Satisfecho de que Urceuestuviera en buenas manosQuintus nadó hacia Corax, seguido

del hastatus y sus compañeros.Cuando el centurión reconoció a

Quintus, se le iluminó el rostro.

 —¡Mira lo que Neptuno acaba deescupir del agua! Por todos lodioses, Crespo, ¡qué alegría verte!

 —¡Lo mismo digo, señorPensaba que no habías logradoescapar.

 —Y yo creía que tú tampoco

Eres el primer hombre que veo de

Page 581: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 581/1720

mi centuria. Estos hombrepertenecen a la unidad que sedividió entre nuestro barco y eotro. También se han salvadoalgunos marineros y un puñado deos soldados de Vitruvius. ¿A quié

tienes ahí? —preguntó mirando podetrás de su espalda.

 —A Urceus, señor.

 —¡Más buenas noticias! —sonrióCorax—. ¿Está malherido? —No estoy seguro, señor. Está

nconsciente.Una expresión de rabia

preocupación ensombreció el rostrode Corax.

 —Pues haremos todo lo posible

Page 582: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 582/1720

para que sobreviva. ¡A la mierdacon Hades! No se puede llevar a usoldado tan bueno como UrceusHoy ya he perdido demasiadohombres buenos.

Los hombres que estaban a s

alrededor se escandalizaron ante lablasfemia del centurión, peroQuintus no. Corax estaba vivo, eso

era lo único que importaba. —Para empezar, vamos a atarlecon esto —ordenó Corax mientrasacaba una cuerda del agua con uazo grande al que todos podíaagarrarse y que estaba atada a uaro de hierro que colgaba de la

popa, justo encima de sus cabezas

Page 583: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 583/1720

Al poco rato llegó el hastatus decabello negro con Urceus, al queataron la cuerda por el pecho—¿Qué brazo es?

 —El izquierdo, señor.Quintus buscó la mano de

Urceus en el agua y le levantó ebrazo con cuidado para que laflecha no le lastimara el cuerpo

Cuando lo sacó, observó que laparte delantera de la flecha sehabía roto y que solo quedaba laparte posterior con las plumas.

 —Ha tenido mucha suerte —murmuró Corax, que tiró de laflecha con cuidado.

De la herida brotó un hilo de

Page 584: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 584/1720

sangre y Urceus gimió y abrió loojos.

 —Urceus, ¿me oyes? —preguntóQuintus.

Urceus lo miró. —Joder... Cómo me duele la

cabeza. Supongo que... me di coalgo en el agua.

Quintus quería reír y llorar a la

vez. —¿Te duele algo más? —preguntó Corax.

Urceus se percató de lapresencia del centurión e inclinó labarbilla a modo de saludo.

 —No, señor. No creo.

 —Excelente. Que alguien se

Page 585: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 585/1720

arranque una tira de la túnica —ordenó Corax—. Necesito unavenda para el brazo de Urceus paraque deje de sangrar.

El hastatus de cabello negro fueel primero en ofrecer un trozo de

tela y Quintus se sintió todavía máagradecido hacia él.

 —¿Cómo te llamas?

 —Mattheus. Soy tan romanocomo tú, pero mi abuelo maternoera hebreo. Soy el último de cuatrohermanos y mi madre no paróhasta que mi padre accedió alamarme como él —aclaró ante lasorpresa de Quintus al oír s

nombre.

Page 586: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 586/1720

 —Yo soy Crespo —dijoalargando la mano—. Soy uno deos hombres de Corax, como ya havisto. ¿Y tú?

 —Estoy en el manípulo deFestus, o lo estaba —rectificó—

Seguramente estará tan muertocomo el resto de mi grupo.

 —¿Estuviste en Cannae?

 —Si no hubiera estado, noestaría atrapado en la dichosaSicilia, ¿verdad? —comentó con uguiño.

 —Supongo. Hay algunos reclutanuevos, pero no muchos —dijoQuintus, contento de que Mattheu

fueron un veterano como él—

Page 587: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 587/1720

Vamos a necesitar más reclutadespués de hoy, y lo digo muy enserio.

 —No tan rápido, Crespo. Primertenemos que salir de aquí con vidaLos siracusanos continuarán a la

caza de supervivientes más tardecuando intentemos salir de aquí —advirtió Corax.

 —Lo mismo nos dijiste cuandestábamos atrapados en Trasimeney en Cannae, señor —interrumpióUrceus.

 —Y él nos sacó de allí ambasveces —añadió Quintus—. Y volveráa sacarnos esta vez.

 —Seguro —convino Urceus.

Page 588: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 588/1720

Por una vez, Corax no supo quédecir.

 —No os hagáis demasiadalusiones —murmuró antes dealejarse para echar un vistazo a lapopa.

 —¿Confiáis mucho en él? —preguntó Mattheus.

 —Me ha salvado el culo má

veces que este canalla —gruñóUrceus con una mirada agradecidaa Quintus que no precisaba mayoexplicación.

 —A mí también —afirmó Quintu—. Es el mejor centurión de todo eejército.

 —Había oído hablar muy bien de

Page 589: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 589/1720

él —asintió Mattheus—. Es unasuerte que esté al mando, ¿no?

 —Desde luego, sí.Quintus tenía sed, quemadura

del sol y el agua al cuello. Ademásestaba desconsolado por la pérdida

de sus compañeros y había miles desoldados enemigos a tan solo unocentenares de pasos. Pero, pese a

ello, estaba animado.Habría un mañana. Estabaconvencido de ello.

Corax estaba con ellos.

Page 590: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 590/1720

9

9

 —Te traigo una invitación. —Kleitos abrió la puerta sin llamar.

 —¡Por las tetas de Tanit! ¡Quésusto me has dado! —exclamóHanno, que descansaba en la cama

 —Perdona —se disculpó Kleito

Page 591: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 591/1720

sin convencimiento—. No querráperderte esta fiesta, amigo mío.

 —¿Qué fiesta? —preguntórritado Hanno, todavía adormecido

 —Hipócrates y Epícideorganizan una fiesta esta noche

para celebrar nuestra famosavictoria —anunció Kleitos con unasonrisa de oreja a oreja.

 —¡Pero si llevamos díacelebrándolo!Después del hundimiento de la

flota romana a las puertas de laciudad, las celebraciones se habíasucedido unas tras otras. Hannohabía bebido más vino en lo

últimos días que durante todas su

Page 592: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 592/1720

salidas juntas con Suni en Cartago. —Es cierto, pero esta vez se

trata de una fiesta oficial en epalacio de los gobernadores, covino abundante, manjareexquisitos y mujeres flautistas.

 —¿Quién está invitado? —nquirió Hanno un poco mádespierto.

 —Todos los nobles de palacioasí como los comandantes de todaas unidades de infantería, artilleríamarina y caballería.

 —¡Los de caballería no deberíaestar invitados! —bromeó Hanno—No han hecho nada por ahora!

 —Ya se lo recordaremos esta

Page 593: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 593/1720

noche, no te preocupes. La fiestaempezará con sendos discursos deHipócrates y Epícides, acontinuación condecorarán a losoldados más valientes ydespués... ¡a beber!

 —¡Cuenta conmigo!La misión que le había

encomendado Aníbal estaba

resultando más agradable de lo quehabía previsto en un principio, perotanta alegría no duraría muchotiempo. Los romanos no se habíaretirado de Sicilia, sino solo a sucampamentos. Volverían al ataqueHanno pensó que, si Quintus había

sobrevivido a Cannae y al asalto

Page 594: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 594/1720

naval, podía encontrarse entreellos. Kleitos le había explicado eduro castigo impuesto por eSenado a los supervivientes de locampos de sangre. «Lo máprobable es que haya muerto», se

dijo apenado, pero intentó apartaa idea de su mente. En esomomentos había cosas má

agradables en las que pensar. SHipócrates y Epícides deseabaagradecer el coraje de susoldados, ¿quién era él paraoponerse a ello?

 —¿Cuándo empieza la fiesta?Kleitos guiñó un ojo y, bajo la

mirada curiosa de Hanno, salió de

Page 595: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 595/1720

a habitación y regresó con unaarra de arcilla y dos copas quehabía ocultado en el corredor.

 —¡Ahora! —Va a ser una jornada larga —

se quejó Hanno en broma.

Cuando se acabó el vino, Hannosugirió que no bebieran nada máhasta que empezara la fiesta.

 —Tú no tienes problemas, peroyo tengo que causar una buenampresión. ¿Qué imagen daría si mepresentara borracho a la cenaAníbal me cortaría los huevos!

 —¡Jamás se enteraría! —Salvo que se lo explicara un

de los hermanos, pero aunque no

Page 596: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 596/1720

fuera así, ¿qué pensarían logobernantes de mí?

Kleitos protestó un poco, pero afinal cedió.

En lugar de seguir bebiendofueron a los baños de la guarnición

ras un relajante baño calientedisfrutaron del masaje que lehicieron los esclavos. La

conversación surgió sin problemasNo hablaron de la guerra, sino desus mejores noches de borrachera de sus hazañas de juventud con loamigos. Como era de imaginardiscutieron sobre la belleza de lacartaginesas frente a la

siracusanas y, como por orgullo

Page 597: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 597/1720

ninguno quiso dar el brazo a torcera discusión empezó a subir detono.

 —También hay mujeres romanamuy atractivas —comentó Hannoen un esfuerzo por evitar una

disputa y pensando en Aurelia. —Todas las que yo he conocido

antes de la guerra, por supuesto

eran como mulas y, ademásrebuznaban. —Es cierto que pueden ser má

tozudas que una mula, pero las queyo he visto nada tienen queenvidiar a las mujeres de Cartago oSiracusa.

Kleitos le lanzó una mirada de

Page 598: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 598/1720

complicidad. —¡Tú estás pensando en un

mujer en concreto, canallaHáblame de ella!

Hanno se sonrojó. —No hay mucho que contar. No

ha pasado gran cosa. —No hace falta que pase

muchas cosas para que la flecha de

Eros se clave en profundidad. —Es una tontería que piense eella porque jamás volveré a verlaEsta maldita guerra... —dijo Hannoexasperado.

 —A mí también me ha afectadoa guerra en ese sentido. Hace do

años conseguí convencer a mi

Page 599: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 599/1720

padres para que me permitieradesposarme con una joven de Ennade la que me enamoré en ufestival en honor a Deméter Perséfone. Su familia es máhumilde que la mía, pero a mí no

me importa. Nos íbamos a casapoco después de que Hierónimotomara el poder —explicó

apesadumbrado. —¿Y qué sucedió? —Hierónimo no era muy popula

y hubo varios altercados en laciudad; seguro que habrás oídohablar de ello. Cuando fueasesinado, se inició una época de

gran inestabilidad y muchos noble

Page 600: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 600/1720

perdieron la vida. Nadie sabía quiésería el siguiente en morir. Celebraa boda entonces estaba fuera deugar. Después los hermanostomaron el poder y las aguavolvieron a su cauce. Este es uno

de los motivos por los cuales leapoyo. Aunque Hipócrates Epícides no sean los mejore

hombres que he visto en mi vidahan logrado mantener la pazmenos con Roma, claro está —rioKleitos.

 —¿Dónde está tu prometida? —En Enna, con su familia. No

escribimos siempre que podemos

Nos casaremos cuando la guerra se

Page 601: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 601/1720

acabe.La esclava había terminado de

rascarle la piel con el estrígil Kleitos se incorporó.

 —Seguro que será un gran día —comentó Hanno.

Kleitos lo miró agradecido. —Y quizá tú vuelvas a ver a tu

romana algún día.

 —Está casada —replicó Hannen un tono más duro del quepretendía.

 —¿Y cómo sabes que su maridono ha muerto en la guerra?

 —Lo he pensado más de unvez, pero aunque nos volviéramos a

ver, no se interesaría por mí, un

Page 602: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 602/1720

sucio gugga que ha humillado a spueblo.

 Aurelia jamás lo había llamadoasí, pero Hanno intentaba erigir unbarrera en su corazón para no sufrimás.

 —Nunca se sabe. Está claro qununca llegarás a ser tan guapocomo yo, pero creo que podríamo

legar a convencer a una flautistaesta noche para que se acuestecontigo.

 —¡Menudo descaro! —rio Hannoque cogió una toalla para golpearley le alcanzó en el trasero.

Kleitos aceptó el reto y, bajo la

divertida mirada de las esclavas

Page 603: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 603/1720

empezaron a perseguirse por lasala como dos niños pequeñoatizándose con las toallas.

 —¡Vamos! No vayamos aperdernos el principio. Quiero oír ediscurso de los hermanos —

nterrumpió Kleitos al cabo de urato.

Por fortuna, Hanno se sentía

más sobrio después del baño y emasaje. Kleitos había despertadosu lado juerguista y, aunque lehubiera encantado emborracharseun acontecimiento público de esecalibre requería la mejor de suconductas, al menos durante la

primera parte de la noche, y co

Page 604: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 604/1720

esa prioridad partió a la fiesta.El joven cartaginés jamás había

visto una estancia tan lujosa comoel inmenso salón de banquetedonde se celebraba la fiesta. Srasgo más destacado era e

magnífico mosaico del suelo, querepresentaba varias escenas de laguerra entre Grecia y Troya: Paris

raptando a Helena; Menelao comiles de barcos; Aquiles venciendoa Héctor o el caballo de Troya llenode soldados. Kleitos rio cuandoHanno insistió en recorrer toda lasala para ver bien los mosaicos.

 —Cartago es más grande

hermosa que Siracusa —sentenció

Page 605: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 605/1720

Hanno—, pero no tenemos nadaasí.

 —Los cartagineses son famosopor su ciudad, sus paisajes y shabilidad para sacar dinero decualquier lado —convino Kleitos co

un guiño—. El poder militar de mpueblo ya no es lo que era en laépoca de Jenofonte, Leónidas o

Alejandro, pero seguimodestacando en arte y cultura. A Hanno le impresionaba tanta

opulencia. Las jarras de vino y aguque llevaban los esclavos estabahechas de oro y plata, al igual queas cráteras que iban circulando

entre los invitados. Desde los sofá

Page 606: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 606/1720

y las mesas de madera noblepasando por las paredes pintadas as lámparas de pies dorados, todoen el salón rezumaba clase calidad. Aunque procedía de unafamilia rica, al igual que Quintus

esto era otro nivel muy distinto. Ya pesar de su posición, Aníbatampoco hacía ninguna ostentació

de riquezas. Era la primera vez queHanno se hallaba en el antiguopalacio de un rey.

 —¡Eh, Kleitos! —saludó uhombre de corta estatura y pocopelo que estaba tumbado en uno deos sofás con un grupo de nobles—

¿Has traído a un amigo?

Page 607: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 607/1720

 —Ven. —Kleitos hizo una seña aHanno para que le siguiera—. Voy apresentarte a algunos conocidos.

Después de la sexta crátera

Hanno ya se notaba bastante ebrioAunque el vino estaba aguado, loestaba menos de lo que él estabaacostumbrado. Tendría que declinabeber la próxima vez que le llegarauna crátera a las manos o acabaríavomitando. No sabía qué hora era

pero debía de ser tarde. Pocodespués de su llegada a la fiestahabían aparecido los hermanos, qu

fueron recibidos calurosamente po

Page 608: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 608/1720

os invitados. El discurso de Epícidehabía sido ingenioso y mordazmientras que Hipócrates se habíadeshecho en alabanzas sobre ecoraje de los soldados. Ambodiscursos habían sido recibidos co

entusiasmo. Después de un sinfíde brindis y de múltiples libacionea los dioses, el suelo acabó cubiert

de vino. Un espontáneo cantó upeán, un himno triunfal griego, y aHanno se le puso la piel de gallinaLos amigos de Kleitos eran musimpáticos y todos le habíaofrecido conversación, pero nohabía logrado obtener informació

nteresante para Aníbal. La

Page 609: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 609/1720

flautistas y las bailarinas habíarecorrido la sala con sus diáfanovestidos, deteniéndose aquí y alláal ritmo de las liras y las flautas deos músicos. Los esclavos nocesaban de traer vino. La comida

servida en bandejas de plata, habíasido abundante y exquisita, cotodo tipo de pescado y marisco

cocinado con hierbas, relleno y a laparrilla. También habían servidocordero y cerdo asado y mucho papara mojar las salsas. De no ser poa comida, Hanno habría acabadotumbado ebrio en el suelo.

Había sido un error —pensó co

ojos somnolientos— habe

Page 610: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 610/1720

empezado a beber tan tempranoSalvo por la pausa de los bañoshabía estado bebiendo sidescanso. A Hanno le atraía la ideade retirarse con una de lahermosas flautistas a una de la

zonas más reservadas del salónpero no sabía si su cuerpo estaríapor la labor. Notó la vejiga llena y

recordó que no había orinado. Eseera un momento perfecto parahacerlo. Si se tomaba su tiempoyendo y viniendo y bebía un vasode agua de una de las bandejaque portaban los esclavos, quizápodría recobrar la sobriedad. Hanno

se puso en pie con cuidado.

Page 611: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 611/1720

 —¿Has visto alguna chica que teguste? —preguntó Kleitos.

 —Más de una, pero necesitovaciar la vejiga.

 —Hazlo en un rincón, nadie teverá.

 —¡Ni en broma! —Era pocoprobable que Hipócrates o Epícidese percataran de ello, pero no

estaba tan desesperado—. ¿Dóndeestán las letrinas? —Por ahí —respondió Kleito

señalando el otro lado de la sala.Hanno apenas había avanzado

unos pasos cuando se le acercó uhombre. Era el comandante de

Cejas Gruesas y deseaba

Page 612: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 612/1720

disculparse por la conducta de suhombres. El oficial insistió ecompartir su crátera de vino coHanno, que, transcurrido un tiempoprudencial para no parecemaleducado, acabó excusándose

enía la impresión de que le iba aexplotar la vejiga de un momento aotro y se marchó del lugar si

cruzar la mirada con nadie. Nsiquiera se detuvo a contemplar evoluptuoso baile de una flautistaque danzaba desnuda ante upúblico extasiado de nobles.

Hanno deambuló por upasadizo bien iluminado flanqueado

por varias puertas, pero estaba

Page 613: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 613/1720

cerradas o bien eran armarios. Afinal le sonrió la suerte y llegó a sdestino. Las letrinas eran muujosas y contaban con varioasientos de madera conectados aun ancho tubo inclinado. Hanno

saludó al otro ocupante de laestancia, un hombre gordo cuyopestilentes pedos le obligaron a

orinar con la máxima celeridadComo la excursión a las letrinahabía sido muy breve —y seguíagual de ebrio—, Hanno decidióseguir caminando en direccióopuesta al salón. De pronto notóuna agradable brisa que le enfrió

as mejillas y rogó que procediera

Page 614: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 614/1720

de un lugar donde pudiera sentarseun rato a la espera de que se lepasara el efecto del vino.

La diosa Fortuna le sonrió y locondujo al balcón de una habitacióque no estaba iluminada. Si se

sentaba a un lado, quedaba ocultoa la vista del corredor. Aliviado, sesentó en un banco de piedra a

contemplar la ciudad, cuyos tejadoluminaban los rayos de luna en uuego de luces y sombras. El cieloestaba preñado de estrellas. Pudovislumbrar el perfil de la muralla oyó algún ladrido ocasional, ascomo el lejano sonido del ma

chocando contra el rompeolas. No

Page 615: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 615/1720

pudo evitar cerrar los ojos.Cuando se despertó estaba

temblando de frío. Se frotó los ojoy miró la luna, que estaba muy bajaen el cielo. «Por las barbas deMelcart, debo de haber dormido

varias horas», pensó. Estaba apunto de levantarse cuandopercibió un movimiento por e

rabillo del ojo. En ese momentodeseó haber hecho caso omiso dea orden de acudir a la fiestadesarmado, pero se tranquilizócuando comprobó que la figura eel balcón contiguo —de cuyaexistencia no se había percatado

hasta ese momento— pertenecía a

Page 616: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 616/1720

una mujer que mecía a un niño ebrazos.

 —No pasa nada —susurró—. Hasido una pesadilla, cariño. Mamáestá aquí. Estoy aquí.

Hanno parpadeó y escuchó de

nuevo. La mujer hablaba en latínno en griego. Debía de ser unaprisionera o, peor aún, una de la

prostitutas de Hipócrates. Snstinto le indicaba que debíamarcharse sin ser oído y regresar augar de donde había venido, peroa lástima y la curiosidad lo dejaroclavado en el sitio.

 —¿Madre? —preguntó el niño.

 —¿Sí, cariño?

Page 617: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 617/1720

 —¿Cuándo volveremos a casa? —Yo... No lo sé, cariño. Pronto

espero.Era probable que el niño no

hubiera captado el tono titubeantede la madre, pero Hanno sí, y u

ejano recuerdo comenzó adespertarse en su menteembotada.

 —¿Señora? —llamó la voz deuna segunda mujer desde lahabitación.

 —¿Sí, Elira?Hanno se quedó paralizado. Era

como si alguien le hubieraempujado, con la cabeza po

delante, a una piscina de agua

Page 618: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 618/1720

helada. No había oído el nombre deElira desde que se había marchadode la casa de Quintus hacía más decuatro años. Recordó que era unaesclava iliria. ¿Cuántas mujeres deesa raza y ese nombre era

esclavas de una romana? Pero nopodía ser. ¿O sí?

 —¿Aurelia? —susurró—

¿Aurelia?Sonó un grito ahogado. —¿Quién anda ahí? ¿Quién es

—preguntó una voz asustada.Hanno soltó una maldición

Oculto en la oscuridad, Aurelia nopodía verlo ni saber quién era.

 —No temas. Soy un invitado de

Page 619: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 619/1720

a fiesta. ¿Te llamas Aurelia? —¿Cómo sabes mi nombre? —

nquirió la joven, retrocediendo.Hanno no tenía duda alguna de

que se trataba de Aurelia y hablórápido para que no se fuera

asustada. —Porque soy Hanno, aquel que

tu hermano Quintus eligió en e

mercado de esclavos de Capua. Ttambién estabas allí. —¡En nombre de Hades! ¿Ha

Hanno?El joven se acercó al extremo

del balcón para que pudiera verlomejor.

 —Estoy aquí.

Page 620: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 620/1720

 Aurelia se aproximó con el niñoen brazos.

 —Me habían dicho que podíaestar en la ciudad, ¡pero no meesperaba verte aquí! —sollozó.

 —¿Llegaste a ver a Bomilcar?

 —Sí, en Roma. —¿Con quién estás hablando

mamá? —preguntó una vo

adormecida. —Con un señor, cariño. —Aureliamiró a Hanno—. Un momento.

La joven desapareció de su vistay, mientras la esperaba, vino a sumente la terrible imagen deAgathocles con las mujeres qu

había comprado para Hipócrates

Page 621: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 621/1720

Ese era el motivo de la presenciade Aurelia en palacio. La rabia seapoderó de Hanno. «¡Hipócratesmaldito cabrón!» Tenía que sacarlade allí, no sabía cómo, pero debíahacerlo.

 —¿Cuánto tiempo llevas en laciudad? —preguntó Aurelia cuandoregresó.

 —Unas semanas. ¿Y tú? ¿Te hanhecho prisionera? ¿Por eso estáaquí? —Hanno no sabía cómoplantear la pregunta codelicadeza.

 —Sí. Nuestro barco fue abordadopor un trirreme siracusano

mataron al socio de mi marido. No

Page 622: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 622/1720

sé qué ha sido de Agesandros, peroElira y yo fuimos elegidas por unode los hombres de Hipócratecomo... concubinas —respondióAurelia, furiosa.

Hanno deseaba abrazarla

decirle que todo iría bien. —Déjame entrar en la

habitación.

 —No puedo, Hanno. Lo sientoEstamos encerrados.Hanno maldijo en silencio y co

furia. —Pues echaré la puerta abajo

de una patada. —¿Y si vienen los guardias?

Hanno maldijo de nuevo. ¿Qué

Page 623: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 623/1720

posibilidades tendría, borracho desarmado, contra los soldados deHipócrates? Aunque lograraesquivarlos, había muchos más ea puerta de palacio que vetarían epaso de Aurelia, su hijo y Elira —

porque seguro que Aurelia insistiríaen que la esclava les acompañara—. Hanno tenía ganas de gritar de

frustración. —No puedo dejarte aquí. —Debes hacerlo. Por ahora. —Pero ese monstruo

Hipócrates... —Ya no puedo hacerme daño s

sé que tú estás aquí.

 Aurelia alargó la mano y Hann

Page 624: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 624/1720

a tomó, tratando de transmitirle através del tacto de sus dedos todoo que sentía por ella.

 —Encontraré la manera desacarte de aquí.

 —No me cabe la menor duda —

afirmó Aurelia con una serenidadnusitada que tranquilizó a Hanno—. ¿Cómo podré comunicarme

contigo? —Hay una panadería cerca deágora donde venden dulces pasteles. Dicen que es la mejor dea ciudad. A veces Elira tienepermiso para ir si Hipócrates estásatisfecho con nosotras. Eso es lo

único que se me ocurre, a meno

Page 625: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 625/1720

que tengas alas y puedas volar. —La encontraré. A Hanno le sorprendió una ve

más su aparente serenidad, pero larabia volvió a apoderarse de é¿Qué significaba eso de que

Hipócrates estuviera satisfecho coellas? Hanno se juró a sí mismo quese pedazo de escoria pagaría po

ello, pero primero debía sacarlos atodos de allí.

 —¡Por Hades! ¡Qué daño meestás haciendo! —protestó Urceus.

 —¡Deja de quejarte como un

vieja! Lo estoy haciendo con mucho

Page 626: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 626/1720

cuidado. Ya habían pasado dos días y

Quintus iba a cambiarle el vendajea Urceus. Cuando retiró la tela, samigo no pudo ocultar spreocupación.

 —¿Qué tal está? —preguntó.Quintus revisó la parte centra

del vendaje y, a continuación, e

orificio a ambos lados del trícepsLa tela estaba manchada desangre, pero no había restos decolor verde y, aunque ambasheridas estaban enrojecidas, lobordes parecían limpios. El líquidoque supuraba de la herida era

rosado, no purulento.

Page 627: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 627/1720

 —Tiene buen aspecto y nohuele. El médico tenía razón.

 —Sí, parece que el agua saladarealmente ayuda a evitar lanfección.

 —Bueno, el agua y el acetum

que te metió ahí dentro. ¡Menudogritos pegaste! —se burló Quintus.

 —¡Tú también habrías gritado

Siempre te quejas cuando se teclava una piedrecilla en la suela dea sandalia!

 —Es cierto —sonrió Quintus, qucogió el rollo de tela que tenía a sado y comenzó a cubrir la herida—Seguro que dentro de una semana

o dos volverás a estar en pleno

Page 628: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 628/1720

funcionamiento. —Bien. Tengo ganas de volver a

entrenar contigo y el resto denuestros hermanos, los pocos quequedan.

Los dos guardaron silencio

Ambos pensaron en Lobo, Gafe todos los demás que habíafallecido en el sangriento asalto a

Siracusa. Su manípulo no era eúnico que había sufrido tantabajas. Aunque era difícil calcular lacifra exacta, se decía que más dedos mil legionarios y un númerosimilar de marineros habíafallecido en el mar ese día. E

ataque sobre la Hexápila no había

Page 629: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 629/1720

arrojado mejores resultados. Allí, laartillería había sido tan precisacomo en el puerto. Decían queMarcelo había estallado de furia arecibir la noticia. Se había perdidomás de una legión, ello sin conta

os centenares de heridos quehabían muerto desde entonces. Loque seguían con vida llenaban la

camas de los improvisadohospitales. Los que como Urceus norequerían la atención de un médicose recuperaban junto a sucompañeros. Y había mejoradomucho desde entonces, pensóQuintus.

El fracaso del asalto y el número

Page 630: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 630/1720

de bajas habían asestado un durogolpe a la moral de los soldados. Enombre de Arquímedesdesconocido hasta entonces, sehabía convertido en sinónimo dediablo. Los hombres hablaban de é

con terror o no se atrevían amencionar su nombre. Durante upar de semanas después del ataque

fallido, el pánico cundía entre lohombres cada vez que veíaaparecer un objeto de madera eas almenas, pero eran simplepalos que los siracusanomostraban para asustarlos mofarse de los romanos.

Cuando se dieron cuenta de ello

Page 631: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 631/1720

Page 632: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 632/1720

feliz de no correr ningún peligrodurante un tiempo.

 —Atacar las murallas de nuevosería un suicidio —gruñó una nochemientras hacía la ronda por latiendas de su manípulo—. Marcelo

tiene razón. Hay que dejarlos ahdentro. Si no fue posible tomar laciudad en un asalto como e

anterior, no hay motivos parapensar que un segundo asalto iríamejor.

 —No te preocupes. En lopróximos meses vas a tener tiempode sobra para conocer a tus nuevocamaradas —comentó Quintu

mientras colocaba el vendaje.

Page 633: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 633/1720

Con ellos estaba Mattheus, quehabía resultado ser un tipo musimpático, además del mejococinero que jamás habían tenidoen el contubernium, del cual habíapasado a formar parte desde que

Marcelo había ordenado que launidades que habían perdido a suoficiales se fusionasen con las que

todavía conservaban a sucomandantes. Por consiguienteMattheus y más de dos docenas desus camaradas se habían unido amanípulo de Corax, lo cuasignificaba que Quintus y Urceutenían cuatro compañeros de tiend

nuevos, entre ellos Mattheus y u

Page 634: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 634/1720

soldado llamado Marius. —Debo decir que la comida e

mucho mejor desde que tú estáaquí —dijo Urceus a Mattheus, quesimuló una reverencia.

 —Dicen que los siracusano

acabarán muriendo de hambrepero el muro de treinta y cincokilómetros que estamo

construyendo no impide a esogriegos cabrones recibir suministropor mar —comentó uno de losoldados.

Quintus soltó un gruñido Urceus escupió en el suelo.

 —Esperemos que el bloqueo

naval no tarde en llegar.

Page 635: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 635/1720

 —Me parece que tendremos quesperar sentados —comentóQuintus—. He oído que Corax ledecía esta mañana a Vitruvius queel Senado ha autorizado el envío dmás barcos, pero no son suficiente

para que Marcelo pueda impedir laentrada de embarcaciones eambos puertos de día y de noche.

 —Eso significa que el asedio seva a alargar —dijo Urceus, que noparecía nada apenado.

 A nadie le apenaba, pensóQuintus. Aunque jamás loreconocería en voz alta, él tambiése sentía aliviado. Aunque deseaba

con todas sus fuerzas que Roma

Page 636: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 636/1720

ganara la guerra, la brutalidad deasalto naval le había quitado laansias de luchar. Antes esesentimiento le habría hecho sentimuy culpable, pero ahora apenasentía remordimientos.

 —No estamos nada mal aqu¿eh? —dijo Mattheus, que sonrió aver que todos asentían—. Lo

soldados apostados al sur de laciudad viven en unos barrizalesmientras que nosotros tenemoetrinas que funcionan, comidaabundante ¡y el vino que Cresponos trae de vez en cuando!

Todos se rieron, sobre todo

Quintus. En los últimos tiempos se

Page 637: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 637/1720

había especializado en hacetrueques por vino y, a veces, lorobaba de los comerciantes quevendían sus productos en otrocampamentos. En una ocasiónncluso lo había sisado de la

tiendas de intendencia. Si Corasospechaba algo, no decía nadaMientras sus hombres cumpliera

as órdenes y no robaran de launidades contiguas a su manípulono le importaba. Los hastati loadoraban todavía más por esandiferencia.

 —Nuestro único trabajo eacabar el muro y el foso y esta

atentos a las patrullas enemigas —

Page 638: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 638/1720

Page 639: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 639/1720

sacó una copa de arcilla. —¡Llénala, por favor!Quintus se quedó pensativo u

nstante. Ya habían acabado lanstrucción y completado la carrerasemanal de quince kilómetros. S

contubernium estaría de guardiaesa noche, pero todavía quedabamuchas horas hasta entonces y era

poco probable que Corax lonecesitara antes. —¿Por qué no?Quintus entró en la tienda

volvió a salir con un ánfora bajo ebrazo.

 —¿Es la que robaste de la tiend

de intendencia? —murmuró Urceu

Page 640: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 640/1720

a sabiendas de que así era.Todos aplaudieron y Quintus

sonrió. El ánfora pesaba mucho y lehabía ralentizado mucho el pasomientras huía con ella en medio dea noche. Si le hubieran pillado...

 —No me acuerdo —respondiócon una sonrisa pícara—. ¿Quiéquiere un poco?

Todos acogieron la pregunta conun rugido de entusiasmo.La vida no le iba tan ma

decidió Quintus. Estaba vivo. Ytambién lo estaban Urceus, Corax el resto. Y no iban a morir en ufuturo inmediato, lo cual le hacía

sentir muy bien.

Page 641: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 641/1720

Ponerse en contacto con Eliraresultó ser mucho más difícil de loque Hanno había imaginado. Suobligaciones —instruir a suhombres y a los de otros oficiales—e dejaban poco tiempo libre

Pasaron varios días desde la fiestaantes de que pudiera acudir a lapanadería. Al principio, todo fue

bien. Encontró el local con facilidaddespués de preguntar a un par detranseúntes. Ilusionado, esperó unahora en la puerta, y después dospero a medida que fuerotranscurriendo las horas tuvo quereconocer que sería una gra

casualidad que coincidiera con Elira

Page 642: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 642/1720

Page 643: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 643/1720

Incluso pensó en sobornar apanadero, un hombre jovial con unabarriga que daba fe de quedisfrutaba de sus propios productospero era demasiado arriesgado. Ea ciudad corrían rumores de la

existencia de agentes enemigos de tropas que deseaban desertarNo podía confiar en nadie, y mucho

menos en un desconocido. Además, existía otro motivopara actuar con prudenciaEncontrar la manera decomunicarse con Aurelia era mumportante, pero todavía no sabíacómo iba a sacarlos a todos de

palacio. Y, si lograban su objetivo

Page 644: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 644/1720

¿qué haría con ellos después? Sdeber para con Aníbal implicabaque debía quedarse en la ciudadpero eso era muy peligroso.

Había transcurrido una semana as bajas causadas en las filaenemigas mantenían en silencio aos romanos. Epícides parecíasatisfecho con el trabajo de Hannoy lo tenía más ocupado que nuncapero cuando se ofreció a ayuda

más en la defensa de la ciudadcomo excusa para obtenenformación para Aníbal, su oferta

fue ignorada con mucha educació

Page 645: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 645/1720

y Hanno no tuvo más remedio quemorderse la lengua. Acudió a lapanadería tantas veces como pudopero no coincidió con EliraDesesperado, Hanno visitó un díaun templo dedicado a Zeus, uno de

os muchos que había en Siracusaras el previo pago de unas

monedas de plata a uno de lo

sacerdotes, este sacrificó un rollizocordero y pidió a Zeus que ayudaraa la amiga de Hanno a encontrar ecamino hasta su lado. La serenidadque la ofrenda otorgó a Hanno soloduró el tiempo que estuvo en etemplo. Al salir, encontró e

vestíbulo abarrotado de fieles que

Page 646: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 646/1720

acudían a suplicar la ayuda de sdios, desde un hombre con los ojonflamados que buscaba una curahasta una madre que llevaba a shijo enfermo en brazos. Hanno seabrió paso entre ellos con una

mueca de disgusto. Los templos deSiracusa eran como los de Cartagoy Hanno sospechaba que como lo

del resto del mundo, fueran cualefueran los dioses. A sus puertasiempre acudían los necesitadosenfermos, moribundos y apenadocon ofrendas que abarcaban desdemonedas hasta comida u objetos darcilla y cristal. ¿Y qué recibían a

cambio? Las palabras de u

Page 647: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 647/1720

sacerdote y nada más, se sintiótentado a decir Hanno, pero no seatrevió. Solo los dioses podíaayudarle en esos momentos. Ellohabían sido quienes habíapropiciado el encuentro con Aurelia

y no podían dejar que las cosasiguieran así, se repetía Hannocientos de veces al día, aunque la

duda le corroía por dentro.Pasaron varios días más. Unanoche, Hanno creyó adivinar lafigura de Aurelia en el balcón, perono se atrevió a saludarla por sacaso alguien lo veía. Sintiéndosefurioso e impotente, decidió habla

con Kleitos, su único amigo e

Page 648: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 648/1720

Siracusa. Si lo hacía, pondría svida en sus manos, pero Aureliabien valía el riesgo. Si no hacíanada, continuaría sufriendo todotipo de vejaciones por parte deHipócrates.

Más tarde ese mismo día llamó a puerta de Kleitos con unapequeña ánfora de vino bajo e

brazo y un pedazo del mejor jamóque se podía comprar. Los regalosfueron recibidos con entusiasmo poel oficial, que cedió a Hanno eúnico taburete de la estancia procedió a romper sin dilación eacre de cera para servir el vino

ras el brindis de rigor, ambos

Page 649: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 649/1720

vaciaron el contenido de la copa. —¿Tienes hambre? —preguntó

Kleitos señalando con el pulgar eamón que Hanno había depositadosobre la mesa.

 —Podemos comerlo después

cuando volvamos de la taberna.Kleitos rio.

 —¡Ah! ¿Vamos a salir?

 —Podría estar bien. Mis hombreme han dicho que hay un pequeñoestablecimiento en una callejuelade Acradina que compensa lacaminata.

 —¿El Tridente de Poseidón? —Ya lo conoces —dijo Hanno

decepcionado.

Page 650: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 650/1720

 —Tengo el honor de habecruzado el umbral de todas y cadauna de las tabernas de Siracusa —afirmó Kleitos antes de tomar otrotrago de vino—. Pero estaréencantado de volver, ¡sobre todo s

nvitas tú! —Esa era mi intención —

respondió Hanno con un guiño

antes de continuar—, pero primerotengo que pedirte un favor.Kleitos dejó la copa sobre la

mesa. —Dime lo que tienes en mente

siempre y cuando no sea nada queponga en peligro la ciudad...

 —Para nada —aseguró Hanno

Page 651: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 651/1720

con celeridad. —En tal caso, si puedo ayudarte

o haré. —Todavía no sabes lo que voy a

pedirte —protestó Hanno. —¡Espera! Antes de

explicármelo, ponme un poco máde vino —pidió Kleitos.

Después de tomar un sorbo de

a copa llena, el oficial indicó aHanno que procediera. —¿Recuerdas la joven roman

de la que te hablé? —Ya hace un tiempo de eso

Sí... ¿la casada? —Así es. —Hanno sintió que lo

nervios se apoderaban de él y se

Page 652: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 652/1720

obligó a calmarse. Era importantemantener la cabeza fría—. Pueestá aquí, en Siracusa.

 —¡Me estás tomando el pelo! —No. La he visto. La vi hace do

semanas.

 —¡Por eso andas tanensimismado últimamente! ¿Quépasa? ¿Te escabulles cada vez que

puedes para echarle un polvo? —Kleitos soltó una carcajada peroparó al ver la expresión seria de samigo—. Perdona, es una romana yno puede pasear por la ciudad a sibre albedrío. Entonces, deja que loadivine, eso significa que es la

prisionera o la esclava de alguien

Page 653: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 653/1720

¿no?Hanno asintió.

 —Ningún problema, ser un oficiade rango medio tiene sus ventajasVisitaremos juntos al capullo que laha comprado y, después de

machacarle la cabeza contra lapared varias veces, entenderá queo más sensato es que te la venda

por un precio irrisorio, claro está. —Muchas gracias. Eres un bueamigo, Kleitos, pero no es tan fácil.

 —¿Por qué no?Hanno tenía que arriesgarse

Cuando se lo dijera, la suerteestaría echada.

 —Porque su amo es Hipócrates.

Page 654: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 654/1720

Kleitos soltó un grito ahogado. —Es una broma, ¿no? —Ojalá lo fuera. —Sabes que he jurado servir a

Hipócrates y Epícides hasta lamuerte —dijo Kleitos con tono

severo.Hanno ya no podía retractarse

Lo dicho, dicho estaba.

 —Alguna vez me has comentadoque Hipócrates puede ser un poco..desagradable —titubeó Hannoantes de encontrar la palabraadecuada—. No quiero ni pensar lavejaciones a las que somete aAurelia. No puedo quedarme de

brazos cruzados sin hacer nada

Page 655: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 655/1720

engo que liberarla. —Kleitos nodijo nada y el miedo se apoderó deHanno—. Esto no tiene nada quever con la guerra contra Roma ncon mi lealtad hacia tugobernantes. Si es necesario

moriré defendiendo tu ciudad. Te louro sobre la tumba de mi madre—Se hizo un silencio desgarrador—

Maldita sea, Kleitos, es el amor demi vida! —exclamó Hanno, que semaginó a los guardias deHipócrates entrando en cualquiemomento en la habitación paraarrestarle.

Pero para su gran asombro

Kleitos soltó una carcajada.

Page 656: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 656/1720

 —¿Dónde está la gracia? —En tu pasión, amigo mío. En t

ferviente necesidad deconvencerme de que tu deseo norá en detrimento de la guerra.

 —¿Me ayudarás?

 —¿Cómo voy a negarme? Tharías lo mismo por mí si yonecesitara rescatar a mi amada

¿no es cierto? Siempre y cuando noafectara a tu lucha contra Romaevidentemente.

 —Pongo a Baal Hammón potestigo de que así es.

 —Muy bien, pues entoncenecesitamos un plan —declaró

Kleitos—. Pero no te haga

Page 657: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 657/1720

demasiadas ilusiones. El hecho deque seamos dos no significa quevayamos a tener éxito. Es muprobable que acabemos lanzados avacío de los muros de la ciudadante la atenta mirada de

Hipócrates. A pesar de la advertencia

Hanno no puedo evitar sonreír.

 Ya no estaba solo.

Page 658: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 658/1720

Page 659: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 659/1720

 —¡Y ni rastro de los dichososiracusanos! —añadió Urceuescupiendo en dirección a la ciudadsitiada desde el terraplén demadera de la fortificación.

Quintus no tenía intención de

contradecir a sus compañeros. Laúltimas semanas habían sido murelajadas, pero tras el terrible

ataque fallido por mar a Siracusano les iba mal un poco de calmaAdemás, habían tenido suerteporque su comandante Marcelo nose había llevado consigo a sunidad cuando decidió marchasobre aquellas ciudades que se

habían declarado a favor de

Page 660: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 660/1720

Siracusa para darles una lecciónMegara Hiblea había sido asaltaday arrasada como escarmiento, paramostrar la suerte que correríaquienes desafiaran a Roma. Esavictoria había convencido a mucha

ciudades de pasarse al bando deRoma, pero también había causadonumerosas bajas entre las fila

romanas. «¡Deja de pensar así!»se dijo Quintus, que a veces sepreguntaba si había perdido toda svalentía. La idea le avergonzaba no se lo había confesado a nadie, nsiquiera a Urceus.

 —Pues no nos iría nada ma

enfrentarnos a un ataque enemigo

Page 661: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 661/1720

—apuntó Quintus, enojado. —¿Eh? —Mattheus lo miró como

si se hubiera vuelto loco—. ¿Por qudemonios ibas a desear algo así?

 —Los soldados se oxidan cuandono entran en acción —espetó

Quintus. —Estás loco —declaró Mattheu

levándose el dedo a la cabeza—

Yo estoy encantado de no teneque luchar durante un tiempo.Irritado a la vez que preocupado

de que alguien viera más allá de sfachada bravucona, Quintucomenzó a caminar por el terraplénLa sección que vigilaban estaba

cerca del campamento principal

Page 662: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 662/1720

legaba hasta una de las puertaque daban a Siracusa, que solo seabría cuando se enviaba unapatrulla de reconocimiento, peropor suerte era algo poco habituaLos hombres seguían sintiendo u

enorme respeto por la artillería letade Arquímedes. ¿Qué sentido teníaarriesgar la vida de los soldados e

tierra de nadie cuando no iba aanzarse un asalto sobre lamurallas de la ciudad? Marcelo noera tonto. Estaba reservando latropas para cuando las necesitara.

Se rumoreaba que una flotaenemiga había partido de Cartago

rumbo a Sicilia y que desembarcaría

Page 663: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 663/1720

en el suroeste, lo cual teníasentido. Las ciudades de Heraclea Acragas se hallaban en la costa habían sido bastiones cartaginesehasta casi el final de la últimaguerra. Si los rumores eran ciertos

Marcelo no se quedaría de brazocruzados, pensó Quintus. Por esohabía subyugado a ciudades como

Megara Hiblea. Si demasiadapoblaciones de la isla apoyaban aSiracusa y Cartago, la posición deos romanos sería insosteniblesobre todo si pronto llegaban milede cartagineses.

 —¿Qué estás pensando? —

preguntó Urceus a sus espaldas.

Page 664: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 664/1720

Quintus se dio la vueltaenfadado por no haber oído a samigo y molesto consigo mismo.

 —Nada. —Mentiroso.Quintus abrió la boca para

protestar, pero Urceus lenterrumpió.

 —Todos estamos cagados de

miedo ante la perspectiva de unanueva batalla, hermano.Quintus miró a un lado y otro de

terraplén, pero por fortuna estabasolos.

 —¿Por qué dices eso? —inquiriófurioso.

 —Porque está más claro que e

Page 665: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 665/1720

agua lo que piensas, CrespoPorque todos y cada uno denosotros pensamos lo mismorasimene y Cannae fueron

horribles y jamás las olvidaremospero la masacre del puerto fue cas

peor. Todos esos hombres que seahogaron... —Urceus hizo unamueca de horror—. Es imposible ve

cosas así y que no te afecten. Nadiequiere volver a pasar por algosemejante. Es normal sentirse asodos estamos igual —afirmó

Urceus dándole un apretón en ebrazo.

Quintus sintió que un mar de

emociones amenazaba con brota

Page 666: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 666/1720

de su interior: terror, alivio y orgullode contar con un camarada comoUrceus y un enorme cariño por ucompañero que adivinaba sudebilidades y no le juzgaba poellas.

 —Continúas siendo el mismosoldado que antes. Cuando llegueel momento de marchar y lucha

otra vez, puede que se te encojaas pelotas, pero estarás a nuestroado, ¿no?

 —¡Por supuesto! —respondióQuintus.

 A pesar de las posibleconsecuencias —la muerte—, lo

contrario sería inimaginable. Su

Page 667: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 667/1720

compañeros lo eran todo para él. —Y nosotros estaremos a tu

ado, sea cual sea el final que nodepare el destino —declaró Urceumirándole a los ojos.

Quintus apoyó el pilum y e

escudo contra las almenas y dio asu amigo un fuerte abrazo.

 —Eres un buen amigo.

 —Tú también —respondióUrceus devolviéndole el abrazo.Quintus notó que se le

empañaban los ojos de lágrimas. —¡No sabía que fuerais un pa

de molles! —gritó Mattheus, burlónTanto Quintus como Urceus le

respondieron con un gesto obsceno

Page 668: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 668/1720

 —¡Cuidado! ¡Quizá te pidamoque te unas a nosotros! —bromeóQuintus.

En ese momento, Marius, uno deos nuevos compañeros, silbó paraadvertirles que se aproximaba u

oficial y, de repente, todosparecieron muy interesados en eterreno que se extendía más allá de

a fortificación.Quintus oyó los pasos quesubían por la escalera más cercanay miró de reojo. No era Corax nnadie conocido.

 —¡No es uno de los nuestrosMuévete! —masculló.

Urceus comenzó a caminar po

Page 669: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 669/1720

el terraplén al estilo habitual de locentinelas. Quintus permaneció esu sitio con la esperanza de que eoficial, fuera quien fuese, no sequedara mucho tiempo.

Le molestó que el recién llegado

se detuviera a su lado. Quintus lomiró, se volvió hacia él y saludó.

 —¡Señor!

 —Descansa —ordenó el oficiaun centurión que lo escudriñó coaire crítico.

Bien afeitado y de barbillacuadrada, era un hombre que seaproximaba a la cuarentena.

 —¿Te puedo ayudar en algo

señor? —preguntó Quintus.

Page 670: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 670/1720

 —Así que eso es Siracusa —comentó el oficial con la vistaclavada en las lejanas murallas—Sus defensas son impresionantes.

 —Lo son, señor. —Supongo que no es de

sorprender después de más demedio milenio. ¿Estuviste presenteen el ataque inicial?

El centurión formaba parte deos refuerzos, pensó Quintus. —Sí, señor. —¿Fue tan terrible como dicen? —Sí, señor —respondió Quintus

que intentó en vano no pensar eas muertes de Lobo y Gafe.

Un gruñido.

Page 671: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 671/1720

 —¿Acabas de llegar, señor? —seatrevió a preguntar Quintus.

 —Sí. El Senado nos ha enviadodesde la Galia Cisalpina.

Quintus sintió una simpatíarepentina por el centurión.

 —¿También estuviste en Trebiaseñor?

 —No. Estaba destinado a

Victumulae, una ciudad al oeste dePlacentia. Tuve que quedarme alldurante la batalla del Trebia.

 —Recuerdo bien Victumulaeseñor. Fue saqueada por el ejércitode Aníbal después de Trebiauviste suerte de sobrevivir.

El centurión hizo una mueca de

Page 672: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 672/1720

desagrado al oír sus palabras.«¿Qué he dicho? ¿Por qué no le

ha gustado el comentario?», sepreguntó Quintus, sorprendidoEntonces trató de remediar lasituación.

 —Fortuna debió de sonreírteseñor, lo mismo que nos sonrió anosotros en el puerto de Siracusa.

La expresión del centurión sesuavizó un poco. —Es una diosa caprichosa, per

decidió favorecerme cuando cayóVictumulae.

 —¿Has estado luchando contros galos desde entonces, señor?

 —Sí, unos salvajes repugnantes

Page 673: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 673/1720

Será un cambio agradableenfrentarme a los siracusanos. Poo que he oído, quizá tenga laoportunidad de matar también aalgún gugga. Eso me causaría unaenorme satisfacción —señaló e

centurión, al que se le habíaluminado los ojos al pensarlo.

 —A mí también, señor —afirmó

vehemente Quintus, que pensó queno era necesario mencionar quetambién había disfrutado detiempo dedicado a construir el murocircundante.

 —¡Pera!El centurión miró hacia abajo

Quintus también, donde había u

Page 674: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 674/1720

centurión a caballo junto a otramontura, seguramente la de Pera.

 —¿Qué sucede? —preguntóPera.

 —Te he estado buscando potodas partes. Marcelo nos ha

convocado a una reunión en ecuartel general al atardecer. Serámejor que nos preparemos, ¿no?

 —¡Sí!Sin media palabra a QuintusPera se dispuso a bajar la escalera.

El centurión parecía un huesoduro de roer, pensó Quintus. Nosabía por qué, pero Pera no lehabía caído bien.

Urceus se le acercó antes de que

Page 675: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 675/1720

Pera llegara a reunirse con sucamarada.

 —¿Qué quería? —Lo habitual: ver Siracusa. —¿Es nuevo? —Sí. Ha venido con su unidad de

a Galia Cisalpina. Se perdió Trebiay creo que no lo lleva muy bien.

En ese preciso instante Pera

evantó la mirada y a Quintus se leencogió el estómago. «¡MierdaEspero que no me haya oído!»

 —¡Hermosa montura, señor! —exclamó a modo de distraccióseñalando el caballo negro con umechón blanco en un espolón.

 —¿Qué va a saber de caballo

Page 676: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 676/1720

un simple hastatus como tú? —replicó Pera con desdén.

Herido en su orgullo, Quintunotó la rabia a punto de estallar esu interior. Había aprendido amontar de niño y probablemente —

o más seguro— es que Pera noQuintus había decidido hacersesoldado de infantería por decisió

propia, pero, a veces, como en esaocasión, le fastidiaba no podeexplicarlo.

 —Me crie rodeado de caballosseñor —respondió Quintus sipensar.

 —¿Sabes montar? — preguntó

Pera, incrédulo.

Page 677: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 677/1720

Quintus percibió la mirada deUrceus fija en él y sabía que samigo le estaba gritando en silencioque pusiera fin a la conversaciónpero el diablo se apoderó deQuintus. «A la mierda con Pera. E

un capullo arrogante.» —Sí, señor. Y se me da bien.Pera miró a su compañero y

soltó una risita. —¿Has oído eso? Nos hemotopado con el único hastatus deeste mundo que debería estar en lacaballería.

El segundo centurión rio. —¡Menudo hallazgo! Deberíai

hacer una carrera.

Page 678: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 678/1720

 —¡Buena idea! —Pera alzó lavista a Quintus—. ¿Qué te pareceú y yo, esta noche. Gaius te

prestará su alazán, ¿verdad? —¡Claro! —exclamó el segundo

centurión.

 —Te lo agradezco, señor, perono puedo —contestó Quintus, quesentía que la situación se le estaba

escapando de las manos.Pera endureció la expresión. —¿Por qué no? —Un soldado raso no puede

competir contra un centurión, seño—respondió Quintus nervioso.

 —Desde luego que puede si se

trata de una orden —rugió Pera—

Page 679: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 679/1720

¿Quieres que hable con tcenturión?

Quintus pensó que Coramandaría a Pera a hacer puñetas yen tal caso, se sentiría como uniño cuyo padre protege de u

abusón. Una vez más, sucumbió aorgullo.

 —No hace falta, señor. Acepto e

desafío. —¡Crespo! ¿Te has vuelto loco—susurró Urceus.

 —Nos vemos aquí, entonces. Afinal de la segunda guardiaPodemos hacer la carrera al otroado del muro.

 —Muy bien, señor —respondió

Page 680: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 680/1720

Quintus, de pronto consciente de lamprudencia de su decisiómientras contemplaba a los docenturiones alejarse bromeandoentre sí.

 —¡Eres un maldito idiota! —saltó

Urceus—. ¿En qué estabapensando?

 —¿Y él quién se cree que es? —

replicó Quintus enfadado—. Mpadre me colocó sobre el lomo deun caballo antes de saber andarSeguro que le hago morder epolvo.

 —¡Seguro que puedes, pero noo harás! Salvo que seas más tonto

de lo que pienso. ¡Es un centurión

Page 681: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 681/1720

ú y yo no somos nadie a su lado. —Urceus tiene razón —opinó

Mattheus, que acababa de llegar—Si le ganas, te amargará la vida.

Marius murmuró su acuerdo.Furioso, y muy a su pesar

Quintus asintió. —Tenéis razón.Hacer frente a Pera había sido

muy impetuoso por su parteendría que dejar ganar acenturión. Por un momento searrepintió de haber abandonado sprivilegiada posición de ecuestrecuatro años antes, pero earrepentimiento solo duró uno

segundos. «Si me hubiera quedado

Page 682: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 682/1720

en la caballería, no estaría con micamaradas ni con Corax. Ellos socompensación más que suficiente.Pensó con amargura en la carreraNo solo tendría que dejarse ganarsino que tendría que soportar que

Pera le humillara.Quintus se maldijo a sí mismo

por no saber mantener la boca

cerrada.

 —¿Preparados? —preguntó

Gaius, el centurión queacompañaba a Pera.

 Ya era de noche y las

fortificaciones romanas brillaban a

Page 683: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 683/1720

a luz de la luna. Si se prestaba lasuficiente atención, era posiblevislumbrar a los centinelapaseando de un lado a otro demuro y oír los sonidos nocturnos deos demás campamentos: e

relincho de los caballos, las vocede los hombres y alguna carcajadaocasional.

Quintus asintió. Montado en ecaballo de Gaius, un hermosoalazán de magnífica crin, tenía laboca seca de la tensión.

 —Más que preparado —respondió Pera con tono burlónsentado sobre su caballo negro a

diez pasos de Quintus.

Page 684: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 684/1720

 —Según lo acordado, tenéis qucabalgar hasta la antorcha, queestá a unos quinientos pasosrodearla y volver. El primero quecruce la meta gana —explicó Gaiuseñalando con la espada una línea

dibujada en el suelo—. ¿Deacuerdo?

 —¡Sí! —respondieron ambo

inetes. —Entonces, a la de tres —dijoGaius.

Era una noche hermosa, pensóQuintus. Fresca, pero no fría. Siviento. El cielo estaba despejado, a luna, radiante. El terreno era

muy llano. Había repasado antes la

Page 685: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 685/1720

zona y solo había unos pocopuntos donde el caballo podíatropezar y romperse una pata. Eraun lugar perfecto para una carreraclandestina. Como era de prever, lanoticia se difundió con rapidez

más de un centenar de soldados sehabía congregado para seguirlaAunque este tipo de actividade

estaban prohibidas —sobre todoporque se desarrollaban al otro ladodel muro—, había varios oficiales dnfantería presentes: optionestesserarii y centuriones. A Quintue pareció ver a Corax entre ellos, erostro oculto por una capucha. No

sabía si sentirse aliviado o

Page 686: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 686/1720

preocupado de que su centurión noe hubiera impedido participar en lacarrera.

 Varios hombres se movían entrea muchedumbre ofreciendoapuestas. Si Pera no hubiera sido s

contrincante, Quintus hubiera dadoa Urceus todo su dinero para que loapostara en él, el humilde hastatu

que se enfrentaba a todo ucenturión. Evidentemente, no lohabía hecho. En lugar de ellocorrería como si fuera a ganarpero, cuando se aproximara a lameta, perdería. Vencer a Pera leconcedería un momento de gloria

pero tener a un centurión de

Page 687: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 687/1720

enemigo era muy peligroso«¡Mierda! ¿Por qué había tenidoque hablar?»

 —Uno —anunció Gaius.Quintus se inclinó hacia delante

para acariciar la cara del caballo

Había tenido la oportunidad detratarlo un poco antes y era uanimal tranquilo. Aunque hubiera

querido ganar, no estaba seguro deque el alazán hubiera podidosuperar al corcel negro de Pera, quaparentaba ser muy rápido.

 —Hazlo lo mejor que puedas —susurró—. No te caigas ni hagadaño o tendré que rendirle cuenta

a tu dueño.

Page 688: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 688/1720

 —Dos.Quintus miró a Pera, que le

dedicó un improperio silencioso. Agual que Quintus, el centurión ibavestido con una ligera túnica deana con cinturón. Además, llevaba

una fusta en la mano derecha, unstrumento que a Quintus jamás lehabía gustado usar.

 —¡Tres! A pesar de que los camaradade Quintus habían rogado a loespectadores que guardarasilencio, estos clamaroentusiasmados. Quintus esperó quea carrera no fuera descubierta po

un oficial superior que no estuviera

Page 689: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 689/1720

al corriente de su celebraciónQuintus guio a su montura hacia laantorcha y Pera, que ya estabautilizando la fusta contra los flancode su caballo, lo adelantó con unamirada triunfante.

 —¡Vamos! ¡No podemos dejaque se salga con la suya! —murmuró Quintus sacudiendo la

riendas. Para su sorpresa, el caballorespondió con alegría y fueadquiriendo velocidad poco a pocoA mitad del trayecto, la distanciaentre los dos ya se había reducidoLa antorcha era cada vez mávisible, su llama oscilante con la

brisa. La malicia volvió a hace

Page 690: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 690/1720

presa de Quintus y sonrió. Tampocopasaría nada si asustaba un poco aPera, ¿no? El centurión iba a acabaganando de todos modos.

 —¡Más rápido! —instó al alazá—. Sé que puedes darle alcance

Vamos!El caballo aumentó el ritmo. Era

más rápido de lo que parecía

pensó Quintus extasiado mientranotaba el aire nocturno en laorejas. Sonrió cuando Pera miróhacia atrás alarmado. A cien pasode la antorcha, ya le había dadoalcance. Galoparon lado a lado, apoca distancia entre sí, hacia la

antorcha que marcaba la mitad de

Page 691: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 691/1720

a carrera. Quintus disfrutó viendoa expresión furiosa de Pera. «¿Seha dado cuenta ya de que puedoganarle?», se preguntó.

¡Zas!Quintus oyó el sonido en e

mismo instante que notó el dolor ea mejilla y se echó hacia atrásCasi perdió el equilibrio, pero la

manos en las riendas impidieroque cayera del caballo, que habíafrenado de forma instintiva.

 —¡Pedazo de mierda! —gritóPera—. ¡A ver si escarmientas!

Cuando Quintus recuperó eequilibrio, el centurión ya se estaba

acercando a la antorcha. Se tocó la

Page 692: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 692/1720

mejilla y notó la sangre pegajosaen los dedos. Había tenido clarodesde el principio que Pera queríaganar, pero jamás hubieramaginado que fuera capaz de usaa fusta como arma. Rabioso

Quintus clavó los talones. El caballopareció percibir su deseo de daalcance a Pera e incrementó la

velocidad, los cascos golpeando esuelo con un ritmo hipnóticoQuintus deseó tener una lanza en lamano o poder empujar a Pera yacabar con él.

Pero, a pesar de la rabiaQuintus sabía que una acción así le

supondría la pena de muerte. No

Page 693: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 693/1720

obstante, deseaba ganar la carreray darle una lección en equitación. Ealazán estaba respondiendo bien todavía podía alcanzar a su rivadespués de rodear la antorcha.

Quintus respiró hondo y soltó e

aire poco a poco. La opción devencer a Pera era imposible. Lomejor era seguir cabalgando a bue

ritmo. Haría una buena carrera aceptaría resignado las burlas dePera y sus amigos en la meta. Seríauna experiencia más que despuépodría olvidar para siemprecompartiendo un ánfora de vino cosus compañeros.

Sin embargo, las buena

Page 694: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 694/1720

ntenciones de Quintus seesfumaron segundos despuécuando vio que el centurióaminoraba la marcha y realizaba ugiro cerrado a unos cuarenta pasode la antorcha. Mientras Quintu

todavía se estaba acercando a laantorcha, Pera ya estaba galopandohacia la meta

 —¡EH! —chilló Quintusndignado—. ¡No puedes hacer eso! —¡Nadie me ha visto! —replic

Pera.Quintus volvió a sentir un deseo

rrefrenable de ganar. —¡Arre! —instó al alazán—

Vamos!

Page 695: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 695/1720

El caballo cabalgó más rápidoque nunca hacia la antorcha y no searredró cuando lo obligó a girar tacerca de la llama que podía notarssu calor incómodo. A quinientopasos se encontraba la meta donde

esperaban Gaius y loespectadores. Quintus buscó a Peramás adelante y lo vio en la

distancia. —Está muy lejos, valiente —dijoa su montura, que había empezadoa recuperar la velocidad perdida eel giro—. No sé si puedes darlealcance, pero si lo consigues, tedaré la hierba más dulce de Sicilia

una bolsa de manzanas. ¿Te ves

Page 696: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 696/1720

capaz?El caballo se dio al galope

Quintus disfrutó del momento. ¡Smontura quería ganar! El joveapretó los muslos contra locostados del alazán y se inclinó

hacia delante como solía hacer deniño cuando hacía carreras con spadre en los extensos prado

cercanos a la granja, pero jamáhabía deseado ganar ninguna deesas carreras tanto como deseabaganar esta. Los minutos siguienteduraron una eternidad.

Quintus percibió el calor decaballo bajo su cuerpo, s

respiración rápida, los cascos contra

Page 697: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 697/1720

el suelo; la luna y las estrellaluminando el cielo; el perfil oscurode la fortificación a su izquierda; lauces que parpadeaban en la lejaníaen las murallas de Siracusa. Ysobre todo, la figura cada vez má

cercana de Pera. «¡Cabrón!»De todos modos, por mucho que

se acercara al centurión, le llevaba

demasiada ventaja. Por muy bienque respondiera el alazán, no eraPegaso. Quintus no sabía ladistancia que quedaba, pero seguroque menos de la mitad del tramode vuelta y Pera estaba al menos aunos sesenta o setenta pasos po

delante. «¡A la mierda con él!» N

Page 698: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 698/1720

siquiera podría acusarlo detramposo. La palabra de uhastatus contra la de un oficiasuperior no contaba para nadaPera ganaría la carrera.

Quintus siguió cabalgando a

toda velocidad, disfrutando de lasinergia con el caballo, algo que nohabía experimentado desde su

tiempos en la caballería. Se diocuenta de lo mucho que habíaechado de menos esa sensaciónPor mucho que le gustara estarodeado de sus camaradas al entraen el campo de batalla, no era lomismo que cabalgar a todo galope

Si cerraba los ojos, imaginaba a

Page 699: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 699/1720

Calatinus y al resto de sus antiguocompañeros y sentía el temblor desuelo bajo el peso de centenares dcaballos.

Un sonido extraño hizo queabriera los ojos de nuevo

Parpadeó. La figura de Pera, tanvisible unos segundos antes graciaa la luz de las antorchas de lo

espectadores, había desaparecidode su vista. No tardó en adivinar loque había pasado: su caballo habíatropezado y se había caído en unade las zonas de terreno irregularCuando pasó por su lado, oyó acenturión maldecir a su montura

que luchaba para ponerse en pie.

Page 700: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 700/1720

 —¡Arriba! ¡Jodida mula inútil! —chilló mientras lo fustigaba.

El centurión no había hecho ureconocimiento previo del terreno«Aminora el paso —aconsejó aQuintus su lado más prudente—

deja que Pera te adelante. Él debeganar, no tú.» El viento le acaricióel corte en la mejilla y sintió e

dolor en toda la cara y el cuelloAunque era consciente de que teníatodas las de perder contra Pera posu rango superior, Quintus no pudoresistir la tentación de ganar. Paraograr la victoria no tenía que hacenada, simplemente dejar que e

alazán corriera a su libre albedrío

Page 701: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 701/1720

Echó un último vistazo atrás y vioque Pera todavía estaba intentandomontar de nuevo. Quintus dejó quesu montura hiciera lo que quisieraY, al cabo de unos segundosconsiguió su venganza. Cruzó la

ínea de meta dibujada en el suelopor Gaius y fue aclamado covítores entusiastas por los soldado

rasos. Quintus disfrutó un momentode la ovación antes de detenerse ydesmontar.

 —Buen trabajo, chico, buetrabajo —dijo dando unapalmaditas al cuello de su montura

Quintus deseaba acercarse a

saludar a sus amigos, que gritaba

Page 702: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 702/1720

CRES-PO, CRES-PO, CRES-PO  a voz ecuello, era obvio que algunohabían apostado por él aun asabiendas de que intentaría perderpero en la meta le esperaba Gaiusel juez.

 —Tienes un buen caballo, señore agradezco que me hayas dejado

montarlo.

 —No estoy seguro de que Peravaya a estar tan contento conmigopero los que han apostado por testán encantados. Sea como seahas hecho una gran carrera.

 —Gracias, señor. —¿El caballo de Pera ha

tropezado?

Page 703: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 703/1720

 —Sí, señor, ha tropezado en unarregularidad del terreno. —Quintupensó que no valía la pena explicaque el centurión había hechotrampa.

 —Si no llega a ser por eso...

 —¡Maldito tramposo! —espetóPera, que, surgido de la oscuridadcabalgó hacia Quintus.

E l hastatus tuvo que apartarsede su camino para evitar searrollado, y Gaius también.

¡Zas!Pera arreó a Quintus con la

fusta, que le alcanzó en lohombros.

El joven gritó de dolor y dio uno

Page 704: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 704/1720

pasos atrás. El alazán relinchó y seencabritó. Quintus tuvo que agarraas riendas con fuerza para evitaque huyera.

Los espectadores guardaron usilencio sorprendido.

 —¡Aprehended a ese pedazo demierda! ¡Le voy a dar una paliza demuerte! —ordenó Pera a lo

soldados que tenía más cerca ecuanto desmontó.Cuatro hombres se acercaron a

Quintus, que se planteó pelear ohuir, pero pensó que no le serviríade nada. Se le cerró la garganta derabia, impotencia y miedo. Nada de

o que dijera o hiciera serviría de

Page 705: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 705/1720

nada. La paliza lo lisiaría de povida. ¿Por qué no había mantenidoa boca cerrada?

Gaius frunció el ceño. —Un momento, Pera. El hastatu

ha sido el primero en cruzar la línea

de meta. Ha ganado él. —¡Ha ganado porque...! —

empezó a decir Pera con la cara

roja de rabia. —¡Un momento! —interrumpióuna voz en la oscuridad.

Todos se volvieron hacia eencapuchado que llegaba de lazona de la antorcha. El hombre sedetuvo ante Gaius y Crespo y se

quitó la capucha. Era Corax

Page 706: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 706/1720

Quintus sintió un atisbo deesperanza.

 —Crespo ha ganado porque tcaballo ha tropezado. Hasta esepunto, ibais muy igualados —explicó Corax—. Al menos eso he

visto yo desde mi posición.Pera abrió y cerró la boca

furioso, incapaz de decir nada.

 —¿Y dónde estabas tú? —vocalizó por fin. —Por ahí —respondió Corax con

un gesto vago de la mano—. Es unapena que tu caballo tropezaraporque era una carrera mugualada.

Quintus se esforzó en contene

Page 707: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 707/1720

su sorpresa a la vez que su iraCorax había visto a Pera hacetrampas, estaba seguro de ello¿Por qué si no había vueltocorriendo a la meta? Aunque eramuy positivo que lo defendiera

¿por qué no explicaba también loque había hecho Pera?

 —Yo he visto lo mismo desde

aquí —afirmó Gaius aliviado—aunque debo decir que no es eresultado que esperábamos. Teníasque ganar tú, Pera.

 —¡Por supuesto!«No es cierto, jodido tramposo

—pensó Quintus—. Yo te había

ganado mucho antes de que

Page 708: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 708/1720

tropezara tu caballo.» —Los dioses pueden ser mu

caprichosos —sentenció Gaius. —Y no somos nadie para juzga

sus decisiones divinas —agregóCorax.

Pera murmuró una obscenidad yparecía a punto de lanzar máacusaciones, pero miró a Corax

guardó silencio.Gaius ordenó a los soldados quese dispersaran.

 —Vamos, Pera —dijo Gaius—. Tenvito a unas copas de vino.

Consciente de que Pera loestaba fulminando con la mirada

Quintus evitó levantar la vista.

Page 709: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 709/1720

 —¿Y por qué has tenido qudejar el alazán a esa rata inmunda—Quintus oyó que Pera preguntabaa Gaius mientras se alejaban—endrías que haberle prestado e

otro caballo.

En cuanto Pera se hubo alejadoo bastante para no oírlo, Quintuse volvió hacia Corax.

 —¿Has visto lo que pasó en laantorcha, señor? —Lo he visto, sí. —¡Pera ha hecho trampas

señor! ¡Giró mucho antes de lamitad! Si su caballo no hubieratropezado, ¡habría ganado co

trampas!

Page 710: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 710/1720

 —Lo sé. —¿Y por qué no has dicho nada

señor? —protestó Quintus, que yasabía la respuesta antes depreguntar.

Corax le dio un empellón en e

pecho. —¡Cuidado con lo que dices

odo este lío es culpa de tu

nmensa estupidez. ¿Cómo se teocurre retar a un centurión¿Realmente quieres que alguiecomo Pera sepa que eres de origennoble?

Quintus hacía tiempo que sepreguntaba si Corax sospechaba la

verdad sobre él, pero oírselo deci

Page 711: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 711/1720

en voz alta lo pilló por sorpresa. —¿Tú lo sabes, señor?Corax soltó un bufido burlón.

 —Después de tanto tiempo amis órdenes, lo tengo más claroque el agua. Tu acento te delató

desde el principio, al igual que tuademanes, por mucho quententaras actuar como los demás

Además, hablas griego y sabes algode estrategia militar. Y, para colmo,sabes montar a caballo. ¿Qué otracosa podrías ser sino un ecuestre—respondió Corax divertido—Cierra la boca, soldado, que te va aentrar una mosca.

 —¿Se lo has dicho a alguien

Page 712: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 712/1720

señor? —Tus razones tendrás para

querer servir con los hastatCrespo. A menos que hayas matadoa alguien... —Quintus comenzó aprotestar, pero Corax le interrumpió

con un gesto de la mano quendicaba que ya sabía que larespuesta era negativa—, yo no

puedo, ni nadie puede, impedírteloAdemás, eres un buen soldado, unde los mejores de mi manípulo, y tnecesito.

 —No sé qué decir, señor. —Pues no digas nada, Crespo

Aunque supongo que no es t

verdadero nombre, ¿verdad?

Page 713: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 713/1720

 —No, señor. Me llamo...Corax se llevó un dedo a lo

abios. —Es mejor que no lo sepa, as

podré negar que te conozco salguien viene preguntado por t

algún día. —Eso no sucederá, señor —

replicó Quintus, apesadumbrado—

Mi padre murió en Cannae. —Lo siento —dijo Corax—, perono pienses que nadie te descubriráHoy te has esforzado mucho edemostrarle a Pera que eres decuna noble.

 —Lo siento, señor —se disculpó

Quintus, avergonzado.

Page 714: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 714/1720

 —Lo hecho, hecho está. Puedeestar contento de haberte libradode una buena paliza, o peor. Y tencuidado con Pera de ahora enadelante. Jamás te perdonará lo deesta noche, por mucho que fuera

una victoria justa. Por cierto¿sabías que está emparentado coMarcelo?

 —No, señor —respondió Quintussorprendido. —Según tengo entendido, es u

pariente lejano, pero eso nosignifica que no pueda hablarle made ti.

Quintus estaba seguro de que

mplícitamente, Corax también le

Page 715: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 715/1720

estaba diciendo que él, como scomandante, no deseaba ser el focode atención de las instanciasuperiores.

 —Si lo sabías, señor, ¿por quéno me ordenaste que me apeara d

a carrera? Si me lo hubieraordenado, habría obedecido.

 —No eres el único al que le

gustan los desafíos —respondióCorax con los ojos encendidos. —No, señor —murmuró Quintus

sintiéndose de nuevo orgulloso deque Corax fuera su centurión—¿Puedo irme, señor?

 —Sí, pero mañana por la

mañana pasa por mi tienda.

Page 716: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 716/1720

 —¿Señor?Para su sorpresa, Corax le guiñó

un ojo. —Hoy todos los pronóstico

estaban en tu contra, pero penséque era mi deber apoyar a uno de

mis hombres. Desconozco la cifraexacta, pero dentro de poco mepagarán más de cuatrociento

denarii. Diez son para ti. —¡Gracias, señor! A pesar de que Corax le ofrecía

una ínfima parte de sus gananciasQuintus se sintió más animadoambién le sirvió de consolación lamagen de Pera rabioso al saberse

vencido. ¿Qué más daba si era

Page 717: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 717/1720

primo tercero de Marcelo? Era ecenturión de otra unidad y no teníapoder alguno sobre él ni sobre lohombres de Corax.

 —Vete, ya. Ve en busca de tuscompañeros. Seguro que querrá

gastar parte de sus gananciacontigo.

Quintus saludó a su centurión

se encaminó hacia la puerta.

Page 718: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 718/1720

11

11

 —¿Señora? —resonó la voz deElira en el dormitorio.

 Aurelia apenas la oyó. Tenía lavista clavada en la cama, dondeyacía la pequeña figura encogida de

Publius. Se inclinó sobre él, le

Page 719: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 719/1720

acarició el cabello húmedo de lafrente e intentó convencerse de quea causa de la oscura tonalidadmorada de su piel era el calor. Lafresca brisa que solía llegar apalacio por las noches se resistía a

hacer acto de presencia ese día. Stodavía estuvieran en Roma y nohubiera decidido emprender el viaje

al sur, no hubiera pasado nada deesto. «¡Para ya! ¡Debes mantenertefuerte para Publius!»

 —Te pondrás bien, cariñoPronto estarás mejor.

 —Señora —repitió Elira, esta vesacudiéndole el hombro.

 —¿Ha llegado el médico? —

Page 720: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 720/1720

preguntó ausente. —No, señora. Dijo que no

regresaría hasta mañana¿recuerda?

 —Pero la medicina que le hadado a Publius no ha funcionado.

 —Es la mejor medicina qutiene. La malaria es muy difícil detratar, señora, sobre todo en los

niños —añadió Elira con sumadelicadeza.Por enésima vez, Aurelia miró en

derredor en el cómodo dormitorioen busca de una salida. Junto con esalón de estar y la letrina, ese eratodo su mundo. Su prisión. Excepto

as veces que Hipócrates la llamaba

Page 721: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 721/1720

a su lado. Por fortuna, su lasciviaestaba concentrada en esomomentos en Elira. Con Publius taenfermo, Aurelia no hubiera podidoentretenerlo como antes.

Publius tosió y Aurelia regresó a

presente. —Tráeme un paño húmedo. —Ahora mismo —respondió

solícita Elira.Cuando volvió, Publius se habíaorinado encima. Una gran manchase extendía por la sábana rodeaba la parte inferior de scuerpo. Sin mediar palabracambiaron la sábana y le lavaron

Al quedar su cuerpo descubierto

Page 722: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 722/1720

era imposible pasar por alto eefecto que la malaria había tenidosobre él. Se había quedado en lohuesos y la tonalidad amarillentade su piel no era nada ecomparación con el amarillo de

blanco de sus ojos. A pesar de lapruebas evidentes y de la miradapreocupada de Elira, Aurelia

prefería no enfrentarse a la realidady pensar que Publius se recuperaría —Sé que es un momento difíci

señora, pero necesito hablacontigo.

Por fin el inusual tono severo deElira logró penetrar en la mente

aturdida de Aurelia.

Page 723: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 723/1720

 —¿Qué pasa? —Esta mañana he recibido otr

mensaje.«Hanno.»

 —¿En la panadería? —Sí. Era un soldado, como la

última vez, y también le entreguétu respuesta a la primera carta.

 Aurelia tomó el pequeño

pergamino enrollado que le ofrecíaElira con manos temblorosas. Teníaa sensación de que había pasadouna eternidad desde que recibió eprimer mensaje tras el encuentrocasual con Hanno. Aunque en smisiva no le había ofrecido ninguna

solución —Hanno le decía que

Page 724: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 724/1720

estaba planificando su rescate coun amigo—, el mensaje le habíaayudado a seguir adelante. Este erael segundo mensaje, que llegabados semanas después del anterior¿Podría Hanno enviarle otro médico

para Publius? Descartó la idea en eacto. Era tan imposible que lepudiera enviar a un médico como

sacar a tres personas de palacioatravesando sus paredes. Aurelia sesentía desesperada, pero no debíarendirse, se repetía a sí misma. Esacarta era una prueba de que lodioses no la habían abandonado pocompleto. Lograrían escapar. De un

modo u otro lo conseguirían

Page 725: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 725/1720

Rompió el lacre de la segunda cartay desenrolló el pergamino.

«Para Aurelia: Mis saludos y midisculpas por la larga demora eenviar esta segunda misiva, pero mamigo tiene pocos soldados en lo

que pueda confiar la misión deentregar un mensaje a Elira. Ruegoa los dioses que estés bien y que

estés resistiendo lo mejor quepuedas.» Aurelia miró a Publiusque respiraba con gran dificultad, un dolor agudo le atravesó ecorazón.

«Siento decirte que todavíaestamos buscando la manera de

rescataros a ti, a tu hijo y a Elira

Page 726: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 726/1720

En palacio no podemos hacer usode la fuerza ni tampoco desubterfugios debido a la cantidadde guardias que hay. Sencontráramos la manera de quelegarais hasta la ciudad, mi amigo

asegura que podría ayudaros aescapar.»

 Aurelia leyó por encima el resto

de la carta hasta la firma de HannoLe decía que no se diera povencida, que los dioses laprotegerían y que pronto volveríaa verse, pero Aurelia había perdidotoda esperanza. Publius estabagravemente enfermo y jamá

saldrían de ese palacio. Estaría a la

Page 727: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 727/1720

merced de Hipócrates hasta que secansara de ella y, después, deAgathocles, con quien ya se habíavisto obligada a copular una vez deforma apresurada. Desolada, dejóque las lágrimas que tantas vece

amenazaban con salir rodaran posus mejillas.

 —¿Qué dice la carta, señora

¿Son malas noticias? Aurelia se enjugó las lágrimas. —No, no son malas noticias

Simplemente todo sigue iguaHanno no ha encontrado todavía lamanera de sacarnos de aquí, perodice que no perdamos la esperanza

 —¡Eso es fácil de decir para él

Page 728: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 728/1720

—espetó Elira—. l no tiene quacostarse con Hipócrates cadanoche.

 —Hace lo que puede.La indignación de Elira se tornó

en congoja.

 —Lo sé, señora, pero es muduro estar esperando de formandefinida.

En lugar de mejorar comoesperaba Aurelia, el estado de

Publius empeoró de forma notableEn las siguientes horas la fiebreaumentó tanto que su cuerpo ardía

al tacto. Después comenzaron la

Page 729: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 729/1720

convulsiones, unos espasmoterribles de las extremidades queaterrorizaron a las mujeres. Posuerte el médico les había avisadoDe lo contrario, hubiera pensadoque su hijo estaba poseído por e

demonio. Aurelia sabía que debíabajarle la temperatura corporapero, como no tenían hielo, tuvo

que conformarse con bañarlerepetidamente en agua fría. Cuandocesaron las convulsiones, Aureliapensó que se produciría unamejoría, pero en lugar de elloPublius cayó inconsciente. Al pocorato le salió un morado en una zon

de la rodilla que se había golpeado

Page 730: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 730/1720

durante las convulsiones, como ssangrara bajo la piel. Llegados aese punto, Aurelia se olvidó de laprudencia y se dirigió a uno de loguardias de la puerta. Dispuesta ahacer cualquier cosa, se sintió

aliviada cuando el guardia accedióde inmediato a solicitar un médicopara su hijo gravemente enfermo

Aurelia estaba convencida de que laayudaba por la simpatía natural quenspiraba Publius, que siempreseguía con atención y admiracióos movimientos de los guardiasanto era así, que muchos guardias

habían sucumbido a su encanto y le

levaban de vez en cuando cosas de

Page 731: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 731/1720

comer e incluso juguetes.El mal humor del médico por la

hora a la que había sido citado sedisipó en cuanto vio a Publius.

 —¿Por qué no me has llamadoantes? —preguntó antes de suspira

—. No hace falta que respondasExplícame cómo ha ido todo.

El médico pidió más luz y se

arrodilló junto a la cama mientraescuchaba las explicaciones deAurelia. Exploró a Publius codetenimiento: primero puso la orejaen su pecho para escuchar larespiración, después comprobó epulso y el color de las encías y

finalmente, levantó los párpado

Page 732: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 732/1720

Page 733: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 733/1720

e propinaban un puñetazo en evientre. Soltó un grito ahogado cayó de rodillas.

 —¿Qué quieres decir? —Aureliaoyó que preguntaba Elira.

 —Es un caso típico de malaria

grave. Fiebre alta, convulsiones otros síntomas nerviosos. Supongoque entró en coma después de la

convulsiones. La marca que tieneen la rodilla significa que la sangreno coagula bien y, por lo que mehas explicado sobre la orinasospecho que los riñones hadejado de funcionar.

 Aurelia era incapaz de hablar

Miró a Publius, luego al médico y

Page 734: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 734/1720

después a Publius otra vez.Cuando volvió a mirar al médico

su expresión se había suavizadotodavía más.

 —Me temo que tu hijo se estámuriendo. No puedo hacer nada.

 —¿Muriendo? —repitió. —Sí. Jamás he visto a un adulto

recuperarse después de esta fase

mucho menos a un niño. Lo siento. —¿Tardará mucho en irse?El médico negó con la cabeza

Desolada, Aurelia apenas notó lamano que le posó en el hombroantes de marcharse.

 Aurelia se tumbó en la cama

abrazó a Publius. Le vino a la

Page 735: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 735/1720

cabeza una canción de cuna, unaque solía cantarle cuando erapequeño. Empezó a canturrearlauna y otra vez hasta que le cedió lavoz y simplemente tarareó lamelodía. Le embargó una pena

nconmensurable y la sábana prontacabó empapada de lágrimasAparte de alguna respiració

profunda, Publius no se movíaAurelia agradeció que no sufriera se imaginó que se había quedadodormido después de que ella leconsolara tras despertarse por udolor de barriga. Inmersa en sfantasía, se quedó dormida.

Page 736: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 736/1720

Cuando se despertó, su intuicióde madre le dijo que Publius sehabía ido. Con una ternura infinitae apoyó la cabeza sobre laalmohada. Tenía los ojosentreabiertos, pero su tez ya no

tenía el color enrojecido de antessino la tonalidad grisácea de lamuerte recién acontecida. Aurelia

posó un dedo sobre el cuello de shijo y contó hasta veinte, pero nopercibió ninguna pulsación. Aunqueya era un poco tarde para ello, posósus labios sobre los de Publius paraque el alma pudiera dejar ecuerpo.

 —Perdóname, cariño mío —

Page 737: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 737/1720

susurró—. Que los dioses teconcedan un feliz pasaje al otroado y que reserven su castigo paramí.

 —Se ha ido. Aurelia levantó la vista. Elir

tenía las mejillas cubiertas deágrimas.

 —Sí —respondió sin fuerzas.

 —Que los dioses le bendigan y leacojan en su seno. Era un niñomaravilloso —murmuró Elira con uhilo de voz.

 —Tenemos que organizar efuneral. No me podrán negar algoasí, ¿verdad? —preguntó Aurelia a

punto de desmoronarse.

Page 738: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 738/1720

 —No lo sé, señora. Pero si te lopermitieran, podría ser nuestraoportunidad de escapar.

 Aurelia tardó un instante easimilar las palabras de Elira.

 —¿Quieres decir si nos deja

salir de palacio? —Sí, señora. ¿Podrías escribi

ahora la respuesta a Hanno? E

soldado me dijo que volvería aestar hoy en la panadería. Puedopersuadir al guardia para que mepermita salir. Si informamos aHanno acerca del funeral, quizápueda hacer algo.

 —Pero no sabemos cuándo no

permitirán celebrarlo.

Page 739: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 739/1720

 —Lo sé, señora, pero es mejoque Hanno disponga de esanformación, ¿no?

En esos momentos Aurelia nopensaba ni en la huida ni en HannoSolo pensaba en Publius y en lo

mucho que lo echaría de menospero a la vez era consciente de queesa podía ser su primera y única

ocasión de escapar. Debía pensaen Elira, pues no era justocondenarla a una vida deprostitución. Aurelia respiró hondo se obligó a sí misma a pensar en efuturo.

 —Muy bien, ahora le escribo.

Page 740: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 740/1720

12

12

Tras haberlo comentado conKleitos, esa mañana Hanno había

decidido sustituir al soldado de lapanadería.

 —Tiene sentido cambiar de

persona —argumentó—. Alguie

Page 741: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 741/1720

puede recordar a tu hombre deayer.

Por eso Hanno se hallaba enesos momentos a unos pasos de lapanadería con una hogaza calienteen la mano. Era un placer pode

comer pan recién hecho. Pocacosas sabían mejor.

Sin embargo, el placer del pa

no disipó sus nervios. Hanno sehabía mostrado muy seguro de smismo ante Kleitos, pero era difícactuar con normalidad y estapendiente al mismo tiempo de loque sucedía a uno y otro lado de lacalle para detectar posible

problemas. Por fortuna, no parecía

Page 742: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 742/1720

haber nada de qué preocuparseVarias amas de casa se habíancongregado ante la puerta de lapanadería y algunos esclavos quehabían sido enviados a comprar epan aprovecharon la oportunidad

para saltarse la cola. Un joven bievestido salió de la tienda con unabolsa llena de hogazas y dos perro

callejeros husmeaban el suelo ebusca de las cortezas que se lecaían a los clientes al comer lo quehabían comprado.

Transcurrieron las horas y lascolas de primera hora de la mañandesaparecieron. Para evitar llama

a atención, se sentó en la barra

Page 743: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 743/1720

exterior de una taberna que habíaen la plaza de enfrente. Pasótotalmente desapercibido cuandoocupó un taburete fuera y pidió unacopa de vino. Pasó una hora y pidióuna segunda copa. Después de otra

hora y una tercera copa sin señade Elira, Hanno comenzó apreocuparse. ¿Habría pasado algo

Quizás Aurelia se había puestoenferma y Elira tenía que cuidar deella. Para distraerse, Hanno fue avaciar la vejiga en la zona que lataberna había habilitado a taefecto: una sección de la pared quedaba a un pequeño callejón. Como

era habitual, había pintadas e

Page 744: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 744/1720

todos los ladrillos. Hanno sonrióEran los mensajes habituales: «Aquse caga muy bien»; «Eumenes amaa Agape» o «Las putas de estataberna tienen sífilis».

De nuevo en su sitio, continuó

observando a todos los queentraban y salían de la panaderíaPara su sorpresa, vio a Elira que

salía con una bolsa voluminosaEstaba más delgada de lo querecordaba y tenía la expresiótriste, con líneas marcadas de lanariz a las comisuras de los labiosHanno apuró la copa y se apresuróa seguirla.

Cuando se hallaba a tres paso

Page 745: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 745/1720

de ella, pronunció su nombre. —Elira.Sorprendida, la esclava dio

media vuelta y casi soltó la bolsa areconocerlo.

 —Qué sorpresa —murmuró.

 —Sigue caminando. —Hanno sepuso a su lado—. ¿Cómo estáAurelia?

 —No está bien, señor. Su hijoPublius... ha fallecido. —¿Qué? ¿Cómo? —Malaria. Ha muerto durante la

noche. —Por todos los dioses, e

terrible. —Hanno albergó

sentimientos encontrados. Por un

Page 746: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 746/1720

ado, era una noticia horrible paraAurelia, pero, por el otro, tendríaque sacar a una persona menos depalacio. Tardó unos segundos endarse cuenta de que quizá no fueranecesario sacarlos—. ¿Le permitirá

celebrar un funeral? —No lo sabemos. Con la ayud

de los dioses y la mía —dijo

poniendo la más seductora de sucaras—, espero que sí.La rabia volvió a hacer presa de

Hanno, que intentó no pensar etodo lo que Elira y Aurelia se habíavisto obligadas a hacer parasobrevivir desde que fuero

capturadas.

Page 747: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 747/1720

 —Si os permiten celebrar efuneral, actuaremos entonces¿Cuándo lo sabréis? —Hanno se diocuenta de lo estúpida que era lapregunta en cuanto la formuló—No lo sabes, claro.

 —No, señor. —No importa. —Kleitos le había

hablado de una banda de niño

callejeros a los que podían recurripara distraer la atención en la calleSeguro que también podíapagarles para que vigilaran lapuertas de palacio—. Cuando sepacuándo será el funeral, intenta ir aa panadería para informarme a m

o a uno de los soldados, pero si te

Page 748: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 748/1720

resultara imposible ir, dile a Aureliaque igualmente estaremos listos.

Elira lo miró asustada. —¿Cómo pensáis rescatarnos? —Eso es cosa nuestra. Vosotra

tenéis que estar preparadas desde

el momento en que crucéis lapuertas de palacio. Se hará lo márápido posible y con un mínimo

derramamiento de sangre —explicócontento de que Elira no oyera lofuertes latidos nerviosos de scorazón—. Dale mis más sinceracondolencias a Aurelia. Dile... —Hanno se interrumpió. ¿Qué podíadecirle que aliviara su pena?—. Dile

que lo siento.

Page 749: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 749/1720

 —Se lo diré, señor. Y prontopodrás decírselo tú mismo —respondió con una sonrisa trémula—. Ahora será mejor que me vayaNo puedo tardar en volver o eguardia empezará a sospechar.

 —Ánimo.Para Hanno fue más duro de lo

que esperaba contemplar a Elira

marcharse para regresar a scautiverio. Se consoló pensandoque ella y Aurelia escaparían en lopróximos días, aunque no tenía ndea de cómo las ocultarían cuandoos soldados de Hipócrates iniciaraa búsqueda.

Page 750: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 750/1720

 —¿Estáis preparados? —preguntó Kleitos, la voamortiguada por el pañuelo que lecubría la cara. Estaba con Hanno un grupo de niños en un callejócercano a una de las puertas de la

ciudad. Ambos habían decidido, en un

apuesta a ciegas, que Aurelia

Elira pasarían por esa puerta con ecadáver de Publius, dado quemuchas tumbas se hallaban en lacarretera que conducía a esaentrada de la ciudad.

 —¡Claro! —exclamó el jefe de lapandilla, un niño de cara ancha

pelo corto al que apodaban Oso.

Page 751: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 751/1720

Sus acólitos asintieron covehemencia. Eran nueve niños coedades comprendidas entre loonce o doce años que debía detener Oso y los seis o siete añossegún calculó Hanno. A primera

vista, no parecían gran cosa, aexcepción de Oso, que era tacorpulento como muchos hombre

adultos. Todos eran muy flacos yvestían harapos, pero su aparienciadaba lugar a engaño. Hanno lohabía visto en plena acción, cuandoatacaron como una manada deobos a un vendedor de quesos queestaba desmontando la parada. E

menos de veinte segundos lo

Page 752: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 752/1720

derribaron, lo dejaron inconscientey le robaron el monedero y toda lamercancía.

 —Decidme otra vez lo que tenéique hacer —ordenó Kleitos.

Oso le dedicó una mirada ta

despectiva que, si hubiera sido unode sus soldados, habría recibidouna buena azotaina.

 —Cuando estén cerca, debemoempujar al medio de la calle ecarro de paja que está aparcado ea plaza de enfrente.

 —Tienen que situarse a unotreinta pasos del callejón —advirtióHanno.

 —Ya lo sé. Nuestro objetivo son

Page 753: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 753/1720

os guardias que vigilan a las domujeres. Tenemos que distraerlos yderribarlos, pero no debemomatarlos.

Hanno pensó que las vidas deesos niños debían ser terribles si a

menos la mitad llevaba cuchillos y aninguno le horrorizaba la idea dematar a alguien.

 —Lo importante es que lamujeres puedan escapar —explicóKleitos—. Debéis distraer a losoldados el máximo tiempo posibley procurar que no os pillen. Si opillaran, estaríais solos.

 —Lo sabemos —replicó Oso co

una sonrisa desdeñosa—. Esa e

Page 754: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 754/1720

una de nuestras reglas. Si algunode nosotros cae en manos de losoldados, no podremos hacer nadapara ayudarle, así que noolvidaremos de él. ¿Verdad, chicos?

 —¡Sí! Antes muertos qu

prisioneros. —Bien —dijo Kleitos, que miró a

Hanno.

 Ambos confiaban en que loniños no fueran capturados. Aunquesiempre habían llevado la caratapada y túnicas discretas en suencuentros con Oso y su bandacorrían el riesgo de que, en el casode ser torturados, los niño

recordaran algún detalle sobre su

Page 755: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 755/1720

personas que pudiera conducir a loguardias a su puerta.

 —¿Qué tienen de especial estamujeres? —preguntó Oso.

 —Os pagamos para no hacepreguntas —respondió Kleito

mostrando un voluminosomonedero de piel. Como su acentonativo no llamaba la atención, é

había sido el encargado de reclutaa los muchachos y negociar coellos. El tintineo de las monedaatrajo la atención de todos como ugato a un ratón herido—. Si todosale bien, habrá una moneda de oropara cada uno de vosotros.

 —Quiero la mitad ahora —exigió

Page 756: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 756/1720

Oso sacando pecho.Sus compinches se agolparon a

su alrededor, algunos con lasmanos en los puñales. «Pequeñocabrones.» Hanno tensó el cuerpoisto para pelear.

 —Conmigo no juegues, niñatoYa te di tres monedas de oro comogesto de buena voluntad. Eso e

más de lo que consigues en un añoentero robando. Tendrás el dinerocuando hayamos acabado, tal como quedamos. Y, si no te gustatú y tus amigos podéis iros anfierno a hacerle compañía aHades.

Oso miró de soslayo a su

Page 757: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 757/1720

compañeros. —Y, si sacáis las armas, la mitad

moriréis en el acto y, el resto, dossegundos después —amenazóKleitos.

Oso clavó la vista primero e

Kleitos y luego en Hanno, que ledevolvieron la mirada con iguantensidad. Al cabo de un instante

el muchacho rio. —Era una broma. El trato siguen pie. Me pagarás en la puerta detemplo de Deméter en Acradinacuando empiece la tercera guardia.

 —Eres más listo de lo qupareces —concedió Kleitos—

Ahora, si queréis ganaros el dinero

Page 758: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 758/1720

será mejor que os esparzáis paraque tengáis tiempo suficiente deavisarnos. Os esperamos aquMantenednos informados.

Oso asintió e hizo una seña aresto de la pandilla para que le

siguiera. —Este niño mierdoso sería capa

de vender su propia alma —

comentó Hanno. —Igual que cualquier maleantede esta ciudad —replicó KleitosHanno sabía que tenía razón.

 —¿Crees que Hipócratecastigará a los guardias? —inquirióotra vez preocupado. Se trataba de

un tema que ya había discutido co

Page 759: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 759/1720

Kleitos en un par de ocasionespuesto que era probable que losoldados que vigilaran a Aurelia Elira fueran inocentes del maltratosufrido por ambas.

 —Recibirán unos azotes, eso

seguro, pero no creo que la cosalegue a más. Un soldado es un biemuy preciado en estos momentos

Además, las monedas que me distees compensarán con creces. Haréque las reciban en secreto, de udonante anónimo.

Dicho eso, se apostaron uno acada lado del callejón, lo más lejoposible de la entrada. Hanno vigiló

un lado y Kleitos, el otro. Había

Page 760: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 760/1720

elegido ese lugar con sumocuidado. Se trataba de un estrechopasadizo repleto de excrementoque solo frecuentaban loencargados de vaciar los orinaleso cual no significaba que no

pudieran ser descubiertos. Dohombres con la cara tapadasiempre llamaban la atención, pero

no querían quitarse los pañuelopor miedo a que los muchachos lereconocieran después. A Hanno lepreocupaba que Aurelia fueraacompañada de muchos soldados oque salieran por otra puerta osimplemente que no vinieran. Tenía

os nervios a flor de piel, pero

Page 761: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 761/1720

como en esos momentos conveníahablar lo mínimo posible, sufrió esilencio.

El hedor de los excrementos y esuelo pegajoso no hicieron nada pomejorar su humor. Hanno pensó en

a habitación que Kleitos habíaalquilado para las mujeres encimade una taberna al oeste de la

ciudad. La noticia de su huidatardaría en llegar a ese barrioHanno esperaba que el propietariode la taberna, un conocido deKleitos que había sido untado cogenerosidad, hiciera caso omiso dea noticia. Kleitos le había dicho que

Aurelia y Elira eran flautistas y qu

Page 762: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 762/1720

necesitaba la habitación para suencuentros ilícitos con él y uamigo (Hanno). Esa parte del platambién era muy arriesgada, ¡todoel plan estaba sujeto amponderables! Si no iba todo

según lo previsto, sería un desastreEra más fácil luchar en el campo debatalla, pensó Hanno co

amargura. —¡Ya vienen! —avisó uno de lospequeños secuaces de Oso, un niñodelgaducho con ojos saltones y pelonegro y rizado.

 —¿Estás seguro? —preguntóHanno.

El niño asintió.

Page 763: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 763/1720

 —Son dos mujeres, una lleva upequeño cuerpo amortajado. Laacompañan dos soldados. Son esas¿no?

 A Hanno se le aceleró ecorazón.

 —Son ellas. Seguro que sí —dijomirando a Kleitos.

 —¡Y solo hay dos soldados! Eso

es bueno. ¿A qué distancia seencuentran? —preguntó Kleitomientras se aproximaba a Hanno.

 —A un par de manzanas. Notardarán en llegar aquí.

 —¿Oso y los demás están eposición? —inquirió Hanno.

 —Sí. Queremos el dinero.

Page 764: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 764/1720

 —Y si hacéis el trabajo bien, lotendréis, no temas.

El niño sonrió y mostró sudientes deformes y sucios.

 —Cuando estén a treinta pasode la plaza, avisaré a Oso. —E

muchacho se llevó el índice y epulgar a la boca y silbó—. Tengoque silbar así, pero mucho má

fuerte. En cuanto el carro empiecea rodar, nos abalanzaremos sobreos soldados.

 —Bien. Esta noche meencontraré con Oso en Acradina, tay como quedamos. Le daré edinero entonces.

 —Se lo diré —dijo el niño po

Page 765: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 765/1720

encima del hombro mientras semarchaba.

Kleitos miró a Hanno. —¿Nervioso? —¡Sí! ¿Tú no? —Tengo el estómago como s

hubiera comido un plato demejillones en mal estado, pero ¡poa barba de Zeus, me siento vivo! —

sonrió. —¡Yo también! —convino Hannocon una sonrisa nerviosa—. Por unavez, era agradable hacer algo poamor, en lugar de por venganzaealtad o cualquier otra de lamúltiples razones por las cuale

uchaban los hombres. Si todo salía

Page 766: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 766/1720

bien, Aurelia y él podrían estauntos. Respiró hondo paratranquilizarse. En un combate solosobrevivían los que mantenían lamente despejada.

 —Yo me encargo de la esclava

Elira se llama, ¿no? Tú ocúpate deAurelia y su hijo.

 —¿Y si Oso y su pandilla no

consiguen derribar a los guardias?Kleitos se puso de cuclillasrebuscó en la porquería y sacó upar de piedras.

 —Pues usaremos esto, perntenta no matarlos.

Kleitos se acercó a unos die

pasos de la boca del callejón

Page 767: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 767/1720

Estaba suficientemente lejos de lacalle como para no ser visto por lotranseúntes, pero lo bastante cercacomo para salir disparado cuandolegara el momento.

Desde el inicio de la guerra

Hanno había tendido numerosaemboscadas y era normal que etiempo se eternizara, que el campo

de visión se redujera a un pequeñotúnel delante de él y que notara laboca seca, las manos sudorosas un nudo en el estómago, peroamás había estado tan nerviosoEllo se debía a la implicación deAurelia en la misión, pero a pesa

de ser consciente de ello, no pudo

Page 768: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 768/1720

evitar que el corazón se ledisparara. Empezó a preocuparseSi estaba demasiado nerviosopodía fastidiarlo todo. Tenía quetranquilizarse. Se mordió con fuerzael interior de la mejilla y dejó que

el dolor borrara el resto de laemociones. Logró centrarse denuevo en la tarea que tenía entre

manos.Otro muchacho se acercó a laboca del callejón. Se agachó umomento y se rascó el tobillo codisimulo.

 —Están a cincuenta pasos —susurró antes de esfumarse.

Los nervios de Hanno debían de

Page 769: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 769/1720

ser muy evidentes porque Kleitos ledio un apretón en el brazo.

 —Todo saldrá bien. —Sí. —Hanno tragó saliva. —Como no sabemos a qu

velocidad caminan, empezaré la

cuenta atrás desde treinta.Hanno asintió.

 —Treinta. Veintinueve

Veintiocho.Kleitos siguió contando. Hannoclavó la vista en el estrecho tramode calle que tenía visible. Primeropasó un viejo con bastón y luegosalió una mujer de un balcón deenfrente a sacudir una pequeña

alfombra.

Page 770: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 770/1720

 —¡Salchichas calientes reciéhechas! ¿Quién quiere unasalchicha caliente? —anunció uvendedor ambulante.

 —Diecinueve. DieciochoDiecisiete. Dieciséis.

Una gaviota graznó en el cielo ysu grito fue correspondido por el devarias compañeras. Pasó uno de lo

chicos de Oso sin echar ni uvistazo al callejón y, después, unhombre que empujaba codificultad un carro lleno de artículode hierro. Dos muchachas sedetuvieron a admirar algo en unatienda próxima al callejón mientra

comentaban cuál de los guardias d

Page 771: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 771/1720

a puerta les gustaba más. —Seis. Cinco. Cuatro. Tres. Dos

Uno —contó Kleitos.Ninguno de los dos habló. Con la

vista fija enfrente, dieron dos pasohacia delante. Hanno oía el ruido

de la calle como en una nebulosaSolo era consciente de su propiopulso, que palpitaba fuerte en lo

oídos y la garganta.¡Fiiiu!El silbido era mucho más fuerte

de lo que Hanno jamás hubierapensado que un mocoso enclenquesería capaz de emitir.

Todo estaba a punto de

empezar.

Page 772: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 772/1720

«Baal Hammón, ayúdanos. BaaSafón, concédenos tu protección tu fuerza», rezó Hanno mientras seacercaba al extremo del callejón.

Bram, bram, bram.Oyó a la izquierda el retumba

de las ruedas de hierro sobre loadoquines. Oso estaba siguiendo eplan, pero Hanno no miró hacia e

carro, sino hacia la calle quequedaba a su derecha. Percibió queKleitos hacía lo mismo detrás de épero el maldito sacerdote y sséquito no les dejaban ver nada. Auna decena de pasos había tremuchachos parados delante de u

taller de carpintería fingiendo

Page 773: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 773/1720

nterés en los artículos de laentrada, mientras que otros dougaban en el suelo a dados en eotro lado de la calle. El resto debíade estar con Oso.

 —¡Cuidado! —advirtió u

hombre. El retumbar de las ruedaera cada vez más intenso. Hubovarios gritos de alarma y Hanno oyó

que el carro chocaba contra lapared de una casa en su lado de lacalle.

 —¡Lo conseguimos! —rio Oso.Pero Hanno no estaba tan

contento. «Si los guardias deAurelia lo han visto, pueden da

media vuelta y escapar.»

Page 774: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 774/1720

Para su alivio, en ese momentopasó junto al sacerdote un soldadoseguido por Aurelia, que tenía laexpresión en blanco y un pequeñobulto amortajado en los brazos. Laseguía Elira y, después, un oficia

cuya cara la resultó familiar.Sonó una maldición a s

espalda.

 —¡Agathocles! —exclamó Kleito—. Si me descubre, estoy perdido.«¡Mierda!», pensó Hanno. E

oficial era el conocido de Kleitocon el que se habían cruzadomientras guiaba a un grupo deesclavas. Acababa de añadirse otro

factor de riesgo a la misión.

Page 775: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 775/1720

En ese momento, siguiendo eplan, Oso y su pandilla se acercaroal primer soldado, que se rio codesdén.

 —¡No me hagáis daros unpatada en el culo! —amenazó. No

se había fijado en el enjambre deniños que llegaban de ambos lados

 —¡Recordad lo que os he dicho

—gritó Oso a sus compañeros.Eefe de la pandilla se acercó aguardia por sorpresa, que no tuvotiempo de reaccionar. Trasgolpearle la rodilla por detrás empujarlo hacia delante, el soldadocayó sentado. Acto seguido, cuatro

niños se abalanzaron sobre él

Page 776: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 776/1720

comenzaron a propinarle patadas puñetazos.

Hanno y Kleitos salierodisparados. Elira dio varios chillidospero Aurelia no pareció percatarsedel caos. Agathocles se abrió paso

hacia delante, la mano en el kopis. —En nombre de Hades, per

¿qué pasa aquí? —rugió—

Pequeños rufianes!En contra de todo lo aprendidoen su adiestramiento militar, Hannono se fijó en el enemigo, sino eAurelia, que no parecía darscuenta de nada. Hasta que no llegóa su lado, no vio a Hanno. Con una

sonrisa triste, le mostró el cuerpo

Page 777: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 777/1720

amortajado que llevaba en brazos. —Este es Publius. Te hubiera

gustado. —Aurelia. ¡Vamos! —Hanno la

tomó del brazo. —Me han dicho que debo

entregarlo en la puerta. No mepermiten salir de la ciudad paraasistir a la cremación.

Hanno no se había planteadoque la profunda aflicción la habríadejado aturdida.

 —Luego nos ocuparemos de eso—interrumpió con delicadezatirando de ella—. Debemos irnoya.

 Aurelia no se movió y a Hanno le

Page 778: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 778/1720

entró el pánico. El soldado estabadetrás de él y, a juzgar por losgemidos de dolor y los chillidoentusiastas de los niños, estabarecibiendo un buen vapuleo, peroAgathocles había logrado ponerse

en pie y se había percatado de loque sucedía. Gracias a un esfuerzoheroico por parte de Oso, que le

había cortado el cinturón de laespada con un cuchillo y lo habíaanzado al otro lado de la calle, eoficial iba desarmado. En cualquiecaso, se dirigía hacia Hanno yaunque Oso y tres niños leatosigaban sin cesar, Agathocles los

apartaba como moscas

Page 779: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 779/1720

Desesperado, Hanno arrancó ecuerpo de Publius de manos deAurelia, que soltó un grito ahogado

 —Sígueme —susurró Hannantes de dar media vuelta y correhacia el callejón con la vista

clavada en Kleitos y Elira, que yaban una docena de pasos podelante.

Cuando casi había llegado acallejón, vio que Aurelia no leseguía. Hanno se volvió contempló estupefacto a la jovemientras cogía uno de los puñalede los niños y se lo clavaba en langle a Agathocles, por debajo de la

protección del pteryges. Agathocle

Page 780: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 780/1720

aulló de dolor y Aurelia lo acuchillódos veces más.

 —¡Hijo de puta! —chilló Aurelia. —¿Qué coño está haciendo? —

gritó Kleitos. —No lo sé —respondió Hanno.

 Aurelia dejó atrás a Agathoclesque cayó de rodillas al suelomientras la sangre le brotaba co

profusión de las heridas. Acontinuación, se acercó con todatranquilidad al primer soldado, queseguía tumbado en el suelo, y loacuchilló una y otra vez hasta quedejó de gritar. Al acabar, soltó epuñal, que golpeó el suelo con u

sonido metálico y, por fin, se volvió

Page 781: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 781/1720

Page 782: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 782/1720

Kleitos le lanzó una dura miradaantes de adentrarse en el pasadizocon Elira a su lado.

 —¡Vamos! ¡En marcha! —Haz caso omiso de lo que ha

en el suelo —aconsejó Hanno a

Aurelia—. Pronto llegaremos al otrado.

 —Sabía que vendrías —musitó la

oven. —¿Cómo no iba a hacerlosabiendo que estabas cautiva en laciudad? Siento haber tardado tanto—Hanno miró el bulto que llevabaen brazos, Publius—. Ojalá hubierapodido rescatarte antes.

Page 783: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 783/1720

Kleitos les guio por un sinfín decallejones, lejos del lugar de laemboscada. Como iban a caradescubierta, no llamaban laatención, pero por si acaso, Hannoenvolvió a Publius en la vieja capa

de Elira. Con tanto rodeo, Hannohabía perdido todo sentido de laorientación y no supo dónde

estaban hasta que apareció antesus ojos la carretera que conducía aEpipolae, en la parte oeste de laciudad. Kleitos aprovechó esemomento para encararse a Aurelia.

 —¿Por qué has tenido que mataa esos hombres? —preguntó e

atín—. ¡Os estaban vigilando, no

Page 784: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 784/1720

ban a ejecutaros! —¿Y a ti qué más te da? —

replicó Aurelia con una furianusitada.

 —Eran siracusanos como yo, yademás, conocía al oficial. No era

necesario matarlos, los niños lotenían distraídos.

 —Pues que sepas qu

Agathocles no solo me eligió parservir a Hipócrates, sino quetambién me obligó a acostarme coél, y no fue precisamente delicadoY Elira también sufrió la mismasuerte, tanto de manos de él comodel soldado. ¿Qué te parece? —

espetó Aurelia con fuego en los ojo

Page 785: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 785/1720

y la cara contraída de rabia. —Ya veo —respondió Kleitos

apesadumbrado—. Lo siento.Hanno se alegraba de que

Agathocles hubiera muerto. —Ahora no podrán hablar y

habrá menos posibilidades de quenos encuentren —comentó.

 —Debo reconocer qu

Agathocles nunca me cayódemasiado bien —admitió Kleitoencogiéndose de hombros—. Detodos modos, ahora ya no podemohacer nada. Esperemos queHipócrates tenga más cosas de laque preocuparse que vengar s

muerte.

Page 786: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 786/1720

Nadie habló hasta que llegaron aa habitación que había alquiladoKleitos. Primero entró el oficial, quees hizo señas para que seacercaran en cuanto el caminoestuvo despejado. Todos subieron

a desvencijada escalera sin sevistos por el propietario de lataberna.

 —Cuanto menos sepa, mejor —comentó Kleitos mientras les hacíapasar a la pequeña y mugrientahabitación, que contenía docamas, una mesa y una sillaambién había un orinal junto a un

ventanuco que daba a la calle.

 —No es mucho, pero por ahor

Page 787: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 787/1720

servirá. —Gracias —aventuró a deci

Elira en su mal griego. —Mis disculpas por mi tono de

antes —dijo Aurelia—. Estoy muagradecida por todo lo que ha

hecho. La habitación no es grandepero es nuestra y no es una prisiónEso vale mucho más de lo que

puedas imaginar.Kleitos hizo una inclinación decabeza.

 —Os dejo. —Muchas gracias, hermano —

agradeció Hanno dándole uapretón en el hombro—. Vamos a

necesitar enterrar o, mejor

Page 788: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 788/1720

ncinerar a la criatura. ¿Crees queserá posible? —añadió en ususurro.

 —¿Dentro de las murallas? Tuproblemas nunca son de fácsolución, ¿verdad? Veré lo que

puedo hacer —suspiró—. Hablamodespués, o mañana.

Kleitos se fue y Hanno depositóa Publius sobre una de las camas.

 —Organizaremos el funeral lo

antes posible. —¿Y después? —preguntó

Aurelia, que había vuelto a

recuperar la calma.

Page 789: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 789/1720

 —No estoy seguro. Dependeráen buena parte de la reacción deHipócrates.

Hanno pensó que lo mejor seríaque se quedaran allí. ¿Adóndepodían ir si no? Aparte de Kleitos

carecía de amigos en Sicilia. —¿Y no podemos marcharnos

—preguntó Aurelia—. Dicen que e

bloqueo naval de los romanos etodavía incompleto.Hanno tosió.

 —Quizá podamos marcharnos ealgún momento, pero lo mejor equedarnos aquí, por ahora.

 —¿Porque nos estarán

buscando?

Page 790: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 790/1720

 —Por eso y porque Aníbal memandó aquí para servir a Epícidey... a Hipócrates —añadióncómodo.

 Aurelia no respondió y Hanno sesintió todavía peor. Quizás Aurelia

no deseaba estar con él. Quizádeseaba reunirse con su maridopara llorar juntos la muerte de s

hijo. Si era así, debía respetarlo. —Las cosas se habrán calmadoen un par de días. Puedo buscar ubarco que te lleve a un enclaveromano y, desde allí, te ayudarán aencontrar a tu marido.

 —Es probable que Lucius haya

fallecido y, aunque no sea así, no

Page 791: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 791/1720

tengo ningún motivo para volvecon él.

 A continuación, Aurelia se acerca Hanno y, tras cogerle primero unbrazo y luego otro, rodeó con ellosu cuerpo.

 —Aquí es donde he deseadoestar desde que apareciste en eardín de mi casa en Capua.

Hanno notó que el corazón leatía con fuerza y vio que Elira seretiraba a la ventana parapermitirles un poco de intimidadAbrazó a Aurelia y respiró sperfume.

 —Por todos los dioses. También

es lo que yo he deseado hacer

Page 792: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 792/1720

aunque siento que haya tenido queser así, con todo lo que ha pasado.

 Aurelia le tocó los labios con udedo para que no siguierahablando.

 —Abrázame —susurró—. Cuando

estoy contigo, me siento segura.

Page 793: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 793/1720

13

13

Hipócrates se enteró de lamuerte de los dos guardias y de la

huida de Aurelia y Elira pocodespués de que Hanno llegara acuartel. Dijeron que Hipócrate

había montado en cólera, pero

Page 794: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 794/1720

para alivio de Hanno, su ira no setradujo en actos. Durante utiempo reducido, se duplicaron lapatrullas por la ciudad y variogolfillos fueron capturados torturados, pero ahí quedó la cosa

Con el paso del tiempo, Hannolegó a la conclusión de que Oso sus acólitos andaban sueltos o que

en caso de que los hubieraapresado, no habían dispuesto denformación suficiente parancriminarle ni a él ni a KleitosMientras tanto, Aurelia y Elirapermanecían a salvo en suaposentos.

Pasados tres días, Kleito

Page 795: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 795/1720

consideró que no era peligroso queHanno llevara a Aurelia fuera de laciudad para incinerar a PubliusKleitos había comprobado loturnos de vigilancia con antelaciópara asegurarse de que lo

soldados que habían apresado aHanno al llegar no estaban deguardia. Si los detenían, la pareja

ba a decir que eran marido mujer, el niño, su hijo muerto, yElira, una sirvienta.

 Aurelia había mantenido lacompostura desde que la habíarescatado, pero en cuanto ellaHanno y Elira iniciaron su triste

viaje, se vino abajo.

Page 796: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 796/1720

 —Ojalá Quintus estuviera aquí —susurró. Hanno la miraba sin dejatraslucir ninguna expresión—. Estáaquí en Sicilia —dijo elladeshaciéndose en un mar deágrimas y agarrando la tela que

envolvía el cadáver de Publius. Eliratambién empezó a sollozar. Deforma instintiva, Hanno hizo

ademán de rodear a Aurelia con ebrazo, pero se contuvo porquetemió que a ella le parecieranapropiado. Sin embargo, no tardómucho en hacerlo. La joven no hizonada para impedírselo, así queHanno caminó a su lado rodeándole

a cintura con el brazo. Se

Page 797: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 797/1720

sorprendió ante la profunda tristezaque sentía dado que nunca habíalegado a conocer al niño, si biemostró todo su apoyo a AureliaResultaba extraño que Quintuestuviera destinado en la isla, pero

por lo menos no coincidirían. Hannono quería plantearse esaposibilidad, sobre todo teniendo e

cuenta lo que sentía por Aurelia.No habría hecho falta que sepreocuparan por los guardiaspuesto que se limitaron a echarleun vistazo e indicarles que pasaranLo que no le gustó fue oír laadvertencia que repitieron varia

veces mientras caminaban de que

Page 798: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 798/1720

Page 799: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 799/1720

ambién significaba que losfunerales se celebraban comosiempre, entre las innumerabletumbas que flanqueaban la vía.

 Al borde del camino habíapuestos donde se vendían baratija

religiosas, leña para las pirasanimales para el sacrificio e inclusocomida caliente. Había sacerdotes

oradores y plañideras profesionaleque ofrecían sus servicios. Lomúsicos tocaban cantos fúnebrecon flautas y liras. Un adivino couna gorra de piel grasientaprometía una buena dosis denterpretaciones propicias en la

entrañas de todos los animales que

Page 800: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 800/1720

examinaba. Alrededor de latumbas más dejadas secongregaban las prostitutas y otromaleantes. En muchos sentidos separecía a Cartago, aunque no habíaninguna de las máscaras decorada

que pasaban al submundo junto coos difuntos. La aprensión de Hannoacerca del lugar en el que estaba

fue disminuyendo. Él, Aurelia y Elirano eran más que tres dolienteentre la multitud. Nadie se fijaba eellos y los romanos tampoco iban aprestarles atención.

Con unas cuantas monedaadicionales se fue formando la pira

vigilada por el hijo del hombre que

Page 801: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 801/1720

es había vendido la leña y ecarbón. Poco después, el calor queemanaban las llamas les obligó aretirarse. Hanno y Elira se quedaroun poco más rezagados que Aureliaque estaba tan absorta en s

mundo que ni siquiera se percatóPermanecieron allí un buen ratomientras el sonido de la música, de

otros dolientes y de los vendedoreambulantes llenaba el ambiente. —Qué cruel puede llegar a ser la

vida —declaró Aurelia al final.Hanno se le acercó.

 —Cierto —convinosombríamente—. No tengo hijo

pero me imagino lo sumamente

Page 802: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 802/1720

doloroso que debe de ser perdeuno.

Las lágrimas volvieron a surcael rostro de Aurelia. Al cabo de umomento, dijo:

 —No me refería solo a m

pequeño Publius. Mi madre murióhace unos dos meses. Justodespués, Lucius resultó gravemente

herido en Rhegium. Según laúltimas noticias, estuvonconsciente varios días. Perder aun ser querido ya es duro de por spero dos, ¿además del esposo? Y eprobable que Quintus esté apenas aunos kilómetros de distancia.

 A Hanno le incomodaba

Page 803: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 803/1720

sobremanera hablar de QuintusVolvió a rodearla con el brazo.

 —No tenía ni idea de que tmadre hubiera muerto. Lo siento.

 —Se la llevó un bulto en evientre, en el hígado. Se consumió

en cuestión de semanas. —Atia era una mujer buena. Tu

padre todavía debe de esta

lorando su pérdida.Una sonrisa amarga. —¡Por supuesto! ¿Cómo ibas a

saberlo? Padre también estámuerto. Murió en Cannae.

 —Maldita sea, Aurelia, lo sientoMi padre también murió ese día.

 Aurelia le apretó la mano.

Page 804: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 804/1720

 —¿Y tus hermanos? —Gracias a los dioses

sobrevivieron. Los dejé en plenaforma cuando me marché a Sicilia.

 —Es bueno saber que tieneparientes vivos. —Le cambió la vo

y adoptó un tono nostálgico—¿Piensas en Quintus alguna vez? Yasabes que está destinado en la isla

Quizás esté cerca. —Me he planteado si podríaestar aquí —reconoció Hanno, quese percató de que su relación coAurelia le impedía ver a Quintucomo un enemigo, aunque erealidad nunca lo había visto de ese

modo. «Que los dioses le protejan.»

Page 805: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 805/1720

El cuerpo de Publius tardó variahoras en consumirse y los rescoldovarias más en enfriarse losuficiente. Para entonces, Hanno yatenía ganas de regresar a laseguridad que le ofrecían la

murallas. Después de tanto tiempoen la guerra, parecía una estupidepermanecer en una posición ta

expuesta. El hecho de que loromanos nunca hubieran atacadoen esa ruta no significaba que nopudieran intentarlo. Sin embargopara cuando se encaminaron aSiracusa con una urna que conteníaas cenizas del pequeño en mano

de Aurelia el sol casi se había

Page 806: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 806/1720

puesto. La zona estabaprácticamente vacía y ellos eran deos últimos en entrar en la ciudadantes de que cerraran los portonepara la noche.

La vida fue recuperando unaextraña rutina mientras las medidade seguridad a causa del asesinatode los soldados a manos de Aureliaban suavizándose. Ella y Eliraempezaron a aventurarse a

exterior. Nunca se alejabandemasiado, pero, tal como dijeron aHanno, cualquier cosa era mejo

que estar encerradas día y noche

Page 807: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 807/1720

l las visitaba una vez al día oncluso dos, acompañado a vecede Kleitos. La urna y el santuariomprovisado del rincón eran urecordatorio de lo ocurrido, peroAurelia se mantuvo, si no contenta

por lo menos estable y con unatristeza más contenida. Convencidode que les convenía alguna

distracción, un día Hanno compróun minino, una bolita de peloatigrado que maullaba. Le agradóver que el animal encandilaba a lados mujeres de inmediato. Aureliae puso por nombre Aníbal, dada scostumbre de asaltarla por detrá

desde los extremos de las camas. A

Page 808: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 808/1720

Hanno le parecía divertidísimo encluso Kleitos pareció tolerar a lacriaturita. Al poco tiempo todoellos pasaban horas jugando coAníbal, haciéndole perseguir utrozo de lana que iban arrastrando

o dar zarpazos a una pelota por esuelo. Hanno no habría sido capade reconocerlo ante mucha gente

pero cuidar del gatito suponía ucambio agradable comparado con larutina militar.

Debería haber sido conscientede que no iba a durar. Desde quese alistara en el ejército de AníbaHanno había aprendido a no da

nada por supuesto. La vida estaba

Page 809: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 809/1720

repleta de incertidumbres, pero laguerra era harina de otro costaldesafecta, impredecible y muchomás salvaje. Pero el hecho de estaen Siracusa y liberar a Aurelia lehabía dado una falsa sensación de

seguridad. Era una ciudad asediadapero era fácil pasarlo por altoAparte de la presencia de lo

soldados en las calles y de laescasez de ciertos alimentos, lavida discurría con normalidadCuando al cabo de tres semanas serecibió la noticia de que Himilcónun general cartaginés, habíadesembarcado en la costa

meridional de la isla con treinta m

Page 810: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 810/1720

soldados, Hanno tuvo que cedeante la realidad. Al cabo de un díalegó una citación a palacio. A pesadel significado de aquella orden, seanimó. Si alguna vez iba a teneuna oportunidad de descubrir algo

útil para Aníbal, ese era emomento.

La respuesta que Hipócrates

Epícides planearon ante edesembarco cartaginés lo cambiótodo. Hanno no podía negar quetenía sentido unir parte de sufuerzas a las de HimilcónResultaría más fácil acabar con easedio si un inmenso ejército amig

atacaba la retaguardia de lo

Page 811: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 811/1720

romanos mientras la guarniciópartía con determinación paraatacarlos desde la parte delanteraNo obstante, el hecho de queHipócrates le hubiera ordenado quee acompañara significaba que

Hanno tendría que dejar atrás aAurelia. No habría sido tan duro deno ser porque Kleitos también había

sido elegido para partir.Preocupado, fue a hablar coKleitos a su regreso de palacio.

 —¿Qué debo hacer?Kleitos lo observó con las ceja

enarcadas. —Déjala aquí.

 —¿Después de todo lo que h

Page 812: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 812/1720

pasado? —Es una mujer fuerte, al igua

que Elira. Se tienen la una a la otraHipócrates no supondrá ningúriesgo para ellas puesto que lideraa expedición. En caso de que

Epícides se entere de su existenciadudo que le importe. ¿Qué otropeligros puede haber, aparte de los

normales de la vida en una ciudadPagaremos al tabernero para quealguien las vigile. Debería bastaramigo mío. No tendrá tiempo dedarse cuenta de que te has idoporque volverás enseguida y habráayudado a empujar a las legione

de Marcelo hacia el mar.

Page 813: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 813/1720

 —¿Y si la llevamos con nosotrosKleitos le dedicó una mirada

desdeñosa. —Las únicas mujeres que sigue

a los ejércitos son cocineras oprostitutas, y normalmente amba

cosas. No tienen cabida entre losoldados.

 —Lo sé, pero...

 —Buscar a un enemigo no es upaseíllo —advirtió Kleitos—. Lodichosos romanos podrían tenesoldados en cualquier punto denterior. Marcharemos a granvelocidad y quien no siga el ritmose quedará atrás. Imagínate si le

pasara eso a Aurelia.

Page 814: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 814/1720

Hanno era perfectamenteconsciente de la matanza que seproducía si los soldados seencontraban con seguidores decampamento «enemigo». El hechode que Aurelia perteneciera a la

nobleza romana no significaría nadpara los legionarios enloquecidopor la batalla.

 —Sí, tienes razón —reconociócon un suspiro. —Estará a salvo en el interior de

a ciudad, no temas. Más segura deo que estaría con nosotros.

Hanno asintió a regañadientesLo que no se había esperado era la

reacción vehemente de Aurelia

Page 815: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 815/1720

cuando se lo dijo. —No pienso quedarme atrás, n

Elira tampoco. —Escuchó a Hannomientras volvía a explicarle lopeligros de acompañar a un ejércitoen campaña—. Me da igual —afirmó

—. Vale la pena correr los riesgos. —No tienes ni idea de lo

riesgos —insistió Hanno, frustrado.

 —No pienso ocultarme en estahabitación mientras tú te vas a laguerra para volver vete a sabecuándo, si es que vuelves.

Hanno montó en cólera. —¡Te lo prohíbo! —Aurelia

retrocedió—. Lo siento, Aurelia. Me

encantaría que vinieses, pero e

Page 816: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 816/1720

demasiado peligroso. Si no hubieramás remedio, entonces quizátendríamos que planteárnoslo, perohay otra opción. Puedes quedarteaquí con Elira, en un entornorelativamente seguro. Regresaré

dentro de unos pocos meses. A Aurelia le temblaba la

mandíbula, pero no discutió más.

 —Muy bien. Tienes que jurarmeque volverás. Si no, no sé qué haré —Te doy mi palabra —dijo

Hanno, esperando que los dioses leoyeran y le brindaran su favor.

 Aurelia pareció quedarssatisfecha. Le colocó la mano en la

nuca y lo empujó hacia ella.

Page 817: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 817/1720

 —Si vas a ausentarte durante utiempo, deberíamos conocernomejor.

El verano llegó en cuanto se

marcharon de Siracusa y con él ecielo azul, el sol ardiente y el caloabrasador. Era el quinto día demarcha por la región montañosasituada al suroeste de Siracusa, unzona fértil y hermosa llena deviñedos y granjas. Sin embargo

Hanno había tenido poco tiempopara admirar el paisaje. Su unidadestaba a media altura de la

columna de ocho mil hombres y la

Page 818: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 818/1720

enormes nubes de polvo queevantaban los de delanteocultaban buena parte de las vistasSe secó el sudor que le resbalabapor debajo del forro de fieltro decasco y los dedos se le quedaro

marrones por culpa del polvohúmedo. Se preguntó si aquello erao más parecido al infierno. Tenía la

garganta seca, los labios agrietadoy sentía como si estuvieracocinando encima del peto debronce. Qué bueno sería estar en lacama de Aurelia en vez de allí. Peroella se había quedado en Siracusa él estaba ahí.

Por el momento no habían

Page 819: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 819/1720

recibido noticias del ejército deHimilcón, lo cual significaba quedebían continuar viajando. Noquería ni pensar en cuando sereunieran con Himilcón, puesto quetendría que deshacer el camino otra

vez. Hanno confiaba ereencontrarse con algunos oficialecartagineses conocidos. El hecho de

ver a algunos de los suyosupondría un cambio positivoEsperaba que Aníbal estuvierasatisfecho con el mensaje quehabía enviado por medio de utrirreme cartaginés con destino asur de Italia, informándole de la

patrulla y de su misión de unirse a

Page 820: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 820/1720

Himilcón. Hanno también esperabaque Himilcón e Hipócrates selevaran bien, de lo contrariotendrían una tarea complicadaHabía pocas situaciones quegarantizaran el fracaso con tanta

rapidez como unos comandantes edesacuerdo.

Por suerte, su caballería no

había visto a fuerzas enemigadesde que partieran de nochedesde Euríalo, la fortaleza máoccidental de las defensas deSiracusa. Nunca pasaban tantotiempo en el campo, lo cuapreocupaba a Hanno. Se preguntó a

qué distancia cabalgaban de la

Page 821: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 821/1720

columna. No obstante, ya no estabatan nervioso ante la perspectiva deque los romanos les tendieran unaemboscada.

Todos los días habían sidoguales. A primera hora de la

mañana hacía un fresco agradableque duraba lo que tardaban eponerse en pie y levantar e

campamento. Si estaban cerca deun arroyo o río, los soldados bebíael máximo de agua posible antes deempezar la marcha. Las primerados horas eran soportables, perouego llegaba la parte más calurosadel día, un tormento que debía

resistir. La bola de fuego en la que

Page 822: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 822/1720

se convertía el sol debilitaba a lohombres, al tiempo que lequemaba la piel y los empapaba desudor.

 Al mediodía realizaban unparada corta, pero grata, para

engullir a la fuerza algo de comiday dar un par de tragos al aguacaliente como la sangre. Aquello lo

animaba un poco y entoncecaminaban penosamente hastalegar al lugar en el que habría queerigir el campamento. ¿Erigir?pensó Hanno con desdén. Sucampamentos desorganizados no seerigían, se montaban a medias

como una casa de madera de

Page 823: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 823/1720

uguete que un niño abandonaantes de acabar. Todavía no habíavisto terminado ningún fosodefensivo ni que existiera ordealguno en las hileras de tiendasLos montajes improvisado

resultaban alarmantes, pero lo mápreocupante era que Hipócrateapostaba a muy pocos centinela

por la noche. Hanno no lo habíamencionado una sino dos vecesKleitos le había dado la razón. Lasegunda vez Hipócrates les habíadicho que se callaran la boca o queél se encargaría de callársela parasiempre. Así se había zanjado e

tema. Hanno decidió que tendría

Page 824: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 824/1720

que bastar con sus oraciones«Mantén a los romanos a unadistancia prudencial, Baal SafónQue no tengamos noticias de ellohasta que nos hayamos reunido coHimilcón.»

 —¿De dónde salen tantamoscas? —se quejó Amphios, esoldado menos agraciado de

Hanno, zarandeando una manoentre la nube de pequeños puntonegros que le rondaba la cabeza—Mira que les gusto!

 —Notan que estás lleno demierda —se burló Deon, el mejoamigo de Amphios y el bromista de

a unidad.

Page 825: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 825/1720

Todos los soldados que leoyeron se echaron a reír.

 —Deberían revolotear a talrededor, Deon, porque eres unojo del culo —espetó Amphios—Gordo y peludo.

Más carcajadas. —Yo también te quiero, Amphios

—replicó Deon con una amplia

sonrisa.Hanno no les interrumpió. Suhombres marchaban a cuarentaestadios por hora, y las chanzaburdas como aquellas eranormales. En cierto modo habíaacabado gustándole; el intercambio

de comentarios ingeniosos tambié

Page 826: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 826/1720

ayudaba a mantener los ánimodurante los largos períodos dencomodidad por culpa del polvo.

Sin embargo, nadie hablódurante un rato y el calor empezó afastidiar otra vez a Hanno. La

túnica de lana más liviana que teníe parecía tan gruesa e incómodacomo la que vestía en pleno

nvierno. Agradeció la distraccióque supuso la pregunta deAmphios.

 —¿Te acuerdas de la hija de esegranjero que te follaste el otro díaDeon?

 —¿Cómo se me iba a olvidar?

Se oyó una lluvia de silbidos

Page 827: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 827/1720

Deon los alentó levantando la lanzaen el aire para que la viera todo emundo.

 —¿Esto parece tieso? —gritó—No tiene ni comparación conmigo

cuando estoy empalmado!

Entre los abucheos y silbidoHanno fingió no oír nada. Deon sehabía ganado la admiración de

todos los soldados por convencer auna muchacha para que se acostaracon él en el cobertizo de su padrecuando había salido con un grupode saqueo. Por lo menos, eso es loque él juraba que había ocurridoSegún Deon, el oficial novato que

estaba al mando no se había

Page 828: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 828/1720

quedado atrás e incluso habíaconseguido dos buenas gallinapara la cazuela.

 —¿Cómo se llamaba? —preguntóAmphios.

 —¡Afrodita! —dijo una voz—. Er

una verdadera diosa. A sus compañeros les encantó e

comentario y siguieron más insulto

y comentarios picantes.Deon esperó a que el clamoamainara un poco.

 —¿Queréis saber cómo selamaba o no, hermanos? ¿Y lodetalles de lo que le hice?

 —¡Sí! ¡Cuéntanos! —

respondieron a coro.

Page 829: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 829/1720

Como todos, Hanno ya lo habíaoído. Probablemente la mayoríapor no decir todo, fuera mentirasegún un soldado que había estadocerca del granero, Deon habíasalido a toda velocidad seguido de

una campesina gorda y desdentadaarmada con un hacha. Sin embargodaba igual. Era una gran historia

ayudaba a distraerlos durante lamarcha. Por desgracia, la historiade Deon hacía que Hanno volvieraa pensar en Aurelia y en lo que legustaría hacer con ella. Sonrió parasus adentros, buscó a su suboficiaun buen soldado de carrera llamado

Bacchios, y le dijo que se ocupara

Page 830: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 830/1720

de los hombres. Entonces sedispuso a buscar a Kleitos. Él sabríao que faltaba hasta que pudieraacampar.

Page 831: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 831/1720

14

14

Hanno se despertó cuando lorayos del sol que se filtraban por u

pequeño resquicio entre dopaneles de la tienda le dieron en lacara. Inmerso en un sueño erótico

con Aurelia, se dio la vuelta e

Page 832: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 832/1720

ntentó volverse a dormir, pero lecostó. A su alrededor se oían loruidos matutinos. Los hombres seechaban pedos, tosían murmuraban entre ellos. Alguieque estaba cerca anunció que, si no

meaba en ese momento, le iba aestallar la vejiga. Sus compañeroe dijeron sin contemplaciones lo

que pasaría si orinaba en la tienda. A medida que el sueño sedisipaba, Hanno frunció el ceño decidió levantarse. Su mal humor leduró lo que tardó en vestirsePensar en los detalles del sueñoaliviaría la pesadez de la marcha

que tenía por delante. No tendría

Page 833: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 833/1720

que volver a oír, una vez más, aDeon alardeando de lo que le habíahecho a la campesina.

Dos buitres revoloteaban por eextremo occidental del valle. Eratemprano para verles. Llegó a la

conclusión de que debían de habeencontrado a un animal muertoOrdenó a Amphios que le preparara

el desayuno y que desmontara latienda, en ese orden, y corrió aarroyo para darse un chapuzórápido. El placer de nadar en eagua fría era sencillamentedemasiado bueno como paraperdérselo. Cuando Hanno regresó

al cabo de un rato, le satisfizo ver a

Page 834: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 834/1720

sus soldados desmontando latiendas. Las mulas estaban en filacon los arreos puestos, preparadapara recibir la carga. Por lo menohabían asimilado parte de lo quehabía intentado inculcarles, pensó

al tiempo que aceptaba el pan secoy la taza de gachas tibias que Deoe tendía. No podía decirse lo

mismo de las unidades que lerodeaban. La mayoría de lohombres que veía estabacomiendo de pie alrededor de lahogueras. Ni siquiera se habíapuesto la armadura y ni muchomenos habían desmontado la

tiendas. De poco servía sentirse

Page 835: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 835/1720

Page 836: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 836/1720

disciplina de la tropa, amigo mío. —Lo que me preocupa es lo qu

podría pasar cuando nos veamoas caras con los romanos en ecampo de batalla. Defender unaciudad es una cosa, pero

enfrentarse cara a cara con loegionarios es otra. Por lo que heoído, muchos de los soldados de

Marcelo son veteranos de CannaeNo tendrán reparos en matar adiestro y siniestro.

 —Lo sé —dijo Kleitos, frunciendel ceño—. Motivo por el que ebueno que nos unamos a Himilcón¿Sabes gran cosa de él?

 —Si es el hombre en el qu

Page 837: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 837/1720

estoy pensando, es un tipo que caebien aunque no tiene demasiadaexperiencia de combate. Podesgracia, la mayoría de loveteranos están con Aníbal eItalia.

 —De todos modos tiene atreinta mil hombres y algunoelefantes. Más vale eso que nada.

 —Cierto. Con un poco de suerteme hará caso. —Hasta esemomento, Hanno no se habíaplanteado su propia experiencia eel campo de batalla, pero eraconsiderablemente mayor a la deHimilcón—. La carta y el anillo de

Aníbal deberían ayudar a

Page 838: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 838/1720

convencerle de mi valía.Kleitos soltó un bufido.

 —A no ser que sea un pedazo demierda arrogante como Hipócrates.

Hanno se rio por lo bajo. —Cuidado, podrían oírte.

 —Me está empezando a dagual. Podría dirigir mejor esteejército con los ojos vendados.

 —Ya lo sé, pero vale la pena secauto. —Sabias palabras —reconoció

Kleitos—. Me callaré la boca, poahora. De todos modos, voy adecirte una cosa: el calvario deAurelia me ha abierto los ojo

acerca de lo hijo de puta que

Page 839: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 839/1720

Hipócrates es realmente. Epícideno es mala persona, pero es comosi fueran hijos de madres distintasPara mí, cuanto antes caigaHipócrates en la batalla, mejor.

 —Siempre y cuando no

signifique que nos han derrotadocomparto tu opinión.

 —Brindaremos por eso má

tarde. Bueno, mejor que vuelva comis hombres. Nos vemos durante lamarcha, seguro.

 —Sí. —Hanno alzó la vista haciael brillante cielo azul. Otros dobuitres acompañaban a la primerapareja. Sintió una punzada de

desazón—. ¿Cuánto falta para e

Page 840: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 840/1720

extremo occidental del valle? —No lo sé. Cinco estadios, quizá

un poco más. ¿Por qué? —Mira.Kleitos le siguió el brazo con la

mirada.

 —Cuatro buitres. ¿Y qué? —Hace un momento solo había

dos.

 —Siempre se juntan cuando hacarroña a la vista. Debe de habeun ciervo muerto o algo así.

 —¿A qué distancia se dijo a locentinelas que fueran?

 —Hasta la boca del valle, creoNo ha sonado ninguna alarma. —

Kleitos frunció el ceño—. ¿Cree

Page 841: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 841/1720

que...? —No cuesta nada enviar a uno

soldados a mirar, ¿no? —No. ¿Mis hombres o los tuyos? —Los míos están aquí mismo

Deon! ¡Amphios! Reúne a una

docena de tus compañeros. Al cabo de unos momentos su

soldados se marcharo

apresuradamente hacia el oestepor encima del terraplén que lelegaba a la altura de la cintura bajando por el foso poco profundosituado más allá. Hanno observó ladefensas inacabadas y la multitudde hombres medio vestidos y la

tiendas destartaladas que se

Page 842: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 842/1720

extendían por el campamentoSentía una gran incomodidad en eestómago.

 —Prepárate —indicó a Kleitos. —¿Crees que encontrarán algo? —No lo sé, pero esto

preocupado.Kleitos le dedicó u

asentimiento firme.

 —Vale. Si resulta ser una falsaalarma, habremos demostrado a lodemás cómo deberían comportarseos verdaderos soldados. —Semarchó dando grandes zancadas.

Hanno empezó a dar órdenes agritos.

 —¡Quiero que desmontéis esa

Page 843: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 843/1720

tiendas! ¡Pero antes os quieroarmados y preparados, como sfuerais a luchar!

 Vio a soldados de otras unidademirando. «Bien, así a lo mejor suoficiales se fijan.»

 —¿Sabes algo que nosotrodesconocemos, señor? —llamó unavoz desde detrás de una de la

tiendas. —No. Mi única intención emostrar al resto de esta panda deperezosos que sois mejoresoldados de lo que ellos llegarán aser jamás. —El comentario fuerecibido con una ovación y su

hombres se desplazaron adonde

Page 844: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 844/1720

tenían apilado el equipamientoHanno fue a coger su casco.

Desde más allá del foso una voquebrada —¿la de Deon?— gritóalgo en griego. Hanno no captó lapalabras, pero el tono de alarma le

lamó la atención como a un bañistaun zurullo en unos baños públicosEnseguida se oyeron más voces

Hanno vio que los hombres que lerodeaban se daban cuenta. Se echóa correr hacia el extremo de sposición, desde donde podría vequé estaba pasando.

 —¡Armaos! ¡Formad delante deas tiendas! ¡MOVEOS!

Sus soldados respondieron co

Page 845: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 845/1720

rapidez, pero los que estaban eotras unidades se limitaron aquedarse mirando. Los gritoprocedentes del extremo máalejado de las tiendas habíasubido de intensidad. Alguno

hombres ya corrían en dirección aHanno. Estaban todos aterrados.

 —¡Se acerca el enemigo! —gritó

uno. —¡Romanos! ¡A miles! —gritóotro.

 A Hanno se le formó un charcde acidez en el estómago. ¿Habíavisto algo realmente o es que lehabía entrado el pánico?

 —¡En formación! —bramó po

Page 846: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 846/1720

encima del hombro. A pesar de queempujó sin contemplaciones aquienes le rodeaban, salió de entreel grupo con mucha mayor lentitudde la deseada. Dirigió la mirada poencima del foso y por la suave

colina que conducía hacia el oesteDeon, Amphios y los demás corríahacia él con el rostro contraído po

el miedo. Sin embargo, lo que hizoque a Hanno se le secara la bocafue lo que vio detrás de ellos. Aunos quinientos pasos de distanciatodo el ancho del valle estaba llenode infantería que avanzaba a bueritmo. Estaban demasiado lejo

para que reconociera los uniformes

Page 847: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 847/1720

pero daba igual. No eran fuerzaamigas.

Hanno se percató enseguida deuna serie de cosas. La caballería deHipócrates no había hecho ereconocimiento tal como debía. Lo

buitres habían estado sobrevolandoa sus centinelas muertos, queclaramente no habían sido

suficientes. Su campamento amedio montar no podía defenderseEra posible que sus hombreestuvieran preparados para lucharpero la mayoría de los siracusanono lo estaban. Teniendo en cuentaque se les acercaban miles de

romanos, aquello significaba que la

Page 848: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 848/1720

batalla estaba prácticamenteperdida. Hanno estaba angustiadoconsciente de que con cada minutoque pasaba, la situación sedeterioraba todavía más. Lohombres empezaron a empujarse

entre sí para alejarse del enemigoEn el suelo había escudos e inclusoespadas, prueba más que

fehaciente de ello. En momentocomo aquel, el pánico se propagabacomo un incendio de rastrojos epleno verano.

Deon, Amphios y los demás searrojaron al foso y salvaron emuro. Hanno se sintió aliviado a

ver que no parecían tan asustado

Page 849: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 849/1720

como habría cabido esperar. —¿Qué hacemos, señor? —

preguntó Deon, con el pechopalpitante.

 Aquello le hizo decidirseAquellos hombres confiaba

plenamente en él. Todavía teníatiempo para liderarlos, parantentar evitar una derrota

aplastante. Kleitos y otros harían lomismo, a Hanno no le cabía lamenor duda. Si eran capaces decontener a los romanos ni que fuerun poco más, la mayoría de lafuerza tendría tiempo de cruzar evado. Hanno no quiso pararse a

pensar en que aquel era el mayo

Page 850: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 850/1720

riesgo de su vida. —Volvamos con los demás. —

Entonces gritó al resto de lohombres que se agolpaban a salrededor—: Todos los que quieranuchar, que me sigan.

Resultó descorazonador que soloun puñado de ellos obedecieranpero era mejor que nada.

Formando un bloque pequeñopero disciplinado, se abrieron pasopor entre la multitud y enseguidalegaron a las tiendas. Hanno sedesanimó un poco. Le esperabamenos de la mitad de su unidad. Noe hacía falta preguntar dónde

estaba el resto. «Putos cobardes»

Page 851: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 851/1720

pensó. Los hombres que se habíaquedado tampoco estabademasiado contentos; más de unomiraba hacia la multitud que sebatía en retirada. Tenía queengancharlos o también saldría

corriendo. —¡Escuchadme, oh, valiente

hombres de Siracusa!

Las miradas volvieron a dirigirsehacia él. —Muchos de vosotros queréi

huir ahora mismo, lo sé. Pero shuis, lo más probable es quemuráis. —No les gustó lo que oíanpero él continuó—: ¿Alguno de

vosotros ha visto lo que u

Page 852: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 852/1720

egionario romano es capaz dehacerle a un enemigo que huye? Yosí. Esos cabrones son disciplinadosNo hacen lo que vosotros o yocuando se ha ganado la batallaque es parar y buscar vino o dinero

o mujeres. —Se oyeron unacuantas risas y se animó—. Loromanos están concentrados, como

un puto halcón sobre una paloma, no paran hasta que han matado atodos los pobres desgraciados quese les ponen por delante.

 —¿O sea que sugieres que noquedemos y muramos aquí, señor—exclamó Amphios.

Se oyó un coro de murmullos de

Page 853: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 853/1720

descontento. —Lo que digo es qu

deberíamos plantarnos y luchar upoco por lo menos. Así, la mayoríade nuestros camaradas semarcharán. En cuanto pasen el río

pueden encaminarse al terrenoaccidentado, igual que nosotros. Aos romanos les costará

encontrarnos allí arriba—«Espero».Se hizo el silencio durante u

momento y Hanno pensó que lohabía perdido.

 Amphios dio un paso adelante. —Dinos qué debemos hacer

señor.

Page 854: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 854/1720

Deon se movió para colocarse asu lado.

 —Cuenta conmigo, señor. A Hanno le entraron ganas de

besar a la pareja. Avergonzados posus compañeros, el resto asintió o

expresó su predisposición parauchar mascullando.

 —Debemos apresurarnos —dijo

—. Hacia la zanja. Ahí podemoformar una fila y por lo menotendremos algún tipo de obstáculopara ralentizar a los romanos¿Todos tenéis escudo?

 —Sí, señor —gritaron. —¡Conmigo! —Haciendo caso

omiso de los quejidos de

Page 855: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 855/1720

estómago, Hanno corrió hacia eenemigo.

El primer silbido romano sonó aveinte zancadas del foso. Fueseguido de otro y luego más de loque era capaz de contar.

¡Fiiiu! ¡Fiiiu! ¡Fiiiu! ¡Fiiiu!Le siguieron órdenes en latín

un rugido se fue alzando por entre

os legionarios. Hanno tenía eestómago revuelto. Estabaacostumbrado a situarse en mediode una línea de batalla paraenfrentarse a una carga romanapero hacerlo cuando sucompañeros eran un grupo de

hombres desarrapados cuyo valo

Page 856: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 856/1720

no podía darse por supuesto cuando les superaban en más decien a uno era una locura absoluta.

Bramó órdenes en el foso. Suhombres se desplegaron, en fila deuno. Hanno miró a ambos lados

notó cómo la rabia le palpitaba dempotencia tras los globos ocularesOtros oficiales también había

reunido a sus hombres en el fosopero eran pocos, muy pocos. La filaestaba llena de boquetes.

 —Moveos hacia la derecha —aulló—. ¡Moveos! ¡Juntaos con lasiguiente unidad!

Por suerte, sus soldado

advirtieron sus intenciones y se

Page 857: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 857/1720

esforzaron en obedecer. Paracuando los romanos se hubieroacercado a doscientos pasos, tavez diez veintenas de siracusanose habían agrupado. Hanno no veíaa Kleitos, pero el campamento era

o bastante grande como para quesu amigo estuviera en otro sitio cosus hombres. Había mantenido una

brevísima conversación con lodemás oficiales presentes: habíaacordado aguantar el máximoposible, antes de retirarse en emejor orden que pudieran. Nadiesabía si aquello llegaría a sucederpero era mejor tener un plan que

carecer de él. Hanno ocupó su luga

Page 858: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 858/1720

en el centro de sus soldados. Era laposición más ventajosa y la que lomantenía más cerca de todos ellosEscudriñó la línea romana, que seacercaba a buen ritmo. Era muchomás ancha que el frente siracusano

o cual significaba que searriesgaban a ser rodeadoenseguida.

«¿Qué coño estamos haciendo?» —Preparad los escudosmuchachos —gritó Hanno—Primero serán las jabalinas, doráfagas, y luego atacaránManteneos juntos entre vosotrosGolpead con los escudos y lanzad

estocadas con las espadas, igua

Page 859: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 859/1720

que ellos. —Estamos muertos —dijo un

voz—. Todos y cada uno denosotros. —El miedo se propagóentre los soldados; Hanno lo notabaen su propia boca.

 —¡R ESISTID! —bramó—. Recordada vuestros camaradas. ¡R ESISTID!

Tenía mérito que los hombres de

Hanno resistieran mientras loegionarios reducían la marcha anzaban las primeras jabalinadesde unos cincuenta pasosResistieron mientras los proyectilees caían encima, les dañaban loescudos y les herían. Resistiero

cuando les llovió una segunda

Page 860: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 860/1720

ráfaga de metal afilado, quedestrozó más escudos y causónuevas bajas. Resistieron inclusocuando, a treinta pasos, looficiales romanos ordenaron a suhombres que desenvainaran la

espadas y atacaran. Empezaron aflaquear cuando los gritos de guerrade los legionarios rasgaron el aire

Dejaron de aguantar cuando umuro de scuta enemigos, coronadocon cientos de cascos con penachode plumas, se acercó, cuando esuelo tembló bajo el peso de latachuelas de miles de sandaliasAullando de terror, se vinieron

abajo. Por lo que Hanno vio, lo

Page 861: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 861/1720

mismo le ocurrió al resto de losiracusanos.

Era difícil culparles. Hanno habíatenido la muerte cerca en muchaocasiones pero raras veces le habíavisto los dientes afilados u olido e

aliento fétido desde tan cercaHabía llegado el momento de echaa correr. No habría manera de

contener a los romanos, ningunaprórroga para quienes ya habíahuido. Ninguna posibilidad demantener unidos a sus hombresLos únicos que sobrevivirían seríaquienes poseyeran suficiente fuerzay determinación y gozaran del favo

de los dioses. La desesperación se

Page 862: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 862/1720

apoderó de Hanno mientras sepreguntaba si él era uno de loelegidos.

 —¡R ETIRADA! —gritó. Acontinuación—: Deon, Amphios os demás: manteneos lo más cerca

posible.Se giraron y volvieron por donde

habían venido. Por suerte, uno de

os senderos que conducía acampamento estaba justo detrás deél, dado que la presión era salvajeEra como si Hanno hubiera saltadoa un río con la corriente de inviernocuando los árboles caídos, arbustoy otros detritos vuelan de un lado a

otro, arriba y abajo, de izquierda a

Page 863: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 863/1720

derecha. No controlaba nada, nopodía hacer nada más que dejarselevar por la corriente. A escasadistancia, perdió el escudo. A durapenas consiguió conservar laespada. Hanno se esforzaba po

mantener el contacto con el sueloque tenía a los pies y luchó parareprimir el pánico que le bullía en e

pecho: si perdía el equilibrioestaba todo perdido. Cuando Deoapareció a su lado, fue como si seo hubieran enviado los dioses. Lapareja se cogió del brazo, lo cuaes permitió estar juntos mientras lamuchedumbre corría hacia e

extremo más alejado de

Page 864: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 864/1720

campamento. No había ni rastro deresto de sus hombres.

Hanno no estaba seguro de quédistancia habían recorrido cuandooyeron los primeros gritoprocedentes de atrás. Era imposible

saber lo cerca que estaban loromanos, pero estaban cercademasiado cerca. Desde aque

punto, pensó sombríamente, losiracusanos serían como gallinas eun gallinero cuando entra un zorroUn sonido de miedo animal se elevóde entre las tropas que huían, cascomo si se hubieran dado cuenta deaquello. Todos empezaron a

empujar incluso con más fuerza. A

Page 865: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 865/1720

su derecha, Hanno vio a un soldadoque tropezaba y caía de rodillas. Notuvo ocasión de ofrecerle ayuda, lamarea de siracusanos que huíadetrás resultaba inexorable. Nsiquiera los que iban detrás de

hombre caído aminoraron lamarcha. Se oyó un grito dedesesperación cuando lo pisotearo

y murió. Al cabo de un momentoHanno se arañó las espinillas demala manera con un escudodesechado. De no ser porque Deoe había tendido una mano, habríacaído al suelo.

 —Nunca lo conseguiremos, seño

—le gritó Deon al oído.

Page 866: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 866/1720

 A Hanno el instinto le gritaba lomismo. Miró a uno y otro lado. Latiendas de la izquierda estabamucho más cerca.

 —Salimos del camino y vamopor las tiendas. Las atravesamos.

 —Sí, señor. —A la de tres. Uno, dos, tres. —

Hanno soltó el brazo de Deon, se

giró y se dirigió a la izquierda comosi le fuera la vida en ello, lo cuaera el caso. El primer soldado con eque se encontró le soltó un insultomientras Hanno intentaba abrirsecamino.

 —¿Qué te crees que haces?

Pidiendo a los dioses que lo

Page 867: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 867/1720

perdonaran, Hanno golpeó ahombre en la mejilla con laempuñadura de la espada. Cayó asuelo con ojos vidriosos. Hannoocupó el espacio que había dejadoy notó que Deon le pisaba lo

talones. El siguiente soldado vioque llevaba la espada en alto y seo pensó dos veces antes de

plantarle cara. Hanno pasó de largoy dio un codazo a otro hombre en lacara y así fue como se libró de laocura. Deon se reunió con éenseguida.

 —¿Has visto a Amphios? —preguntó Hanno.

 —Ni de lejos, señor.

Page 868: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 868/1720

 —¿A alguno de los demás? —No, señor. —Mierda. —Hanno contempló e

caos que se desataba ante sus ojosAl cabo de un momento reconoció avarios de sus hombres entre la

multitud, pero a todos se les veíatotalmente atemorizados. No habíaforma de saber si Amphios lograría

abrirse camino. O si estaba vivosiquiera. —No podemos buscarle. —Lo sé, señor. Aquella era la única confirmació

que Hanno necesitaba. Alzó laespada e hizo un buen tajo en la

tienda más cercana y se internó e

Page 869: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 869/1720

ella, en el tufo de sudor masculino pedos rancios. Deon le siguiórápidamente a la confusión deechos del interior. En el umbraHanno se aseguró de no salir a todaprisa sin mirar. Sin embargo, no vio

ningún peligro y cruzó el boquetecon rapidez; pasó por encima deuna pila de platos y una olla con u

estofado todavía caliente, y por lapuertas abiertas de la tienda deenfrente. En el extremo hizo un tajoo bastante grande para pasar poél y así fue avanzando. Algunaveces se encontraban con otrosoldado, que, sin excepción, lo

gnoraba. En una ocasión, Deo

Page 870: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 870/1720

tuvo que amenazar a un hombrecorpulento de ojos desorbitadospero el resto de las veces bastó cor pasando de tienda en tiendaHanno fue perdiendo el miedo, locual le permitió maravillarse ante e

comportamiento borreguil de latropas que pululaban, empujaban gritaban por los senderos situados a

ambos lados. Lo único que teníaque hacer era pensar —lo que él Deon estaban haciendo era lo máógico—, pero casi nadie habíatenido esa idea.

Hanno reprimió su compasiónNo deseaba ningún mal a lo

siracusanos, pero su mala suerte

Page 871: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 871/1720

era positiva para él y necesitabahasta la última gota de buenafortuna si quería sobrevivir. Erecuerdo de las derrotasangrientas en las que habíaparticipado en el pasado se agolpó

en su mente. Si sus enemigos eradisciplinados, y los romanos lo eranpocos hombres sobrevivirían cuand

se vinieran abajo y echaran acorrer. Hanno seguía adelante popura cabezonería. Por eso y por lasuerte de ver que Deon permanecíaa su lado y permitía su carreraalocada y revitalizante por latiendas abandonadas. Siguió

avanzando.

Page 872: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 872/1720

Le resultó chocante salir de unatienda jadeando y encontrarse otrofoso a medio construir delante deél. Habían llegado al otro extremodel campamento siracusano. Máallá del terraplén, el terreno

descendía suavemente hacia el ríoen el que había nadado hacía unaeternidad. Hanno dirigió la vista

rápidamente al vado, donde seconcentraba la masa de soldadoque huían. Los romanos todavía nohabían llegado, pero eso nompedía que se desatara latragedia. Era un embudo naturaYa había hombres muriendo. Todo

sentido de la disciplina había

Page 873: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 873/1720

desaparecido. Cientos desiracusanos apartaban a empujonea los demás para entrar en el bajíodonde podían cruzar y huir deenemigo. Los heridos o débiles eraapartados o derribados en agua

más profundas, donde seahogaban. Algunos soldadoestaban tan desesperados po

escapar que acababaemprendiéndola a puñetazos cootros. Las espadas se alzaban descendían; la sangre fresca severtía en el terreno polvoriento. Locadáveres yacían boca abajo en lacorriente y tornaban el río

escarlata. Los heridos bramaban s

Page 874: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 874/1720

angustia. A Hanno se le encogía ecorazón. En una turba comoaquella, esos hombres tenían pocaposibilidades de sobrevivir.

Le llamó la atención emovimiento que había en la otra

orilla. Varios grupos de jinetes sealejaban hacia el este. Más allá deellos Hanno vio a cientos más: era

a caballería, que había conseguidoescapar. —Mira —indicó indignado—

Hipócrates ni siquiera ha intentadouchar. Ese cobarde huyó y nos dejóa los demás.

Deon frunció el ceño.

 —Maldito cabrón.

Page 875: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 875/1720

 —Eso es lo que es, sin lugar adudas. —Era otro motivo paraodiarle. «Dioses, ponédmelo aalcance de la espada, una solavez»—. Nos dirigiremos a un lugasituado más abajo del vado

Nuestra mejor opción es cruzar anado. ¿Te ves capaz?

Deon hizo una mueca.

 —Lo intentaré, señor. —Da igual, yo te ayudaré acruzar.

Deon le dio las gracias con uasentimiento.

Manteniéndose juntos, fuerobajando por la pendiente. El suelo

estaba lleno de armas y escudo

Page 876: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 876/1720

que los hombres habían dejadoatrás. Los soldados heridos que nopodían continuar alzaban las manoa modo de súplica, implorandoayuda o que pusieran fin a ssufrimiento a quienes pasaban

Hanno apretó la mandíbula y lognoró a todos. Todavía seencontraban bastante lejos de la

orilla cuando unos fuertes gemidode consternación le hicieron mirade nuevo hacia el campamento.

 —Mierda —oyó que decía Deoal tiempo que se le formaba unudo en la garganta por culpa demiedo. La orilla entera estaba a

punto de convertirse en u

Page 877: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 877/1720

matadero.De repente habían aparecido

varios grupos de legionarios edistintos puntos del campamentoHabían hecho lo mismo que Hannoy Deon y se habían abierto paso po

entre las tiendas. Hanno pensó queel oficial que había dado la ordeera un cabrón listo. Era el tipo de

decisión que habría tomadoQuintus. ¿Acaso estaba allí?, sepreguntó Hanno por un momentoEn aquel preciso instante, dabagual. La jugada de los romanoservía para adelantarse al máximode siracusanos que huían y había

funcionado. A los soldados que

Page 878: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 878/1720

estaban más cerca de loegionarios les entró el pánico huyeron hacia el vado hechos uhervidero desorganizado enfurecido. Detrás de Hanno, laucha por cruzar se tornó incluso

más encarnizada. —Quítate la armadura —ordenó

a Deon—. Flotarás mejor.

 —Mira.Hanno siguió con la mirada ebrazo extendido de Deon.

 —¿Qué es eso? —Ahí, señor, cerca del soldado

que lleva el casco beocio. Pobrediablo.

Hanno se quedó mirando y a

Page 879: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 879/1720

final vio al hombre que Deon habíadescrito a unos trescientos pasos ddistancia y a medio camino entre sposición y la de los romanos. Ecorazón a punto estuvo deparársele. Una mujer estaba

nclinada sobre otra, tirando de ellantentando enderezarla. Tenía ecabello oscuro. Su silueta le

resultaba familiar. Sintió que leatenazaban las garras del terrorAurelia estaba en Siracusa. Npodía ser ella, ¿o sí? La mujer miróa los romanos, que se colocaban eformación obedeciendo la orden deos oficiales, y ella miró hacia el río

con desesperación. Hanno lanzó u

Page 880: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 880/1720

uramento virulento. Sí que eraAurelia.

 —Márchate —ordenó—. Sálvate. —¿No estarás pensando en ir al

arriba, señor? —La voz de Deodestilaba incredulidad—. Es u

suicidio. —Es mi mujer. No me queda

más remedio. —«No puedo dejarla

morir así como así»—. ¡MárchateQue los dioses te protejan.Deon miró a Hanno con u

respeto profundo al saludarlo. Segiró y se marchó.

Espada en mano, Hanno empezóa correr hacia el lugar en el que

había visto a Aurelia. Curiosamente

Page 881: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 881/1720

tenía cierta ventaja abrirse paso eas fauces de la muerte. La mareade siracusanos fue menguando amedida que subía la cuesta, lo cuae permitió avanzar más rápido queantes. Muchos de los soldados que

se batían en retirada ni siquiera sedieron cuenta de lo que hacíaAlgunos lo miraban sin dar crédito a

sus ojos; un par de hombres ledijeron que estaba loco. Hanno nose molestó en responder y siguiócentrado en la silueta de la mujer.

Oyó la orden en latín procedentde la cima.

 —¡Formación cerrada!

Otras voces repitieron el grito. E

Page 882: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 882/1720

estómago se le encogió de miedonuevamente mientras los escudochocaban entre sí: los romanoestaban a punto de avanzar. Hannoechó a correr a toda velocidad. Unarisotada histérica escapó de su

abios al ver a la mujer, que dealgún modo había conseguido alzaa su compañera del suelo. Si no era

Aurelia, moriría por nada. De todaas bromas pesadas que los diosee habían hecho en la vida, aquellasería la peor.

Sin embargo, en cuanto seacercó más se sintió aliviado. Sí quera Aurelia y estaba ayudando a

otra mujer de rostro ceniciento

Page 883: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 883/1720

Aquella mujer lo vio primeromasculló algo y Aurelia volvió lacabeza. Abrió la bocaconmocionada.

 —¡Hanno! ¿Cómo nos haencontrado?

 —Por pura casualidad y por unsoldado llamado Deon. —Leentraron ganas de preguntar qué

demonios estaba haciendo allí, perose limitó a decir con aspereza—¿Elira también está aquí?

 —No. No ha querido venir. —Entonces es que es má

sensata que tú. —Lanzó una miradaa la acompañante de Aurelia—. ¿E

grave la herida?

Page 884: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 884/1720

 —¡ADELANTE! —gritó una voz eatín. Hanno hizo una mueca dedolor pero no miró a los romanos.

La mujer había vuelto adesfallecer con expresióresignada.

 —Creo que tengo la piernzquierda rota. He tropezado y mehe caído en lo alto de la pendiente.

Hanno se la quedó mirando. Unhemorragia subcutánea rodeabauna fea protuberancia en la caranterior de la pantorrilla izquierda«Mierda.»

 —No hay duda de que estáfracturada.

 —Ya le he dicho a Aurelia que

Page 885: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 885/1720

Page 886: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 886/1720

parte. Y ellos tampoco en esomomentos. Se buscó algo dehumedad en la boca pero no laencontró.

 —Tenemos que marcharnosahora mismo o moriremos —

masculló—. Te llevaré. —No puedes —dijo la mujer.Hanno vio el miedo —y la

esperanza— que se reflejaban esu rostro. Alargó la mano. —Sí que puedo. Te colgaré a m

espalda.La mujer endureció la expresió

al encontrar una nuevadeterminación.

 —Si me llevas no tendremo

Page 887: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 887/1720

ninguna posibilidad. Sin mí, quizásobreviváis.

 Aurelia estaba horrorizada. —¡No podemos abandonarte! —No tenéis más remedio

Incluso una vez cruzado el río

tendréis que moveros rápido. Yo oenlenteceré.

Hanno lanzó una mirada a

Aurelia y siseó: —Tiene razón. Aurelia vaciló antes de sujetar e

brazo de la mujer a modo dedespedida.

 —Que los dioses te acompañen. —Y a vosotros. —Sacó un puña

de entre los pliegues del vestido—

Page 888: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 888/1720

A lo mejor puedo llevarme a uno deellos conmigo.

Hanno arrastró a Aurelia fuerade allí. Medio caminando y mediocorriendo, la condujo colina abajopor encima de la masa de

equipamiento, armas y cuerposCuando Hanno volvió la vista atrása silueta encorvada de la muje

casi había quedado engullida por emuro de romanos que avanzabaAlbergó la vana esperanza de qumuriera rápido y Hanno rezó poello de todas formas. Era lo mínimoque se merecía.

 Alcanzaron la orilla cerca de

vado, que resultaba intransitable

Page 889: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 889/1720

debido a la gran cantidad dehombres que intentaban cruzarloHanno se quitó la corazarápidamente. Flanqueados pomuchos otros que habían tenido lamisma idea, consiguieron cruzarlo a

nado. En cuanto estuvieron al otroado, al igual que cualquier presa aa que se quiere dar caza, miraro

detrás de ellos. La línea romana yacasi había llegado al pie de lacolina. Al cabo de un momentocuando los legionarios atacaron a lamasa de siracusanos agrupadounto al vado se oyó un estruendohorripilante. Hanno hizo todo lo

posible para ignorar los grito

Page 890: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 890/1720

subsiguientes. Esperó que Kleitoen concreto sobreviviera a lo queestaba por venir. Instando a Aureliapara que siguiera adelante, seencaminó a la seguridad queofrecían los árboles que bordeaba

el extremo oriental del valle. Habíadocenas de soldados que corrían ao largo de ellos. Todos ellos lucían

a misma expresión atormentadaNadie hablaba porque no habíanada que decir.

Hanno no paró hasta que lomúsculos de las piernas letemblaban de agotamiento. Aureliano se había quejado, pero a ella

también se la veía a punto de

Page 891: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 891/1720

desfallecer. Se habían internado enel bosque y estaban a una buenaaltura por encima del valle, amismo nivel que la nube de buitreque rondaba por encima de sucabezas. A lo lejos todavía se oía

sonidos de combate —gritos dehombres, choque de armas—, perohacía un rato que no veían a nadie.

 —Descansemos un poco —sugirió Hanno. Aurelia se dejó caer al suelo co

un gemido.«Gracias por tu protección, Baa

Safón —pensó Hanno con fervor—Acompáñanos.»

 Al cabo de un rato, Aurelia

Page 892: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 892/1720

evantó la cabeza. —¿Qué deberíamos hacer? —No tan rápido —dijo Hanno

que recuperó la ira que sentía—¿Qué demonios estabas haciendoen el campamento de lo

seguidores? Aurelia tuvo el detalle de

sonrojarse.

 —La idea de no verte durantevete a saber cuánto tiempo meresultaba insoportable. ¿Y si nohubieras regresado?

 —¿Cuándo pensabas buscarme? —En cuanto contactáramos co

Himilcón. No quería interferir en tu

obligaciones antes de eso.

Page 893: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 893/1720

Le entraron ganas dezarandearla.

 —¡Tu imprudencia ha estado apunto de matarte! Si Deon no telega a ver...

 —Lo sé. Lo siento. —Empezó a

sollozar.Su ira se esfumó. La había

rescatado; habían escapado. Le

puso una mano en el hombro. —Ahora estás aquí. Estamountos.

De una forma descabelladalegó a la conclusión de que la vidahabía dado un vuelco positivo. Sograban evitar a los romanos, le

esperaba la seguridad de la ciudad

Page 894: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 894/1720

de Acragaste, un objetivo naturapara Himilcón.

Page 895: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 895/1720

15

15

Una radiante mañana, Corax Vitruvius convocaron a sus hombre

al amanecer. Aquello de por sí noera inusual, pero la mueca adustade los centuriones mientras iban de

tienda en tienda resultaba lo

Page 896: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 896/1720

bastante elocuente. —Sabía que las cosas iba

demasiado bien para durar —masculló Urceus mientras emergíade entre las mantas.

 —Lo cierto es que lo hemo

tenido bastante fácil desde que aHipócrates le dieron una patada eel culo —dijo Mattheus, bostezando

—. Pero no pintó bien cuandolegaron Himilcón y su puñeteroejército, ¿eh?

Los demás profirieron rugidos deacuerdo, incluido Quintus.

 —Pero Marcelo sabía lo queestaba haciendo. —Como de

costumbre, Mattheus estaba listo

Page 897: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 897/1720

para hablar en cuanto abría los ojo—. ¿Por qué dejar la seguridad denuestros muros cuando podríamoquedarnos donde estábamos gritar obscenidades a los guggaEnseguida se marcharon a intenta

tender una emboscada a la nuevaegión llegada de Italia.

El comentario provocó una

cuantas risitas de culpabilidadNadie habría deseado ningún dañoa los refuerzos, pensó Quintus. Erealidad, eran muy bien recibidospero su pellejo y el de sucamaradas importaban más que ede los soldados que ni siquiera

conocían.

Page 898: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 898/1720

 —Sin embargo, fue bueno quHimilcón no los alcanzara —reconoció—. La decisión de scomandante de tomar la rutacostera fue sabia porque nuestraflota pudo seguir a la legión para

protegerla. —Sí, menuda pinta cuand

aparecieron —declaró Urceus—

Sobre todo cuando los guggalegaron a la mañana siguienteSiguieron unos días tensos, peroMarcelo mantuvo la calma y nohizo quedarnos quietos detrás deas fortificaciones. Cuando nonegamos a luchar, Himilcón no

podía hacer mucho más aparte de

Page 899: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 899/1720

argarse. —Volvió a ensombrecer esemblante—. Desde entonces lasituación se ha calmado. ¿Por quétengo la impresión de que está apunto de cambiar?

Quintus asintió apesadumbrado

Corax tenía un plan. Rezó para queno fuera demasiado arriesgadoarde o temprano tendrían que

enfrentarse a los soldados deHimilcón, pero, por el momentoestar apostado en las murallas deSiracusa era preferible quecualquier otra misión.

 —Ya veo cuánto os alegráis deverme esta hermosa mañana —

gritó Corax cuando estuviero

Page 900: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 900/1720

reunidos ante él. Perplejos, lohombres miraron a su alrededor el centurión rio por lo bajo de spropia broma—. Ya sé que marchaarriba y abajo durante la guardia ogusta, pero así no se gana la guerr

contra Sicilia, ¿verdad que no? —No, señor —repusiero

algunos hombres.

 A Corax le destellaban los ojos. —Me gustaría veros un poco máentusiasmados.

 —¡NO, SEÑOR ! —bramaron.Corax pareció quedarse un poco

más satisfecho. —Todos nos hemos estado

planteando cuál va a ser e

Page 901: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 901/1720

siguiente movimiento del hijo deputa de Himilcón. Pues ya se sabe.

De repente, todos prestaroatención a las palabras de CoraxLos defensores de Siracusa nopensaban ir a ningún sitio, pero la

fuerza cartaginesa recién llegadatenía libertad de movimientosParte de su misión consistía en que

eso supusiera una dificultad paraHimilcón.Corax hizo una pausa y miró a

su alrededor. —¿Os gustaría saber dónde está

ese canalla? —preguntó al final. —¡SÍ, SEÑOR !

 —Ha llevado a su ejército a

Page 902: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 902/1720

Murgantia, una de las ciudades queempleamos como almacén degrano. Parece ser que cuando llegóos habitantes se alzaron contra laguarnición y entregaron el lugar todos sus suministros a la causa

cartaginesa.No hizo falta que Corax invocara

una respuesta pues unos grito

airados llenaron el ambiente. Éasintió a modo de aprobación. —Así que este invierno cuando

no tengáis harina suficiente parahacer pan, ¡ya sabéis a quiéecharle la culpa!

Sus hombres bramaron incluso

con más fuerza.

Page 903: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 903/1720

 —¿Vamos a marchar sobreMurgantia, señor? —gritó Urceus.

 —Por desgracia, no —repusoCorax—. Marcelo ha decididoencomendar otra misión a estemanípulo. También hay otras

ciudades amenazadas. ¿Habéis oídohablar de Enna?

 —Está en el centro de la isla

nos es leal —explicó Quintus. —Correcto, pero nos es leal poa guarnición romana. Scomandante es un hombre llamadoLucio Pinario, un soldado válido queha hecho mucho para asegurarsede que la ciudad permanece e

manos romanas. Sin embargo, a

Page 904: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 904/1720

pesar de lo mucho que se haesforzado, nuestros contactos nodicen que los habitantes quierecambiar de bando.

L o s hastati elevaron un rugidde furia.

 —Pinario ha informado a Marceloy le ha pedido refuerzos. —Corahizo una pausa y dejó que

asimilaran sus palabras—. Estemanípulo va a formar parte de lafuerza enviada para responder a lapetición de Pinario. Nuestro debeconsistirá en reforzar la guarnicióde Enna y seguir las instruccionede Pinario en todo momento.

 —¿Hasta cuándo, señor? —

Page 905: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 905/1720

preguntó una voz. —Hasta que Pinario consider

que ya no nos necesita.Los soldados intercambiaron una

mirada sin saber muy bien cómotomárselo. Su misión podía se

sumamente fácil, pues estaacuartelados en una ciudad ofrecíamuchas más comodidades que

estar en un campamento de asedio—sobre todo por la presencia demujeres—, o especialmentepeligroso. Si Himilcón llegaba paratomar Enna, podían quedarseatrapados o incluso morir.

 —¿Cuántos soldados más habrá

señor? —gritó Urceus.

Page 906: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 906/1720

 —Nos acompañará otrmanípulo, el del centurión Pera. —La voz de Corax no transmitió nadapero sus ojos destilaban ira.

 —¿El mismo capullo al quCrepo venció en la carrera de

caballos, señor? —preguntó una vodesde el fondo del manípulo. Seoyeron unas cuantas risillas tonta

y a Quintus le pareció ver unamueca en los labios de Vitruvius. —Por esta vez voy a fingir que

no he oído nada —espetó Coraxpero con menos severidad de la quecabría esperar—. Ya conocéis aPera, es un centurión veterano y no

toleraré ninguna falta de respeto

Page 907: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 907/1720

hacia su persona. ¿Queda bieclaro?

 —¡SÍ, SEÑOR ! —gritaron. A Quintus le costaba creer la

mala suerte que había tenido. Detodos los centuriones del dichoso

ejército, ¿por qué tenían queescoger a Pera para acompañarleen la misión? Lanzó una mirada a

Urceus y dijo «cabrón» moviendoos labios, pero eso era todo lo quepodía hacer.

Corax asintió satisfecho. —Nos marchamos en el plazo de

una hora. Enna está a apenaciento veinte kilómetros de aquí

quiero que lleguemos allí en cuatro

Page 908: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 908/1720

días. Viajad ligeros. Llevad solocomida suficiente para la marchaRomped filas!

L o s hastati obedecieron coenergía.

Los compañeros de Quintus se

pusieron enseguida a soñadespiertos con las tabernas y laprostitutas que se encontrarían e

Enna, pero él no dejaba de pensaen al rostro sonriente de Peraendría que estar alerta

continuamente para evitaproblemas.

 —Nada que ver con lo qu

Page 909: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 909/1720

maginábamos, ¿verdad? —planteóQuintus para llamar la atención deun lugareño de Enna. Scomentario cayó en saco rotoQuintus estaba convencido de queel hombre hizo un gesto obsceno

cuando giró de forma abrupta poun callejón para evitarle a él y aUrceus.

 —Pues no, hay que fastidiarse —gruñó Urceus, que apartó de unapatada a un chucho raquítico que lehabía enseñado los dientes. Aulló echó a correr antes de que Urceutuviera tiempo de arrearle con lasandalia—. Desagradamos hasta a

os perros.

Page 910: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 910/1720

Quintus sonrió con acritudHabía transcurrido apenas unasemana, pero desde los taberneroa los tenderos, pasando por laprostitutas y acabando en lobodegueros, nadie de Enna parecía

estar predispuesto a favor de loromanos. No se negaban aservirles, pues aquello habría sido

una soberana tontería dado etemperamento iracundo de loegionarios, pero lo hacían con unaactitud arisca y descontenta.

 —No querían que vinieran lohombres de Pinario, así que no ede extrañar que nosotros tambié

es disgustemos.

Page 911: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 911/1720

Urceus alzó la vista al oír uruido por encima de ellos. Unamatrona de aspecto respetable lomiraba con expresiódesaprobatoria desde la segundaplanta de una casa de tamaño

considerable. —¿Me quieres chupar la polla? —

gritó en un griego horroroso

Escandalizada, la mujer se retiró cerró las contraventanas con fuerza—. Por mí, que se vayan todos aHades —dijo Urceus con uescupitajo—. Han jurado lealtad aRoma y esto es lo que hay, lesguste o no.

 A Quintus no le quedó má

Page 912: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 912/1720

remedio que estar de acuerdocuando se vio obligado a sortear ucharco especialmente grande deorina y excrementos humanosodas las calles estaban igual

Normalmente solo los ciudadano

más pobres se deshacían de sudesperdicios de esa manera, peroncluso ellos tendían a utilizar lo

estercoleros situados en lapequeñas vías situadas entre loedificios. Pero no en Enna. Lohabitantes no se atrevían a mostraabiertamente lo mucho que ledesagradaban los romanos así queo hacían de ese modo.

También había otras maneras

Page 913: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 913/1720

Quintus no era el único en habeolido el tufo de la orina en latabernas sórdidas que flanqueabaas callejuelas. Los legionariohabían saqueado varias tabernapor ello. Lo cual, a su vez, había

provocado que los líderes de laciudad se quejaran con vehemenciaa Pinario y entonces se había

promulgado la orden de nofrecuentar tales establecimientos sopena de recibir una azotaina o algopeor. Por supuesto, eso no habíaevitado que los soldadocontinuaran haciéndolo. Quintus sus compañeros pensaban que

Pinario se había limitado a dar esa

Page 914: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 914/1720

orden en pos de las aparienciaspero había conseguido disminuir loepisodios de violencia. Lotaberneros sabían que si servíavino sin añadir nada raro, suocales no acabarían destrozado

sin posibilidad de arreglo.Se detuvo al llegar a una

bifurcación y frunció el ceño.

 —No creo que importe. Por lodos llegaremos ahí, ¿no? —Seguro. —Enna estaba situada

en lo alto de una colina, limitadapor murallas, por lo que erabastante pequeña. Los edificios seextendían más allá de la

fortificaciones, a lo largo de la

Page 915: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 915/1720

carretera que serpenteaba haciaarriba desde el fértil valle de máabajo, pero el centro neurálgico dea población, el ágora central, lotemplos, las casas palaciegas oficinas de los gobernantes, as

como los mejores comerciosestaban situados dentro del círculoprotector de las imponente

murallas. —No cuesta orientarse, nsiquiera estando cabreado. —Tomóa calle de la izquierda.

Urceus soltó una risita. —Tenemos que encontrar la

taberna en la que estuvimo

anoche. ¿Te acuerdas de cómo se

Page 916: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 916/1720

lamaba? —Me parece que es por ahí. «La

Luna Llena». —Esa. El dueño era much

menos antipático que los demámbéciles de por aquí, ¿verdad? Y

está claro que a esa camarera deas tetas gordas le gusté.

 —Tan optimista como siempre

Urceus. ¡Te sonrió una vez! —Basta con eso para daesperanza a un hombre. Mejor esoque la forma como nos han recibidoen la mayoría de los sitios.

 —Cierto, pero yo sigo sin fiarmede ninguno de ellos. Me alegro de

que Pinario nos ordenara i

Page 917: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 917/1720

armados en todo momento. —Sí. No me gustaría pasearme

solo por aquí.Cincuenta pasos más adelante

vieron un pequeño cartel demadera clavado en la pared de una

casa en la esquina de un callejónRepresentaba una gavilla de trigomal pintada bajo una luna llena,

debajo «TABERNA» y «BUEN VINOPRECIOS ASEQUIBLES» en griego. —¡Ahí está! —exclamó Urceus—

¿Te apetece tomar algo rápido? —Estamos de servicio. —¿Y qué? No veo a ningú

oficial, ¿y tú?

Quintus pasó de largo.

Page 918: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 918/1720

Urceus se quejó un poco perohizo lo mismo.

Quintus había avanzado unodoce pasos cuando oyó un brevegrito de dolor. Le siguió unarisotada. Lanzó una mirada a

Urceus. —Eso ha salido de La Luna Llen

—afirmó Urceus.

El sonido se repitió y volvió aoírse una risotada. —A lo mejor alguno de lo

nuestros está en apuros —apuntóUrceus.

 —Vamos —dijo Quintus—. Si sonugareños, los dejamos estar.

 Aunque era el mediodía, poc

Page 919: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 919/1720

uz se filtraba en el estrechocallejón, situado entre un par deedificios de tres plantas. Trozos decerámica rota, huesos de animaley otros deshechos crujieron bajosus sandalias.

 —Por todos los dioses, norecordaba que estuviera taasqueroso —reconoció Quintus

Olisqueó—. Ni tan apestoso.Urceus guiñó un ojo. —Es increíble ver cómo la sed d

un hombre antes de beber y eresplandor de felicidad a salrededor que le aporta le vuelveajeno a todo lo que le rodea.

 —¡Dejadla tranquila, por favor!

Page 920: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 920/1720

La angustiosa súplica les hizocorrer hacia la entrada de La LunaLlena. En el exterior encontraron aun grupo de artesanos locales, auzgar por las manos encallecidas as túnicas manchadas. No se le

veía muy contentos. A Quintus le pareció que un

decía:

 —Más romanos de mierda. —¿Qué está pasando aquí? —preguntó en griego.

 A los lugareños les sorprendióque les hablara en su propiodioma.

 —Algunos de los vuestros se

están propasando con la camarera

Page 921: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 921/1720

Nos hemos quejado y nos han dichoque nos marcháramos o nodestriparían —contestó el hombreque había mascullado el insulto—Seguro que habéis venido a haceo mismo.

 —¡Cuidadito con lo que dices! —espetó Quintus—. ¿Cuántos son?

 —Cinco —fue la respuesta.

Quintus tradujo rápidamentepara Urceus. —¿Crees que puede tratarse de

nuestros hombres? —Solo hay una manera de

averiguarlo —reconoció Urceucuando oyeron un grito.

Irrumpieron en el local con lo

Page 922: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 922/1720

escudos preparados y Quintus ecabeza. Era tal como lo recordabaEl local era rectangular y estabatenuemente iluminado popequeñas lámparas de aceitedispuestas en hornacinas. El suelo

de tierra estaba cubierto por unamezcla de arena y juncos. Emobiliario lo formaban unas mesa

sencillas y unos bancos. Al fondohabía una barra hecha cotablones; en el muro posteriohabían garabateado el precio devarios vinos. No había ni rastro dedueño y Quintus supuso queprobablemente estuviera escondido

en la trastienda.

Page 923: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 923/1720

Había cinco legionarioarremolinados alrededor de unamesa situada a un lado, deespaldas a Quintus y UrceusIntercambiaban risas y chisteascivos, pero bajo las bromas se

oían los gemidos de una mujerQuintus se asomó. Entre losoldados distinguió a la camarera

despatarrada encima de la mesaenía el vestido hecho jirones y losbrazos y las piernas atadas cocuerdas. Uno de los legionarios lecolocó la mano en la entrepierna, locual la hizo volver a gritar.

 —¡Cállate, zorra! —espetó otr

de sus torturadores, que le dio u

Page 924: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 924/1720

manotazo en la cabeza. —No son de nuestro manípulo —

e susurró Quintus a Urceus—. ¿Sohombres de Pinario o de Pera?

 —Deben de ser de Pera. Losoldados de Pinario no incumpliría

sus órdenes de una forma tadescarada, ¿no crees?

 —Y yo qué sé. ¿Nos marchamos

o nos metemos? —Quintus queríaayudar a la chica, pero no queríatener a Pinario encima ni dar a Peraotro motivo para odiarlo.

Urceus le dio la solución. —¿Qué está pasando aquí? —

gritó, imitando a Corax.

Se hizo un silencio repentino

Page 925: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 925/1720

Los legionarios se volvieron. Siembargo, la sorpresa no les durómás de dos segundos.

 —¿A ti qué te parece, imbécil? —preguntó un hombre de labiocarnosos y piel muy bronceada—

Nos vamos a turnar todos con estaputa.

 —No es ninguna puta —gruñ

Urceus—. Como bien sabríais si ohubierais molestado en preguntarleLabios Carnosos lanzó una

mirada a sus compañeros. —¿Habéis oído a este capullo

Teníamos que haberle preguntadoa la zorra si nos dejaba follarla!

Todos se echaron a reír, pero

Page 926: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 926/1720

sus expresiones no eran nadaamistosas.

 —Esto va contra las órdenesVuestro oficial al mando se enteraráde esto —dijo Quintus en voz altaYa se había dado cuenta de que los

escudos y jabalinas de loegionarios estaban apilados junto a puerta, detrás de él y de Urceus

Era un pequeño consuelo. —El centurión Pera nos dijo quehiciéramos lo que nos diera la ganasiempre y cuando nadie se queje —farfulló otro legionario, un hombremenudo con un ojo bizco—Pensábamos cortarle el cuello

después, así no podrá decir ni una

Page 927: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 927/1720

palabra, ¿verdad que no?Sus compañeros se rieron a

gusto. La camarera debía deentender algo de latín porqueempezó a llorar.

 —Podéis apuntaros o largaros y

dejarnos tranquilos —dijo LabioCarnosos—. Vosotros mismos.

 —Ya veo —repuso Quintus con

ndiferencia, aunque el corazón lepalpitaba con tal fuerza que sepreguntó si los legionarios le oía—. ¿Qué hacemos, compañero? —preguntó a Urceus.

 —No pienso dejarla aquí parque la violen y la maten —masculló

Urceus—. ¿Y tú?

Page 928: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 928/1720

Hicieran lo que hicieran, iban ameterse en líos, pensó QuintusPero no podía quedarse de brazocruzados y permitir que mataran asa una pobre desgraciada, sobretodo teniendo en cuenta que era

os hombres de Pera. —No. —¿Jabalinas primero?

 —Sí, yo apuntaré a LabioCarnosos. Tú dedícate al Bizco. Yanos encargaremos de los demácuando los hayamos abatido.

El techo era lo bastante altopara que la pareja alzara los pilapor encima de sus cabezas tal como

harían en la batalla.

Page 929: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 929/1720

 —Apartaos de la chica —ordenóQuintus.

 —¿La queréis toda parvosotros? ¡Putos egoístas! —exclamó Labios Carnosos, aunquedirigió la mano hacia la

empuñadura de la espada. —Seguro que podemos co

estos hijos de perra —afirmó e

Bizco con una mirada lascivaLabios Carnosos soltó una risaburlona; sus compañeroempezaron a apartarsetímidamente de la mesa.

La tensión fue en aumento Quintus se preparó para luchar.

 —Otro paso y acabarás con m

Page 930: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 930/1720

pilum en el pecho —le gritó aLabios Carnosos—. Mi compañerose encargará de tu amigo bizco nos desharemos de los demás aespadazo limpio. No deberíaresultar demasiado difícil, dado que

ninguno de vosotros lleva escudosmbéciles.

Nadie se movió durante u

nstante. Dos. Tres. Al fondo, lacamarera sollozaba. Se oía emurmullo de voces airadaprocedente del exterior, los clientesa los que los legionarios habíaechado.

Labios Carnosos los miraba

enfurecido, pero apartó la mano de

Page 931: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 931/1720

gladius. Sus compañeros parecíagual de cabreados, pero ningunntentó coger el arma, lo cuaalegró a Quintus. Una cosa eraamenazar a sus propios hombres otra muy distinta era herirlos o

matarlos. —Menos mal que sois sensatos

Quiero que paséis despacio po

delante de nosotros, uno por unoEl primero que cometa unaestupidez se llevará un pinchazo deabalina en el ojo. Cuando estéis eel callejón os podéis largar.

Labios Carnosos desvió lamirada hacia el Bizco.

 —¿Y nuestros escudos y los pila?

Page 932: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 932/1720

 —¿Nos tomas por imbécilesmollis follaculos? —replicó Urceus—Ya volveréis a recogerlos mástarde.

Fulminándolos con la mirada, locinco legionarios desfilaron delante

de los amigos. Quintus no se relajócuando hubieron salido de lataberna. Dejó que Urceus se

ocupara de la camarera, se acercóa la puerta y los observó mientrase marchaban callejón arribahablando enfadados entre ellos mirando a menudo por encima dehombro. El grupo de lugareños leobservó con evidente sorpresa

Quintus confiaba en que difundiera

Page 933: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 933/1720

a noticia de lo que él y Urceuhabían hecho y que tuviera algunaconsecuencia positiva.

 —¿Ya se han ido? —preguntóUrceus.

 —Me parece que sí. Será mejo

que nosotros también nomarchemos, por si vuelven coalguno de sus amigos.

Juntos cogieron los escudos y laabalinas de los legionariosMientras se marchaba con loúltimos, Quintus vio que el dueñoun hombre de mediana edad y teamarillenta, aparecía por entre lasombras de detrás de la barra.

 —Cierra la puerta hasta mañana

Page 934: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 934/1720

por la mañana como mínimo —lendicó—. Si los soldados vuelven, nrespondo de tu integridad.

El tabernero asintió. —Gracias, señor. Es mi hija. —Sería mejor que no aparecier

por aquí durante un tiempo. Emenos probable que intenteabusar de los camareros.

 —Entiendo.Quintus se giró para marcharse. —¿Señor?Se dio la vuelta.

 —Nunca podré recompensartepor lo que acabas de hacer, pero sdecidieras volver a esta taberna, t

y tu amigo tendréis vino a raudales

Page 935: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 935/1720

Urceus se relamió y Quintudesplegó una amplia sonrisa.

 —Algún día te tomaremos lapalabra. —Hizo una seña a Urceus salieron por la puerta.

 —Cielos, pero qué pechos ta

hermosos tiene —exclamó Urceuen cuanto estuvieron fuera—. Y poo que a ella respecta...

 —Por el Hades, ¿es que nopiensas en otra cosa? —inquirióQuintus, riendo—. Podríamos habeacabado muertos.

 —¿Qué hay mejor que pensar eun cuerpo como el de ella? Yapuedo morir contento después de

haberlo visto.

Page 936: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 936/1720

 —¡Venga ya, Príapo! Mejor queregresemos o Corax va a empezar apreguntarse dónde estamosMantuvieron los escudos alzadocuando salieron a la calle máancha, pero no había ni rastro de

os legionarios—. ¿Crees que se locontarán a Pera?

 —Lo dudo. Las ratas como esa

se escabullen cuando las ponen eevidencia. —De todos modos, no estaría de

más informar a Corax —dijo Quintual recordar el rapapolvo que habíarecibido después de la carrera decaballos—. Mejor que esté de

nuestro lado si esos cabrones le va

Page 937: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 937/1720

con el cuento a Pera.Urceus hizo una mueca.

 —Sí, supongo.Por mucho que hubieran hecho

o que Pinario les había ordenadoQuintus se sentía igual de reacio a

confesar sus actos ante Corax. Scenturión los consideraba buenosoldados, pero eso no significaba

que no fuera a castigarlos si lo creíaoportuno. Era una lástima que nohubieran tomado una copa rápidaantes de marcharse de la tabernapensó. Una dosis extra de coraje nes habría ido mal.

Page 938: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 938/1720

 Al final Corax no llegó acastigarles. Los llamó imbéciles entrometidos. También prohibió atodo el manípulo que visitaratabernas del tipo que fuera en efuturo inmediato, pero así quedó la

cosa.Para alivio de los amigos, Pera

no apareció en los siguientes do

días. En Enna seguía reinando latensión. A las patrullas les llovíafruta y hortalizas podridas queanzaban los asaltantes escondidoen las azoteas. Las alcantarillas quservían las casas requisadas para laguarnición se obstruían de forma

misteriosa. Buena parte del grano

Page 939: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 939/1720

que se había reservado para loegionarios tuvo que reponersedespués de que unas personas nodentificadas entraran en ealmacén donde se guardaba y loestropearan con una mezcla de vino

barato y aceite de oliva rancioCada mañana en un edificio traotro aparecían pintadas nueva

maldiciendo a los romanos orepresentándolos siendo derrotadopor los cartagineses. Todos los díasdelegaciones de los gobernantes dea ciudad se presentaban en ecuartel de Pinario para quejarse decomportamiento vulgar de su

hombres y de su negativa constante

Page 940: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 940/1720

a entregar las llaves de la ciudadque habían pedido.

Corax contó a sus hombres quePinario se había hartado de intentasatisfacer a los gobernantes deEnna.

 —No vamos a cometer ningunestupidez, como destrozar tabernao matar al tuntún, pero tampoco

vamos a tolerar tonterías de suhabitantes. Todo aquel al queencontremos cometiendo fechoríacontra la guarnición será conducidoa rastras ante Pinario. Los castigoque se aplicarán pueden ser azotesamputación y, si es necesario

crucifixión.

Page 941: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 941/1720

 A pesar del endurecimiento desu postura, la moral de loegionarios se vio afectada por lahostilidad del ambiente. Era durovivir en un lugar en el que lareglas típicas de la guerra no se

aplicaban por completo y donde noeran bien recibidos. Entre lomanípulos se rumoreaba a toda

horas que Himilcón y su ejércitoestaban a punto de llegar a lapuertas, que los sacerdotes de loPalicos, los dioses gemelos localeshabían estado rezando en scontra, que los vientos fuertes y laluvias torrenciales que se había

producido una noche eran una seña

Page 942: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 942/1720

de Júpiter de que iban a secastigados.

 A Quintus le entró sed cuando éy Urceus acabaron el turno despuéde la tormenta. Se le habíaacabado las reservas de vino

porque las había donado a sucompañeros para aplacar su iradespués de que Corax le

prohibiera visitar las tabernasCaminaba de un lado a otro de lapequeña habitación que le habíatocado a su contubernium, parte deun apartamento en un edificio tipocenacula cercano al cuartel dePinario y el ágora.

 —¡Siéntate de una vez! —gruñ

Page 943: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 943/1720

Marius—. El ruido de tus dichosatachuelas me saca de quicio.

Quintus no le hizo caso y siguiócaminando de un lado a otroHabían regado la cena, ya acabadacon agua de la fuente pública. Lo

ugareños la usaban para ellos, asque nadie la había manipuladopero no era vino. El día había sido

argo y caluroso y los habitanteestaban incluso más ariscos que decostumbre. ¡Por todos los dioses, loque daría por una copa!

 —¿Qué te ha entrado? —preguntó Urceus desde la cama. Locarpinteros habían recibido e

encargo de hacer literas y ahora

Page 944: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 944/1720

todos los contubernia las tenían ea habitación. Tras haber vivido entiendas durante meses, parecíatodo un lujo.

 —Daría lo que fuera por un pocode vino.

 —¿Y no por un coño? —preguntóMattheus—. ¡Eso es lo que megustaría a mí!

 —¡Yo quiero los dos! —dijoMarius. Todos se echaron a reír. —Toma un poco del mío. —

Mattheus dio un golpecito a lapequeña ánfora que le sobresalíade debajo de la litera—. Queda unagota.

 —Gracias, pero no puedo —dijo

Page 945: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 945/1720

Quintus—. Eso es como oro líquidoy con lo de la prohibición y tal...

 —Pues entonces deja dequejarte —sugirió Mariuencogiéndose de hombros. En ciertomodo, había ocupado el lugar de

Lobo como el que no tenía pelos ea lengua. Quintus había llegado aa conclusión de que era má

simpático que Lobo pero mápeligroso. Tenía una habilidad cona espada y el escudompresionantes. Quintus sealegraba de que estuvieran en emismo bando.

 —No me estoy quejando. —

Quintus lanzó una especie de

Page 946: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 946/1720

puntapié a Marius, que tuvo querodar al otro extremo de la literapara evitar que le alcanzara—Estoy urdiendo un plan.

Marius volvió a rodar hacia écon ojos resplandecientes.

 —¿Qué tipo de plan?Quintus miró a su alrededor

vio que todos los hombres de la

habitación tenían la vista fija en él. —Tiene que ver con el vinocomo habréis imaginado. Y con unataberna en la que seremos bierecibidos.

 —En el único sitio en el quencontrarás un sitio así es en Italia

—declaró Mattheus con desdén.

Page 947: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 947/1720

 —Pues te equivocas —dijoQuintus, decidido a desobedecer laórdenes de Corax. Casi le parecíaoír el vino en La Luna Llena.

 —¡Y una mierda! ¿Quién en estepedo de pueblo nos va a dar vino

gratis?Todos tenían una expresión

ncrédula aparte de Urceus, que

sonreía ampliamente. —El otro día... —Y Quintus diouna explicación rápida de losucedido. En cuanto terminó se oyóun rugido uniforme de aprobación.

 —El tabernero debe de estamuy agradecido —dijo Marius

riendo por lo bajo—. ¡Vamos a po

Page 948: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 948/1720

a recompensa!

Quintus sabía de antemano queCorax no estaba por allí. ÉVitruvius y los optiones estaban e

os aposentos de Pinario para asistia la reunión informativa diariasobre los acontecimientos de laornada. Los hastati que vigilabaa puerta de la casa en la queestaba destinado el contuberniumde Quintus, dos soldados de s

propia centuria, no se tragaron ecuento de que iban a dar unavuelta.

 —Aire fresco, ¿eh? —le preguntó

Page 949: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 949/1720

uno, sonriendo—. ¿Los ocho juntopreparados para dar guerra a estahoras de la noche?

Sonriendo, Quintus les habíadicho que se callaran la puta boca se quitaran de en medio

Deseándoles que el vino, las putao ambos compensaran el castigoque Corax les infligiría, el par de

centinelas se hicieron a un lado.Había atardecido hacía poco as calles estaban vacías, aparte dealgún que otro leproso o perrocallejero. A la gente no le gustabaestar fuera cuando oscurecía, nsiquiera en las ciudades pequeñas

Los siete hombres que

Page 950: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 950/1720

acompañaban a Quintus, scontubernium al completo, nolevaban antorchas. La Luna Llenano estaba lejos y no querían llamamás la atención de la que yalamaban con las sandalia

tachonadas. Quintus oía el golpeteode las contraventanas en lo altomientras caminaban pesadamente

por la calle principal y notaba lamiradas hostiles de los que leobservaban desde sus casas. Hartode la aversión de los habitantehacia él y sus compañeros, hizocaso omiso de los sonidos. «Quevengan si es que nos odian tanto —

pensó enfurecido—. Vamo

Page 951: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 951/1720

armados hasta los dientes y ledaré una buena estocada debienvenida con mi propio gladius.»

No obstante, llegaron a laentrada de La Luna Llena sincidentes. Las puertas estaba

cerradas y atrancadas desde enterior. Por las contraventanascerradas no se filtraba luz alguna

Sin arredrarse, Quintus golpeó lamadera.No recibió respuesta.

 —Nos has hecho perder etiempo, Crespo —dijo Marius—Está cerrado. No hay nadie en casay si hay alguien no piensan abri

para nosotros.

Page 952: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 952/1720

Quintus volvió a golpear lapuerta.

Nada.Sus compañeros cambiaba

nerviosos el peso de un pie a otro. —¡Dejadnos entrar! —gritó

Quintus. En esta ocasión utilizó laculata de hierro de la jabalina paragolpear la puerta. ¡PUM, PUM, PUM!—

He dicho que abráis! —¡O dejaremos la tabernreducida a cenizas! —amenazóUrceus con una risa burlona.

Los demás se echaron a reír Quintus se alegró de que fueran sucompañeros y que todavía

estuvieran sobrios. En otra

Page 953: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 953/1720

circunstancias, sobre todo con loánimos encendidos, habrían sidocapaces de tal cosa. Volvió agolpear con la culata de la jabalinaPUM, PUM, PUM!

 Al final oyó movimiento en e

nterior. Unos pasos se acercaronarrastrándose a la puerta y sedetuvieron justo al otro lado

Durante unos instantes reinó esilencio. «Probablemente estéaterrado —pensó Quintus—Podríamos ser los hombres de Peraque volvemos a vengarnos.»

 —No temas —dijo en griego—Somos los dos soldados que

salvamos a tu hija.

Page 954: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 954/1720

Una pausa momentánea y luegouna risa breve.

 —¡Debéis de estar sedientos! —El hierro rechinó contra el hierrocuando descorrió el cerrojo y lapuerta se abrió ligeramente, para

dejar entrever apenas el rostro detabernero. Soltó un grito ahogadoal ver a tantos legionarios.

 —No pasa nada, son micompañeros de tienda —seapresuró a decir Quintus—. Ya vesno soy el único que tiene sed.

 Al tabernero no pareció hacerlemucha gracia, pero de todos modoabrió la puerta.

Quintus, Urceus y los demá

Page 955: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 955/1720

entraron en tropel y la puerta secerró con fuerza detrás de ellos. Lasala, sin clientes, estaba menoluminada que antes, pero a lohastati les daba igual. Dejaron a uado los escudos y los p i l a y s

acomodaron en un par de bancocercanos a la barra.

 —¿Qué nos ofreces para beber

—preguntó Marius al tiempo qudaba una palmada en la encimerade madera.

 —¡Tu mejor reserva! —añadióMattheus con una sonrisa lasciva.

 —Después de lo que hicierovuestros amigos, no tengo ningú

problema en daros un ánfora de m

Page 956: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 956/1720

mejor vino —repuso el tabernero. —Disculpa a mis amigos —dijo

Quintus—. Beberemos lo que nodes.

 —Solo lo mejor para lohombres que salvaron la virtud de

mi hija. —Se marchó rápidamentetras la barra y Quintus lanzó unamirada reprobatoria a Urceus, que

siempre estaba presto a alabar lavirtudes de la hija.El vino que les trajo e

tabernero, que se llamabahersites, estaba delicioso. Lo

hastati alzaron las copas en señade agradecimiento y él hizo una

media reverencia, claramente

Page 957: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 957/1720

satisfecho. Bebieron con avidez y acabo de poco tiempo acabaron coa pequeña ánfora. Les trajeron otrade la trastienda, también de lamejor calidad.

Quintus se sintió un poco

culpable. —Lo vamos a arruinar si no

paramos —dijo discretamente a

Urceus. —¡Imposible! Lleva años en enegocio, se nota a la legua. Lasiguiente ánfora que saque, o tavez la que venga después, serámaterial barato. Para entonces yano estaremos en condiciones de

notar la diferencia, y él lo sabe.

Page 958: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 958/1720

La sencilla explicación de Urceuhizo que Quintus se sintiera un poctonto. Aunque había pasado añoentre soldados rasos, su educacióprivilegiada seguía marcándole eciertas ocasiones. Empezó a

observar a Thersites con ojos deince cada vez que aparecía con unnueva ánfora de vino. No cabía

duda de que la cuarta ánforaparecía más nueva que laanteriores. Le dio un codazo aUrceus.

 —Está limpia, o sea que es deas reservas más consumidas, edecir, del vino más barato.

Urceus le dedicó un guiño

Page 959: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 959/1720

solemne. —Pero ya nos va bien, ¿no? —Sí. —Pese a esforzarse a

máximo, Quintus no consiguió notaa diferencia entre el vino nuevo el que habían estado bebiendo

hasta entonces—. A mí me sabebien —dijo con arrepentimiento pesar.

Urceus le dio una palmada en ehombro. —Eso es porque estás medio

borracho. —Cierto. —Lanzó una mirada a

sus compañeros y se fijó en surostros sonrosados y voces má

altas de lo normal—. Más vale que

Page 960: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 960/1720

no bebamos mucho más o Coranos colgará de las pelotas.

 —¡Una más, la última, parpedir a los dioses que pronto nomarchemos de esta mierda de sitioque llaman Enna! —declaró Urceu

mientras brindaba con Quintus.Quintus apuró la copa

deleitándose en la sensación cálida

que le dejaba el vino al bajarle poa garganta.En ese momento, Thersite

apareció con una bandeja de panqueso y aceitunas. Los hastati seabalanzaron sobre la comidaanzando gritos de entusiasmo

Quintus incluido. De inmediato le

Page 961: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 961/1720

siguió otra ánfora de vino y seolvidó de pensar en el regreso a suaposentos. Ni Urceus ni sucompañeros dijeron nada. Lavelada se estaba convirtiendo euna de esas noches largas en la

que el mañana parece muy lejos o único que importa son las bromay la siguiente bebida.

Entrada la noche, Quintus posósu mirada borrosa en ThersitesAlgo le hizo volver a mirar. Etabernero parecía intranquilo. Comosupuso que el motivo eran él y suamigos, se acercó pesadamente aa barra.

 —¿Más vino? —Thersites hizo

Page 962: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 962/1720

ademán de coger el ánfora quetenía detrás.

 —Ya basta por ahora. Parecespreocupado. ¿Quieres que nomarchemos?

 —No, no. Podéis quedaros todo

el tiempo que queráis.El vino había despojado a

Quintus de toda inhibición.

 —¿De qué se trata, entonces?Thersites se lo quedó mirandocomo evaluándolo, antes de hablar

 —Eres un buen hombre. —Intentamos hacer lo correcto. —Y estos hombres son tus

amigos, o sea que deben de serlo

también.

Page 963: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 963/1720

 —Supongo —dijo Quintus. —Los gobernantes de la ciudad

nos dicen que todos los romanoson unos asesinos sanguinarios despiadados.

 —Pues eso no es verdad —

repuso Quintus, enfureciéndose. —La cierto es que nunca me lo

he creído. Ahora que te he conocido

a ti y a los demás, sé que no everdad. Sois hombres, igual quenosotros. —Thersites bajó la voz—Ni tampoco todos los cartagineseson malos, como nos quieren hacecreer.

De repente Quintus se sintió

totalmente ebrio.

Page 964: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 964/1720

 —¿Hablan así de locartagineses?

Los ojos de Thersites seconvirtieron en dos puntos negrode preocupación.

 —Sí. Nuestros líderes quiere

que cambiemos de filiación, comohan hecho tantos en las últimasemanas. Recuerda los viejo

tiempos, antes de que Romatomara Sicilia. Entonces las cosaeran mucho mejores. Cartago es uamo mucho menos severo. —Soltóuna risa amarga—. Por lo querecuerdo, esa época no sediferenciaba mucho de los año

anteriores al comienzo de esta

Page 965: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 965/1720

guerra. A las potencias como Romay Cartago les importa un bledo lougares como Enna siempre cuando paguen impuestos y esuministro de grano sea continuo.

 —¿Qué quieres, Thersites?

Un largo suspiro. —Quiero paz. Paz para no tene

que pasar las noches preocupado

por si violan a mis dos hijas oncendian la taberna delante denuestras narices. —Hizo un gestoapaciguador—. No me refiero solo aos romanos. Soy consciente de queos soldados cartagineses son máque capaces de hacer esas cosas.

Quintus pensó en la finca de s

Page 966: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 966/1720

Page 967: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 967/1720

 —Habla —le instó. —Mantener Enna en mano

romanas evitaría una batalla dentrode sus murallas, que es lo quepasará si los gobernantes se salecon la suya. Quieren las llaves de la

ciudad para dejar pasar a las tropade Himilcón en plena noche. Siembargo, Pinario es demasiado

isto como para entregar las llaves nuestros líderes ahora hablan de uasedio por parte de locartagineses, durante el quepodríamos ayudarles a superar lamurallas o alguna locura similar. Heoído las historias de otras ciudade

en las que ha sucedido. No

Page 968: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 968/1720

mportaría que nos pasáramos abando de Cartago. Lo saquearíagual y matarían a la población.

 —¿Quieres evitarlo? ¿Aunqueso signifique que Enna permaneceen manos romanas?

 —Me da igual quién gobiernmientras haya paz, si significa quepuede evitarse una masacre. Algú

día, si tienes hijos, lo entenderás.Quintus recordó el campo debatalla de Cannae cuando habíahuido. La mayoría de las familiaromanas habían perdido un hijoaquel terrible día. Asintiósintiéndose viejo.

 —Creo que ahora también lo

Page 969: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 969/1720

entiendo.Se hizo un silencio momentáneo

 —¿Por qué me dices esto a mí yno a Pinario u otro oficial?

Thersites esbozó una sonrisa decomplicidad.

 —Aquí todas las paredes tienenojos y oídos. No podría acercarme acien pasos de los aposentos de

Pinario sin que me tomaran potraidor. ¿Confías en tu oficial amando?

 —A ciegas. —¿Y en Pinario? —Es un poco estirado, pero se

supone que es un hombre recto.

 —Opino lo mismo. —Thersites s

Page 970: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 970/1720

humedeció los labios—. Si te dierael nombre de los principaleconspiradores, ¿se los pasarías a tcomandante?

Quintus lanzó una mirada a sucompañeros y le resultó un alivio

ver que todos parecían ajenos a laconversación con Thersites.

 —Sí, se los pasaría.

 —¿Él podría garantizarnoseguridad a mí y a mis hijas? Creoque los líderes que quedan querráestar del lado de Roma y puedehacer cambiar de opinión a suconciudadanos. Sin embargoalgunos hombres se pondrán en m

contra si sospechan lo que he

Page 971: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 971/1720

hecho.Quintus tragó saliva. No podía

mentir. —No lo sé. No soy más que u

soldado raso, pero te juro que harétodo lo posible para asegurarte de

que así es.Otro suspiro.

 —No puedo pedir más.

Las bromas y las risas subidade tono que se oían detrás sefueron apagando. Quintus eraconsciente de la palpitación quenotaba tras los globos oculares, dea encimera de madera basta queestaba en contacto con sus yemas

del temor evidente en el rostro de

Page 972: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 972/1720

hersites. —Simmias y Zenodoros son la

dos voces más activas a favor deCartago. Junto con Ochos.

 —¿Simmias? ¿El comercianteque nos suministra el grano? —

preguntó Quintus con descréditoSiempre había parecido agradarle etrato con los legionarios.

 —El mismo. —Thersites empezóa recitar más nombres y Quintualzó una mano para impedírselo—Estoy demasiado borracho —reconoció—. Tienes que escribir lonombres.

Thersites parecía horrorizado.

 —No hace falta que firmes e

Page 973: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 973/1720

pergamino. Lo entregaré yo mismoa los centuriones —prometióQuintus.

 —¡Eh, tabernero! ¡Más vino! —bramó Marius.

 —Por supuesto —respondió

hersites, antes de añadir en vobaja—: te lo daré la próxima veque vayas a hacer tus necesidades.

Deseando no haber bebidotanto, pues informar de algo tatrascendente a Corax, oespecialmente a Pinario, noquedaría bien con resaca, Quintuse dispuso a regresar a la mesaNadie se fijó en su regreso, lo cua

ya le convenía. Por el momento era

Page 974: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 974/1720

preferible que solo unas pocapersonas supieran lo que acababade decirle.

Se puso a beber vasos de aguapara diluir el vino ingerido ycuando tuvo la cabeza un poco má

despejada y el trozo de pergaminoque Thersites le había dadoguardado en el monedero de cuero

Quintus inició el lento proceso deconvencer a sus compañeros de quse marcharan de la tabernaNecesitaba descansar un poco, perono estaba dispuesto a dejarloatrás; aparte de la revelación dehersites, quería asegurarse de que

nadie intentaba echarle el ojo a la

Page 975: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 975/1720

hija del tabernero.Para cuando por fin llegaron a

sus aposentos, Quintus estabaagotado pero no lograba conciliar esueño. Cuando por fin se durmió lorayos de luz se filtraban por la

rendijas de las contraventanasuvo la impresión de no habe

dormido más que un momento

cuando el optio se puso a aporreaa puerta y a ordenarles que seevantaran, si no querían recibir unapatada en el culo de vuelta aSiracusa.

Quintus le dijo a Urceurápidamente lo que Thersites le

había contado.

Page 976: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 976/1720

 —No lo he soñado —siseó. Abrióa mano para enseñarle epergamino a su amigo.

 —Por las pelotas de Vulcano —exclamó Urceus, que parecía estagual de mal que Quintus—

enemos que contárselo a Corax. —Es lo que estoy a punto de

hacer.

 —A la mierda —gruñó Urceus—Eso nos garantizará algún castigoMás tú que yo, por eso.

 —Gracias —repuso Quintus coamargura. Tuvo la sensatez dentroducir la cabeza en un cubo deagua y enfundarse una túnica

impia antes de abordar a Corax

Page 977: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 977/1720

Seguía sintiéndose fatal, peroesperaba no presentar tan maaspecto, por lo menos.

La puerta de los aposentos decenturión, un apartamento enteroen la primera planta, estaba

entornada. Quintus vio a Corax poel umbral sentado a una mesaengullendo pan con miel. S

sirviente, un esclavo que hablabacon monosílabos, le atendía.Cuando Quintus estaba a punto

de llamar, Corax giró la cabeza. —Crespo... ¿eres tú? —vociferó. —Sí, señor. —Quintus llamó y se

sintió estúpido.

 —Deja de perder el tiempo ah

Page 978: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 978/1720

fuera. Entra. —Corax lo miró dearriba abajo cuando se le acercóQuintus se encogió por dentro volvió a desear haberse moderadoun poco más la noche anterior.

Se detuvo a unos pasos de

Corax y saludó. —Señor.Se produjo un breve silencio

durante el que Quintus notó loregueros de sudor que leresbalaban por la frente. Posupuesto tenía que hacer casoomiso de ellos mientras los ojos deCorax lo repasaban de arriba abajo

 —¿Deseabas verme?

 —Sí, señor.

Page 979: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 979/1720

 —Qué curioso. Tienes pinta dehaber salido de copas anoche.

 —Señor... yo... eh... —Quintusvacilaba. ¿Qué sentido teníamentir?, decidió. Corax ni era ciegoni carecía de olfato—. Sí, señor.

Corax apretó los labios duranteunos instantes.

 —¿Ah, sí? ¿A pesar de mi

órdenes? —Sí, señor. Lo siento, señor. —Sin embargo, no vienes aquí a

confesar lo que has hecho, ¿no? —No, señor. —Quintus le tendió

el trozo de pergamino que llevabaapretado en la mano derecha.

 —¿Qué es eso?

Page 980: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 980/1720

 —Es una lista de nombresseñor, de quienes planean entregaa ciudad a los cartagineses.

 Al oír aquello, Corax se mostrmucho más interesado.

 —¿Dónde la has conseguido?

 —El tabernero me la dio, señor.Corax enarcó las cejas y Quintu

esperó que no fuera en señal de

descrédito. —¿No habrá sido el propietariodel antro ese en el que estuvistebebiendo?

 —Sí, señor. —Más vale que sea verdad

Crespo —advirtió Corax con vo

severa—. Cuéntamelo todo, rápido.

Page 981: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 981/1720

En aquel momento Quintudecidió que no importaba que sesecara el sudor de la frente. Unavez hecho, volvió a explicar cómo éy Urceus habían salvado a la hija dehersites y que no habían podido

resistirse a la oferta del tabernerode servirles vino gratis. Explicó queos centinelas les habían dejado

salir sin apenas preguntar y lepareció que Corax apretaba loabios. Sin embargo, aquella fue laúnica reacción del centurión hastaque acabó de relatarle los hechosCuando terminó, Corax extendió lamano.

 —Dámelo.

Page 982: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 982/1720

Quintus obedeció rápidamenteEl estómago se le revolvió mientraCorax lo leía. Si el centurión no lecreía, todo su contuberniumrecibiría un duro castigo. Y, aunquee creyera, tendría un precio que

pagar. —¿Te crees a este ta

«Therseses»?

 —Sí, señor.Corax se pasó un dedo por loabios, pensativo.

Quintus sudó un poco más.Tras lo que le pareció una

eternidad, Corax le clavó la miradacon sus ojos hundidos.

 —Si hay algo que he aprendido

Page 983: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 983/1720

o largo de los años es que usoldado honesto no enecesariamente aquel que es buenen el campo de batalla. Y lo mismopuede decirse a la inversa. No eseguro que un buen luchador sea

una persona buena y honesta. Queun soldado presente ambacualidades resulta excepciona

Ahora bien, todos sabemos quentraste en los hastati mediantsubterfugios, lo cual significa queeres un mentiroso. —Hizo unapausa para ver si Quintus intentabanegar la acusación. Quintus semordió el labio y Corax continuó—

Así pues, ¿por qué debería creerme

Page 984: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 984/1720

esta historia loca y avivada por evino que me estás contando? ¿Temaginas la reacción de Pinario si tearrastrara ante él y todo estoresultara ser una sarta de tonteríadescomunal?

 —No le haría ninguna graciaseñor.

 —¡Ja! Pinario no soporta

fácilmente a los imbéciles.Otro silencio, durante el cual aQuintus le pareció importantemantener la vista clavada en Corax

 —¿Qué castigo crees qumerece lo que tú y tus estúpidocompañeros de tienda habéi

hecho?

Page 985: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 985/1720

 —Unos azotes, para empezarseñor...

Corax le interrumpió antes deque pudiera continuar.

 —¿Cuántos latigazos? —Veinte por lo menos, señor.

 —O treinta —añadió Corax cofrialdad—. ¿Qué más?

Quintus intentó no pensar en e

dolor que le proporcionaría tamañonúmero de latigazos. —Limpieza de letrinas

probablemente, señor. Guardiasextra. Raciones de cebada en vede trigo.

Corax asintió con satisfacción.

 —Eso estaría bien.

Page 986: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 986/1720

Quintus inmovilizó las rodillantentando hacer caso omiso de lanáuseas que le subían desde eestómago quejumbroso. Habíafracasado en el intento. Él, Urceus os demás recibirían el castigo de

Corax y el número de legionarioque moriría cuando los cartagineserrumpieran en la ciudad alguna

noche oscura de un futuro próximoquedaba en mano de los dioses. —Eres un mentiroso pero no

eres imbécil. Y solo un imbécacudiría a mí con una historia comoesta inventada cuando laconsecuencias de revelar que ha

desobedecido órdenes son ta

Page 987: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 987/1720

graves. —¿Señor? —Te creo, Crespo. —Sí, señor —dijo Quintus

sintiéndose incluso más estúpido. —No vas a librarte del castigo

pero si los canallas que apareceen la lista de Thersites confirman loque te contó, contemplaré tu caso

con mayor benevolencia. Siembargo, antes de acudir a Pinariovas a llevarme ante ThersitesQuiero calibrarlo personalmente. —Corax apartó la mesa y se levantó—. Peto —ordenó al esclavo.

Quintus intervino antes de

dejarse llevar por la sensatez.

Page 988: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 988/1720

 —Perdóname, señor, pero nocreo que sea buena idea.

 A Corax no le satisfizo ecomentario pero indicó al esclavoque se marchara.

 —Explícate.

 —Thersites ha dicho que todo emundo se vigila entre sí. El hechode que un oficial romano de alto

rango vaya a la taberna dehersites sin motivo aparenteevantará sospechas. Para cuandoPinario haga algo, quizá ya estémuerto.

 —Pues no lo lamentaría much—replicó Corax—. No es romano.

Quintus se armó de valor.

Page 989: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 989/1720

 —No, señor, pero prometí haceo que pudiera por él y su familia. Ysus amigos.

 —O sea que por tu cuenta riesgo desobedeces órdenes encima concedes la ciudadanía

romana a la mitad de Enna —espetó Corax, airado.

Quintus no se atrevió a replicar

«Lo he intentado», pensó. —Deja eso en el soportemaldita sea! —Corax hizo un gesto

a su esclavo, que retrocedió, petoen mano—. Ve a buscar mi capavieja. La que tiene un agujero en laparte trasera. —Entonces se dirigió

a Quintus con aire de superioridad

Page 990: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 990/1720

—: ¿Contento?Quintus observó la capa gastada

con capucha que el esclavo habíasacado de un arcón.

 —Está perfecta, señor. —Bien. Te sugiero que me lleves

ante Thersites lo antes posible. Aúltima hora de la mañana habráuna reunión pública. Pinario se ha

dado cuenta del engaño de loíderes de la ciudad y ha pedido qutodos los varones adultos sepresenten en el ágora. Va acelebrarse una votación para ver sas llaves de la ciudad debedevolverse a su gente. Está claro

que podría ser una situació

Page 991: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 991/1720

bastante problemática, por lo quetoda la guarnición estará presentePinario está convencido de queganarán quienes están a favor deRoma, ni que sea porque la mayoríatemerá expresar su opinión delante

de nuestras narices. Hasta ahoraestaba de acuerdo con Pinario, pero que me acabas de contar lo

cambia todo. Quizá se rebelenAunque de no hacerlo, poco importasi votan hoy a favor de Roma splanean abrir las puertas a nuestroenemigos mañana por la noche.

Quintus asintió, deseando comás fervor que nunca no habe

bebido tanto. A pesar de su

Page 992: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 992/1720

esfuerzos, aquel día existíamuchas posibilidades de que seprodujera un derramamiento desangre.

Page 993: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 993/1720

16

16

Quintus seguía sintiéndose fataEstaba en los aposentos de Pinario

con Corax. La buena noticia era queCorax se había creído lo que lehabía contado Thersites, la mala

que su centurión lo había llevado

Page 994: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 994/1720

con él por si Pinario queríanterrogarle. Habían llegado atiempo para una reunión de los seicenturiones de la guarnición. Coradejó a Quintus en el atrio de la gracasa que Pinario había requisado

entró corriendo al patio en el queya estaban hablando los demáoficiales.

Quintus intentó no pensar en loque Pinario podía hacerle y se pusoa cavilar sobre el propietario deaquella casa. Seguro que la habíaconstruido un romano, o alguieque admiraba los diseñoarquitectónicos romanos

Contrastaba con la gran mayoría de

Page 995: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 995/1720

as viviendas de mayor tamaño deEnna, construidas al estilo griegocon un patio justo en el interior deporche delantero, en vez de en unaposición central como preferían loromanos. Sus esfuerzos no duraro

demasiado. El dolor de cabeza quehabía estado amenazándole a loargo del día se presentó en toda s

magnitud y pensó que la cabezaestaba a punto de estallarleAdemás, independientemente dedónde se colocara, a Quintus leparecía que las máscaras funerariade los antepasados del propietarioe miraban enfurecidas desde la

paredes de ambos lados de

Page 996: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 996/1720

ararium. Desasosegado tembloroso por culpa de la resacapersistente, elevó una rápidaplegaria para aplacarlos.

 —Crespo.La espera por fin había

terminado. Quintus se girórápidamente y se encontró a Coraenmarcado en el umbral de

tablinum. —Sí, señor. —Pinario desea verte. —Señor. —Quintus se colocó a

ado de Corax—. ¿Te ha creídoseñor?

 —Creo que sí, pero quiere oírlo

también de tus labios. —Miró a

Page 997: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 997/1720

Quintus y suspiró—. ¿Por quépillaste tal borrachera? Tienes uaspecto horroroso.

 —Lo siento, señor —dijoQuintus, sonrojándose.

 —No lo sientas y sé convincente

Llegados a ese punto, Quintuno se atrevía a preguntar nada denada a Corax, pero había prometido

a Thersites que haría lo posible poayudar. —¿El tabernero, señor

¿Enviarán a algunos soldados aprotegerle?

 —Quizá tenga que enviar aalgunos de vosotros, sí —fue la

respuesta seca—. Pero ten en

Page 998: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 998/1720

Page 999: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 999/1720

Pinario. Todos lo observaronmientras él y Corax se acercabanVitruvius era el único que lo mirabacon amabilidad y a Quintus se leformaron todavía más nudos en eestómago. Sus problemas no

habían acabado todavía.Se pararon ante Pinario. Quintu

hizo el saludo.

 —Él es Crespo, el soldado qume dio la noticia. —El canalla parece todavía

borracho —dijo Pera con acentocansino.

Se oyeron un par de risitas, peroPinario se mantuvo impasible.

 —Es verdad que tienes u

Page 1000: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1000/1720

aspecto horroroso, hastatus. —Señor. —Me han dicho que acudiste a

tu centurión con esta noticia siendoperfectamente consciente de querecibirías un duro castigo po

desobedecer sus órdenes, que erapermanecer en tus aposentos y novisitar ningún local en que se

sirviera vino. —Cierto, señor —dijo Quintumirando a Pinario a los ojos.

 —Corax también dice que ¿uno dos días antes tú y un compañeroevitasteis que otros legionarioviolaran a la hija del tabernero?

 —Sí, señor.

Page 1001: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1001/1720

Se produjo una breve pausacuando Pinario se lo quedómirando.

 —Muy bien. Pues una de dos, omientes muy bien o dices la verdadCorax es un oficial de primera y s

él responde de ti, ya me bastaPuedes retirarte.

 —Señor. —Quintus volvió a

saludar y se giró para marcharse. —Espera fuera —ordenó Corax. —Sí, señor. —¿Estás seguro de esto, Pinario

—exclamó Pera en cuanto Quintusalió caminando lo más despacioposible para captar lo que decían.

Pinario reaccionó de inmediato.

Page 1002: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1002/1720

 —Sí. ¿Pones en entredicho lapalabra de Corax?

 —Por supuesto que no —declaróPera, nervioso.

 —Entonces te sugiero quguardes silencio.

Quintus disimuló el placer que leproducía el azoramiento de Peramientras se dirigía al atrio. Si la

cosa salía tal como estabaplaneado, podrían arrestar a lohombres de la lista de Thersiteantes de que la reunión continuaraNo solo se evitaría que locartagineses tomaran la ciudad poa noche, sino que sería má

probable que los ciudadano

Page 1003: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1003/1720

votaran a favor de seguir siendoeales a Roma.

No obstante, se desanimó upoco porque de todos modos él sus compañeros recibirían ucastigo. Además notaba la cabeza

como un pedazo de hierromartilleado una y otra vez en eyunque de un herrero.

 Al final, las cosas no fueroexactamente como Pinario habría

deseado. No encontraron poningún sitio a los simpatizantes deCartago, Simmias y Zenodoros

Ochos no estaba en su casa; n

Page 1004: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1004/1720

tampoco la mayoría de los quincehombres de la lista de Thersites. Anstancias de sus centurionespequeños grupos de legionarioregistraron Enna de cabo a rabopero sus esfuerzos se viero

entorpecidos por la falta deefectivos, en un intento de noevantar sospechas entre la

población. A la hora del inicio de lareunión en el ágora solo se habíadetenido a dos sospechosos, quefueron conducidos directamente acasa de Pinario. La noticia sepropagó por la ciudad a la mismavelocidad con la que actuaron lo

egionarios.

Page 1005: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1005/1720

Poco después, el manípulo deCorax empezó a desplegarse en eágora, que ya se encontraba a máde la mitad de su capacidad. Lamayoría de las miradas que iban esu dirección eran hostiles, pero

nadie lanzó insultos ni, lo que epeor, proyectiles. De las pequeñascalles que desembocaban en e

espacio brotaba un flujo continuode hombres, lo cual significaba quenadie se demoraba tras loegionarios. Los recién llegadoeran una muestra representativa dea población. Había trabajadores campesinos vestidos con quitone

cortos y polvorientos, alfareros co

Page 1006: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1006/1720

arcilla incrustada en las manoscarniceros con delantalemanchados, herreros de rostroennegrecido y comerciantes bievestidos con expresión arroganteancianos que caminaban ayudado

de un bastón y se quejaban depaso de sus conciudadanos. Loniños entraban y salían disparado

de entre la multitud, jugaban apillar y enojaban a sus padresmientras sus hermanos mayorehacían comentarios despectivos.

La aglomeración era mayoalrededor de las escaleras queconducían al templo de Demetra

una de las diosas más importante

Page 1007: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1007/1720

de Sicilia. Aquel santuario, unaconstrucción majestuosa con unafachada con seis columnasocupaba la cara norte del ágoraLos hastati de Corax se colocaron ao largo del lado sur del gra

espacio rectangular y los soldadode Vitruvius ocuparon más de lamitad del lado oriental. El manípulo

de Pera se desplegó a lo largo deado occidental. Al poco apareció umensajero de Pinario por detrás demanípulo de Corax que pasó umensaje con discreción y fue ebusca de Pera.

Quintus y sus compañero

estaban lo bastante cerca como

Page 1008: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1008/1720

para oír a Corax hablando coVitravius después de la marcha demensajero.

 —Solo ha habido tiempo para unterrogatorio rápido por culpa deesta dichosa reunión. Al comienzo

han fingido no saber nada, pero ecuanto uno de ellos ha tenido lopies en el fuego de la cocina, ha

cantado. El tabernero dijo laverdad. —¿Iban a dejar entrar a lo

apestosos de los guggas por lanoche?

 —Eso parece —repuso Coraxsombríamente. Un rugido de ira

brotó de entre los hastati y él no

Page 1009: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1009/1720

hizo nada por acallarlo. —¿Dónde están el resto de lo

follaculos traicioneros de la lista? —Aquí. —Corax señaló el ágora

con una mano—. No tenemoesperanzas de encontrar a eso

mamones.La fuente sagrada del centro

había quedado oscurecida por la

muchedumbre. Los chicos trepabapor las estatuas para ver mejor loque estaba pasando. Las hileras detiendas y negocios con columnataque flanqueaban los dos lados máargos ya no se veían. Incluso laescalinatas que ascendían a lo

templos menores situados en lo

Page 1010: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1010/1720

ados más cortos, uno de los cualeestaba detrás de ellos, estabaflanqueadas de hombres quehablaban en voz muy alta. Siembargo, no había nadie cerca deos hastati. Era comprensible, pens

Quintus. El despliegue de Pinariotenía toda la intención de intimidar

 —Se pondrán en evidencia

cuando Pinario empiece a hablar¿no? Podemos apresarlos en esepreciso instante —declaró Vitruvius

 —No, provocaríamos un motínNo, tenemos que ser cuidadosostal como dijo Pinario. De locontrario, la situación se nos puede

escapar de las manos —masculló

Page 1011: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1011/1720

Corax—. Un sospechoso mencionóque algunos de sus seguidores vaarmados. Les daremos un buerepaso si hace falta, pero la cosapodría ponerse fea. Nos superan enúmero con creces.

 —¿Qué vamos a hacer? —preguntó Vitruvius.

 —Mantener la calma —repuso

Corax—. Mantenernos en nuestraposición. Pinario llegará de umomento a otro. Sus soldados sedesplegarán para cubrir las zonaeste y oeste más cercanas atemplo de Demetra. Él se dirigirá aos ciudadanos para aclarar quié

debería mantener el control de la

Page 1012: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1012/1720

laves de la puerta y luego invitaráa los líderes a hablar. Si hablan ennombre de Roma...

 —Eso no pasará —siseóVitruvius.

 —Cierto. Si hablan en nuestr

contra no haremos nada siempre cuando sus palabras sean pacíficasDejaremos que la asamblea acabe

y cortaremos todas las calles menodos de las que salen del ágoraPinario tiene a los sospechosos coél. Se colocarán en sendos puntode salida para que identifiquen aos cabrones de la lista. Podemocogerlos uno a uno.

 —¿Y si dicen que nosotro

Page 1013: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1013/1720

somos el enemigo? ¿Si lamuchedumbre se vuelve contranosotros?

Todos los hastati de laproximidades inclinaron el cuellohacia delante para escuchar la

respuesta de Corax. —Si eso ocurre, o si hay algú

otro movimiento traicionero, Pinario

apretará el puño junto a la cinturaEn ese caso tenemos que ir a potodos los presentes con la espadadesenvainada.

 —Muy bien —dijo Vitruvius codeterminación—. Llegado el casocumpliremos nuestro cometido.

 —Por el Hades, espero que no

Page 1014: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1014/1720

tengamos que llegar a ese extremo—musitó Quintus a Urceus.

 —Yo también. Pero si tiene queser, será. No son romanos¿verdad?

Era sorprendente pero cierto

L o s hastati cumplirían órdenendependientemente de lo queocurriera. Él también. Corax era s

superior y había jurado obedecerleaunque la orden fuera asesinar ahombres desarmados. «Por todoos dioses, que todo esto acabe siviolencia», rezó Quintuspreguntándose si había hecho bielevando la lista de Thersites a

Corax. Llegó a la conclusión de que

Page 1015: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1015/1720

sí, por duro que le resultara. Si noo hubiera hecho, a muchísimoegionarios, sus amigos entre elloses habrían cortado el cuellomientras dormían.

Las pisadas de las sandalia

tachonadas en el suelo enlosadolamaron la atención de todo emundo. Era Pinario, que llegaba a

a cabeza de su manípulo. Los rayodel sol lanzaban destellos desde scasco y peto relucientes, y epenacho escarlata de crin estabarecién teñido. Estaba realmentempresionante, igual que suhombres. En medio de los soldados

Quintus se fijó en un par de rostro

Page 1016: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1016/1720

amoratados y ensangrentados —losospechosos, seguramente— antede que les cubrieran la cabeza counos sacos viejos y los llevararápidamente a las salidadesignadas. Pinario habló

brevemente con Corax y luego, eun claro ejercicio de intimidaciónhizo que sus legionarios se

colocaran justo en el centro deágora. La multitud silenciosa sedividió como un bloque de maderapartido en dos con un hachaPinario ocupó la escalinata detemplo de Demetra con unos veintehombres. El resto del manípulo se

distribuyó hasta juntarse con la

Page 1017: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1017/1720

tropas de Vitruvius y Pera. En esemomento, los legionariodominaban los cuatro lados deágora. La muchedumbre local semovía con desasosiego.

 —Somos prisioneros en nuestr

propia ciudad —gritó un hombreque estaba cerca de Quintus.

 —¡No nos asustaréis! —gritó

otro—. ¡Volved a Roma!Quintus no fue el único que sepuso tenso. Corax caminaba de uado a otro, lanzando miradafuriosas a los lugareños mácercanos. Pera, a treinta pasos dedistancia, vociferó una orden a su

soldados, que alzaron los scuta

Page 1018: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1018/1720

Cuando Corax lo vio, se le hinchóuna vena en el cuello y se acercócorriendo a Pera. Gesticuló airado entercambiaron palabras subidas detono, pero Pera indicó a suhombres que no movieran lo

escudos. Corax regresó con aspectoenfurecido.

 —Nadie se mueve hasta que yo

o diga, ¿entendido? —bramó. —Sí, señor —respondieron lohastati.

Transcurrió algún tiempo hastaque los hombres más tranquilos dea multitud apaciguaron al resto. Sehizo un silencio agitado.

Corax y sus hombres se

Page 1019: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1019/1720

colocaron directamente en frentede donde se encontraba Pinario. Leveían pero no quedaba claro quepudieran oírle.

El estruendo de una únicatrompeta rasgó el ambiente. Hizo

que todas las miradas se dirigieraa donde se encontraba Pinario, eo alto de la escalinata del templo.

 —¡Habitantes de Enna! —gritó—. ¡Os doy las gracias poresponder a la llamada de vuestroíderes y asistir a esta asamblea!

Se oyeron infinidad de quejaairadas. La multitud se desplazóigeramente de un lado a otro

Algunos hombres escupieron en e

Page 1020: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1020/1720

suelo, pero eso fue todo. «Por emomento», pensó Quintus conquietud.

 —Los líderes de la ciudad haconvocado la reunión de hoy —declaró Pinario en un griego

aceptable. Alzó una mano paraprotegerse del sol—. Si tenemoque hablar, deben estar presentes

pero no los veo aquí. ¿Dóndeestán? —Estamos aquí, Pinario —dijo

una voz desde el centro de lamuchedumbre, a la derecha deQuintus.

 —¡Y aquí! —dijo otra.

 —Yo, Ochos, estoy aquí.

Page 1021: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1021/1720

 —Simmias, presente. —¡Zenodoros también!Otra media docena de hombre

gritó sus nombres a Pinario, quesonrió.

 —Venid a hablar conmigo aquí, a

a vista de todo el mundo —dijoseñalando la escalinata del templo.

 —Nos quedaremos dond

estamos, Pinario. Tú estás aquí cotodo tu poderío y tienes retenidos ados de los nuestros. Hay que sembécil para meter la cabeza en laboca del león.

Los presentes hicieron oír suprotestas. Corax se desplazó po

entre la tropa mascullando.

Page 1022: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1022/1720

 —Tranquilos, hermanos. No hapasado nada. Tranquilos.

Quintus esperaba que Vitruvius os demás centuriones siguieran eejemplo de Corax, no el de Pera.

 —Esos hombres nos está

ayudando en la investigación acercadel grano que fue manipulado —explicó Pinario tan tranquilo.

 —¿Esperas que me lo crea? —replicó Ochos. —Sí. De no ser por esta reunión

ya los habríamos puesto eibertad. Solo tengo que acabar denterrogarlos —declaró Pinario—Pero no estamos aquí para habla

de grano. Esto es lo que nos ha

Page 1023: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1023/1720

traído aquí, ¿no? —Mostró en altoun puñado de llaves de hierroargas.

La multitud pronunció un largo«aaaaaahhhhh».

Quintus pensó que Pinario

estaba arriesgando mucho. Ealarde de poder ante lociudadanos quedaba claro, pero la

violencia no estaba descartada. —¡Yo, Simmias de Enna, deseohablar! —anunció un hombresituado cerca de la fuente sagrada.

La multitud se calmó. —¡Pinario! —Estoy aquí.

 —Te digo que nosotros, e

Page 1024: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1024/1720

pueblo de Enna, se alió con Romaen tanto que hombres libres. Noéramos esclavos entregados a tpara que nos custodiases. Sexigimos que las llaves de la ciudadnos sean devueltas, lo más justo e

que nos las devuelvas. La lealtad eel vínculo más fuerte de una alianzahonesta y el pueblo romano y e

Senado nos agradecerán quesigamos siendo amigos povoluntad propia y no por obligación

Se produjo un estallido devítores que llenaron el ambiente.

 —¡Simnias tiene razón! ¡Dice laverdad! ¡Devuélvenos las llaves!

Pinario dejó hablar a lo

Page 1025: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1025/1720

ugareños durante unos momentoantes de alzar las manos. Seprodujo una calma forzada.

 —¡Respetado pueblo de EnnaEsta orden y estas llaves me las dioel cónsul Marcelo, el oficial que

gobierna Sicilia para Roma. Mobligación es defender la ciudad enombre de la República. No me

corresponde a mí, ni a vosotrosdecidir qué hacer con las llaves. Laúnica persona digna de tomar unadecisión tan trascendente eMarcelo. Si lo consideráis oportunouna delegación de vuestros líderedebería pedírselo. Su campamento

no está lejos y os prometo que o

Page 1026: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1026/1720

recibirá con la mayor de lacortesías.

 —¡Ja! —exclamó Simmias—. Yasé qué tipo de recibimiento nobrindará.

 —¡Os dará una patada en el culo

por el precio desorbitado de vuestrgrano! —bramó un hombre flacoque llevaba una túnica raída—

Enviad una delegación a Marcelo!Se produjo un estallido de risas. —¡Sí! —gritó otro hombre qu

parecía desnutrido—. ¡Quizás ecónsul fije el precio del grano a univel que la gente normal puedapagar!

Quintus sintió un gran alivio a

Page 1027: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1027/1720

ver que muchas cabezas asentíanAlgunos hombres parecíadescontentos, pero eran unaminoría. Más y más voces seunieron a la petición.

 —¡Enviad una delegación

Enviad una delegación! —Dadnos las llaves —gritó

Simmias, sin arredrarse. Su

seguidores repitieron la petición el ruido del ágora fue en aumentomientras los bandos opuestocompetían por hacerse oír.

Pinario hizo tocar unas cuantanotas más a su trompeta, lo cuaforzó el silencio.

 —¡Votemos! —gritó Pinario con

Page 1028: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1028/1720

todas sus fuerzas—. ¡Quienes estéa favor de enviar una delegacióante Marcelo que levanten la manoderecha!

«Venga», instó Quintus para suadentros. Cerca de él se alzó una

mano y Quintus parpadeósorprendido. No era sino Thersitespor quien Quintus sentía cada ve

más afecto. A pesar de temer posu seguridad, Thersites queríaemitir su voto para ayudar amantener la paz. Estaba muocupado hablando con quienes lerodeaban y, al cabo de unmomento, varios hombres que

estaban cerca alzaron la mano. Se

Page 1029: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1029/1720

es unió un grupo situado a laderecha de Quintus, delante dePera y sus soldados. En lomomentos que siguieron, fue comosi una ráfaga de viento barriera eágora. Se alzaron veintenas de

manos que se convirtieron ecentenas. Los que no levantaron lamano eran una minoría.

Quintus exhaló un suspiroracheado. Se había evitado unasituación crítica. La delegacióacudiría ante MarceloProbablemente nunca llegaraporque Pinario detendría a todohombre que la compusiera

figurara en la lista de Thersites

Page 1030: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1030/1720

pero al menos los arrestos no seproducirían en público. Mientratanto, los líderes de la ciudad queestaban a favor de Roma sepondrían manos a la obra. Quizáhubiera que derramar algo de

sangre, pero no sería mucha y nosería ahí. Quintus estaba contentohersites y sus hijas estarían a

salvo. —¡Sois todos una panda decobardes! —gritó una voz a laderecha de Quintus. Un jovenapenas adolescente, se abriócamino a empujones para colocarseentre los ciudadanos y el lugar que

ocupaba Pera—. ¡Dadnos las llaves

Page 1031: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1031/1720

—bramó a Pera y sus hastati—Dadnos las llaves!

 —¡Pedazo de idiota! —siseóQuintus a Urceus.

El joven rebuscó en la bolsa decuero que llevaba y extrajo un higo

demasiado maduro. Echó el brazohacia atrás y estaba a punto deanzarlo cuando un hombre mayor

corpulento con barba dio un pasoadelante y lo sujetó por la muñeca. —¿Qué se supone que está

haciendo? —preguntó en griego. —¡Enseñar a los cabrones de lo

romanos que no todos somos unogallinas, padre! —Liberó el brazo

soltó el higo con fuerza. Voló por e

Page 1032: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1032/1720

aire y fue a parar a la cara de uhastatus que estaba a menos dediez pasos de Pera.

Entonces pasaron varias cosas aa vez.

Pinario sonrió ante la clara

mayoría de hombres que votaban afavor de enviar una delegación antMarcelo. El hombre corpulento soltó

un grito y sujetó a su hijo por lacintura. —¡Mierda de griego! —gritó

Pera, rojo de rabia. El joven teníaotro higo en la mano derecha. Spadre intentó cogerle el brazo otravez, pero la segunda pieza de fruta

voló en línea recta y certera y

Page 1033: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1033/1720

acabó estrellándose contra el petode Pera.

 —¡Dadnos las llaves! —gritó eoven.

 Alguien más se apuntó al grito. —¡Dadnos las llaves! —Varios

rostros de entre la multitudapartaron la vista de Pinario y ladirigieron a lo que ocurría detrás de

ellos.Pera tenía el rostro contraído poa furia. Se salió de la filadesenvainó la espada y apuntó coella a padre e hijo.

 —¡Atrás! ¡Atrás! —Muévete —instó el padre—

Márchate.

Page 1034: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1034/1720

Su hijo no le hacía caso. —¡Dadnos las llaves, hijos de

perra romanos! —dijo en un maatín.

Pera no respondió. Quintucontempló horrorizado cómo se

acercaba rápidamente y clavabahasta el fondo la espada en evientre del joven. Un grito

conmocionado y borboteante rasgóel aire. —¡No! —gritó el padre.Pera retorció la hoja para

asegurarse del daño y con la manozquierda apartó al joven. Lavíctima se tambaleó hacia atrás

gimiendo y sujetándose el quitó

Page 1035: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1035/1720

ensangrentado. Cayó de rodillas uego de cara.

 —¡Maldito seas! ¡Lo has matado—exclamó su padre, señalando coel dedo a Pera—. ¡Por lanzar undichoso higo!

 —¡Retrocede! —ordenó Peraavanzando.

El hombre corpulento retrocedió

un paso, pero siguió lanzandoacusaciones con el rostro surcadode lágrimas.

Otro joven irrumpió de entre laasamblea y arrojó una piedra aPera. Le rebotó en el casco. Con unuramento amortiguado, Pera se

abalanzó hacia delante. El hombre

Page 1036: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1036/1720

corpulento se interpuso en scamino y, con otro juramento, Perae apuñaló en el pecho. La sangre lonundó todo cuando retiró laespada. Sin decir palabra, ehombre corpulento cayó encima de

su hijo.Un aullido grave de furia resonó

en el aire. Fue como si todos lo

hombres de la multitud mápróxima a Pera se convirtieran enuno, igual que quienes estabadelante de la centuria de Corax.

Pera se retiró a la seguridad desus hombres.

 —¡Formación cerrada! —

vociferó.

Page 1037: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1037/1720

 —¡Ya habéis oído al centuriónPera! —gritó Corax—. ¡FORMACIÓ

CERRADA!Los escudos golpetearon entre s

cuando los hastati obedecieron. —¡QUIETOS! —bramó Corax, que

también dirigía el grito a Pera. —¡Dadnos las llaves! ¡Dadno

as llaves! ¡Dadnos las llaves! —E

cántico subió de volumen hasta queen el espacio limitado del ágoraresonó como un trueno.

Quintus estaba atenazado por emiedo y el dolor de cabeza amainóante el deseo de desenvainar laespada. Veía el mismo anhelo en la

expresión de sus compañeros, pero

Page 1038: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1038/1720

Corax no les había dado la ordenSorprendentemente, Pera tampocoPor encima de las cabezas de lamultitud airada, veía a Pinariogritando en vano a los lugareñoque tenía cerca.

 —¡Dadnos las llaves! —Uoven, ¿amigo del que habíaanzado los higos?, se colocó al lado

de los cadáveres de padre e hijo—Las llaves, cabrones asesinos! —Lanzó una piedra a Pera sin previoaviso.

Pera se agachó detrás deescudo y la piedra le pasódisparada por encima de la cabeza

antes de desaparecer de su vista

Page 1039: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1039/1720

Pera se irguió como una serpiente apunto de atacar. Cogió la jabalinade uno de los soldados y la lanzóDesde tan cerca era imposiblefallar. El joven cayó, ensartado enel pecho, ante los gritos enfurecido

de la muchedumbre. —¡Pedazo de imbécil! —exclamó

Quintus entre dientes.

Lanzaron tres, siete, hasta unadocena de piedras, y entoncepareció que una presa se habíadesbordado. El aire oscureció por lacantidad de proyectiles. A loegionarios apenas les hizo faltaescuchar la orden «¡ESCUDO

ARRIBA!». Apuntaban a todos lo

Page 1040: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1040/1720

romanos que estaban a la vista. Lahortalizas, las piedras, lofragmentos de cerámica rota, latejas agrietadas chocaban rebotaban en los scuta. Mattheucayó cuando la piedra de una hond

e alcanzó. Quintus y el restoaullaron de ira y Urceus, que era emás cercano a su amigo, empezó a

rugir. —¡Mattheus, Mattheus!No hubo respuesta. Quintu

tenía la esperanza de que Mattheusolo hubiera resultado herido, peroUrceus meneó la cabeza coamargura al erguirse.

 —Se le ha hundido en la frente

Page 1041: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1041/1720

Cabrones! —bramó.Quintus atisbó hacia el ágora po

encima del borde del escudo. Leentraron ganas de gritar que eraculpa de Pera. ¡Mattheus estámuerto y todo es por culpa de ese

cabrón! Sin embargo, era imposibleque Pinario le hubiera oído. Aunquehubiera podido, pensó Quintus, e

resultado habría sido el mismo. Ederramamiento de sangre eranevitable y aunque muchonocentes morirían, Quintus sealegraba en parte. Mattheus habíamuerto y tendrían que pagar poello.

El comandante de su guarnició

Page 1042: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1042/1720

había subido a lo alto de laescalinata del templo, con etrompeta al lado, que tenía enstrumento cerca de los labiosPinario pronunció una palabra sonó una serie de nota

nequívocas. Era la señal de ataqueEn ese momento, Pinario apretó epuño derecho a la altura de la

cintura y gritó algo que se perdióentre el rugido del ambiente.Corax estaba preparado.

 —¡PREPARAD JABALINAS! —Su ordese repetía a izquierda y derecha desu posición—. ¡APUNTAD CERCA

LANZAD!

Los legionarios rabiosos echaro

Page 1043: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1043/1720

el brazo hacia atrás y lanzaron lopila siguiendo una trayectoria rectaQuintus hizo lo mismo. Desde tacerca, las jabalinas resultabamortíferas. Volaron hacia la densamasa de gente y tardaron poco má

de unos segundos en recorrequince o veinte pasos. Emitierogolpeteos suaves al aterrizar. Los

ciudadanos no tenían ni armadurani escudos con los que protegersepor lo que cayeron como moscasLos quitones polvorientos se tiñerode escarlata al igual que las túnicablancas y limpias mientracampesinos y hombres rico

sangraban y morían juntos. Lo

Page 1044: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1044/1720

heridos emitían quejidos de dolor angustia, al igual que aquellocuyos amigos o familia habían sidoalcanzados.

Como represalia lanzaron unacuantas piedras y pila, pero fuero

pocas. Los ciudadanos estabaretrocediendo.

 —¡SEGUNDAS JABALINAS, PREPARADAS

APUNTAD CERCA, LANZAD! —gritó Corax.Se alzó otra cascada de pila y lesiguió otra oleada de destrucciónJóvenes y viejos, lisiados y sanosdaba igual. Ya estuvieran lanzandogritos desafiantes a los legionarioo suplicándoles clemencia

quedaron segados por la ráfaga de

Page 1045: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1045/1720

abalinas lanzadas a escasadistancia.

 A continuación se dio la ordede desenvainar las espadas, depermanecer juntos, de avanzar apaso. Quintus siguió las órdene

como si estuviera en un sueño. Tacomo había experimentado tantaotras veces, notaba los hombres a

ambos lados, sentía cómo el bordesuperior del escudo le tocaba labarbilla y la tranquilizante solidede la empuñadura de madera en epuño. Era consciente de que no seenfrentaban a soldados enemigossino a civiles, pero esa sensació

estaba desbordada por el miedo, e

Page 1046: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1046/1720

deseo de vengar a Mattheus y lavoluntad de sobrevivir.

 —¡Asesinos!Quintus no había visto a

Simmias, el comerciante de granohasta ese momento, pero reconoció

su voz. Corpulento, con brazopeludos y musculosos, seguíateniendo el aspecto del granjero

que había sido antes de dedicarse aa compraventa de grano, márentable. El semblante amable queSimmias había mostrado en todaas ocasiones que Quintus le habíavisto no estaba por ningún sitioSimmias tenía el rostro

ensombrecido por la ira y la túnica

Page 1047: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1047/1720

manchada de sangre. Se habíaenvuelto el antebrazo izquierdo couna capa a modo de escudo sujetaba una espada con laderecha. Le seguían de cerca diez omás hombres, armados de modo

similar. La muchedumbre celebró sulegada y Simmias blandió laespada contra la hilera de

egionarios. —¡Son una panda de asesinostodos ellos!

Un rugido de ira incoherentebrotó de la garganta de lociudadanos más próximos.

 —¡Armaos, hombres de Enna

Arrancad las jabalinas de la carne

Page 1048: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1048/1720

de vuestros hermanos! —ordenóSimmias—. ¡M ATAD A LOS ROMANOS!

 —¡Adelante! —gritó Corax—Dejad a estos mamones en e

fango! ¡A todos! De lo contrario noo harán a nosotros.

La muchedumbre desorganizaday revuelta fue acercándose a lohastati de Corax.

Quintus se alegraba de queSimmias hubiera reunido a suconciudadanos y dirigiera sataque. A pesar de estar en enterior de una ciudad, aquelloparecía la guerra. Eso era fácil deabordar.

Un hombre con el delantal de u

Page 1049: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1049/1720

herrero fue corriendo directamentea Quintus, sujetando un pilum coambos puños como si fuera uarpón. Quintus se preparó y lorecibió de frente. La jabalina leatravesó el scutum y le resbaló e

a cota de malla. El impulso hizoque el herrero se desplazara haciadelante hasta que chocó con e

escudo de Quintus, tan cerca quenotó el aliento de ajo y vio cómo ehorror le asomaba a los ojocuando le clavó la hoja en evientre. La estocada habríaacabado con la mayoría de lohombres, pero el herrero tenía la

complexión de un buey. Con un

Page 1050: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1050/1720

rugido, tiró de la jabalina con tafuerza que la arrancó del scutum deQuintus. El tiempo pareciódetenerse cuando se miraron el unoal otro por encima del borde dehierro. Los dos jadeaban: el herrero

de dolor y Quintus por el ardor de labatalla.

No había tiempo para retirar la

espada, así que Quintus la retorciócon saña y con todas sus fuerzas. Eherrero gemía agónico y dejó caeel brazo derecho. Quintus recuperóa espada de un tirón y se la clavódos veces al herrero, esta vez deforma más superficial, uno-dos

Cayó gritando como un bebé al que

Page 1051: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1051/1720

retiran de la teta demasiadopronto.

Quintus era consciente de queos compañeros que lo flanqueabatambién luchaban. Los chillidosuramentos, gritos de dolor y e

sonido del hierro contra el hierro leresonaban en los oídos. Un hombrearmado con un hacha sustituyó a

herrero blandiendo el arma desdeo alto contra la cabeza de QuintusLe habría partido el casco en dos de paso el cráneo, pero Quinturepelió el golpe con el escudo. Lerradió dolor del brazo izquierdo poa fuerza del impacto; se oyó e

sonido de la madera al partirse

Page 1052: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1052/1720

pero Quintus siguió como si nadaMiró desde detrás del escudo y leclavó la espada al hombre hasta efondo en la axila. El hombre dehacha murió con los grandes vasosanguíneos del pecho hechos triza

antes de que Quintus retirara earma. Boquiabierto, con espumasaliéndole por entre los labios, se

desplomó encima del herrero. Dejóel hacha clavada en el scutum deQuintus.

Sorprendentemente, los hastathabían avanzado unos cuantopasos. Quintus no tenía a nadiedirectamente enfrente. Gritando a

sus compañeros que cerraran filas

Page 1053: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1053/1720

se quedó un poco rezagado y, comono tenía tierra en la que clavar laespada, se sirvió de un cadáver. Envertical y a su lado, podía cogerlalegado el caso mientras quetenerla envainada podía resulta

fatal. A duras penas arrancó ehacha de su scutum. El escudquedó destrozado, pero le serviría

hasta que terminara la batalla.«La matanza», se corrigió.Urceus acababa de matar a

Simmias, la mayoría de cuyoseguidores habían desaparecido desu vista porque estaban muertos oheridos. El resto de los ciudadano

no eran guerreros. Consternados

Page 1054: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1054/1720

dieron media vuelta e intentarohuir. El problema era que no habíadónde ir aparte de al centro deágora. Estaban atrapados como ubanco de atunes en la red de upescador. Los hastati lo

perseguían con gritos fieros ávidos. Quintus se desplazó paraunirse a ellos antes de que e

corazón le dejara de palpitar recobrara el juicio. No había formade evitar lo que debía haceentonces.

«¡Thersites! —le gritó laconciencia—. ¡Está aquí!» Recuperóun mínimo de cordura, pero no

podía hacer nada. No había forma

Page 1055: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1055/1720

de parar la locura, no había manerade encontrar a Thersites y ponerloa salvo.

Más tarde, Quintus consideraríaque el tiempo que habíatranscurrido había sido s

experiencia más horrenda desdeque se alistara al ejército. La locurase había apoderado de su

compañeros y de los demáegionarios. Lo que importaba eramatar, algo en lo que eran todosexpertos. En un espacio delimitadocontra víctimas desarmadas, shabilidad resultaba espectacularCuando terminaran, los único

supervivientes serían romanos. Una

Page 1056: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1056/1720

vez liquidados quienes sabíauchar, los ciudadanos empujaban ententaban desesperadamenteibrarse de las espadas ávidas deos legionarios. Se daban puñetazoy patadas entre sí, pisoteaban a lo

más débiles e imploraban la ayudade sus dioses. Nada de aquelloservía. Quintus, sus camaradas y e

resto de la guarnición fuerocercándolos, formando un cordóetal de madera curvada y metaafilado.

Empujados por detrás con loescudos, los ciudadanos ibaesparciéndose hacia delante

blancos fáciles por la espalda

Page 1057: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1057/1720

Cualquiera que no estuviera heridode muerte podía ser pisoteado oatravesado por una espada otra vecon el avance de los legionariosLos pocos que se giraron paraenfrentarse a los hastati n

corrieron mejor suerte. Murierosuplicando, gritando que erasúbditos leales a Roma, que tenía

esposa e hijos. Les atravesaron epecho, el vientre, el cuello perdieron brazos, piernas y a vecea cabeza. La sangre salía aborbotones, salpicaba por igual avivos y muertos. Al poco tiempo loegionarios tuvieron el brazo

derecho rojo hasta el codo, la

Page 1058: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1058/1720

caras manchadas de escarlata, edibujo de los escudos oscurecidopor una capa carmesí brillante. Eun momento dado, Quintus intentómenear los dedos entumecidos dea mano con la que sostenía la

espada y se dio cuenta de que nopodía por culpa de la capa pringosade sangre que le cubría todo e

puño. Se encogió de hombros siguió matando. Sus compañeros yatampoco se fijaban en su aspecto si lo habían visto les daba iguaCualquiera que se pusiera aalcance de su espada era hombremuerto.

Cuando la matanza del ágora

Page 1059: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1059/1720

terminó, los hastati corrieron poas calles cercanas aullando comoperros salvajes. Los oficiales no seo impidieron; algunos incluso lealentaron. Quintus estaba a puntode seguirlos con la intención de

participar también. Entonces, decerca, vio a dos hastati acuchillandocon la espada a un niño de no má

de diez años. El muchacho chillabay gemía, se retorcía y giraba parazafarse sangrando como un cerdoQuintus se quedó paralizadoconmocionado por el horrorhersites estaba muerto, seguro

que para entonces lo estaba, pero

¿y sus hijas? A Quintus le empezó a

Page 1060: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1060/1720

dar vueltas la cabeza. Bastantetriste era que el tabernero hubieramuerto, pero no podía dejar a lahijas inocentes de Thersites a ssuerte. Soltó el escudo rajado corrió solo en dirección a La Luna

Llena.La matanza se extendía

rápidamente por Enna. En todas la

calles y callejones se oían puertapataleadas y el grito de lohabitantes y súplicas de clemenciaque demasiado a menudoquedaban enseguida silenciadosHabía cuerpos mutilados por todapartes: un esclavo con una cesta de

pan y verduras volcadas, u

Page 1061: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1061/1720

nválido con una muletamprovisada; una niña que todavíasujetaba una muñeca en una manopersonas normales que sededicaban a sus quehaceres cuandoes sobrevino la muerte. Quintus vio

a una matrona de la edad de smadre a la que cuatro legionarioperseguían desde su casa. La

atraparon y le rasgaron el vestidoEntonces, riendo, la instaron acorrer desnuda. Cuando ella senegó, la golpearon con la hojaplana de la espada hasta queobedeció. Quintus apartó la miraday siguió corriendo, rezando para

que la mujer tuviera un final rápido

Page 1062: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1062/1720

aunque sabía que eso no era lo queos legionarios tenían pensado paraella. Unos cuantos pasos más alláse vio confrontado por más horrorUna mujer de una edad similar a lade Aurelia se lanzó desde lo alto de

un edificio de tres plantas paraevitar que la pillara un grupo dehastati burlones. Cuando estaba e

a calle con el pescuezo roto, seasomaron a la ventana y le gritaroa Quintus:

 —¡Puedes tirártela el primero! Asqueado, no respondió, sino

que agachó la cabeza y corrió mádeprisa.

Sin embargo, cuando llegó a La

Page 1063: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1063/1720

Luna Llena se le cayó el alma a lopies. La puerta estaba entreabiertay del interior salían gritos y esonido de la cerámica al romperseQuintus deseó que Urceus estuvieracon él y no solo. Era momento de

respirar hondo, de calmarse. Teníaque andarse con sumo cuidado sno quería acabar derramando s

sangre en el suelo de la tabernagual que tantos otros inocenteque sangraban por la ciudad. A losoldados saqueadores les dababastante igual a quién mataban«Protégeme, gran Marte», rezóEntró sujetando el gladius co

fuerza.

Page 1064: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1064/1720

En el interior solo ardían un pade lámparas. La sala parecía vacíapero Quintus no bajó la guardiaDio unos cuantos pasos y seencontró a una de las hijas dehersites, tumbada boca arriba

delante de la barra. Un poco máallá de sus dedos inertes había umartillo oxidado. El suelo estaba

resbaladizo por la sangre. Quintuse acercó de puntillas. La muchachaera más joven que Aurelia. Miróbien y le entraron arcadas. Lehabían cortado el cuello. Por lomenos había muerto antes de quesus agresores tuvieran tiempo de

violarla, pensó.

Page 1065: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1065/1720

No podía decirse lo mismo de laotra hija de Thersites, suponiendoque fuera ella la que gritaba. Esonido agudo y angustioso procedíade detrás de la barra. Esquivó ecadáver de la hija mayor y sintió

náuseas ante lo que estaba podescubrir. No la encontró en laprimera sala, el almacén, llena de

hastati que reían. Algunos recorríaos soportes rompiendo el cuello deas ánforas y colocando la bocaabierta bajo el chorro de vino quecaía. Había más de lo que eracapaces de tragar y enseguidaquedaron empapados, lo cua

pareció divertirles todavía más

Page 1066: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1066/1720

Nadie se fijó en Quintus. Pasó ensilencio a la segunda sala. Locazos y ollas colgados, el horno y lazona de trabajo indicaban que eraa cocina de la taberna. En eextremo opuesto, unos cuanto

hastati estaban junto al trasero aaire de uno de sus compañerosDebajo de él, Quintus vio una

piernas femeninas.Se armó de valor para derramasangre romana y avanzó caminandcon sigilo para que los tachones noe delataran.

 —¡Zorra imbécil! ¡Esto por lamolestias! —gruñó el soldado que

estaba en el suelo. Se produjo u

Page 1067: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1067/1720

Page 1068: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1068/1720

añadió otro hastatus.Todos rieron excepto el hombre

frustrado.Quintus intentó contener la bili

que le había subido a la gargantaUna parte de él se planteaba s

abatir al hastatus con la espadapero descartó la idea. No solomoriría ahí, porque al menos había

diez soldados en la taberna, sinoque no resucitaría a Thersites ni asus desventuradas hijas. Bajó ebrazo de la espada y dijo a voz egrito:

 —¡Eh, hermanos! ¿Qué tenemoaquí?

El grupo se giró al unísono. Lo

Page 1069: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1069/1720

hombres relajaron la expresión aver que era uno de los suyos.

 —No eres uno de los tipos dePera, ¿verdad? —preguntó ehastatus que tenía el puñal.

 —No. Estoy con Corax.

 —Si has venido a echar upolvo, llegas demasiado tardecompañero. —Una risita burlona—

Pero hay un montón de vino en ealmacén de allá. Supongo quepodemos dejarte beber un pocoaunque no seas uno de lonuestros. ¿Qué decís, colegas?

Los demás hastati mostraron sacuerdo a gritos.

 —¡Vino, vino! —gritaron.

Page 1070: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1070/1720

Quintus atisbó el patéticomanojo de extremidadeensangrentadas antes de que se lolevaran y se le encogió el corazónSin embargo, no podía dejatraslucir sus sentimientos. Se quedó

un rato para no levantar sospechasengullendo vino con sus nuevocompañeros y esperando que e

recuerdo de lo que había visto esedía se desvaneciera. En más de unaocasión, vertió vino al suelo. Fingióhacerlo sin querer, pero cada vezQuintus ofrecía una libación a lodioses que veneraban los griegocomo Thersites y su familia

«Aceptad su alma en la otra vida»

Page 1071: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1071/1720

pidió en silencio, puesto que eranocentes.

Brindando por su amistadeterna, fingida al menos por sparte, dejó a los hastati con sucelebraciones.

En la calle presenció máescenas de horror y le embargó ugran sentimiento de culpa por lo

que había hecho en el ágora. No acomienzo, cuando los hastathabían sido atacados, sino despuéscuando la lucha se había convertidoen una matanza. La situaciópodría —debería— haberse evitadoUna nueva determinación se

apoderó de Quintus. Corax tenía

Page 1072: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1072/1720

que saber que los actos de Perahabían empujado a la violencia a lamultitud. De no haber sido por épensó con una mezcla de furia tristeza, Mattheus, Thersites y sfamilia no habrían muerto. N

tampoco muchos cientos dehabitantes de la ciudad.

Fue en busca de su centurión

Corax tendría alguna posibilidad deconvencer a Pinario de que uno deos suyos era culpable de los ríos desangre que se habían derramadoaquel día en Enna. Quintus no sabíaqué pasaría a continuación, pero noestaba dispuesto a quedarse de

brazos cruzados.

Page 1073: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1073/1720

Su búsqueda terminó antes deque empezara, en el ágora repletade cadáveres. Corax se encontrabaen la escalinata del templo deDemetra, enfrascado en unaconversación con Pinario y lo

demás centuriones. Abordarlodelante de Pera y Pinario estabadescartado, así que Quintus se

encomendó la penosa tarea dententar encontrar a Thersitesenía un recuerdo vago del luga

donde había visto al taberneroOtros soldados estaban hurtando aos muertos, así que él pasódesapercibido.

Su tarea era espeluznante

Page 1074: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1074/1720

Algunos de los hombres a los quQuintus dio la vuelta seguían covida. Empapados de sangremutilados o con trozos de intestinocolgando, gemían y sollozaban y lesuplicaban ayuda o que pusiera fi

a su sufrimiento. Era habitual queos soldados lo hicieran por locompañeros heridos en caso

necesario, pero Quintus se veíancapaz de hacerlo ahí. La salvajadaque él y sus compañeros habíacometido pesaba demasiado sobresu conciencia. Enviar a mánocentes a la otra vida erademasiado pedir. Apartó la vista y

avanzó.

Page 1075: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1075/1720

Fue un alivio para Quintuencontrar a Thersites y ver queestaba muerto. El tabernero habíarecibido una puñalada mortal en epecho. Era una pequeña bendicióndecidió Quintus entristecido, que no

supiera lo que había sido de suhijas. Tenía ganas de disculparseante Thersites, pero las palabras se

e ahogaron en la garganta. Eranútil, Thersites estaba muerto.Ensimismado como estaba no

vio la figura que se alzaba detráde él desde las pilas de muertos.

 —¡Asesino de mierda romano!Quintus notó que lo sujetaba

por el hombro derecho al tiempo

Page 1076: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1076/1720

que recibía una especie depuñetazo en la zona lumbar. Se oyóel tintineo del metal cuando laanillas de la cota de malla sepusieron a prueba y entonces leembargó un dolor intensísimo po

todo el cuerpo. Gritando, Quinturetrocedió un paso, sujetó laempuñadura de su espada e intentó

girarse y enfrentarse a su agresorSin embargo, recibió un puñetazoen la mandíbula que lo tumbó deespaldas. Quintus se sentíampotente mientras un hombre decomplexión menuda con una heridasuperficial en la cara se cernía

sobre él, cuchillo en mano.

Page 1077: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1077/1720

 —¡Al menos me llevaré al Hadea uno de los vuestros! —Se agachóy se levantó con un gladius—Asesinado con una de vuestraarmas, parece lo más apropiado.

Quintus daba puntapiés con la

sandalias, pero los cadáveres quetenía debajo no le daban margede movimiento. Cerró los ojos

resignado a morir. Se habíaacabado.Pero el golpe mortal no llegó.Quintus abrió los ojos y se

sorprendió al ver a su agresoderrumbándose con un pilum bieclavado en el pecho. Se puso en pie

como pudo y se quedó

Page 1078: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1078/1720

conmocionado al ver a Pera que leobservaba desde unos veinte pasode distancia.

 —Pensaba que un veteranocomo tú se protegería mejor —seburló Pera.

Tenía razón y Quintus sesonrojó.

 —¿Estás herido?

Quintus se llevó una mano a lazona lumbar y se tocó por debajode la armadura. Haciendo casoomiso de las punzadas de dolor, sepalpó la zona con las yemas de lodedos. La mano se le quedó upoco ensangrentada, pero la herida

no parecía muy grave. El agujero d

Page 1079: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1079/1720

a cota de malla era demasiadopequeño, por lo que solo habíaentrado la punta del cuchillo.

 —No, señor, no creo. —El hechode haberse encontrado cara a caracon la muerte suprimió la

deferencia debida al rango de Peraal menos durante un instante—Pensaba que te habría gustado

verme muerto, señor. —Por muy cerdo que seas, ereromano. Es más de lo que puededecirse de la rata de alcantarillaque ha intentado matarte. —Couna mirada que indicaba que lacosas podrían haber sido distinta

de haber sido él quien empuñara e

Page 1080: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1080/1720

arma, Pera se marchó.Desconcertado por lo ocurrido

Quintus fue cojeando hacia emercado con columnatas. Agradecióencontrarse con Urceus, que bebíade un odre de vino. Su amigo le

ayudó a quitarse la cota de malla. —¡Bah! —exclamó Urceus—. N

es más que un rasguño. Bastará

con aplicar un poco de acetum poner un vendaje ligero. La hojaquizás estuviera desafilada o eposible que el hombre fueraenclenque.

 —Era delgado, eso seguro —corroboró Quintus, aliviado.

 —Fortuna te acaba de sonreí

Page 1081: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1081/1720

dos veces —declaró Urceus—. Si ecuchillo hubiera entrado, habríamuerto de una hemorragia, créemeY que el mamón de Pera te salvaraa vida! En fin...

 —Bueno, dame un poco de eso

—Quintus sediento de repenteestiró el brazo.

Bebieron en un silencio

cómplice, ajenos a la escena de lamatanza que tan cerca tenían. Lapareja todavía seguía allí al cabo deun rato cuando Corax apareciódando grandes zancadas, seguidode Vitruvius. Al verlos redujo lamarcha y esbozó una pequeña

sonrisa.

Page 1082: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1082/1720

 —¡Debería haber sabido quvosotros dos encontraríais un pocode vino sin ir demasiado lejos¿Está bueno?

 —No está mal, señor —contestóUrceus. Los dos se levantaron e

ntentaron saludar a la vez—. ¿Teapetece un poco, señor? —preguntóUrceus. Lanzó una mirada a

Vitruvius—. ¿Y a ti, señor?Corax alargó una mano. —Tomaré un poco. Me muero de

sed. —Él y Vitruvius compartieron loque quedaba en el odre—. Tienerazón, es sabroso. Más vale queencontréis más, ¿no?

 —Seguro que todavía queda

Page 1083: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1083/1720

mucho por tomar —dijo Vitruviucon un guiño.

Quintus sabía que no se lepresentaría una ocasión mejor parahablar.

 —¿Señor? Acerca de lo que h

ocurrido hoy...Corax frunció el ceño.

 —Está claro lo que ha pasado

¿no? —No estoy tan seguro, señorPinario quería saber si enviar unadelegación o no. La mayoría de lohombres votaban a favor de elloseñor. Estaban siendo dóciles, nosumisos. Cierto es que un imbécil le

anzó un higo al centurión Pera

Page 1084: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1084/1720

pero en ese momento la situacióno estaba ni mucho menos perdida

Corax apretó los labios. —Continúa. —El hecho de que Pera matara a

quien le lanzó el higo ha hecho

volver a la multitud contra nosotrosseñor. Si no lo hubiera matadocreo que la votación nos habría sido

favorable. —Quintus vaciló antes deañadir—: El derramamiento desangre podría haberse evitadoseñor.

Se hizo el silencio. Urceuadoptó una expresiódeliberadamente inescrutable

Corax ensombreció el semblante de

Page 1085: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1085/1720

forma preocupante y Vitruviuparecía igual de desdichado. Fuerotranscurriendo los minutos Quintus empezó a sentirsencómodo.

 —Si eso me lo hubiera dicho

alguien que no fuera uno de miveteranos, le habría dado unapaliza hasta dejarlo inconsciente. O

eso o lo habría arrojado por uacantilado. —Corax hizo una pausaantes de añadir—: Pera me acabade contar que alguien que se hacíael muerto te ha atacado. De no sepor él, te habría matado, me hadicho. —Una mirada feroz—. ¿E

cierto?

Page 1086: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1086/1720

«¡Mierda!» No había pensadoque Pera podía decírselo a Corax.

 —Sí, señor —masculló. —No obstante, le delatas. —E

tono pragmático de Corax resultabaamenazador.

Quintus tuvo que hacer uesfuerzo para enfrentarse a smirada penetrante.

 —Sí, señor. —Te voy a contestar, Crespo,porque eres tú. No me interesa urelato golpe a golpe de lo que hasucedido. Ni a Pinario ni sospechoque al cónsul Marcelo, sobre todode gente como tú. Hoy el centurió

Pera ha ayudado a matar a una

Page 1087: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1087/1720

muchedumbre de ciudadanorebeldes que nos habrían vendido aos guggas. Eso es todo.

Quintus se sintió estúpido y máque un poco asustado.

 —No quiero volver a oír habla

de esto, Crespo. —Sí, señor. —Lárgate de mi vista. T

también, Urceus.Quintus desapareciórápidamente.

 —A veces dudo de tu cordura —siseó Urceus en cuanto Corax ya nopodía oírles—. Odio a Pera. Coraxprobablemente también le odie

pero ¿criticarlo delante de él? Lo

Page 1088: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1088/1720

normal es que defienda a los suyos —Lo sé —reconoció Quintus co

un suspiro. —Has tenido suerte de qu

estuviera de buenas. Ya va siendohora de que te centres y te olvide

de Pera y de lo que ha sucedido hoaquí.

Page 1089: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1089/1720

SEGUNDA PARTE

SEGUNDA PARTE

Page 1090: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1090/1720

17

17

El sol se estaba poniendo Hanno y Aurelia caminaban cogido

de la mano por las murallameridionales de Acragas. La ciudadestaba bañada por la gloriosa lu

dorada del otoño mientras iban e

Page 1091: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1091/1720

dirección oeste a lo largo de lamuralla desde la quinta puerta. Euniforme de oficial de Hannomantenía alejados a los centinelaapostados a intervalos regulares. Eolor a incienso del enorme

santuario cercano dedicado aDemetra y Perséfone impregnaba eambiente y los cánticos de lo

devotos del interior se mezclabacon los gritos de los vendedores devino, baratijas y frutos otoñales deexterior.

 A diez estadios al sur, los barcosde pesca salían a la mar desde ebullicioso puerto de la ciudad. Má

cerca de las murallas, cientos de

Page 1092: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1092/1720

tiendas que pertenecían a losoldados de Himilcón se extendíaa ambos lados del santuario aEsculapio. Un elefante barritó desdeun extremo del campamento. Aescasa distancia de donde se

encontraban Hanno y Aurelia sealzaban un templo magnífico, unode los varios que se había

construido en línea a lo largo de lacresta que formaba el límitemeridional de Acragas. Pero el queprovocó la admiración de Hanno fueel segundo templo, el construido ehonor a Zeus, dios del Olimpo. A lohabitantes de la ciudad les gustaba

alardear de que era el mayo

Page 1093: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1093/1720

Page 1094: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1094/1720

uego ladera abajo, por encima deágora y el grandioso bouleuterionhasta los templos— es maravillosoMe ha robado el corazón. —Lesonrió—: Igual que tú.

Ella entrelazó los dedos con lo

de él con incluso más fuerza. —¿No crees que también e

porque estamos aquí?

 —Quizá tengas razón —reconoció con una sonrisa.Tan solo había transcurrido un

mes desde que Himilcón eHipócrates decidieran poner fin a lacampaña inconclusa y rudimentariay marchar hacia el oeste e

dirección a Acragas, que volvía a

Page 1095: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1095/1720

ser un importante bastiócartaginés en la isla. Para ellohabían sido unos días felices, por loque tenían la impresión de quehabía transcurrido más tiempoAquello no significaba que Hann

hubiera olvidado la emboscada queos romanos habían tendido aejército de Hipócrates o los día

subsiguientes. Él y Aurelia habíareunido a más de una docena desupervivientes y se habían dirigidoal oeste, hacia la zona en la que sesuponía que estaba HimilcónHabían tenido que extremar lacautela continuamente para evita

a las patrullas enemigas. Poco

Page 1096: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1096/1720

después, habían tenido el primeencuentro con los exploradorecartagineses, ¡qué contento sehabía puesto Hanno! A aquellaalturas, su banda de rezagadosumaba más de cincuenta hombres

Entre ellos había tenido el gusto deencontrar a Kleitos y Deon, y aunos cuantos más de sus hombres.

Su reencuentro con Hipócratehabía sido mucho menos amistosoHanno se había esforzado poreprimir el desprecio que sentía poa huida del gobernante del vallemientras que el desdén deHipócrates ante su presencia

parecía haber ido en aumento. E

Page 1097: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1097/1720

cuanto Hipócrates se dio cuenta deque Himilcón hablaba griego deforma pasable, dejó a Hanno amargen de las reuniones. Hannohabía intentado habladirectamente con Himilcón, pero

parecía que Hipócrates se habíaganado la confianza del generacartaginés. El fastidio de Hanno a

verse apartado de las reuniones deos dos hombres menguó aenterarse de que Aurelia estaba asalvo. Una vez interrumpida laguerra, Hipócrates se habíaentregado a los burdeles de laciudad, donde, a decir de todos, se

levaba siempre a las prostituta

Page 1098: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1098/1720

más atractivas. Estaba demasiadoocupado para preocuparse poHanno o por la mujer romana a laque había obligado a compartiecho con él.

Había otros motivos para esta

contento. Como recompensa pohaber escapado de la emboscadaHipócrates les había encomendado

a él y a Kleitos la misión dereagrupar a los supervivientes paraformar unas cuantas unidadecompletas en el exterior deAcragas. Hanno también habíatenido el placer de avisar a Aníbagracias a un barco mercante fenicio

Hanno le había dicho por escrito

Page 1099: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1099/1720

que el contratiempo de laemboscada tendida a Hipócrates noe había impedido unir sus fuerzacon el gran ejército de Himilcón. Eprimavera, machacarían a laegiones de Marcelo.

 —Tienes que reconocer que laciudad es impresionante. Roma notiene punto de comparación —

declaró Hanno—. Ni ningún otrougar de Italia. —¿Y Cartago? —replicó ella. —Es más majestuoso pero no

tan bonito.Ella adoptó una expresió

pícara.

 —¿Un lugar que es mejor qu

Page 1100: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1100/1720

Cartago? ¿Cómo es posible? —Mmm. —Hanno intentó no

enfadarse cuando ella se echó areír, pero no lo consiguió. Aureliaencajaba mucho mejor las críticahacia lo romano que él acerca de

Cartago. Como no quiso estropeael momento, se distrajo admirandootro de sus templos preferidos, e

dedicado a la diosa Hera. Estabaaislado en el extremo sureste de lamurallas y era un buen lugar en eque sentarse al atardecer. Recuperóel buen humor al recordar laexcelente taberna situada cerca dea tercera puerta, próxima a

santuario de Hera. Podían come

Page 1101: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1101/1720

allí antes de regresar a suaposentos en la zona cercana anorte.

En Acragas la disciplina eramucho más laxa que en Siracusa yHanno pasaba casi todas las noche

con Aurelia. Aquellas horapreciosas se llenaban de amor risas. No era de extrañar que

tuviera la impresión de estar depermiso, pensó con cierto atisbo deculpabilidad. El ritmo lento de lavida también parecía beneficiar aAurelia. Su pesar seguía ahí, pero aHanno le costaba encontrarlo cadavez más. Se alegraba por ella

Perder a tres familiares seguido

Page 1102: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1102/1720

resultaba realmente horrendoAunque se había precipitado adecidir seguirle, ya se le habíapasado el enfado: lo único quequería era que Aurelia tuviera upoco de felicidad. Hanno hacía todo

o posible por complementarlocortejándola como habría hecho sse hubieran conocido e

circunstancias normales. —Este lugar es precioso —dijoella con alegría—. Podría vivir aqutoda la vida.

 —Te está saliendo la venagriega. Seguro que dentro de pocoos lugareños te toman por uno de

ellos.

Page 1103: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1103/1720

 —¡Me estás tomando el pelo! —exclamó ella dándole un codazo.

Hanno sonrió. —¡Al menos lo intento!Siguieron caminando en silencio

sin que ello les resultara incómodo

disfrutando de la calidez del sol ea espalda. Hanno desvió la miradahacia las columnas de humo que se

alzaban desde el anchocampamento que llenaba laexplanada situada por debajo deas murallas. Miles de soldadoestarían preparando la cena. Esperque Quintus estuviera haciendo lomismo en algún lugar de la isla

Sintió una punzada de tristeza po

Page 1104: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1104/1720

Mutt y sus libios, que estaban eItalia, y deseó que estuvieran sanoy salvos. Lo más probable es queasí fuera. Como en verano habíahabido poca acción, en la penínsulataliana continuaba e

estancamiento. Aníbal seguíanecesitando un puerto lo bastantegrande para seguir recibiendo

refuerzos de su tierra natamientras que los romanodedicaban todos sus esfuerzos ahacer mella en sus aliados: lopueblos y ciudades del sur de Italia

«No me pierdo gran cosa —sedijo Hanno—. Aquí cumplo con m

obligación. Si Hipócrates e Himilcó

Page 1105: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1105/1720

no me consideran útil, ¿qué puedohacer?» La excusa, porque eso es loque le parecía, le descargaba laconciencia, pero Hanno sabía quepara cuando llegara la primaveratendría ganas de entrar en acción

Aníbal también confiaba en éVolvería a intentar conseguir queHimilcón le prestara atención

Aurelia le lanzó una mirada sonrió, y el corazón le dio uvuelco. ¿Qué pasaría con ellaentonces?

Cuando se sentaron junto atemplo de Hera sus preocupacionese disiparon. Aurelia había entrado

prometiéndole que saldría pronto

Page 1106: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1106/1720

Page 1107: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1107/1720

Aurelia.Hanno se desanimó al ver que

Aurelia salía con expresión triste¿Cómo era posible que hubieraolvidado a su esposo Lucius? ¿Queestaba tan cerca y a la vez tan lejo

de su hermano? Hanno volvió amaldecir la guerra por inmiscuirseen su vida. En tiempos de pa

habría sido posible encontrar ubarco mercante que viajara aRhegium y pagar a su capitán paraque preguntara por un tal LuciuVibius Melito. Ahora no podía serRhegium se encontraba en territorioenemigo. Era imposible averiguar s

Lucius había muerto a causa de la

Page 1108: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1108/1720

heridas y Hanno dudaba queAurelia se planteara siquiercasarse a no ser que estuvieratotalmente segura.

Le había preguntado tantaveces si lloraba su pérdida que le

pareció inoportuno insistir denuevo, así que Hanno se limitó arodearla con un brazo. Sin decirle

adónde iban, Hanno se encaminóhacia la taberna, que se llamaba LaUva y el Grano. Durante el trayectoAurelia guardó silencio, pero se fueanimando. Daba la impresión deque le apetecía tomar algo. Hannotenía ganas de beber un poco de

vino local, mucho mejor del que

Page 1109: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1109/1720

había tomado últimamente. Kleitose había reído cuando habíaalabado el producto una noche.

 —Seguro que no lo sabías, peros viñedos de las colinas querodean Acragas tienen renombre —

e había dicho—. Producen lomejores vinos de Sicilia.

Entonces pidió una jarra grande

de la mejor cosecha que tenían sirvió dos vasos.Miró a Aurelia de hito en hito

alzó la copa y dijo: —Por nosotros.Por fin ella desplegó la sonrisa

que le hacía sentir mariposas en e

estómago.

Page 1110: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1110/1720

 —Por nosotros —repitió Aurelia.

Para cuando llegó el invierno, lavida de Aurelia y Hanno se habíaconvertido en una rutina plácida

Vivían como marido y mujer a todoos efectos. Él se dedicaba a suobligaciones como oficial deejército y ella se encargaba de spequeño hogar. Dado que Elira sehabía quedado en Siracusa, Hannoe había planteado que comprara

una esclava para las tareas mápesadas, pero Aurelia habíarechazado la propuesta de pleno.

 —¿Crees que soy demasiado fina

Page 1111: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1111/1720

para pelar una hortaliza o vaciar eorinal? —le había preguntadoHanno se había sonrojado.

 —Tal vez.Entonces ella le había dado una

bofetada cariñosa.

 —Pues no. Cambié a Publiudesde el primer día. No te imaginao que llega a salir del trasero de u

bebé. —Había adoptado unaexpresión nostálgica antes deañadir—: Tengo poco que hacecuando tú no estás. Al menos astengo una obligación.

 A posteriori, a Hanno le habíaparecido obvio y entonces empezó

a disfrutar más de las hierba

Page 1112: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1112/1720

aromáticas que Aurelia colgaba deas paredes, de las mantacoloridas que cubrían la cama y dea descripción vívida que hacía deos mercados y comercios de laciudad. Sus pinitos en la cocina le

mpresionaban menos, aunquetenía el detalle de sonreír y decirleque la comida estaba deliciosa.

Cuando una tarde ventosaKleitos apareció con la propuestade sacarlos a cenar, Hanno no dudóen aceptar. Sin embargo, se acordódemasiado tarde de que Aurelia yahabía empezado a preparar la cena

 —Es decir, si tú también quieres

—le dijo a Aurelia.

Page 1113: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1113/1720

Frunció los labios y levantó lamanos enrojecidas de un cuenco deverduras llenas de tierra.

 —Casi he acabado de limpiarlas —Pero pueden esperar a

mañana, ¿no? —Kleitos corrió a s

ado y le dio un beso en las palma—. Lávate y deja que otra personhaga el trabajo más duro

Considéralo una pequeña muestrade agradecimiento por ser tabuena compañía.

Hanno dedicó una miradasignificativa a Aurelia. A menudo lehabía contado que a Kleitos la vidaen Acragas le parecía muy dura. A

comienzo era porque quedaba

Page 1114: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1114/1720

pocos siracusanos del mismo rangoentre los hombres de Hipócrates os comandantes locales y looficiales de Himilcón eran mucerrados. Luego la noticia de lamatanza de Enna había llegado a la

ciudad. A decir de la mayoríamenos de un centenar de lohabitantes había sobrevivido, entre

os que seguramente no se contabaa amante de Kleitos. Desdeentonces su amigo había entradoen una espiral de ira impotente dolor abrumador y se habíadedicado a ahogar sus penas engentes cantidades de vino. Se

había desahogado con Hanno una

Page 1115: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1115/1720

noche, pero eso no había aliviadosu sufrimiento. Aquella veladapodía ser otra posibilidad para queel pobre desgraciado setranquilizara un poco.

 Aurelia lo entendió. Frunció e

ceño con expresión fingida antes desonreír.

 —Me has convencido, Kleitos.

Kleitos lanzó una mirada a loque ella había estado haciendo. —Y te evito la alegría de

preparar una col un tanto mísera yunas zanahorias demasiadoterrosas en la olla.

Todos se echaron a reír.

 —¿Adónde nos llevas? —

Page 1116: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1116/1720

preguntó Hanno mientras ayudabaa Aurelia a enfundarse la capa deana gruesa.

 —A un sitio cerca del santuariode Demetra y Perséfone, llamado EBuey y el Arado. Es una taberna a

a que no he ido nunca, pero diceque su cordero asado en espetón eel mejor de Acragas.

 —¿Y el vino? —La fuerza de lacostumbre hizo que Hanno sesujetara un puñal en el cinturónKleitos también llevaba uno y habíadejado una pequeña porra junto aa puerta al entrar. Acragas era unaciudad segura, pero de noche toda

precaución era poca—. ¿Está

Page 1117: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1117/1720

bueno? —No temas, amigo. Su bodega

también tiene renombre.Hanno se enfundó su capa, una

prenda con capucha de color verdeque había comprado cuando había

empezado a refrescar. —¡Pues venga, te seguimos! Aurelia no estaba ta

entusiasmada. —¿No hay un sitio más cercano? —¿Te preocupan los kleptai? —

preguntó Kleitos. Vio la expresiódesconcertada de Aurelia—Ladrones.

 —Bueno, sí. Cuanto más lejo

vayamos, más nos arriesgamos a

Page 1118: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1118/1720

encontrarnos a alguno, sobre todo aa vuelta.

Hanno rebuscó debajo de lacama y apareció con el robustocayado que habían encontrado atrasladarse a aquella vivienda.

 —Me llevaré esto también¿Satisfecha?

 Aurelia asintió a regañadientes.

Kleitos desplegó una ampliasonrisa cuando cogió la porra. —¡A ver qué kleptai se atreve

conmigo y con Hanno! —A Aureliano pareció impresionarle ecomentario y él añadió—: En estomomentos también se celebra e

festival de Leneas, así que tiene

Page 1119: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1119/1720

poco que temer. Los kleptai soguales que nosotros, demasiadoocupados emborrachándose parapensar en otra cosa.

 —No sé qué festival es ese —reconoció Aurelia.

 —Se celebra en el templo deDioniso y en él participan todas lamujeres casadas. Las putas... —

Kleitos se azoró—. Perdón, deberíahaber dicho hetairai. CortesanasEllas también participan.

 —¿Y qué hacen las mujeres? —La expresión de Aurelia denotabaun atisbo de picardía y Hannoocultó su diversión. Aurelia sí que

sabía lo que era Leneas.

Page 1120: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1120/1720

Kleitos tosió. —El festival empieza con un

procesión encabezada por variosacerdotes, seguida del sacrificio deuna cabra. Algunos dicen que lamujeres la despedazan, aunque yo

nunca me lo he creído. Tal vezantes, pero no ahora.

 —¿Y después?

 —Pues no lo sé a ciencia cierta.Hanno sonrió; nunca había vistoa Kleitos tan turbado.

 Aurelia soltó una risita. —¿Te da vergüenza, Kleitos? —Un poco. —Lanzó una mirada

a Hanno—. Maldita sea, hay que

reconocer que escogiste a una

Page 1121: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1121/1720

mujer con arrestos, ¿eh? —No la habría querido de ningú

otro modo —repuso Hanno con unasonrisa. Sin embargo, se sintióaliviado cuando Aurelia se dio povencida. Según sus soldados, que

se congregaban en tabernacercanas al complejo del temploLeneas era mucho más. Cuando la

mujeres acababan de beber festejar, se permitía la entrada deos hombres en el santuario, dondeos sacerdotes y sacerdotisasupervisaban una orgía que seprolongaba toda la noche. Una cosaera plantearse que él, Hanno

participara (si Aurelia no formara

Page 1122: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1122/1720

parte de su vida), pero la idea deque ella también participara hacíaque le bullera la sangre de celos.

La lluvia y el viento que loasaltó por el camino truncaron todaposibilidad de seguir hablando de

Leneas o de cualquier otro temaHanno llegó a la conclusión de quesi aquel tiempo tan inclemente

seguía les protegería de cualquiedisgusto que pudieran tener devuelta a casa. Aunque la caparevestida de lanolina impedía quese mojara, se alegró al llegar a lataberna.

 —Más vale que el cordero valga

a pena —gruñó.

Page 1123: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1123/1720

 —Pago yo, así que ¿qué más teda? —replicó Kleitos.

Un cuarteto de hombremusculosos y con cara de tontoflanqueaba la entrada. El cabecillaesbozó una especie de sonrisa que

habría aterrado a la mayoría de loniños, pero los dejó entrar.

Kleitos mantuvo la puerta

abierta y entonces oyeron unacacofonía de ruidos y notaron unaráfaga de aire cálido y viciado.

 —Entra de una puñetera vez deja de quejarte. Búscanos unamesa.

Cuando Hanno entró, deslizó la

mano libre bajo la capa para toca

Page 1124: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1124/1720

a empuñadura del puñal. «Quédifícil es perder algunacostumbres», pensó, mientraescudriñaba el local abarrotado. Loclientes que estaban más cerca leanzaron alguna mirada distraída

pero nadie más pareció interesarsepor ellos, lo cual le tranquilizó. Laclientela iba desde gente

acomodada hasta oficiales de laguarnición, pasando pocomerciantes locales y miembrodel ejército de Hipócrates y deHimilcón. Había algunas mujeresaunque parecían prostitutasCuando Hanno vio que dos hombre

dejaban una pequeña mesa situada

Page 1125: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1125/1720

unto a la pared de la izquierda, nodemasiado cerca de la barra, fue apor ella. Kleitos y Aurelia llegaron acabo de un momento.

 —Siéntate aquí —le dijo a ellaseñalando el único taburete que

había—. Kleitos y yo nosentaremos en el banco que estácontra la pared.

 —No veré qué pasa —se quejóAurelia. —Puede ser, pero nosotros sí. Y

así menos gente se fijará en ti. —AHanno no le hacía falta añadir nadamás. A pesar del ambientetranquilo, lo variopinto de la

clientela era una posible fuente de

Page 1126: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1126/1720

violencia. —Relájate —instó Kleitos

dándole una palmada en la rodilla aHanno—. Lo más probable es quetodos los hombres que están aqusolo tengan una cosa en mente

Leneas.Hanno se dio cuenta de que

Aurelia estaba a punto de volver a

nterrogar a Kleitos. —Vamos a pedir un poco de vino—dijo en voz alta. Consciente depeligro, volvió a escudriñar el local.

Daba la impresión de que lamayoría de los clientes estabaescuchando a un grupo de músico

que tocaban liras y flautas

Page 1127: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1127/1720

acompañados de un cantante couna voz decente. Otros observabaa un par de prostitutas maquilladaen exceso que se estabacamelando a los clientes, apartandosin disimulos las manos de lo

hombres que las querían tocar murmurándoles promesas al oídoHanno se relajó un poco y llamó a

una camarera.El vino que les trajo pocodespués resultó ser excelenteHanno empezó a divertirse. Lacompañía era agradable y el calode la hoguera cercana le relajóIncluso Aurelia bebió más de lo

normal. Kleitos bebía sin parar

Page 1128: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1128/1720

como si estuviera muerto de sedPidieron dos jarras más de vino transcurrió una hora hasta queconsiguieron pedir el famosocordero asado. Acabarosirviéndoles una bandeja enorme

rebosante de jugo y bordeada potortas de pan recién hecho. Lodevoraron en un silencio absoluto

como niños pequeños a los quehubieran dado un pastel entero demproviso.

 —Cielos, qué sabroso questaba. La fama de este sitio estábien merecida —reconoció Hanno—Bien hecho, Kleitos.

 —Estaba bueno, ¿eh? —Kleito

Page 1129: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1129/1720

se limpió los labios y eructóEnseguida miró a Aurelia—Perdona.

 —Deja de preocuparte por mí —declaró—. Me crie escuchando lopedos y eructos constantes de m

hermano.Kleitos sonrió.

 —Porque eres la pareja de

Aurelia... que si no... —Soy un hombre afortunado —admitió Hanno, que se arrodilló aado de Aurelia.

 —No eres el único afortunado —repuso ella, apoyando la cabeza esu hombro.

Kleitos ensombreció e

Page 1130: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1130/1720

semblante. —Ya encontrarás a otra mujer —

dijo Aurelia con cariño—. Se nota aa legua que eres un hombre buenoy decente.

 —Quién sabe, algún día. —

Kleitos se sirvió más vino. Alzó lacopa rebosante—. Pero, por ahoraeste es mi amor.

Se produjo un silencio incómodoHanno y Aurelia esperaron a ver sKleitos deseaba hablar más, perono fue así.

 —A decir verdad, yo ya me iría aa cama. —Hanno reprimió ubostezo y lanzó una mirada a

Aurelia, que asintió—. Ya no tengo

Page 1131: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1131/1720

Page 1132: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1132/1720

Aurelia con un guiño. —Quién sabe —reconoció

Kleitos, despojado ya de sazoramiento anterior gracias al vino—. Este tipo de acontecimientos nose producen demasiado a menudo

sobre todo en caso de guerra. Uhombre soltero debe aprovechasus oportunidades al máximo, ¿no?

 Aurelia se levantó. —Vamos. No demoremos más aKleitos.

Riendo por lo bajo, Hanno seencaminó a la puerta. Los demás lesiguieron, pero no se dio cuenta deque unos pasos más allá Kleitos se

había parado a hablar con un oficia

Page 1133: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1133/1720

que conocía. El grito de asombro deAurelia también le pilló posorpresa.

 —¡No me toques! —gritó egriego.

 —Hago lo que me da la gana —

dijo una voz masculina—. Tengoque reconocer que para ser putaeres guapa. ¿Por qué no vamos tú y

yo a algún lugar más íntimo?Hanno se giró de repente, vio erostro congestionado de Aurelia ypor encima de su hombro, usoldado local con el rostro picadode viruela con una túnica manchadade vino y con la mano puesta

todavía encima de Aurelia. En do

Page 1134: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1134/1720

zancadas se colocó al lado deAurelia y se plantó frente a sagresor, a quien no parecióagradarle la situación.

 —¿Tienes algún problema? —gruñó el soldado.

 —No es ninguna puta y ademáva conmigo —espetó Hanno—Lárgate.

Cara Picada frunció el labio. —Creo que preferiría mcompañía.

 —Apártate, Hanno. Déjalo.Captó el tono de advertencia e

a voz de Aurelia y mirórápidamente hacia una mesa

cercana. Cara Picada tenía tre

Page 1135: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1135/1720

amigos que observaban la escenacon el interés propio de udepredador. «¿Dónde coño estáKleitos?» Al final lo vio, absorto euna conversación a unos quincepasos de distancia. Hanno maldijo

en su interior. Si había que pelear,esa distancia era como estar en launa. Decidió que era preferible

actuar con diplomacia. —Es mi esposa, amigo. —Eres un mentiroso de mierda

Nadie lleva a su esposa a un lugacomo este durante Leneas. —Adoptó una expresión lasciva—. ¡Ano ser que pienses llevarla a la

orgía de después!

Page 1136: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1136/1720

 —¿Por qué no empezamos ya—sugirió uno de sus amigosponiéndose en pie. Cara Picada os demás se echaron a reír.

Hanno apretó la porra quelevaba colgada a un lado co

fuerza. Si la sacaba rápido, podríaabatir a Cara Picada de un sologolpe. Probablemente tambié

abatiera al primero de sus amigospero solo los dioses sabían quépasaría cuando los dos últimos lealcanzaran. Muchos de los clienteban armados y era muy probableque ellos también.

 —Vamos a llevarnos bien, ¿de

acuerdo? —A Hanno la voz de

Page 1137: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1137/1720

Kleitos nunca le había sonado tabien. Su amigo sobresalía podetrás del soldado que se habíaevantado y presionó el extremo decuchillo contra un lado del cuellodel hombre—. Podéis hacer lo que

queráis con las damas desantuario, pero, tal como os hadicho, esta ya está comprometida.

Cara Picada giró la cabeza y vioa Kleitos. Desvió la mirada haciasus otros amigos.

Hanno aprovechó laoportunidad. Extrajo el puñal y loacercó al vientre de Cara Picada. Epinchazo hizo que Cara Picada

volviera a fijarse en él, co

Page 1138: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1138/1720

expresión temerosa. —No hace falta pelearse —dijo

con voz suave—. Ya nos íbamosVuelve a sentarte y tómate algocon tus amigos. Olvidemos losucedido.

 A Cara Picada no le faltabaagallas.

 —¿Y si no me da la gana?

 —Te clavaré esto hasta el fondoY mi amigo le cortará el pescuezo atu acompañante. A continuaciónos encargaremos de los demásHaz lo que quieras. Tú eliges.

Cara Picada lo observó como squisiera memorizar sus facciones

Entonces, respirando pesadamente

Page 1139: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1139/1720

por la nariz, retrocedió un paso. —Necesito una copa —anunció.Hanno sintió una oleada de

alivio. Kleitos era un hombre duroél no era ningún cobarde, pero lapeleas en lugares como ese

siempre resultaban arriesgadas. Aa mínima se iniciaba una trifulcageneralizada y, con unas cuantas

copas de más, los hombres seponían muy violentos. En un locatan concurrido era fácil clavarle aalguien un puñal entre las costillay fundirse entre la multitud.

Kleitos soltó al hombre y secolocó junto a Hanno. Lanzando

miradas de advertencia a lo

Page 1140: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1140/1720

soldados, se encaminaron a lapuerta con Aurelia flanqueada poambos.

 —Tu mujer no es siciliana¿verdad?

La pregunta hizo girar a Hanno.

 —¿Y a ti qué más te da? —preguntó.

 —Por el color de piel tampoco

parece cartaginesa, como tú —dijoCara Picada con mala intención—¿De dónde es? Quiero pedir unacomo ella en la casa de putas.

 —¡Vete a tomar por culo!

El festival de Leneas terminó ta

Page 1141: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1141/1720

rápido como había empezadoaunque aquello no impidió queKleitos tuviera tema deconversación durante días. Por loque parecía, se lo había pasado egrande con dos mujeres a la vez

una sacerdotisa y una noble locaHanno no sabía si creérselo, pero leparecía una buena historia

Además, a Kleitos se le veía máanimado.En las semanas y mese

siguientes, la vida en el interior dea ciudad retomó la tranquilidadLos días más largos, los brotes eas ramas de los árboles y la

temperaturas más cálida

Page 1142: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1142/1720

anunciaron la llegada de laprimavera. Hanno se alegró de veel fin del invierno tras meses derelativa inactividad y se moría deganas de salir de la ciudad. Siembargo, no le hacía ninguna

gracia pensar que pronto seniciaría una nueva temporada decampañas. La mayoría de las vece

o notaba como un gran peso en eestómago. Si él y Aurelia no queríaestar separados durante variomeses interminables, solo lequedaba la opción de llevarla coél, lo cual la exponía a todo tipo depeligros. Había sido una gran suert

que se librara de sufrir algún daño

Page 1143: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1143/1720

entre los seguidores decampamento que acompañaban aa patrulla de Hipócrates. Con lavana esperanza de que el asunto nosaliera a colación, evitómencionarlo. Aurelia tampoco sacó

el tema, pero a juzgar por su mahumor estaba claro que laperspectiva la afectaba de forma

negativa. Transcurrieron diez díascon este descontento y ninguno deos dos se molestó en abordar aquetema tan candente.

Una tarde le plantaron cara aasunto, pero no como ellos habríaesperado. Hanno llevaba fuera

desde antes del amanecer

Page 1144: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1144/1720

nstruyendo a sus soldados, peroregresó antes de lo normal. Aureliano estaba en sus aposentos y ésupuso que había salido a compraalgo para la cena. Hanno hizo unacorta visita a los baños públicos y a

regresar ella seguía sin volverDespreocupado, ya que Aureliahabía entablado amistad con do

vecinas, se tumbó en la cama paradescansar un poco. Enseguida sequedó dormido.

Unos sollozos lo arrancaron deas profundidades de un sueñodesagradable. Aurelia estaba en laparte interior de la puerta que

conducía al rellano, que, a su vez

Page 1145: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1145/1720

daba a las escaleras de salida a lacalle. Hanno acudió junto a ellaenseguida. Aurelia se hundió en sabrazo, llorando.

 —Todo irá bien, amor mío —murmuró, convencido de que s

disgusto tenía que ver con lapróxima campaña—. He estadopensando. Compraré a un esclavo

a un hombre fornido que sepauchar. Viajará contigo, te protegercuando yo no pueda.

 Aurelia dejó de sollozar. Alzó lavista con expresión confundida eel rostro surcado de lágrimas.

 —No estoy disgustada por eso.

 —Oh —dijo Hanno, preocupado

Page 1146: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1146/1720

y sintiéndose un poco tonto—. ¿Dequé se trata, entonces?

 —Algo que me acaba de pasaen la calle. ¿Te acuerdas desoldado que me acosó aquella veen El Buey y el Arado? El que...

 —Sí, sí, me acuerdo de esecabrón. —«Cara Picada. Te llamóputa»—. ¿Le has vuelto a ver?

 —Por casualidad, sí. Casi chococon él al salir de la panadería quehay calle abajo. Me ha reconocidoenseguida.

Hanno sintió una rabia candenteen las sienes.

 —¿Te ha tocado?

 —Ha intentado sobarme per

Page 1147: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1147/1720

parecía un poco borracho. Heconseguido quitármelo de encimacon un bofetón.

 —Será hijo de puta. Le daré unección que nunca olvidará. —Hanno cogió la porra. A modo de

precaución adicional, se ciñó ucinturón con el puñal.

 —Hanno.

El tono sombrío hizo que Hannose centrara. —¿Sí? —Le he gritado y se ha dado

cuenta de que era romana por macento. Entonces él... él... —vacilódurante unos instantes— mencionó

algo sobre que su comandante

Page 1148: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1148/1720

había salido de coparecientemente con Hipócrates, queamentó la pérdida de una esclavaen Siracusa. Una mujer romana«Pensé en ti cuando me enteré», hdicho, con una sonrisa de

suficiencia. «Probablemente setrate de una coincidencia pero valea pena llevarte ante Hipócrate

para ver si eres el trozo de carneque le falta.» —¿Te ha visto entrar en la casa? —Sí, no he podido evitar que me

siguiera. Lo siento, tenía miedo. —Empezó a llorar otra vez.

 —No pasa nada. —A pesar de

sus palabras tranquilizadoras, a

Page 1149: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1149/1720

Hanno le había entrado un sudofrío. Aquello lo cambiaba todo. Yano bastaba con una paliza—. ¿Ibasolo?

 —Creo que sí.Por lo menos aquello era un

consuelo. —Quédate aquí. Echa el cerrojo

a la puerta cuando me vaya y no

abras a nadie que no sea yo oKleitos. —¿Qué vas a hacer? —preguntó

con voz temblorosa. —Ponerle en su sitio —repuso

Hanno con determinación. Bajó laescaleras de dos en dos, empujó a

pasar a un chico de los recados y le

Page 1150: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1150/1720

tiró la cesta de verduras. Hanno semostró más cauteloso en la entraday atisbó al exterior desde laseguridad que le proporcionaba laamba de una puerta. No habíanadie en frente y su preocupació

fue en aumento. «Que esté cercapor favor.» Sin embargo, las únicaspersonas que veía a su izquierda

eran un par de amas de casa quecharlaban en el exterior de lapanadería. A la derecha, un albañy su aprendiz descargaban unapequeña carreta llena de ladrillosCara Picada había desaparecido. AHanno empezó a entrarle el pánico

Si el soldado conseguía hablar co

Page 1151: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1151/1720

Hipócrates...Disipó la idea tomándose u

momento para reflexionar. ¿Quéharía Cara Picada: seguiríabebiendo quizás en compañía desus amigos o querría averigua

nmediatamente si edescubrimiento le proporcionaríaalgún beneficio? ¿O haría algo

totalmente distinto, como ir abuscar un burdel? El corazón legolpeaba el diafragma mientravacilaba. «Baal Safón, ayúdamepor favor —rezó—. Guíame.»

Cuando la respuesta le cayó decielo, era tan sencilla que se rio e

voz alta. Se dirigiría a la residencia

Page 1152: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1152/1720

de Hipócrates, que se encontraba aunos cinco estadios de allí. Si CaraPicada iba en esa dirección, Hannoenseguida le alcanzaría. Siembargo, si se había decantado posus amigos y más vino, se

produciría una demora que daríatiempo a Hanno para regresar de lacasa de Hipócrates y echar u

vistazo en todas las hosterías quese encontraban en las doce callemás próximas.

En todo caso, ese era el plan.Se puso en marcha a paso

igero, reprimiendo las ganas decorrer. Sería una estupidez

desperdiciar la única oportunidad

Page 1153: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1153/1720

de silenciar a Cara Picada si lasandalias tachonadas le delatabanNo se trataba de intimidar a spresa. Para asegurarse de queHipócrates no se enteraba de nadatenía que matar a Cara Picada. E

cualquier otro momento, Hannohabría evitado matar a alguien queen realidad, era uno de los suyos

pero teniendo en cuenta que ssupervivencia y la de Aureliaestaban en juego, no se lo pensódos veces.

En cada callejón o callejuelaHanno aminoró la marcha losuficiente para ver si veía a alguie

con la complexión menuda de Cara

Page 1154: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1154/1720

Picada. En una ocasión, siguió a uhombre treinta pasos por ucallejón estrecho hasta que se diocuenta de que había perdido etiempo. Confiando en que el retrasono le costara caro, corrió un poco

para recuperar el terreno perdidoAl final llegó a las proximidades dea casa de Hipócrates, un edificio

majestuoso que le había prestadouno de los líderes de la ciudadHanno había pasado junto a umontón de gente: hombresmujeres, jóvenes, viejos, ricos pobres, sin encontrar ni rastro deCara Picada. Su optimismo inicia

empezó a flaquear, pero se armó

Page 1155: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1155/1720

de valor. A lo mejor Cara Picadahabía ido a una taberna a alardeade quién había visto.

Hanno decidió que valía la penar hasta la puerta de Hipócrates. SCara Picada había llegado a la

entrada, probablemente siguieraallí. A un soldado raso no leresultaría demasiado fácil que le

permitieran entrar. Quizá pudieradistraerle de algún modo y hacerler a un callejón.

El cruce con la calle en la que seencontraba la residencia deHipócrates estaba a no más de ciepasos de distancia cuando Hanno

advirtió a una figura menuda

Page 1156: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1156/1720

vestida con una túnica militar. Se lesecó la boca y empezó a caminamás rápido, avanzando por entreos transeúntes hasta que seencontró a una docena de pasos dehombre. Le embargó una profunda

frustración. Ni siquiera a tan cortadistancia estaba seguro de si aquehombre era Cara Picada porque lo

veía por detrás. Hanno se atrevió aacercarse más, con los nervios aflor de piel, planteándose si debíaactuar. Pero ¿y si mataba al hombreequivocado?

Entonces los dioses le sonrieronUna mujer rio desde el balcón de

una primera planta y su presa giró

Page 1157: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1157/1720

a cabeza para ver de dóndeprocedía la risa. Entonces fuecuando se le vio la mejilla, cubiertade las marcas característicasHanno se sintió exultante, perotenía que actuar con celeridad

pues el cruce estaba a menos decincuenta pasos. Miró rápidamentea izquierda y derecha, vio u

callejón que discurría entre uedificio en ruinas y un bloque deapartamentos. No tenía ni idea desi estaría vacío, pero se le estabaacabando el tiempo. Tendría queconformarse.

Sacó el puñal, lo sostuvo

discretamente junto al costado

Page 1158: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1158/1720

echó a correr. Demasiado tardeCara Picada oyó los pasos deHanno. Al comienzo se asustóuego reconoció a Hanno y poúltimo adoptó una expresión depuro terror. Sin embargo, no emitió

sonido alguno, porque Hanno lesujetaba el hombro izquierdo comano de hierro y le presionaba la

hoja a la altura del hígado. —Si gritas para pedir ayudaeres hombre muerto —mascullóHanno—. Si no obedeces, erehombre muerto. ¿Entendido?

Cara Picada asintió. —Izquierda. Por el callejón. —

Habían llegado a la entrada de la

Page 1159: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1159/1720

calle.Cara Picada vaciló y Hanno le

pinchó la carne con el extremo depuñal.

 —Muévete. Solo quiero hablacontigo.

Cuando están atenazados por eterror, los hombres se agarran a unclavo ardiendo. Cara Picada se

nternó en el espacio oscuro, que ntenía más de cuatro pasos deancho. Las piezas de alfarería rotacrujieron bajo sus pies. El aire erafétido, aderezado con el hedor aorines y excrementos humanos, y lacomida podrida que habían arrojado

desde arriba. Hanno alzó la vista

Page 1160: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1160/1720

se alegró de no ver a ningúnquilino de los apartamentoenmarcado en una ventana. Hizoparar a Cara Picada después denternarse quince pasos.

 —Ya vale.

 —No me mates, por favor. —Cara Picada giró la cabeza un pocopara intentar ver el rostro de Hann

—. Por favor.Hanno había estado a punto deusar el puñal, pero desde tan cercaacabaría empapado de sangre. Nopodía ser. Tenía que ser capaz desalir del callejón y marcharse sievantar sospechas.

 —Cállate. —«Que siga pensando

Page 1161: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1161/1720

que va a vivir»—. ¿Adónde ibas? —A ningún sitio. Yo...Cara Picada no tuvo oportunidad

de continuar con su mentira. Hannoe soltó el hombro, le rodeó ecuello con el brazo izquierdo y le

apretó el máximo posible. CaraPicada emitió un sonido deahogamiento horrible y opuso

resistencia como un poseso. Intentópatalear hacia atrás y dio un par debuenos golpes a Hanno en larodilla. Echó las manos hacia atráy tiró a Hanno del pelo, las orejas el brazo. Hanno lo sujetó con máfuerza y enterró la cara en la túnica

apestosa de Cara Picada para evita

Page 1162: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1162/1720

que le metiera un dedo en el ojoMientras tanto, tenía el puñapreparado como último recurso.

Para lo menudo que era, CaraPicada tenía una fuerzaconsiderable. Hanno perdió uno

cuantos mechones de pelo y unaoreja le empezó a sangrar antes deque su contrincante empezara a

flaquear. Sin embargo, al final, dejócaer los brazos a los lados. Sequedó inerte sujetado por HannoDe repente, le preocupó quepudiera haber testigos y miró haciaa entrada del callejón. No habíanadie. Soltó el puñal, tiró a Cara

Picada al suelo y le dio la vuelta. S

Page 1163: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1163/1720

víctima parpadeó y abrió los ojosHanno lo miró de hito en hitomientras volvía a rodearle el cuellocon las manos y le estrangulabaotra vez. Cara Picada alzó lobrazos e intentó evitarlo en vano.

 —Pensabas que ibas a podedelatar a mi mujer, ¿eh? —siseóHanno, clavándole los pulgare

directamente en la nuez—. ¡Eres ucerdo!Había matado a mucho

hombres, pero nuncaestrangulándolos. No resultabaagradable, pero era imprescindibleque Cara Picada muriera e

silencio. Hanno observó

Page 1164: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1164/1720

mpertérrito, cómo el rostro dehombre se llenaba de sangre, laengua hinchada asomándole poentre los labios. Los globos oculareenrojecidos le sobresalían de lacuenca de los ojos. Observaban a

Hanno con una intensidad rabiosa suplicante a la vez.

 —Púdrete en el infierno —le dijo

rechinando los dientes y clavándoleos pulgares todavía más. Se oyó uigero crujido cuando el cartílago dea garganta de Cara Picada cedióLa lengua se le metió un poco haciadentro de la boca y la luz se apagóde sus ojos. Hanno no aflojó. No

apartó las manos hasta que s

Page 1165: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1165/1720

víctima permaneció inmóvil duranteveinte segundos más. Con cuidadobuscó el pulso en el cuello moradode Cara Picada y también en ecorazón. Nada. Hanno exhaló largay lentamente. Lo había hecho.

No obstante, el peligro no habíapasado. Los ruidos procedentes dea calle le recordaron la cercanía de

otras personas. Envainó el puñal, sealisó el pelo hacia atrás, se secó laoreja ensangrentada y se limpió esudor de la cara con la palma de lamano. Hanno esperó a llegar a lacalle más ancha para ajustarse latúnica al modo de un hombre que

acaba de vaciar la vejiga. U

Page 1166: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1166/1720

carpintero que estaba agachado aado de un tablón a medio serraalzó la vista y retomó su trabajoenseguida. Nadie más pareciófijarse en él. Hanno pensó que coun poco de suerte tardarían vario

días en encontrar el cadáver deCara Picada. Para entonces, laratas se habrían cebado con él

sería un milagro que llegaran adentificarlo. Hipócrates seguiría siser consciente de la presencia deAurelia en la ciudad.

Hanno caminaba a paso ligerocalle abajo y, a escasos treintapasos más adelante, una vo

conocida le llamó.

Page 1167: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1167/1720

 —¡Eh! ¿Estoy viendo a mi oficiacartaginés?

 A Hanno le entraron náuseas«Hay que tener mala suerte.» Segiró y saludó.

 —Sí, señor.

Hipócrates se acercó, seguido dcerca de varios oficiales decaballería. Los petos les brillaban

habían dejado los cascos y lavainas relucientes. Iban a algúugar importante.

 —¿Qué estás haciendo aquí? —Hipócrates le dedicó una miradadesaprobatoria—. ¡Y en menudoestado! Estás asqueroso... y te

sangra la oreja.

Page 1168: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1168/1720

Hanno hizo caso omiso de lamuecas de los oficiales que ibadetrás de Hipócrates.

 —Estaba dando un paseo, señorNo he mirado por dónde iba, hetropezado y he acabado de cabeza

en el suelo. —Agradeció en silencioque Hipócrates no prestaraatención a su respuesta. Era obvio

que el general no le había vistohasta ese preciso instante y notenía ni idea de lo que acababa dehacer.

 —Acompáñame —ordenóHipócrates—. Iba a llamarte mátarde.

 —Muy bien, señor. —Hanno

Page 1169: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1169/1720

buscó al carpintero con la miradaa única persona que le había vistosalir del callejón. Para su granalivio, el hombre se habíaesfumado. Daba igual adónde.

 —La campaña de este año está

a punto de comenzar. —Sí, señor, tengo muchas

ganas.

 —Como cabe esperar —fue larespuesta mordaz—. La informaciórecibida recientemente apunta aque las legiones romanaacampadas alrededor de Siracusano van a moverse por ahoraHimilcón y yo tenemos intención de

darles una sorpresa desagradable.

Page 1170: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1170/1720

Page 1171: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1171/1720

esforzó para disimular su regocijoAtravesar las líneas romanas noestaba exento de peligro, pero, spodía llevar a Aurelia con él, seríauna manera de apartarla del doblepeligro de ser una seguidora de

campamento y de ser reconocidapor segunda vez. También suponíauna oportunidad de alejarse de

Hipócrates y, si podía avisar aAníbal, le agradaría conocer aquelladecisión.

 —¿No tienes nada que decir? —Como siempre, seguiré tu

órdenes al dedillo, señor —repusoHanno imperturbablemente

rezando para que en el mensaje

Page 1172: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1172/1720

Hipócrates no intentara poner aEpícides en su contra.

Hipócrates parecíadecepcionado.

 —Entrar en Siracusa resultararriesgado —advirtió—. El bloqueo

es mucho más estricto que cuandoescapamos. Epícides debe recibir mcarta a toda costa, así que enviaré

a varios mensajeros. Uno devosotros llegará a su destino —añadió con causticidad.

 —Por lo menos uno de nosotro—dijo Hanno, dando gracias a lodioses.

«Y si de mí depende —pensó—

serán dos quienes lleguen.»

Page 1173: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1173/1720

18

18

Quintus caminaba de un lado aotro. El tramo de fortificación de

que él y sus compañeros de tiendatenían que encargarse medíaaproximadamente ochociento

pasos. Los hastati formaban cuatro

Page 1174: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1174/1720

parejas y cada par tenía que cubriuna cuarta parte de la distanciaDoscientos pasos, seis paradas yen cada una de ellas, una pausapara escudriñar el terreno queseparaba los dominios romanos de

as murallas de Siracusa. Quintus sus compañeros habían estadopatrullando la misma parte de la

muralla desde que regresaran deEnna el verano anterior. Se habíanpasado el invierno caminandopesadamente arriba y abajo. Ahoraque empezaba la primavera, todoellos se la conocían como la palmade la mano.

Siracusa estaba situada a uno

Page 1175: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1175/1720

ochocientos kilómetros, lo cuasignificaba que estaban a salvoncluso de las catapultas mápotentes de Arquímedes. Antes deasedio, la tierra de nadie estabadedicada a campos de cultivo, pero

hacía tiempo que los habitantehabían huido o habían sidoasesinados. Los legionarios había

recolectado el cereal el otoñoanterior. Después de eso, nadiehabía labrado la tierra ni plantadocultivos nuevos, no en un terrenotan peligroso. El duro clima invernahabía podrido los rastrojos alládonde habían salido y no quedaba

más que barro.

Page 1176: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1176/1720

Era una lástima que no fuera ahaber trigo que segar en veranocaviló Quintus, aunque la falta devegetación facilitaba la labor de locentinelas, pues percibían cualquiemovimiento enseguida. Aunque no

es que los siracusanos seaventuraran jamás más allá de loconfines de su ciudad. Desde e

otoño anterior no habían avistado auna sola patrulla enemiga en lazona. Con las defensas aseguradasos siracusanos no tenían necesidadde asaltar las fortificacioneromanas. Era mucho más sensatopermanecer al abrigo de su

mponentes murallas, pensó

Page 1177: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1177/1720

Quintus con acritud, calentado siduda por las hogueras de las torresituadas a intervalos regulares quedecoraban los parapetos. Tampocose habían producido ataqueromanos desde el espantoso prime

día, hacía casi un año. En cambioMarcelo había endurecido ebloqueo alrededor de Siracusa a

máximo. Resultó frustrante queaquello no impidiera que locartagineses detuvieran loconvoyes de suministros regularesEn las circunstancias actuales, easedio no tenía visos de acabapronto.

Soplaba viento del norte

Page 1178: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1178/1720

Quintus encorvó los hombros. Denuevo volvió a maldecir las plumadel casco que le impedíaevantarse la capucha de la capaPara mantener la cabeza calienteno valía la pena arriesgarse a

quitarse el casco. Si algún oficial leveía, recibiría un duro castigo. Lomejor que podía hacer era lleva

dos gruesas bufandas de lana, unaencima de la otra. —¿Tienes frío? —preguntó

Urceus. —Por supuesto. ¡Seguro que tú

también! —Para nada.

Quintus intentó dar una patada

Page 1179: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1179/1720

a Urceus, que evitó marchándoseSeguían la misma rutina todos lodías. Les ayudaba a combatir eaburrimiento.

 —¿Cuánto crees que nos queda—preguntó Urceus.

Quintus intentó mirar hacia esol, que se aproximaba ahorizonte.

 —No demasiado. —Eso es lo que a mí me parecíagracias a los dioses. De vuelta a latienda. Mantas calientes. Unahoguera. ¡Lo mejor de todo es queesta noche no me toca cocinar!

 —¡Ja! Pero se te ha olvidado a

quién le toca.

Page 1180: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1180/1720

 —¿No será a Marius? —Urceufrunció el ceño.

 —¿Cómo es posible que no teacuerdes? —preguntó Quintusriendo.

 —Mierda. Pan chamuscado

Carne cruda y verduras hervidalenas de barro. Ojalá pudiera evitauna ración de esa bazofia.

 —Siempre puedes ofrecerte acocinar por él. —¡Ni por asomo! —replic

Urceus—. Me arriesgaré. A lo mejoesta noche es mejor que la últimavez.

Siguieron caminando y llegaro

al final de su sección, donde se

Page 1181: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1181/1720

encontraron con Marius y esustituto de Mattheus, Placidus, utipo somnoliento que hacía honor asu nombre. Urceus aprovechó laoportunidad de despotricar contrao que cocinaba Marius.

 —Más te vale que esta nocheprepares algo comestible —leamenazó—. Yo y los chicos no

vamos a comer más bazofia de latuya.Marius se echó a reír.

 —A ver si voy a mear en tuestofado, Urceus.

Urceus se sonrojó. —¡Si haces eso, me cagaré en t

cama!

Page 1182: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1182/1720

Quintus y Placidus estaban aado riéndose por lo bajo. Aquellotambién formaba parte de la rutinaNadie haría tal guarrada a uno desus compañeros de tienda, si bieno podía decirse lo mismo de lo

hombres de otros manípulos. Sesabía de bromas como tirar uratón muerto o una col podrida e

a olla, aunque últimamente eracada vez más difícil salir impune deuna cosa así. Los soldados de otraunidades empezaban a sospechar salguno de sus vecinos aparecía aas horas de comer.

Sonó una trompeta desde s

campamento y todos sonrieron.

Page 1183: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1183/1720

 —¡Hora de marcharse! —anuncióUrceus—. ¡Tengo tanta hambre quehasta tengo ganas de comerme lamierda que preparas, Marius!

 —Te encantará el menú de estanoche —declaró Marius—. Cuello de

cordero estofado con verdurasDelicioso! Es una vieja receta que

mi madre solía preparar.

Urceus le dedicó una sonrisaresentida. —No es por desconfiar de t

madre, pero juzgaré por mí mismoo sabroso que esté.

 Al cabo de un rato, los och

Page 1184: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1184/1720

hastati estaban cómodamentedispuestos alrededor del círculo depiedras que formaba la hoguera deexterior de su tienda. Encima de lalamas todavía había un trípode dehierro, pero la vasija de bronce que

contenía el plato de Marius para lanoche yacía a los pies de Urceusodo el mundo había convenido

que el cordero estaba bueno, perohabía sido Urceus, el mayor críticode Marius, quien había insistido erebañar el recipiente.

 —A partir de ahora esperaréeste nivel —había dicho. Lo ciertoes que Marius no había prometido

nada de eso.

Page 1185: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1185/1720

 —Empieza a hacer más calor —dijo Quintus con una sonrisa—. Nohace tanto era imposible sentarsefuera como ahora.

Urceus eructó. —Sí. Pronto dejaremos de

necesitar la manta y el fuegoaparte de para cocinar.

 —Habrá unas cuantas semana

de buen tiempo y luego volverá ahacer demasiado calor otra vezMeses de acarrear agua del ríoquemados por el sol todo el día ymosquitos por la noche —se quejóPlacidus.

 —¡Cállate! —gruñó Marius—. N

nos lo recuerdes.

Page 1186: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1186/1720

 —Toma un poco de vino —instóQuintus, pasando el odre quecompartían—. ¡Y anímate, poJúpiter!

Encolerizado por las risas queprovocó el comentario, Placidu

tomó el odre y dio un buen trago. —Cuéntanos una historia —instó

Quintus, que se sintió un poco ma

Como Placidus era la últimancorporación del contuberniumsiempre era el blanco de todas labromas. Sin embargo, lo único quee salvaba era su capacidad paracontar historias.

 —Sí.

 —Quiero la de los doce trabajo

Page 1187: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1187/1720

de Hércules. —¡No, la historia de Rómulo

Remo!Las voces de los die

compañeros se mezclaban entre sí.Placidus parecía más calmado.

 —Yo la elijo —respondiódándose importancia.

 —Que sea alegre —le instó

Urceus—. No quiero irme a la camasintiéndome mal.Placidus caviló durante uno

nstantes. —¿Qué os parece la de Horacio

Herminio y Larcio en el puente? —Buena elección —convino

Quintus—. No empieces todavía

Page 1188: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1188/1720

necesito mear. —Yo también —añadió Urceus. —Daos prisa —ordenó Marius.Los dos amigos se encaminaro

untos a las letrinas de latrincheras más cercanas, situada

bajo las murallas en el extremosureste del campamento. El sonidode la descarga de los barcos en e

puerto de Trogilus, que estabacerca, llegaba por encima de laparedes de madera. El lugar desdeel que se había lanzado su primer desastroso asalto era ahora unabase de abastecimiento para todoel ejército. Al volver, tuvieron que

pasar junto a la tienda de Corax po

Page 1189: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1189/1720

segunda vez. Debido al ángulo eel que se aproximaban, la parejaquedó oculta por la tienda de scenturión hasta que estuvobastante cerca. Quintus aguzó eoído. Daba la impresión de que

Corax estaba con Vitruvius y quehablaban en susurros.

Quintus quedó preso de la

curiosidad y un poco de malicia. Ledio un codazo a Urceus, se llevó udedo a los labios y le indicó que seacercaran más. Urceus no parecíamuy entusiasmado, pero no semarchó. Juntos avanzarosigilosamente hasta situarse a uno

cuantos pasos de Corax.

Page 1190: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1190/1720

 —¿Ha habido alguna novedadcon respecto a los noblesiracusanos preferidos de Marcelo—preguntó Vitruvius.

 —La verdad es que no. Haestado intentando ponerse e

contacto con sus amigos del interiode la ciudad, pero Epícides tieneespías por todas partes. A todo

aquel sospechoso de traición se ledenuncia y se le asesina. —¿Ninguno ha entrado

personalmente en Siracusa?Corax soltó un bufido burlón.

 —Valoran demasiado supescuezo. Hasta el momento solo

han sobornado a pescadores para

Page 1191: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1191/1720

Page 1192: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1192/1720

Page 1193: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1193/1720

cuanto entraran en la ciudadcambiarían de bando. Darían aEpícides las cifras de nuestratropas, la ubicación de nuestrobarcos...

 —Exacto —convino Corax—

Quienquiera que entre tiene que sede habla griega y lo más fiableposible.

 —¡Necesitamos a un desertosiracusano que sea de fiar! —declaró Vitruvius con una risita—. Otodavía mejor: un romano.

 —Ninguno de nuestros hombrepodría hacerlo —dijo Corax.

 —¿Por qué no? Hace algún

tiempo me comentaste que un pa

Page 1194: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1194/1720

de los tuyos hablaba griego.Quintus se puso tenso. Vitruviu

debía de estar refiriéndose a él... ¿a quién más?

 —¿Crespo? —respondió Corax. —Ese mismo.

 —Es valiente, de eso no cabe lamenor duda, pero su acento culto lodelatará. Epícides lo devolverá en e

plazo de una hora. Sin embargome había olvidado de Marius. Él iríabien.

«¿Marius habla griego?» Quintuno tenía ni idea.

 —Marcelo preferiría a dohombres —afirmó Vitruvius.

 —Cierto. El acento de Marius e

Page 1195: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1195/1720

o bastante tosco para no llamar laatención, pero no el de Crespo. —Se produjo una breve pausadurante la cual Quintus se preguntósi habría sido la conciencia de Corax—. De todos modos, podría ir bien

Se lo comentaré a Marcelo.El temor empezó a bullir en e

nterior de Quintus. Ser enviado a

Siracusa equivalía a la pena demuerte. Incluso para su propio oídosu acento griego era notablementedistinto al del oficial siracusanoKleitos. Intentó enfadarse coCorax, pero no lo consiguió. Aquellono era afán de venganza por parte

del centurión, sino más bien u

Page 1196: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1196/1720

ntento de beneficiar a Marcelo y aejército. Desde una perspectivageneral, no importaba que él Marius causaran baja en una misióde espionaje. «Mierda.» Con umovimiento de cabeza en direcció

a Urceus, se alejó de puntillas de latienda de Corax y luego caminóhacia ella de nuevo haciendo ruido

para que le oyeran. Doblaron laesquina y saludaron. Quintus sealegró al ver que ninguno de lodos centuriones parecía sospechanada.

 —Mierda, me alegro de nohablar griego —masculló Urceu

cuando se hubieron alejado.

Page 1197: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1197/1720

 —Sí, bueno —dijo Quintus con lamáxima estoicidad posible—. Si meordenan que me convierta en uputo espía, cumpliré con mobligación.

 —Hazle una ofrenda a Fortuna

al vez no pase —sugirió Urceusdándole una palmada en el hombro

Quintus hizo una mueca. Po

experiencia sabía que taleofrendas no afectaban al futuropero no pensaba reconocerlo en voalta.

La pareja tuvo que soportar ualud de insultos por retrasar lahistoria de Placidus, pero en cuanto

empezó a contarla se hizo e

Page 1198: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1198/1720

silencio. Sin embargo, Quintus fuencapaz de concentrarse en ellaporque no dejaba de albergapensamientos siniestros sobreSiracusa. Cuando Placidus acabó, éseguía cavilando.

Marius le dio un codazo. —Una buena historia, ¿eh? —Sí —repuso Quintu

distraídamente.Marius le dedicó una miradaastuta.

 —¡No has escuchado ni unpalabra! ¿Qué demonios te pasa?

 —Nada —mintió Quintus, perMarius no se dio por vencido.

 Al cabo de unos instantes, cedió

Page 1199: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1199/1720

Al fin y al cabo, Marius estabamplicado en el tema y sucompañeros no les tendrían emenor aprecio por no querer queos enviaran a una misión suicidaNo obstante, Quintus se llevó una

gran sorpresa al ver que a Mariuse le iluminaba la expresión ante laperspectiva.

 —¿Cómo es que hablas griego—preguntó Quintus. —Me crie en Bruttium. El griego

sigue siendo el idioma más habituaen muchas ciudades de la costa.

Urceus soltó un silbido en vobaja.

 —Ya sé que tienes una actitud

Page 1200: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1200/1720

temeraria ante la vida, pero ¿poqué ibas a querer hacer esto?

 —Todavía no me ha llegado emomento. —Marius esbozó unasonrisa llena de seguridad—Además, dicen que las mujeres de

Siracusa son despampanantesaparte de fáciles!

 —Ya está pensando con la polla

otra vez. Cuando hacen eso, lohombres están perdidos. Meapuesto un didracma a que vuelvesin haberla metido en un coñitosiracusano. —Urceus alargó lamano.

 —¡Hecho! —Marius le estrech

a mano.

Page 1201: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1201/1720

 —Nos fiaremos de tu palabra —advirtió Quintus, sonriendo a spesar—. ¡Nada de mentiras!

 —De acuerdo. Que el martillo deVulcano me chafe la picha smiento.

 —Eso sí que me daría asco dever. Tienes la picha tan pequeñaque a Vulcano le costaría

encontrártela —dijo Urceussonriendo complacido.Marius adoptó una expresió

seria durante unos instantes. —No son solo los coños

Imaginaos qué emocionante! ¿Y so conseguimos? Seguro que habrá

ascensos. Podremo

Page 1202: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1202/1720

emborracharnos gracias a esodurante meses.

Quintus le dio una palmadita ea cabeza.

 —Estás loco.Marius se echó a reír y Quintu

se dio cuenta de que, por muchomiedo que tuviera, no querría queenviaran a Marius solo. Para bien o

para mal, aquel hombre era scompañero. —De todos modos, no pasará —

declaró Marius—. Seguro queMarcelo encontrará a otrocandidatos mejores que nosotros¿no?

Page 1203: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1203/1720

No ocurrió nada durante un pade días y Quintus dejó depreocuparse. Marcelo habíaencontrado a los hombres para laoperación secreta. Cuando Coradesapareció una mañana y dejó a

Vitruvius a cargo de la instrucciódel manípulo, no se alarmó. Lareuniones de centuriones era

bastante habituales y el caráctefogoso de Vitruvius no dejabatiempo para pensar. Enseguida hizoque varios hombres esprintaran cotodo el equipo puesto mientras quea otros les ordenó que lucharaentre sí con las pesadas espadas de

madera que solían utilizar lo

Page 1204: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1204/1720

reclutas novatos. Algunos inclusouchaban con la armadura puestasegún Vitruvius una posibilidad derefrescar su habilidad para ecombate cuerpo a cuerpo. Lohastati no estaban demasiado

contentos, había pocos centurioneque instruyeran así a sus hombrespero cumplieron las órdenes co

entusiasmo porque Vitruvius eragual de amante de la disciplina quCorax. Si señalaba a algún hombrepor no esforzarse lo suficiente, leesperaría algo mucho peor.

Quintus estaba acabando unaserie de carreras con Urceus y e

resto cuando oyó que le llamaban a

Page 1205: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1205/1720

él y a Marius. Todavía les quedabancuatro largos más por correr, peroera Vitruvius quien les reclamabaSe acercaron trotando al segundocenturión, que había estado junto aos optiones. Quintus tuvo un ma

presentimiento al ver al soldadoque estaba al lado de VitruviusVestía el peto con triple disco de lo

samnitas, lo cual lo convertía euno de los socii. Al cabo de unstante cayó en la cuenta de queCorax estaba con Marcelo y de queaquel era un extraordinarius, unode los mejores soldados aliados queservían como guardaespaldas de

cónsul.

Page 1206: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1206/1720

Claramente incómodo, Quintupreguntó:

 —¿Nos has llamado, señor? —Id con este soldado. Marcelo

quiere veros. —¿De esta guisa, señor? —No

tenía ningunas ganas de conocer acomandante de todas las fuerzaromanas en Sicilia, al que solo

había visto de lejos, con la caraenrojecida y empapado de sudorIncluso Marius parecía un pocomenos entusiasta que hacía umomento.

 —Sí —espetó Vitruvius—. Ahora. —Sí, señor. —Quintus saludó y

miró al samnita barbudo, que era

Page 1207: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1207/1720

solo un poco mayor que él. —Seguidme.Quintus se encogió de hombro

brevemente al mirar a Marius siguió al samnita.

 —¿Cómo te llamas? —preguntó

cuando ya se habían alejado upoco de Vitruvius.

 —Sattio.

 —¿Tienes idea de por qué te hamandado que vinieras a buscarnos? —El cónsul quiere hablar co

vosotros.Quintus apretó los dientes, pero

a Marius pareció no importarle«¿Por qué no puedo estar yo tan

despreocupado?», se preguntó

Page 1208: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1208/1720

Quintus. —Eso ya lo sé —le dijo a Sattio

a ligera—. Pero ¿por qué? —No me corresponde cuestiona

al cónsul —respondió Sattioenfurecido.

«Imbécil», pensó Quintus. —Debe de ser porque hablamo

griego —masculló Marius.

 —Sí. —A Quintus no se le ocurríaotro motivo por el que pudierahaberles llamado. «Regresaremosanos y salvos», se dijo. Siembargo, a medida que seacercaban al praetorium de Marcelotal seguridad parecía cada vez má

mprobable.

Page 1209: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1209/1720

El cuartel general de Marceloestaba en el campamento principadel ejército, un vasto territorio quealbergaba a dos legiones. Al llegara Quintus le entró todavía mámiedo. Si bien era cierto que había

estado en unos aposentos tamajestuosos en una ocasión, de esohacía muchísimo tiempo, cuando

todavía estaba en la caballería. Ehombre con el que se habíareunido, Publio Cornelio Escipiónque había ayudado a liderar laegiones de Roma al comienzo de lanvasión de Aníbal, tenía una buenapredisposición hacia su padre. S

reunión había sido formal pero

Page 1210: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1210/1720

agradable, mientras que la reunióde hoy sería radicalmente distintaA Quintus se le hizo un nudo en eestómago cuando cruzaron la verjaperimetral que circundaba epraetorium.

En la entrada de la tienda deMarcelo, Sattio habló con el oficiaal mando, un centurión de lo

extraordinarii que guardaba uigero parecido con Corax. Llevabaun arnés sobre la cota de mallaadornado con varias phalerae dplata y oro; la cicatriz que le iba dea rodilla derecha al tobillo era otraforma de atestiguar su talla. E

centurión miró a Quintus co

Page 1211: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1211/1720

desagrado. —¿Sois Crespo y Marius, hastat

del manípulo de Marcus JuniuCorax?

 —Sí, señor —respondieron. —¿Y así os presentáis a conoce

a vuestro cónsul? —Estábamos en plen

nstrucción cuando llegó e

mensajero, señor. Nuestrocenturión nos ordenó venir denmediato. No hemos tenido tiempode cambiarnos, señor.

Un bufido de desprecio. —Acompañadme.La pareja intercambió una

mirada de resentimiento

Page 1212: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1212/1720

obedeció.La tienda estaba decorada co

opulencia, al igual que la deEscipión. El suelo estaba recubiertode alfombras gruesas, del techocolgaban pesados candelabros, lo

ujosos muebles estaban dispuestopor todo lo alto. Unas hermosaestatuas talladas y pintadas —de

dioses, diosas, sátiros y ninfas— leobservaban desde numerosopuntos estratégicos. A la entrada da sala de reuniones de Marcelo, ecenturión les llamó y recibieron laorden de entrar. Quintus contuvo ealiento.

Una gran mesa presidía e

Page 1213: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1213/1720

espacio rectangular, sobre la queQuintus advirtió un mapa detalladode Sicilia y otro de Siracusa. Lodos tenían varias piedras blancas negras desperdigadas por encimaque le pareció que marcaban la

ubicación de las fuerzas romanassiracusanas y cartaginesas. Noresultaba sorprendente. Ni tampoco

a presencia de Marcelo y CoraxPero ¿Pera? ¿Qué demonios estabahaciendo allí? A Quintus le empezóa correr el sudor por la espaldacuando se detuvieron a unadistancia prudencial de Marcelo saludaron.

 —Aquí están los hombres que

Page 1214: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1214/1720

querías ver, señor. —Gracias, centurión. Eso e

todo. —Señor. —Con una mirada

gélida a Quintus y Marius, ecenturión se retiró.

Marcelo era un hombre alto delgado de pelo castaño biecuidado. No vestía el uniforme pero

tenía todo el porte de un cónsul. Latúnica lisa, el cinturón dorado y epuñal ornamentado irradiabacalidad. Un anillo magníficodecorado con un rubí le destellabaen la mano derecha y lucía ubrazalete de bronce con la cabeza

de un carnero en la muñeca

Page 1215: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1215/1720

contraria. Observó a la parejadurante unos instantes. Los dohombres se encogieron antetamaño escrutinio. Desde el rabillodel ojo, Quintus veía a Perasonriendo con satisfacción. Lanzó

una mirada furtiva a Corax, que lededicó un muy discretoasentimiento. Quintus sintió que

recuperaba un poco la calma. Tavez no estuvieran ahí paraconvertirse en espías.

Marcelo habló finalmente. —¿Vuestros nombres? —Quintus Crespo, señor

Hastatus del manípulo del centurió

Corax.

Page 1216: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1216/1720

 —Gaius Marius, señor. Lomismo.

Marcelo miró a Corax, que dijo: —Los dos son buenos soldados

señor. Crespo está conmigo desdeantes de Trasimene.

El cónsul se los volvió a quedamirando y Quintus volvió aencogerse mentalmente.

 —La opinión de vuestrcenturión tiene mucho peso paramí, hastatus —declaró Marcelo.

 —Gracias, señor. —Edesasosiego de Quintus no habíahecho sino aumentar. No lo habíanlevado hasta allí para felicitarlo. N

tampoco a Marius.

Page 1217: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1217/1720

 —¿Sabes por qué os he hecholamar a ti y a tu compañero detienda?

Quintus lanzó una mirada aMarius y decidió que la mejoopción era fingir ignorancia.

 —No, señor. —Porque habláis griego.Quintus sintió que volvía a

atenazarle el miedo. ¿Acaso Corahabía revelado su posición? Laexpresión de Pera, que estaba aado de Marcelo, se parecía a la deun halcón. A Quintus le entraronáuseas.

 —Eeehhh, pues sí, señor, hablo

griego. —Ya estaba, lo había

Page 1218: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1218/1720

reconocido. Tras más de cuatroaños, su condición de ecuestreestaba a punto de salir a la luz.

 —Corax dice que tu padre muriócuando eras muy joven —dijoMarcelo en griego—. Tenías un

vecino mayor que era oriundo deAtenas, el hombre te enseñó a leey también su idioma.

Quintus sintió un profundoagradecimiento por Corax, que noe había delatado. Había sidoconvocado allí para convertirse eespía, no para ser traicionado.

 —Eso es, señor —repusotambién en griego—. Por supuesto

no he tenido motivos para

Page 1219: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1219/1720

practicarlo mucho en los últimoaños.

 —No obstante, aquí estamos, eel exterior de una ciudad de hablagriega.

 —Cierto, señor. —Quintus volvió

a fingir ignorancia, aunque ecorazón había empezado amartillearle en el pecho. O sea que

ban a enviarlos a Siracusa. «GraMarte, protégenos», rogó. —Los ataques directos no no

han conducido a nada. Y mientrao s guggas sigan proporcionando

suministros, nuestro asedio no harápasar hambre suficiente a lo

defensores como para que se

Page 1220: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1220/1720

rindan —declaró Marcelo—. Latraición desde dentro es lo quenecesitamos. Siempre ha sido emejor método para tomar unaciudad sitiada.

 —Entiendo, señor —declar

Quintus, que seguía fingiendo nocomprender.

 —Así pues, necesitamos recluta

a hombres en el interior deSiracusa. Hombres que nos abraas puertas.

 —Suena como un buen planseñor.

 —Los nobles siracusanos que seautodenominan amigos de Roma

están demasiado asustados para

Page 1221: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1221/1720

entrar —declaró Marcelo enfadado—. Durante semanas he sidoncapaz de encontrar a alguien lobastante fiable para llevar a caboesta tarea tan importante. Es decirhasta que hablé con mi primo. —

Lanzó una mirada a Pera con unasonrisa. Pera se congratulóclaramente y a Quintus empezó a

darle vueltas la cabeza. Marius, poel contrario, parecía contento. —El centurión Pera habla bien

griego. Se ha ofrecido voluntariopara entrar en Siracusa y localizar aquienes pudieran estar interesadoen pasarse al bando de Roma —

explicó Marcelo—. Los dos iréis co

Page 1222: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1222/1720

él. —Sí, señor —dijeron al unísono.El tono que emplearon hizo que

a Marcelo se le hincharan las aletade la nariz.

 —Por lo que veo os alegra esta

misión. —Sí, señor. —Quintus vaciló

durante unos instantes. La

expresión de Corax denotaba ciertacompasión, pero no había puestoninguna objeción. Pera seregodeaba y a Marius se le veíaemocionado. Quintus se sentíahastiado de la vida. Su acentopodía delatarlo. A saber de qué era

capaz Pera. Incluso era posible que

Page 1223: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1223/1720

Kleitos le viera. Sin embargo, erauna orden directa de su cónsul y lanecesidades de Roma estaban podelante de las suyas propias.

 —Será un honor, señor. —Para mí también —añadió

Quintus rápidamente. A Marcelo se le veía má

satisfecho.

 —Excelente —dijo—. LaRepública estará agradecida.Quintus se tumbó e intentó no

respirar. El hedor de las redes depescar que le cubrían de pies acabeza resultaba intensísimoHabían transcurrido dos noche

desde el edicto de Marcelo y ahora

Page 1224: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1224/1720

no había vuelta atrás. Estaban abordo de un barco pesquero, que sedirigía desde la costa oeste del grapuerto de Siracusa hasta el ladoeste, bajo dominio enemigo. Acabo de un rato tenía los pulmone

a punto de reventar. Tenía queexhalar y volver a inhalar. Leentraron arcadas.

 —Vete acostumbrando a estapeste, hastatus. Busca la manerade respirar en silencio —siseó Peraque yacía a su lado y estaba tapadocon lo mismo que él.

«Cabrón asqueroso», pensóQuintus, deseando que Pera fuera

quien fuese en el segundo barco

Page 1225: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1225/1720

solo, y no Marius. —Sí, señor —susurró. —¡Silencio! —Era el viejo

pescador propietario del barco en eque navegaban. Quintus notó queel hombre daba una patada con s

pie nudoso a la pila de redes—Callaos o tendremos problemas!

Quintus se notaba el pulso

acelerado en la base de lagarganta. Aunque le resultaba mudifícil, se tumbó en la ásperacubierta y se obligó a relajarse. Lanarinas se le volvieron a llenar deolor del pescado y la sal. Los hilogruesos de las redes le arañaba

as mejillas. Debajo de su cuerpo

Page 1226: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1226/1720

os tablones se movían suavementemientras la pequeña embarcaciósurcaba el mar. La cuaderna crujíael agua chocaba contra el casco y latela de la vela ondeaba agitada poa brisa. Los tres tripulante

hablaban entre sí en voz baja. Todoba como se esperaba, pero eso aQuintus no le producía ningú

consuelo. No iban a correr peligrohasta que cruzaran el puerto y seacercaran al pequeño malecóndonde los pescadores localesnecesarios para los habitantes de laciudad, pero «ignorados» por loromanos debido a su utilidad para

transportar mensajes a y desde

Page 1227: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1227/1720

Siracusa, atracaban suembarcaciones.

En ese punto Marius, Pera y étendrían que levantarse convertirse en siracusanos. Sprimer obstáculo serían los guardia

de la puerta por la que se entrabaa pesca nocturna. A decir de lamayoría, prestaban poca atención a

os pescadores, aparte de paraquedarse con una caja de pescadocomo comisión extraoficial, peroeso no significaba que no fueraarriesgado. Sin embargosuponiendo que todo iría bien, etrío permanecería el resto de la

noche en la casa del viejo borrachí

Page 1228: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1228/1720

dueño del barco. A partir de entonces empezaba

su labor. Quintus notó que un flujode bilis le subía a la garganta. Nose le ocurría un lugar en el que leapeteciera menos estar que donde

estaba en ese momento. Caminao, mejor dicho, desembarcar en unaciudad tomada por el enemigo

hablando su idioma con un acentomarcado le parecía una estupidesupina. Sin embargo, la alternativanegarse a cumplir una orden directade Marcelo, habría implicado efustuarium: que sus compañeros detienda lo mataran a latigazos

ampoco habría permitido que

Page 1229: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1229/1720

Marius fuera solo. «Si lo hago, may, si no lo hago, también mal —pensó Quintus con amargura—Espero que las mujeres sean taguapas como Marius dice —rogó—y que al menos me dé tiempo de

acostarme con una antes de quenos pillen.»

 A pesar de sus preocupaciones

todo fue a pedir de boca duranteas horas siguientes. Los guardias nsiquiera alzaron la mirada cuandoentraron en la ciudad arrastrandoos pies y se encaminaron a la casadel viejo lobo de mar siproblemas. Cuando se levantaron a

a mañana siguiente y salieron a la

Page 1230: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1230/1720

calle, nadie se fijó especialmenteen ellos. Los nombres y direccioneque les habían proporcionadoresultaron ser correctos. Peradecidió que él entraría solo a lacasas a hablar con los nobles, lo

cual hizo que Quintus se plantearapor qué les habían obligado aacompañarle. La espera en e

exterior les resultaba angustiosapues al paso de cada viandante sepreguntaban si les denunciaría. Noobstante, no pasó nada de eso Pera siempre salió de las casas conexpresión satisfecha. AdemásQuintus y Marius apenas tenían que

abrir la boca, por lo que así no se

Page 1231: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1231/1720

arriesgaban a ser descubiertos. A Quintus le pareció fascinante

encontrarse en el interior de laciudad sitiada. Quedaba claro queel plan de Marcelo de tomar el lugamediante subterfugios era

acertado. Tanto los residentescomo los soldados parecían tener lamoral alta. Las defensas estaban e

buen estado y las baterías decatapultas eran incluso mánumerosas de lo que Quintus habíasupuesto. Siracusa contaba conumerosos pozos públicos, por loque el agua nunca iba a escasearLos puestos de los mercados no

estaban rebosantes de producto

Page 1232: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1232/1720

fresco pero tampoco estabavacíos. El grano, el aceite y el vinoos artículos más importantesestaban disponibles y Epícidehabía tomado la sabia decisión deponer un tope a los precios. Cada

día recibían pescado frescocapturado por los mismopescadores que había

transportado al trío. Aunque lamujeres no eran tadespampanantes como habíadeclarado Marius, había suficientebellezas para hacerles volver lacabeza. Sin embargo, el control quePera ejercía sobre ellos les impedía

mantener relaciones del tipo que

Page 1233: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1233/1720

fuera. Los amigos tenían queconformarse con mirar. CuandoPera no podía oírles, Quintus nohacía más que tomar el pelo aMarius acerca de la apuesta quehabía hecho con Urceus. Mariu

siempre respondía lo mismo. —Por lo menos habría estado

allí. ¡A las mujeres les gusta m

aspecto, pero echan a correcuando ven a tipos feos como tú! Aquel era el primer paso par

empezar a intercambiarse insultosLas bromas les ayudaban a pasar etiempo y olvidar el miedo constantque les atenazaba.

 A lo largo de los siguientes cinc

Page 1234: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1234/1720

días y noches, más de una docenade siracusanos de alto rangosalieron y volvieron a entrar deforma clandestina en los barcopesqueros, como supuestotripulantes, para hablar con lo

nobles que ya estaban con MarceloUna vez ganado su apoyo, contóPera a Quintus y Marius, su misión

consistía en convencer a más desus iguales para que se unieran a lacausa romana. Cuando fuerasuficientes para asegurarse la tomapor la fuerza de una de las puertapor la noche, habría llegado emomento.

 —¿Cuántos se necesitarán

Page 1235: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1235/1720

señor? —preguntó Marius. Quintutambién lo quería saber. Como yahabían reclutado a un grupo dehombres, tenían la impresión deque había llegado el momento demarcharse. Cuanto más tiempo

permanecieran en la ciudad, mayopeligro correrían.

 —No lo sé, hastatus —contestó

Pera, cuya ambición se le reflejabaen los ojos—. ¿Sesenta, ochenta? —¿Los siracusanos con los qu

hemos hablado no pueden hacer loque queda, señor? —sugirió Quintumientras recorría nervioso con lamirada la taberna sórdida en la que

se encontraban.

Page 1236: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1236/1720

 —A lo mejor podrían, pero lamisión se cumplirá antes si nosotrodesempeñamos nuestro papel. —Con una mueca malévola en loabios, Pera esperó a ver si Quintumordía el anzuelo.

 —Entiendo, señor —repusoQuintus con voz monótona. AMarius también se le veía

descontento, pues para entonces sentusiasmo anterior habíamenguado considerablemente, peroel rango de Pera impedía máprotestas.

Quintus intentó no pensar eque lo apresaran por espía. La

órdenes de Marcelo no había

Page 1237: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1237/1720

previsto permanecer tanto tiempo¿Qué tramaba Pera? Un hombreabrió la puerta de un empujón entró en la taberna. Un cliente queestaba a punto de marcharse sehizo a un lado y dejó entrar a

recién llegado y entonces Quintucayó en la cuenta. Pera queríapermanecer hasta que intentara

dejar entrar a sus compañeroegionarios en la ciudad. Si esoldado que dejaba entrar a latropas de Marcelo en Siracusa eraromano, se cubriría de gloriaQuintus notó un sabor amargo en laboca. Nadie le recordaría ni a él ni a

Marius, si es que sobrevivían. Pera

Page 1238: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1238/1720

que era centurión, se llevaría todoel mérito. «Cabrón retorcido.»

 —¿No tenéis nada que decisobre el asunto?

Quintus se dio cuentasobresaltado de que Pera le estaba

hablando. No tenía ni idea de si ealgún momento le llegaría laoportunidad de desafiar a

centurión, pero estaba claro que noera entonces. —No, señor. Haremos lo que se

nos ordene.Una sonrisa gélida.

 —Por nuestro éxito, entonces. —Pera alzó la copa.

Quintus y Marius hicieron lo

Page 1239: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1239/1720

mismo intentando dejar de lado sutribulaciones.

Page 1240: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1240/1720

19

19

 —Ahora mismo hay cerca deochenta hombres implicados. Es la

cantidad que Demóstenes cree queestarán dispuestos —reveló Pera aQuintus y Marius dos días más tard

después de reunirse con el principa

Page 1241: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1241/1720

conspirador en el ágora—. Lodioses nos sonríen porque la lunaestá menguando. Lo mejor seríaactuar esta noche o mañanaDemóstenes tomará la decisión aanochecer.

Después de tantos días hecho umanojo de nervios, Quintus sintióun alivio inconmensurable

Curiosamente, una parte de éestaba exultante. Lo cierto era quequedarse era una locura, peroresultaría extraordinario ser uno deos que dejaba entrar a suhombres en la ciudad.

El brillo histérico en los ojos de

Marius reflejaba también su

Page 1242: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1242/1720

sentimientos. Sin embargo, antePera, Quintus adoptó una expresiónde sorpresa.

 —¿Vamos a participar, señor? —Sí, participaremos. —Pera

enseñó los dientes—. Creo que

deberíamos beber un poco de vinopara celebrarlo.

 A Marius se le veía encantado

pero Quintus se contuvo. En la listafiguraba un nombre más. Un solohombre podía inclinar la balanzaentre el éxito y el fracaso cuandolegaran a tomar la puerta, pensó.

 —Había un último noble con eque ibas a hablar, ¿no, señor? ¿No

se llamaba Atalo? —El ceño fruncido

Page 1243: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1243/1720

de Pera puso de manifiesto que sehabía olvidado completamente deél.

 —Contamos con hombresuficientes, maldita sea —espetóPera.

Quintus captó el movimiento deadvertencia que Marius hizo con lacabeza y decidió no cuestionar má

a Pera. —Como digas, señor. —«GranMarte, no permitas que nada setuerza a partir de ahora», rogó.

Después de tomar algo rápidoPera les hizo retirarse a la casa depescador, que había seguido siendo

su refugio. La vivienda estaba

Page 1244: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1244/1720

situada en una calle minúsculahabitada en su totalidad por lomiembros de la tripulación del viejoborrachín y sus respectivaparentelas. Nadie les habíaprestado atención desde e

momento de su llegada, lo cuahabía ayudado a aliviar la tensióque Quintus y Marius sentían cada

vez que se aventuraban a salir dealojamiento cochambroso enternarse en la ciudad propiamentedicha. Pera ordenó a Quintus que semantuviera alerta mientras él seretiraba a su habitación.

Marius hizo un guiño a Quintus.

 —Si el centurión tiene derecho a

Page 1245: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1245/1720

echar una cabezadita, yo tambié—susurró antes de desaparecer.

Quintus se tranquilizó en partecuando se sentó en el diminutopatio soleado que había detrás dea casa a observar a su anfitrió

mientras arreglaba las redesNinguno de los dos habló, peroQuintus disfrutó mirándole. E

movimiento repetitivo de la aguja el hilo, los nudos y el uso que eviejo lobo de mar hacía de suúltimos dientes para morder loextremos cada vez resultabahipnótico.

 Al cabo de un rato, Quintus notó

que se le cerraban los párpados. E

Page 1246: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1246/1720

circunstancias normales, habríantentado reprimir la somnolenciapero con lo tranquilo que estaba epatio le parecía que cerrar los ojono tenía nada de malo. Habíaacabado de peinar Siracusa para

encontrar conspiradores. Noocurriría nada antes del anochecey la languidez provocada por el vino

resultaba muy difícil de combatirQuintus se sumió en un sueño de lomás placentero en el que aparecíaElira y las maravillas que le hacíacon la boca.

Una mano le zarandeó.Quintus estaba soñando que

Elira le sujetaba del hombro

Page 1247: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1247/1720

mientras se fundían en un abrazode pasión.

Le volvieron a zarandear y notóun aliento caliente en la oreja.

 —¡Despierta! ¡Despierta!Quintus abrió los ojos

retrocedió. No se olía ningúperfume en el ambiente, solo olocorporal, ninguna suave piel de

alabastro, sino la mandíbulaverrugosa y la barba descuidada deviejo pescador.

 —¿Qué? ¿Qué pasa? —exigióQuintus.

 —Soldados. ¡Vienen soldados! A Quintus le dio un vuelco e

corazón.

Page 1248: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1248/1720

 —¿Cuánto tiempo tenemos? —La señal de advertencia vino

de la casa de mi sobrino, en laentrada del callejón. Tenéis unosminutos. Subid al tejado —señalóas tejas rojas de arriba— y bajad a

callejón que hay más allá. Id a laderecha y seguid por ahí hasta queleguéis al templo de Atenea. A

partir de ahí, ya sabréis orientarosId hasta mi barco y escondeos. Sno encuentran a nadie aquí, nosospecharán. Cuando oscurezca, olevaré al otro lado del puerto.

 —Gracias. —Quintus ya se habíapuesto en pie y había entrado po

a puerta de la habitación que

Page 1249: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1249/1720

compartía con Marius. Se planteóno despertar a Pera —le bastabacon eso para sellar la suerte decenturión—, pero doconsideraciones se lo impidieron: lasuerte que correría el viejo

pescador si encontraban a Pera y ehecho de que el centurión le habíasalvado la vida en Enna. Le debía

una.Para cuando Quintus hubodespertado a los otros dos y los trehombres empezaron a subir atejado de la casa ya se oían vocemasculinas en el exterior. Pera, quehabía subido el primero, le tendió la

mano a Marius. «¡Cabrón de

Page 1250: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1250/1720

mierda! —pensó Quintus—. ¿Tesalvo el pellejo y así es como medevuelves el favor?»

 Alguien llamó a la puerta con epuño y preguntó:

 —¡Abrid, en nombre de Epícides

—El viejo pescador, que les estabaobservando, les indicó con gestoque se tomaría su tiempo para

responder a la petición.Marius se agachó en las tejas alargó un brazo. Quintus le cogió lamano y trepó por la pared. Una deas tejas se había levantadomientras subía y maldijo entredientes cuando se soltó, cayó a

suelo del patio y se hizo añicos.

Page 1251: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1251/1720

Quintus y Marius intercambiarouna mirada. ¿Tendría tiempo eviejo pescador de recoger lofragmentos rotos? De lo contrarioa cosa pintaba mal.

Pera les hizo una seña desde e

otro extremo del tejado. Entoncessin mediar palabra, saltó.

Los amigos le siguieron lo má

rápido posible. El callejón queestaba más allá era diminuto estaba asqueroso, pero por suertea caída era inferior a la altura dedos hombres. «Pum, pum.» El barroamortiguó el sonido de la caída.

 —¿Por dónde? —preguntó Pera

con voz nerviosa.

Page 1252: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1252/1720

 —Por la derecha, señor, hastaque lleguemos al templo de Atenea

Pera se giró y desapareció. —Ese gilipollas está cagado de

miedo —declaró Marius con unasonrisa.

 —Creo que no era consciente depeligro que corríamos hasta ahora—dijo Quintus, también divertido. E

hecho de saber que Pera estabaaterrorizado le servía para aplacasu propio miedo.

 Aguzaron el oído durante unonstantes. Las tachuelas de metaresonaban en el suelo de cementoo cual indicaba que los soldado

habían entrado en la casa. Mariu

Page 1253: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1253/1720

tiró del brazo de Quintus peroresistió. Resultaba esencial saber sa teja caída había levantadosospechas.

 —¿Qué es esto? —El grito ledespejó la duda.

 —No podemos quedarnos en ebarco —le susurró Quintus a Mariumientras se marchaban a grande

zancadas—. Vendrán a por nosotrocomo que el sol sale por el este. —Tengo un cuchillo, pero tú n

siquiera eso. ¿Qué coño vamos ahacer?

Los hombres aminoraron lamarcha de forma instintiva al llega

al final del callejón. Si corría

Page 1254: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1254/1720

lamarían la atención. Quintuescudriñó la plaza que había máallá, dominada por el santuario queel viejo había mencionado. Había eajetreo que cabía esperar a esahora del día. Los vendedores de lo

puestos pregonaban la calidad desus productos, las amas de casacotilleaban mientras caminaban e

grupos de dos o tresnspeccionando lo que se ofrecíaLos esclavos cargados con cestocaminaban detrás de los ricos. Lovendedores ambulantes de todotipo de artículos, desde estatuillade la diosa hasta amuletos de la

buena suerte, intentaban camelarse

Page 1255: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1255/1720

a la multitud sonriendo y haciendoreverencias. Un par de lisiados¿soldados que habían resultadoheridos en la defensa de la ciudad?alzaban las manos suplicantes apie de las escaleras del templo. E

el altar que dominaba la plazarelucía la sangre fresca. Un grupode personas observaba a do

acólitos retirando a una cabramuerta de allí. Un sacerdote debarba gris hablaba con ecomerciante que había pagado poel sacrificio que acababa de teneugar.

No había ni rastro de Pera.

 —El cabrón se ha marchado

Page 1256: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1256/1720

nos ha dejado —dijo Quintus. —A lo mejor ha pensado que s

bamos juntos levantaríamosospechas.

 —Supongo. —Sin embargo, parQuintus aquello ponía de manifiesto

a cobardía de Pera—. No veo aningún soldado.

 —Yo tampoco. —Se dispusieron

a cruzar la plaza. —¿Cómo se han enterado esocabrones de dónde estábamos? —preguntó Marius.

 —Alguien debe de habehablado.

Pensaron sobre el tema durante

unos instantes. El peligro que

Page 1257: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1257/1720

habían corrido hasta ese momentono era nada comparado con lo quees esperaba en las horavenideras. Epícides removería cieloy tierra para encontrarles a ellos y todos los conspiradores.

 —El barco es nuestra mejoopción —declaró Quintus—. Nuestraúnica opción —añadió

sombríamente. —¿Y luego qué? —susurró Mariumientras se encaminaban amalecón de los pescadores.

 —Yo no sé navegar ni nadar. ¿Ytú?

 —Sé nadar, pero nunca he

gobernado un barco.

Page 1258: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1258/1720

Marius soltó un juramentosilencioso.

 —Vamos. Es nuestra mejooportunidad —le instó Quintus—. Yate ayudaré si hace falta.

 —Si Pera no sabe nadar, te

ordenará que le ayudes a él. —Dejaré que ese cabrón se

ahogue. —Ya había saldado la

deuda que tenía con édespertándolo, decidió Quintus.Marius le sujetó el brazo

agradecido.Empezaron a ver nutridos grupo

de soldados por todas partemientras avanzaban por las calles

Quintus intentó convencerse de que

Page 1259: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1259/1720

no era más que una coincidenciapero esa idea se vino abajo cuandovio que sacaban a rastras de scasa a uno de los hombres a loque habían reclutado.

 —Soy inocente, soy inocente

creedme! —gritaba el cautivo. —Pues eso no es lo que dic

Atalo —le replicó el oficial a

mando.Quintus se giró al oír el nombre¿Acaso Atalo había descubierto queno lo habían incluido en laconspiración y les había traicionadopara vengarse? A Quintus le entróel pánico cuando sus captores se

encaminaron en la dirección de él

Page 1260: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1260/1720

Marius. Si el prisionero los veía decía ni que fuera una solapalabra...

Empujó a Marius a urestaurante que estaba a pie decalle.

 —No es hora de comer —gruñMarius, pero la mirada deadvertencia de Quintus apagó s

arrebato. Tomaron asiento en unamesa cercana y le pidieron sopa aa camarera. Quintus contó a Mariuen voz baja lo que acababa de ver.

 —¿Quieres decir que es culpa dePera? —preguntó Marius indignado—. ¡Teníamos que haber dejado

atrás a ese cabrón imbécil!

Page 1261: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1261/1720

 —Centrémonos en salir de aqu—advirtió Quintus, aunque sintióuna punzada de placer al ver losolidario que era Marius. Esperarosin perder de vista la calle. Sesintieron aliviados cuando lo

soldados y su prisionero siguieroadelante sin parar.

Les trajeron la sopa y la

engulleron. Quintus dejó unamoneda en el mostrador antes desalir otra vez. Observaban a lamultitud con expresióaparentemente despreocupadaAunque se encontraron con másoldados, no vieron a má

conspiradores, lo cual les permitió

Page 1262: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1262/1720

pasar desapercibidos. No vieron aPera. Quintus deseó que hubieranapresado al centurión y no volver averlo jamás. Sudaba con profusiócuando se acercaron a la pequeñapuerta de la muralla que daba a

malecón. Notó que Marius estabagual de tenso. Si los guardias deahí habían sido alertados, por Pera

o por los de su propio bando, erahombres muertos. En un silenciocómplice se detuvieron junto amanantial de Aretusa, una fuentede agua dulce desde la AntigüedadEl lugar era un hervidero de genteque iba y venía cargada de baldes

Era fácil fingir que eran do

Page 1263: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1263/1720

transeúntes que habían ido acalmar su sed.

 —¿Qué opinas? —susurró MariusQuintus se quedó mirando

mientras alzaba el vaso que lehabía proporcionado una vieja a

cambio de calderilla. Había cuatrosoldados junto a la puerta, lacantidad habitual. Aquello era

buena señal. También lo era ehecho de que tuvieran las lanzaapoyadas en la pared. No parecíamás alerta de lo normal, pero podíatratarse de una trampa. Entonceuno de los guardias cruzó el umbrade la puerta arguyendo que tenía

muchas ganas de orinar. El soldado

Page 1264: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1264/1720

de mayor rango, un hombre queQuintus conocía de vista, no se lompidió.

 —Todavía no saben nada —dijo—. Me apuesto la vida.

 —Eso es lo que tú apuestas, y la

mía va contigo —replicó Marius coacritud, pero no discutió más—¿Qué excusa tenemos para ir a

barco a estas horas? —El viejo encontró una vía deagua anoche. Quiere que leechemos un vistazo y que laarreglemos si podemos.

 —Esta historia podría sefactible, supongo. Y ahora alguno

guardias ya nos conocen de vista, lo

Page 1265: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1265/1720

cual ya es algo. —Esperemos que Pera no no

haya fastidiado ya inventándoseotro cuento.

Marius frunció el ceño. —¿Y si no nos creen?

 —Tendremos que matarlos atodos —afirmó Quintus rechinandoos dientes—, de forma silenciosa

para que los hombres que estámás arriba en las murallas no nooigan. Luego caminamotranquilamente hasta el barco. SPera está ahí, pues que esté. Si nono tiene sentido esperarlePodemos obligar a algún pescador a

levarnos en barco al otro lado de

Page 1266: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1266/1720

puerto. —Por el culo peludo de Júpiter —

masculló Marius—. Prefiero nopensar siquiera en las catapultas.

 —Bien —dijo Quintus, qutambién intentaba no pensar en lo

que supondría ayudar a Marius anadar para ponerse a salvo—Vamos.

 —Si no lo consigo pero tú sí... —empezó a decir Marius. —¡Cállate! —Déjame terminar. Dile a

Urceus que sí me tiré a unasiracusana.

Quintus notó que una sonrisa

asomaba a sus labios.

Page 1267: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1267/1720

 —Muy bien, pero ya se lo dirátú mismo.

 —Dioses mediante. De todomodos, luego tendré que reconoceque miento o, si no, Vulcano memachacará la polla.

Dejaron atrás todo atisbo dehumor al acercarse a la entradauna abertura estrecha que e

realidad era un túnel protegido pouna puerta en cada extremo. AQuintus se le aceleró tanto el pulsoque le preocupó que resultaraaudible. El cuarto guardia no habíaregresado, lo cual dejaba a trehombres. El mayor estaba de

cuclillas, jugando a los dados co

Page 1268: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1268/1720

uno de los otros. El último hombreera el que controlaba quién entrabay salía. Miró a Quintus con acritudcomo era habitual en él.

 —¿Qué estáis haciendo aquí? —Anoche el jefe encontró una

vía de agua en el barco —mascullóQuintus, imitando el acentosiracusano lo mejor posible—

Quiere que la arreglemos. —¡Ja! Os envía a hacer etrabajo sucio mientras él duerme¿no?

 —Más o menos. —Quintucarraspeó y escupió.

 —Siempre es lo mismo. —Puso

os ojos en blanco al mirar a

Page 1269: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1269/1720

guardia de mayor rango—Adelante.

Quintus sintió un alivionconmensurable. Le dio las graciacon un asentimiento, y juntos, él Marius, se internaron en el túne

que iba desde la muralla hasta emalecón.

 —Un momento —dijo una voz

Quintus volvió a atemorizarse. Segiró a medias y vio que el guardiade mayor rango se ponía en pieQuintus advirtió a Marius con lamirada.

 —¿Sí, señor? —preguntó cohumildad.

 —Bloquéales el paso, ¡maldito

Page 1270: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1270/1720

diota! —bramó el guardia mayor ahombre que había dejado pasar aQuintus—. Su amigo ha pasadohace un rato y ha dicho que iba acambiar la vela. ¡Aquí mientealguien!

 —Yo me encargaré del líder —dijo Quintus a Marius en latín. Seabalanzó sobre las lanzas apoyada

en la pared. Cogió una y la empleópara ensartar al guardia mayor através de la coraza acolchadaMientras tanto, Marius mató asegundo hombre a puñaladasJuntos liquidaron al último soldadoantes de que Quintus acabara co

su primer contrincante con una

Page 1271: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1271/1720

cuchillada en el cuello.La lucha apenas duró cincuenta

segundos. En cuanto terminóQuintus tuvo la sensación de queos estaban observando. Todas laspersonas que estaban junto a la

fuente de Aretusa les mirabaconmocionadas.

 —¡Mierda! ¡Avisarán a lo

hombres de las murallas! Vamos. —Mira —gruñó Marius. A Quintus se le cayó el alma a

os pies. Al otro lado de la fuentehabía aparecido un grupo desoldados. Eran demasiados paraenfrentarse a ellos.

 —¡Vamos!

Page 1272: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1272/1720

Se internaron rápidamente en etúnel, lanzas en mano. Sus pisaday respiración fuertes resonaban eel espacio estrecho. Tenían querecorrer unos treinta pasos. Siembargo, antes de llegar al fina

una silueta se cernió en la entradaQuintus pensó que se trataba deúltimo guardia.

 —¿Pericles? —llamó el hombre—. ¿Eres tú? —Sí —repuso Quintus tapándose

a boca con la mano. Preparó laanza. «Gran Júpiter, que lossoldados recién llegados no griten»rogó en silencio.

 —Sí que vas con prisa. ¿Es qu

Page 1273: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1273/1720

tienes ganas de cagar? —preguntóel guardia con una risa burlona.

Quintus lo atravesó con la lanzay pasó de largo. Marius volvió aapuñalarlo para asegurarse. Eguardia cayó gorgoteando en s

propia sangre. Quintus miró haciaatrás en el túnel. No se veía anadie, pero oía gente hablando e

voz alta. —Lástima que no podamosellar la puerta exterior.

 —Esa es la menor de nuestrapreocupaciones —repuso Mariusempujándole hacia delante.

Salieron a las rocas que se

extendían bajo la base de la

Page 1274: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1274/1720

murallas. El malecón era uentarimado precario que sobresalíaa nivel del mar con diez o mábarcos pesqueros amarrados en éHabía un par de pescadoreocupados en sus barcos y Quintu

vio a Pera en la embarcación deviejo. Junto a él había alguien máque parecía estar soltando la

amarras. —Puto Pera —maldijo Quintus. —¡Ese cerdo ni siquiera no

espera! —¡Todavía estamos a tiempo de

legar!Bajaron por las rocas como

pudieron y fueron a parar a

Page 1275: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1275/1720

entarimado, que se balanceababajo sus pies.

 —¡Señor! —llamó Quintus en vobaja—. ¡Espera!

Cuando Pera los vio, musitó algoal pescador, un hombre que Quintu

no reconoció y que introdujo eúltimo amarre en el barco.

 A Quintus no le quedaba aliento

suficiente para maldecir, pero leembargó la ira al ver que Pera loabandonaba a propósito. Echaron acorrer a toda velocidad, Quintus eprimero. Había cubierto la mitad dea distancia cuando se oyó uestrépito mayúsculo detrás de é

Miró por encima del hombro y se

Page 1276: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1276/1720

quedó horrorizado al ver que Mariudesaparecía a medias por uboquete entre las vigas podridasDio un patinazo para parar y se diocuenta de que varios soldadosalían del túnel. «¡Mierda!»

Quintus lanzó una mirada abarco. Solo se había alejado ucuerpo del malecón; el pescado

todavía no había izado la velaodavía podían alcanzarlo a nadoSe tumbó e intentó alcanzar aMarius, que profería juramentos poculpa de las astillas de los tablonerotos.

 —¡Cógeme la mano!

 —¡Estoy herido! —gimió Mariu

Page 1277: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1277/1720

cuando Quintus lo alzó. —Ponte de pie, ponte de pie. Ya

te examinaremos a bordo —dijoQuintus. Deslizó la mirada podebajo de la cintura de Marius. Nopodía ser bueno que hubiera tanta

sangre y huesos que sobresalíansobre todo ahora que tenían quenadar. Alzó la vista y vio que los

soldados ya habían llegado al finadel malecón. Intentó sujetar aMarius, pero su amigo lo apartó.

 —Déjame. —¡No! —Quintus hizo otr

esfuerzo por levantarlo, pero Mariuno tenía ninguna herida en lo

brazos, solo que se resistía co

Page 1278: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1278/1720

fuerza a que lo cogiera. —¡Estoy acabado, Crespo! Si no

te vas, moriremos los dos. ¿Quésentido tiene?

 A Quintus le entraron ganas delorar, pero Marius tenía razón. E

primer soldado estaba a apenaveinte pasos de distancia.

 —Ponme de pie. Los retendré

para que tú puedas saltar. A Quintus se le formó un nuden la garganta de la emoción. Solofue capaz de asentir. Rodeando aMarius por los hombros, consiguióncorporar a su amigo. Mariubramó de dolor cuando intentó

sostenerse con la pierna herida

Page 1279: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1279/1720

Respiró hondo y le clavó la miradaa Quintus.

 —Dame la lanza. —Toma. —Sálvate. Pera te ayudará a

subir al barco si llegas hasta é

Márchate! —Voy. —Quintus cogió con

fuerza el brazo de Marius antes de

darse la vuelta y huir. —¡Vamos, apestosos follaculogriegos! —oyó que gritaba Mariuen griego—. ¡Un romano vale podiez de vosotros! —Los soldadosiracusanos respondieron con unocuantos insultos.

Quintus notó que los maderos se

Page 1280: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1280/1720

movían a medida que avanzabapor el malecón, pero no volvió lavista atrás. No podía. Había uespacio abierto al final deentarimado y fue disparado haciaél. Ahora el barco tenía la vela

zada. A pesar de la protección queofrecían las murallas, había un pocode brisa para hincharla. Tendría una

posibilidad antes de que laembarcación le quedara fuera dealcance.

Quintus aminoró el paso losuficiente para tirarse de cabeza aagua con los brazos estirados. Noera ningún experto, pero había

visto muchas veces a los hombre

Page 1281: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1281/1720

que buceaban en busca decrustáceos en las costas deCampania. El agua estabasorprendentemente fría. Moviendobrazos y piernas, Quintus atravesóa superficie salpicando a diestro

siniestro. El barco estaba a unoquince pasos de él e iba ganandovelocidad. Pera le observaba con

expresión inescrutable. Quintunadó hacia la embarcación cotodas sus fuerzas. Desde emalecón se oía el sonido dehombres que luchaban. Así puesMarius seguía vivo. A pesar de ladistancia cada vez mayor del barco

Quintus redobló sus esfuerzos. E

Page 1282: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1282/1720

sacrificio de su compañero no debíaser en vano.

Quintus perdió toda noción detiempo y el espacio. Notaba el picode la sal en los ojos, la quemazóen el fondo de la boca y que la

extremidades le empujaban haciadelante. Más allá solo veía el barcoAl final, por increíble que pareciera

legó casi a alcanzarlo. Con un graesfuerzo, nadó lo bastante cercapara tocar el casco. El pescador lovio y Quintus rezó para que fuera équien le tendiera una mano. Perofue el rostro de Pera el queapareció por el lado y su mano la

que empuñaba un remo como si de

Page 1283: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1283/1720

un arma se tratara. ConmocionadoQuintus tragó agua y se agitó haciaatrás para apartarse. «Va adescalabrarme.»

 —Si reman dos personasganaremos velocidad —dijo una

voz... la del pescador.Los ojos de Pera denotaron

decepción, cogió el remo de otro

modo y se lo tendió a Quintus. —¡Agárrate!Quintus obedeció no sin cierto

recelo. Se sintió aliviado cuandoPera le ayudó a subir y le tendió laotra mano. Intercambiaron unamirada de mutuo desagrado, o

ncluso odio, antes de que Quintu

Page 1284: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1284/1720

evantara el brazo del agua edirección al de Pera.

 —Rápido, rápido —instó epescador mientras Quintus caía decualquiera manera sobre la cubierta—. ¡Los artilleros no se quedará

parados!Quintus no dirigió la mirada

hacia las murallas sino hacia donde

se había quedado Marius. No viomás que su cadáver ensangrentado«Moriste bien, hermano», pensóentristecido. Varios soldadoenemigos habían corrido hasta eextremo del malecón, desde dondearrojaban lanzas. Ninguno era

capaz de alcanzar la embarcació

Page 1285: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1285/1720

ni, por lo que parecía, sabíanavegar. Ningún hombre subió auna de las otras barcas de pescaAlentado, Quintus les hizo gestoobscenos.

 —¡Que os den, hijos de puta!

 —No malgastes saliva. —Sencontró con que le obligaban acoger algo—. Coge esto y rema —

ordenó Pera. —Señor. —Quintus tomó eremo, que era poco más que utrozo de madera con un extremoigeramente más grueso que eotro, y lo colocó en el sencillo toletepara introducirlo en el agua desde

allí.

Page 1286: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1286/1720

 —A la de tres. Una, dos, tresDale! —ordenó Pera—. Un, dos

tres. ¡Dale!Como el viento había hinchado

a vela, sus esfuerzos ayudaron abarco a surcar las aguas a una

velocidad considerable. El otroextremo estaba a dos mil pasospero a los cuatrocientos ya estaría

fuera del alcance de la artilleríaenemiga. Quintus calculó que yahabían recorrido un cuarto de esadistancia. Miró hacia las murallacon nerviosismo. Seguía sin habeactividad.

 —No recuerdo la última vez qu

sopló viento de levante en este

Page 1287: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1287/1720

puerto —declaró el pescador—Nunca pasa.

 —Hoy Fortuna debe de habersesentado encima de la polla de Euro—declaró Pera—. Está de buenas.

Quintus sonrió a pesar de lo

mucho que odiaba a Pera. Seconsideraba que Euro, el diogriego del viento del este, traía

mala suerte, pero el barconavegaba tan rápido gracias a él.¡Fiuuu!

 Aquel sonido tan familiar hizoque a Quintus se le revolviera eestómago. Había una nube demovimiento a cierta distancia a s

derecha y una gran salpicadura

Page 1288: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1288/1720

cuando una flecha grande segó eagua.

 —¡Remad! ¡Remad! —gritó epescador.

Quintus y Pera encorvaron laespalda. Los remos se alzaban

descendían casi al unísono, una otra vez.

Fue como si el primer proyect

hubiera sido una señal para el restode los artilleros. «¡Fiuuu! ¡FiuuuFiuuuuuu! ¡Fiuuu!» El ambiente selenó de ese sonido mortífero y eagua que rodeaba la embarcaciórecibía una y otra vez el impacto deas flechas. Una alcanzó la cubierta

en la base del mástil y otra

Page 1289: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1289/1720

agujereó la vela, pero no hubo mádaños. Una segunda ráfaga siguiórápidamente a la primera, pero lapequeña barca y sus ocupantetampoco sufrieron dañomportantes.

Las ráfagas terminaron con lamisma brusquedad con la quehabían empezado. Quintus estaba

más nervioso que satisfecho. Seencontraban en el límite del alcancede las flechas, lo cual significabaque lo siguiente que recibiríaserían piedras. Empezaron aarrojarlas enseguida, pero labatería de proyectiles tambié

resultó poco eficaz. Lanzaron una

Page 1290: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1290/1720

media docena de piedras antes deque la barca tuviera vía libre paracompletar su trayecto.

Quintus pensó que quizá smunición fuera demasiado valiosapara desperdiciar en un par de

espías. No aguardó la orden dePera. Alzó el remo del agua y sedejó caer junto a él en la cubierta

El centurión le dedicó una miradaracunda pero hizo lo mismo. Sequedaron sentados en silencioQuintus era incapaz de apartar desu mente la muerte de Marius y lamagen de Pera ordenando apescador que se marchara de

malecón sin ellos. Su dolor se

Page 1291: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1291/1720

convirtió en ira candente. —Pensabas dejarnos atrás

señor. —Tonterías, pensaba que os

habían apresado. —¿Incluso cuando estábamos e

el malecón, señor? —Era imprescindible sacar e

barco al puerto. He pensado que lo

dos sabíais nadar —espetó Pera. —Marius no sabía, señor. —Leentraron ganas de añadir: «Shubieras estado allí, quizá lehabríamos salvado», pero no seatrevió.

 —Bueno, todos hemos oído la

historia de cómo salvaste a u

Page 1292: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1292/1720

compañero de morir ahogadoHabríais podido llegar al barco.

Quintus no respondió. ¿Quésentido tenía? Pera negaría todaas acusaciones y más todavíacuando se reencontraran con lo

suyos. Ahí, el rango inferior deQuintus restaría valor a stestimonio. «Tenía que habe

dejado que los soldadodescubrieran a este capullo —caviló—. Si lo hubiera hecho, los guardiade la puerta no habrían sospechadode nosotros y Marius estaría vivo.En ese mismo momento, Quintupensó en matar a Pera ahí mismo

Igual que antes, la presencia de

Page 1293: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1293/1720

otra persona fue lo que se lompidió. Para asegurarse de que nohablaba, Quintus tendría queasesinar al pescador a sangre fría, no estaba preparado para hacer tacosa.

 —Me pregunto quién le contónuestro plan a Epícides —planteóPera.

Ese detalle acudió a su mentepero Quintus tuvo que volver amorderse la lengua. El oficial queestaba al mando de los soldadoque llevaban al cautivo habíamencionado a Atalo. Quintus llegó aa conclusión de que no podía

tratarse de una coincidencia

Page 1294: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1294/1720

Aquello ya no era solo cuestión dea muerte de Marius y de que Peraes habría dejado morir a los dos sicontemplaciones. La dichosaconspiración —el plan maestro deMarcelo para acabar el asedio— se

había ido al garete porque Pera nohabía tenido ganas de convencer aun hombre más. Por todos lo

dioses, ¿qué haría Marcelo si seenterara de eso?Quintus miró a Pera de soslayo

El centurión no había oído lo que éporque de lo contrario no estaríapreguntándose cómo era que suesfuerzos habían resultado en vano

Sin embargo, Quintus tampoco

Page 1295: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1295/1720

podía decir nada sobre aquello oPera intentaría matarlo por segundvez. Le embargó una mezcla defuria y frustración. Era preferibleque mantuviera la boca totalmentecerrada.

Era una medicina muy amargaque tragar. Ni siquiera podríadecírselo a Urceus, no fuera que se

dejara llevar por el mal genioQuintus no quería cargar con otramuerte en su conciencia. La rabiade la impotencia bullía en snterior. Pera saldría de aquellocomo el oficial valiente que habíaarriesgado su vida por Roma, pero

cuyos esfuerzos habían sido e

Page 1296: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1296/1720

vano por culpa de acontecimientoque escapaban a su controQuintus no sería más que ehastatus que había obedecidoórdenes y Marius el soldado quehabía muerto durante e

cumplimiento de su deber. Agradeció entonces que le

viniera a la mente una vieja

máxima que le gustaba repetir a spadre: «Si no es el mejor momentopara atacar al enemigo, contenteRetírate si es necesario. Mantén lahoja afilada. Tenla preparadaAlgún día te llegará laoportunidad.»

Page 1297: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1297/1720

 —¡Eh, Hanno!Hanno desvió la mirada de la

magnífica vista de Ortygia y ePuerto Grande. Se encontraba eas almenas de la fortaleza deEuríalo y había estado mirando

hacia el sur. Kleitos le llamaba, asque caminó para reunirse con samigo, que subía las escalera

desde el patio situado más abajo. —¿Qué te trae hasta aquí? —¡El vino, por supuesto! —

Kleitos le dio una palmada en ehombro y Hanno le devolvió egesto.

La aparición inesperada de

Kleitos en Siracusa un par de

Page 1298: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1298/1720

semanas después del regreso de éy Aurelia, dado que Hipócratequería dar más noticias a shermano, había sido motivo dealegría para ambos. Suobligaciones los mantenía

separados la mayoría de los díapero lo compensaban al atardecercuando solían reunirse para bebe

untos. Kleitos raras vecemencionaba lo que había sucedidoen Enna, pero resultaba obvio queagradecía la compañía de HannoDado que Kleitos era su únicoamigo en Siracusa aparte deAurelia, el sentimiento era mutuo.

 —Supongo que estabas tomand

Page 1299: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1299/1720

el aire y disfrutando de la vista¿no? —Kleitos hizo un gesto poencima de la muralla.

 —Sí, no es tan espectaculacomo Acragas pero vale la penacontemplarla.

 —Cierto. Ahí era más bonitoporque no había romanos a la vista—Kleitos escupió en dirección a la

fortificaciones enemigas, queresultaban claramente visibles máallá de las marismas que conducíadesde las murallas hasta el ríoAnapos, que desembocaba en ePuerto Grande.

 —Sí, en parte —reconoció

Hanno. La primera vez que había

Page 1300: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1300/1720

legado a Siracusa había ocupado emando en las defensas con vistas amar. Tras el primer asalto naval,era muy raro ver a los romanosaparte de algún que otro trirreme ao lejos. Aquí, en la nueva posició

de su unidad, cerca de la puerta deHexápila, era distinto. Las murallade Marcelo circundantes eran u

recordatorio constante de que easedio continuaba—. Pero no havenido a buscarme para ir a beberNo es tan tarde.

 —Qué bien me conoces. —Kleitos adoptó una expresión máseria—. ¿Aurelia está por aquí?

 —Está en casa. Ya sabes cómo

Page 1301: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1301/1720

funciona esto —contestó Hannocaptando las primeras señales dealarma.

Desde el encuentro de Aureliacon Cara Picada en Acragas, pasabael mayor tiempo posible dentro de

casa durante las horas del día. Eraduro para ella, pero ambos estabade acuerdo en que era preferible a

que otro guardia la reconocieradespués del tiempo pasado en epalacio. Otro de los motivos por loque vivían ahí era para mantener eanonimato, alejados del centro deSiracusa. Hanno no se lo habíadicho a nadie, pero también había

elegido Euríalo debido a la red de

Page 1302: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1302/1720

túneles que discurría por debajo. Eprincipal objetivo era permitir a lodefensores aparecer desde lugarenesperados y abalanzarse sobrecualquier atacante que consiguieralegar a las bien defendida

puertas. Pero había unodesconocido para todos salvo looficiales de alto rango, que discurría

bajo las murallas a lo largo de treestadios y que desembocaba en upequeño desfiladero. Si la ciudadcaía alguna vez, Hanno quería unasalida. Quizá fuera posible huir pomar, pero siempre era mejor tenemás de un plan.

 —Espero que no hayas venido

Page 1303: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1303/1720

por ella... —No, no. No hay motivos par

preocuparse de Aurelia. —Vio eceño fruncido de Hanno—. Ni por ti

 —Menos mal. Ya sabes que soytan leal como el que más, pero co

tanta denuncia... pues... ¿A cuántohombres han ejecutado ya?

 —Había una conspiración par

entregar la ciudad a los romanosamigo. Los espías mataron a variosoldados durante la huida y les havisto zarpar desde el malecón deos pescadores que está cerca deOrtygia.

 —Lo sé. —Hanno había oído la

historia de los tres romanos que

Page 1304: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1304/1720

habían conseguido salir peleandocon los centinelas y que habíarobado un barco. Dos de ellohabían conseguido escapar y evitaa ráfaga de artillería. «Quévalientes», pensó—. Hubo tanto

que confesaron cuando lodetuvieron que Atalo debía de estadiciendo la verdad. Sin embargo, he

oído rumores de que la única culpade algunos hombres que fueroapresados era la de ser enemigode él. He tenido poco trato con épero el poco que he tenido ha sidodesagradable. Es un canallaenemos suerte de que los

conspiradores no le incluyeran en e

Page 1305: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1305/1720

complot. Si lo hubieran incluidoAtalo no habría tenido motivos parsentirse excluido y apuesto a quese habría apuntado al plan siproblemas. En estos momentos, laciudad estaría en manos romanas.

 —No te lo voy a discutir —dijoKleitos—. Pero Atalo no sería tanestúpido como para acusarte. ¡Para

empezar, te envió Aníbal!Por primera vez desde hacíamucho tiempo, Hanno pensó eHostus, uno de los enemigos de spadre en Cartago.

 —Por increíble que te parezcaalgunos de los míos nos vendería

a los romanos.

Page 1306: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1306/1720

 —Puede ser, pero tú no eres unode ellos. De hecho, estoy aquí potu lealtad. —Le guiñó el ojo al veel interés genuino de Hanno—. Upajarito me ha contado que por lamañana te ordenarán que vayas a

palacio. Epícides va a mandar a uenviado a Filipo de Macedonia quiere hablar contigo del tema

antes de que el mensajero parta.Hanno se sorprendió. «Aníbaquerrá enterarse de esto», pensó.

 —¿En serio? —A lo mejor es porque el imbéc

de Hipócrates no está aquí. Es ehermano más dominante, pero

Epícides tiene la cabeza más fría.

Page 1307: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1307/1720

 —Es verdad —repuso HannoEpícides no le había maltratadodesde su regreso, pero tampoco lehabía pedido nada aparte de latareas más comunes—. Me pareceestupendo que pida ayuda a Filipo

En cuanto Aníbal consiga un puertoos macedonios podrían aterrizar eItalia, así como mi gente

obviamente. —Espero la llegada de ese día. Ysi de mí depende, Siracusa tambiéenviará ayuda a Aníbal cuando loromanos sean derrotados aquí.

 —Eso se merece una copa —declaró Hanno, encantado—

¿Volverás a casa?

Page 1308: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1308/1720

 —Solo si insistes —repusoKleitos con una sonrisa.

 —Aurelia se alegrará de verte. Eencierro le resulta duro.

 —Bueno, no durareternamente. Cuando Himilcó

legue con su ejército, la balanzavolverá a inclinarse a nuestro favor

 —Eso es lo que yo le digo, per

e preocupa lo que pueda pasacuando regrese Hipócrates —explicó Hanno con el ceño fruncido«Ojalá los dioses me brinden laoportunidad de matarlo entonces.»

 —La mantendremos oculta hastaque hayamos machacado a lo

romanos, amigo, no temas. Cuando

Page 1309: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1309/1720

acabes tu misión, puedes viajar aItalia con ella.

Hanno asintió e hizo ver que secontentaba, lo cual era cierto en smayor parte. Lo ideal no era queAurelia volviera a convertirse e

una seguidora del campamento y lesiguiera por toda Italia, peroparecía la única forma de evita

separarse. Al ver los campamentoenemigos a lo lejos, dejó supreocupaciones a un lado. No valíaa pena adelantarse a loacontecimientos. Hasta que loromanos del exterior de la ciudad

fueran derrotados, todo lo demá

Page 1310: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1310/1720

resultaba irrelevante. Mientratanto, él y Aurelia seguían juntos.

 Aparte de cumplir con suobligaciones y enviar mensajes aAníbal, eso era lo que importaba.

 Aurelia estaba harta deocultarse, cansada de la falta decompañía. Se había aprestado abuscar a Elira cuando ella y Hannohabían regresado, pero se habíadisgustado al ver que la iliria ya no

deseaba verla con frecuencia. Emotivo de Elira, que no habíaresultado ser tan sorprendente par

Aurelia, era que había conocido a

Page 1311: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1311/1720

un soldado en los meses en queAurelia se había ausentado. Ercomprensible que deseara pasatiempo con él. Así pues, las escasaocasiones alegres como la visita deKleitos la noche anterior resultaba

ncluso más conmovedoras. Desdeel momento en que Hanno semarchaba cada mañana, cada hora

que pasaba le parecían diez. «Vivoen una cárcel», pensó Aurelia coamargura, echando una mirada a lasala de estar. Tenía que reconocerque era espaciosa y estaba bieamueblada —Hanno se habíaencargado de ello—, y había do

ventanas, por lo que era luminosa

Page 1312: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1312/1720

El gato Aníbal le hacía compañíapues Aurelia había insistido erecuperarlo de manos de Elira, coquien lo había dejado. Sin embargotodo aquello solo ayudaba un pocoLas tres habitaciones: la sala de

estar, el dormitorio y una zona paracocinar con una pequeña letrinaadyacente no eran más que una

cárcel.En otras circunstancias, Aureliaapenas habría percibido los ruidocotidianos procedentes de la callede abajo. Ahora le parecían unatortura porque representaban umundo normal, del que ella no

podía formar parte. Los niño

Page 1313: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1313/1720

gritaban de placer mientraugaban; los tenderos pugnaban poacaparar la atención de lotranseúntes prometiendo que span, sus artículos de ferretería, svino era el mejor de Siracusa; lo

hombres saludaban a los soldadoque conocían y les acribillaban apreguntas sobre el estado de la

defensas y el despliegue deenemigo. Las mujeres se quejabadel precio de los alimentos, decomportamiento de sus hijos, deque sus esposos no las escuchabanA Aurelia le había dado poquedarse al lado de las ventanas

fuera del alcance de visión de lo

Page 1314: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1314/1720

demás, y escuchar con anhelo loque llegaba a sus oídos. Cuando oíaa soldados bromeando entre spensaba en Quintus, que quizáestuviera a escasos kilómetros dedistancia, y se sentía aliviada. Si

embargo, lo que a Aurelia leparecía más duro era oír llorar a ubebé o a un niño pequeño llamando

a su madre. El dolor por la pérdidade Publius que apenas habíacicatrizado volvía a recrudecerse acababa hecha un mar de lágrimas¿Por qué había decidido viajar aRhegium? ¿Por qué no se habíaquedado en Roma? El hecho de que

a Publius se lo hubiera podido lleva

Page 1315: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1315/1720

a enfermedad tanto allí como eSiracusa le resultaba de pococonsuelo. En una parte de smente, ella vivía en Roma con uhijo sano y feliz y de vez en cuandorecibía cartas de su hermano.

 Volvió a desear que la guerrahubiera terminado, que ella Hanno pudieran establecerse

levar una vida normal. No hablabademasiado sobre la lucha —¿quémás daba?—, pero quedaba claroque él consideraba que la próximacampaña representaría una victoriadecisiva para Cartago y Siracusa. Laenvergadura del ejército de

Himilcón y sus elefantes daba

Page 1316: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1316/1720

crédito a esa teoría. Parecía untanto traicionero esperar taresultado, dado que Aurelia seguíasintiéndose romana, pero parecía laúnica manera de que llegaran apoder dejar la ciudad, la única

manera de retomar una existencianormal. Sin embargo, incluso esosería pasajero, pensó con aire

cansino. Los juramentos de Hannomplicaban el regreso a Italia y aejército de Aníbal. Para ella, aquellosignificaba vivir en un campamentode seguidores. Hanno asegurabaque allí estaría a salvo, perodespués de los días que había

pasado en uno, Aurelia sabía que s

Page 1317: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1317/1720

existencia no sería nada fácil.Había otra opción, una que a

ella ni siquiera le gustabareconocer. Después de todo lo queHanno había hecho por ella —rescatarla de Hipócrates y ayudarla

a enterrar a Publius no eran máque dos ejemplos—, pensar edejarlo le parecía la máxima

traición. No obstante, cuando lasoledad y el dolor la embargabanno lograba evitar planteárselofantaseaba acerca de escapar a locampamentos romanos situados eel exterior de la ciudad para buscaa Quintus. Después podría viajar a

Rhegium y averiguar si su esposo

Page 1318: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1318/1720

Lucius estaba vivo o muertoEntonces le abrumó un nuevosentimiento de culpa: ¿y si se habíarecuperado de las heridas? ¿Lahabría dado él por muerta con tantafacilidad como ella a él? Lo dudaba

¿Significaba aquello que tenía quehaber seguido siéndole leal a Luciuen vez de traicionarlo con Hanno

Aurelia decidió que no. Su uniócon él había sido práctica peroestéril, típica de un matrimonioconcertado. No había habido nadade la pasión que sentía con HannoPublius había sido el vínculo que lohabía unido. Una vez muerto, no

habrían quedado nada más que

Page 1319: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1319/1720

recuerdos cargados de dolor.Tampoco podía regresar a la

finca familiar porque en Campaniatodavía había luchas dado queCapua seguía apoyando a AníbaQuintus no regresaría allí hasta que

terminara la guerra. Su única otraopción era Roma y la casa quehabía compartido con Lucius. A

pensar en ello cayó en la cuenta dea realidad. Regresar no implicaríamás que trasladar lo que tenía allí aotro lugar, con la clara ausencia deHanno.

 Aurelia suspiró. Había quaceptar la vida tal como se

presentaba, pero eso no significaba

Page 1320: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1320/1720

que tuviera que permaneceencarcelada para siempre. Salir poa puerta poco daño podía hacerle¿no? Era muy poco probable que loguardias de palacio se aventuraraa esas zonas de la ciudad. A plena

uz del día, no la abordarían otrohombres. Si no hablaba con nadieno revelaría su acento romano

Además, los baños a los que Hanna había llevado una vez no estabaejos.

Se animó de inmediato.La vida podía continuar. La vida

continuaría.Con Hanno.

Page 1321: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1321/1720

20

20

 Al cabo de un día de regresasanos y salvos, la noticia de que

Atalo había sido quien revelara laconspiración para abrir la puerta deas murallas de la ciudad llegó a lo

campamentos romanos. Lo

Page 1322: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1322/1720

ochenta conspiradores habíamuerto torturados y, comoadvertencia inequívoca de Epícidesas cabezas de muchos se habíaarrojado a una tierra de nadiesituada entre Siracusa y la

fortificaciones romanas. QueQuintus supiera, la cabeza deMarius no se encontraba entre

ellas, pero le aterraba pensar en loque los siracusanos le habríahecho al cadáver de su amigoAnhelaba dar ya por terminado easedio y vengar la muerte de otrocompañero una vez más.

También deseaba revelar e

papel desempeñado por Pera en la

Page 1323: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1323/1720

Page 1324: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1324/1720

partir de ese momento, Quintuprocuró no ir solo a ningún sitiosobre todo de noche.

El asedio se prolongó sin indiciode cambio. El tiempo fuetornándose más cálido y agradable

y los días grises y nublados denvierno se convirtieron en urecuerdo lejano. A medida que

transcurrían los días, latemperaturas fueron ascendiendo Quintus y sus compañeros seresignaron ante la llegada de otroverano achicharrante y polvorientomientras vigilaban lafortificaciones situadas en e

exterior de la ciudad. Como era de

Page 1325: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1325/1720

esperar, la moral del manípulobajó. La idea de salir a patrullaralgo que habrían querido evitar, seconvirtió en el sueño de todosCuando Corax escuchó pocasualidad a Quintus y Urceus u

día hablando de esto, se echó a reíy les dijo que no albergaran taesperanza.

 —Agradeced que no estamodestacados en el sur de la ciudadcerca de las dichosas marismas —advirtió—. Ahí los hombres estácayendo como moscas por culpa dea malaria, las fiebres, la disenteríay otras enfermedades. Por lo meno

no tenemos que preocuparnos de

Page 1326: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1326/1720

esas cosas.Las palabras de Corax sirviero

de poco consuelo mientras Quintuy Urceus iban de un lado a otro deas murallas día tras día, sin otramisión que observar las muralla

ejanas e inexpugnables deSiracusa. Daba la impresión de quea monotonía no tendría fin.

La situación cambió dos nochemás tarde. Corax se acercócaminando a donde Quintus y sucamaradas estaban sentados en eexterior de su tienda. Sentercambiaron los saludocorrespondientes, le ofrecieron vino

y se pusieron a charlar de forma u

Page 1327: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1327/1720

tanto torpe. Quintus, al igual quesus compañeros, se preguntaba eobjetivo de la presencia de CoraxSiempre les visitaba con algúmotivo encubierto, pero a lohastati no les correspondía

preguntar. —¿Os habéis enterado de lo de

espartano al que unos chicos de la

marina han apresado hoy? —preguntó Corax de repente.Quintus aguzó el oído.

 —No, señor. —Se llama Damipo. Resulta qu

Epícides lo enviaba a hablar con erey Filipo de Macedonia. —Entonce

Corax captó la atención de todos

Page 1328: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1328/1720

Hacía tiempo que Aníbal y Filipoeran aliados, el rey de Macedoniahabía atacado las colonias romanade Iliria hacía dos años. Había sidoderrotado, pero su hostilidad haciaa República permanecía intacta. No

era de extrañar que Epícides, quecomo la mayoría de los siracusanostenía orígenes griegos, intentara

conseguir la ayuda de Filipo. —Supongo que Damipo no va alegar a Macedonia en un futuropróximo, señor —dijo Urceus couna risita burlona que compartieroel resto de los miembros decontubernium.

 —Eso es lo que cabría pensar

Page 1329: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1329/1720

pero Epícides está desesperado popagar el rescate —explicó Corax—A las pocas horas de la captura deDamipo, enviaron a un mensajerodesde las murallas.

 —Pero el cónsul no estará

pensando en entregarlo, ¿no? —preguntó Urceus.

 —Ahí es donde se complica e

a sun t o , hastatus. Esparta estáaliada con la Liga Etolia. NuestroSenado desea formar una uniósimilar, porque siempre convienetener amigos en la costa griegasobre todo si hay que emprendeacciones militares contra

Macedonia. Pagando el rescate po

Page 1330: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1330/1720

Damipo, tendríamos máposibilidades de que los etoliomiraran con buenos ojos nuestroacercamientos diplomáticos.

Quintus echó un vistazo acírculo de rostros extasiados y se

dio cuenta de que Corax teníaentonces a todos los hastatpendientes de él. Como soldado

rasos, nunca recibían informacióde ese calibre. Haciéndolepartícipes de la noticia, Corancrementaba la lealtad hacia él, sique ellos siquiera fueraconscientes de ello. Aunquedentificaba la táctica, Quintu

sentía lo mismo. Corax era ta

Page 1331: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1331/1720

buen comandante como luchadorLideraba desde el frente y siemprese exponía a los mismos peligroque sus hombres. Cuidaba de ellocomo si fueran sus hijos rebeldes ya cambio, pensó Quintus co

vehemencia, lo adoramos. —¿Por qué nos cuentas esto

señor? —Urceus expresó la

pregunta que todos tenían emente. —El otro día os quejabais de que

os aburríais.Urceus se sonrojó y Quintus se

nteresó de repente en la tira deuna sandalia.

Corax se rio por lo bajo.

Page 1332: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1332/1720

 —Tranquilos. No se trata de unamisión de castigo. Marcelo haaceptado hablar con los siracusanoacerca de Damipo. La reuniótendrá lugar en la torre llamadaGaleagra.

 —¿En Galeagra, señor? Estáenfrente de nuestra sección. —Quintus se abochornó al oír la

obviedad que acababa de soltaPlacidus.Pero Corax continuó de todo

modos. —Eso es. Motivo por el qu

Marcelo es partidario de que estemanípulo aporte una centuria para

acompañar a sus oficiales a la

Page 1333: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1333/1720

negociación. —Los hastatexpresaron lo contentos queestaban con la decisión y Corasonrió—. Debería ser sencillohermanos. A no ser que ocurraalgún desastre, no habrá pelea

alguna. Tendréis la oportunidad dever las murallas de cerca sin eriesgo de que las piedras de la

catapultas enemigas se os estrelleen el cráneo, además de calibrar evalor de los soldados queacompañarán a los enviados deEpícides.

 —Es un honor para nosotrosseñor —aseguró Quintus—

¿Cuándo va a celebrarse la reunión

Page 1334: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1334/1720

 —Mañana. Justo antes deamanecer, antes de que apriete ecalor.

 —¿Qué otras tropas estarápresentes, señor? —preguntóQuintus.

 —Una centuria de extraordinariodos sabéis cómo son esa panda

de engreídos, así que vuestro

equipo tendrá que estar a la alturade una plaza de armas. Cualquieraque no dé la talla tendrá quevérselas conmigo.

Los compañeros de Quintugruñeron entre dientes por etrabajo extra que Corax les exigía

pero se quedaron contentos de

Page 1335: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1335/1720

todos modos. Sería emocionantever las defensas enemigas de cercapero a Quintus le pareció que lomejor de todo era que Pera noestaría presente.

Corax inspeccionó a su centuriacuando el sol naciente todavía teñíael horizonte por el este. Habíaformado, en el recuadro queformaban sus tiendas y los establode las mulas, ocho hombres de

argo por seis de ancho. Los quincevelites se quedaron a un ladoformando un pequeño bloque. E

teoría, tendría que haber ochenta

Page 1336: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1336/1720

soldados en total, pero hacíatiempo que no se daba el casoHabía cuatro hombres con fiebre ocon inflamación ocular en ehospital del campamento. Dos seestaban recuperando de alguna

esión y el resto estaban muertosLos reemplazos llegarían a sdebido tiempo, pero no se sabía

cuándo ni dónde. Las legiones deSicilia no eran precisamente unaprioridad para el Senado.

 A pesar de la escasez dehombres, Quintus acabóreconociendo que presentababuen aspecto. Las plumas triple

que coronaban los casco

Page 1337: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1337/1720

relucientes se movían suavementecon la brisa del amanecer. Lascotas de malla que normalmenteestaban oscurecidas por el óxidobrillaban como la plata. El pulidoenérgico había dotado a lo

accesorios de bronce de locinturones y tiras de un atractivocolor dorado. Como consecuencia

de ello, a los hastati se les veíamás orgullosos.Quintus sintió una punzada de

nerviosismo cuando Corax inició lanspección. Estar de campañaconstantemente no presentabademasiadas ventajas, pero una de

ellas era que la inspección de

Page 1338: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1338/1720

equipo y los desfiles eraprácticamente inexistentes. Hacíatanto tiempo que Quintus no sehabía preparado para uno de loescrutinios que Corax realizaba comirada de lince que le preocupaba

haberse dejado algún detalle. Por loque parecía muchos otros seencontraban en el mismo aprieto

Cada ciertos pasos, Corax mostrabacon un gruñido su desaprobaciópor un cinturón que no estaba lobastante brillante, o una huella queresultaba visible en el tachón de uescudo. No obstante, para sorpresade Quintus, no recibió ninguna

crítica. Dio las gracias a Urceu

Page 1339: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1339/1720

entre dientes, pues su amigo, quetambién sobrevivió al examen deCorax, le había ayudado aprepararse.

Corax dio a los hastati que habíreñido un poco de tiempo para

corregir sus errores; al resto lepermitió descansar. Cuando estuvosatisfecho con los arrepentidos, hizo

marchar a la centuria a laexplanada situada justo en enterior de los muros decampamento. Llegaron unonstantes antes que loextraordinarii, lo cual fue deagradecer. Su centurión frunció e

ceño cuando Corax lo saludó, lo

Page 1340: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1340/1720

cual aumentó el gozo de los hastatQuintus reconoció a Sattio, que seveía tan contrariado como scomandante por haber llegado esegundo lugar. «Que se fastidie esegilipollas», pensó.

No obstante, se desanimaron aver aparecer al grupo de oficialeque iba a encargarse de la

negociaciones. Quienes lepreocupaban no eran los dotribunos, sino Pera. Dándose humocomo siempre, lucía espléndido coun casco con penacho transversal una coraza reluciente.

 —Este hijo de perra llega a

todas partes —le murmuró Quintu

Page 1341: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1341/1720

a Urceus. —Es primo de Marcelo. ¿Hac

falta decir más?El intento de Urceus po

tranquilizar a Quintus tuvo un éxitoparcial. No obstante, se aseguró de

bajarse el casco un poco para quee cubriera mejor la frente y dedirigir la mirada al suelo. Pera

sabría que estaba ahí dada lapresencia de Corax, pero si evitabaque lo viera, nada saldría mal, ¿no?

El grupo se puso en camino coos extraordinarii en cabeza, iguaque hacían cuando el ejércitomarchaba. Pera y los tribunos iban

detrás de los soldados aliados

Page 1342: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1342/1720

unto con varios trompetas, escribay esclavos. Corax y los hastati ibaa continuación, y los velitecerraban la marcha.

El grupo tomó la ruta másegura, el camino que discurría po

el interior de las fortificacioneromanas. Al llegar a la torreGaleagra fue cuando cruzaron e

umbral de una puerta que loconducía a tierra de nadie. A loextraordinarii hubo quereconocerles el mérito de noaminorar el paso, pero eso no evitóque Quintus sintiera un escalofríoen la columna al abandonar la

seguridad de sus filas. El rostro de

Page 1343: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1343/1720

sus compañeros denotaba tensión encluso Corax parecía nervioso. Noobstante, la tregua se respetó. Noanzaron ningún proyectil cuando seacercaron a las murallas de laciudad.

Su destino se encontraba al estede la Hexápila y al lado del puertode Trogilus, un fondeadero que los

siracusanos habían utilizado coanterioridad para descargamercancías y transportarlas a laciudad. La zona estaba ahora bajocontrol romano, pero había caído edesuso gracias a la artilleríaenemiga. Cuando se presentaba la

oportunidad, a Quintus y a su

Page 1344: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1344/1720

compañeros les gustaba nadar en ebajío al amparo de la oscuridad.

Dejando el agua a su espalda, lacolumna avanzó hacia Galeagrauna construcción hexagonal mubaja que protegía el punto en e

que las murallas de la fortalezaunían el mar con la tierraResultaba inquietante ver a lo

defensores flanqueando el parapetoen silencio, sin mostrar las armasSin embargo, tal como Coramasculló, había que enseñar a esocabrones su expresión valerosa. Aspues, los hastati siguieron adelantecon la cabeza bien alta y lo

escudos hacia arriba. A pesar de la

Page 1345: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1345/1720

tregua, no podía descartarse uacto de traición. Había muchohombres orando en susurros. Notenía nada de malo pedir laprotección de los dioses cuandoquizá no hiciera falta; Quintus hacía

o mismo. Mejor eso que acabamuerto.

La columna se detuvo cerca de

a puerta. Los extraordinarii sesituaron a la izquierda, lo más cercadel mar, mientras que los hastati secolocaron a la derecha. Lotribunos, con Pera y su comitivaavanzaron un poco más que losoldados. El trompeta hizo sonar s

nstrumento. Era una versió

Page 1346: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1346/1720

distorsionada de la «retirada», unaserie de notas burlonas que suponíauna llamada imperiosa para losiracusanos y que divirtió a todoos romanos presentes.

Los siracusanos debieron de

captar la naturaleza insultante de lalamada del trompeta porque nohubo respuesta durante más de una

hora. Durante ese tiempo, lotribunos hicieron tocar al trompetados veces más, pero fue en vanoAunque las murallas estabarepletas de espectadores, la puertapermaneció cerrada a cal y cantohasta que el sol estuvo bien alto e

el cielo. Los legionarios se estaba

Page 1347: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1347/1720

achicharrando dentro de laarmadura y un par de hombrehicieron ademán de coger el odrede agua, pero las amenazas deCorax les hicieron desistienseguida. Las apariencias lo era

todo y por tanto su sed debíaesperar.

La puerta se abrió finalmente si

previo aviso. La tensión fue eaumento, pero Corax se aprestó atranquilizar a sus hombres en vobaja. Las tropas que aparecieron efila doble se parecían a la infanteríasiracusana que Quintus ya habíavisto con anterioridad. Vestido

como los hoplitas griegos, llevaba

Page 1348: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1348/1720

grandes escudos circulares y lanzaargas. Los contó mientraformaban una línea defensiva. Alegar a ochenta, apareció un grupode oficiales con corazaprominentes y cascos helénicos

Observaron a los romanos desde eado de la puerta cuando la primerasección de sus tropas se colocó e

forma de minifalange a unocincuenta pasos del manípulo deCorax. Le siguió otro grupo deochenta soldados que formarofrente a los extraordinarii. Entonceos oficiales siracusanos se situarode cara a sus homólogos romanos.

 —Esto tiene una pinta muy rara

Page 1349: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1349/1720

—comentó Urceus mirando airado aos siracusanos—. ¡Vamos a luchacontra estos folla-cabras!

Como de costumbre, Corax leoyó.

 —No hemos venido aquí par

eso —dijo en voz baja—. Tenemosa esta gente bien vigilada y yaestá, a no ser que uno de lo

tribunos diga lo contrario. Así puesayúdame, gran Júpiter, si uno devosotros se atreve a rascarse lahuevos sin que yo se lo diga, meencargaré personalmente declavarle una espada en el vientre—Se salió de la formación y marchó

a un lado y otro de la primera fila

Page 1350: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1350/1720

repasando de arriba abajo a lohastati. Urceus evitó mirarlo a loojos—. ¿Me habéis oído? —dijo evoz baja pero amenazadora.

 —Sí, señor —repusieron codocilidad.

 Al cabo de un momento uno deos oficiales siracusanos se acercó aos tribunos. No llevaba escudo

evantó los brazos para poner demanifiesto que iba en son de pazSe paró a veinte pasos de loromanos. Tras una breve pausaPera avanzó para recibirloHablaron y los dos hombreregresaron para informar a su

superiores. Acto seguido, lo

Page 1351: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1351/1720

tribunos convocaron a CoraxRegresó con una sonrisa de oreja aoreja.

 —Tenemos que proteger a losoficiales, no a los dichosoextraordinarii.

L o s hastati emitieron umurmullo de satisfacción. Aquel eraun honor mayor del que había

esperado. Siempre era un temadelicado para la infantería formadapor ciudadanos que un grupo detropas aliadas protegiera al cónsuPor muy tradición que fuera, ledolía. Aquello servía parareestablecer el equilibrio, po

pequeño que fuera.

Page 1352: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1352/1720

Corax no perdió el tiempoIndicó a las primeras cinco filas deocho hombres, entre los queestaban Quintus y Urceus, queformaran un cuadrado abierto. Lotribunos y Pera estaban seguros en

el interior y marcharon parareunirse con los siracusanos, quetambién respondieron avanzando

con un número similar de hombresLa tensión volvió a aumentarNingún soldado presente, deninguno de los bandos, habíaestado jamás tan cerca deenemigo sin intentar matarloQuintus se planteó quién sería e

primero en ordenar a sus hombre

Page 1353: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1353/1720

que pararan. Se acercaron losuficiente para ver la tensión quetodos compartían reflejada en lorostros de los siracusanos, ademádel sudor que se les iba formandobajo el borde de los cascos

Seguían sin recibir la orden deparar. «Mierda —pensó Quintus—¿Qué pasará si les atacamos?»

 Apenas cinco pasos separaban aos dos grupos cuando una orden egriego hizo detenerse de repente aos soldados enemigos. Al cabo deunos instantes siguió una ordesimilar en boca de un tribunoveterano. La victoria, por mínima

que fuera, hizo sentir enseguida

Page 1354: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1354/1720

superiores a los hastati. Se rierodisimuladamente de losiracusanos, que los miraron coexpresión furiosa.

 —¡Abrid filas! —gritó Corax.La misma orden se repitió e

griego.Los cuatro romanos se reuniero

con un cuarteto de siracusanos a

apenas doce pasos de dondeestaba Quintus. Para su sorpresaKleitos era uno de los oficialeenemigos. Se le veía más arroganteque nunca. Al igual que Peraparecía estar ahí para actuar dentermediario para sus superiores.

Quintus y todos los demá

Page 1355: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1355/1720

hombres que alcanzaban a oírromanos o siracusanos, escucharocon gran interés el intercambio desaludos educados, en griego y latíny la presentación de cada grupo deoficiales. Se acordó hablar e

griego, ya que los tribunos, especialmente Pera, lo dominabanmás que los siracusanos el latín

Quintus se alegró porque así podríaseguir todo el proceso. Senteresaron tanto por la salud deEpícides como por la de Marcelo ambas partes se agradecieromutuamente el respeto de latregua.

Los cumplidos tocaron a su fin

Page 1356: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1356/1720

pero las negociaciones noavanzaban demasiado rápido. Acomienzo, los tribunos negaron quetuvieran cautivo a Damipo. Inclusodespués de reconocerlo, su actitudparecía indicar que Marcelo había

ordenado alargar las negociacioneal máximo. Los siracusanorespondieron con la misma

moneda, comportándose como si noes importara lo más mínimo sDamipo era repatriado o no, o sacababa crucificado. Cuando Coramiró hacia otro lado, Quintuexplicó a Urceus lo que estabapasando.

El diálogo continuó con el mismo

Page 1357: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1357/1720

talante. Daba la impresión de quePera desempeñaba un papel mámportante del que Quintus habíamaginado, lo cual le fastidiabaenormemente. La fama de Pera iríaen aumento. Se entretuvo

observando a los hoplitas. Tal comocabía esperar, se les veía recios. Notardó en desviar la mirada hacia la

torre Galeagra. Su tamaño ubicación rezumaban fuerza y unanaturaleza inexpugnable. Algún díahabría que tomarla y era difícgozar de una oportunidad mejopara observarla con atención.

Quintus intentó no pensar en la

artillería enemiga. Era mejo

Page 1358: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1358/1720

suponer que en caso de ataqueteórico, él y sus camaradaalcanzarían la muralla de una piezaSin embargo, la situación nomejoraría en la base de la torreEntonces tendrían que soportar la

ráfaga implacable de los lanzadorede flechas que asomaban por laaspilleras. Muchos más hombre

morirían. Atacar la puerta podíaparecer preferible a subir por unaescalera, pero había muchocaminos para llegar al HadesAunque estuvieran bajo vineaetúneles artificiales cubiertos copaneles de cuero empapados de

agua, mientras intentaran echar la

Page 1359: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1359/1720

puerta abajo, los siracusanopodían matarlos desde arriba.

Enfadado, Quintus llegó a laconclusión de que nuncaconseguirían tomar la dichosaciudad. Él y sus compañero

pasarían el resto de sus miserablevidas asediándola, sin regresaamás a Italia. La única forma de

marcharse parecía ser morir al piede aquellas defensas. Volvió a dirigir la mirada hacia la

torre. Qué bien construida estabaHabían apilado grandes bloques depiedra caliza uno encima del otrocon gran precisión. No había n

rastro de argamasa en los hueco

Page 1360: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1360/1720

que quedaban entre las piedrasQuintus dudaba que pudiera nsiquiera introducir el extremo degladius en los huecos. Entre loegionarios destacados al sur de laciudad se rumoreaba que la piedra

se había extraído de un lugar en eque hacía más de dos siglos sehabía agrupado a los soldado

atenienses apresados por losiracusanos. Algunos decían que ea Oreja de Dioniso, un túnel eforma de hoja en el que las marcadel cincel de los canteros seguíaresultando visibles, los ecos y logritos de los atenienses todavía se

oían con regularidad, que de algú

Page 1361: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1361/1720

modo su esencia había empapadoas piedras y otorgaba a las paredeuna capa de protección invisible.

Quintus se desasosegó«Tonterías», pensó, recordando asu padre, a quien se le daba muy

bien echar por tierra tales rumores«A no ser que hables con el hombreque vio las piedras cayendo de

cielo o las estatuas moviéndose eel pedestal —le gustaba decir aFabricius—, no te creas ni unapalabra de lo que oyes.» De todomodos, a la muralla no le hacíafalta ninguna ayuda sobrenaturaSu imponente solidez y altura

bastaban para mantener a raya a

Page 1362: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1362/1720

cualquier atacante. A ambos ladode Galeagra, tenía la altura de ochgrandes bloques de piedra y la torretenía dos filas más.

Parpadeó.Un hoplita acababa de salir po

a puerta. Se protegió la vista desol con la mano, se situó a laderecha de la entrada y permaneció

unos instantes buscando a alguienAquello no interesó especialmentea Quintus. En lo que sí se fijó fue eque el hoplita se había colocadousto en la base de la muralla yque, más o menos, medía el dobleque uno de los bloques de piedra

Entonces cayó en la cuenta. Desde

Page 1363: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1363/1720

ejos y sin un hombre al lado, lamuralla parecía mucho más alta deo que en realidad era.

 —¡La dichosa muralla no es taalta como parece! —siseó.

Urceus lo miró con expresió

extraña. —¿Qué? —¡Mira! —indicó Quintus, pero e

hoplita se había movido. Sin prestaatención a la confusión de UrceusQuintus inclinó la cabeza paraocalizar a Corax. Por algún motivosu centurión estaba hablando coPera, así que Quintus tuvo quemorderse la lengua. Tenía ganas de

decírselo a Corax, pero tendría que

Page 1364: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1364/1720

esperar, aunque, si se lo decía mástarde, no habría manera dedemostrar su teoría. Corax no se lodiría a Marcelo a no ser que tuvierapruebas de ello. No podía hacenada.

 A la mañana siguiente todovolvieron a Galeagra con excepciódel tribuno novato. Según lochismorreos, tenía fiebre. Dada sausencia, Pera asumió un pape

más relevante que en la primerareunión que habían mantenido coos siracusanos. Aquello iba a

marcar el tono de los dos día

Page 1365: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1365/1720

siguientes: el tribuno solitario Pera negociando con los oficialeenemigos por el precio de DamipoRealizaban progresos lentos peroseguros. Una tarde Quintus seenfureció muchísimo al oír a Cora

quejándose ante Vitruvius. Éestaba en el establo de las mulapara alimentar al animal que

pertenecía al contubernium cuandoos dos centuriones aparecieron. Ponstinto, se escondió y el tono de laconversación le indicó que habíahecho lo correcto.

 —A este paso, a ese capullo loascenderán a ecuestre —gruñó

Corax—. No me importaría si Pera

Page 1366: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1366/1720

tuviera alguna habilidad especiapero todavía estoy por descubrirlealguna. Es un puto arrogante empetuoso que resulta que tiene upico de oro.

 —Además es pariente de

Marcelo —dijo Vitruvius con ironía—. Eso ayuda.

 —Sí. —Corax escupió—. Y si s

plan descabellado acaba en nadanunca oiremos decir que Pera fue eculpable de la caída de Siracusa.

 —¿Qué plan?Quintus aguzó el oído a

máximo.Corax soltó un bufido.

 —Según parece, Pera ha hecho

Page 1367: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1367/1720

buenas migas con uno de losiracusanos, que siente debilidadpor el vino galo. Ahora escasea pomotivos obvios. Pera ha insistido atribuno en que deberían introduciun cargamento de vino para e

siracusano, ayudados por lopescadores. Eso sería el comienzopero si eso tuviera una buena

acogida, lo siguiente sería el oro. Agual que la promesa de un cargode gran autoridad, una vez laciudad vuelva a estar en nuestramanos.

 —Pera es osado, hay quereconocérselo. Pero ¿funcionaría?

 —Aunque no funcione, Pera

Page 1368: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1368/1720

seguirá lamiéndole el culo aMarcelo.

Si bien odiaba oír hablar de loéxitos de Pera, Quintus se alegró daquella revelación. Corax podíaaliarse con otro centurión contra é

pero lo cierto era que detestaba aPera.

 —Quizás huela un poco ma

pero es un buen sitio en el queestar si quieres ascender deescalafón social —reconocióVitruvius con una risita.

 —Tú y yo no somos así, viejoamigo.

 —Pues no, gracias a los dioses

pero hay muchos hombres como

Page 1369: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1369/1720

Pera. Lo peor de todo es queMarcelo no se da cuenta de cuandotiene a un adulador delante.

 —Sí, acepta con entusiasmo laadulación. Y Pera... —Corax callódurante unos instantes antes de

añadir—: Creo que hay muy pocacosas que no sería capaz de hacepara conseguir sus propósitos.

 —Espero que te equivoques —dijo Vitruvius. —Yo también.Las voces de los centurione

fueron apagándose a medida quese alejaron.

Quintus pensó que la táctica de

Pera con el oficial siracusano podía

Page 1370: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1370/1720

acabar en nada, pero, si no era ecaso, tenía el ascenso aseguradoLo destinarían a otro lugar Quintus perdería la oportunidad devengar la muerte de Marius. Aquellose le clavaba en la garganta como

a astilla de un hueso de pollo. Eaquel momento urdió un pladescabellado en su interior. ¿Y s

fuera él quien proporcionara aCorax el modo de tomar la ciudad?

Page 1371: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1371/1720

21

21

 —¿Pretendes que deje mpuesto, trepe hasta tierra de nadie

en la más absoluta oscuridad camine hasta el pie de las murallade la ciudad para que tú las midas

—A Urceus se le quebró un poco la

Page 1372: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1372/1720

voz al pronunciar la última palabra. —No grites —le instó Quintus

Era de noche en el campamentoromano y hacía ya rato que sehabían acostado, pero eso nosignificaba que los otros cuatro

estuvieran dormidos o que lohombres de las tiendas vecinas loestuvieran.

 —¿Te parece que he perdido lachaveta? —Los ojos de Urceus erados pozos de negra incredulidad—e aseguro que los siracusanos no

nos están escuchando, pero ¿y si teequivocas acerca de la altura de lapiedras? ¿Y si todo esto es en vano

 —¡Te estoy diciendo que tengo

Page 1373: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1373/1720

razón!No daba la impresión de que

Urceus estuviera escuchando. —¿Y si alguien aparte de Corax

se entera de que no estamos? ¡Noejecutarán! E incluso si es Cora

quien se entera, eso no nogarantiza nada.

 —Lo sé, pero...

Urceus le interrumpió enfadado. —Los demás también podríaser condenados al fustuarium podejarnos marchar. Porque tendríanque estar informados. —Fulminó aQuintus con la mirada.

Quintus respiró hondo. No se

esperaba tanta oposición. ¿Y s

Page 1374: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1374/1720

Urceus tenía razón? Pera era ungrandísimo hijo de puta, pero éhabía cometido la estupidez deganar la carrera de caballos. Tavez fuera preferible dejar que ecenturión se convirtiera en una

estrella en alza fuera de su alcanceCuando Pera desapareciera, podríaolvidarse de él.

Entonces Quintus recordó erostro de Marius en sus últimomomentos en el malecón. Recordóque su amigo se había quedado alpara morir a fin de que ésobreviviera y la sangre le bulló cora renovada.

 —¿Qué me dices de Marius? —L

Page 1375: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1375/1720

anzó la pregunta a Urceus deforma tan acusadora que Placidusel hombre que estaba al lado, semovió. A Quintus ya le daba igual.

 —¿Qué tiene Marius que ver coesto?

Había llegado el momento derevelar lo que había ocurrido. De locontrario, su amistad con Marius no

habría significado nada. Dejaría queprimero Urceus y luego sucompañeros juzgaran qué hacer.

 —Ahora te lo cuento —dijo.Para cuando Quintus hubo

terminado el relato, se dio cuentade que todos los hombres de la

tienda le estaban escuchando. No

Page 1376: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1376/1720

estaba seguro de si era Placiduquien había despertado a lodemás, daba igual. Todos losmiembros del contubernium, losoldados que habían sido amigos dMarius, sabían que la conspiració

de Siracusa no habría salido mal sPera hubiera contado con Atalo. Lomás importante para ellos era que

a muerte de Marius podría haberseevitado. —Ahora ya sabéis por qué quier

hacer esto —dijo respirando copesadez.

Urceus le puso la mano en ehombro.

 —Entiendo tu motivación, per

Page 1377: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1377/1720

o que no alcanzo a comprender eque esto vaya a vengar la muertede Marius. Pera podría enterarse deque nosotros somos quienemidieron las piedras pero no sabrápor qué.

Quintus notaba el peso de lamiradas de los demás en laoscuridad. Si no daba la respuesta

adecuada, quizá los perdiera atodos. «Ayúdame, Fortuna», rogó. —En eso te equivocas, porqu

nuestra oportunidad aparecerácuando ataquemos las murallas eGaleagra. Voy a intentar localizar aPera y matar a ese cabrón en

medio del caos. Cuando se esté

Page 1378: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1378/1720

despidiendo de este mundo, loúltimo que oirá será mi vodiciéndole lo que hicimos y por quéy que nunca iba a librarse de queredejar que Marius y yo muriésemocomo perros.

No hubo ninguna reacciónmediata y a Quintus se le cayó ealma a los pies. Era natural que su

compañeros de tienda no quisieraarriesgar la vida con aquellaaventura. Se le ocurrió otra ideaque le causó un desasosiego inclusomayor. Si había uno solo queestuviera en desacuerdo con lo queacababa de decir, podría delatarlo

ante Corax o cualquier otro oficia

Page 1379: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1379/1720

Entonces todo ese asunto solotendría un final posible.

 —Olvidadlo —susurró—. Acudira Corax. Le diré lo que he visto. Yque él haga lo que quiera con lanformación.

 —Abordaremos a Corax despuéde medir la muralla —declaróUrceus.

 —Sí —convino Placidus.Quintus contó con asombro logruñidos de convencimiento quesonaron a continuación. En sd i e z m a d o contubernium soloquedaban cuatro hombrescontando a Urceus. Se le hinchó e

pecho de la emoción y le

Page 1380: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1380/1720

enorgulleció la actitud de sucompañeros.

 —Gracias —musitó.

Para cuando llegaron a la

murallas cerca de Galeagra, Quintuempezó a pensar que todo iríasegún estaba planeado. Habíaesperado a que el soldado decaballería, cuya misión eracomprobar su puesto de centinelapasara y recogiera su tessera, la

tablilla de madera con lacontraseña del día. Era muy pocoprobable que hubiera otra

nspección posterior, pero, a fin de

Page 1381: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1381/1720

minimizar los riesgos, Quintus Urceus habían esperado alrededode una hora antes de hacer sugada. Era noche cerrada paracuando sus compañeros lehubieron bajado por entre lo

barrotes de madera que sobresalíay por la pared de la muralla hacia esuelo.

Se ennegrecieron el rostro, lobrazos y las piernas con hollírecogido de la hoguera, y sin armani armadura salvo un puñal cadauno, se marcharon de puntillahasta que estuvieron a quinientopasos de las fortificacione

romanas. En aquel punto, era poco

Page 1382: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1382/1720

probable que otro centinela leoyera, pero de todos modos sedesplazaron con sigilo. Habría sidonsensato emplear una antorchapero la fortuna les había sonreídocon un cielo despejado y una fina

tajada de luna que añadir a la lude las estrellas.

Se detuvieron a cien pasos de

Galeatra, reconocible por su formay por el sonido de las olas querompían cerca. A Quintus no lecostaba admitir que tenía miedo. Lpostura rígida de Urceus revelaba emismo sentimiento. Al menor ruidoos siracusanos les lanzarían u

aluvión de proyectiles. No había

Page 1383: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1383/1720

forma de saber si la oscuridad leofrecía amparo suficiente. Tendríanque ser tan sigilosos como los gatotras una presa.

Quintus pegó los labios a laoreja de Urceus.

 —¿Ves la puerta?Urceus señaló un cuadrado má

oscuro que el resto de la parte

nferior de la muralla. —Tenemos que situarnos a unostreinta o cuarenta pasos a laderecha de la misma.

Urceus asintió. Indicó a Quintuque se adelantara y que él leseguiría tres pasos por detrás.

Les llegó un sonido metálico

Page 1384: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1384/1720

procedente de las murallas y sequedaron petrificados. Quintuobservó los muros con unaconcentración absoluta. Al cabo deun momento vio que algo se movíaentamente hacia Galeagra: u

centinela. Dirigió la mirada a uado y a otro y no vio a nadie máencima de aquella sección. Se le

quedó la boca totalmente seca. Yaestaba. No podía retirarse o loriesgos que habían corrido habríaresultado en vano. Quintus dio upaso adelante. Pidió a Somnus, edios del sueño, que volvierasomnolientos a los centinela

enemigos, y empezó a camina

Page 1385: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1385/1720

hacia el lugar que Urceus habíadentificado.

Después de diez pasos se paró amirar y escuchar. Nada de nadaQuintus tenía la corazonada de queel centinela estaba de cháchara co

os soldados de la torre. Diez pasomás y seguía sin oír ni ver nada. Aos treinta pasos lo mismo y a lo

cincuenta también. A Quintus se leestaba acelerando el pulso, pero lapresencia de Urceus lereconfortaba. Se obligó a seguiadelante, rezando para que nohubiera hoyos u otras trampas quee hubieran pasado desapercibido

durante las negociaciones. Cuando

Page 1386: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1386/1720

estaban a treinta pasos, ecentinela reapareció en la murallaQuintus se paró en seco e indicó aUrceus que hiciera lo mismo. Eraentonces cuando, una vez acabadaa pausa, el deber volvía a

mponerse. En aquellos momentosQuintus tenía la costumbre de mirahacia las defensas romanas durante

un buen rato, hasta que estabaconvencido de que no había nadaextraño. El siracusano no estabatan atento. Al cabo de apenas diesegundos, se desplazó. No tardómucho en desaparecer de su vistaQuintus aguardó, contando e

silencio, hasta que el hombre hubo

Page 1387: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1387/1720

regresado. Cuando se volvió amarchar, Quintus hizo una seña aUrceus para que se le acercara volvió a hablarle al oído.

 —Tenemos el tiempo de contahasta doscientos para entrar y salir

Yo le restaría veinte para ir mátranquilos. Tú lleva también lacuenta. ¿Preparado?

Urceus asintió. —Adelante —dijo moviendo soloos labios.

Quintus se dijo que iban aconseguirlo. Veinte. Deslizó los piehacia delante con fríadeterminación. Veintiuno, veintidós

veintitrés. Mientras tanto, seguía

Page 1388: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1388/1720

dirigiendo la mirada del suelo a lamurallas y viceversa, intentandoocalizar obstáculos que pudierahacerle tropezar o hacer ruidoaparte de un centinela inesperadoque pudiera verles. A una veintena

de pasos de la base de las murallase encontraron con el fosodefensivo, una trinchera en forma

de V con la profundidad de dohombres, uno encima del otroreinta, treinta y uno. Los dos se

sentaron en el borde, Quintus bajóel primero y utilizó los talones parafrenar la caída. El fondo estabarecubierto de ramas espinosas

pero consiguió erguirse y hacer una

Page 1389: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1389/1720

señal a Urceus para que siguieraadelante. Cuarenta y ochocuarenta y nueve.

Quintus dirigió la mirada hacia emuro, que ahora se alzaba anteellos, y se le hizo un nudo en e

estómago. A oscuras parecía inclusomás infranqueable. Los centinelatambién podrían espiarle aunque é

no les vería. «No lo pienses —sedijo—. Concéntrate.» Cincuenta seis, cincuenta y siete. Se apretujóentre dos grupos de ramas y se ledesgarró la túnica. Urceus le siguióNo hacía falta que verbalizaran loque tenían que hacer a

continuación; ya lo habían decidido

Page 1390: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1390/1720

de antemano. Sesenta y cuatrosesenta y cinco. Aquella era laparte más arriesgada, pero Quintuno se detuvo, pues de lo contrario ao mejor acababa dominándole emiedo. Urceus permaneció de

espaldas a la muralla, lo más cercaposible de la cara interior del fosoy formó un estribo con las manos

Quintus colocó el pie derecho en éy se impulsó hacia arriba, colocandel otro pie en el hombro izquierdode Urceus y sujetándose en lacabeza de su amigo para manteneel equilibrio. Cuando estuvoestable, alzó la sandalia derecha

para situarse en cuclillas con un pie

Page 1391: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1391/1720

en cada hombro de Urceus. Setentay nueve, ochenta.

Quintus respiraba con dificultadpor culpa de los nervios y deesfuerzo físico. «Tranquilízate.»Inhaló con fuerza y aguantó la

respiración contando hasta cuatroantes de soltar el aire por la narizUrceus se movió un poco bajo s

peso. Quintus era consciente deque era muy difícil llevar a uhombre de ese modo, pero erapreferible a saltar y perder lasujeción. Miró de cerca el foso detierra compacta. Ahí tambiéhabían enterrado ramas espinosas

pero algunas se habían roto y no

Page 1392: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1392/1720

as habían repuesto. Por suerteestaba frente a uno de esos puntosNoventa, noventa y uno. Cieloscómo volaba el tiempo. Sintió unapunzada de pánico. Noventa y tresnoventa y cuatro. Quintus alzó lo

brazos y se impulsó hacia arriba hacia delante. Cuando chocó con eotro lado una piedra que sobresalía

e atravesó la túnica y le golpeóusto debajo de las costillas. Sintióun dolor atroz y no le quedó máremedio que morderse el labio cofuerza para evitar gritar.

Por suerte se acordó de levantaas manos y coger cualquier cosa

que tuviera al alcance. Encontró

Page 1393: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1393/1720

una rama con la mano izquierda ehincó las uñas de la mano derechaen la tierra con la mayor fuerzaposible. Afortunadamente, encontróun pequeño asidero para los piesNo había forma de saber si lo que

había agarrado aguantaría su pesopero no tenía tiempo decomprobarlo. Ciento dos, ciento

tres. Apretando los dientes, Quintuevantó primero una sandalia hastaa altura de la rodilla y luego laotra. No resbaló, por lo que sempulsó con los muslos, haciendofuerza a la vez con la mano derechay clavando los dedos en la tierra. La

rama crujió un poco y el pulso se le

Page 1394: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1394/1720

aceleró todavía más. Soltó la ramay buscó dónde asirse con la manozquierda. Lo encontró y volvió ampulsarse con las piernas.

De repente se encontró en laestrecha franja de terreno que

discurría a lo largo de la base de lamuralla. Levantó el pulgar en señade aprobación hacia Urceus, pero s

amigo respondió indicándole con loabios que ya iban por cientodieciocho. La euforia de Quintus seesfumó con la misma rapidez con laque había aparecido. Se desplazó aun lado y a otro a lo largo de lamuralla, mirando hacia arriba para

ocalizar los bloques más regulares

Page 1395: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1395/1720

Ciento veintiocho, cientoveintinueve. Encontró uno, secolocó cerca y puso una mano en launión entre ese y la segunda hilerade bloques. Calculó que debía demedir casi unos dos codos de alto

Se echó un poco hacia atrás y contóas almenas con cuidado. Habíaocho losas. Repitió los cálculos par

asegurarse y obtuvo el mismo totaLa muralla medía entre quince dieciocho codos de alto. Ciento..había perdido la cuenta. Habíalegado el momento de marcharseEstaba a punto de sentarse marcharse por donde había venido

pero los gestos apremiantes de

Page 1396: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1396/1720

Urceus lo dejaron estupefacto. Samigo movía los dedos adelante atrás para indicar a Quintus que ecentinela había regresado antes deo previsto. La bilis se le acumulóen el vientre durante la espera. Po

mucho que esperara oír un gritoprocedente de lo alto, no teníasentido mirar hacia allí. Él no veía

o que Urceus sí podía ver. Trasvarios instantes mareantes, Urceue indicó que se moviera. Quintus sedeslizó hacia abajo sin pestañeacuando una roca afilada le abrió laparte posterior del muslo izquierdo

 —Ha entrado en la torre. Vete a

saber cuánto tiempo estará ah

Page 1397: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1397/1720

dentro —le susurró Urceus al oído—. Deberíamos marcharnos o quizátengamos que acabar pasando aqutoda la noche.

Quintus asintió y formó eestribo para que Urceus saliera de

foso, antes de salir él tambiéayudado por su amigo. Juntocontemplaron la muralla una ve

más. No había ni rastro decentinela. Sonriéndose entre scomo dos locos, se dispusieron aregresar a sus filas. Lo habíaconseguido.

 Al llegar al pie de la

Page 1398: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1398/1720

fortificaciones, Quintus informó desu presencia con el silbido discretoque habían acordado de antemanoAl cabo de unos instantes, Placiduy los demás hicieron serpentear lacuerda por la muralla. Los amigo

ascendieron a toda velocidadponiendo una mano detrás de otrahasta arriba. En cuanto pusieron lo

pies en el pasadizo les acribillaron apreguntas. —¿Lo habéis conseguido? ¿No o

han visto? ¿Cuánto mide el muro? —Tranquilos —repuso Quintus

con una sonrisa—. ¿Alguna novedadpor aquí?

 —No ha pasado ni un alma —

Page 1399: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1399/1720

nformó Placidus, contento. —Ocho bloques, de más o

menos dos codos cada uno —nformó Quintus—. Nuestraescaleras tendrán que ser así deargas, y un poco más para el foso.

 —¡Qué buena noticia, hermanosLo único que nos falta es encontraa noche adecuada y podemo

plantarnos ahí arriba antes de queesos canallas se den cuenta de loqué está pasando. —Urceus parecíaun niño pequeño al que acaban dedar vía libre en una tienda dedulces.

Placidus dio una palmada a

Quintus en la espalda.

Page 1400: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1400/1720

 —¿Vas a decírselo a Corax? —Sí. Enseguida. Solo hace falta

esperar que acabe esta dichosaguardia y vamos para allá.

 —Sí. Pues entonces volvamos anuestros puestos. Vuestro equipo

está aquí y un par de trapohúmedos para que os limpiéis. —Con expresión satisfecha, Placidus

os demás se marcharon edistintas direcciones. —Más vale que nos esmeremo

—susurró Urceus—. De lo contrarioserá demasiado obvio queestábamos tramando algo.

 —Podemos revisarno

mutuamente ahora y luego otra ve

Page 1401: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1401/1720

cuando empiece a clarear —sugirióQuintus—. Con eso debería bastar.

 —Eres un loco de cojonesCrespo, ¿lo sabes, no? —Urceus ledio un tortazo repentino—. Perotambién eres listo. Esperemos que

a Corax le guste nuestra historia. —Le gustará —declaró Quintu

con más seguridad de la que sentía

Quintus sintió un gran alivio aver que el resto de la guardia

transcurría sin incidentes. Latrompeta apenas había acabado desonar desde el praetorium cuando

se situó al pie de la escalera

Page 1402: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1402/1720

nstando a Urceus y al resto a quebajaran.

 —¡Moveos! Cuanto antes seentere Corax, mejor.

Urceus se quedó quieto con epie en el primer peldaño. Le cambió

a expresión.Quintus, que estaba de espalda

al campamento, se dio cuenta

enseguida de que había alguiedetrás de él. Le entró el pánico y sequedó en blanco. «¡Por favor, quesea Corax!» Intentó pensar quédecir.

 —Ti-tiene que saber que te hastorcido el tobillo —alcanzó a

balbucir al final.

Page 1403: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1403/1720

Urceus se cuadró y saludó, iguaque el resto de sus compañeros.

Cuando Quintus se giró, se lecayó el alma a los pies. Era Pera¿Qué traía a ese cabrón por ahíRápidamente imitó a sus amigos.

 —Señor.Pera no respondió a ninguno de

os saludos. Frunció el labio y se

acercó como si nada. —¿O sea que te has torcido etobillo?

 —Sí, señor —repuso Urceus—Resbalé en los últimos peldaños dea escalera hace una semana. Fueculpa mía.

 —Y a Corax le alegrará sabe

Page 1404: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1404/1720

que estás mejor, ¿no? —Perahablaba con voz melosa.

Urceus estaba azorado. —No sé, señor. Mi amigo me

estaba tomando el pelo, señor.Pera miró a Quintus como una

serpiente miraría a un ratón. —¿Es eso lo que hacías? —Más o menos, señor.

Pera enarcó una ceja. —No sabía que Corax fuera ualma tan afectuosa. En vuestromanípulo las cosas deben de semuy distintas al mío.

 —No lo sé, señor —dijo Quintucon humildad. «Gran Júpiter, te lo

suplico, que se marche...»

Page 1405: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1405/1720

Pero Pera se quedó dondeestaba, balanceándose ligeramenteadelante y atrás sobre los talonede sus brillantes botas de cuero.

 —¿Habéis acabado la guardia? —Sí, señor.

 —Entonces diría que no omportaría llenaros el vientre con upoco de vino, ¿no?

 —Estaría bien, señor, sí. —«¿Aqué está jugando?» —Estáis asquerosos. ¿Corax no

os exige cierto nivel de higiene? —preguntó Pera con desdén.

Quintus se esforzó por mantenea calma. Le entraron ganas de ve

si llevaba hollín encima, pero no se

Page 1406: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1406/1720

atrevió. —Sí, señor, sí que nos lo exige. —Pues disiento si vais con esta

pinta. Venga, pues. Largaos, todovosotros. —Pera se marchó.

Quintus exhaló un largo y lento

suspiro. Se sentía como si acabarade correr quince kilómetros cotodos los pertrechos encima.

Urceus y los demás bajaron dea escalera con los escudocolgados a la espalda. Quintus lomiraba de forma subrepticiaPlacidus y uno de los otros habíacogido media cuerda cada uno paraocultarla, se la habían enrollado

alrededor de la cintura, bajo la

Page 1407: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1407/1720

cotas de malla. Intercambió unamirada de alivio con cada uno deellos mientras se encaminaban aas hileras de tiendas del manípuloA fin de rebajar la tensión, dijo:

 —¿A quién le toca cocinar hoy?

Se inició la discusiócaracterística. Era otra rutina biemanida. El hombre al que le tocaba

acusaría a otro de endosarle lafaena a él. La acusación se refutaríacon vehemencia y a quien le tocarael turno de cocinar arrastraría a utercer hombre al tajo. Las bromano acababan hasta que se mentabaa todos los hombres de

contubernium.

Page 1408: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1408/1720

Quintus estaba muy ocupadonegando que tuviera queencargarse de cocinar cuandodoblaron una esquina que daba a laavenida en la que su unidad estabadestacada. Al ver a Pera de nuevo

empezó a tartamudear antes derecobrar la compostura lo mejoposible.

 —No seas tonto, Placidus —dijoen voz alta—. Todos sabemos quete toca cocinar. —Entonces, como sacabara de ver a Pera, lo saludó—Señor.

 —No esperabas volver a vermetan pronto —declaró Pera

colocándose a su lado en cuanto le

Page 1409: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1409/1720

alcanzaron. —No, señor. —Quintus intentó

mostrarse despreocupado, aunqueestaba histérico por dentro.

 —¿Lo que veo es ceniza? —preguntó Pera. Quintus notó un

miedo verdadero cuando ecenturión pasó la yema del dedopor la nuca de Urceus, por encima

de la túnica—. Pues sí, qué extrañoUrceus se sonrojó ligeramente. —Señor —dijo.Todos se dieron cuenta de que

a respuesta sonaba estúpida. —¡Alto!Los diez compañero

obedecieron. Ninguno se atrevió a

Page 1410: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1410/1720

mirar al otro, pero todos notaban emiedo.

 —Hasta que no me he marchadono he pensado en lo curioso queera que vosotros dos estuvierais tasucios, a diferencia de vuestro

compañeros —reconoció Pera. Hizouna señal con la cabeza haciaQuintus y Urceus e indicó un luga

situado a cinco pasos de distancia—. Romped filas. Por ahí. Cascofuera.

Impotentes ante la autoridad dePera, la pareja cumplió órdenes.

Pera se acercó tanto como haríauna mujer que deseara seducirles

Sin embargo, su objetivo era much

Page 1411: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1411/1720

menos placentero. Les levantó lobrazos y los cuellos de la túnica yes inspeccionó la piel codetenimiento. Les miró las orejapor detrás e incluso les apartó epelo. A Quintus le entró un mareo

cuando una pequeña nube de hollíe salió volando de la cabeza. Lanzuna mirada a Urceus, que había

pasado de estar rojo a ceniciento.Pera dio un paso atrás. —Tengo la impresión de que os

habéis embadurnado los brazos y lacara de ceniza para pasadesapercibidos. Explicaos. Rápido.

 —Señor, nosotros... —empezó a

decir Urceus. Vaciló.

Page 1412: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1412/1720

 —¿Sí? —El tono de Peradestilaba veneno.

 —Nada, señor.Pera lanzó una mirada asesina a

Quintus. —¿Qué tienes que decir

hastatus?Mientras Quintus intentaba

encontrar a la desesperada algo

que decir que sonara mínimamentefactible, Pera se acercó a sucompañeros de tienda. Al cabo deun momento, cacareó con airetriunfante:

 —¡Tú y tú! Romped filas. Poneocon los gusanos que tenéis po

compañeros.

Page 1413: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1413/1720

Placidus y los demás hastati quetenían la cuerda se colocaron juntoa ellos con expresión abatida. Perase abalanzó sobre ellos y leevantó la cota de malla uno pouno.

 —¡Cuerda! Esto explica muchoú —entonces pinchó a Placidus e

el pecho— y algunos otros bajastei

a estos dos hijos de perra por emuro mientras estaba oscuro. —Adoptó un tono de indignación—¿Qué estabais tramando, traidores¿Nos queréis vender a los follaculode los siracusanos?

 —¡No, señor! —protestaro

Quintus y Urceus.

Page 1414: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1414/1720

 —¡Seguro que es eso! O es qupensabais desertar. He oídorumores al respecto, pero nuncamaginé que lo vería con mipropios ojos. ¡Marcelo seenfurecerá! ¡Querrá imponer u

castigo ejemplar al contuberniumdelante de todo el ejército! Será efustuarium, me imagino. —Pera se

regodeó—. Corax también serácastigado.Un grupo de principes qu

pasaban aminoró la marcha al oíparte de lo que Pera estabadiciendo, pero la orden que legruñó les hizo seguir con su camino

Mientras Pera estaba ocupado

Page 1415: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1415/1720

Quintus y Urceus intercambiarouna mirada de consternacióabsoluta.

 —Dile lo que hicimos —le instóUrceus moviendo los labios—Estamos jodidos de todos modos.

Quintus pidió ayuda a los diosedel firmamento. «No permitáis quemis compañeros sufran por culpa de

mi estupidez. Que todas las culparecaigan sobre mi persona.Cuando Pera giró sobre sus taloneso miró de hito en hito.

 —Somos servidores leales deRoma, señor.

 —¿Seguro? —se burló Pera—

Pues entonces explica lo que acabo

Page 1416: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1416/1720

de encontrarme. —Es verdad que Urceus y yo

pasamos el muro, señor. —¡Lo sabía! El delito de

abandonar el puesto de centinelase castiga con la pena de muerte

imbécil! —Lo sé, señor. Nadie iba a

enterarse...

 —¿Hasta que yo aparecí? ¡Puegracias a Fortuna que vine! ¿No?Quintus tenía ganas de meterle

a espada en la boca a Pera parapartirle todos los dientes, pero seimitó a esperar a que el centurióe dijera que continuara. Le contó

toda la historia de la manera má

Page 1417: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1417/1720

sucinta posible. En cuanto Quintumencionó la altura de la murallaos ojos de Pera despidieron unbrillo malicioso, si bien no lenterrumpió ni una sola vez. CuandoQuintus acabó, una calma

sobrecogedora se apoderó deambiente. Ninguno de los hastatsudorosos la rompió. Les bastaba

con el gran lío en el que estabametidos. —¿Estás seguro de la cantidad

de bloques? —preguntó Pera. —Sí, señor. No me he

equivocado al contarlos después deugarme el pescuezo.

Pera esbozó una débil sonrisa.

Page 1418: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1418/1720

 —Supongo que no.Otra vez silencio, durante el cua

Quintus se dio cuenta de que Peraestaba pensando rápido. Quedabaclaro que quería transmitirle esanformación a Marcelo y, ya

puestos, llevarse todo el mérito¿Podría conseguirlo afirmando amismo tiempo que Quintus y Urceu

eran unos traidores? Si nomencionaba que ellos habíamedido el muro enemigo, ¿quéalegaría que habían hecho? Quintuhabía asistido al juicio de un veleque había abandonado su puestode centinela. El acusado había sido

objeto de un interrogatorio

Page 1419: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1419/1720

exhaustivo; la revelación del motivode su ausencia —una visita a latienda para recuperar un odre devino—, había sido una partemportante de la recogida depruebas contra él. Pera tenía que

convertirlos en unos chivoexpiatorios convincentes porque, deo contrario, sobre él caería la

sospecha del increíble«descubrimiento» de la altura de lamuralla de Galeagra.

 —Escuchadme, bazofia —gruñPera—. Todos y cada uno devosotros mereceríais moriapaleados por esto, ¿entendido?

 —Sí, señor —musitaron lo

Page 1420: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1420/1720

hastati. Quintus no veía más quedesesperación en el rostro de sucompañeros. Sin embargo, en scorazón apareció un atisbo deesperanza. Pera había dicho«mereceríais».

 —Lo que habéis hecho edesacertado. Una estupidez supinaEs lo peor que he visto en todos mi

años de centurionazgo. —Pera hizouna pausa y les dejó sufrir durantevarios segundos—. Sin embargo, eposible que Roma se beneficie deello. Le diré a Marcelo lo del muroVosotros, desgraciados, nuncavolveréis a hablar del asunto co

nadie. Si no, no descansaré hasta

Page 1421: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1421/1720

que todos seáis condenados amuerte con el fustuarium. ¿Haquedado claro?

«Cabrón», pensó Quintus inclusomientras decía:

 —Sí, señor.

 —¿Estáis seguros? —preguntóPera con expresión fiera.

 —Sí, señor —musitaron.

 —Bien, pues entonces estamode acuerdo. ¿Por qué no omarcháis a vuestra tienda apestosay bebéis un poco de vino? Despuéde una guardia como esta, os lomerecéis.

 Vivirían, caviló Quintus co

amargura, pero sabiendo que Pera

Page 1422: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1422/1720

podía volverse contra ellos en uabrir y cerrar de ojos. Era cierto qusurgirían interrogantes si intentabarevelar su incumplimiento del debeal cabo de un año, por decir algopero eso no significaba que no

pudieran acabar condenados amuerte. El bajo rango de los hastatno era nada comparado con u

centurión, sobre todo de upariente de Marcelo, al queademás, le había puesto ebandeja la forma de tomaSiracusa.

 Ahora ya no podían recurrir aCorax. No sería capaz de desafiar a

otro centurión en público. Aunque

Page 1423: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1423/1720

se produjera el milagro de quhablara, Quintus y sus compañeroquedarían expuestos por habeabandonado sus puestos. Leembargó un profundo abatimiento¿Por qué había sido tan estúpido?

 —¡Eh, Pera! ¿Intentas tomarmeel relevo?

Un rayo de esperanza en el pozo

profundo de la desesperaciónQuintus se alegró sobremanera dever a su centurión. A Pera, por econtrario, pareció fastidiarle mucho

 —Nada de eso. Acabo de reñir aesta panda por su aspectodesaliñado, eso es todo.

 —Mis chicos siempre está

Page 1424: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1424/1720

sucios. A mí me preocupa pocosiempre y cuando luchen comodeben —espetó Corax como si tacosa, aunque sus ojos traslucían ubrillo peligroso—. ¿No estás deacuerdo?

 —No —repuso Pera—. Pero leshe dejado marchar con unaadvertencia.

Corax escudriñó el rostro de suhombres. —Pues a mí no es lo que me

parece. Da la impresión de queestán a punto de subir a la barcapara cruzar el río Estigia.

 —Ya sabes cómo son —dijo Pera

con una sonrisa—. Cuánto temen a

Page 1425: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1425/1720

un oficial que no es el suyo. —De acuerdo. —Corax asintió

mientras Pera se excusaba y sedisponía a marcharse.

El rayo de esperanza de Quintuse había desvanecido. Urceus, a s

ado, dejó escapar un débil peroaudible gemido. Pera se habíaibrado.

 —¡Pera! ¿No has visto esto? —lamó Corax.Quintus se quedó pasmado a

ver a Corax blandiendo el trozo decuerda que se le había caído aPlacidus al suelo desde la cinturasin darse cuenta. El rostro de Pera

era la viva imagen de la conmoción

Page 1426: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1426/1720

 —Yo... No —dijo—. No lo hevisto.

 —¿Para qué demonios es eso? —bramó Corax, no solo a Placidusino a todos ellos.

Quintus sabía que su vida volvía

a correr peligro, pero ponerla emanos de Corax era infinitamentemejor que dejarla a merced de una

víbora como Pera. Dio un pasoadelante haciendo caso omiso de lamirada amenazadora de Pera.

 —La hemos utilizado para bajapor el muro, señor. He encontradoun punto cerca de Galeagra en eque las defensas solo mide

dieciséis codos de alto. Es un punto

Page 1427: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1427/1720

débil, señor. Un lugar que se podríaatacar con los hombres adecuados.

 —¡Miente! —rugió Pera.Corax hizo caso omiso de él.

 —Tuviste que abandonar epuesto para hacerlo —acusó a

Quintus—. Tú y... —Yo, señor. —Urceus dio un

paso adelante enderezando lo

hombros—. El resto decontubernium no tuvo nada que vecon ello.

 —Seguro que no —afirmó Coraxcon voz cansina.

 —Supongo que no piensaescuchar a esta bazofia, ¿no? —

exclamó Pera con voz aguda.

Page 1428: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1428/1720

 —Esta «bazofia» me acompañódurante el tormento que supusoCannae. ¿Dónde estabas tú aquedía? —espetó Corax. Pera farfulló yCorax sonrió, pero no estaba máque enseñando los dientes—. Ah, s

se me olvidó. Estabas destinado eotro sitio.

 —Eso es —declaró Pera—. S

hubiera estado ahí, habría cumplidocon mi obligación al igual quevosotros. No me habría importadodar mi vida.

 —¿No te habría importadoSeguro que no. —El tono de Coradejaba claro que creía lo contrario

—. Escucharé a mis hombres

Page 1429: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1429/1720

uego ya tendrás la oportunidad dehablar.

 —¡Como oficial de mayor rangoyo debería hablar antes!

Corax le dio la espalda. Peraenrojeció de rabia, pero no se

movió. —Cuéntamelo todo —ordenó

Corax a Quintus.

Quintus expuso lo sucedidodesde el hoplita que había vistodurante las negociaciones hasta lodetalles de su misión nocturna.

 —¿Por qué no acudiste a mantes que nada cuando te distecuenta de lo bajo que era el muro

—inquirió Corax.

Page 1430: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1430/1720

 —Pensaba que no me creeríasseñor. Quería estar absolutamenteseguro. —«Y quería pararle los piea Pera», le habría gustado añadir aQuintus. Contuvo el alientorezando para que Corax lo

comprendiera. —¿Juras que es verdad?Quintus notó lo importante que

era que Corax le creyera. —Sí, señor, por mi vida.Corax lanzó una mirada a

Urceus, Placidus y el resto. —¿Es tal como lo cuenta Crespo —Sí, señor. Que Júpiter, Optimu

Maximus, me parta de un rayo s

miento —declaró Urceus.

Page 1431: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1431/1720

Los demás hastati menearon lacabeza y mascullaron su acuerdo.

Corax los observó con el ceñofruncido de un modo que no habíavisto hasta entonces.

Pera no fue capaz de contenerse

más. —¡Son unos hijos de perra

mentirosos, todos ellos! Está

planeando pasarse a las filas de losiracusanos. El ejercicio de anocheno fue más que un ensayo paracuando todo el dichosocontubernium deserte. ¡Marcelotiene que enterarse de esto! —Hizoademán de marcharse.

 —¡QUIETO, PERA! —Corax habló

Page 1432: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1432/1720

con el volumen que habríaempleado en la plaza de armas—No le dirás ni una palabra aMarcelo.

Pera obedeció como un chuchoapaleado. Sin embargo, cuando se

dio la vuelta tenía una expresióasesina en la mirada.

 —¿Cómo piensas impedírmelo?

Corax se acercó a Pera dandograndes zancadas y lo agarró por ebrazo. Se inclinó hacia él y empezóa hablarle en voz baja. Quintuaguzó el oído, pero solo oía retazode lo que Corax estaba diciendo«la maldita carrera de caballos»

«engañar», «Enna», «matanza»

Page 1433: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1433/1720

Page 1434: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1434/1720

No soy capaz de predecir lareacción de Marcelo pero imaginoque será dura, a pesar de vuestroparentesco.

Pera abrió y cerró la mandíbula. —¿Y el precio por tu silencio?

 —Nunca volverás a mencionatus acusaciones mezquinas contramis soldados.

 —¿Y el muro de Galeagra? —Se lo contaré a Marcelo, comosi yo mismo me hubiera dadocuenta durante las negociaciones.

Dio la impresión de que Pera ibaa protestar y Corax fue a la yugular

 —Si no aceptas, me asegurar

de que antes del anochecer todo

Page 1435: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1435/1720

os miembros del ejército seenteren de lo que ha pasado.

Quintus nunca había visto a Peratan desinflado.

 —Muy bien. —Pues entonces ya nos hemo

entendido. —Corax miró a suhombres como si no hubiera pasadonada—. ¡Saludad al centurión!

Quintus y los demás hastatobedecieron con presteza. Peraapenas se dio cuenta.

 —Volved a la hilera de tiendas—ordenó Corax—. A toda velocidad

El grupo se marchó. Ninguno deellos se acababa de creer lo que

había ocurrido. Se habían librado de

Page 1436: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1436/1720

a amenaza de ejecución y tambiédel chantaje de Pera. Su plan, quehabía quedado reducido a cenizadelante de sus narices, habíaacabado teniendo un éxitonesperado. No obstante, Quintu

había captado la mirada que Pera lehabía lanzado a Corax después deque pasaran. Su centurión tenía u

nuevo enemigo. De todos modosQuintus no estaba demasiadopreocupado. Corax eraperfectamente capaz de cuidarsesolito, de lidiar con ratas dealcantarilla como Pera. Lo acababade demostrar.

Quintus se fue animando po

Page 1437: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1437/1720

momentos. A partir de entonces, tambié

era menos probable que Pera leacosara.

Page 1438: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1438/1720

22

22

 —Vuelve a recordarme por quéhacemos esto —masculló Hanno.

 —Porque satisfará a la diosa... yporque es una locura, por supuestoPor eso te apuntaste, ¿no? —Kleito

se rio en silencio.

Page 1439: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1439/1720

Estaban en la penumbra bajo lapuerta sur principal de Siracusa, uportal majestuoso de la altura detres hombres y flanqueado a cadaado por una torre recia. Hannoobservó a quince de los mejore

soldados de Kleitos, que esperabacerca. Entre ellos estabaconteniendo a tres ciervos y a u

abalí de un tamaño considerableComo animales de presa que eranos ciervos habían dejado dententar librarse de las cuerdas queos sujetaban, pero el jabalí eraharina de otro costal. Las atadurade las pezuñas y el hecho de que

estuviera colgado boca abajo de

Page 1440: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1440/1720

Page 1441: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1441/1720

el paquete envuelto en cuero quelevaba a la espalda para mejorar lapostura.

Hanno reprimió su curiosidad. Lehabía preguntado qué era, peroKleitos se negó a decírselo.

 —A lo mejor. O a lo mejoenvían una patrulla para ver quépasa.

 —Si no quieres, no vengasamigo mío.Dolido, Hanno frunció el ceño.

 —Vale, voy a dejar de quejarmeEsperemos que valga la pena, ¿no?

 —¿Quiénes somos nosotros pardiscutir con la alta sacerdotisa de

Artemisa? Ha decretado que nada

Page 1442: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1442/1720

complacería más a la diosa que ubuen sacrificio en el lugar donde secruzan las marismas, la tierra y emar. A Artemisa lo que más legusta es la transición, ya ves. —Kleitos miró al sacerdote de barba

entrecana que iba a acompañarles. —Suena prometedor. —Hanno

reprimió su aprensión. Si no le

correspondía a él, por seextranjero, poner en entredicho ladoneidad de aventurarse más alláde las defensas por la noche con uabalí enfadado, tampoco lecorrespondía cuestionar dónde sehacía, o la ofrenda de animales que

solían considerarse sagrados para

Page 1443: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1443/1720

Artemisa. Si era tan importante¿por qué no estaba ahí lasacerdotisa? «Para ya», se dijo«Disfruta de la locura.» No cabía lamenor duda de que aquellaaventura descabellada resultaba

atractiva para la parte mátemeraria de su naturaleza, la queen una ocasión le había hecho

atacar a un trío de bandidoarmados yendo él desarmado paraasí salvarle la vida a Aurelia, lahermana de Quintus. Se preguntódónde estaría Quintus en esomomentos. En algún lugar decampamento romano, rodeado de

sus compañeros. Notó una punzada

Page 1444: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1444/1720

de envidia. A Epícides le complacería s

aventura: el sacrificio presentado aArtemisa, la diosa de la caza, laprimera noche de un festival de tredías en su honor. Demostraría que

a defensa continuada de Siracusagozaba de la aprobación divina. Aos habitantes de la ciudad le

encantaría la historia de cómo ugrupo de osados soldados habíasalido a hurtadillas y presentado usacrificio a Artemisa, justo delantede las narices de los romanos. Leevantaría la moral, que en ciertomodo había decaído durante lo

argos meses de invierno. ¿Y s

Page 1445: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1445/1720

fracasaban? Por lo menos tendría aKleitos, que era un buen amigo, asu lado. Sintió una punzada deculpabilidad. Aurelia habría odiadopensar siquiera en esa misión tapeligrosa, así que no le había dicho

nada al respecto. —Ni siquiera voy a pregunta

cómo cazaron a los animales y lo

entraron en la ciudad sin que loromanos se dieran cuenta —reconoció.

 —Deberías saberlo, viviendcomo vives junto a Euríalo. Epícideenvió a los mejores cazadores deSiracusa y utilizaron los túnele

tanto para salir como para entrar.

Page 1446: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1446/1720

 —Cielos, eso sí que earriesgado. Si los hubieradescubierto, los romanos habríatomado la dichosa ciudad.

 —Pero salieron airosos. —Ealiento de Kleitos despedía u

fuerte olor a vino—. La diosa lesonrió a la partida de caza, iguaque a nosotros. Es ella quie

también se ha asegurado de quehaya muchas nubes en el cielo.«Preferiría confiar en el brazo

con el que tú y yo empuñamos laespada y en el de tus hombres»pensó Hanno. Elevó una plegaria aBaal Safón para pedirle que cuidara

de ellos y mantuviera callado a

Page 1447: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1447/1720

abalí, o que los romanos no oyerasus protestas. Se le formó un nudoen el estómago por culpa de lapreocupación y pidió perdón aArtemisa porque él, comoextranjero que era, debía estar e

sintonía con sus deidades. «No lotomes como una falta de respetoGran Cazadora», dijo en silencio.

Se oyó un silbido flojo desdearriba. El capitán de la guardia, uveterano robusto con un cascoabollado, se les acercó.

 —Eso quiere decir que la víaestá despejada. No ha habido nrastro de los hijos de perra romano

desde el atardecer. Id ahora y que

Page 1448: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1448/1720

os dioses os protejan. —Bajó la vopara que el sacerdote no le oyera—. Dadle una puñalada al dichosoabalí de mi parte.

 —Descuida —repuso Kleitosriendo por lo bajo.

El capitán de la guardia hizo ugesto a sus seis hombrespreparados junto a la entrada. Se

encorvaron y alzaron el gratravesaño de madera del soporteLo dejaron silenciosamente a uado y abrieron uno de los portonesPara sorpresa de Hanno, emitiópoco ruido.

 —Le hemos dado aceite

especialmente para vosotros, chico

Page 1449: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1449/1720

—susurró el capitán con una sonrisamaliciosa—. La cerraremos detráde vosotros, pero estaremopreparados para cuando regreséisNo olvidéis la señal para que oabramos.

 —Dos silbidos cortos, luego unargo y tres cortos —dijo Kleitos.

 —Eso es. Buena suerte.

Kleitos miró a Hanno, que leconfirmó que estaba preparado. Esacerdote se arrebujó mejor en lacapa y asintió.

 —¡Seguidme! —llamó Kleitos evoz baja a sus hombres. Era comosi el jabalí notara el peligro al que

estaban a punto de exponerse

Page 1450: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1450/1720

porque incrementó los gruñidosHanno tenía ganas de cortarle ecuello de oreja a oreja, pero secontuvo. Aunque realmente nocreyera en Artemisa, tampoco valíaa pena disgustarla. Al igual que

muchas otras deidades, la Cazadoratenía fama de ser irritable caprichosa.

Con Kleitos, Hanno y esacerdote en cabeza, salierofurtivamente al paso elevado queconducía al sur, en dirección a lospueblos que rodeaban el caboPachynus, el extremo suroriental deSicilia. En tiempos de paz era una

vía muy concurrida, pero en eso

Page 1451: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1451/1720

momentos nada tocaba ssuperficie de grava de no ser por uexplorador nocturno ocasional o umensajero romano. Como paraentonces ya estaba acostumbrado a penumbra, Hanno atisbó hacia la

oscuridad que se extendía anteellos. No vio nada, lo cual no era dextrañar. Debido a las marismas

que llegaban casi hasta el pie deas murallas, las fortificacioneenemigas estaban aquí más lejoque en otros puntos de la ciudadHanno no se relajó lo más mínimoSeguro que los gruñidos del jabatraspasaban claramente los die

estadios que los separaban de

Page 1452: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1452/1720

miles de legionarios. Según Kleitosel lugar que la sacerdotisa habíarecomendado se encontraba a utercio de esa distancia. Para cuandolegaran, los romanos habríatenido tiempo de responder a aque

sonido tan inusual.El jabalí gruñó y zarandeó la

cabeza de un lado a otro, lo cua

hizo tambalearse a los hombres quo portaban. —Dichoso bicho estúpido —dijo

uno de ellos, que le dio una patadapero falló. El jabalí continuóaullando, alternando el sonido counos profundos gruñidos. Kleito

volvió a reír y Hanno no pudo evita

Page 1453: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1453/1720

sonreír. Con un poco de suerte, aos centinelas romanos les aterraríaaquel estruendo sobrecogedor.

 Avanzaron a buen ritmo a loargo del paso elevado, que erarecto y lo bastante ancho para

permitir el paso de dos carros. Lacuestión era ir a paso ligero, pensóHanno. Llegar, cumplir su cometido

y salir. Era todo lo que tenían quehacer. Volvió a escudriñar el caminoque tenían por delante. NadaSobrevolando las olas de sderecha un ave nocturna llamó. Lerespondió otra, y luego otra.

 —Aquí —dijo el sacerdote de

repente.

Page 1454: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1454/1720

Hanno miró. Menos mal que eanciano iba con ellos, pues éhabría sido incapaz de ver esendero diminuto que salía del pasoelevado hacia el mar.

Sudando a raudales y profiriendo

maldiciones, descargaron al ciervo al jabalí a la grava de la orilla queformaba parte de la base de la

carretera. Kleitos y el sacerdote lesiguieron y dejaron a Hanno y acinco soldados vigilando.

 —¿A qué distancia estaréis? —es gritó.

 —A unos cien pasos, por lo queparece —repuso Kleitos.

 —Entonces apostaré a do

Page 1455: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1455/1720

hombres en el sendero, separadopor unos treinta pasos. Si oigo algoos enteraréis enseguida.

 —Muy bien. —Matad primero al jabalí s

podéis.

 —Se lo diré al sacerdote. —Dicho esto, Kleitos se marchó.

 —Acercaos —ordenó Hanno. Su

cinco hombres obedecieron copresteza. Eran soldadoexperimentados, con armas equipo bien conservados. Siguiendoas órdenes de Kleitos, habíaembadurnado con barro todos loobjetos de metal que llevaba

(cascos, bordes del escudo

Page 1456: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1456/1720

armadura, grebas) para quepasaran desapercibidos—. Estáclaro que no queremos ver ni uvello púbico romano rondando poaquí.

Sonrieron, lo cual tranquilizó a

Hanno. Los hombres asustadocarecían de sentido del humor.

 —De todos modos, si vemo

alguno, necesitaremos saberlo lomás rápido posible. ¿Cuál devosotros es el corredor más veloz?

 —Yo, señor —dijo un soldadofibroso con una poblada barbanegra.

 —¿Y el segundo?

El soldado fibroso lanzó una

Page 1457: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1457/1720

mirada a sus compañeros. —Él. —Señaló a un hombre co

una cara de Gorgona en el escudoque le sonrió.

 —Id a colocaros a lo largo depaso elevado. Contad la distancia

con cuidado, quiero a un hombre aquinientos pasos de aquí y el otro adoscientos cincuenta. —El prime

soldado estaría peligrosamentecerca del muro de asedio de loromanos. Hanno esperó a ver sprotestaban, pero la pareja nsiquiera parpadeó. «Bien», pensó—Oiréis algún sonido de las líneaenemigas. Centinelas que hablan

que se mueven de un lado a otro..

Page 1458: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1458/1720

Page 1459: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1459/1720

al oír aquel ruido, pero un oficial oun veterano formal acabaríadándose cuenta de lo que estabapasando. No obstante, erampensable meterle prisa asacerdote. Había que realizar e

ritual correspondiente antes delevar a cabo el sacrificio.

Él y el soldado que quedaba

aguardaron en silencioranscurrieron cien segundos yuego otros cien. Hanno notó esudor que le caía por la frente, perono se lo secó. Era mejor que lodemás hombres no notaran lonervioso que estaba. «Maldita sea

¿cuánto tiempo se tarda en deci

Page 1460: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1460/1720

as palabras necesarias?»Los gruñidos del jabalí ganaro

en desesperación y volumen. Nodejaba de chillar.

Hasta que paró. A Hanno le pareció recuperar la

respiración. —Recemos para que a la diosa

e guste la ofrenda —siseó e

soldado que tenía al lado.«Y para que puedan matarápido al ciervo», tenía ganas deañadir Hanno.

 —Seguro que sí. —Se limitó adecir.

Con el jabalí callado, por fi

podían intentar escuchar señale

Page 1461: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1461/1720

del enemigo. Hanno esperaba queeso facilitara su tarea, pero seestremecía al menor sonido. Esoldado también parecía mánquieto. El tiempo pasaba comayor lentitud que antes y, para

consternación de Hanno, el cielo seestaba despejando. Apareció unamiríada de estrellas, lo cual mejoró

a visibilidad sobremanera. Paracuando el corazón le hubo latidotrescientas veces más, lo único queHanno quería era que Kleitos ledijera por qué iba todo tan lentoSin embargo, se quedó quietopreocupado por si aquello afectaba

a la forma como Artemisa recibía

Page 1462: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1462/1720

os sacrificios.Unas fuertes pisadas en e

sendero apartaron todopensamiento de su mente. Lapreocupación de Hanno fue eaumento cuando los dos soldado

que había enviado aparecieron atoda velocidad por entre laoscuridad. Frenaron de golpe ante

él. —¿Y bien? —preguntó. —Vienen hacia aquí, señor —dijo

el más veloz, jadeando—. He oídoque se abría una puerta y hombreque salían al exterior. Nocaminaban al paso y no llevaba

antorchas.

Page 1463: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1463/1720

 —¿Cuántos son? —Si tengo que decir una cifra

diría que más que nosotros, señorSe mueven a buen ritmo, perotampoco muy rápido.

 —¿A qué distancia estabas de

as fortificaciones romanas? ¿Losabes?

 —Exactamente, no, señor. ¿A

trescientos pasos, cuatrocientoquizás?Hanno ahuecó la mano sobre la

boca. —¡Pssst!El primer hombre del sendero

apareció trotando.

 —¿Señor?

Page 1464: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1464/1720

 —Dile a Kleitos que más valeque se dé prisa. Tenemoscompañía. Y puede que numerosaRápido!

El soldado saludó y se marchócorriendo.

 —Formad una línea que cruce ecamino —ordenó a los demás evoz baja.

Cuatro de los hombres pudierobloquear el paso elevado, pero noban a poder resistir si aparecía ugran número de enemigos. Eracomo si los hombres que estabacon Hanno lo supieran. Notaba quesu temor iba en aumento mientra

pasaba el tiempo sin que hubiera

Page 1465: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1465/1720

ndicios de su mensajero, o deKleitos.

 —Hermanos, recordad que loromanos no tienen ni idea de lo queestá pasando aquí. Estarán cagadode miedo. Les dejaremos que se

acerquen a unos doscientos pasos entonces quiero que empecéis agritar, que montéis un escándalo

capaz de resucitar a los muertosHaced como si os estuvieracortando el cuello o los huevos coun cuchillo romo. Dejad ahora laanzas a un lado y desenvainad laespadas. Martillead con ellas loescudos cuando llegue el momento

¿Entendido?

Page 1466: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1466/1720

 —Sí, señor. Buena idea, señor—Notó que les gustaba lasugerencia.

Poco después apareció el par desoldados del sendero.

 —El sacerdote todavía no h

matado al último ciervo, señor —explicó uno—. Kleitos dice quevendrán cuando lo hagan.

Hanno apretó la mandíbula y sedispuso a esperar un poco másCuando el sonido inconfundible deos hombres avanzando por el pasoelevado llegó a sus oídos apenahabía transcurrido un minuto medio. Se inclinó hacia el hombre

que tenía más cerca, el corredo

Page 1467: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1467/1720

más veloz. —¿Oyes eso? —Sí, señor. —Ve a echar un vistazo. Ten

cuidado.Sin vacilar, el soldado hizo lo

que le dijo.«Tengo que enterarme de cómo

se llama, es un hombre valiente»

pensó Hanno.Para cuando el vigilante regresóa toda prisa seguía sin haber nrastro de Kleitos ni del sacerdote.

 —Están ganando velocidadseñor. Son treinta o cuarenta, por lomenos.

«Media centuria», decidió

Page 1468: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1468/1720

Hanno. —También hay un par de

exploradores un poco avanzadosPor eso he tenido que volver.

 —¿A qué distancia te siguen? —Como mucho a ciento

cincuenta pasos, señor.Hanno bajó la vista hacia e

sendero. No veía a Kleitos. Profirió

un juramento. Si los exploradoreenemigos les veían, avisarían aresto. Si quien fuera el comandanteromano entonces ordenaba unacarga, machacarían a losiracusanos. Si alguno de ellosobrevivía, sería por pura suerte.

Tendrían que poner en práctica

Page 1469: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1469/1720

su plan con solo los dos hombreque había por delante de la patrullaromana y antes de que él y susoldados fueran avistados. Hannono tenía ni idea de si aquellosembraría el pánico entre la mayo

parte del enemigo, pero suopciones habían quedado reducidaa una sola. «Maldita sea —pensó—

¿Dónde está Kleitos?» —Preparaos —susurró—. Quierque vuestros gritos se oigan en lapuñetera tierra firme. Os daré laseñal levantando la mano derecha.

Hanno se quedó quieto hastaque ya no aguantó más, hasta que

fue capaz de oler el sudor de su

Page 1470: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1470/1720

hombres. Oía los arañazos de lasandalias en la superficie del pasoelevado y le pareció ver dosiluetas que se acercabasigilosamente a ellos. Alzó la manoy gritó con todas sus fuerzas, u

rugido ininteligible que le dolió ea garganta.

 —¡A AAAAAHHHHHH!

Sus cinco hombres bramaronrugieron y gritaron a su ladoGolpearon los escudos con laespadas a un ritmo entrecortadocomo herreros poseídos batiendouna pieza de metal.

Estuvieron así durante vete a

saber cuánto tiempo.

Page 1471: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1471/1720

 Al final, Hanno les indicó qupararan. Sus hombres se llenaroos pulmones de aire y se quedarocallados. Hanno aguzó el oído. Nooyó nada durante unos instantesuego el sonido del cuero de la

sandalias golpeando el suelo a todavelocidad. Los hombres corrían... ea dirección contraria. Se sintió

eufórico y echó una mirada acorredor más rápido. —¿Estás oyendo eso? —Sí, señor. ¡Deben de haberse

maginado que Hades estaba aqusentado en el camino con Cerberoal lado!

 —Buen trabajo, hermanos. —De

Page 1472: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1472/1720

todos modos, todavía no habíapasado el peligro, pensó Hanno. Loque ocurriera a continuaciódependía del coraje del oficiaromano al mando.

La llegada de Kleitos y del resto

fue muy bien recibida. Hannoescudriñó el rostro de su amigo del sacerdote.

 —¿Han ido bien los sacrificios? —Sí —repuso el sacerdotesatisfecho—. Todos los animaleshan muerto con facilidad, incluido eabalí. Los hígados e intestinoestaban impecables y la diosa haaceptado la libación de sangre.

Hanno no tenía ni idea de cómo

Page 1473: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1473/1720

era posible que el sacerdotehubiera visto que los órganos de loanimales no estaban enfermos. Ycon respecto a la libación... buenoera prácticamente imposible que lasangre no se derramara de una

copa boca abajo. Sin embargo, mávalía no decir nada. Los soldadoque habían sido testigos de la

ofrendas parecían encantados. Lanoticia de que Artemisa estabacontenta se propagaría como ufuego por la ciudad y eso seguroque era positivo.

 —Los romanos han enviado aalguien a echar un vistazo

¿verdad? —preguntó Kleitos.

Page 1474: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1474/1720

 —Sí. —Hanno explicrápidamente lo que había hecho.

 —¡Ja! Los gritos han sido undea excelente. Seguro que estácorriendo hacia su muralla con eculo cagado —dijo Kleitos. Lo

soldados se carcajearon y hasta esacerdote sonrió.

 —Eso espero —repuso Hanno.

 —Volvamos. Ya hemos acabadoo que vinimos a hacer.Los hombres de Kleitos todavía

estaban formando cuando se oyóun grito en latín a menos de ciepasos.

 —¡ADELANTE!

Todos se quedaron petrificados

Page 1475: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1475/1720

Hanno se dio cuenta asustado deque no era posible que todos loromanos hubieran huido. Ahoratendrían que luchar. O eso o huir, locual era la vía más rápida paralegar al Hades. Los legionario

romanos eran letales cuandoperseguían a alguien. Lanzó unamirada a Kleitos.

 —Mejor que resistamos aenemigo, ¿no? —Sabía que esto podía resulta

útil —murmuró Kleitosdesatándose el paquete que llevaba la espalda. Tiró de las correas decuero que lo mantenían bien sujeto

Hanno observó desconcertado

Page 1476: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1476/1720

mientras aparecía la siluetanconfundible de un carnyx, unatrompeta vertical gala.

 —Por todos los dioses, ¿dedónde has sacado eso?

 —Un viejo comerciante galo

tiene un local cerca de mi cuarteAntes del asedio, solía importavino de su patria. Hoy en día

comercia con cualquier cosa quesea difícil de conseguir en la ciudadYo le compro vino y queso. Sueletener esto colgado de la pared.

Hanno recordó Trasimene y laniebla y cómo el estruendo atroz decientos de carnyxes había

sembrado el pánico entre lo

Page 1477: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1477/1720

romanos. Se sintió máesperanzado. Quizás ahora volveríaa servir.

 —¿Sabes tocarlo? —preguntó. —Vamos a ver. Hice un intento

que no fue del agrado del galo

aunque sonó lo bastante fuerte. —Kleitos dio un paso adelante y selevó el carnyx a los labios.

 —¡A TODA VELOCIDAD! —bramó lavoz en latín. Los tachones hacíacrujir con fuerza la superficie decamino. El tintineo de la cota demalla empezó a oírse. Hanno hizoun gesto apremiante a su amigo.

«Par-par —Kleitos tosió un poco

y volvió a colocarse el instrumento

Page 1478: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1478/1720

en los labios—. Buuuuuu. Par-parPar-par-par. Par-par-par. Zirrip.Buuuuuuuu.»

 —¡Gritad! ¡Chillad como sfuéramos cien hombres! —siseóHanno a los soldados.

Enseguida captaron suntenciones y se pusieron a bramacomo posesos y a golpear lo

escudos con la hoja de las espadasQuince hombres hacían mucho máruido que los cinco de antesKleitos, espoleado, sopló y soplóhasta que tuvo la impresión de quea lengua le iba a salir disparadapor la boca de la bestia que había

encima del carnyx. «Par-par-par

Page 1479: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1479/1720

Par-par-par. Zirrip. Buuuuu.» Susesfuerzos emitían una versióahogada del sonido del instrumentoque Hanno había oído coanterioridad. De todos modosresultaba ensordecedor. Pero no

tenía ni idea de cómo sonaríaemergiendo en la oscuridad de lanoche. Con un poco de suerte, le

nfundirían tal pánico que se lerevolvería el estómago.«Pa-par-par. Par-par-par. Zirrip.

Buuuuu. Par-par-par. Par-par-par.Zirrip. Buuuuu.»

Hanno atisbó en la oscuridad afin de prepararse para la llegada d

un gran número de legionario

Page 1480: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1480/1720

romanos. Esperó con el corazópalpitante en el pecho. Y aguardóLos hombres continuaban gritandoy bramando a su alrededor, peroHanno advirtió que cada veestaban más intranquilos.

 Al final Kleitos tuvo que parapara tomar aire. Bajó el carnyx miró a Hanno.

 —¿Y bien? ¿Vienen esos cerdoapestosos? ¿O se han ido corriendoSe secó la frente y volvió a alza

el instrumento.«Par-par-par. Par-par-par. Zirrip.

Buuuuu.» A Hanno se le encogió e

estómago. Sabía a qué se refería

Page 1481: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1481/1720

Kleitos. Alguien tenía que avanzapara ver si sus enemigos habíahuido, lo cual suponía arriesgarse auna muerte instantánea si loegionarios no se habían idoasustados. «A la mierda», pensó

Sujetó la empuñadura de la espadahasta que se le quedaron lonudillos blancos y se deslizó hacia

delante. Paso a paso y sudando conprofusión fue acercándose a lafortificaciones romanas. Cincopasos. Diez. Quince y luego veinteDetrás de él, Kleitos soplaba comosi le fuera la vida en ello. El clamode los soldados seguía si

descanso. La combinació

Page 1482: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1482/1720

provocaba un estruendo atronadorpero Hanno habría preferido estacerca de él en vez de alejarse enternarse en la boca de la muerte.

Se detuvo a los cincuenta pasosHabía algo en el camino de u

tamaño considerable. Hanno seacercó con sigilo, preparado parauna trampa. Encontró un scutum

se echó a reír. Dos pasos más allávio un pilum. —Se han ido corriendo —dijo

Se han largado, genial! —Superadoel miedo, avanzó otros cincuentapasos a lo largo del paso elevadoNo había ni un romano a la vista

Un scutum más y unos cuantos pila

Page 1483: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1483/1720

pero ningún legionario de carne hueso.

«Par-par-par. Par-par-par. Zirrip.Buuuuu.» Kleitos seguía dándole acarnyx, pero empezaba a flaquear.

Hanno sonrió. Tenía que darle la

buena noticia antes de que Kleitocayera rendido. Regresó al trote. Lanoticia hizo reír a su amigo co

tanta fuerza que le entró un ataquede tos. —Es una pena que el vino se

reparta tan fácilmente en estomomentos —dijo, recuperándose—No me habría hecho falta abrir emonedero en un día o dos.

 —Más días —comentó Hanno

Page 1484: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1484/1720

secándose las lágrimas de alegríade los ojos—. Pensar en coger ecarnyx ha sido una genialidad.

 —No ha sido mala idea¿verdad?

 —Cierto, esta noche los diose

están de nuestro lado —añadió esacerdote con expresión satisfecha

Hanno inclinó la cabeza en seña

de respeto. Lo cierto es que parecíaque los poderes divinos habíadado su aprobación. «Gracias, GraCazadora. Gracias, Baal Safón. Covuestra ayuda podemos machacar aas legiones de Marcelo cuandolegue Himilcón y acabar la guerra

en Sicilia.»

Page 1485: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1485/1720

Cuando Kleitos dio la ordenempezaron a marchar rápidamentehacia Siracusa, sin intentar evitahacer ruido. Era poco probable queos legionarios se reagruparan, perotal como Kleitos le dijo a Hanno

sería una lástima sufrir bajas poentretenerse demasiado.

 —Que nuestro sufrimiento veng

en forma de cabezas martilleantey sudor frío por culpa del vino quebebamos esta noche —declaró.

 —Creo que me apunto al plan —dijo Hanno, contento. Después deo ocurrido, valdría la pena teneresaca.

Page 1486: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1486/1720

23

23

Quintus y Urceus estaban en emismo lugar bajo Galeagra que e

día de su misión de espionaje de lasemana anterior. En esta ocasiónel objetivo era muy distinto. Cora

ba con ellos, al igual que e

Page 1487: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1487/1720

manípulo al completo. Detrás habíacinco manípulos más de hastatmaniobrando para ocupar sposición: casi un total de msoldados. La unidad de Peratambién estaba. Las tropas de

Corax llevaban diez escaleraconstruidas en secreto. Marcelohabía creído a Corax, pensó Quintu

con aire triunfante. Marcelo le habíanterrogado durante más de dohoras, según le había contadoCorax más tarde, pero habíaaceptado su historia. Como squisiera poner de manifiesto efavor de los dioses, un deserto

siracusano recién llegado había

Page 1488: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1488/1720

hablado del inminente festival ehonor a Artemisa, que duraría tredías. Para mitigar el desasosiegocreciente de los habitantes de laciudad, enfadados por la escasez dcomida, Epícides había notificado

que habría una cantidad de vinolimitada y gratis durante todo efestival.

Quintus había llegado a laconclusión de que Marcelo habíasido inteligente retrasando eataque hasta la segunda noche defiesta. Todos los que se hubieranabstenido la primera noche querríarecuperar el tiempo perdido. Lo

que tuvieran dolor de cabeza

Page 1489: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1489/1720

ntentarían combatir la resaca comás alcohol. ¿Y quiénes no bebíanBueno, había pocas personacapaces de rechazar vino gratis. Shabía un buen momento paraatacar Siracusa, era aquel. Todo

era gracias a él. Marcelo no losabía, pero Corax sí. Incluso sehabía llevado a Quintus a un lado

e había dado las gracias. —Si esto funciona, teproporcionaré vino para ti y lodemás suficiente paraemborracharos durante una seman—le había dicho también.

 —Te tomo la palabra, señor —

había respondido Quintus, riendo.

Page 1490: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1490/1720

 Ahora Quintus no estaba tacontento. Estaba agachado ante efoso defensivo, abrumado por epeso del equipo y por el hecho desaber que cuando Corax diera laseñal, él sería el primero e

avanzar hasta la base de lamuralla. Los hombres que ibadetrás de él —Urceus y sus otro

diez compañeros de tienda después el resto del manípulo—levaban las escaleras de veintecodos de largo. En cuanto lealcanzaran y estuvieran a laescucha de actividad enemigaQuintus sería quien subiría por la

primera escalera. Urceus y su

Page 1491: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1491/1720

compañeros le seguirían y luegoCorax y el resto.

Corax les había encomendadoaquella tarea.

 —Tus dotes de observaciónhacen esto posible. —Se había

reído por lo bajo y con ironía—Pero no ibais a salir impunes de tancumplimiento del deber

Abandonar el puesto de centinelaes inexcusablendependientemente del motivo. Siembargo, si sobrevivís al ataqueolvidaré lo ocurrido... por esta vez.

 A Quintus le pareció justo. Sintióuna punzada en la vejiga; molesto

hizo todo lo posible por ignorarla, a

Page 1492: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1492/1720

gual que el estómago revuelto. Eracomo si no hubiera vaciado lavejiga ni los intestinos antes departir del campamento, aunque lohabía hecho dos veces. Todos sehabían dedicado a lo mismo

abarrotaron las letrinas de latrincheras y contaron chistesubidos de tono. «Se me pasará e

cuanto empiece la lucha», se dijontentando no imaginar lo quepasaría si no llegaba tan lejos. Si ucentinela siracusano le oía subir poa escalera...

Corax se materializó entre laoscuridad y acercó el rostro a

Quintus.

Page 1493: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1493/1720

 —¿Preparado? —le dijomoviendo los labios.

Quintus asintió.Corax señaló la pared

ndicándole que fuera hacia allí.Con una última mirada a la

murallas, Quintus se dispuso abajar al foso, lo cual le resultóangustioso. Tenía la sensación de

que en cualquier momento oiría ugrito de advertencia procedente dearriba o que una roca gigante lecaería encima de la cabeza. Tal vezapareciera el lunático del carnyx, eque había aterrorizado a unapatrulla al sur de la ciudad la noche

anterior. No pasó nada por el estilo

Page 1494: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1494/1720

pero eso no hizo sentir mejor aQuintus. Apretando los dientes, él Urceus cogieron la primera escalerade manos de Placidus. Cuando máhombres hubieron bajado al fosose la pasaron por encima de lo

haces de ramas afiladas. Quintuaguzó el oído entonces para ver soía a los centinelas. Aparte de uno

cánticos lejanos, no oyó nada. Simás dilación, levantaron la escaleray la apoyaron contra el muro. Apesar de sus esfuerzos, hizo upoco de ruido al impactar con lapared. Se quedaron inmóviles, perono se oyó ninguna orden de alto.

Quintus ardía en deseos de

Page 1495: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1495/1720

ascender de inmediato, pero laorden era no comenzar el asaltohasta que por lo menos hubieracinco escaleras apoyadas. Teníanque quedarse ahí, con el corazópalpitante, mientras el resto de

manípulo imitaba sus movimientosAl final lo consiguieron. Los hastatabarrotaban el foso como peces e

una charca. Muchos más hombreesperaban su turno al borde de latrinchera. Pera también estabafuera en algún sitio. «Ojalá mátarde los dioses me brinden laoportunidad de tenerlo al alcancede mi espada», pensó Quintus co

amargura. Estaba decidido a

Page 1496: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1496/1720

aprovechar el caos que se producíadurante el saqueo de una ciudadpara vengarse. Urceus estaba deacuerdo con él. Si se les presentabaa ocasión, matarían a Pera.

 —Que Fortuna te acompañe —

susurró Corax al oído de Quintus—Ve.

Quintus odiaba subir escalera

con todo el equipo encima. En laoscuridad resultaba incluso máduro de lo que había imaginado. Noquería ni pensar en cómo habríasido si también hubiera llevado eescudo. A cada paso que daba, lavaina amenazaba con delatarle

chocando contra la madera de la

Page 1497: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1497/1720

escalera. A fuerza de probar, vioque si se colocaba la empuñaduraen la axila y mantenía la partesuperior del brazo pegada al cuerpominimizaba el movimiento degladius. Con un poco de suerte

Urceus y los hombres que ibadetrás de él verían el truco.

«Sube, sube, sigue subiendo.

Con la boca seca, el estómagorevuelto y sudoroso, Quintus contóos peldaños para suavizar laaterradora experiencia. La tácticano evitó que rememorara a losoldados que habían muertodespeñados durante el prime

asalto a la ciudad. Cuando asomó la

Page 1498: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1498/1720

cabeza por encima de la muralla, slevó tal sorpresa que casi estuvo apunto de soltar un juramento evoz alta. Miró a izquierda y aderecha y se llenó de júbilo. Nohabía nadie a la vista. La torre

Galeagra se cernía cincuenta pasoa su izquierda. No oía nadaprocedente del interior. «Quedaos

ahí, durmiendo la mona», rogó atiempo que pasaba una pierna poencima del muro y se dejaba caeen el pasadizo de piedra de máabajo. Entonces se asomó y le hizouna seña a Urceus, que ya estaba amedia altura.

Enseguida fueron cinco en lo alto

Page 1499: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1499/1720

de las defensas. Luego diez. Coraapareció con el siguiente grupo dehombres y les dio la orden deesperar hasta que fueran treinta.

 —Recordad que sigue siendmuy importante ser sigiloso

Matamos a todos los que estén ea torre para que quede en nuestramanos, pero nuestro principa

objetivo es la Hexápila.El centurión dejó a diez hombrevigilando las escaleras, mientrasubían más hastati, y ordenó aresto que desenvainara las espadapara conducirlos hacia GaleagraQuintus empezó a sentirse desnudo

por primera vez. Las tropas con la

Page 1500: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1500/1720

que se enfrentarían llevaríaescudos, pero él y sus compañerono. «Mierda, deja de preocuparteEstarán todos dormidos», se dijo.

Pero el primer hombre no loestaba. Se abalanzaron sobre é

usto al lado de la puerta deGaleagra. Estaba bostezandofrotándose la cabeza

nequívocamente borracho y no lovio. Con la verga en una manomeaba por la parte superior demuro. Corax salió disparado haciaél antes que nadie, le puso la manozquierda en la boca y le cortó ecuello con el gladius que empuñaba

con la derecha. La sangre oscura

Page 1501: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1501/1720

roció el suelo del foso que estabamás abajo mientras el hombre seresistía. Tamborileó con los talonesen el pasadizo a un ritmo hipnóticoy luego se quedó flácido, como unabestia sacrificada en el altar.

Corax lo dejó tumbado cocuidado. Cuando se incorporóseñaló a Quintus y a la puerta, que

estaba entreabierta.Quintus se movió antes de queel miedo lo dejara paralizado. Ehaz de luz que se reflejaba en esuelo denotaba que había luceardiendo en el interior. Asomó lacabeza por la jamba con sumo

cuidado. Tardó unos instantes en

Page 1502: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1502/1720

acostumbrarse a la penumbraDistinguió la silueta de un hombremedio caído contra la paredexterior de la sala del interiorHabía una trampilla hacia lacámaras situadas más abajo.

 —Un soldado —le dijo a Coraxmoviendo los labios. El centurión lehizo una seña para que entrara.

Entró por la puerta, avanzódeslizando los pies por el suelo demadera, espada en alto. Su víctimano se movió ni siquiera cuandoQuintus se cernió sobre él. Siembargo, abrió los ojoconmocionado cuando Quintus le

clavó la hoja en la cavidad pectora

Page 1503: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1503/1720

por el punto de unión entre ehombro y el cuello. Quintus le tapóa boca con la mano izquierda paraque no hiciera ruido y le arrebató laespada. Mientras la sangresalpicaba por todas partes, se

miraron el uno al otro con esaexpresión breve y extraña queQuintus tanto odiaba —y amaba—

El siracusano moría al cabo de unonstantes. Quintus lo apoyó contraa pared y fue a buscar a Corax y aos demás.

No tardaron mucho en tomar econtrol del resto de Galeagra. Todaa guarnición estaba dormida, había

arras y vasos de vino tirados por e

Page 1504: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1504/1720

suelo por todas partes. Nivel anivel, los hastati fueron bajando poas escaleras y mataron a loocupantes, la mayoría de los cualeestaban en la cama. Corax convocóal resto de sus hombres que

estaban en las murallas y entoncese comunicó con otro centurión. Setomó la decisión de avanzar de

nmediato hacia la Hexápila con domanípulos. El resto de los hastatque continuaban subiendo por laescaleras, podrían seguirles a todavelocidad. Así, Corax los condujofuera de Galeagra hacia un pasajeestrecho que discurría a lo largo de

nterior de la muralla. Estaba

Page 1505: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1505/1720

flanqueado por casas de dos y treplantas que estaban de cara a ladefensas, pero no se veía ni ualma. A pesar de la oscuridad cascompleta y del peligro que corríanQuintus estaba empezando a

divertirse. La misión le producía uregocijo descabellado. No eran máque dos manípulos. Si se daba la

voz de alarma, miles de siracusanodefensores se levantarían de lacama, borrachos o no, y leaniquilarían. Si no, la recompensasería inconmensurable.

 Avanzaron lo más rápido posiblemaldiciendo entre dientes por e

pavimento irregular y la basura

Page 1506: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1506/1720

desperdigada por todas partesUnos gatos raquíticos observaban agrupo con expresión suspicaz. Algúque otro chucho masticaba lasobras que habían dejado caer louerguistas borrachos o que había

anzado desde las ventanas.Las enormes torres de piedra

que formaban la Hexápila

aparecieron ante sus ojosperfiladas contra el cielo estrelladoen cuanto cruzaron una puerta copostigo. Los cerrojos estabaasegurados con candados, pero esono impidió que Corax sonriera lamara al otro centurión. Tras un

breve acuerdo, el manípulo de

Page 1507: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1507/1720

Page 1508: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1508/1720

profundamente como la deGaleagra. Murieron sin despertarseen la cama, en el suelo donde sehabían caído borrachos y en laetrinas, donde varios se habíadesplomado. Como era de esperar

un par de hombres se despertaroal oír los ruidos amortiguadosgritaron cuando murieron, pero e

ruido no cambió para nada eresultado final. Había grupos dehastati desplazándose por el restode las estancias, embistiendoclavando espadas y apuñalandoPara cuando Quintus y sucompañeros se situaron en lo alto

de la impresionante puerta, la lu

Page 1509: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1509/1720

del sol naciente reveló lomanchados de sangre que estabade pies a cabeza. Desde abajo, oíaa otros soldados retirando loenormes cerrojos que asegurabael pórtico. Poco después llegó un

hastatus para informarles de que lapoterna también estaba en manoromanas.

 —Lo hemos conseguido —dijoUrceus, riendo como un poseso—Joder, qué bien que lo hayamos

conseguido! —Casi. Ahora tenemos qu

encontrar a Pera —añadió Quintucon un susurro.

Lo harían juntos, sin implicar a

Page 1510: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1510/1720

Placidus y a los demás. No podíaechar las culpas a sus compañerode tienda si habían estado con emanípulo durante todo el ataqueCorax quizá se diera cuenta de laausencia de la pareja, pero no

podría hacer nada hasta queregresaran. Quintus ya habíapensado una excusa: dirían que se

habían alejado de la unidad aenzarzarse en una pelea y queuego les había costado encontrarlade nuevo entre tanta confusión.

Corax apareció procedente de lapuerta de más abajo.

 —Está abierta, pero prefiero qu

no nos confiemos en exceso. E

Page 1511: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1511/1720

ejército todavía no está en enterior. —Tenía una trompeta eas manos—. Esto es romano. Lodebieron de coger después denuestro primer asalto. Crespo¿sabes tocarla?

 A Quintus se le cayó el alma aos pies. Era otro reconocimiento ao que había hecho.

 —Haré lo que pueda, señor. —Se llevó el instrumento a los labiosrespiró hondo y sopló con todas sufuerzas. El sonido discordante quebrotó hizo que Corax y Urceus setaparan los oídos. Quintus soplóuna y otra vez, rasgando el aire

nocturno con su cacofonía hasta

Page 1512: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1512/1720

que se quedó sin aliento.Riendo todavía por lo bajo

Corax ahuecó una mano junto a lacabeza y se asomó por la muralla.

 —Escuchad. Al comienzo Quintus oyó lo

gritos de los oficiales. Luego, econocido golpeteo contra el suelode miles de sandalias al unísono

Las legiones de Marcelo, que sehabían congregado al amparo de laoscuridad para la ocasiónrespondían a la llamada.

 —Siracusa es nuestra, señor —anunció orgulloso.

 —Todavía no te mereces el vino

Crespo —advirtió Corax, pero yo

Page 1513: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1513/1720

diría que podría ser tuyo al final dea jornada si los dioses continúasonriéndonos tal como han hechohoy. Ahora tenemos las órdenes detomar primero Epipolae, la zonasituada al oeste de aquí. Tenemos

que estar preparados para repeleos ataques enemigos desdecualquier dirección. La respuesta

más probable provendrá del este oel sureste, hacia Acradina y OrtygiaAhí es donde nuestros espías diceque está Epícides. No querrá que laciudad caiga en nuestras manos sioponer resistencia.

 —Que vengan, señor —dijo

Urceus con vehemencia.

Page 1514: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1514/1720

 A Corax se le veía satisfecho. —Ha llegado el momento de

nfundir el miedo del Hades en ecorazón de quienes están en enterior de las murallas. Haced emáximo ruido posible a partir de

aquí. Nos dirigiremos al sur, haciaos límites de Epipolae. Reuníos coel resto de los hombres en e

exterior. —Se marchó incluso antesde que acabaran de responder. —Ha llegado nuestro momento

—siseó Quintus.Urceus alzó el gladius, rojo de

extremo a la empuñadura. —Sí, ha llegado el momento de

vengar a Marius.

Page 1515: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1515/1720

Page 1516: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1516/1720

muy arriesgado a Artemisa saliendodel recinto amurallado, antes deponer en fuga a una patrullaromana numerosa, se habíapropagado por la ciudad comolevada por el viento.

Habría sido muy distinto si a loegionarios no les hubiera entradoel pánico al oír el carnyx de Kleitos

pero Aurelia se había abstenido decomentarlo. Había valido la penaevantar la moral de todos de aquemodo, puesto que los largos mesede asedio habían pasado facturaIncluso Hanno, que, igual que ellahabía disfrutado de un período de

ibertad en Acragas, se había

Page 1517: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1517/1720

cansado de todo aquello. Ellaestaba muy harta, de la escasez decomida y artículos de primeranecesidad como el aceite para laámparas; de los refugiados, quedespués de huir de las legione

romanas a medida que seacercaban, abarrotaban la ciudadde los soldados que se creían co

derecho a acosar a todas lamujeres medianamente pasableque veían. Aurelia suspiró arecordar a Cara Picada. Hasta emomento no se habían vuelto arepetir incidentes como aquel, nosalía muy a menudo y llevaba una

capa con capucha cuando salía

Page 1518: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1518/1720

Page 1519: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1519/1720

o dos. La pequeña moneda de plataque Aurelia les daba una vez a lasemana hacía que no se leolvidara. También era una suerteque a los niños les gustara dar decomer al gato porque así Aurelia no

tenía que encargarse de loroedores muertos. Les habíansistido en que lo hicieran en uno

de los callejones cercanos. Al cabo de un rato se levantó se vistió. Los rayos del sol habíaempezado a filtrarse por larendijas de las contraventanas, locual significaba que ya casi era horade empezar la jornada. Si iba ahora

a la panadería, tenía má

Page 1520: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1520/1720

posibilidades de conseguir algo depan. Además sabía mejor reciésalido del horno. Aurelia tambiécayó en la cuenta, con emoción, deque los pescadores habríaregresado de sus faenas nocturnas

E l pescado era uno de los pocoalimentos que abundaban y Hannoseguro que disfrutaría con un plato

de atún o caballa fritos. Valía lapena caminar varias calles hasta lapescadería para ver qué había. Y yaque estaba, podía comprahortalizas en el mercado.

Sintió entonces una punzada deaflicción. Seguía pareciéndole

extraño plantearse salir sin Publius

Page 1521: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1521/1720

«Te echo de menos todos los díaspequeñín —pensó—. Que los diosecuiden de ti en el Elíseo. Me reuniréallí contigo algún día.» Cuandohabía muerto, había queridoreunirse con él todos los días, pero

su amor por Hanno le había hechosuperar ese sentimiento. Solo sevivía una vez y había que

aprovechar, no acabar de formaprematura. Ya volvería a ver aPublius cuando le llegara emomento. Antes de eso confiaba etener hijos con Hanno. No ahoraporque sería una locura, sinocuando llegara la tan anhelada paz

Hasta entonces, seguiría tomando

Page 1522: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1522/1720

as hierbas que vendían ciertacomadronas.

Un chico gritó en la calle Aurelia sonrió. Era el líder fornido pelirrojo de los cazadores de ratasHanno había dicho que, a excepció

del color del pelo, el muchacho lerecordaba a sí mismo de niño. Ladea de tener una versión e

miniatura de Hanno que cuidaenterneció a Aurelia. Cogió la cestade mimbre y el monedero y sepreparó para salir.

Tan-tara. Tan-tara-tara. E

sonido se repitió una y otra vez

Page 1523: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1523/1720

an-tara. Tan-tara-tara. Tan-tara.an-tara-tara.

El sonido arrancó a Hanno de laprofundidades del inconsciente. «Euna trompeta —pensó con apatía—Una dichosa trompeta. Quienquiera

que la esté tocando deberíametérsela por el culo. Así secallaría.»

Otros hombres se movieron gritaron enfadados. —¡Lárgate! ¡No estamos de

servicio! ¡Hoy es día de festivadiota!

Para frustración de Hanno, etrompeta hizo caso omiso de s

descontento. El ruido continuó

Page 1524: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1524/1720

hasta que se despertó lo suficientepara reconocer el entorno. Estabatumbado en un suelo sucio, eparte debajo de una mesa. Kleitoestaba despatarrado a su ladonconsciente. Entre ellos había una

arra de vino que milagrosamenteseguía en pie. Se dio cuenta de queseguían en «El tridente de

Poseidón.» Alargó una pierna y ledio una patada a Kleitos. —Grrrr —gruñó Kleitos—. Cielos

me duele la cabeza. —A mí también —reconoció

Hanno intentando encontrasuficiente humedad en la boca

pastosa para escupir. Como no lo

Page 1525: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1525/1720

consiguió, se apoyó en un codo dio un trago al vino. El sabor ácidoe hizo atragantarse. Lo engulló detodos modos y dio un segundotrago.

 —El alcohol que nos quitó la

resaca —musitó, ofreciéndoselo aKleitos—. ¿Quieres un poco?

Tan-tara. Tan-tara-tara.

 A Kleitos, cuya expresión ernerte y exhausta, le cambió lacara. Miró fijamente a Hannoboquiabierto.

 —¿Hace rato que suena esto? —Un poco. ¿Por qué? —Los griegos no usa

trompetas. —Kleitos se incorporó

Page 1526: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1526/1720

de golpe ayudándose en la mesa—ARRIBA,  ARRIBA, PUTOS GUSANOS! ¡LO

ROMANOS ESTÁN EN EL INTERIOR DE L

CIUDAD! ¡ARRIBA! ¡ARRIBA!Enseguida se armó u

escándalo.

Las náuseas que Hanno habíasentido se intensificaron. Se tragóel mal sabor de boca y se levantócon dificultad.

 —¿Cómo? ¿Cómo es posible quhayan entrado?

 —¡Yo qué sé! —gritó Kleitos. Fu

de un lado a otro con ojodesorbitados y apareció al cabo deun momento con la espada y e

tahalí—. ¡Habrá sido un traidor! —

Page 1527: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1527/1720

exclamó con una sonrisa amarga—Así es como se toman siempre laciudades, ¿no?

 —Supongo. —Hanno encontró sarma debajo de la mesa, junto coel casco. Al menos habían ido a la

taberna sin pasar por casa paracambiarse. Él y Kleitos todavíalevaban la armadura—. ¿Desde

dónde sonaba la trompeta? —¿Quién coño lo sabeSalgamos a averiguarlo.

Hanno observó a los hombreque le rodeaban, que eran de variaunidades distintas y sin duda dedistinta calidad. Algunos parecía

veteranos, pero la mayoría era

Page 1528: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1528/1720

óvenes que se habían vistoabocados al servicio cuando senició el asedio. Sus rostroaterrados resultaban lo bastanteelocuentes.

 —¡Tú! Tú. ¡Tú y tú! —gritó

Kleitos. Los cuatro soldados a loque había señalado, veteranosrespondieron, lo cual ya era algo

pensó Hanno. Se acercaroarrastrando los pies. —¿Señor? —preguntó uno de

ellos. —Coge todas las armas qu

puedas y reúnete con nosotros eel exterior —ordenó Kleitos—

Rápido!

Page 1529: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1529/1720

 —Señor. —Empezaron arebuscar por el suelo entre vasorotos, vino derramado y vómitos.

El caos reinaba en el exterior. Yano se oía la trompeta, pero la gentecorría desesperada de un lado para

otro. Los soldados deambulabapor ahí en grupos de dos o tresmuchos todavía borrachos. U

oficial medio vestido bramó órdenedesde la ventana de un primer pisoa tropa no le hizo ni caso. Lanoticias contrapuestas llenaban eambiente: los romanos habíaderribado varias puertas; ya habíamatado a la mitad de la guarnición

Epícides había sido asesinado; una

Page 1530: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1530/1720

flota de trirremes enemigos habíaentrado en el Puerto Grande. Unamujer que llevaba un bebé lloróavanzaba a trompicones presa depánico llamando a un niño mayoque se había perdido. Un loco co

mechones largos y sucios y unamirada penetrante anunció el fidel mundo. Los tenderos que

habían abierto sus puertas hacíaunos momentos, las cerraron degolpe.

Hanno se esforzó por mantenea calma. A pesar de su experienciaen combate, nunca se habíaencontrado en una situación como

aquella. «Aurelia —pensó—

Page 1531: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1531/1720

Aurelia. —El hecho de que fuerromana no significaría nada paraos legionarios enloquecidos por lased de sangre—. Que los dioses laprotejan.»

 —¿Qué deberíamos hacer?

Kleitos respondió agarrando poel brazo a un soldado que pasabaEl hombre dio media vuelta y se

levó la mano a la espada, pero serelajó al ver que Kleitos era uoficial.

 —¿Señor? —En nombre de Hades, ¿qu

está pasando aquí? —exigió Kleitos —Dicen que un grupo de

romanos escaló la muralla de la

Page 1532: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1532/1720

torre Galeagra, señor. Han matadoa la guarnición y avanzado hasta laHexápila. No sé, pero supongo quea llamada del trompeta era paranformar a los cabrones de fueraque habían abierto una o má

puertas. —El soldado seestremeció, como si esperara recibiun castigo por haber difundido una

noticia tan calamitosa. —Gracias —dijo Kleitos—¿Intentas encontrar a tu unidad?

 —Sí, señor. —Bien. Sigue adelante y que lo

dioses nos ayuden a todos.Con un saludo rápido, el soldado

se marchó corriendo. Al cabo de u

Page 1533: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1533/1720

momento, los cuatro veteranosalieron de la taberna, coexpresión somnolienta pero coarmas en las manos.

 —Preparados, señor —dijo ecabecilla a Kleitos.

 —Bien. —Kleitos lanzó unmirada a Hanno—. Mis hombres, os tuyos, están arriba, cerca de la

Hexápila. Va a producirse unaverdadera carnicería. Si ese soldadoestaba en lo cierto, ¡nuestrohombres ya deben de estamuertos!

 —A lo mejor no —replicó Hanno—. Creo que tenemos dos opciones

esperar a ver la respuesta de

Page 1534: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1534/1720

Epícides, arriesgándonos a quehaya acabado todo para cuandoleguemos a la Hexápila cohombres suficientes, o dirigirnos alahora mismo, lo cual podríaasemejarse a lanzarnos por e

cráter que corona el monte Etna. —Mal si lo hacemos y mal si no

—gruñó Kleitos—. ¡Cabrones

bastardos, mamones romanos!«No está seguro de qué hacer —pensó Hanno—, y cada segundoque pasa es como sdesperdiciáramos diez.»

 —Dirijámonos a la Hexápila —declaró—. Tengo la intuición de que

Epícides todavía se está rascando e

Page 1535: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1535/1720

culo.Kleitos meneó la cabeza.

 —Sí. Es el mejor plan. —¿En qué dirección? —preguntó

Hanno, que apenas sabía orientarsepara ir a la taberna desde donde

vivía, y mucho menos encontrar laHexápila.

Kleitos señaló a la derecha

donde había más gente. —Por ahí. —Conozco las callejuelas de po

aquí, señor —se ofreció voluntariouno de los veteranos—. Se vamucho más rápido.

 —Indícanos —ordenó Kleitos—

Avanza lo más rápido posible. N

Page 1536: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1536/1720

podemos perder ni un segundo. —Sí, señor. —El veterano se

puso en camino a toda prisaseguido de Kleitos en primer lugar después de Hanno y los demás.

Hanno se notaba el estómago

revuelto y se dio cuenta de que noe faltaba mucho para echar el vinoque se acababa de tomar, pero esa

era la menor de supreocupaciones. Era probable quea ciudad ya estuviera perdidaLlegarían a la Hexápila, loromanos les matarían y moriríapor nada. Mientras tanto, Aureliaestaba sola e indefensa en su

aposentos. En aquel momento la

Page 1537: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1537/1720

extremidades de Hanno estuvieroa punto de traicionarle, de tantaganas que tenía de correr haciaEuríalo. «Soy el hombre de Aníba—se repetía—. Me enviaron aqupara ayudar a Siracusa a lucha

contra Roma. Es mi obligación está por encima de todo lo demásDe todo.» Mientras seguía

corriendo Hanno deseó que el saboamargo que tenía en la boca sedebiera al vino.

No tenía nada que ver con eso.«Aurelia.»

Según el soldado que los guiaba

Page 1538: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1538/1720

faltaban poco más de veinteestadios para llegar a la HexápilaEn circunstancias normales, Hannose habría esperado cubrir esadistancia a una velocidadconsiderable. Hoy era distinto

Aunque fueron bastante rápido eos callejones diminutos y senderoestrechos que discurrían entre la

casas, la muchedumbre con la quese encontraban cada vez que salíaa una vía principal les entorpecía epaso. De no ser porque ibaarmados, y decididos, habríaavanzado muy despacio. Kleitos notardó en ordenar que hicieran una

advertencia verbal a lo

Page 1539: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1539/1720

transeúntes para que se apartarade su camino antes de emplear lopuños o la parte lisa de las espadapara obtener el resultado deseado.

Si los barrios de Acradina yche estaban atestados, las calles

situadas más allá de los muronternos estaban abarrotados comoa pesca salada en un tonel. Lo

guardas resacosos y conmocionadohabían abierto las puertas y justoestaban dejando entrar al aluvióde refugiados. Hanno supuso queestaba bien saber que Acradina yche seguían en manos

siracusanas, pero de todos modos s

entraban todos los habitantes de

Page 1540: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1540/1720

Epipolae, las provisiones no ledurarían demasiado. Consiguierocruzar las puertas en el sentidocontrario de la marabunta de genteAl otro lado, la muchedumbre quvenía hacia ellos les impidió

avanzar a algo que no fuera pasode tortuga. Los hombres gritabaasustados y maldecían en vano. U

sacerdote de rostro sonrojadoexigió que lo dejaran pasar anteque a los demás. Los bebés y loniños pequeños gemían y lamadres acosadas intentabacalmarles. Un par de burrorebuznaban descontentos.

 —Maldita sea, para cuand

Page 1541: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1541/1720

leguemos ahí, será demasiadotarde —dijo Kleitos, frunciendo eceño.

Más allá del dolor de cabezacegador, Hanno estaba pensando lomismo. Allá donde estuvieran lo

romanos, la gente correría hacia eotro lado. El enemigo estaríadesplazándose rápido, como e

agua de lluvia de una tormenta queva abriendo nuevos senderos en esuelo polvoriento. Antes de queEpícides consiguiera congregar asuficientes tropas, varias zonas dea ciudad habrían caído. Suhombres tampoco tendrían la fuerza

mental para luchar por culpa de la

Page 1542: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1542/1720

ngentes cantidades de vino quehabían consumido a lo largo de lodos últimos días. A Hanno leembargó la amargura. ¿Quédiferencia iba a suponer para eresultado seis soldados, po

ejemplo? ¿Qué diferencia podíamarcar él? La respuesta clamorosaa ambas preguntas era «ninguna»

Mientras que si llegaba hastaAurelia, quizá pudiera sacarla deallí, antes de que los romanolegaran al barrio situado cerca deEuríalo. No tenía ni idea de adóndepero cualquier cosa era mejor queque ella se quedase esperándole

aterrada.

Page 1543: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1543/1720

 —Kleitos —dijo.Su amigo le miró.

 —Ve.Hanno se lo quedó mirando

consternado. —No tienes que demostrarme t

ealtad —declaró Kleitos en vobaja—. Tu espada no va a cambiao que pase hoy en la ciudad, pero

quizá le salves la vida a Aurelia. —Yo... —Si hubiera tenido la

oportunidad, habría hecho lo mismoen Enna, por mi mujer. Ve, Hannoy que los dioses te protejan. —Kleitos le tendió una mano—. No

vemos en Acradina.

Page 1544: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1544/1720

Se estrecharon la mano. —¿Tú crees que Acradina

resistirá? —preguntó Hanno. —Espero que sí, joder. Si no, ho

caerá Siracusa entera. No quiero npensarlo.

 —No. —Hanno había pensadoutilizar los túneles situados cercadel fuerte de Euríalo, pero au

haciendo eso seguirían estando eel interior de las fortificacioneromanas. En realidad tambiésuponía desertar. A pesar de ladesesperación por salvar a AureliaHanno no podía hacer eso. Tomóuna decisión. En Acradina seguiría

uchando. Tendrían acceso a

Page 1545: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1545/1720

Ortygia y a barcos. Si era necesarioquizá fuera más fácil huir por ma—. Muy bien. Nos dirigiremos allGracias, Kleitos. Que Zeus Sóter teproteja.

 —Necesitaremos su ayuda

¿Sabes hacia dónde ir? —Sí. Reconozco esta plaza. —

Hanno no sabía qué más decir. Era

probable que él y Kleitos novolvieran a verse. Se miraron a loojos y vieron reflejados el mismosentimiento intenso—. Adiós. —Apartó la mirada y desapareció poun callejón situado a la izquierda.

Perdió la noción del tiempo

durante el trayecto siguiente. A

Page 1546: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1546/1720

veces iba caminando y otras vececorriendo. Se abría paso aempujones, se metía por entrehuecos estrechos que le dejabaarañazos en la armadura de bronceNo tardó mucho en tener que para

para vomitar. Por desgracia, no lealivió las náuseas y se le intensificóel dolor de cabeza. En otra

circunstancias, se habríacompadecido a sí mismo. Ahoragnoró el sentimiento y siguióadelante. Se puso a cuatro patapara dejar atrás un carro quebloqueaba una calle estrecha. Apoco, frustrado por un barrio que

estaba totalmente paralizado, subió

Page 1547: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1547/1720

a toda velocidad las escaleras de ubloque de viviendas y se encaramóal tejado. La vista que contemplóhizo que un sudor frío le recorrieraa espalda. Desde todas partes deEpipolae se elevaban columnas de

humo negro. El sonido de los gritono daba pie a confusión ni tampocoel fuerte tintineo de las armas. No

se había contenido a los romanos tampoco era posible hacerloentonces. Se giró soltandomaldiciones.

Era peligroso caminar por latejas de arcilla roja y en más deuna ocasión estuvo a punto de caer

Sin embargo, la escasa distancia

Page 1548: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1548/1720

que había entre los edificios resultóser ventajosa porque podía saltade uno a otro. Así fue como evitó lazona de calles atestadas. Cuandolegó el momento de bajar de lotejados, Hanno le dio un susto de

muerte a una anciana al caer justodelante del rellano en un momentoen que tenía la puerta abierta

Sonrió y levantó las manos abiertapara indicarle que no quería hacerleningún daño y bajó traqueteandoas escaleras. No tenía ningúsentido decirle nada a la viejaEstaría más segura quedándosedonde estaba que arriesgándose a

salir a las calles enloquecidas. Le

Page 1549: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1549/1720

costó mucho más resistirse a loruegos de una joven y atractivamadre con dos niños, que le insistiópara que la llevara a algún lugaseguro.

 —No puedo, lo siento —dijo

Hanno sin mirarla. —Llévanos contigo, por favor —

suplicó—. Se nota que eres un bue

hombre. No te causaremos ningúproblema, te lo juro. —Con uprofundo sentimiento de culpa y umartilleo infernal en las sienesmasculló una excusa y la dejósollozando detrás de él.

Por suerte, la muchedumbre y e

pánico se aligeraron un poco a

Page 1550: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1550/1720

medida que Hanno se alejó decentro de la ciudad. La genteseguía acudiendo en tropel haciaAcradina y Tyche, pero por lomenos había espacio paradesplazarse por las calles. Aquella

situación agravó su preocupacióen vez de mitigarla. ¿Y si Aurelia yase había marchado de su vivienda

Resultaría imposible localizarlaEchó a correr a toda velocidad ycubrió los últimos cinco estadios emenos de lo que había tardado erecorrer el primero. En la casanecesitó unos instantes parasecarse el vómito y el sudor que le

cubría toda la cara. Por todos lo

Page 1551: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1551/1720

dioses, ¡cuánto se arrepentía dehaber bebido tanto la nocheanterior!

Sintió un gran alivio cuando oyóa Aurelia moviéndose en el interioen cuanto golpeó la puerta con e

puño. —¡Aurelia! ¡Soy Hanno!Se produjo un breve silencio.

 —¿Hanno? —Sí, estoy aquí. Aurelia descorrió el cerrojo

abrió la puerta y lo miró con ojoenrojecidos antes de echarse a subrazos.

 —¡Oh, Hanno! Cuánto miedo h

pasado. Los gritos de la calle

Page 1552: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1552/1720

resultaban aterradores. La gentedice que los legionarios nomatarán a todos.

 —De eso nada —mintió. —Sabía que vendrías.Gracias a los dioses que no sabía

o a punto que había estado de nor, pensó con sentimiento de culpaabrazándola con fuerza. Por lo

menos estaban juntos. Siembargo, qué no habría dado paraque Mutt y sus libios estuvieratambién a su lado.

Page 1553: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1553/1720

24

24

Un par de horas después deniciar la búsqueda de Pera, Quintu

se vio obligado a reconocer que lodioses no tenían intención deayudarles. El caos absoluto que

reinaba en la ciudad había

Page 1554: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1554/1720

dificultado la búsqueda. Acomienzo no estuvo mal, hasta queregresaron a Galeagra, dondeconfiaban que él continuara. Siembargo, no había visto ni rastrode Pera ni de nadie de su unidad

L o s hastati que para entonceocupaban el puesto ni siquierasabían quién era.

 —Olvidaos de vuestrcomandante —le había aconsejadouno de ellos, suponiendo que esoera lo que Pera era—. Ya osencontrará más tarde. Hastaentonces, ¡haced lo que queráis!

Los compañeros del soldado se

habían reído con crueldad y a

Page 1555: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1555/1720

Quintus le habían venido a la menteas imágenes siniestras de Enna.

Para entonces la guarnición sehabía despertado, pero no oponíaningún tipo de resistenciaorganizada. Por aquí y por allá

aparecían pequeños grupos desoldados enemigos, pero estabaclaro que la mayoría estaba

demasiado borrachos oncapacitados para luchar, o habíansalido a trompicones al exterior sini siquiera coger suficientes armasSus oficiales estaban desaparecidoo se sentían intimidados por lacantidad de legionarios que

abarrotaban la ciudad. Quintus vio

Page 1556: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1556/1720

Page 1557: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1557/1720

ahuyentar a las fuerzas enemigaque estaban en una vía importanteUna vez hecho, les resultó bastantefácil fundirse otra vez en el caosMientras buscaban a Pera, aQuintus le venían imágene

extrañas a la mente. En la plaza deun mercado encontraron aegionarios atiborrándose del vino

que habían cogido de un almacénAlgunos ya estaban borrachos y sebañaban en la fuente central, coos tahalíes y espadas envainadacomo única vestimenta. Vierogallinas correteando de aquí paraallá en un callejón intentando

escapar de las zarpas de un par de

Page 1558: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1558/1720

velites que no paraban de reír. Biencargados de hogazas de pan pasteles recién hechos, loegionarios pisoteaban simiramientos el cuerpo destripadode un panadero. Cinco caballo

pertenecientes a la caballeríaenemiga galopaban desbocados pouna calle, lo cual hacía que tanto

romanos como siracusanobuscaran un lugar para protegerse.No obstante, la mayor parte de

o que veía Quintus era mucho peoe imposible de ignorar. En medio deun pasaje había el cadáver de uniño o niña, Quintus no sabía

decapitado. En otro, un anciano

Page 1559: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1559/1720

despatarrado encima de una mujede la misma edad, intentandoprotegerla incluso muerto. Lehabían apuñalado a ambos tantaveces que tenían la ropa empapadade sangre. Una mujer embarazada

ntentaba parir donde estabatumbada, aunque moriría inclusoantes de acabar el alumbramiento

debido a la gravedad de las heridaque tenía. Un bebé diminuto copañales gimoteaba angustiadodesde los brazos de su madremuerta. Las órdenes, los gritos deguerra y el choque de las armareverberaban en el ambiente. Co

ellos se mezclaban gritos de terro

Page 1560: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1560/1720

y voces agudas que invocaban a lodioses y diosas, implorando sayuda, su intervención, cualquiecosa con tal de acabar con lamatanza o encontrar a familiareperdidos en la confusión. También

había otro sonido constante: lochillidos terribles de las mujerevíctimas de violaciones. Quintu

hizo un gran esfuerzo para queaquellas escenas no le afectaran.En un momento dado a lo largo

de la mañana el ruido de la luchase tornó ensordecedor. Los amigosno tardaron en averiguar por quéEpícides había partido co

determinación desde Ortygia con s

Page 1561: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1561/1720

ejército. Todos los soldadosromanos tenían que dirigirse hastael extremo de Epipolae paraponerse a disposición de looficiales allí presentes.

Urceus fue quien quiso poner fi

a su búsqueda. —Reconócelo, Crespo. Nunca le

encontraremos. No le hemos visto

el pelo a ese cabrón. La situacióme disgusta tanto como a ti, peroha llegado el momento de buscar aCorax y a nuestros hermanos. Si noalgún oficial hijo de puta va aacusarnos de eludir nuestraobligación. Ya hemos tentado

demasiado a la suerte en ese

Page 1562: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1562/1720

sentido.Quintus frunció el ceño. Po

mucho que le doliera, su amigotenía razón.

 —Muy bien.No fue difícil saber qué direcció

tomar. Todos los soldados romanosque estaban a la vista se dirigíahacia el sur o el sureste. Lo

oficiales les metían prisa con gritoalentadores, pero las calles estabatan llenas que iban despacio. A lodos amigos no les quedó máremedio que caminar fatigosamental ritmo de la muchedumbre y, acabo de un rato, Quintus se hartó

Vio un callejón que discurría

Page 1563: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1563/1720

formando ángulos rectos corespecto a la vía en la que estabay le dio un codazo a Urceus.

 —Vamos a probar por ahí. Notenemos nada que perder, ¿no?Siempre podemos volver sobre

nuestros pasos o atajar por otracalle que esté menocongestionada.

Gruñendo entre dientes, Urceusiguió a Quintus. Al cabo de diepasos, se paró en seco.

 —Estamos pisando excrementohumanos. Menudos guarros lofollaculos de los siracusanos.

 —Sigue adelante. Donde esto

yo no hay nada de eso —mintió

Page 1564: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1564/1720

Quintus. Cuando emergieron por eotro extremo del callejón, noparaba de reír por lo bajo.

 —Cabrón. Me las pagarás poesto —amenazó Urceus, intentandoquitarse los excrementos de la

sandalias. —Puedes intentarlo —replic

Quintus, disfrutando del alivio

momentáneo. Atajando por callejones siempreque les fue posible, avanzaron a uritmo considerable. El sonido demetal contra el metal y los gritos dos hombres fue acercándoseQuintus notó que se le encogía e

estómago, como le ocurría siempre

Page 1565: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1565/1720

antes de una batalla. Miró a Urceusque se humedecía los labios.

 —No falta mucho, ¿eh? Cotodos los que estamos en el recintoamurallado de la ciudad, losiracusanos no tendrán mucho

ánimos para pelear. —Esperemos. —Daba la

mpresión de que Urceus tampoco

tenía muchas ganas de peleaporque miró de soslayo—. ¡MiraUna bodega. La puerta está abierta¿Por qué no tomamos algo rápidoSolo una copa. Así templaremos lonervios.

 —Sí. ¿Por qué no? La batalla

puede esperar un poco más —

Page 1566: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1566/1720

repuso Quintus. El vino quizámitigara el horror de algunas de laescenas que acababa de ver.

Pero lo que vieron en el interioapartó de su mente toda idea debeber vino.

Había un hombre caído contra emostrador con la cabeza en epecho. Tenía una mano ahuecada

con ademán protector por encimadel vientre. La sangre le rezumabapor entre los dedos, le cubría lacota de malla y le manchaba lopteryges de escarlata. Un reguerorojo y brillante que había en esuelo le llegaba a los pies e

ndicaba el recorrido que había

Page 1567: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1567/1720

seguido después de que loapuñalaran.

Corax.Quintus enseguida miró e

derredor, pero no vio a nadieEscupiendo maldiciones, corrió a

ado de su centurión. Urceus iba upaso por detrás. Se arrodillaron y smiraron el uno al otro con expresió

temerosa. —¿Está muerto? —susurróUrceus.

Quintus alargó el brazo y tocó lamejilla de Corax. Estaba fría perono sepulcral. Inclinó la cabeza decenturión con sumo cuidado. Se oyó

un fuerte clanc cuando el casco de

Page 1568: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1568/1720

Corax tocó la pared. Gimió parpadeó. Quintus y Urceuntercambiaron otra miradaesperanzada en esta ocasión.

 —¿Señor? —murmuró Quintus—¿Me oyes?

Corax dejó escapar otro gemido —Tenía que haber... tenía que

haberlo sabido...

 —Soy yo, Crespo, señor. Urceustambién está aquí.Corax hizo una mueca.

 —Crespo, Urceus... —Al cabo deun momento, abrió los ojos—Quitadme el casco. Tengo lampresión de que es de plomo.

Quintus se apresuró a desatarle

Page 1569: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1569/1720

el barboquejo y le quitó el casco. Eforro estaba empapado de sudor.

 —Eso está mejor —musitóCorax.

 —Déjame que le eche un vistazoal vientre, señor —se ofreció

Quintus mientras acercaba lamanos a la hebilla del cinturón deCorax.

 —Déjalo. —En la voz de Coraxreapareció un atisbo de su durezacaracterística—. Estoy acabado.

En esta ocasión, Quintus Urceus intercambiaron una miradade desesperación.

 —¿Tienes sed, señor? —

preguntó Quintus.

Page 1570: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1570/1720

 —No. —Corax consiguió soltauna risita—. Resulta irónico morien una bodega sin ni siquieraprobar lo que ofrece. Ah, Crespotenías razón. Tenía que habermedado cuenta.

Quintus notó un temor funestoque se le agazapaba en el vientrepero no se atrevió a verbalizarlo.

 —No te entiendo, señor. —Que Pera era un canallaasesino.

Una profunda ira ensombreció lavista de Quintus. Oyó que Urceupreguntaba:

 —¿Pera te ha hecho esto, señor

¿No un siracusano?

Page 1571: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1571/1720

 —Pera. Fue Pera. Me convenciópara venir aquí con una artimañaprometiéndome la mejor cosechaque había probado jamás. Fui tambécil de dejar marchar a mihombres diciéndoles que ya no

encontraríamos más tarde. —Coratosió. Tenía flujo en la saliva—. Meatacó en cuanto estuvimos solos

No tuve ninguna posibilidad. A Quintus le entraron ganas debuscar a Pera y hacerlo picadilloaunque en su interior sabía que ecenturión se habría marchado hacíatiempo.

 —¿Por qué lo hizo, señor?

 —Por... por el poder que tenía

Page 1572: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1572/1720

sobre él. Le preocupa que Marcelodescubra que es un mollis.

Los amigos dejaron escapar ugrito ahogado al unísonoconmocionados. Amar a otrohombre estaba prohibido en e

ejército.Quintus pensó que seguro que a

Pera también le había fastidiado

sobremanera que Corax le hubieradefendido. Sintió un sentimiento deculpa abrumador.

 —Nunca imaginé que memataría otro centurión... —La vode Corax se apagó.

Por un momento, Quintus pensó

que Corax había muerto. Una

Page 1573: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1573/1720

ágrimas calientes le resbalaron poas mejillas. Urceus se sentía igual.

 —Era el mejor centurión de todoel ejército romano, con diferencia —susurró.

Corax respiró de forma

entrecortada y se recuperóvisiblemente.

 —Sois hombres buenos, los dos

Prometedme que acabaréis coPera por esto. Odiaría morirmepensando que va a quedar impune.

 —Mataré a Pera aunque sea loúltimo que haga, señor —prometióQuintus.

 —Lo mismo digo —asever

Urceus con fervor.

Page 1574: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1574/1720

Satisfecho, Corax cerró los ojosAl cabo de un momento seestremeció.

 —Tengo frío.Quintus no veía nada en el loca

que pudiera servirles de manta

pero para cuando volvió a mirar aCorax, era demasiado tarde. Ecenturión ya no respiraba. Había

vuelto a abrir los ojos y tenía lamirada vidriosa. Quintus le buscó epulso pero no lo encontró. Senclinó hacia los labios de Corax afin de permitir que el alma lesaliera del cuerpo.

 —Ha muerto desangrado. —L

voz de Urceus estaba preñada de

Page 1575: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1575/1720

emoción—. Ha muerto desangradocomo un cerdo degollado.

 —El cabrón hijo de puta de Perapagará por esto —dijo Quintus—Aunque tenga que perseguirlo eresto de mi vida.

 —No estarás solo.Los dos lloraron si

avergonzarse de ello. Había

pasado por mucho juntos y Corasiempre había estado ahí paradirigirlos. Había sido una presenciapermanente en sus vidas, al iguaque un gran malecón contra el queas olas rompen sin cesar. Pocomplicada que hubiera sido la

situación, siempre habían podido

Page 1576: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1576/1720

confiar en él. Los desastres derasimene, Cannae y, más

recientemente, Siracusa no habíahecho flaquear su determinación. Yahora estaba muerto, así, derepente. Asesinado por uno de lo

suyos. Qué sinsentido tan grandepensó Quintus con amargura. Perapagaría con su vida por lo que

había hecho.Cuando hubieron controlado sra y expresado su dolor, tumbarona Corax en el suelo de un almacévacío con las manos cruzadas sobreel pecho.

 —Esperemos que ninguno de lo

nuestros lo toque —dijo Quintus

Page 1577: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1577/1720

consciente de que algunos soldadono se lo pensarían dos veces antede coger una espada tan bonitacomo la de Corax.

 —Con un poco de suerte, lenteresará más el vino. Tampoco

entrará aquí ningún siracusanoEstán todos cagados de miedoCorax descansará aquí hasta que

podamos volver a por él.Quintus asintió entristecido. —Sí. Tenemos que encontrar a

resto del manípulo. Contarles loocurrido.

 —Que los dioses ayuden a Peracuando se lo contemos a los chicos

Querrán arrancarle la

Page 1578: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1578/1720

extremidades una por una. —A lo mejor tenemos suerte y

nos lo encontramos en algún sitioSi lo matamos hoy, ofreceré un torode primera a Fortuna —juróQuintus.

 —Que sean dos. Y si no loencontramos, bueno, ya loencontrará algún siracusano. —

Urceus soltó una risa desagradableQuintus identificó el mismosentimiento negativo en su interiorNo tenía ningún interés en matar aciviles desarmados, pero dejar a losoldados enemigos tirados en ebarro era harina de otro costal. No

serviría para recuperar a Corax

Page 1579: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1579/1720

pero les ayudaría a liberar parte dea rabia abrumadora que sentíanDe un modo salvaje y ancestrapodría considerarse un sacrificio ehonor del centurión. Después deeso, Quintus quería vino. Más vino

del que había bebido en su vida.Luego, si Pera no estaba muerto

todavía, Urceus y quienes quisiera

participar podían empezar a urdisus planes. Se trataba de un asuntoque ellos, los soldados rasostendrían que solucionar por smismos puesto que no habíamanera de demostrar el crimen dePera. El hecho de saber que su

compañeros querrían ayudar no

Page 1580: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1580/1720

alivió demasiado el dolor deQuintus, que era como un peso quee presionaba el pecho. Pero leservía para centrarse, lo cuaagradecía. Sin eso se habría sentidoperdido. «Sigue respirando —pensó

—. Sigue caminando. Haz lo quCorax habría deseado. Sigue covida.»

 Al comienzo, Hanno y Aureliahicieron progresos considerables

Su plan era seguir el muroseptentrional de la ciudad a lo largode una cresta que iba desde la

fortaleza de Euríalo hasta el mar

Page 1581: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1581/1720

ras unos quince estadios, tendríanque bajar por la colina hasta ebarrio amurallado de Neapolisdonde esperaba poder refugiarseSin embargo, si había caídoAcradina y las poderosas defensa

estaban cerca. La idea le habíaparecido excelente, pero Hanno sehabía dado cuenta, frustrado, de

que no era la única persona a laque se le había ocurrido la mismadea.

 Al cabo de tres estadios, la calleestrecha y sin pavimentar quediscurría a lo largo de la penumbrade la alta muralla estaba atestada

de gente. Familias enteras —

Page 1582: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1582/1720

abuelos, madres, padres y niños deexpresión aterrada— caminabauntos mientras los adultocargaban a la espalda suposesiones más preciadas. Loperros, mascotas de las familias

corrían arriba y abajo entre logrupos, olisqueando y ladrando sicesar. Un optimista había decidido

levar con él a su cerdo de engordecon una cuerda. Resoplaba y gruñíadescontento por estar entre tantagente. Hanno se echó a reícuando, al cabo de muy poco ratoel animal se hartó y echó a correalocadamente por un callejón, po

o que su contrariado dueño se

Page 1583: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1583/1720

quedó solo con un trozo de cuerdaLos tenderos y artesanoavanzaban a duras penas bajo epeso de sus artículos, herramientay, a juzgar por el sonidotintineante, bolsas de dinero

Incluso había un par decomerciantes con carretasobrecargadas tiradas por bueyes

que casi obstruían el paso en lacalle. —Son tontos —le dijo Hanno a

Aurelia—. En momentos como esteo importante es salvar el pellejoPero ninguno se da cuenta!

 —Eres soldado, Hanno. Sabe

por intuición cómo actuar en una

Page 1584: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1584/1720

situación como esta. Esta gente noo sabe.

 —Esto les provocará la muerte—declaró Hanno con más dureza dea que habría empleado si nohubieran corrido tanto peligro. Si no

e hubiera prohibido a Aureliabuscar a Elira o insistir para quedejara el gato atrás—. A este paso

nunca llegaremos a un lugaseguro. —¿Adónde nos llevas? —

preguntó Aurelia cuando senternaron en un callejón taestrecho que un hombre gordohabría tenido que caminar de lado

por él.

Page 1585: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1585/1720

 —No tengo ni idea. Lo cierto eque da igual mientras sea lejos dedonde estábamos. —Hannomaginaba la matanza que seproduciría si llegaran los legionario—. Necesitamos otra calle qu

discurra hacia el sureste, edirección a Neapolis y Acradina.

 Aurelia le respondió con un

sonrisa no demasiado convincentepero Hanno no tenía tiempo detranquilizarla. El tiempo no habíasido nunca tan esencial.

No tardaron en encontrar unacalle que conducía a donde queríanpero estaba incluso más abarrotada

que la que discurría a lo largo de

Page 1586: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1586/1720

muro. A pesar de no estaplenamente convencido, perosuponiendo que habría menogente, Hanno los condujo más anorte, más cerca del centro de laciudad... y de los romanos. S

estratagema funcionó durante urato. Se abrieron paso por umercado abandonado rodeado de

tiendas y templos y se internaroen una zona residencial acomodadalena de edificios de viviendas detres o cuatro plantas. La mayoría dos inquilinos habían huido y soloquedaban los testarudos, los viejoy los criminales. Unos cuantos de

estos últimos miraron a Aurelia co

Page 1587: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1587/1720

expresión lasciva. Al comienzo, laespada desenvainada y el portefiero de Hanno bastaron parantimidar a esos maleantes, perocuando cinco de ellos se aliaronganaron en osadía. Los humos se

es bajaron en cuanto dos murieroahogados en su propia sangreHanno dejó a los asombrado

supervivientes que se las apañarasolos, mientras empujaba a Aureliapara sacarla de allí.

 —Son unos cobardes. Estaremoa salvo en cuanto ya no nos vean—«De estos, al menos», replicó sado preocupado. ¿Y los miles de

romanos?

Page 1588: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1588/1720

Sin embargo, no vieroegionarios durante un buen rato Hanno empezó a albergar laesperanza de que llegarían aAcradina, su nuevo objetivo. Con loque no había contado era co

perderse. El humo procedente deos edificios incendiados le impedíaorientarse con el sol. No estaba

familiarizado con muchas de lacalles laterales que salían de laavenidas principales y se habíaservido del ruido de las luchas comndicador aproximado para dirigirsehacia el este. Se percató de su errodemasiado tarde. La batalla

asolaba grandes zonas de Siracusa

Page 1589: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1589/1720

y no todos los defensores habíahuido. Cuando se tropezaron con ugrupo de tropas siracusanas amando de un oficial de expresióresuelta, Hanno se vio obligado aunirse a ellos. La llegada de una

ngente cantidad de romanos por eotro extremo de la calle le dio laoportunidad a él y a Aurelia de huir

La pareja recibió toda suerte densultos mientras bajaban corriendopor un callejón. Hanno iba detrápor si les perseguían. Trascincuenta pasos, la calledesembocaba en una zonatriangular flanqueada de tiendas

con una fuente central. Aurelia se

Page 1590: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1590/1720

paró de repente. Hanno miró poencima del hombro y soltó unamaldición. Estaba lleno deegionarios. Algunos saqueaban lonegocios mientras que otroestaban ocupados con varia

mujeres adultas y jóvenes quegemían y a las que habíaapresado. Los cadáveres de quiene

ya habían matado —un par dehombres de mediana edad y uoven— yacían ensangrentadoscomo marionetas desechadas en esuelo.

Desde atrás les llegaba el ruidode gritos y pelea. No podía

retroceder ni avanzar.

Page 1591: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1591/1720

 —¿Qué hacemos? —susurróAurelia.

 —Quedarnos donde estamos —repuso Hanno con determinación.

 —¿Y si nos ven? —Te protegeré. —Sonó tan

estúpido como Hanno habíapensado que sonaría. No eraAquiles y ella también lo sabía.

 —No quiero que me apreseviva. —Eso no va a pasar. —Sé cómo puede acabar esto

Hanno. Prométeme que mematarás si hace falta.

Se estremeció ante la firmeza d

su mirada. Hanno tenía ganas de

Page 1592: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1592/1720

despotricar a los dioses, pero seimitó a ofrecer una plegariasilenciosa a Tanit, la diosa madretan venerada por los cartagineses.

«Protégenos, por favor. No mepidas que mate a la mujer que

amo.» Aurelia no insistió más y se

quedaron a esperar hasta que fuera

seguro retroceder o avanzar. Eracomo el Hades en vida, teniendo ecuenta que los gritos de las mujerey las risas de los hombres leasaltaban los oídos desde un lado el jaleo de los soldados matándoseentre sí desde el otro. No había

forma de evitar oír todo aquello

Page 1593: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1593/1720

cada uno de ellos tenía que vigilaun extremo del callejón.

Hanno había confiado en que lasituación mejorara un poco cuandoa lucha que se desarrollaba a sespalda remitiera. Pero no había

contado con que los siracusanotomaran ventaja y que el oficiarecordara adónde habían ido. Se dio

cuenta cuando tres soldadosiracusanos entraron por uno de loextremos del callejón. Enseguidaes vieron a él y a Aurelia. Echaroa correr gritando entusiasmados.

 A Hanno se le revolvió eestómago. «Estamos perdidos.» S

se enfrentaba a esos hombres, lo

Page 1594: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1594/1720

romanos de la calle más allá leoirían. Si salían del callejón, leverían. ¿Qué destino era peor?

 —Me he fijado en una tiendque hay a la vuelta de la esquina —siseó Aurelia—. Creo que no ha

nadie en el interior. —¡Pues ve para allá! —repuso

Hanno. El trío de siracusano

estaba a treinta pasos. —Espera. Hay un legionario decara a nosotros. —La serenidad deAurelia le sorprendió, perobedeció.

 Al cabo de seis segundos, que leparecieron seiscientos, Aurelia le

dio un golpecito en el brazo

Page 1595: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1595/1720

Agachados, fueron avanzando hastauna zona despejada con Aurelia ecabeza. Hanno no miró más allá dea puerta de la tienda, que estabaentreabierta. Podía delatar supresencia. Sin embargo, no oyó

gritos cuando empujaron la puertapara internarse en el local. Parecíauna botica, el ambiente estaba

mpregnado del olor a hierbaaromáticas y otras sustancias máexóticas. Dos grandes morteros coas manos correspondientedominaban el mostrador y loestantes de las paredes estabalenos de vasijas y pequeños tarro

de cristal. Hanno escudriñó la

Page 1596: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1596/1720

estancia, pero no vio ninguna barrapara atrancar la puerta. Con ecorazón acelerado, se apoyó contraella y presionó la oreja contra lamadera. Aurelia le observó con erostro tenso por el miedo.

 —¿Adónde han ido? —gritó uhombre en griego.

 —Cállate la boca —gruñó un

segunda voz. —¿Por qué? —¡Eh, Julius, más vale qu

acabes pronto! —bramó un hombreen latín—. Tenemos compañía. Sonunos hijos de puta siracusanos quehan venido a salvar a sus mujeres.

 —¡Mierda! ¡Retírate! —gritó e

Page 1597: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1597/1720

primer hombre que había habladoen griego. Hanno se regocijó.

En el exterior reinaba laconfusión porque los siracusanohuían y los legionarios cogían suarmas y les seguían. Cuando e

sonido de los hombres quecargaban en el callejón se huboapagado, Hanno se arriesgó a

atisbar al exterior. Daba lampresión de que todos loegionarios se habían marchado aexcepción de un hombre, cuyotrasero bombeaba arriba y abajoentre las piernas de una mujer.

Hanno salió corriendo y le

apuñaló en la espalda. Acto

Page 1598: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1598/1720

seguido, separó al legionario de lasollozante víctima y le cortó ecuello para rematarlo. La mujermuy jovencita, alzó la vista haciaHanno con la boca abierta por eterror y con el rostro y los pecho

totalmente amoratados. —¡Corre! —ordenó Hanno

apartando el cadáver a un lado—

Busca algún escondrijo! Aurelia quiso ayudar a levantar aa mujer, pero Hanno la apartó.

 —¡No es más que una niña! —protestó Aurelia.

Hanno le sujetó el brazo comás fuerza todavía.

 —No podemos ayudar. Los

Page 1599: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1599/1720

dioses ya han hecho bastantedejándonos sobrevivir. Lo que estápasando ahora no es más que ecomienzo, créeme. Cuandoanochezca, la situación seránfinitamente peor.

Bajó la mirada hacia lamuchacha, que no se había movidode donde estaba.

 —Ponte a salvo, por favor, antesde que vuelvan.La joven giró la cara.

 Aurelia levantó un gladiuensangrentado y le tendió laempuñadura a la muchacha.

 —Coge esto. Puedes usarlo co

ellos o contigo. —Mientras la chica

Page 1600: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1600/1720

o cogía, Aurelia contempló a Hanncon los ojos empañados deágrimas—. Estoy preparada.

Rezando para que la racha demala suerte terminara, Hanno sedirigió a la pequeña calle que

tenían enfrente.Durante un rato no vieron a

ningún soldado de ninguno de lo

bandos. En un cruce situadodoscientos pasos más allá, Hannoempezó a albergar esperanza. Viouna mano humana pintada en unapared con el índice señalando unade las cuatro calles con la palabraACRADINA  en griego. Era poco

habitual encontrar señales en la

Page 1601: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1601/1720

ciudades, por lo que se sintiódoblemente agradecido.

 —Por aquí.Habían recorrido unos cincuenta

pasos cuando un cuarteto deegionarios salió de una quesería

Cada uno de ellos llevaba una piezade queso bajo el brazo. Soltaron ualarido al ver a Hanno y Aurelia y

se pavonearon hacia ellos. —Retroceded —susurró Hanncon frenesí, pero cuando se giró see cayó el alma a los pies. Alertadopor el ruido de sus compañerosotros tres romanos bajaban cogran estrépito las escalera

delanteras de una casa que debía

Page 1602: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1602/1720

de haber estado saqueando. Ecamino hasta el cruce estababloqueado y no había ningúcallejón a la vista. Golpeó unapuerta tras otra, pero todaestaban atrancadas por dentro.

 —Les diré que soy romana —dijoAurelia—. Que no te hagan daño.

 —No te harán caso de nada qu

es digas. Míralos, son como bestiasalvajes. —Hanno se colocó delantede Aurelia y se situó contra la paredde una tienda. En el últimomomento vio un escudo siracusanotirado por el suelo ahí cerca. Locogió y se sintió un poco mejor. Co

un poco de suerte podría abatir a

Page 1603: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1603/1720

unos cuantos enemigos antes deque lo arrollaran o mataran.

 —Dame el puñal —dijo Aurelia—. Yo también sé luchar si están lobastante cerca.

Cuántas cosas le habría dicho

Hanno. Lo contento que estaba deque se hubieran conocido, lo muchoque había disfrutado del tiempo

pasado juntos. Que su sueño habíasido llevarla a Cartago en tiempode paz, donde podrían habeformado una familia. Sin mediapalabra, desenvainó el arma y se latendió.

Mientras se acercaban lo

primeros legionarios con expresió

Page 1604: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1604/1720

asciva, Hanno vio que aparecíados más calle abajo. Se pararoncomo si no estuvieran seguros demplicarse, y entonces se dirigierohacia ellos con una determinaciómplacable. Hanno estuvo a punto

de dejarse embargar por ladesesperación. Siete contra uno erao bastante malo, pero no quedaba

totalmente descartado que él Aurelia hubieran podido escapar.Contra nueve enemigos no

tenían ninguna posibilidad.

Page 1605: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1605/1720

25

25

Quintus y Urceus deambulabasin rumbo por las calles de

Siracusa. Aunque se enzarzaron ealguna pelea ocasional con lopocos soldados siracusanos que

todavía oponían resistencia, s

Page 1606: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1606/1720

verdadero objetivo era encontrar aPera. Si bien eran conscientes deque era improbable que siguiera ea ciudad, no se dieron povencidos. No podían dejar depensar en Corax. Durante más de

cuatro años, el centurión había sidosu líder y guardián y una figurapaternal para ellos. Perderlo era

terrible, pero perderlo de esamanera, asesinado por Pera, era unultraje.

No había rastro de su presa poningún lado, pero no cejaron en sempeño. Mientras prosiguieran locombates, tenían posibilidades de

matarlo sin ser vistos. No obstante

Page 1607: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1607/1720

si las noticias de los legionarios coos que se habían cruzado eraciertas y las tropas se acercaban aAcradina y Tyche, lo más probableera que Pera se encontrara allí. Pomuy mollis y traicionero que fuera

ese cabrón hijo de puta, cumpliríacon su deber.

Su avance se vio frenado por u

grupo de edificios incendiados. Lanubes de humo teñían el cielomientras las llamas acariciaban locostados de las construcciones demadera. El fuego comenzó apropagarse a los tejados y aamenazar a los edificio

colindantes. Se oyeron gritos desde

Page 1608: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1608/1720

el interior. Una mujer saltó por unaventana del segundo piso y scuerpo aterrizó con un golpe sordosobre la calle adoquinada. Ya no semovió más, pero unos legionariose congregaron riendo para

observar a un hombre —¿smarido?— que se asomó a laventana con un niño en brazos. A

verlo, Quintus y Urceus decidieronpor acuerdo tácito y sin mediapalabra, girar sobre sus talones e ipor el otro lado.

Durante un rato, ninguno de lodos habló. Rodeados de tantohorror, poco había que decir.

 —Mira —dijo Urceus.

Page 1609: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1609/1720

Quintus levantó la vista desuelo. A unos cincuenta pasos dopequeños grupos de legionariotenían acorraladas a un par defiguras contra una tienda.

 —No podemos detenerlos —

suspiró. —Pero tendremos que pasar po

su lado o volver a las casa

ncendiadas. —Soy incapaz de ver a niños quemueren saltando al vacío —replicóQuintus rememorando imágenes deEnna—. Sigamos por aquí.

Continuaron hacia loegionarios. La pelea ya había

empezado. Solo dos soldados cada

Page 1610: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1610/1720

vez podían atacar a las víctimasLos demás miraban y aconsejabaa sus compañeros sobre cómodebían proceder. Mientras seacercaban Quintus y Urceus, uno deos legionarios —un hastatus— cayó

al suelo gritando con una profundaherida en el vientre. Uno de loespectadores profirió varia

maldiciones y ocupó su lugar, perosu falta de cautela fue catastróficaEl hombre acorralado —un oficiasiracusano por lo que pudo veQuintus— usó su gran escudo paragolpear primero a un atacante uego al otro. Cuando ambos diero

un paso atrás por acto reflejo, e

Page 1611: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1611/1720

siracusano clavó la espada en ecuello del que había maldecido. Aarrancar el arma de su cuerpo, lasangre salió a borbotones. Eegionario cayó al suelo cual piedraen un pozo.

 —No pelea nada mal —comentóUrceus con admiración—. Lucha aspara proteger a la mujer. ¿Has

visto?Quintus no quería mirar. Nodeseaba ver el rostro de otra mujeaterrorizada, pero como no podíaapartar la mirada de la lucha mortaque se desarrollaba ante sus ojosal final no pudo evitar posar la vista

sobre ella. Al principio no dio

Page 1612: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1612/1720

crédito a sus ojos, pero parpadeó volvió a mirar. A Quintus se leencogió el corazón.

 —¿Aurelia? —susurró—. Npuede ser. No puede ser.

Urceus percibió la desesperació

en su voz. —¿Qué sucede?Quintus se acercó un poco má

con el corazón en un puño. Cuandoestuvo a una veintena de pasoscomprobó que realmente era shermana. No había cambiado etodos esos años de separaciónQuintus no tenía ni idea de lo quehacía Aurelia en Siracusa e

compañía de un oficial enemigo

Page 1613: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1613/1720

pero era ella. De la emoción, noprestó atención a su acompañante.

Quintus agarró a Urceus por ehombro.

 —¿Confías en mí? —Sabes que pondría mi vida e

tus manos —respondió Urceusorprendido.

 —Pues necesito que me crea

ahora cuando te digo que esa mujees mi hermana. No tengo ni idea depor qué está aquí, pero es ella.

 —¿Estás seguro? —preguntóUrceus apretando la mandíbula.

 —Tan seguro como que voy antervenir en esta pelea ahora

mismo y luchar contra los nuestro

Page 1614: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1614/1720

para salvarla.Urceus soltó una larga

maldición. Mientras tanto, otroegionario se desplomó en el suelocon la barriga abierta. El resto ya sehabía hartado. Mugiendo como

toros embravecidos, avanzaron emanada.

Sin esperar la respuesta de

Urceus, Quintus corrió hacia ellocon la espada y el escudo listos. —¡Dejadla en paz! ¡Es romana

Romana! A continuación, se

desencadenaron varios sucesos. —¿Hermano? —exclamó Aurelia

Dos legionarios se volviero

Page 1615: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1615/1720

hacia Quintus. —¿Qué más da quién sea? —

rugió uno—. Después de lo que hahecho su amiguito, le vamos a dasu...

Sus palabras se tornaron en u

alarido ininteligible cuando eprotector de Aurelia le clavó laespada en un costado.

 —¡Soltad las armas y marchaos—bramó Quintus.Todavía quedaban tres

egionarios en pie. A Quintus no lepreocupaba su propia seguridadpero si los tres atacaban a Aurelia su protector sin miramientos, s

hermana podía morir fácilmente.

Page 1616: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1616/1720

 —Cuenta conmigo, hermano —dijo Urceus poniéndose a su lado.

Quintus suspiró aliviado. Ahoraestaban igualados. Mientras loegionarios titubeaban, el protectode Aurelia clavó la espada en la

pantorrilla de uno de ellos. Ehombre se desplomó con un alaridoy fue rematado con una estocada

en el vientre. —¿Dices que es romana? —preguntó uno de los dos legionariorestantes—. Pues es toda tuya —dijo cediéndole el paso.

 —¡Largaos de aquí ya! —gruñUrceus.

 —Vamos, hermano —instó e

Page 1617: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1617/1720

primer legionario a su compañero. —Sí —respondió el segundo si

evantar la vista del suelo. —¡No puedes dejarlos con vida

—protestó el protector de Aurelia—Dirán que has ayudado a

enemigo!Estupefacto, Quintus reconoció

su voz. Entre la pelea, el casco y la

barba, no se había dado cuentaantes de quién era. —¿Hanno?Hanno sacudió la cabeza riendo

y dio un paso adelante. —Por todos los dioses, Quintus

no esperaba verte aquí.

 —¿Cómo? ¿Conoces a este

Page 1618: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1618/1720

follador de ovejas? —preguntófurioso el primer legionario.

De pronto el instinto tomoposesión de Quintus. Si loegionarios explicaban lo queacababa de hacer a un oficial, tanto

él como Urceus serían ejecutadosEran sus vidas contra las de losoldados. No había elección

Quintus dio media vuelta. Cogiendoal legionario de improviso, loempujó con el scutum y le golpeó eabdomen con el tachón de hierroSin aire en los pulmones, el soldadoanzó un alarido cuando Quintus leclavó el gladius en el cuello, po

encima de la cota de malla. Su

Page 1619: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1619/1720

ojos pasmados se clavaron comoespinas en el corazón de Quintus«Era o tú o yo.»

Cuando se volvió, Hanno yahabía liquidado al último legionario

El tiempo se detuvo un instante

Resollando, Hanno clavó la vista eQuintus, que, incrédulo, no parabade mirar de Hanno, a su hermana y

viceversa.Urceus contempló la escena sientender nada. Fue Aurelia quierompió el hielo lanzándose a lobrazos de Quintus.

 —¡Hermano! ¡Pensé que jamávolvería a verte!

Quintus soltó el escudo y la

Page 1620: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1620/1720

estrechó entre sus brazos. —¡Aurelia! ¡Por todos los dioses

qué alegría verte!Después de un largo rato

Aurelia se apartó, llorando sonriendo a la vez.

 —Gracias por salvarnos a lodos.

 —A los dos —repitió Quintus

que se preguntó si no estaríaalucinando.Posó de nuevo la mirada en

Hanno, que no se había movido desu sitio. El cartaginés inclinó lacabeza en un gesto neutro, namistoso ni hostil.

 —Muchas gracias, Quintus. La

Page 1621: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1621/1720

cosa pintaba muy mal hasta quehabéis aparecido tú y tu amigo.

 —¿También lo conoces a él? —preguntó Urceus, boquiabierto.

 —Así es —respondió Quintualiviado. Si Urceus también veía a

Aurelia y Hanno, significaba que nose había vuelto loco.

La situación era tan ridícula, ta

extraña, que Quintus se puso a reía carcajada limpia. Al cabo de un instante, empezó

a reír Hanno y, después, Aurelia.Urceus tosió.

 —Este reencuentro econmovedor, pero no podemos

quedarnos aquí plantados con él —

Page 1622: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1622/1720

señaló a Hanno—, con el enemigo. —Si nos ven los siracusanos

también estaremos en un aprieto —dijo Hanno.

Quintus se dio cuenta de quetodas las miradas se habían posado

en él. «Mierda», pensó. —¿Adónde os dirigíais? —

preguntó a Aurelia y Hanno.

 —A Acradina. Tenemos laesperanza de que hayan resistido aataque —respondió Hanno mientraAurelia asentía.

 —Ven conmigo —dijo Quintus asu hermana—. Te pondré a salvo.

 —Hanno y yo estamos juntos

Adonde vaya él, voy yo —replic

Page 1623: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1623/1720

resuelta.Quintus trató de digerir e

significado de esas palabras, paraas cuales solo cabía unanterpretación. El mundo se habíavuelto loco, pensó. No solo estaba

su hermana y Hanno en Siracusasino que estaban juntos. Hasta eraposible que fueran amantes. La

rabia empezó a brotar en snterior. —Podría obligarte a

acompañarme. —Podrías intentarlo —gruñó

Hanno.Quintus miró a Hanno furioso

este le sostuvo la mirada. Urceu

Page 1624: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1624/1720

os contempló a ambosranscurrieron varios segundos.

De pronto oyeron el sonido deunos pasos en dirección norte fueron conscientes del peligro de ssituación.

 —Decídete ya —instó Urceus aQuintus—, o vamos a meternos eun buen lío.

Quintus dio su brazo a torcer. Apesar de no comprender nadasalvar a su hermana era su máximaprioridad.

 —Por aquí. ¡Seguidme!

 Al parecer lo habían logrado

Page 1625: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1625/1720

pensó Hanno echando un vistazo aa puerta principal de AcradinaPara su sorpresa, no estabacerrada. Epícides debía de habesalido en algún momento en untento por salvar la ciudad

odavía no había regresado —laucha continuaba en los caminoque conducían a Epipolae—, pero

estaba claro que había ordenadoque la puerta permaneciera abiertahasta su regreso. Ya habían pasadovarias horas desde la intervencióprovidencial de Quintus que lehabía salvado la vida; el sol sehabía ocultado tras las casas y e

cielo se había teñido de un rojo

Page 1626: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1626/1720

anaranjado, como si los dioserememoraran los mares de sangrederramada ese día.

No habían tenido demasiadotiempo de hablar mientras huíapor los callejones esquivando lo

espacios abiertos, pero Quintus Aurelia habían aprovechado la mámínima oportunidad para conversar

como en esos momentos. Hanno sealegró. Tenían poco tiempo ymuchas cosas que contarse. Habíasido una sensación muy extrañareencontrarse con Quintus, pero lealiviaba comprobar que noalbergaba ningún sentimiento de

odio hacia su antiguo amigo. S

Page 1627: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1627/1720

hubieran corrido otros tiemposhabrían conservado su amistadHanno estaba convencido.

Oyó el ruido a sus espaldas: logritos desesperados y el fragor deas armas anunciaban una lucha

feroz por el resto de Siracusa. —No debemos entretenernos —

advirtió Hanno a Aurelia—. Si esa

puerta se cierra, tardará en abrirsede nuevo. Aurelia asintió y Quintus la mir

acongojado. —¿Estás segura de quere

marcharte? Aurelia lo contempló apenada

«Publius ha muerto porque decid

Page 1628: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1628/1720

venir aquí», pensó. —Sí, hermano. Mi destino está

con Hanno, sea cual sea. —Muy bien. —Quintus la abrazó

con fuerza—. Dudo que volvamos avernos en esta vida —dijo antes de

soltarla. —Espero que te equivoques

Algún día, cuando todo esto haya

terminado, nos volveremos a ver. —Ojalá tengas razón. Que lodioses te protejan, hermana.

 —Y a ti, hermano.Quintus miró a Hanno.

 —Cuídala bien. —Sabes que lo haré.

 —Sí, lo sé. Pese al tiempo

Page 1629: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1629/1720

transcurrido, estoy convencido deello.

Quintus respiró hondo y letendió la mano. Tras un ligerotitubeo, Hanno la aceptó. Seestrecharon la mano.

 —Muchas gracias por tntervención anterior. Estoy endeuda contigo.

Quintus inclinó la cabeza. —Tú protege a Aurelia yestaremos en paz.

 —De acuerdo. Procura que no tematen.

 —Y a ti tampoco.Hubo tiempo para un último

abrazo entre los hermanos antes de

Page 1630: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1630/1720

que Aurelia se marchase coHanno.

La joven miró atrás varias vecemientras se alejaban, pero no asHanno. Cuando Aurelia murmuróuna plegaria por Elira, Hanno

también rezó por ella. Se sentía upoco culpable, pero sabía que habíatomado la decisión correcta al no i

en su busca. Aurelia y él seguíacon vida porque Quintus les habíaayudado. Hanno respiró aliviadocuando se aproximaron a la puertade Acradina. Las murallas estabarepletas de soldados, y lacatapultas, listas para disparar. A

pesar de la hecatombe sufrida e

Page 1631: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1631/1720

gran parte de la ciudad, Acradinaresistiría ese día. Estaba seguro deello. Y la lucha en Siracusa tampocohabía tocado a su fin. El ejército deHimilcón llegaría algún día y sevolverían las tornas. Pronto podría

mandarle noticias a Aníbal a taefecto.

Por el momento, Aurelia y é

estaban vivos. Y también lo estabaQuintus, lo cual le alegrabasobremanera.

Quintus sintió una pena inmensacuando perdió a Aurelia y Hanno de

vista. Su único consuelo era que s

Page 1632: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1632/1720

hermana estaba a salvo. —¿Estás bien? —preguntó

Urceus. —Sí. —¿Estás seguro? Porque es para

volverse loco encontrarte a t

hermana en medio de este caos, encima acompañada de ucartaginés al que conoces.

 —Sí, lo es. Y, si no estuvierasconmigo, pensaría que todo ha sidoun sueño.

 —O una pesadilla. Todavía nome creo que hayas matado a unode los nuestros —comentó Urceusacudiendo la cabeza.

 —Tenía que hacerlo, Urceus. De

Page 1633: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1633/1720

o contrario, tú y yo habríamoacabado en el fustuarium.

 —No nos habría pasado nada so hubieras matado a él, a Hanno.

Quintus se sintió culpable, perosolo un poco.

 —Hanno y yo fuimos amigospero esa era la primera vez queveía a ese maldito legionario. T

hubieras hecho lo mismo. —Quizás —escupió Urceus—Pero no me gustaría tener queenfrentarme a esa decisión.

 —Ni a mí tomarla otra vez. —El caso de Pera, sin embargo

es harina de otro costal.

Quintus notó cómo la pena po

Page 1634: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1634/1720

a muerte de Corax volvía a invaditodo su ser, al igual que el odio poPera.

 —Encontraremos a ese cabróno sé.

 —Sí. Y también tomaremos e

resto de Siracusa. El orden nomporta. En cuanto caiga la ciudadcaerá Sicilia, te lo digo yo. Quizá

entonces el Senado nos permitiráregresar a casa.Quintus esbozó una media

sonrisa. Pensó que debía sentirseagradecido por muchas cosasHabían sido ellos, Urceus y équienes habían logrado romper e

asedio. La victoria subsiguiente

Page 1635: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1635/1720

había sido increíble. Habría todavíamás victorias en el futuro y, al finalRoma tendría que reconocer loesfuerzos de las legiones deMarcelo. Quintus no había asimiladotodavía el asesinato de Corax ni la

nesperada noticia sobre su madrepero había salvado a Aurelia de unamuerte terrible y eso era algo que

había logrado levantarle el ánimoademás del hecho de que shermana parecía feliz. En esotiempos tan turbulentos, esosignificaba mucho.

Quintus contempló las altamurallas de Acradina que

mantendrían a salvo, al meno

Page 1636: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1636/1720

durante un corto espacio de tiempoa su amigo y Aurelia. Su amigorepitió Quintus para sus adentrosHanno era su amigo, igual queUrceus. Exhaló un lento suspiró.

Solo los dioses sabían lo que le

depararía el mañana, pero poahora, ellos cuatro estaban vivos.

 Y eso era lo que importaba.

Page 1637: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1637/1720

Epílogo

Epílogo

Casi toda Siracusa sucumbió aos romanos ese sangriento día de

año 212 a. C., incluido el barrio deEpipolae. Cuando el comandantedel imponente fuerte de Euríalo fue

nformado de la rendición de

Page 1638: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1638/1720

Neapolis y Tyche, cedió su bastiónsin luchar, lo cual implicó la pérdidade toda la zona occidental de laciudad. Acradina y Ortygiacontinuaron oponiendo resistenciabajo el mando de Epícides, pero

Hanno y Aurelia solo gozaron de ubreve respiro. La llegada deHipócrates con Himilcón y s

ejército no consiguió poner fin aasedio, ni tampoco lo lograron lorefuerzos de la flota cartaginesa eel Puerto Grande. Tras algunasescaramuzas intrascendentes entreambos ejércitos, los romanoreforzaron sus posiciones en la

ciudad y renovaron el bloqueo de

Page 1639: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1639/1720

Acradina y Ortygia. Quintus, Urceuy sus camaradas desempeñaron upapel activo en todas estaacciones, pero Pera continuóeludiéndoles.

El otoño trajo consigo la peste

que afectó a ambos bandos, tantodentro como fuera de la ciudadpero la ubicación de lo

campamentos cartagineses en lamarismas del sur de la isla y sdeficiente sistema de saneamientoprovocó un mayor número de bajaen sus filas. Entre las decenas demiles de víctimas se encontraroHimilcón e Hipócrates, pero, a

pesar de este gran revés, las tropa

Page 1640: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1640/1720

siracusanas volvieron a avanzaanimadas por la presencia de unagran flota cartaginesa cerca de lacosta sur. No obstante, una violentatormenta y la fuerte resistencia queopuso Marcelo en el mar, obligó a

a flota a desviar el rumbo hacia laciudad italiana de Tarentum, que yse encontraba en poder de Aníbal.

 Al ser abandonados por la flotacartaginesa, los siracusanontentaron llegar a un pacto coMarcelo, una tentativa que no fuecontemplada con buenos ojos poos numerosos desertores romanoque habían pasado a engrosar la

filas de Siracusa. Esta situació

Page 1641: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1641/1720

desencadenó una serie deasesinatos en represalia queprovocó que el equilibrio de podeentre los que deseaban continuauchando y los que deseabarendirse cambiara en más de una

ocasión. Preocupado por ecreciente ambiente de desconfianzay barbarie, Hanno decidió huir co

Aurelia.La oportunidad para Marcelo deasumir el control completo seprodujo tras varias conversacionesecretas con uno de locomandantes de AcradinaMoericus, un descontento

mercenario íbero. En cuanto

Page 1642: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1642/1720

Page 1643: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1643/1720

Acradina: cuando abrieron lapuertas para rendirse, los soldadode Marcelo lanzaron un asaltosalvaje al que solo sobrevivierounos pocos. Como es bien sabidoArquímedes falleció en este asalto

muerto en manos de un legionarioque le interrumpió mientradibujaba una figura geométrica e

el suelo. Furioso, Marcelo mandejecutar o desterrar al culpable ordenó que Arquímedes fueraenterrado en el mausoleo familiar.

Después de más de cinco siglode independencia, Siracusasucumbió ante el invasor

Considerada la mayor y má

Page 1644: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1644/1720

hermosa de las ciudades griegas, laciudad fue desmantelada durante easedio y, aunque los habitantes dealgunos barrios periféricos sufrierograves pérdidas, el resto logróescapar sin grandes consecuencia

teniendo en cuenta la normamperante en la época: cuando unaciudad era tomada a la fuerza, se

mataba a todos los hombresmientras que las mujeres y loniños eran vendidos como esclavos

 A pesar de todo lo sucedidoalgunos continuaron luchandocontra Roma. Epícides consiguióescapar al saqueo de Siracusa y se

trasladó a Acragas junto co

Page 1645: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1645/1720

Hanno, Aurelia y un reducidonúmero de soldados. Allí recibierorefuerzos inesperados de Aníbal Cartago, lo que les granjeó algunavictorias en los meses subsiguientecontra las legiones de Marcelo.

 Y así prosiguió la lucha poSicilia.

Page 1646: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1646/1720

Nota del autor

Nota del autor

Cuando se me brindó laoportunidad de escribir una serie de

novelas sobre la Segunda GuerraPúnica (218-201 a. C.), no dudé eaprovecharla. Este período histórico

me ha fascinado durante años. E

Page 1647: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1647/1720

Page 1648: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1648/1720

dedicaba a conquistar territorios através de la guerra, locartagineses se hacían con el podemediante el control del comercio os recursos naturales. Quizá sea udetalle nimio, pero el hecho de que

me refiera a su idioma como«cartaginés» en lugar de «púnico»término derivado del latín, e

deliberado por mi parte, dado queos cartagineses no habrían usadoeste último.

Muchos lectores conocerávarios aspectos de la guerra deAníbal contra Roma; otros notantos, y muy pocos serán ávido

ectores de los autores de la

Page 1649: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1649/1720

Antigüedad Tito Livio y Polibio, laprincipales fuentes de este períodoQuisiera que constara en acta quehe hecho todo lo posible porespetar los datos históricos quehan sobrevivido hasta la actualidad

No obstante, me he permitido laicencia de variar un poco algunoacontecimientos para que

encajaran mejor con el desarrollode la historia, y también henventado algunas cosas. Ese es eprivilegio, así como la cruz, deescritor. Si he cometido algún error,pido disculpas.

El término «Italia» se empleaba

en el siglo III a. C. como expresió

Page 1650: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1650/1720

geográfica y comprendía toda lapenínsula situada al sur de la GaliaCisalpina. El término no adquirió usignificado político hasta la épocade Polibio (mitad del siglo II a. C.)pero decidí utilizarlo de todo

modos. Simplifica las cosas y evitaas referencias constantes a ladistintas partes de la República

Roma, Campania, Latium, Lucaniaetc. A pesar de que existe bastante

nformación sobre el ejércitoromano del siglo III  a. C., enmuchos casos he tenido que echamano de la deducción y la lógica,

o mismo es aplicable a los ejército

Page 1651: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1651/1720

cartagineses y siracusanos. Ecuanto a los funerales romanos, hententado plasmar en el libro lodetalles de los que disponemosOtro aspecto complejo son lonombres cartagineses, puesto que

no hay muchos, o por lo menos nomuchos han sobrevivido hasta laactualidad. La mayoría de los que

han sobrevivido sompronunciables o suenan fataHillesbaal e Ithobaal no son fácilede pronunciar, pero no puderesistirme a usar Muttumbaal. Dehecho, ¡Mutt hasta suena modernoPor otro lado, aunque mucho

personajes históricos importante

Page 1652: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1652/1720

se llamaron Hanno, necesitabaencontrar un buen nombre para mprotagonista, así que me decidí poél.

Esta novela empieza pocodespués de donde finaliza e

segundo libro Aníbal. Campos dsangre. La profética advertencia deMaharbal a Aníbal consta en vario

documentos históricos y larespuesta de Roma al generacartaginés es una clara muestra dea determinación de ese puebloncluso tras sufrir una aparatosaderrota. Cuando la embajadacartaginesa llegó a Roma, no se le

permitió la entrada en la ciudad

Page 1653: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1653/1720

puesto que la República se negabaa tratar con un enemigo que sehallara en suelo romano o aliadoAdemás, Roma tampoco pagó erescate reclamado por Aníbal poos ocho mil prisioneros de alto

rango, que fueron ejecutados ocondenados a una vida deesclavitud. Roma también adoptó

una postura dura con los legionarioque sobrevivieron a Cannae, quedeshonrados, fueron destinados aSicilia para el resto de sus vidas coa prohibición de regresar a Italia.

La acción principal de la novelano comienza hasta el año 213 a. C.

momento en que buena parte de

Page 1654: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1654/1720

conflicto se desarrollaba en SiciliaEn marzo de 2013 tuve el privilegiode viajar a esa isla y visitanumerosos monumentos históricosSicilia es un lugar extraordinario sus restos históricos nada tiene

que envidiar a los de la penínsulataliana. La historia de la conquistade Sicilia se remonta a unos tre

mil años atrás. Primero fuecolonizada por los griegos, por esoos habitantes de Siracusa y otraciudades de la isla hablaban griegoy, con posterioridad, por loscartagineses. Por este motivoempleo en el libro algunas palabra

griegas en lugar de su versió

Page 1655: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1655/1720

romanizada, como es el caso del ríoAnapos en vez de Anapus, o bien dea ciudad de Acragas, que no devinoAgrigento hasta que fue tomada poos romanos después del final deesta novela.

En el siglo IV  a. C., Cartagohabía conseguido dominar el terciooccidental de Sicilia, y, aunque e

conflicto continuó en el resto de lasla, Siracusa se mantuvofieramente independiente. Durantea Primera Guerra Púnica (264-24a. C.), el dictador de SiracusaHierón, se alió con la República, aquien permaneció fiel hasta s

muerte. De hecho, Hierón incluso

Page 1656: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1656/1720

envió soldados a Italia para luchacontra Aníbal. Las defensas deSiracusa eran muy famosas en laAntigüedad y, en la época de laSegunda Guerra Púnica, sumurallas abarcaban más de 3

kilómetros. Arquímedes realmentenventó diversas máquinas deguerra, entre ellas la garra de

hierro que describo en el libroambién se dice que son obra suyaas impresionantes fortificacionedel fuerte de Euríalo (CastelloEurialo), todavía visibles hoy en díaLa rueda con los cubos de cueropara extraer agua del pozo es una

icencia literaria, pero un dispositivo

Page 1657: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1657/1720

de estas características fueencontrado en Londres y data de laépoca romana, por lo que no emposible que un genio de la tallade Arquímedes construyera unagual.

En Siracusa merece la penavisitar la Oreja de Dioniso, unacantera que data de la época de la

construcción de la ciudad y en cuyonterior pueden verse las marcas deas herramientas de los canterosEn las proximidades del lugar haun gran altar donde se sacrificaromás de doscientos toros durante laSegunda Guerra Púnica. El río

Arethusa, mencionado en lo

Page 1658: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1658/1720

documentos antiguos, continúaproporcionando agua potable desdea costa de Ortygia, una isla queforma parte del centro de Siracusay donde crece el único papiro deEuropa.

Hipócrates, Epícides, MarceloPulcro, Pinario y Damipo sopersonajes históricos, al igual que

Atalo, el hombre que traicionó a loromanos en la conspiración poabrir las puertas de la ciudad. Poncreíble que parezca, es cierto quea victoria de Hipócrates y Epícidesobre las tropas siracusanas cercade Leontini se debe al hecho de que

os primeros soldados con quiene

Page 1659: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1659/1720

se encontraron los hermanos eraunos arqueros mercenariocretenses que habían sidocapturados por Aníbal tras la batalladel lago Trasimene. Por lo tanto, lapolítica del general cartaginés de

iberar a todos los prisioneros queno fueran romanos tuvo al menoesa compensación. Por otro lado

también está documentado edramático primer ataque romanosobre Siracusa, incluido el uso desambucae.

La emboscada de Marcelo a lapatrulla de Hipócrates también everídica, al igual que la huida de

Hipócrates a Acragas. Los terrible

Page 1660: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1660/1720

acontecimientos de Enna tambiéocurrieron del modo descrito y, deforma inusual, los romanoadmitieron con posterioridad que lamasacre debiera haberse evitadoAsimismo, por extraordinario qu

parezca, el modo en que se tomóSiracusa fue gracias a laobservaciones realizadas por u

soldado romano anónimo de laaltura de los bloques de piedra queformaban la torre Galeagra. Tal ycomo se describe en el libroMarcelo esperó hasta la segundanoche del festival dedicado aArtemisa para lanzar el ataqu

nocturno.

Page 1661: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1661/1720

No existen pruebas fehacientedel uso de silbatos en el campo debatalla por parte de los oficialeromanos. Para comunicar laórdenes solían emplearsetrompetas y otros instrumentos

pero como se han encontradosilbatos en los yacimientoarqueológicos de todo el Imperio

romano, incluso cerca de lafortaleza alemana de Regensburgno sería descabellado pensar queos centuriones los usaban duranteel combate del mismo modo que lohan usado los oficiales de muchaguerras hasta la actualidad.

En la película Ben-Hur s

Page 1662: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1662/1720

muestran tambores marcando eritmo de los remeros en los barcode guerra, pero en realidad seutilizaban flautistas o cantantes. Mntento de reproducir en palabras esonido del carnyx galo surgió

después de escuchar repetidaveces al músico John Kenny tocauna réplica moderna de esta

trompeta vertical. El sonido eaterrador. Se puede escuchar en<http://www.youtube.com/watch?v=NYM0xB5Jrc0>.

Las pintadas que describo en lapared de una taberna son productode mi imaginación, pero su estilo

contenido emulan los de lo

Page 1663: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1663/1720

encontrados en Pompeya y otrougares. En este sentido, si uno leeas pintadas de las puertas dealgunos lavabos en las gasolinerade las autopistas, ¡puede constataque hay cosas que no ha

cambiado tanto en dos mil años!El uso de los término

«hermanos» y «muchachos» e

preciso y deliberado. Los soldadoromanos se llamaban entre sfratres y, en la carta de uncenturión en Bretaña, el oficial hacreferencia a sus «muchachos».

Tras la pérdida de Siracusa, laucha en Sicilia continuó e

Acragas, en la costa sur. Cuando la

Page 1664: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1664/1720

ciudad cayó ante los romanos en e210 a. C., quienes pudieron huyeroa Cartago o a otros lugares y econflicto en la isla tocó a su fin. Noobstante, la guerra distaba muchode haberse acabado. En Iberia, lo

Escipión entablaron una dura pugnacontra varios generalecartagineses y, en Italia, Aníba

continuó tratando de derrotar a laRepública. El siguiente libro de estaserie seguirá los pasos de HannoQuintus y Aurelia en Iberia. Esperoque tengáis muchas ganas de sabeo que el futuro deparará a estopersonajes, pero antes de escribi

ese libro, me propongo viajar a

Page 1665: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1665/1720

Germania, al siglo IX  d. C., dondeos romanos perdieron tres legioneen los bosques de la regiónvíctimas de una emboscadaperfecta tendida por las tribuocales. Esa increíble e imprevista

pérdida de tropas tuvo una fuerterepercusión sobre la políticaexpansionista del Imperio romano

El primer libro de esa trilogía setitulará Eagles at War [Águilas eguerra] y se publicará en el ReinoUnido a comienzos de 2015.

La bibliografía de los libros dereferencia que he consultado paraescribir Aníbal. Nubes de guerra

ocuparía varias páginas, así que

Page 1666: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1666/1720

solo mencionaré los mámportantes por orden alfabéticosegún el autor: The Punic Wars deNigel Bagnall; Life and Leisure iAncient Rome de J. P. Balsdon; ThePunic Wars de Brian Caven; The

yrants of Syracuse de JefChampion; Greece and Rome aWar de Peter Connolly; Hannibal de

heodore A. Dodge; La caída deCartago y Cannae, ambos de AdriaGoldsworthy; Armies of theMacedonian and Punic Wars deDuncan Head; Hannibal’s War de JF. Lazenby; Atlas of the GreekWorld de Peter Levi; La guerra

contra Aníbal de Tito Livio

Page 1667: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1667/1720

Carthage Must Be Destroyed deRichard Miles; Daily Life in Carthag(at the Time of Hannibal) de G. CPicard, The Life and Death oCarthage de G. C. y C. PicardRoman Politics 220-150 B.C. de H

H. Scullard; Carthage and theCarthaginians de Reginald B. Smity Warfare in the Classical World de

John Warry. Quisiera expresar magradecimiento a Osprey Publishingpor sus numerosos y excelentevolúmenes, a Oxford UniversitPress por el impresionante OxfordClassical Dictionary, y a la revistaAncient Warfare (¡compradla!) po

sus frecuentes artículos sobre esa

Page 1668: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1668/1720

época. Como siempre, gracias a lomiembros de romanarmytalk.comcuyas rápidas respuestas a miextrañas preguntas suelen resultamuy útiles. También deseoexpresar mi enorme agradecimiento

a Christian Cameron, un magníficoautor de novela histórica, al quedebo unas cuantas cervezas po

ayudarme a dilucidar variacuestiones sobre la Grecia antiguaPara aquellos de vosotros quedetectasteis el ritual de Corax deenvainar y desenvainar la espadaantes de la batalla, os confirmo quees un homenaje a Balista, el héroe

de las magníficas novelas de Harr

Page 1669: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1669/1720

Sidebottom: Guerrero de RomaQuisiera dar las gracias a Harry y aresto de los miembros de #JAFRA«Romani», el grupo no oficial deautores que escriben sobre loromanos (y los vikingos) por ser mi

colegas y, lo que es más importanttodavía, por ser mis amigos. Merefiero a Anthony (Tony) Riches

Russell Whitfield, Giles KristianDoug Jackson, Robert Fabbri, HenryVenmore-Rowland y Nick Brown. Sno habéis leído sus libros, ¡ya estáitardando!

También deseo mencionar aqua marcha «Romani» que realicé e

abril/mayo de 2013 por el Muro de

Page 1670: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1670/1720

Adriano. Realicé la caminatavestido como un hastatus de laSegunda Guerra Púnica, incluidaas botas tachonadas. Lo hice podiversión y por una causa benéficay porque tres locos más aceptaro

acompañarme: los arribamencionados Tony Riches, RussWhitfield y Mike Bishop, prestigioso

arqueólogo, autor y experto en eMuro de Adriano. Si os interesa veas fotos de esa excursiónconsultad mis páginas de FacebookY, si deseáis escuchar el pod cast, loencontraréis en el blog de Mike<http://perlineamvalli.wordpress.co

Pero me estoy desviando del tema

Page 1671: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1671/1720

He mencionado esta caminata pootro motivo: para ayudar arecaudar dinero, subasté varioibros firmados, primeras edicionesetc. Y, por algún motivo, tambiéndecidí subastar uno de lo

personajes secundarios de estanovela. La persona que realizara lamayor puja «aparecería» en Nube

de guerra. La subasta depersonajes fue tan bien, con pujade hasta 300 libras esterlinas, quedecidí repetir con un segundopersonaje secundario. Por lo tantocuando leáis sobre Mattheus Gaius, los camaradas de Quintus

sabed que sus nombres

Page 1672: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1672/1720

personalidades se basanrespectivamente y a granderasgos, en los del señor MatthewCraig y el señor Ryan Yates. Juntosestos dos grandes tipos donaromás de 600 libras esterlinas a una

organización benéfica. GraciasMatthew y Ryan, ¡y perdonadmepor haberos matado a ambos

Gracias también a Robin CarterPaul Warren y Ray Brown porascaros los bolsillos más de unavez para ayudarme. Hay muchapersonas más que han realizadogenerosas donaciones o ayudadode diversas maneras. So

demasiadas para enumerarlas, pero

Page 1673: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1673/1720

muchas gracias a todos. ¡Lapróxima marcha romana será e2014 en Italia!

También deseo dar las gracias anumerosas personas de meditorial, Random House. Está

Selina Walker, mi maravillosaeditora, cuya atenta mirada llevami trabajo por el buen camino

Katherine Murphy, la expertadirectora; Rob Waddington; eextraordinario neozelandés AslaByrne, que consigue que minovelas se encuentren en todos lopuntos de venta del Reino Unidomaginables; Jen Doyle, por s

marketing tan maravilloso e

Page 1674: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1674/1720

nventivo; Richard Ogle, que hadiseñado las fantásticas nuevacubiertas de los libros; AmeliaHarvell, ingeniosa proveedora detodo tipo de publicidad; CarolineSloan y Nathaniel Alcaraz

Stapleton, que han convencido amuchos editores extranjeros de quecompren mis libros; David Parrish

que se asegura de que las libreríaextranjeras también los comprenMi más sincero agradecimiento atodos. Aprecio mucho el durotrabajo que realizáis por mí.

También deseo mencionar amuchas otras personas: Charlie

Viney, mi agente, merece un gran

Page 1675: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1675/1720

agradecimiento como siempreambién estoy muy agradecido a

Richenda Todd, cuyas incisivascorrecciones mejoran mis novelasClaire Wheller, mi excelentefisioterapeuta, que impide que m

cuerpo se desmonte después depasar demasiado tiempo delantedel ordenador; Arthur O’Connor, un

viejo amigo que aporta excelentecríticas y mejoras para mihistorias. Y muchísimas gracias avosotros, mis fieles lectores. Soivosotros los que me permitís haceeste trabajo y por ello os estoeternamente agradecido. Lo

mensajes de correo que recibo de

Page 1676: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1676/1720

todas las partes del mundo y locomentarios en Facebook y Twittesiempre me alegran el día. ¡Nodejéis de enviarlos!

Por último, pero no por ellomenos importante, deseo dar la

gracias a Sair, mi maravillosaesposa, y a Ferdia y Pippa, mifantásticas hijas, por las ingente

cantidades de amor y alegría queaportan a mi mundo.Formas de contactarme: email

[email protected]: @BenKaneAuthorFacebook:

facebook.com/benkanebooks.

Page 1677: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1677/1720

Glosario

Glosario

acetum: vinagre, el desinfectantemás habitual empleado por lo

romanos. El vinagre resulta ideapara matar bacterias y su usogeneralizado en la medicina

occidental se prolongó hasta

Page 1678: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1678/1720

finales del siglo XIX.Afrodita: diosa griega relacionada

con la sexualidad y lareproducción humanas.

ágora: zona de reunión central elas ciudades griegas.

amapola, jugo de: la drogamorfina. Elaborada con las florede la planta del opio, su uso está

bien documentado desde amenos el año 1000 a. C.ánfora: gran recipiente de arcilla

de cuello estrecho con dos asautilizado para almacenar vinoaceite de oliva y otros productos.

Apulia: región del sureste de Italia

que equivale aproximadamente a

Page 1679: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1679/1720

la actual Puglia.Artemisa: importante diosa griega

relacionada con muchas cosascomo la caza y los ritos iniciáticode la niñez a la edad adultaademás de la maternidad y la

paternidad.Atenea: diosa griega de la guerra.ático, casco: tipo de casco

originario de Grecia, que tambiése usaba habitualmente emuchos otros lugares del mundoantiguo.

atrio: estancia grande situada acontinuación del vestíbulo deentrada en una casa romana

Solía estar construido a gra

Page 1680: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1680/1720

escala y era el centro social y deculto de la casa.

Baal Hammón: el dios principal ela época de la fundación deCartago. Era el protector de laciudad, el sol fecundador, e

proveedor de salud y el garantedel éxito y la felicidad. El Tofet, ola zona sagrada donde se

veneraba a Baal Hammón, es elugar donde se han encontradohuesos de niños y bebés, lo cuadio pie al controvertido asunto desacrificio infantil. Para quieneestén interesados, existe uinteresante apartado sobre e

tema en el libro de Richard Mile

Page 1681: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1681/1720

Carthage Must Be Destroyed. Etérmino «Baal» significa «señoro «amo» y se empleaba delantedel nombre de varios dioses.

Baal Safón: el dios cartaginés dela guerra.

ballista (pl.  ballistae): catapultaromana de dos brazos que teníael aspecto de una ballesta sobre

un soporte. Lanzaba flechas opiedras con una fuerza y precisióenormes.

beocio, casco: casco de ala anchaque llevaban los soldados decaballería griegos y romanodurante la Segunda Guerra

Púnica.

Page 1682: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1682/1720

bouleuterion: edificio en unaciudad griega donde se reunía eboule, o junta gobernante.

Bruttium: la actual penínsulacalabresa.

caldarium: sala sumamente

calurosa de las termas romanasSe empleaba como las saunaactuales y muchas disponían de

una piscina caliente parazambullirse. El caldarium secalentaba con aire caliente quefluía a través de unos ladrillohuecos situados en las paredes bajo el suelo elevado. El caloprocedía del hypocaustum, u

horno que los esclavos mantenía

Page 1683: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1683/1720

siempre caliente.Campania: región fértil situada e

el centro oeste de Italia.Cannae: la actual Canne della

Battaglia, situada a unos docekilómetros al oeste de la ciudad

de Barletta, en Apulia. Fue eescenario de la increíble victoriade Aníbal sobre los romanos en e

216 a. C.Capua: la actual Santa MariaCapua Vetere, cerca de Nápolesen Campania. En el siglo III a. Cera la segunda ciudad mágrande de Italia y no llevabademasiado tiempo bajo el contro

de Roma.

Page 1684: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1684/1720

carnyx  (pl. carnyxes): trompetade bronce que se sostenía evertical y coronada con unacampana en forma de animanormalmente un jabalí. Lautilizaban muchos pueblos celta

y era omnipresente en la GaliaProducía un sonido temible por ssola o en combinación con otro

instrumentos. Solía representarseen las monedas romanas paradenotar la victoria sobre distintatribus. Véase también la nota deautor.

Cartago: la actual Túnez. Fundadasegún parece en el año 814 a. C

aunque los restos arqueológico

Page 1685: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1685/1720

más antiguos encontrados datade unos sesenta años después.

cenacula ( p l . cenaculae): lopenosos apartamentos de variaplantas en los que vivían loplebeyos romanos. Atestados

mal iluminados, calentadoúnicamente con braseros y deconstrucción endeble por lo

general, las cenaculae no teníani agua corriente ni sistema derecogida de residuos. Se accedíaa los apartamentos medianteescaleras construidas en eexterior del edificio.

centurión  (centurio en latín): uno

de los disciplinados oficiales de

Page 1686: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1686/1720

carrera que formaban el pilar deejército romano. Véase tambiéla entrada para manípulo.

Cerbero: perro monstruoso de trecabezas que vigilaba la entrada aHades.

Ceres: diosa de la agricultura, locultivos de cereales y la fertilidad

Cisalpina, Galia: la zona norte de

la actual Italia, que comprende lallanura del Po y los límitemontañosos de los Alpes a lo

 Apeninos. En el siglo III  a. C. nopertenecía a la República.

codo: unidad de longitud antiguaque empleaban los egipcios y lo

romanos, entre otros

Page 1687: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1687/1720

Dependiendo de la civilizaciónmedía entre 44 y 45 centímetros.

cónsul: uno de los dos magistradoelegidos anualmente, nombradopor el pueblo y ratificados por eSenado. Como gobernantes reale

de Roma durante doce meses, seencargaban de asuntos civiles militares y enviaban a lo

ejércitos de la República a laguerra. Si estaban juntos en ecampo de batalla, se turnabapara dirigir el ejército en díaalternos. En otras circunstanciascada uno de ellos podía invalidaal otro y se suponía que ambo

debían tener en cuenta los deseo

Page 1688: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1688/1720

del Senado. Ningún hombre podíaservir como cónsul en más de unaocasión, aunque no siempre fue ecaso.

contubernium (pl. contubernia)grupo de ocho legionarios que

compartían tienda y cocinaban comían juntos.

corona muralis: prestigiosa

condecoración de oro o plataconcedida al primer soldado queconsiguiera entrar en una ciudadasediada. Tales condecoracionesse negaban a los legionarioexiliados en Sicilia, de ahí mdescripción ficticia de

reconocimiento de Marcelo a su

Page 1689: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1689/1720

hombres.crátera: vasija grande donde se

mezclaba el vino con agua en laantigua Grecia.

crucifixión: en contra de lacreencia popular, los romanos no

inventaron esta terrible forma deejecución; de hecho es muprobable que fueran lo

cartagineses. Su práctica estádocumentada por vez primeradurante las guerras púnicas.

Demetra: diosa griega del trigo madre de Perséfone. Juntas eranlas diosas patronas de Sicilia. EItalia fue venerada con el nombre

de Ceres.

Page 1690: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1690/1720

didracma: moneda de plata griegque equivalía a dos dracmas y erauna de las principales monedade Sicilia e Italia en el siglo III aC. Curiosamente, los romanos noacuñaron monedas por iniciativa

propia hasta más adelante. Edenarius, que se convertiría en lamoneda principal de la República

no fue introducido hasta el 211 aC. aproximadamente.Dioniso: hijo de Zeus y Semele

hija del fundador de Tebasnacido dos veces. Reconocidocomo hombre y animal, joven viejo, varón y afeminado, era uno

de los dioses griegos má

Page 1691: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1691/1720

versátiles e indefiniblesBásicamente, era el dios del vinoy la embriaguez, pero también sele asociaba con la locura ritual, lamania, y con una vida deultratumba bendecida por su

placeres. Los romanos lodenominaron Baco y su culto erareservado, violento y extraño.

dracma: moneda de plata deorigen griego. Véase entrada pardidracma.

ecuestre: noble romano, de rangoinmediatamente inferior al desenador. En el siglo III a. C. estohombres componían la caballería

regular del ejército romano.

Page 1692: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1692/1720

Eros: dios griego del amor.Esculapio: hijo de Apolo, dios de la

salud y protector de los médicos Venerado por los griegos, locartagineses y también por loromanos.

estadio: unidad de longitudcorrespondiente a la carrera a pieoriginal de los juegos olímpico

de la Antigüedad del 776 a. C.que era de aproximadamente 19metros. De ahí deriva la palabra«estadio» para referirse a urecinto deportivo.

Estigia, río: el río del Hades, esubmundo.

estrígil: pequeña herramienta de

Page 1693: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1693/1720

hierro curvado empleada paralimpiar la piel después del bañoPrimero se aplicaba aceiteperfumado y luego se empleabael estrígil para retirar una mezclade sudor, suciedad y aceite.

Etolia, Liga: confederación entrelos pueblos del centro oeste deGrecia. En el siglo III  a. C., esta

liga era bastante poderosa. En e212 o 211, los etolios pasaron aser aliados de Roma para luchacontra Filipo de Macedonia.

Etruria: región del centro de Italiaal norte de Roma y tierra de loetruscos, pueblo que había

dominado buena parte del norte

Page 1694: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1694/1720

de Italia antes del ascenso deRoma.

extraordinarii  (singextraordinarius): los mejorede las tropas aliadas romanasuna fuerza mixta de infantería

caballería puesta a disposición decónsul. Véase también la entradade socii.

falange: unidad táctica tradicionade los ejércitos griegos antiguoy, según se supone, de loslanceros libios que lucharon paraCartago.

falcata, espada: arma letal ligeramente curvada con e

extremo afilado que utilizaba la

Page 1695: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1695/1720

infantería íbera ligera de AníbaTenía un solo filo entre la primeramitad hasta los dos tercios de lahoja, pero el resto era de doblefilo. La empuñadura se curvabade forma protectora alrededor de

la mano y hacia la hoja; solíatener forma de cabeza de caballo

flautistas: uno de los numeroso

términos empleados por eescritor griego de la Antigüedad Aristóteles para referirse a laprostitutas.

fenicios: pueblo de marineros comerciantes que vivió sobre todoen la costa del actual Líbano

Fueron los fundadores de

Page 1696: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1696/1720

Cartago.Fortuna: diosa de la suerte y la

buena fortuna. Al igual que todalas deidades, tenía fama decaprichosa.

fugitivus: esclavo huido. La

costumbre romana de marcar aestos desventurados con una «F(de fugitivo) en la frente está

documentada, al igual que ehacerlos llevar cadenas en ecuello con instrucciones paradevolver al esclavo a spropietario.

fustuarium: castigo que se infligíaa los soldados que se dormía

durante una guardia o era

Page 1697: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1697/1720

acusados de robar, mentir,intentar evitar una guardiaautolesionándose o por cometeel mismo delito tres veces. Loculpables morían apedreados oapaleados por sus compañeros.

Galia: a grandes rasgos, la actuaFrancia. Los guerreros galotenían fama de ser muy buenos

muchos de ellos lucharon en eejército de Aníbal.gladius  (pl. gladii): se dispone de

poca información sobre la espada«española» del ejércitorepublicano, el gladiuhispaniensis, con la hoja estrecha

en el centro. No está claro cuándo

Page 1698: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1698/1720

la adoptaron los romanos, peroprobablemente fuera después dever el arma durante la PrimeraGuerra Púnica, cuando la usarolas tropas celtíberas. El mangotallado era de hueso e iba

protegido por un pomo y unapieza de madera. El gladius sllevaba a la derecha, excepto lo

centuriones y otros oficiales dealto rango, que lo llevaban a laizquierda. De hecho era muy fácdesenvainar con la mano derechay probablemente se colocara ahpara evitar que interfiriese con escutum mientras estaba

desenvainado.

Page 1699: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1699/1720

Gorgona: «gorgon», en griegomonstruo de la mitología queconvertía en piedra a quiemiraba. Su cabeza solía estarepresentada en los escudos delos guerreros griegos.

gugga: en la comedia de PlautoPoenulus, uno de los personajeromanos se refiere a u

comerciante cartaginés con enombre de «gugga». Este insultopuede traducirse como «ratainsignificante».

Hades: El submundo, el infiernotanto para los griegos como loromanos. El dios del submundo

también se llamaba Hades.

Page 1700: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1700/1720

hastati  (sing. hastatus): soldado jóvenes experimentados quformaban las primeras filas de lalínea de batalla romana en esiglo III a. C. Llevaban armadurade cota de malla o bronce en e

pecho y en la espalda, cascos copenacho y scuta. Portaban dopila, una ligera y otra pesada,

un gladius hispaniensis.Hércules  (o, para ser exactosHeracles): el mayor héroe griegoque completó doce trabajos deuna dificultad monumental.

hetairai  (sing. hetaira): en laantigua Grecia «acompañante

femeninas». Eran cortesanas o

Page 1701: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1701/1720

prostitutas de clase alta.himation: prenda de lana de gra

tamaño que solía estar bordadaLos griegos ricos la vestían comoprenda principal.

Iberia: la actual península Ibérica

que comprende España Portugal.

lirio/a: persona procedente de

Illyricum (o Iliria), nombreromano del territorio que seextiende al otro lado del ma

 Adriático desde Italia: incluyparte de la actual EsloveniaSerbia, Croacia, Bosnia Montenegro.

Isis, Nave de: Navigium Isidis, o

Page 1702: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1702/1720

Page 1703: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1703/1720

a los ladrones o malhechores. Lapalabra «cleptómano» deriva deél.

kopis  (pl. kopides): pesadaespada griega para acuchillar couna hoja curvada hacia delante

Solía llevarse en una vaina decuero y suspendida de un tahalMuchos pueblos antiguo

empleaban el kopis, desde logriegos hasta los persas, pasandopor los etruscos.

ararium: santuario presente elos hogares romanos, donde seveneraban los dioses de lafamilia.

Leneas: festividad griega dedicada

Page 1704: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1704/1720

a Dioniso. Las ciudades griegatenían su propio calendario defestividades; no sabemos cuáempleaban los siracusanos, asque he utilizado un festivaatribuido a los atenienses.

ibios: soldados de los territorioafricanos de Cartago. Formabanparte de la infantería pesada

tuvieron un papel destacado emuchas de las victorias quedieron fama a Aníbal.

Macedonia: región que une lapenínsula griega con los BalcanesFue la cuna de Alejandro Magnoy, en los tiempos de la Segunda

Guerra Púnica, seguía siendo u

Page 1705: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1705/1720

reino independiente, hostil aRoma.

manípulo: principal unidad tácticadel ejército romano en el siglo  II

a. C. Había treinta manípulos euna legión y un total de uno

4.200 hombres. Cada manípuloestaba dirigido por docenturiones, uno más veterano

que el otro. En cada legión habíatres clases de soldados deinfantería (hastati, principes triarii), así comoescaramuzadores, o velites. Lomanípulos de hastati y principeestaban formados por do

centurias de sesenta legionarios

Page 1706: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1706/1720

también había cuarenta veliteadjuntos a cada unidad. Siembargo, los manípulos de triareran de menor tamaño: secomponían de dos centurias detreinta hombres cada una

cuarenta velites.Marte: dios romano de la guerra.Melcart: dios cartaginé

relacionado con el mar y coHércules (véase más arriba)También era el dios predilecto dela familia Barca.

mollis  (pl. molles): palabra latinaque significa «blando» o «tierno»usado aquí como insulto para u

homosexual.

Page 1707: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1707/1720

Neptuno  (Neptunus  en latín)dios romano del mar.

óbolo  (obolos en griego): monedade plata que era la sexta parte deun dracma.

optiones (sing. optio): oficiales de

rango inmediatamente inferior acenturión; el segundo al mandode una centuria.

oscos: antiguos habitantes debuena parte del sur de Italiasobre todo de la Campania.

Palicos: dioses gemeloconsagrados a un lago del interiode Sicilia. Todavía se conservanrestos de su santuario.

Perséfone: diosa griega, esposa

Page 1708: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1708/1720

de Hades y reina del submundoJunto con su madre Demetra(véase más arriba), era la diosapatrona de Sicilia.

phalera  (pl. phalerae): adornoesculpido en forma de disco e

reconocimiento por el valor quese llevaba en un arnés colocadoen el pecho, encima de la

armadura de los soldadoromanos. Las phalerae solíaestar hechas de bronce, perotambién podían ser de metalemás preciosos.

pilum  (pl. pila): la jabalinaromana. Estaba formada por u

asta de madera de

Page 1709: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1709/1720

aproximadamente 1,2 metros delargo, unida a un vástago fino dehierro de unos 0,6 metros coronada por un pequeñoextremo piramidal. La jabalinaera pesada y, al lanzarla, todo e

peso se concentraba detrás de lacabeza, lo cual le otorgaba unatremenda fuerza penetradora

Podía atravesar un escudo y herial hombre que lo portara, oclavarse en el escudo e impedisu uso posterior. El alcance depilum era de unos treinta metrosaunque es más probable que ealcance efectivo fuera de la mitad

de esa distancia.

Page 1710: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1710/1720

Poseidón: dios griego del mar.Príapo: dios romano de lo jardines y los campos, símbolo dela fertilidad. Solía representarsecon un enorme pene erecto.

principes  (sing. princeps): esto

soldados, descritos como hombrede familia en la flor de la vidaformaban la segunda fila de la

línea de batalla en el siglo III aC. Eran parecidos a los hastati por ello iban armados y vestidode forma parecida. Los triarii eralos soldados más experimentadoy de mayor edad. A menudo, nose recurría a estos hombres hasta

que la batalla llegaba a una

Page 1711: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1711/1720

situación desesperada. Lafantástica expresión romana «Easunto se deja en manos de lotriarii» lo deja claro. Llevabaunos cascos de bronce copenacho, cotas de malla y una

greba en la pierna que movíaprimero (la izquierda). Todosportaban un scutum e iba

armados con un gladiuhispaniensis y una lanza largapara clavar. Véase también laentrada correspondiente amanípulo.

pteryges: también escritopteruges. Se trataba de una doble

capa de tiras de lino rígido que

Page 1712: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1712/1720

protegían la cintura y laentrepierna. Iba sujeto a unacoraza del mismo material o erauna pieza extraíble del equipoque se empleaba bajo el peto debronce. Aunque los griegos fuero

quienes diseñaron el pterygesmuchas naciones lo empleabanincluyendo a los romanos

cartagineses.quinquerreme: principal barco deguerra cartaginés del siglo III  aC., que también fue muy utilizadopor los romanos. Tenía untamaño similar al del trirremepero constaba de muchos má

remeros. La controversia acerca

Page 1713: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1713/1720

del número exacto de remeros la posición que ocupaban hadurado décadas. Sin embargohoy día se considera que equinquerreme tenía tres bancode remos a cada lado. La

embarcación se desplazaba desdetres niveles con dos hombres ecada remo en los banco

superiores y un hombre por remoen el banco inferior. Véasetambién la entrada para trirreme

quitón: túnica común de lino olana que vestían los hombregriegos.

samnitas: pueblo de una zona

confederada del sur de lo

Page 1714: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1714/1720

 Apeninos centrales. Libraron treguerras contra Roma en los sigloIV  y III  a. C., de las cualesperdieron la última. Sin embargoa los samnitas no les convencía egobierno romano. Apoyaron tanto

a Pirro de Epiro como a Aníbal esus guerras contra la República.

Saturnalia: festival de siete día

de duración que se celebraba amediados de diciembre. Era unade las celebraciones máimportantes del calendarioromano.

scutarii  (sing. scutarius)infantería íbera pesada, celtíbero

que llevaban escudos circulares, o

Page 1715: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1715/1720

unos muy parecidos a los de lolegionarios romanos. Loindividuos más ricos quizállevaran cotas de malla; otrospequeños petos de armaduraMuchos scutarii llevaban grebas

Los cascos de bronce eran muparecidos a los del estilo galo deMontefortino, usados también po

los soldados romanos. Ibaarmados con espadas de hojarecta, pero ligeramente mácortas que su equivalente gala famosas por su excelente calidad

scutum  (pl. scuta): escudo oval alargado del ejército romano, de

unos 1,2 metros de alto y 0,75

Page 1716: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1716/1720

metros de ancho. Constaba dedos o tres capas de maderasituadas en ángulo recto entre sy estaba revestido de lino oloneta y cuero. El scutum erpesado, entre seis y diez kilos. E

centro estaba decorado con ugran tachón de metal con el asaen horizontal situada detrás. La

parte delantera solía llevamotivos decorativos pintados y seutilizaba una funda de cuero paraproteger el escudo cuando no seusaba, por ejemplo durante lamarchas. Algunos guerreroíberos y galos empleaban escudo

similares.

Page 1717: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1717/1720

Senado: órgano de trescientosenadores, que eran nobleromanos prominentes. El Senadose reunía en el centro de Roma, ysu función era aconsejar a lomagistrados —cónsules, pretores

cuestores, etc.— sobre políticainterna y externa, religión finanzas.

seres: nombre que los romanodaban a los chinos.socii: aliados de Roma. En la époc

de las guerras púnicas, todos lopueblos no romanos de Italiahabían sido obligados a entablaalianzas militares con Roma. E

teoría, estos pueblos seguía

Page 1718: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1718/1720

siendo independientes, pero en lapráctica eran súbditos, obligadoa enviar cupos de tropas paraluchar por la República siempreque se les exigiera.

tablinum: oficina o zona de

recepción situada después deatrio. El tablinum solía dar a u

 jardín cerrado con columnatas.

Tanit: junto con Baal Hammón, ladeidad más importante deCartago. Se consideraba unadiosa de la maternidad, así comopatrona y protectora de la ciudad

tessera: véase entrada paratesserarius.

tesserarius  (pl. tesserarii): uno

Page 1719: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1719/1720

de los oficiales jóvenes de unacenturia, entre cuyos cometidose incluía dirigir la guardia. Enombre deriva de la tablillatessera en la que se escribía lacontraseña del día.

tracio: originario de Tracia, regiónque incluía parte de la actuaBulgaria, Rumanía, el norte de

Grecia y el suroeste de TurquíaEstaba habitada por más decuarenta tribus guerreras.

Trasimene: el actual lagoTrasimeno, en el centro del nortede Italia, cerca de Perugia ySiena.

Trebia: el río Trebbia.

Page 1720: Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

8/17/2019 Anibal. Nubes de Guerra - Ben Kane

http://slidepdf.com/reader/full/anibal-nubes-de-guerra-ben-kane 1720/1720

tribuno: oficial de estado mayor euna legión; también uno de lodiez cargos políticos de Romadonde servían como «tribunas depueblo», defendiendo loderechos de los plebeyos. Lo

tribunos también podían vetamedidas tomadas por el Senado olos cónsules, excepto en tiempo

de guerra. Atacar a un tribuno erauno de los delitos más graves.