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    Arte y Educación

    Colección dirigida por Roser Juan ola

    Títulos publicados:

    1. A. D. Efland -  Una historia de la educación del arte

    2. J. Matthews -  El arte de la infancia y la adolescencia

    3. P. Parini -  Los recorridos de la mirada

    4. M. J. Parsons -  Cómo entendemos el arte

    5. F. Graeme Chalmers -  Arte, educación y diversidad cultural

    6. N. Mirzoeff -  Una introducción a la cultura visual

    7. A. D. Efland, K. Freedman y P. Stuhr -  La educación en el arte posmoderno

    Arthur D. Efland, Kerry Freedman

    y Patricia Stuhr

    La educación en el arte

    posmoderno

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    Título original:  Postmodern Art Education

    Publicado en inglés, en 1996, por The National Art Education Association,

    Virginia, EE. UU.

    Traducción de Lucas Vermal

    Cubierta de Mario Eskenazi

    Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del  copyright,bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra porcualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografla y el tratamiento informático,y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.

    © 1996 The National Art Education Association

    © 2003 de la traducción, Lucas Vermal

    © 2003 de todas las ediciones en castellano,

    Ediciones Paidós Ibérica, S.A.,

    Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona,v Editorial Paidós, SAICF,

    Defensa, 599 - Buenos Aires

    http://www.paidos.com

    ISBN: 84-493-1422-4

    Depósito legal: B-16.112/2003

    Impreso en Gráfiques 92, S.A.

    Avda. Can Sucarrats , 91 - 08191 Rubí (Barcelona)

    Impreso en España - Printed in Spain

    Sumario

    CAPÍTULO 1. PROBLEMAS CURRICULARES A FINALES DE SIGLO:

    EDUCACIÓN DEL ARTE Y POSMODERNIDAD 13

    El ocaso de la modernidad 13

    La influencia del pensamiento moderno en la educacióndel arte 16Objetivo del libro 18Plan del libro 19Hacia una definición de la modernidad 20Características de la modernidad 20Características de la posmodernidad 29

    La cuestión del multiculturalismo 32¿Por qué es la posmodernidad una cuestiónmulticultural? 33

    Preguntas fundamentales 36

    CAPÍTULO 2. TEORÍA POSMODERNA: CAMBIAR CONCEPCIONES

    DEL ARTE, LA CULTURA Y LA EDUCACIÓN 39

    Modernidad cultural y estética 39El auge de la epistemología moderna 40La concepción moderna de localización 41La relación del individuo con la sociedad 42El concepto de salud psicológica 43

    http://www.paidos.com/http://www.paidos.com/

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    La educación en el arte posmo dern o 8

    Nuevas cuestiones y prácticas en la teoría socialy cultural 44

    La epistemología: el problema del conocimiento . . . . 45La cuestión de la representación 46Localización: concepciones del tiempo y del espacio . . 48

    La identidad en la sociedad y la cultura 51La psicología como construcción del Yo 54

    ¿Qué es la teoría posmoderna? 56El arte posmoderno 59Compendio de ideas y principales característicasdel arte posmoderno 70

    Posmodernidad y educación 76La crítica moderna de la educación del arte 86Un ejemplo posmoderno: los gráficos informáticosen la clase de arte 92

    CAPÍTULO 3. VISIONES DEL PROGRESO EN LA EDUCACIÓN

    DEL ARTE DEL SIGLO xx 99

    Introducción 99Progreso, cambios de paradigma y modernidad 101

    Cambios de paradigma en la educación del arte . . . . 103Los cambios de paradigma en el arte moderno 104Elementos del diseño en las pedagogíasde la modernidad 105La expresión creativa del yo: la segunda pedagogía

    de la modernidad 108El arte en la vida cotidiana y la modernidad 111La orientación hacia las disciplinas y la modernidad . . 114

    El futuro de la educación del arte 119La actual crisis del currículo 121La construcción de la realidad: la finalidadde la educación del arte 124

    9 Sumario

    CAPÍTULO 4. LA EDUCACIÓN DEL ARTE MULTICULTURAL

    EN RELACIÓN CON LA MODERNIDAD Y LA POSMODERNIDAD . 13 1

    Introducción 131El multiculturalismo 135

    El enfoque pedagógico basado en los casos especialesy de diferencia cultural 136El enfoque pedagógico basado en las relacioneshumanas 138El enfoque pedagógico basado en el estudio de un gruposingular 140El enfoque pedagógico basado en la educaciónmulticultural 141Una pedagogía a la vez multicultural y de reconstrucciónsocial 143

    Conexiones de los enfoques multiculturales con

    la modernidad y la posmodernidad 147La enseñanza de la diferencia cultural en relacióncon la modernidad y la posmodernidad 147El enfoque basado en las relaciones humanas en relacióncon la modernidad y la posmodernidad 150Los estudios de un grupo singular en relacióncon la modernidad y la posmodernidad 151El enfoque pedagógico basado en la educación multicultural en relación con la modernidad y la posmodernidad . 152La pedagogía multicultural y de reconstrucción social

    en relación con la modernidad y la posmodernidad . . 153Conclusión 155

    CAPÍTULO 5. CARACTERÍSTICAS DEL CURRÍCULO DE ARTE

    POSMODERNO 157

    Pequeños relatos en lugar de metarrelatos 159Relatos históricos 159Los pequeños relatos como modelo paralos currículos 165

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    La educac ión en el arte pos mod ern o 10

    La relación del poder con el saber 167La arquitectura y la crítica arquitectónica comouna cuestión de poder-saber 169La cultura popular como una cuestión de poder-saber . 170Las artesanías como cuestión de poder-saber 171

    El elitismo como constructo de poder-saber 172La cultura dominante versus la marginada 174El lenguaje como una cuestión de poder-saber 174

    La idea de deconstrucción 177La deconstrucción como un tema del currículo . . . . 181

    El arte como forma cultural doblemente codificada . . . 183La doble codificación como principio curricular . . . . 184

    Resumen y conclusiones 188

    CAPÍTULO 6. Los CONCEPTOS POSMODERNOS EN EL AULA . . 191

    La importancia de cuestionar: lecturas múltiples,conflicto conceptual 196

    Lección 1: transformación de edredones amishpor ordenador 197

    Conceptos posmodernos 198Desarrollo de la lección 203Fuentes para esta lección 205

    Lección 2: enviar ideas: las tarjetas postales comometáfora posmoderna 206

    Conceptos posmodernos 208

    Desarrollo de la lección 208Lección 3: el juicio de TiltedArc,  de Richard Serra . . . . 210

    Conceptos posmodernos 211Desarrollo de la lección 211Fuentes para esta lección 214

    Lección 4: representación de mensajes 214Conceptos posmodernos 215Desarrollo de la lección 216Fuentes para esta lección 218

    11 o. bumario

    Lección 5: lecturas de una reunión indígenanorteamericana 219

    Conceptos posmodernos 220Desarrollo de la lección 221

    Conclusión  225

     Referencias bibliográficas  227

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    Capítulo 1

    Problemas curriculares a f inales de siglo:educación del arte y posmodernidad

    E l o c a s o d e l a m o d e r n i d a d

    En la década de 1980, el debate sobre los currículos en educa

    ción del arte estaba centrado en los pros y los contras de la educación

    artística basada en las disciplinas ( d i s c i p l i n e - b a s e d art education,

    DBAE). Los educadores de arte discutían las repercusiones quetraería consigo la inclusión de la estética, la historia del arte y la

    crítica de arte en la enseñanza en clase. En ese debate no parecía

    existir una percepción clara de las espinosas cuestiones críticas

    que empezaban a perfilarse en el seno de esas disciplinas. Ciertas

    ideas imperantes en el arte moderno desde sus inicios, a fines del

    siglo xix, empezaban a ponerse en tela de juicio. Dentro de la

    controversia, algunos teóricos consideraban que el arte de la mo

    dernidad se había convertido en el estilo academicista de la épo

    ca y de la corriente dominante del  establishmcnt   cultural nortea

    mericano, del mismo modo que el estilo academicista francés sehabía convertido a fines del siglo anterior en el arte de las clases

    altas francesas. Otros teóricos sostenían que la modernidad, en su

    doble acepción de fenómeno artístico y período de la cultura oc

    cidental, había desembocado en una cultura posmoderna.

    Varios indicios avalan la hipótesis de que hemos entrado

    en una nueva época cultural. Uno de ellos es el hecho de que la

    http://_discipline-based/http://_discipline-based/http://_discipline-based/

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    La educación en el arte posmoderno 14

    sucesión de nuevos estilos, la larga serie de «ismos», desde el

    impresionismo y el cubismo hasta el expresionismo abstracto y

    el minimalismo, que solía interpretarse como una prueba del

    avance progresivo del arte, está siendo cuestionada por historia

    dores y críticos. Éstos se preguntan con creciente insistencia si la

    búsqueda insaciable de lo nuevo como valor supone realmenteprogreso alguno. Además, esta corriente crítica va ganando in

    fluencia en una época en la que la comunidad de artistas profe

    sionales parece dominada por una sensación de agotamiento es

    tilístico.

    Por si quedara alguna duda de si ese proceso de dislocación y

    cambio cultural es real y, en caso de serlo, de si es lo bastante im

    portante como para merecer nuestra atención, considérese la des

    cripción que hizo Kim Levin (1979) de la comunidad de artistas

    profesionales a finales de la década de 1970:

    Había ocurrido algo, algo tan importante que fue ignoradocon incredulidad: la modernidad se había quedado sin estilo. Incluso parecía que la idea misma de estilo se hubiese desgastado,pero sucedía que el estilo —la invención de conjuntos de formas— era precisamente una inquietud propia de la modernidad,al igual que la originalidad. La tradición de lo Nuevo, la llamó Ha-rold Rosenberg. A principios de los años setenta los críticos y artistas modernos prodigaban predicciones funestas acerca de lamuerte del arte. Pero en ese momento era obvio que lo que se terminaba no era el arte sino una época... Estamos asistiendo al he

    cho de que en los últimos diez años el arte moderno se ha convertido en el estilo de una época, un fenómeno histórico.

    Para Suzy Gablick (1984), había en juego mucho más que un

    cambio de estilo, ya que el cambio mismo es una caracter ística es

    pecífica de la modernidad. En medio de su frenética actividad, la

    comunidad de artistas profesionales entró en un período de inde

    finición respecto a sus aspir aciones:

    15 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    El abrumador espectáculo del arte actual ha llegado al extremo de confundir no sólo al público sino también a los profesionales y estudiantes, para quienes la falta de criterios consensúalesclaros, que sienten las bases de una praxis común, ha conducido aun pluralismo impenetrable de enfoques que compiten entre sí

    (pág. 14).

    Desde la perspectiva de Gablick, la modernidad histórica

    propugnó un arte autónomo cuyos valores estéticos eran conside

    rados como fines en sí. El destino de la modernidad era visto

    como una cruzada para generar nuevos valores sociales y espiri

    tuales en un mundo cada vez más dominado por el materialismo.

    Los artistas, como parte de la vanguardia, estaban totalmente de

    dicados a esta misión. Los primeros representantes de la moder

    nidad se esforzaban en mantener una visión pura de la verdad, por

    lo que se alejaron del mundo social. Incapaces de encontrar algúnsentido en el mundo de finales del siglo xi x y principios del siglo xx ,

    decidieron buscarlo en su interior, e inauguraron de ese modo la

    postura del «arte por el arte». Gablick describe este fenóme

    no como «una respuesta necesaria a una realidad social que

    [ellos, como artistas] ya no podían hacer suya» (pág. 21). El re

    pliegue en la expresión del yo y la consiguiente proliferación de

    nuevas formas frustró la posibilidad de un estilo unificado. Du

    rante los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra

    Mundial, artistas como Pollock o De Kooning podían aún rei

    vindicar el legado espiritual de los primeros exponentes de lamodernidad artística como Kandinski y Malevich; pero a partir

    de los años sesenta, de acuerdo con Gablick, la situación había

    empezado a cambiar.

    Los artistas de la modernidad tardía, como los integrantes del

    círculo del célebre crítico de arte Clement Greenberg, entre los

    que se encontraban Helen Frankenthaler, Morris Louis y Jules

    Olitski, sostenían que el arte no posee ninguna finalidad elevada

    o trascendent e, sea social o espiritual. El significado del arte que-

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    La educación en el arte posmoderno 16

    dó reducido a la estética formal. Gablick concluye que «el verda

    dero problema de la modernidad ha resultado ser el problema de

    la fe: la pérdida de la fe en cualquier sistema de valores más allá

    del yo» (págs. 29 -30). Al abandonar su misión social o espiritual,

    la comunidad de artistas profesionales redujo el arte al rango de

    una mercancía que se ofrece en el mercado y, ciertamente, el arteelevado ha logrado un enorme éxito comercial.

    Si Levin y Gablick escriben como críticos e historiadores so

    bre la manifiesta pérdida de rumbo de la modernidad, Arthur

    Danto hace lo propio desde el campo de la filosofía estética. En la

    introducción a un reciente libro de ensayos (1990) señala:

    [A] mediados de los años sesenta tuvo lugar una profunda revolución en la historia del arte; tan profunda que, de hecho, nohubiera sido exagerado decir que el arte, tal y como había sido en

    tendido históricamente, había llegado a su fin a lo largo de esa década tumultuosa (pág. 6).

    L A I N F L U E N C I A D E L P E N S A M I E N T O M O D E R N O E N L A E D U C A C I Ó N D EL A R T E

    Por más que la modernidad como movimiento estético pase por

    una fase de transformación, o se acerque posiblemente a su fin,

    ¿por qué debería eso afectar a los profesores de arte? Una razón

    es que muchas de las prácticas empleadas hoy en día por los pro

    fesores de arte, si no la mayoría, están basadas en concepcionesmodernas del arte. Es habitual, por ejemplo, que los profesores

    de arte evalúen las aptitudes de sus alumnos según el grado de

    originalidad o creatividad que hayan demostrado en sus trabajos

    de clase. El alto valor otorgado a la originalidad y a la expresión

    del yo empezó a imponerse con el surgimiento de la psicología

    como disciplina profesional y fue justificado en el terreno de las

    artes por las modernas teorías del expresionismo. El expresionis

    mo distingue a las obras de arte de cualesquiera otros objetos por

    17 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    su condición de creaciones de artistas con vocación expresiva. La

    originalidad se refiere a un tipo de producción que es a la vez in

    novadora y única. La expresión creativa del yo se convirtió en una

    importante filosofía que desde la década de 1920 ha inspirado a

    muchos profesores de arte. En épocas premodernas el principal

    indicador del talento hubiese sido la habilidad de los estudiantespara representar con precisión y destreza el mundo natural me

    diante imágenes realistas. Desde una perspectiva moderna, mere

    cerían ser premiados los estudiantes que parecieran capaces de

    aprehender sus propios estados emocionales y revelarlos a través

    de figuraciones abstractas. Como se verá en el próximo capítulo,

    muchos artistas posmodernos se apropian de imágenes y formas

    de épocas y lugares distintos, incorporan elementos de represen

    tación a su obra, y a menudo mensajes socialmente comprometi

    dos. Acaso sea necesario reconsiderar, por tanto, el valor atribui

    do a la originalidad y la expresión personal del yo para resaltar lasdiferencias entre ambas filosofías artísticas.

    Un segundo ejemplo del legado de la modernidad en la ense

    ñanza del arte está en el mantenimiento de la práctica de presen

    tar elementos y principios del diseño como base para la produc

    ción didáctica y la crítica de arte. En lo tocante a la enseñanza, la

    primacía de estas características formales del arte se remonta a

    principios del siglo xx. Desde una perspectiva formalista, la co

    herencia y la fuerza de la forma son la principal fuente de su valor

    estético cuando juzgamos una obra de arte. Este planteamiento

    tenía todo su sentido en las primeras décadas de este siglo, cuando los estilos artísticos abstracto y no objetivo daban sus prime

    ros pasos, pero seguir insistiendo en ellos parece menos justifica

    do hoy en día. Los artistas y críticos contemporáneos son más

    bien propensos a crear e interpretar las obras desde el contexto

    cultural espacial y temporal de su creación. En la actual idad, mu

    chos artistas ponen en duda que se deba prestar tanta atención a

    elementos y principios del diseño. En cu alquier caso, los aspectos

    formales parecen destinados a perder importancia respecto a la

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    La educación en el arte posmoderno 18

    época en la que acabar con la concepción de la obra de arte como

    representación de la naturaleza era una preocupación de primer

    orden para los artistas.

    La adopción de estas pedagogías estaba justificada cuando la

    tendencia moderna era predominante en el desarrollo del arte oc

    cidental, y tenía sentido dejar de lado los métodos de enseñanzapremodernos para reemplazarlos por enfoques afines a los princi

    pios artísticos modernos. Pero ahora, cuando la modernidad mis

    ma está siendo cuestionada, ¿podemos esperar que cambien tam

    bién los actuales métodos de enseñanza? Y si así fuera, ¿cuáles

    deberían sustituirlos? ¿Hasta qué punto resultaría viable un enfo

    que posmoderno del arte aplicado a escolares, probablemente

    ajenos al arte moderno, por no hablar del posmoderno? Estas son

    algunas de las cuestiones fundamentales que plantearemos.

    OB J E T I VO DE L L IB R O

    El objetivo general de este libro es investigar las implic aciones de la

    filosofía posmoderna como problema curricular. Para ello, es pre

    ciso examinar ciertos problemas clave. La primera tarea consiste en

    contextualizar varias prácticas actuales dentro del marco de la mo

    dernidad. De ese modo pretendemos evidenciar las limitaciones de

    ese marco para interpretar las tendencias artísticas recientes.

    La segunda tarea consistirá en pasar revista a las teorías de la

    posmodernidad y sus orígenes sociales y culturales a través de losescritos de teóricos sociales y críticos europeos y norteamerica

    nos. Este examen describirá cómo y por qué han ganado predica

    mento las ideas posmodernas en las humanidades, las ciencias so

    ciales, la historia del arte y en el discurso actual de los educadores

    profesionales.

    La tercera tarea es explorar las conexiones entre los enfoques

    multiculturales del currículo y las problemáticas posmodernas.

    Trataremos de ver en qué medida diferentes visiones del conteni-

    19 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    do de un currículo multicultural reflejan una concepción moder

    na o posmoderna del pluralismo.

    La cuarta tarea es identificar algunas características importan

    tes del currículo posmoderno e indicar posibles consecuencias

    prácticas. Esto se hará aportando ejemplos de actividades artísti

    cas que ilustran cómo profesores y estudiantes tratan de afrontarestas problemáticas.

    PL AN DE L L IB R O

    En el resto de este capítulo se examinarán las principales caracte

    rísticas de la modernidad. Estas han prevalecido dura nte la mayor

    parte de este siglo y ahora están siendo cuestionadas. El siguiente

    capítulo revisa pormenorizadamente la posmodernidad, prestan

    do especial atención a la diversidad de opiniones contrapuestas.La descripción de David Harvey (1989) de la posmodernidad

    «como un campo de minas de nociones contrapuestas» refleja

    fielmente el ámbito de la posmodernidad. Evaluaremos la situa

    ción en la que se hallaba la educación artística tomando en consi

    deración los currículos que se popularizaron a lo largo de esa épo

    ca moderna. Se identificarán cuatro paradigmas modernos que

    marcaron las prácticas de la enseñanza artística a lo largo del si

    glo xx. Éstos no se entienden como los eslabones sucesivos de un

    desarrollo progresivo sino como repuestas pedagógicas a necesi

    dades y condiciones específicas de orden social y cultural.En el capítulo cuarto examinaremos los problemas multicul

    turales en la educación artística, haci endo especial hincapi é en las

    diferentes concepciones del multiculturalismo. Aunque las pro

    blemáticas del multiculturalismo y la posmodernidad están cier

    tamente ligadas no son idénticas. Se presentarán algunas de estas

    concepciones divergentes de los currículos multiculturales, espe

    cificando sus diferencias en cuanto a quienes las proponen, sus

    objetivos y las audiencias a las que van dirigidas.

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    La educación en el arte posmoderno 2 0

    En el capítulo quinto debatimos acerca de algunas caracte

    rísticas de un currículo posmoderno, señalando ejemplos de cues

    tiones de contenido que debería tener en cuenta. El último capítu

    lo contiene una serie de retratos de clase que ilustran las actividades

    de un currículo posmoderno.

    H A C I A U N A D E F I N I C I ÓN D E L A M O D E R N I D A D

    En esta sección se discuten las características de la modernidad a

    fin de distinguirla claramente de la posmodernidad. Las caracte

    rísticas de la posmodernidad se discuten en el siguiente capítulo.

    No todos los observadores contemporáneos reconocen ni acep

    tan necesariamente los rasgos que hemos usado para diferenciar

    ambas tendencias. Además, la transición de lo moderno a lo pos

    moderno no tiene lugar en todos los ámbitos a la misma velocidad. En el segundo capítulo (pág. 77) un cuadro resume y con

    trasta estas características para poner de relieve sus principales

    diferencias. Hay que advertir al lector de que resulta conceptual-

    mente peligroso trazar una línea de demarcación demasiado cla

    ra, ya que estos dos ámbitos de fenómenos culturales se superpo

    nen considerablemente. Está además la dificultad añadida de que

    muchos autores interpretan la posmodernidad como una fase tar

    día de la modernidad. Los cambios en el paisaje cultural moder

    no y la irrupción de la posmodernidad constituyen para muchos

    un factor de desconcierto.

    C A R A C T E R Í S T I C A S D E L A M O D E R N I D A D

    El término  moderno  significa «perteneciente a, o característica de

    un período reciente o actual» (Th e american Heritage Dictionary,

    pág. 806). Se ha empleado para identificar el auge de un nuevo es

    tilo en las artes: un estilo que repudiaba todos los estilos que lo

    21 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    precedían. En filosofía, la fecha más temprana que se ha fijado

    para el inicio de la época moderna es el Renacimiento, pero lo

    más usual es identificar ese inicio con las concepciones racionalis

    tas que aparecieron o se desarrollaron a lo largo de los siglos xvn

    y xvm, período que conocemos como la Ilustración. El concepto

    de modernidad depende fundamentalmente de la creencia en eluso de la razón y el conocimiento científico como artífices de todo

    progreso posible. Desde esta perspectiva, el verdadero conoci

    miento permite al hombre extender su dominio sobre la naturale

    za y nos provee de abundancia material. La disciplina de la histo

    ria nos construye el relato de este desarrollo, una narración que

    glosa típicamente el progreso de la civilización.

    La modernidad también piensa en términos de utopías racio

    nales cre adas media nte una ingeniería social o la planificación de

    un ordenamiento social ideal. La modernidad, ya sea en el ámbi

    to de la planificación social, el arte o la educación, está orientadahacia el futuro: el futuro se representa invariablemente como una

    época mejor que el presente. Uno de los indicios que se señalan

    como prueba de esta transición a la posmodernidad es que las re

    presentaciones actuales del futuro rara vez pintan las cosas mejor

    de lo que son en el presente. Rose lo expresó crípticamente di

    ciendo que «el futuro ya no es lo que era» (1991, pág. 169).

    La modernidad también reviste connotaciones negativas. La

    tecnología, por ejemplo, es usada a menudo para representar la

    otra cara de lo moderno. Se pueden encontrar otros ejemplos en

    las críticas a los proyectos de renovación urbanística de los añossesenta: industrialización, alienación, degradación de la vida ur

    bana contemporánea, pérdida de la comunidad, calentamiento

    global y otras tragedias. Preocupado por captar la esencia de la

    experiencia moderna, el crítico social y urbano Marshall Berman

    (1988) escribió:

    Ser moderno es encontrarse en un entorno que nos prometeaventura, poder, alegr ía, crecimiento, transformación de uno mis-

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    La educación en el arte posmoderno 22

    mo y del mundo; y que al, mismo tiempo, amenaza con destruirtodo lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos.Los entornos y experiencias modernos cancelan los límites geográficos y étnicos, de clase y nacionalidad, religión e ideología: eneste sentido puede decirse de la modernidad que une a la huma

    nidad. Pero la suya es una unidad paradójica, una unión de la desunión: nos precipita en un torbellino de perpetua desintegracióny renovación, de luchas y contradicción, de ambigüedad y angustia. Ser moderno es formar parte de un universo en el que, comodecía Marx, «todo lo sólido se desvanece en el aire» (pág. 36).

    La modernidad «no respeta ni siquiera su propio pasado»

    (Harvey, 1989, pág. 11). Intenta romper con toda condición his

    tórica previa. Así es que cuando se proclama un nuevo estilo ar

    tístico, todos sus antecedentes históricos son abandonados como

     passé   o desechados peyorativamente como «historia». La modernidad también está sujeta a «rupturas y fragmentaciones inter

    nas » (pág. 12). Harvey apunta que la vanguardi a ha desempe ñado

    en general un papel importante en el avance de la modernidad,

    «al interrumpir cualquier sentido de continuidad con sus ruptu

    ras, recupe raciones y represiones» (pág. 12). Algunos podrían en

    contrar audaz, aunque desconcertante, esta forma de caracterizar

    la modernidad.

    Ciertos críticos de arquitectura como Charles Jencks (1987)

    tiende n a poner de relieve estos aspectos negativos seña lando, por

    ejemplo, la monotonía de los entornos arquitectónicos de la modernidad. En esa medida, valoran el advenimiento de la arquitec

    tura posmoderna como una reacción saludable. También cabría

    considerar que la modernidad, en su afán de subordinar las par

    tes al todo, incurre en una suerte de totalitarismo estilístico.

     La modernidad en el currículo.   Retrospectivamente se conside

    ra que las reformas curriculares de principios de los años sesenta

    guardaban cierta semejanza con los planes de renovación urbana

    de esa misma época. Ambos estaban espiritualmente vinculados a

    23 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    la modernidad en varios sentidos. En primer lugar, se basaban

    en la premisa de que lo nuevo es una reforma progresiva de prác

    ticas del pasado. En segundo lugar, cultivaban una racionalidad

    disciplinaria y para ello utilizaban a expertos (diseñadores urba

    nos, especialistas en la materia) con el fin de diseñar viviendas

    para los pobres en las ciudades o currículos «a prueba de profesores». Por último, c ompartían la insistencia en la estandarización

    como mecanismo de progreso, ya fuera en el ámbito de los planes

    de explotación de terrenos, de los proyectos de construcción de

    viviendas para diversos niveles de ingresos o en la estructuración

    de los temarios escolares.

    La tendencia a enseñar el arte como una disciplina también

    empezó en la década de 1960. Los enfoques basados en las disci

    plinas de hoy en día tienen su origen histórico en las iniciativas de

    aquella época y a menudo acusan el peso de esa herencia. No re

    sulta sorprendente que los detractores de la DBAE le reprochendefectos como su «racionalidad tecnocrática» (Hamblen, 1989).

    En la historia de la enseñanza del arte se han sucedido movi

    mientos proclives a la estabil idad, el control racional y la estanda

    rización, y otros que tendían a la fragmentación y lo efímero. Es

    tas características opuestas pueden encontrarse en diferentes

    propuestas curriculares de la modernidad. Los currículos que

    promovían la expresión creativa, en la línea de Herbert Read y

    Viktor Lowenfeld, se orientaba n hacia lo efímero; mientras que el

    rigor académico defendido por Barkan y el primer Eisner postu

    laban estabilidad, control racional y estandarización. La  idea  de  progreso.  La modernidad histórica se funda en la

    creencia de que la cultura y la sociedad tienen un desarrollo pro

    gresivo y evolutivo basado en el avance de la ciencia y el ejercicio

    de la razón humana. A finales del siglo xix, la noción de progreso

    estaba avalada científicamente por la teoría de la evolución de

    Darwin. Algunos llegaron a usar la noción darwiniana de «super

    vivencia de los más aptos» para justificar las prácticas competiti

    vas y elitistas del capitalismo de la época, lo que dio lugar a la

  • 8/17/2019 Arthur Efland

    12/114

    La educación en el arte posmoderno 24

    creación de la doctrina conocida como darwinismo social. Sin

    embargo, el darwinismo social no era una teoría científica sino

    una ideología abie rtamente favorable a las clases dominantes de la

    época.

    La comunidad de artistas profesionales también se hizo eco

    de estas ideas modernas de progreso, de acuerdo con el supues

    to de que cada nueva generación de artistas logra avances en el po

    tencial expresivo de sus respectivos medios artísticos. A partir de

    fines del siglo xix, el progreso del arte se identificó con el recha

    zo de las convenciones de representación asociadas al arte acade-

    micista de los siglos anteriores. Las convenciones tradicionales

    del arte fueron abandonadas, a finales del siglo xix, cuando los

    artistas empezaron a ver en la academia un obstáculo para su ori

    ginalidad, que pasó a considerarse como el principio mismo del

    progreso artístico.

    El crítico de arte británico Roger Fry escribió en una época enla que la teoría de Darwin ya había alcanzado un alto grado de

    aceptación. Si logró convencer a los profesionales de su época

    de la validez del arte abstracto y de su superioridad sobre las for

    mas artísticas precedentes, fue precisamente porque su público

    ya había interiorizado la noción de progreso como un principio

    rector de la evolución de la cultura humana. Al aludir al principio

    del progreso artístico pudo presentar los diseños compositivos

    como un avance estético.

    Hoy la gente se muestra menos segura de que el arte nuevo sea

    realmente superior al de ayer. Quizá la proliferación de estilos individualistas y abstractos se saldara en último término con un ale

     jamien to del púb lic o y la consiguiente pérdi da de cont enidos

    compartidos socialmente. En efecto, se impuso la convicción de

    que los artistas no eran gente «de su tiempo» sino que iban «por

    delante» de él; de que estaban construyendo el arte del futuro y

    de que algún día llegaría su hora, aunque como ha señalado Ga-

    blick:

    25  Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    El arte moderno siempre ha suscitado en el público en sentidoamplio una sensación de debilitamiento de lo artesanal, de pérdida de encanto, de fraude o engaño. [...] Una de las característicasmás inquietantes del arte moderno es precisamente la sospecha defraude que, desde sus inicios, ha llevado como soga al cuello.

     La vanguardia.  La idea de progreso guarda estrecha relación

    con la idea afín de que el avance cultural es obra de una élite ar

    tística e intelectual, una vanguardia productora de nuevas formas

    sociales o estilos de vida, así como de nuevas formas de arte. Su

    papel cultural consistía en elaborar nuevas formas de realidad

    que permitieran la realización del progreso. Estas formas innova

    doras debían desafiar las creencias y supuestos del público. Se es

    peraba, por tanto, que, tras un momento inicial de incomprensión

    ante las nuevas ideas y el nuevo arte, el público se volviera paula

    tinamente receptivo a esos avances. La presencia de formas dearte avanzadas supuestamente fuera del alcance del gran público

    brindó a muchos profesores su razón de ser: enseñar para colmar

    el foso abierto entre el público y la vanguardia.

     Mo de lo s   estéticos  modernos .  El debate sobre la modernidad

    tiende a privilegiar dos modelos estéticos: el formalismo y el ex

    presionismo. La posición formalista fue definida a principios del

    siglo xx por Bell (1914) y Fry (1925). En cuanto a las teorías ex

    presionistas, fueron expuestas por Croce (1913/1922) y Colling-

    wood (1938). Ambas concepciones aparecen asimismo en los tex

    tos críticos de Greensberg y Rosenberg a favor del expresionismoabstracto tras la Segunda Guerra Mundial. El apoyo de Greens

    berg (1961) «se basaba en una concepción evolucionista, progre

    sista del formalismo» (Freedman, 1989, pág. 222). Conside raba la

    eliminación del contenido como un avance en la historia del arte.

    En su descripción del arte, éste aparecía «asediado por la cultura

    de masas», por lo que necesitaba una reforma que girara en torno

    a «esos valores que sólo se pueden dar en el arte». «El contenido

    I debía] ser disuelto tan completamente en la forma que la obra de

  • 8/17/2019 Arthur Efland

    13/114

    La educación en el arte posmoderno 2 6

    arte o literaria no pudiera ser reducida ni parcial ni completa

    mente a nada que no fuera ella misma, [...] la materia o el conte

    nido se convierten en algo que hay que erradicar como una plaga »

    (Burgin, 1986, pág. 11). En la perspectiva de Greensberg, como

    en la de sus predecesores formalistas, el progreso estilístico se

    consideraba idéntico a la búsqueda de la pureza. Sus interpretaciones y juicios acerca de las obras de tantos artistas también fue

    ron hechos desde la idea de progreso y reflejan fielmente su insis

    tencia en la «inevi table llanura de la superficie [... ]» (pág. 14).

    Rosenberg también tomó partido por el movimiento pictórico

    del expresionismo abstracto pero tendía a equipararlo con el exis-

    tencialismo que dominaba el panorama intelectual de la posgue

    rra. Sin embargo, no se trata de decidir cuál de estas doctrinas

    explica mejor el estilo del expresionismo abstracto sino de desta

    car el hecho de que ambas ofrecían un sostén crítico a la pintura

    americana de posguerra en el marco de una concepción progresiva de la historia del arte.

    Primitivismo.  A finales del siglo xix la emergencia del llama

    do arte «primitivo» se percibía como un nuevo comienzo artísti

    co. El arte moderno, un arte esencialmente nuevo, era equipara

    do a menudo con el primitivismo. No es pues casual que pintores

    modernos como Klee o Picasso hicieran uso de motivos prove

    nientes de otras culturas o del arte de los niños. El influjo del pri

    mitivismo sobre el arte moderno puede relacionarse con el colo

    nialismo de los poderes dominantes europeos y americanos del

    siglo xix. Las grandes colecciones de artefactos «primitivos» quereunieron los museos etnográficos pudieron influir así sobré ar

    tistas como Picasso o Klee. El arte primitivo estaba en auge y cul-

    turalmente era un arte joven y por eso mismo vital, mientras que

    el viejo arte de las academias europeas parecía una tradición mo

    ribunda que llegaba al final de su recorrido histórico.

    La educación del arte en sentido moderno surgió unida al

    «descubrimiento» del arte infantil, que se consideró como una for

    ma peculiar de arte primitivo, especialmente en las clases de arte

    27 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

     juve niles de Franz Cizek. Es posibl e que los profesores de hoy en

    día ignoren por completo el significado que tuvo ese arte infantil

    en las mentes de sus primeros impulsores. Quizá continúen en

    tonces alentando la libre expresión del yo sin tomar conciencia

    del origen de esas ideas y de la relevancia que tuvieron esas prác

    ticas en la hora y el lugar en los que se originaron. Abstracción  El arte de la moderni dad temprana tomó rápida

    mente el camino de una creciente abstracción, hasta convertirse

    en la búsqueda de puras relaciones formales capaces de evocar la

    experiencia estética. Esta búsqueda de pureza se concebía como

    un rechazo a la cultura materialista que había generado el mundo

    industrial. En ese contexto el formalismo se presentaba como una

    vía para reformar el arte. También se había convertido en el fun

    damento de una estética presuntamente universal, común deno

    minador de cualquier arte del mundo. Se puede apreciar esta ten

    dencia en la enseñanza de elementos y principios del arte defiguras como Arthur Dow y también en la enseñanza de los maes

    tros de la Bauhaus. Aunque la legitimidad de la aspiración estéti

    ca a la universalidad está siendo radicalmente cuestionada, dicha

    tradición sobrevive en muchos de los libros de texto actuales. La

    carrera hacia la abstracción es comparable al reduccionismo cien

    tífico y a su tendencia a descomponer fenómenos complejos en

    partes más sencillas.

    Universalismo.  La búsqueda de una realidad universal subya

    cente a todo entendimiento puede haber sido una de las razones

    que animaron a los artistas a aventurarse en el terreno de la abstracción. Se suponía que la universalidad del arte residía en los

    elementos y principios formales contenidos en la variedad ingen

    te de estilos de todo el mundo. Pese a la diversidad de estilos los

    artistas modernos estaban empeñados en un estilo internacional.

    Ello era particularmente evidente en el campo de la arquitectura.

     Destrucción creativa .  Harvey (1989) señala que el arte moder

    no lleva en sí la imagen de la «destrucción creativa», que supone

    que para crear un mundo nuevo es necesario destruir gran parte

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    La educación en el arte posmoderno 28

    de aquello que lo precedió. Los procesos de análisis que configu

    raron la imagen cubista de la humanidad implicaban determina

    das pautas de reconstrucción de una nueva unidad. Ciertos escul

    tores de la posguerra usaban un soplete de corte para trocear

    coches viejos o destruidos y componían con sus piezas y trozos

    obras de arte. Durante la década de 1950, la   School Arts Magazi-ne  impartió muchas clases basadas en la idea de «hacer arte con

    desechos». En la misma línea, puede apreciarse en los planes de

    renovación urbanística de la década de 1960 una tendencia pare

    cida a construir nuevos entornos destruyendo patrimonio urba

    no. No era inusual, de hecho, que se justificase la consiguiente

    destrucción como el precio que debía pagarse por el progreso.

     Las  funciones  del  arte.  Dentro  de la concepción moderna del

    arte coexisten concepciones contradictorias acerca de su función.

    Por un lado, se considera a las obras de arte como objetos sustan-

    cialmente distintos cuyo sentido y finalidad sería procurar una experiencia estética al espectador. Desde otra perspectiva, se pre

    senta al arte como una terapia destinada a liberar tanto al artista

    como al espectador de los efectos malsanos de la sociedad. Una

    tercera perspectiva, que comparten muchos artistas modernos, es

    que el arte tiene por misión liberar a la misma sociedad de las re

    presentaciones represivas de la clase media conservadora produ

    ciendo objetos que choquen y ridiculicen a esas representaciones.

    En   La palabra pintada,  Tom Wolfe, (1975/1989) pone en tela de

     juicio la s incer idad de esta misión en una época en que e l éx ito del

    arte y el sustento del artista han pasado a depender completamente del mecenazgo de la clase media.

    Trivialización de la cultura popular.  Los críticos que promovían

    la búsqueda de la pureza en el arte, como Clement Greenberg,

    defendían la posición desdeñosa del artista frente al imaginario

    popular y comercial. Los libros de diseño denunciaban la falta de

    buen gusto de la mayor parte de los productos fabricados en

    masa. Laura Kipnis llegó a redefinir la modernidad «como la ne

    cesidad ideológica de e rigir y mantener patrones únicos de lo lite-

    29 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    rario y lo artístico frente a la constante amenaza de intrusismo y

    contaminación». Al referirse a la cultura visual popular como

    «kitsch», Greenberg estaba descartando que pudiese constituir

    un objeto de estudio serio, condición que reservaba exclusivamen

    te al arte de vanguardia. Cuando artistas como Warhol o Lichtens-

    tein empezaron a apropiarse del imaginario de la cultura popular ycomercial, Greensberg y muchos otros, dentro y fuera de la comu

    nidad del arte, se resistieron a aceptar tales manifestaciones.

    Kipnis (1986) sugirió que la proliferación de libros sobre la

    cultura popular firmados por críticos tanto sociales como artísti

    cos constituye uno de los indicadores del paso de la modernidad

    a la posmodernidad, mientras que Seymour Levine (1988) mostró

    cómo las distinciones culturales entre las formas artísticas «eleva

    das» y las «vulgares» acompañaron la formación de clases socia

    les jerárquicas . El drama shakes peariano, por ejemplo, no pasó de

    ser, durante la mayor parte del siglo xix norteamericano, un entretenimiento popular, y no adquirió el exaltado estatus de alta

    cultura hasta el cambio de siglo. La distinción entre las formas de

    entretenimiento elevadas y las vulgares corre paralela al desarro

    llo histórico de las clases sociales según un criterio económico.

    Esto sugiere que el rechazo de la crítica y los currículos modernos

    por la cultura popular o vulgar tiene poco que ver con su nivel de

    excelencia estética o importancia cultural.

    C A R A C T E R Í S T I C A S D E L A P O S M O D E R N I D A D

    A menudo se usa indiscriminadamente la palabra  posmodernidad

    para designar someramente los profundos cambios culturales de

    la sociedad postindustrial. Otros emplean el término para signifi

    car su rechazo a la modernidad y sus movimientos, del mismo

    modo que la modernidad repudiaba los estilos tradicionales. En

    este punto la definición de la posmodernidad se vuelve proble

    mática ya que si la modernidad se ha caracterizado por producir

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    La educación en el arte posmoderno 30

    estilos que repudiaban los estilos anteriores, se puede considerar

    que, al repudia r la modernidad, la posmodernidad no hace más que

    prolongar esa tradición moderna. Arac y otros entienden que la

    posmodernidad no deber ser vista como sucesora de la moderni

    dad, ya que eso supondría algún tipo de progreso (Arac, 1988,

    págs. vii-x).

    Aunque Rose (1991) encuentra ejemplos del uso del término

    ya en los años treinta, éste no obtuvo amplia aceptación hasta la

    década de los setenta. Muchos suponían, como Harvey (1989),

    «que desaparecería bajo el peso de su propia incoherencia o sim

    plemente perdería su atractivo intelectual y pasaría de moda». En

    los años posteriores el «clamor  de las tesis posmodernas aumentó

    más que disminuyó con el tiempo [en tanto que] últimamente ha

    determinado el tono del debate, definido las modalidades del dis

    curso y trazado los parámetros de la crítica cultural, política e in

    telectual» (pág. viii).Para Burgin (1986), el proyecto posmoderno consiste en revi

    sar críticamen te los postulados filosóficos de la Ilustración, espe

    cialmente su idea de progreso. Los posmodernos no niegan el

    cambio pero discuten el supuesto de que los cambios puedan ser

    legitimados como avances positivos de la cultura humana. Ade

    más, los pensadores posmodernos recusan a menudo visiones

    grandiosas de la historia como la que construye Marx a partir de

    su idea de lucha de clases. Se refieren a éstas como «gra ndes rela

    tos o metarrelatos», que es menester sustituir por lo que Jean-

    Francois Lyotard llama «los pequeños relatos». Se puede decir deéstos que encarnan la visión de grupos más pequeños (por ejem

    plo, subcultur as, mujeres, etc .). Bergin ( 1986) ha definido los pe

    queños relatos como «buenos por el momento y buenos para el

    futuro previ sible » (pág. 199).

    La concepción posmoderna de la cultura arraiga en el presen

    te más que en el futuro. Se vuelve hacia el pasa do para est ablecer

    la genealogía de los problemas del presente y descubrir hasta qué

    punto guardan relación con ilusiones heredadas del pasado. Los

    31 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    críticos culturales de la posmodernidad señalan casos en los que

    el avance del progreso ha generado tecnologías incontrolables

    que contaminan y destruyen el medio ambiente y citan ejemplos

    de científicos que en lugar de usar sus conocimientos para mejo

    rar las condiciones de vida contribuyen a someter a determinados

    grupos sociales al poder opresor de otros.Los inquietantes cambios que han sacudido las artes visuales

    y la ausencia! de patrones estilísticos comunes a todo el mundo del

    arte constituyen los signos exteriores de estas transformaciones

    profundas en el ámbito de la cultura. La arquitectura, la fotogra

    fía, el cine, la pintura y otras artes visuales son sendos testigos de

    estos cambios.

    Terry Eagleton (citado por Harvey, 1989), un teórico neo-

    marxista, define la posmodernidad en términos muy poco favora

    bles.

    Existe posiblemente un cierto consenso sobre el típico artefacto posmoderno, considerado lúdico, autoirónico e incluso esquizoide; se admite asimismo que su acercamiento impúdico al lenguaje comercial y mercantil constituye una reacción a la austeraautonomía de la modernidad tardía. Su actitud ante la tradicióncultural sería la de un pastiche irreverente, mientras que su deliberada falta de profundidad socavaría las solemnes construcciones metafísicas, mediante una estética a veces brutal, chocante osórdida (págs. 7-8).

    La descripción de la posmodernidad de Eagleton tiende a

    acentuar sus rasgos más negativos, como «falta de profundidad»

    e «irreverencia». Sin embargo la posmodernidad reviste también

    características positivas. De un modo curioso, el artista, el com

    positor y el escritor posmodernos manifiestan una gran apertura

    hacia los recursos culturales de épocas pasadas y logran apropiar

    se a menudo de sus motivos para integrarlos en su trabajo y de ese

    modo pronunciarse seria y profundamente sobre las complejida-

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    La educación en el arte posmoderno 32

    des del mundo contemporáneo. El siguiente capítulo examina el

    concepto de posmodernidad con mayor detalle.

    L a c u e s t i ó n d e l m u l t i c u l t u r a l i s m o

    Ciertos investigadores contemporáneos de la educación han deja

    do de guiarse por el ideal del conocimiento como fin en sí mismo

    y se han interesado por actividades que puedan servir para forta

    lecer a grupos sociales oprimidos económica y políticamente.

    Buen ejemplo de ello es el esfuerzo de maestros y alumnos por

    dar mayor relevancia, a través de la formación, a los legados artís

    ticos de grupos tradicionalmente infravalorados y marginados.

    Incorporar contenidos multiculturales al currículo se impone

    como un remedio obvio a los problemas de exclusión, pero ¿pue

    de realmente esperarse de los maestros que amplíen el espectro decontenidos hasta incluir aquellos que tradicionalmente han sido

    infravalorados o excluidos? El canon vigente está ampliamente

    subvencionado por una pléyade de fundaciones privadas, empre

    sas, organismos gubernamentales e instituciones culturales que

    contribuyen activamente, ya sea de modo consciente o no, a su

    consolidación. Basta con echar una ojeada al catálogo de una

    exposición de primer orden como «Monet en los años noventa»

    para comprobar que el apoyo económico lo hace posible por par

    tida doble, costeando los enormes gastos que acarrea y promovien

    do la investigación teórica que certifica la excelencia imponente

    de Monet como artista.

    Son muy pocas las estructuras de apoyo dispuestas a sacar a la

    luz el arte de las minorías étnicas, artistas mujeres y otros colecti

    vos oprimidos o marginados; desagraciadamente éstos carecen

    del grado de apoyo institucional que reciben los artistas de las co

    rrientes dominantes. ¿Cómo puede lograr el maestro de arte, en

    estas circunstancias, poner en claro quiénes son precisamente los

    artistas excluidos y cuáles las realizaciones que acreditan pese a

    33 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    esa falta de apoyo? ¿Cómo determinamos la cantidad de obras

    maestras canónicas que deben mantenerse en el currículo? ¿Ex

    cluimos a Monet para dar cabida a Judy Chicago? ¿Deberían

    reemplazar los escritos históricos de Linda Nochlin a los de Jan-

    son? ¿Basta con agregar al currículo los  Hopi Kachinas,  las man

    tas de los navajos, los edredones apalaches y a unos pocos artistas

    hispanoamericanos y afroamericanos para poder hablar de un cu

    rrículo multicultural? ¿Se requiere para ello algún tipo de revi

    sión radical del canon y una conciencia de los aparatos institucio

    nales que lo conforman y mantienen? ¿No cuestiona

    precisamente la noción misma de canon? Algunos alegan que, nos

    guste o no, el canon está ahí para afirmar la excelencia de las gran

    des obras. ¿Cómo podemos asegurarnos, sin embargo, de que el

    canon sea además realmente democrático?

    ¿ P O R Q U É E S L A P O S M O D E R N I D A D U N A C U E S T I Ó N M U L T I C U L T U R A L ?

    Gracias a la última pregunta empezamos a entender por qué el

    multiculturalismo constituye una cuestión eminentemente pos-

    moderna. Los primeros modernos dieron a conocer la cultura

    material de los «así llamados» grupos primitivos al público euro

    peo y norteamericano, pero en rigor nunca consideraron que

    aquellos artefactos fueran propiamente arte. Sólo la aplicación de

    los preceptos estéticos del formalismo logró que se los percibiera,

    por primera vez dentro de la tradición occidental, como objetos

    artísticos. La modernida d es, en este sentido, universalista; impli

    ca cierto grado de imparcialidad universalista pese a ser esencial

    mente occidental.

    La visión posmoderna de la cultura, en cambio, está condicio

    nada por la noción de pluralismo, en el sentido de que cualquier

    producción cultural tiene que entenderse en el contexto de su

    cultura de origen. Desde una perspectiva posmoderna el uso de

    categorías como «arte folclórico», «arte primitivo», «arte tribal»,

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    La educación en el arte posmoderno 34

    o «arte popular» implica de por sí una marginación de los grupos

    menos poderosos y permite clasificarlos en la trama jerarquizada

    que culmina en el arte occidental. Sus obras no están hechas con

    una intención sistemáticamente «artístic a» en el sentido occiden

    tal ni exigen necesariamente que se las juzgue estéticamente como

    «a r t e » .

    El artista Brower Hatcher se hace eco del deseo posmoderno

    de desarrollar vías para que diversos pueblos y sus creaciones

    puedan verse representados. En su obra  Prophecy  of the  ancients

    Hatcher:

    entrelaza diferentes oposiciones —lógica y ensueño, pasado yfuturo, público y privado, símbolo e imagen, cielo y tierra— en unesfuerzo por construir un modelo integrador [...] de la diversidadde las cosas tal como y como nos es dado conocerlas (Walker ArtC en te r , 1 9 9 0 , p á g . 2 3 9 ) .

    Un segundo aspecto que convierte el multiculturalismo en un

    asunto específicamente posmoderno es que no se enseñan y trans

    miten sus contenidos meramente para procurar un conocimiento

    y comprensión del arte a los alumnos y promover una cultura ar

    tística valiosa en sí misma sino para cambiar las relaciones socia

    les. En efecto, si cualquier forma de arte, incluidas las bellas artes,

    forma parte de la cultura visual, y en esa medida refleja una plu

    ralidad de dimensiones culturales, las dimensiones políticas del

    arte pueden, en ocasiones, imponerse a la enseñanza del arte y fo

    mentar la sensibilidad estética de los individuos.

    La educación del arte multicultural también puede sensibili

    zar a los estudiantes en cuestiones relacionadas con la opresión y

    la desigualdad e iniciarlos en cuestiones morales, por ejemplo. Al

    gunos educadores de arte han cuestionado que estos fines políti

    cos resulten pertinentes en el marco de la educación del arte, pre

    guntándose si ésta no debería más bien mantenerse alejada de la

    arena política. Se puede responder de varias maneras a esta obje-

    35 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    Brower Hatcher, Prophecy  of the  ancients, 1988. Piedra, acero inoxidable, acero, bron-ce, aluminio. Colección del Walker Art Center, Minneapolis.

    ción. Una de ellas pasa por detectar el carácter políticamente de

    terminado del currículo anterior a la aparición de los enfoques

    multiculturales. El canon que actualmente se asocia a la excelen

    cia artística reviste también, en efecto, un marcado cariz político,

    si no por su intención al menos por sus consecuencias. En el ca

    pítulo cuarto se adelantan otras respuestas relativas a esta cues

    tión. Un segundo argumento es que el divorcio entre los conteni

    dos politicosociales y el arte, así como el ideal de una actitud

    estética desinteresada, constituyen rasgos esencialmente moder

    nos que han dejado de ser viables en el mundo de hoy.

    En 1990, la población blanca del estado de California pasó a

    ser una minoría por primera vez en su historia, superada por la

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    La educación en el arte posmoderno 36

    suma de afroamericanos, hispanos y asiáticos. Con toda probabi

    lidad este escenario se repetirá en el resto del país, que presen

    tará una composición étnica muy distinta hacia 2050. Las cues

    tiones relacionadas con el currículo multicultural encontrarán

    respuestas muy variadas, incluso dentro de un mismo grupo cul

    tural. Estas diferencias dependen, en parte, de que los objetivosdel currículo se determinen desde una perspectiva moderna o

    posmoderna.

    P R E G U N T A S F U N D A M E N T A L E S

    A lo largo de este capítulo se han identificado y reunido cier

    tas cuestiones curriculares desde un ángulo manifiestamente pos

    moderno. Puede resultar útil clasificarlas brevemente para cerrar

    este capítulo y sentar las bases de los capítulos siguientes. Ese esel propósito de las siguientes preguntas:

    — Si la teoría moderna del arte ya no es la teoría universal que

    se pensaba, cabe preguntarse en qué puede afectar tal situa

    ción a la enseñanza del arte, ¿supone eso que tendremos

    que rechazar de plano los contenidos y métodos modernos?

    — ¿En qué debería n diferir un currículo posmoderno y uno

    moderno?; ¿y cómo operar esa transición de modo que

    puedan tratarse efectivamente las cuestiones que la condi

    ción posmoderna ha puesto en primer plano?

    — ¿Cómo pueden modificarse los currículos actuales para

    dar mayor cabida a las cuestiones multiculturale s teniendo

    en cuenta la existencia de concepciones divergentes del

    multiculturalismo? ¿Cómo puede hacerse para que los

    maestros aprendan más acerca de artistas y culturas ape

    nas representados en los currículos actuales y qué aspecto

    tendría un currículo de educación del arte culturalmente

    representativo?

    3 7 Problemas curriculares a finales de siglo: educación del arte [...]

    — Dado que la cult ura occiden tal sigue gozando de una po

    sición de privilegio en la mayoría de los currículos de hoy

    en día, ¿ qué cotas de pluralismo cultural será necesario al

    canzar para revertir esa situación en futuros proyectos de

    educación del arte? Y, si bien la sociedad americana se ha

    alimentado históricamente de la cultura occidental, ¿debeésta seguir ocupando la posición dominante en futuros cu

    rrículos?

    Estas son algunas de las respuestas que pueden hacerse a estas

    preguntas, cada una de las cuales se sustenta con distintos argu

    mentos. Los siguientes capítulos exploran estas cuestiones con

    detenimiento y plantean otras nuevas.

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    Capítulo 2

    T e o r í a p o s m o d e r n a : c a m b i a r c o n c e p c i o n e s d e l a rt e ,l a c u l t u r a y l a e d u c a c i ó n

    En este capítulo se exploran los efectos del pensamiento moderno y posmoderno sobre el arte y la educación del arte. En primerlugar, se examinarán brevemente algunos aspectos de la teoría social moderna subyacentes en las prácticas educacionales. En segundo término, se debatirán determinados conceptos y posiciones tomadas por los teóricos posmodernos para ilustrar sus

    puntos de acuerdo y de desacuerdo. En tercer lugar, se identificarán algunas concepciones posmodernas del conocimiento y delarte que atañen a prácticas actuales y sugieren direcciones para laeducación del arte del futuro. Finalmente, se discutirá acerca delos problemas planteados por la creciente implantación de la tecnología informática para ilustrar cuestiones posmodernas en elámbito de la educación del arte.

    Modernidad cultural y estética

    Muchos teóricos han descrito la modernidad como una forma depensamiento occidental reciente de carácter científico, individualista y progresista en sentido evolucionista. Esto es lo que se designa genéricamente con la expresión  modernidad cultural,  que

    hizo posible el surgimiento de una  modernidad estética  en el mar-

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    La educación en el arte posmoderno 40

    co más amplio de la cultura, que comprende al arte y a la críticacontemporáneas.

    La mayoría de los teóricos sociales sitúan los inicios de la modernidad cultural a principios del siglo xvii. La filosofía ilustrada, o lo que a veces se llama «el proyecto ilustrado», adoptó losideales sobre los que se ha construido el pensamiento occidentalcontemporáneo (euroamericano). Estos ideales han impregnadola práctica de la política, la economía y las artes, así como los estudios de la vida social, la historia y las ciencias sociales. Existe latesis de que la conciencia colectiva de las poblaciones que vivenactualmente en las culturas occidentales ha sido modelada por laestructura de la Ilustración y que el proyecto ilustrado ha determinado los medios, posibilidades y limitaciones del pensamientocontemporáneo (por ejemplo, Foucault, 1966/1970).

    La Ilustración vio la luz, en parte, como respuesta al controlautoritario de la población desde la aristocracia y la Iglesia en varios países de esa época. Sus ideales eran la libertad política y laigualdad socioeconómica. Antes de eso, la ciencia se basaba en losintereses del clero y la aristocracia. Sin embargo, con la Ilustración, el acento se desplazó hacia el «descubrimiento» de una forma «natural» de conocimiento a través de investigaciones filosóficas (más adelante científicas) desinteresadas, que condujeron ala creación de nuevas ramas de la filosofía, la epistemología y laestética entre ellas. La primera parte de ese período se vio sacudida por intensos cambios en la estructura del poder, como las queresultaron de las revoluciones francesa y americana. El proyecto

    ilustrado está de hecho marcado desde sus inicios por la conciencia de la íntima relación entre saber y poder.

    E L A U G E D E L A E P I S T E M O L O G Í A M O D E R N A

    Cuatro conceptos clave de la modernidad cultural originados enel proyecto ilustrado se entrelazaron con la modernidad estética

    41 Teoría posmoderna: cambiar concepciones del arte, la cultura [...]

    y llegaron a convertirse en destacados mecanismos educativos.(Freedman, 1989a). En primer lugar, se partía del axioma de quelos argumentos epistemológicos en filosofía podían revelar unaverdad neutra, objetiva y contraria a la falsedad. Así es que, porejemplo, la elaboración de una filosofía caracterizada por un

    análisis asocial, formal, y cuasicientífico del arte adquirió granimportancia para la comunidad del arte. Las representacionescientíficas de las preocupaciones formales y expresivas de la comunidad del arte tomaron al menos dos formas controvertidasen el pensamiento moderno. El arte se concibió como objetivo(en términos de una ciencia formalista) y subjetivo (de acuerdocon la caracterización de la psicología de un artista infantil, mitológico, genérico y libremente expresivo). Cada una de estasconcepciones echó mano de distintas concepciones del saber.

    El pensamiento y la representación modernos han tendido a

    unlversalizar y despolitizar el arte, tal y como sugiere la doctrina estética del «desinterés». Desde esta perspectiva se admitía que laverdad (o la «experiencia estética») no ocultaba interés alguno. Losintereses sociales, políticos y económicos se consideraban ideológicos y la ideología había sido definida como una falsa representacióno incluso como una ocultación de la verdad. Esta perspectiva dominante de la epistemología occidental ha sido cuestionada por teóricos recientes y es vista por algunos como un fenómeno inseparable del contexto social y cultural de un determinado medio. Dichode otro modo, constituye un hecho sólo en la medida en que fue

    construido como tal y conservado como una convicción por personas de una época y lugares particulares (Rorty, 1979).

    L A C O N C E P C I Ó N M O D E R N A D E L O C A L I Z A C I Ó N

    En segundo lugar, las disciplinas modernas de la historia y la geografía fueron perfilando una concepción particular del tiempo ydel espacio. Se consideraba que la historia se ocupaba del pasado,

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    La educación en el arte posmoderno 42

    mientras que la geografía se refería a formas territoriales establesque albergaban culturas estancas en sus límites naturales. Estaperspectiva iba de la mano con la creencia dominante en la supremacía de Occidente. Su concepción del progreso está basadaen una representación lineal y progresiva del tiempo. La modernidad cultural ha propiciado una visión evolucionista de la historiasocial: la sociedad progresa hacia formas siempre mejores, comopone de manifiesto el avance de la ciencia, el perfeccionamientotecnológico y el aumento de las libertades. Desde las ciencias sociales norteamericanas se ha presentado a menudo a Estados Unidos como el actor paradigmático de este avance histórico. En muchos ámbitos (económico, político, cultural, etc.) las disciplinasprofesionales norteamericanas encierran una visión complacientedel progreso y la fe en el papel salvífico de esta nación, destinadaa traer prosperidad y civilización al resto del mundo. Esta con

    cepción de las relaciones internacionales, predominante en lasciencias sociales desde sus orígenes, es también perceptible en lacomunidad artística desde la Segunda Guerra Mundial. De esaépoca data un lugar común de la modernidad, aún vigente hoy endía, que sitúa el centro del arte mundial en Estados Unidos; perosi bien la comunidad artística norteamericana se ha entregado almercantilismo, no parece en absoluto interesada en la libre competencia internacional.

    L A R E L A C I Ó N D E L I N D I V I D U O C O N L A S O C I E D A D

    En tercer lugar, también ha primado un concepto moderno deidentidad, basado en la idea de la absoluta singularidad del sujeto. El subjetivismo alcanzó, en Occidente, el rango de un idealcultural. De las distintas versiones del individualismo que hanproducido los países occidentales, la más extrema es el «rudo individualismo» apreciado en Estados Unidos. A través del prismadel individualismo, la historia se percibía como una acumulación

    43 Teoría posmoderna: cambiar concepciones del arte, la cultura [...]

    de actos individuales de expresión o poder encarnados en objetoshechos por personas singulares pertenecientes a determinadoscolectivos socioeconómicos. Así, por ejemplo, se suponía que losartistas eran «genios» innatos, ajenos a cualquier interés social,político o económico, y por ende capaces de representar lo ver

    dadero, universal y eterno a través de la exposición de lo más personal. Los currículos artísticos han mantenido la noción de individualismo al promover la expresión autónoma en la producciónartística de las escuelas, que, a pesar de su retórica democrática,constituye una institución sumamente reglamentaria. Más adelante, a lo largo de este capítulo, se localizarán las contradicciones internas de la concepción moderna del individualismo a fin de discutir cómo y en qué medida ésta ha podido ser radicalmentecuestionada.

    E L C O N C E P T O D E S A L U D P S I C O L Ó G I C A

    Un cuarto concepto de la modernidad cultural, de influencia decisiva sobre la modernidad estética, es el de la salud psicológica«natural». La noción de salud psicológica entró en Estados Unidos hacia finales del siglo xix y adquirió cierta relevancia en eldiscurso educacional a partir de los años veinte. Los educadorespretendían de este modo proteger a los niños de las influenciasenfermizas a las que estaban expuestos a diario. Al final de la Se

    gunda Guerra Mundial había cundido un profundo temor por losrasgos de personalidad autoritarios, que se interpretaban en términos patológicos (véanse Adorno, Frenkel-Brunswick, Levinsoy Sanford, 1950). En esta época, los psicólogos profesionales trabajaban activamente para ayudar al público en general y a loseducadores a prevenir estos rasgos en los niños. Aunque los artistas estaban catalogados como excéntricos, el concepto más antiguo de la creatividad como talento rayano en la locura fue entonces cuestionado por la idea nueva de que los artistas eran en

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    La educación en el arte posmoderno 44

    realidad personas mentalmente sanas obligadas a vivir en un mundo de locura. La tensión entre la veneración por una epistemología de certezas y los temores que suscitaba el autoritarismo fortaleció la vertiente terapéutica de la escuela del arte.

    Estos cuatro conceptos, epistemología, identidad social, loca

    lización y salud psicológica, han conformado el currículo y determinado el sentido de la información que constituye su contenido.Cuestionar estos conceptos modernos forma parte del pensamiento posmoderno. A continuación se resumen los cambios recientes de la teoría social que afectan a estos conceptos.

    Nueva s cuestiones y prácticas en la teoría social y cultural

    Aunque la posmodernidad pueda parecer centrada en cuestiones

    estéticas, sus raíces son políticas y del orden de la cultura general(Hutcheson, 1989). La teoría cultural reciente ha detectado cambios importantes en las concepciones actuales de la vida social.Esta teoría ha recurrido a perspectivas críticas de la sociología como la teoría neomarxista, la teoría feminista, y el análisissemiótico y el postestructuralismo franceses. En la década de1970, por ejemplo, se había formado en Francia una corriente intelectual particularmente crítica con el humanismo y el racionalismo.

    Sin embargo, la teoría posmoderna no es ya un fenómeno úni

    camente francés sino de alcance internacional. Esto es así [...] por

    que pensadores alemanes como Nietzsche y Heideg ger ya atacaron

    los conceptos y modos filosóficos tradicionales. El filósofo nortea

    mericano William James inauguró un pluralismo radical y John

    Dewey puso en evidencia la mayoría de las premisas de la filosofía

    y la teoría social, al tiempo que proponía reconstruirlas sobre nue

    vas bases. Más adelante fueron los historiadores ingleses Toynbee

    y Barraclough, y teóricos sociales norteamericanos como Drucker,

    Mills, Etzioni y Bell, quienes incorporaron el concepto de época

    45 Teoría posmoderna: cambiar concepciones del arte, la cultura [...]

    posmoderna a la historia y a la teoría social, mientras que los teóri

    cos culturales norteamericanos introducían el término en el ámbi

    to de las artes (Best y Kellner, 1991, págs. 27-28).

    Un rasgo común a las teorías sociales y culturales contempo

    ráneas es su interés por las relaciones entre poder y conocimiento. Los teóricos se han enfrentado a esta relación analizando lasconcepciones modernas de la epistemología, la representación, lalocalización, la identidad social y la salud psicológica.

    L A E P I S T E M O L O G Í A : E L P R O B L E M A D E L C O N O C I M I E N T O

    Para Richard Rorty (1979), «la idea de una disciplina autónomallamada filosofía, claramente diferenciada de la religión y de la

    ciencia e incluso crítica con ambas, es relativamente reciente»(pág. 131). La filosofía asumió esta posición en los ambientes intelectuales del siglo xviii, cuando las teorías del conocimientoempezaron a plantear la pregunta central: «¿Cómo es posible nuestro conocimiento?» (pág. 132). Rorty señala que la comunidad filosófica respondió a esta pregunta afirmando que el modo en quese conoce y aquello que se conoce constituye el sustrato de cualquier vida intelectual. La epistemología vio la luz gracias a una comunidad profesional de eruditos y fue producida y reproducidapor un determinado dicurso sobre las reglas del conocimiento. La

    epistemología dominante en Occidente e incluso la noción deverdad o falsedad del conocimiento se perciben actualmente tansólo como hechos de un determinado ámbito social. Estos hechosproducidos socialmente determinan gran parte de lo que se haceo se piensa, pero no constituyen la única vía de acceso al conocimiento.

    Las feministas y otros teóricos críticos han señalado que nuestro conocimiento se ha amoldado a la epistemología. Por ejemplo,algunas representaciones describen el mundo como dicotomía

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    (Derrida, 1976; De Laurentis, 1987). Esta epistemología presentasólo ciertas posibilidades antitéticas para nuestros modos de pensar la cultura. Algunos teóricos sostienen que el uso de un lenguaje dicotómico establece un sistema de creencias que implica laatribución de características positivas a uno de los términos y ne

    gativas al otro. Al depender de representaciones duales, el conocimiento asume y despliega una determinada jerarquía de valoresbasados en dicotomías del tipo macho/hembra, negro/blanco,cultura/naturaleza, emoción/lógica, etc.

    El antropólogo Paul Rabinow (1986) recurrió al trabajo deMichel Foucault (1970) para defender la conveniencia de recon-ducir los problemas epistemológicos al ámbito de las concepciones de la cultura. Insistía en que la epistemología debe ser entendida como un hecho histórico acompañado de una práctica socialespecífica, una entre otras muchas, que habría encontrado en el

    siglo xvii nuevas vías de desarrollo. Desde la perspectiva de Rabinow, habría que aprehender la peculiaridad de las condicionessociales de esta práctica y llegar a entender de qué modo pudo serproyectada sobre pueblos con historias radicalmente distintas.Con este fin, hay que «antropologizar» Occidente desvelando elcarácter exótico de su construcción de la realidad y de ámbitoscuya universalidad suele darse por sentada. Durante el proceso,«debemos pluralizar y diversificar nuestros enfoques: diversificarlos centros de resistencia es una iniciativa básica para combatirtanto la hegemonía económica como la filosófica» (pág. 241).

    L A C U E S T I Ó N D E L A R E P R E S E N T A C I Ó N

    Como se ha indicado más arriba, una de las cuestiones más tratadas por los teóricos atañe al concepto de representación. Éstos hancuestionado la confianza ciega con que se tiende a admitir ciertasrepresentaciones como encarnaciones de la verdad. Por ejemplo,se han formulado numerosas preguntas acerca de la capacidad de

    47 Teoría posmoderna: cambiar concepciones del arte, la cultura [...]

    la ciencia de representar el mundo real; acerca de la legitimidad deun colectivo humano para representar a otro; o, en esta misma línea, sobre la aptitud del lenguaje para representar la realidad. Ensu discusión acerca de la posmodernidad, la politóloga PaulineMarie Rousenau (1992) ha señalado que algunos teóricos posmo

    dernos adoptan una postura política escéptica, pretextando quela democracia perfecta es irrealizable por la imposibilidad deque cierta gente represente realmente a otra. Estos escépticos posmodernos alegan que la democracia representativa es una ilusiónporque los políticos profesionales no actúan finalmente más que eninterés propio, en lugar de hacerlo en provecho de sus electores.

    Otros teóricos han desarrollado una visión más optimista dela política posmoderna, como Stanley Aronowitz (1988), quiendefendió una democracia representativa cimentada en el mutuoacuerdo para fortalecer el antielitismo, la descentralización y el

    control popular de los recursos federales o estatales. Una políticade este tipo exige la participación consciente de toda la gente y lacrítica ininterrumpida del activismo político.

    Rousenau (1992) recurre a la posición extrema de los escépticos para ilustrar cuestiones que la idea de representación traeconsigo y que teóricos más optimistas aceptan como problemáticas. De este modo, afirma:

    La crisis de la representación atraviesa cada uno de los ámbi

    tos de la posmodernidad, desde el arte hasta la psicología, y en

    cada caso se anuncia «el fin de orden de la representación» [...]Lo realmente interesante no puede ser representado: ideales,

    símbolos, el universo, lo absoluto, Dios, la justicia o como quiera ex

    presarse [...] Según los posmodernos escépticos, la representación

    es política, social, cultural, lingüística y epistemológicamente arbi

    traria (pág. 94).

    El concepto de representación puede conducir a ilusiones peligrosas ya que puede significar dominio, y los hombres no pue-

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    La educación en el arte posmoderno 48

    den dominar el conocimiento. Cabe decir, más bien, que los hombres crean conocimiento, y que éste cambia continuamente deforma y significado. Cuando alguien representa, sugiere que existe una relación isomórfica entre aquello que es representado y larepresentación misma. Sin embargo, esa relación es arbitraria

    porque por su lógica interna el acto de representación borra oagrega necesariamente algo a lo representado. Las representaciones son siempre reducciones y distorsiones de ideas o acontecimientos que de un modo u otro intentan alterar el significado delo representado.

    L O C A L I Z A C I Ó N : C O N C E P C I O N E S D E L T I E M P O Y D E L E S P A C I O

    La teoría social actual emprende al menos dos reformulaciones

    del tiempo. La primera consiste en dejar de pensar el tiempocomo extensión lineal para representarlo como espacio multidi-mensional en el que coexisten diversos colectivos socioeconómicos. La cultura, al igual que el arte, se va configurando a través delas crisis que se producen cuando diferentes culturas, clases y colectivos sociales chocan entre sí.

    En la segunda reformulación del tiempo, la historia no aparece ya como un mero asunto del pasado. La gente sigue viviendoen un espacio estructurado histórica y culturalmente, que la sitúay determina en el plano conceptual. Esta estructura restringe sus

    posibilidades de cambio pero constituye a la vez el medio en elque éste puede producirse. Un ejemplo de esto es la concepciónmoderna del arte que, si por un lado incorpora el arte a la educación pública, por el otro le niega relevancia de cara al público.

    Una parte de esta revisión de la historia implica a la vez unarespuesta al marxismo y un rechazo del positivismo. Jean-Fran-cois Lyotard (1983) ha explicado que adoptar una concepciónposmoderna de la cultura supone necesariamente un alejamientode los «grandes relatos» de la modernidad. Tanto el marxismo

    49 Teoría posmoderna: cambiar concepciones del arte, la cultura [...]

    como el positivismo son estructuras totalizantes, es decir que sebasan en el supuesto de que podrían y deberían convertirse enposiciones y prácticas universales. Desde ambas perspectivaspueden establecerse análisis distintos, pero internamente coherentes en cada caso, de la historia. Lyotard señala que una de las

    razones del desarrollo de una conciencia posmoderna es la erosión evidente de los ideales modernos de la Ilustración. La idea deque una teoría puede ser internamente coherente, de que la historia tiene una explicación correcta, y que una única interpretación universal debe brotar de un conocimiento perfeccionado,forma parte de esos ideales.

    La geografía, no menos que la historia, ha sido reformulada.Desde esta nueva perspectiva ya no se considera que la culturadependa de un determinado marco territorial. Las culturas se entrecruzan, se mezclan y se imponen unas a otras generando crisis

    que terminan por alterar la configuración de los mapas. Las fluctuaciones de las culturas han aumentado también al ritmo de losviajes. El globo parece haberse encogido por obra de los mediosde comunicación de masas, la política internacional y la economía mundial. Las empresas multinacionales, las comunicacionespor satélite y el despliegue de las tropas de las Naciones Unidasen Somalia son ejemplos de la conexión creciente entre países ydel surgimiento de una nueva conciencia del espacio. Los viajesal espacio exterior e incluso la ciencia ficción (un invento probablemente posmoderno) han influido en nuestras concepciones

    del «hogar».El libro  Posmodernidad e Islam  de Akbar Ahmed (1992) ilus

    tra estos cambios en las concepciones del tiempo y el espacio. Ensu intento de descifrar su significado y alcance en un contextoglobal, Ahmed recusa el carácter cristiano y occidental de la posmodernidad. Por otro lado, señala que el proyecto de la modernidad pretendió resolver los problemas sociales mediante recetascoloniales e industriales. En cuanto al mundo islámico, sus élitesvieron en la «modernidad  una oportunidad para acceder a la edu-

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    como progresión lineal de acontecimientos políticos controladospor una minoría privilegiada, de raza blanca y sexo masculino, ycritica por tanto esta noción de cambio histórico. En la teoría pos-moderna, el sujeto aparece a menudo des-centrado (esto es, el poder se halla disperso y diversificado) y las subjetividades colecti

    vas se perciben como posiciones localizadas en ciertas regiones dela estructura social, ninguna de las cuales controla completamente el cambio social. Foucault (1961/1965) ha señalado la pluralidad de fuentes del poder y sus múltiples direcciones simultáneas.

    El debate sobre estructura y acción supone el descentramientodel individuo pero mantiene la idea de que todo individuo puedemejorar su propia vida. En lugar de postular la idea de que los agentes individuales toman voluntariamente iniciativas que a su vezpropician cambios históricos, la teoría actual se centra en la existencia de estructuras predeterminadas cuyas contradicciones inhe

    rentes fuerzan continuos cambios. Una de las explicaciones al usodel surgimiento del pensamiento posmoderno se basa en las contradicciones internas de la filosofía de la Ilustración. Hay un ejemplo muy esclarecedor en el principio inherente al proyecto ilustrado de que todos los ciudadanos deben gozar de libertad política ypersonal. La contradicción interna reside en el hecho de que sóloalgunas personas eran reconocidas como ciudadanos.

    También los antropólogos han discrepado de la concepciónde la cultura del discurso académico (Rabinow, 1986). La lucha delos grupos sociales históricamente excluidos del discurso académi

    co por granjearse una legitimidad y la creciente valoración del pluralismo y la fragmentación de la conciencia posmoderna han marcado la forma en que hoy en día se estudia y se entiende la cultura.Aunque se solía admitir de modo bastante general que la misióndel antropólogo, al igual que la del educador, consistía en describir fielmente una cultura, trabajos antropológicos recientes hannegado la posibilidad de que la investigación, incluida la investigación etnográfica, pueda ofrecer una versión verídica de una cultura (Clifford y Marcus, 1986). Pese a haber descartado la noción

    53 Teoría posmoderna: cambiar concepciones del arte, la cultura [...]

    de exactitud científica, los antropólogos siguen enfrentándose a lanecesidad de determinar cuál es el mejor modo de describir al«otro». El estudio etnográfico ha pasado a considerarse como unmedio para entender una cultura, pero los textos etnográficos nodejan de ser una forma de contar «historias probables» o de cons

    truir ficciones verosímiles que a lo sumo pueden recoger fragmentos de lo que ocurre en la vida (Clifford y Marcus, 1986).

    Uno de los problemas de contar historias sobre culturas esque nunca se puede reproducir adecuadamente el concepto quelos pueblos estudiados tienen de sí mismos. El texto puede llegara reflejar más la cultura de quien lo escribe que la de quienes pretende estudiar. Por consiguiente, hoy en día tiende a considerarse que depende más de lo que se admita a priori como científicamente pertinente y exacto que de la identidad del «otro».

    Cada vez que una cultura ha pretendido escribir acerca de

    otra, ambas se han visto modificadas a resultas de su interacción.La influencia que hemos ejercido sobre los pueblos con los quehemos mantenido contactos tiene como contrapartida la que hemos recibido nosotros de ellos. Incluso en nuestras definicionesde los «otros» nos definimos «nosotros mismos». De este modo,aunque nos esforzamos en mantener la noción de culturas separadas en pos de la identidad cultural, cada vez es más difícil pensarla como algo estable y real.

    Este punto de inflexión de la antropología reciente sirve comometáfora para pensar el problema de la representación en la vida

    moderna. Se ha recurrido al «surrealismo etnográfico» (Clifford,1988) para ilustrar la génesis de la concepción antropológica de lacultura. El surrealismo procede sacando fragmentos de su contexto original y remozándolos en uno nuevo; una especie de   co-llage conceptual en el que ninguna de las partes tiene una existencia plena sino que se compone con todas las demás en unplano conjunto que a todas confiere nuevos significados, contribuyendo de ese modo a construir una cultura.

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    L A P S I C O L O G Í A C O M O C O N S T R U C C I Ó N D E L Y O

    Los teóricos posmodernos no tienden a iniciar sus análisis con lanoción de sujeto. Perciben al sujeto, por ejemplo, como parte in

    tegrante de una estructura de la cultura y/o ideología vividas. Losteóricos postestructuralistas se remiten al cariz simbólico del discurso (texto o imagen) para construir al sujeto. Durante la Ilustración el sujeto quedó objetivado, es decir, se convirtió en objetode estudio (Foucault, 1966/1970). Durante ese proceso, los pueblos empezaron a representarse como individuos en un sentido genérico. El «individuo» era una instancia mítica comprometida conlos valores y las esperanzas de autonomía y libertad.

    Una de las tesis postestructuralistas es que el sujeto revisteciertas características cuando el individuo está representado sim

    bólicamente en el lenguaje (Lacan, 1977). En un determinadopunto de su desarrollo, hacia el decimoctavo mes de vida, el su

     jeto entra en el estadio del espejo, una etapa en la que refleja conductas basadas en interacciones humanas; la maduración del su

     jeto sigue su curso de acuerdo con esta trama de interacciones ya través de imágenes y lenguaje. Los efectos de las imágenes y ellenguaje dan forma a las características innatas del desarrollo. Elsujeto se apropia de las características del «individuo» a travésdel