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Actualidad informativa

17 de octubre de 2017

17 de octubre de 2017

Ciudadanos

El ruido mata

Se le ha llamado ‘El enemigo silencioso’, lo que no deja de ser una contradicción.

Vivimos inmersos en sonidos nodeseados y peligrosos. La contaminación acústica

es un grave problema de salud pública

No hay quien se lo quite de encima, al menos en las ciudades. Es una molestia

tan constante y cotidiana que muchas veces pasa inadvertida, como si formara

parte de nosotros desde nuestro nacimiento. Vivimos rodeados de ruido, de

sonidos no deseados que poco a poco y sin descanso van minando nuestro cuerpo

sin que nos demos cuenta. Parece una contradicción, pero el ruido es un enemigo

silencioso y a veces letal. Se calcula que en la Unión Europea provoca al año

16.600 muertes prematuras. Se ha convertido en un grave problema de salud

pública.

«Aunque no nos despertemos nuestra calidad de sueño será peor»

La Organización Mundial de la Salud ha establecido en 65 decibelios el nivel por

encima del cual el ruido en las ciudades comienza a ser peligroso para sus

habitantes. En España, cerca de nueve millones de personas viven por encima de

una barrera sonora que tampoco parece gran cosa. Equivale al sonido de un bar

normal con conversaciones normales. Nada fuera de lo común, nada que no

soporten el 27,7% de los habitantes de 19 ciudades españolas.

«Cuando sube el ruido aumentan los ingresos hospitalarios»

Pero es mucho más que una molestia. Numerosos estudios han relacionado el

ruido provocado por el tráfico, los aeropuertos o los ferrocarriles con una larga

lista de problemas físicos y psicológicos. En Madrid, por cada decibelio por

encima del límite de 65 aumentan los ingresos hospitalarios un 5,3%, sobre todo

por causas cardiovasculares. Un informe publicado recientemente por el Instituto

Global de Salud de Barcelona, centro impulsado por la Fundación bancaria la

Caixa, ha llegado a la conclusión de que el ruido del tráfico provoca más

enfermedades que la falta de actividad física y la contaminación del aire.

Obras Públicas. Las obras contribuyen a aumentar el número de decibelios en las ciudades, pero su

incidencia es menor que el tráfico rodado.

No es nada que no hayamos oído antes. Puede ser el rugido de los vehículos que

aceleran cuando el semáforo se pone verde, los autobuses que no apagan el motor

cuando aguardan en una parada o el rumor de los neumáticos sobre el asfalto. Es

todo tan habitual que en ocasiones no nos damos cuenta de que el ruido nos

envuelve. «Aparentemente no nos enteramos porque cuando un estímulo

ambiental se presenta de manera insidiosa hay un proceso de adaptación al

organismo para mantener un ritmo adecuado», afirma Sergi Valera, profesor de

psicología ambiental de la Universidad de Barcelona.

El proceso no nos sale gratis. Aunque no nos demos cuenta, el ruido continúa ahí,

sobre todo el del tráfico, que ocupa el primer lugar en la abultada lista de

molestias urbanas. «Adaptarse es posible pero eso siempre tiene un coste a medio

o largo plazo desde el punto de vista fisiológico y psicológico», subraya Valera.

«Nos tenemos que concentrar para aislarnos y ese esfuerzo tiene un efecto

acumulativo. Lo pagamos después a pesar de que no haya ruido».

El primer pago suele ser la pérdida de sueño. «Es una de las razones centrales

que explican por qué el ruido puede provocar enfermedades», asegura la

investigadora de ISGlobal María Foraster. «El ruido al que estamos expuestos

por la noche nos afecta en un momento en el que deberíamos estar

recuperándonos y en silencio. Puede ser que no nos despierte pero tendremos

peor calidad de sueño y eso lo vamos a notar durante el día con un aumento del

estrés», señala. A partir de ahí, cualquier cosa es posible.

«Millones de personas»

Hasta no hace muchos años los efectos de la contaminación acústica estaban

considerados como un problema de salud laboral en lugares donde los

trabajadores se veían sometidos a un elevado nivel de decibelios. Además de

problemas auditivos sufrían otros más extraños como perturbaciones del sueño,

estrés, dolor de cabeza y afecciones a los oídos. «Más tarde -recuerda Julio Díaz,

investigador del Instituto de Salud Carlos III- se comenzaron a detectar trastornos

cardiovasculares y otras patologías relacionadas con respuestas hormonales».

En principio era un problema que se reducía a un pequeño grupo de trabajadores,

pero cuando se hicieron estudios en barrios próximos a aeropuertos se vio que

entre sus vecinos había más casos de infartos y malformaciones congénitas de lo

normal. Más tarde las investigaciones se extendieron a todos los habitantes de la

ciudad y se obtuvieron los mismos resultados. Quedó demostrado que un ruido

intenso durante cortos periodos tiene los mismos efectos para la salud que una

intensidad sonora más baja pero durante más tiempo. «El problema había dejado

de ser laboral para convertirse en una cuestión de salud pública que implica a

millones de personas».

El mal invisible

Tráfico

El ruido provocado por el tráfico es la mayor fuente de contaminación acústica en

las ciudades. Le siguen el ferrocarril, los aviones y las industrias. Otras fuentes de

sonidos son el ocio nocturno, la construcción y obras públicas, los servicios

municipales de limpieza y las actividades domésticas.

27,7 %

es el porcentaje de habitantes de 19 ciudades españolas que soportan ruidos

superiores a los 65 decibelios admitidos por la OMS. España es el segundo país

del mundo, después de Japón, con más índice de población expuesta a altos

niveles de ruido, con cerca de 9 millones de personas que soportan unos niveles

medios de más de 65 decibelios.

40 %

Cuatro de cada diez habitantes de los países de la Unión Europea están expuestos

a niveles de ruido de tráfico superiores a 55 decibelios, el 20% a más de 65

decibelios durante el día y el 30% a niveles superiores a 55 durante la noche. En

Reino Unido el ruido de tráfico causa al año 3.000 muertes. El 22% de la población

europea dice estar molesta o muy molesta con el ruido.

Enfermedades

Además de problemas auditivos, el sonido molesto, no deseado o nocivo puede

causar serios trastornos de salud. Provoca insomnio, estrés, pérdida de relaciones

sociales, depresión, disminución de la concentración y del aprendizaje,

enfermedades cardíacas como angina de pecho o infarto agudo de miocardio,

hipertensión e ictus, así como diabetes y problemas respiratorios. También se ha

demostrado que afecta a personas con enfermedades neurodegenerativas como

párkinson o alzhéimer. Hay estudios que revelan que el ruido diurno está

relacionado con el número de partos prematuros, el bajo peso al nacer y la

mortalidad fetal. Existen diversas publicaciones que relacionan el ruido ambiental

con problemas psiquiátricos. En Francia se ha analizado la relación entre el

consumo de ansiolíticos y el ruido nocturno.

36 %

El ruido del tráfico en Barcelona contribuye con este porcentaje a la carga de

enfermedad provocada por la planificación urbana y del transporte. Si en la capital

catalana se cumplieran las recomendaciones sobre actividad física, zonas verdes y

contaminación acústica y del aire, se podrían evitar al año casi 1.700 casos de

enfermedades cardiovasculares y más de 1.300 de hipertensión.

Cantón

Cantón (China), Nueva Delhi (India) y El Cairo (Egipto) son las ciudades más

ruidosas del mundo, según un reciente estudio que analiza los niveles de

contaminación acústica que sufren los habitantes de cincuenta urbes de todo el

planeta. En esta clasificación también aparecen Barcelona y Madrid, que se sitúan

en séptima y decimosexta posición, respectivamente.

Julio Díaz ha estudiado la influencia de la contaminación acústica en la salud de

los madrileños. La conclusión a la que han llegado él y su equipo es inquietante:

«cuando sube el ruido aumentan los ingresos hospitalarios y la mortalidad».

Según sus investigaciones, «el ruido causado por el tráfico durante la noche es el

que más incidencia tiene con el aumento de fallecimientos diarios» por causas

como infarto de miocardio, enfermedad isquémica del corazón, enfermedad

cerebrovascular, neumonía, EPOC y diabetes.

Parece difícil relacionar unos decibelios de más con enfermedades respiratorias y

la diabetes, pero existe un mecanismo biológico que lo explica. «El ruido genera

estrés, es un ataque a nuestro organismo, que responde aumentando la frecuencia

cardíaca para que llegue más flujo sanguíneo a los músculos», ilustra Julio Díaz.

En este proceso el hipotálamo da la orden de liberar cortisol, una hormona que se

encarga de asegurar el aporte de glucosa al cerebro, de elevar o estabilizar sus

niveles en la sangre y de inhibir el sistema inmune.

Hasta ahora todo perfecto, nada como el cuerpo humano para responder a una

agresión externa. El problema surge cuando el ataque es ficticio, porque el

estruendo de una moto sin tubo de escape no invade nuestro organismo. Sin

enemigo a la vista contra el que descargar su munición, nuestro cuerpo se queda

sin saber qué hacer con la glucosa de más que ha generado, con la frecuencia

cardiaca alta y con el sistema inmunológico bajo mínimos. Todo un paraíso para

las enfermedades.

Partos prematuros

No son los únicos efectos nocivos. El estudio coordinado por Julio Díaz ha

relacionado el ruido diurno con los partos prematuros en el segundo trimestre de

la gestación y el nocturno en el tercer trimestre. «Por cada decibelio de

incremento en los niveles de ruido en Madrid aumentan los partos prematuros un

3,2%, los niños que nacen con bajo peso un 6,4% y un 6% la mortalidad fetal».

Hartazgo. Vecinos de Bilbao participan en una protesta contra el exceso de ruido que sufren en las calles

de su barrio.

También parece demostrado que el ruido como factor estresante agudo puede

exacerbar los síntomas de enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y

el alzhéimer y hace que disminuya el rendimiento escolar de los niños. María

Foraster apunta, además, que se ha relacionado el exceso de decibelios con la

obesidad. «Aún es una hipótesis, pero parece ser que al dormir peor estás más

cansado y no actúas igual durante el día. Comes más y desarrollas menos

actividad física, lo que provoca un aumento de peso».

Según los investigadores del Instituto de Salud Carlos III, reducir un decibelio en

los niveles de ruido en Madrid «se traduciría potencialmente en una disminución

de la mortalidad anual de 284 decesos por causas circulatorias y de 184 por

causas respiratorias». «El estudio lo hemos entregado al Ayuntamiento», revela

Julio Díaz. «Supongo que lo leerán, pero otra cosa es que tomen medidas»,

añade.

Las conclusiones a las que se ha llegado en Madrid coinciden básicamente con

las investigaciones realizadas en Barcelona, lo que indica que es un problema

general y no de una sola ciudad.

Agua, pájaros y niños contra los decibelios

«Hasta ahora no habíamos luchado de forma clara contra el ruido porque sabíamos que

íbamos a perder, pero las tecnologías han ido dando pasos hacia la reducción de la

contaminación acústica. Vivir en el centro ya no tiene que ir asociado a un entorno

ruidoso», explica el psicólogo ambiental Sergi Valera.

El centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia está inmerso en una batalla

que se centra en la reducción de la contaminación acústica producida por el tráfico rodado

en las ciudades. «Hay una apuesta importante por reducir el ruido», afirma Itziar Aspuru,

responsable del área de confort y calidad ambiental de Tecnalia, que hace un repaso de

las estrategias que se están llevando a cabo en las zonas urbanas.

Las más clásicas son la instalación de pantallas antirruido o pavimentos absorbentes que

reducen el sonido provocado por los vehículos al rodar sobre el asfalto. Las primeras,

señala Aspuru, «tienen sus limitaciones en un entorno urbano porque no aíslan a los pisos

altos». En cuanto al pavimento, «hay que renovarlo constantemente y el ruido de las obras

puede ser más molesto que el que se evita».

Hay otras estrategias. Una de ellas, en la que trabaja Tecnalia, es la de «dar una mayor

presencia a los sonidos positivos de la ciudad». Consiste en incrementar el confort

acústico de las calles, plazas y parques con la instalacion de elementos que enmascaren

el ruido del tráfico, como surtidores, una mayor cobertura vegetal que sirva como aislante y

foco de atracción de pájaros y juegos para incrementar la presencia de niños. «Se trata de

que se oigan sonidos respetados por la gente», indica Aspuru. En esta búsqueda del

confort auditivo hay quien va más lejos y plantea sonorizar la ciudad con sonidos

agradables aunque artificiales, pero ese es un debate que aún está en el aire.

El estudio de ISGlobal sostiene que si se cumplieran las recomendaciones

internacionales para el desarrollo de la actividad física, la exposición a la

contaminación del aire, el ruido, el calor y el acceso a los espacios verdes, la

capital catalana «podría evitar cada año casi 1.700 casos de enfermedades

cardiovasculares, más de 1.300 casos de hipertensión, cerca de 850 de ictus y 740

casos de depresión, entre otros».

El informe recalca que, de todos los factores que provocan esta mortalidad, el

ruido es el más importante. «La buena noticia -dice María Foraster- es que si

disminuye el ruido desaparecen sus consecuencias». «La mala -reconoce- es que

las administraciones todavía no lo perciben como un problema de salud pública».

17 de octubre de 2017

GIPUZKOA

Absueltos dos empresarios acusados por

la muerte a lo bonzo de un chófer de

Lasarte

Fueron imputados por la Fiscalía por imponerle condiciones abusivas que

desencadenaron su suicidio. Una juez de lo Penal de Donostia considera que no se

dan los requisitos para una condena, pero tacha de «reprochable» la conducta de

los inculpados.

Dos empresarios cántabros del sector del transporte, que fueron juzgados en San

Sebastián después de que uno de sus conductores se suicidara quemándose a lo bonzo,

han sido absueltos del delito contra el derecho de los trabajadores del que fueron

imputados. La Fiscalía de Gipuzkoa, que solicitó dos años de prisión para cada uno de

ellos, estimó que las abusivas condiciones laborales determinaron el fatal desenlace. La

magistrada, sin embargo, aun cuando admite que la conducta de los empresarios

«aparece» como «ilícita» y por lo tanto reprochable desde el punto de «vista ético y

jurídico», asegura que no se dan los condicionantes para «convertir el ilícito laboral en

delito».

Los acusados, según el escrito de conclusiones de la Fiscalía, suscribieron en los años

2012 y 2013 tres contratos con la víctima, con domicilio en Lasarte-Oria, para que

desempeñara el cometido de conductor, con una jornada laboral de 40 horas semanales,

de lunes a domingo. Dicho contrato, según la acusación pública, estaba sujeto a la

legislación vigente y al Convenio de Mercancías por Carretera.

La Fiscalía mantuvo, no obstante, que la empresa «abusando de la situación de

carestía», aprovechándose del miedo que tenía el conductor a perder el trabajo y,

además, «vulnerando lo dispuesto en el contrato laboral», le asignaron una ruta diaria,

de lunes a sábado, que comenzaba en Irun, continuaba en Beasain y Vitoria, y finalizaba

en Benavente (Zamora). Y eso solo era la ida. A la vuelta debía realizar el mismo

recorrido.

De esta manera, el conductor salía cada día de su domicilio en Lasarte-Oria a las 18.00

horas para dirigirse a Irun y media hora después iniciaba su trabajo. Tras recorrer la ruta

establecida, el fallecido llegaba de nuevo a su casa a las nueve y cuarto de la mañana.

La Fiscalía recordó que el trabajador recorría 900 kilómetros diarios, conducía más de

diez horas y ello sin tener en cuenta los tiempos de carga y descarga en cada población.

Agotamiento

Las acusaciones pública y particular sostuvieron que con dichas jornadas laborales los

acusados, dos hermanos radicados en la localidad cántabra de San Vicente de la

Barquera, abusaron de la situación del fallecido. Afirmaron que la jornada superaba

«notablemente» las 40 horas semanales, de manera que infringieron no solo lo pactado

en el contrato de trabajo, sino también lo dispuesto en el Convenio Colectivo del

Transporte de Mercancías por Carretera de Cantabria.

El ministerio público había solicitado dos años de prisión para cada uno de los

acusados

La sentencia no es firme y todavía puede ser recurrida ante la Audiencia

Provincial

La acusación consideró que la condiciones laborales le produjeron un agotamiento

físico y también dificultades para conciliar el sueño. Además, ante el empeoramiento de

la situación, llegó a perder quince kilos. Dado su estado, el conductor se dirigió a un

centro de salud mental, donde le recetaron diversos fármacos. Además, la doctora le

recomendó darse de baja, «pero Daniel se negaba por la necesidad que tenía de

trabajar», se indica en el escrito de acusación.

Y así, el 23 de noviembre de 2013, Daniel detuvo la furgoneta ante la entrada del casco

urbano de Villalón de Campos, salió del vehículo, una Renault Master, se roció de

gasolina y se dio fuego.

Tras la celebración del juicio, la magistrada titular del juzgado de lo Penal número 3 de

Donostia, Carmen Zubimendi, considera que la actuación de los acusados no reúne los

requisitos para el delito que se les imputa. No obstante, admite que se impusieron

relaciones laborales «seriamente restrictivas» de los derechos de los trabajadores y

«contrarias a la norma del contrato y del convenio colectivo». Sin embargo, y aun

cuando sostiene que la conducta de los acusados aparece como ilícita y reprochable no

solo desde el punto de vista ético sino también jurídico, afirma que no queda probado

que haya existido un «abuso y una situación de necesidad», entendido en los términos

en los que convertiría la actuación de los acusados en un delito. Por ello, absuelve

penalmente a los dos hermanos, «sin que ello se entienda como validación de su

conducta», afirma la juez.

La sentencia, no obstante, no es firme y puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial

de Gipuzkoa en el plazo de diez días.

17 de octubre de 2017

Sociedad

LES CUENTO UNA HISTORIA

La era del anticoach

José Manuel Simarro en una imagen de archivo

«Siento que soy una mierda y no creo que pueda alcanzar el nivel que se

me pide en este trabajo». Son palabras que se repiten más de lo que creemos

en muchas empresas. Sobre todo en aquellas que gastan dinero en formación y

en charlas motivacionales. Y que, sin embargo, consiguen el efecto contrario.

Escuchar a gente con grandes historias de vida es inspirador... a veces. Porque,

en la mayoría de los casos, a los que no tienen su mismo espíritu los frustran al

sentirse incapaces de alcanzar objetivos grandiosos. Y, en algunos más, los

confunden al tratar de aterrizar unos conceptos que en su día a día son

difícilmente aplicables si no hay alguien que te ayude a aplicarlos. Y no suele

haber nadie, ciertamente, después de dar una conferencia, cobrar e irse.

La antítesis la encontramos en la mítica película Karate Kid -comentario no

apto para millenials -. Allí, Noriyuki Pat Morita, encarnado en el señor Miyagi,

accede a enseñar artes marciales a su discípulo Daniel Larusso. Pero, en lugar

de vestirle con un kimono, le conmina a limpiar sus coches y pintar sus vallas.

Ralph Macchio acaba explotando un día, incapaz de entender nada. Y en ese

momento su maestro le lanza un ataque, que instintivamente consigue repeler

con los movimientos mecanizados en los días anteriores. Sin saberlo, había

adquirido los conocimientos por una vía poco convencional.

José Manuel Simarro podría encarnar perfectamente al profesor de Okinawa.

Sin aspecto intimidante. Sin presumir de historia personal. Sin entrenamiento

en oratoria. Pero con una visión que ha cambiado en muchas compañías la

sensación de que invertir dinero en cursos de riesgos laborales era aburrido,

infructuoso y contraproducente.

Formado como graduado social, su historia laboral arranca con 18 años. Es

entonces cuando, en una fábrica clásica de la era preconstitucional, le

proponen hacerse cargo de un concepto entonces casi inexistente: los recursos

humanos. Allí debe lidiar, y hacerse respetar, con la cultura del alcohol en el

trabajo -el vino para almorzar, el carajillo o la petaca eran muy comunes-. Algo

que provocaba no solo accidentes laborales, sino incluso muertes. Y, añadido a

aquello en la tradición del cobro semanal, ruinas constantes en algunas

familias que veían cómo el hombre se gastaba en el bar un fin de semana todo

lo que había ganado los cinco días anteriores.

Hoy, tras casi 40 años con una gestora propia -es lo que le permitía vivir-, ha

ido haciendo de su hobby de ayudar a las personas una nueva profesión. Y entre

sus clientes recurrentes se encuentran firmas como ADIF.

El planteamiento es sencillo, como él mismo: en aquellos aburridos cursos de

riesgos laborales a los que nadie acudía, cambia el discurso y lo centra en cómo

los trabajadores pueden estar más a gusto en casa -sí, en casa- día a día. A

nivel de gestión del estrés. De nutrición. O de valoración de los momentos

felices. Y, una vez conseguido un mayor bienestar personal, el resultado

en el trabajo es inmediato. Más motivación. Más productividad. Más

equilibrio.

En la era del -palabra ya casi denostada- coaching y los grandes discursos

motivacionales, él ha encontrado la fórmula para llegar a la gente a través de lo

sencillo. Y, a tenor de las multinacionales que ya le buscan, es evidente que ha

dado en ese clavo al que cada vez más quieren agarrarse todas las empresas.

17 de octubre de 2017

Retina

Ya no te ganarás la vida pilotando drones

La que fuera 'profesión del futuro' tiene ya 2.500 operadores registrados en España y

ciertos aires de burbuja favorecidos por los límites legales

A quién no le ha pasado un dron zumbando sobre la cabeza? Hace poco más de cinco

años, el cielo era para los pájaros, los aviones, parapentes y derivados. Ahora el espacio

aéreo se defiende a manotazos de la creciente nube de mosquitos mecánicos que en el

ultimo lustro causó 606 incidentes, según los datos registrados por la Agencia Europea

de Seguridad Aérea (EASA). De ellos, 37 alcanzaron la calificación de accidentes.

"Hace unos meses en Bilbao tuvieron que desviar un Lufthansa porque había unos

chavales volando sus drones en la cabecera de la pista. Esto pasa por desconocimiento

de la ley y también por inconsciencia. Al final hay gente para todo", comenta Daniel

Hernández, de Flybai.

También se comentó, en los albores de la era de los drones, que para toda esta gente

habría trabajo. Manejar drones iba a ser la profesión del futuro, la eterna garantía de

prosperidad, el chollo de la década. "Se utilizan en ingeniería, en topografía... Hasta

para buscar bancos de atunes", precisa Hernández. Al calor de estas nuevas aplicaciones

surgieron planes de formación como los de Flybai y las demás escuelas ATOs. Estas

organizaciones de formación aprobadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea son

parada obligatoria de cualquiera que desee ganarse el pan a los mandos de un dron.

"Los cursos son requisito para todo aquel que quiere utilizar el dron de manera

profesional. Para cualquier tipo de trabajo necesitas la licencia y, además, ser operador",

comenta Hernández. Al calorcito de la democratización de los drones -"cualquiera

puede tener uno pinchando en internet"- los buenos augurios laborales, proliferaron los

interesados. "Al principio, nos venía mucho el friki que quería tener la licencia para ver

qué podía hacer con el dron. Ahora lo que nos está ocurriendo es que vienen más

profesionales".

Evolución mensual de los registros

En octubre de 2014 entró en vigor la ley que regulaba el uso de drones profesionales en

España. España tenía registrada entonces una treintena de pilotos, una cifra ridícula si la

comparamos con los más de 2.500 operadores de drones que están dados de alta en la

actualidad. Este crecimiento se traduce en más de un centenar de nuevos registros cada

mes, unos datos que certifican que el mundo del dron se encuentra en periodo de

consolidación, aunque lejos de alcanzar su madurez. Pero el incremento de la demanda

no siempre se corresponde con un aumento de la oferta. "Ser piloto de dron no vale para

mucho si no sabes qué vas a hacer con él. Ahora mismo hay más de los que se

necesitan", sentencia Hernández.

“Mi impresión es que después del boom vendrá una temporada en la que las

expectativas sean menos ambiciosas”, coincide Fernando Navarro, CEO de Aerial

Insights. Su compañía ha realizado un estudio que revela que uno de cada cuatro pilotos

ha manifestado su interés en el desarrollo de nuevas tecnologías aplicables al sector.

El ejemplo estadounidense

El año pasado, la Administración Federal de Aviación de EE UU emitió una norma que

obliga a quienes pretendan utilizar drones con fines comerciales a superar una prueba y

obtener un certificado antes de hacerlo. Desde entonces, universidades y empresas han

visto llenarse sus programas de pilotaje. Actualmente hay más de 100.000 pilotos

titulados y la Administración espera que este número se cuadruplique para 2021. Sin

embargo, la compañía AUVSI calcula que la industria apenas habrá creado 50.000

empleos directos antes de 2025. Si las predicciones se cumplen y tenemos en cuenta que

la mayoría de titulados obtienen su certificado por un interés profesional, parece obvio

que el trabajo no va a sobrar.

La profesión de oro no se ha desinflado sola. La tendencia a integrar el manejo del

drones en otras prácticas profesionales es parcialmente responsable. "Al principio la

gente hacía trabajitos para topógrafos o para cualquiera que necesitaba unas imágenes

aéreas. Ahora las propias empresas están formando a su personal".

La precariedad del incipiente mercado se se puede certificar con datos. Según el informe

de Aerial Insights, tres de cada cuatro profesionales que operan en el sector tienen

menos de tres años de antigüedad y cuatro de cada diez son autónomos. Las empresas

que trabajan con drones tampoco son especialmente grandes: el 85% de las pymes tiene

menos de 5 empleados.

El barómetro del sector de los drones en España, que publicó su primera edición en

diciembre de 2016 desvelaba que nueve de cada diez operadores realizan menos de un

trabajo aéreo a la semana y la mitad de ellos lo hace menos de una vez al mes. El 20%

de las empresas no facturó el año pasado y la mayoría no ingresa más de 25.000 euros

anuales, mientras que un 5% de ellas cierra el año con más de cinco millones.

La escasa dimensión del sector explica que casi la mitad de los profesionales ofrece

cobertura en todo el territorio español, cuando lo habitual en empleos con más demanda

es encontrar una mayoría que pueda conformarse con operar a nivel autonómico,

regional o incluso local. Como cabe esperar, la Comunidad de Madrid, Andalucía y

Cataluña lideran el ránking de pilotos, pero, si valoramos la densidad de población de

cada comunidad autónoma, la norma cambia. La Rioja, Galicia y Extremadura se sitúan

a la cabeza con el doble de operadores por cada 100.000 habitantes que Canarias

Aragón y Navarra. “Es complicado determinar a qué se debe, pero mi impresión es que

responde a la combinación de un sector reciente con pocos proveedores e iniciativas

exitosas por parte de las administraciones públicas”, aventura Navarro. “En estas

comunidades existen centros de formación muy populares y bien conectados con la

administración, que como resultado han formado a una décima parte de los pilotos del

país”.

Actividades declaradas por los operadores registrados

Aunque en lo que va de año se han registrado 930 operadores, en Flybai ya han notado

que las cosas están cambiando. "Ahora la demanda se ha parado un poco porque la

gente está a la espera del nuevo Real Decreto para ver qué se va a poder hacer", señala

Hernández. "Yo creo que hay una burbuja ahora mismo, pero porque está restringido lo

que se puede hacer con ellos".

Sus esperanzas y las de 2.576 operadores y 73 ATOs acreditadas para impartir

formaciones descansan ahora sobre la promesa de una ley menos restrictiva, que

permita volar en zonas urbanas, por la noche y fuera del campo de visión del piloto.

"Ahora esto no está permitido, así que la gente se ve con las manos atadas. Se sacan la

licencia. ¿Pero qué hacen luego con el dron? Inspecciones de fachadas, control técnico,

topografía, grabación de eventos... Hay infinidad de posibilidades que no se están

pudiendo explotar porque la norma no lo permite", razona.

Las orejas del lobo

Los movimientos potencialmente aperturistas en el plano legal se están

complementando con un endurecimiento en las sanciones para quienes se saltan la

norma. Esto incluye a quienes pilotan drones por el placer de hacerlo, para uso

recreativo. Desde la entrada en vigor de la ley actual, el 4 de julio de 2014, hasta finales

del año pasado, AESA había abierto un total de 69 expedientes sancionadores, de los

cuales 60 resultaron en sanciones por un importe de más de 432.000 euros.

"Todo esto se les escapó de las manos a AESA y EASA. No preveían que fuera a haber

tal boom de drones vendidos. Ahora parece que se están poniendo las pilas con el tema

de las sanciones, supongo que con esto se corregirá un poco el tema", añade Hernández.

Por el momento, las infracciones estrella son no ser un operador habilitado, no cumplir

los requisitos relativos a la aeronave y sobrevuelo de zonas no permitidas.

El hecho es que, aunque no vaya a alimentar a familias enteras por sí solo, el nuevo

habitante del espacio aéreo ha venido para quedarse y semejante enjambre necesita un

hueco en el que volar sin causar males mayores. "Hasta ahora ha estado dividido: para

ultraligeros, parapentes y demás hasta los 1.000 pies; entre 1.000 y 14.000 está aviación

general; y luego, a partir de los 14.000, está la aviación comercial. El problema que

existe con los drones es que no tienen un espacio donde volar". Por lo pronto, los otros

programas de formación de Flybai ya incluyen en el temario un concepto esencial:

"Cuidado con los drones".

Las empresas deben aplicar la norma

ISO 39001 para gestionar mejor su

seguridad vial

Fernando Cisneros, responsable de Siniestros y experto en Seguridad Vial de LeasePlan España.

Estamos cerca de cumplir cinco años desde que a finales de 2012 la Organización Internacional de Normalización (ISO) publicara la norma ISO 39001 sobre Sistemas de Gestión de la Seguridad Vial (RTS – road traffic safety).

Seguimos viendo como muchas empresas pasan por alto, cuando redactan sus políticas y normas sobre la utilización de los vehículos de empresa, aspectos relacionados con la seguridad vial.

Al igual que todo lo relacionado con el vehículo ecológico (eléctricos o con menores emisiones) ha calado en mayor medida, analizando los aspectos relativos a los elementos de seguridad del vehículo al elegir modelo, aquello relacionado con el comportamiento de los conductores (principal factor de riesgo) se ha pasado por alto.

Recibe el Newsletter de Confilegal en tu email Please check the checkbox to ensure that you comply with the EU Laws. Enviar También es necesario dar mayor peso a la seguridad vial en la cultura preventiva de la empresa, liderada por las áreas de prevención de riesgos laborales, no sólo en quienes disponen del vehículo como herramienta de trabajo o beneficio social, sino para todos aquellos que como usuarios de una

vía (no sólo conductores) incurren en riesgos en sus desplazamientos al centro de trabajo.

Estamos ante un problema de concienciación sobre las fatales consecuencias que pueden tener los accidentes de tráfico. Desde el prisma de las organizaciones, mucho se puede hacer.

A veces es complejo ver cómo afecta a la organización esta problemática más allá del incremento de los costes de aseguramiento en la responsabilidad civil de los vehículos, problemática que con la guerra de precios entre aseguradoras, el amplio abanico de ofertantes y la rotación anual del seguro en diferentes entidades, queda prácticamente minimizado.

Las fatales consecuencias que para las familias y la sociedad suponen los accidentes de tráfico, también lo son para las organizaciones empresariales. Es necesario tomar consciencia de ello. La norma ISO 39001 es una herramienta que permite a las organizaciones reducir y en última instancia eliminar, el riesgo de muertes y heridas graves en accidentes de tráfico. Pero este tipo de normas necesitan un posicionamiento muy activo por parte de los órganos de decisión de la empresa.

La norma no es compleja y centra el foco en contar con políticas y procesos, control de datos y estadísticas, formación y comunicación, estas dos últimas tareas fundamentales dado que serán la base para la toma de consciencia por parte de los empleados.

Una vez que la organización inicia este proceso se da cuenta de que mucha parte del trabajo lo tiene prácticamente hecho; se trata de poner en orden y documentar lo presente e implementar ciertas prácticas que están resultado exitosas en materia de prevención de accidentes.

El retorno económico no es fácil de plasmar en una cuenta de resultados; no se trata de un business case. Hay que saber que con este tipo de acciones las organizaciones están también protegiendo a sus clientes, porque muchos de los perjudicados por los accidentes de tráfico compran sus productos de alguna u otra manera.

Es una cuestión de responsabilidad social corporativa y cambio cultural, que no todo es transformación digital, aunque esta también está ayudando mucho en materia de prevención.

Si una campaña divulgativa o de impacto de la DGT la entendiéramos como una lluvia torrencial que trata de empapar la conciencia de los espectadores, la norma ISO 39001 sería una lluvia fina que irá calando de la misma forma y

con posiblemente efectos más duraderos (preguntemos a los agricultores que tipo de lluvia prefieren).

Existen actualmente empresas que tienen un buen posicionamiento para facilitar diagnóstico, esquemas formativos y acciones de mejora en seguridad vial, pudiendo acompañar a cualquier organización que lo desee en el camino hacia la certificación ISO 39001, o en la construcción o mejora de un plan de movilidad (concepto que va más allá del tráfico rodado).

Que se pidan datos y estadísticas a las mutuas de accidentes, aseguradoras y gestores de flota (medir para mejorar y prevenir). No es preocupante el tamaño de la empresa; organizaciones de menor tamaño también pueden embarcarse en este proceso, los resultados serán satisfactorios, el esfuerzo merecerá la pena y verán que al finalizar el proyecto no resultará tan complejo como a priori puede pensarse.

INFORMAZIO TEKNIKO ETA ZIENTIFIKOA

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INFORMACIÓN TÉCNICA Y CIENTÍFICA

“Caracterización de la evolución en investigación sobre aspectos de

gestión de prevención y análisis de accidentes laborales”

Resumen:

El presente trabajo corresponde a una investigación documental en el campo de

gestión en la prevención de accidentes. A través del uso de tablas dinámicas, se

hace una revisión del desarrollo y evolución que ha tenido la investigación en el

área durante el período 2005-2008. Se estudian los trabajos realizados en la

gestión de accidentes y su prevención. Para ello, se realizó una selección de

trabajos en Compendex, una base de datos representativa de la investigación en el

campo. También se utilizaron delimitadores de búsqueda que permitieron

seleccionar los trabajos sobre aspectos de gestión que estuvieran dentro la

clasificación 914.1 - accidentes y prevención de accidentes en el período 2005-

2008. Esto se hace a fin de presentar un análisis de sus principales características,

y finalmente enunciar cuáles son las posibles áreas de interés que orientarían a la

comunidad de investigadores nacionales y sus organismos de dirección en el campo

de la accidentalidad y prevención.

“Divulgación de implicaciones sociales y ambientales de las

nanotecnologías”

Resumen:

Durante la última década las nanociencias y nanotecnologías han asumido un rol

protagónico a nivel mundial debido a su impacto científico, en el sistema productivo

y en la sociedad en su conjunto. Cada vez son mayores los apoyos –públicos y

privados– dedicados a estos temas y también aumenta día con día el número de

productos en el mercado que incorporan materiales nanofacturados. Ante esta

situación, las actividades de divulgación científica relacionadas con Nanotecnología

cobran una gran relevancia; inciden en la postura del público no especializado y en

sus decisiones respecto de la vida cotidiana. Un aspecto clave para la construcción

de una ciudadanía informada y científicamente culta es la oferta de información

completa; se trata de poner a disposición del público tanto las ventajas como los

riesgos del uso de nanotecnologías.


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