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ELIJAHELIJAHEL SEÑOR DE LA TIERRA

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Heliocentro 2

HELIOCENTRO

Heliocentro se podría entender como que nuestro Sol es el centro de todo nuestro sistema. Nosolo desde el punto de vista espacial, sino desde el concepto espiritual. El Logos Solar, vienea ser la máxima expresión que puede conquistar la conciencia humana.

Fue Akhenaton quien en mejor y mayor medida instauró el culto a Ra (Sol) creando desde entoncesla idea de la Fraternidad Solar. Lógicamente, aquel Faraón fue perseguido por la casta sacerdotal,en la medida, que su culto eliminaba intermediarios. Su idea era potenciar la deidad que existe en elser humano, fundiéndola con la del Creador de todo nuestro Sistema, que no es otro que el propioSol.

Los hijos del Sol; o la Fraternidad Solar, comprometían sus espíritus en la iniciación Solar con variosprincipios fundamentales, que aún hoy siguen siendo válidos. Estos principios son:

- El Hijo del Sol no puede adorar a ningún mortal, ni ser encarnado en la Tierra. - El hijo del Sol, no puede crear templos, sectas, grupos o jerarquías doctrinales.- El hijo del sol no puede realizar milagros ni prodigios, en la medida que estos, atraen acircenses o adeptos que valoran el fenómeno y no el conocimiento- El hijo del Sol no puede cobrar ningún dinero ni estipendio por trasmitir el conocimiento.- El Hijo del Sol no puede ser Maestro de nada ni de nadie.- El Hijo del Sol debe cumplir con los valores universales de Justicia, Paz y Amor. Evitandoservir tiranías, dogmatismos y fundamentalismos, sean estos religiosos o políticos.

La clave ética de estos iniciados era y es servir el conocimiento y la virtud. Sin formalismos,ataduras o sectarismos. Cada uno con el compromiso de su espíritu y los del Logos Solar.

Y resulta paradójico, que en la medida que aquellos iniciados separaban su cuerpos, sus modos yademanes terrenales, se fundían en un solo espíritu de acción y de compromiso. El Ser Solar quevivía en Alejandría, hacía lo mismo y sentía lo mismo que el hermano que vivía en Europa, y este enigual medida obraba con los mismos parámetros que el ser iluminado, que había hecho su caminoevolutivo en los Himalayas y que a su vez jamás había oído hablar de la Fraternidad Solar.

Ser iniciado en los valores de la Fraternidad Solar, no es, sino la autorrealización del espíritu en lacarne y en la materia.

Es por esto que en esta página solo encontraréis luz y conocimiento, pero no podéis afiliaros a nadani a nadie, ni podéis pagar cuotas, ni seguir a un maestro, ni asistir a reuniones. Esta página es unespacio común donde solo se vierten ideas, conocimiento y alternativas espirituales. El compromiso,si lo hacéis, será con vosotros mismos. Como decía un viejo maestro; esta idea es como elanfiteatro rodeado de puertas.

Entra quien quiere y sale cuando quiere.

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Heliocentro 3

HIJOS DEL SOL

ELIJAH, MAESTRO DE JUSTICIA

(CUARTA PARTE)

Mi nombre iniciático fue Homet-Nut. Tuve el privilegio de ser admitido en la Fraternidad Solarque creara en su día el faraón Akenatón. Tanto yo, como mis setenta y un hermanos, jura-mos servir los valores de los Hijos del Sol, a través de los tiempos, en las diversas reen-

carnaciones que se nos asignaran en la Tierra, por los señores del Karma. Se me ofertó y adqui-rí el compromiso de revelar el conocimiento. Fui el guardián del Ojo Sagrado de Ra y se me pro-gramó con la facultad de mirar hacia atrás en los Registros del Tiempo. Por esto me ha tocado asomarme a este momento, contando cuanto puede ver mi espíritu. Enun determinado estado de conciencia, soy un ser atemporal. Y como en una gran pantalla, veoacontecimientos, percibo sensaciones y revivo situaciones, en las que los miembros de laFraternidad Solar, se han visto envueltos, a través de la Historia.

¿Quiénes son los Hijos del Sol?.... se ha especulado mucho sobre estos míticos seres, inclusose duda de su existencia y mucho más de sus decisivas actuaciones, en el devenir de la HistoriaHumana. Los Hijos del Sol, son espíritus viejos que tienen a su cargo la evolución espiritual dela raza humana. Esta Fraternidad es sobre todo espiritual. Su templo no está entre humanos,sino en el mundo astral. Sus mentores y guías no son de este mundo. Al no ser una religión, unasecta o simplemente una institución física, que tenga templos, universidades o lugares de culto,no se puede afiliar nadie a la misma. Sus miembros a veces encarnados, a veces no, cuandotoman cuerpo en la Tierra, pueden o no, ser conscientes de su identidad, pero sin duda operany siguen la lógica para la cual fueron programados. Son mutantes; es decir, sobre ellos no soloactúa su propio espíritu, sino que son, en muchas ocasiones o en toda su vida, templos de unespíritu superior, que les compenetra y les guía. Sus valores son de humildad y servicio. Su propósito es alcanzar la sinarquía espiritual de todos

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los seres, de todas las razas y de todos los pueblos. Si alguno se atribuye ser Hijo del Sol, sim-plemente miente, puesto que el primero de los juramentos que adquirieron, fue trabajar de incóg-nito, sin formar cultos, sectas o seguidores. No adoran a ningún ser encarnado sobre la Tierra ypor supuesto no siguen ninguna religión.

La certeza de cuanto digo, solo la podéis corroborar desdoblando vuestro cuerpo astral y pene-trando en el templo del espíritu que habita en el espacio-tiempo. No creer en ellos es la mejorgarantía y la actitud más eficaz para operar sin censura, sin persecuciones y sin descrédito. Surecompensa no está en este mundo.

Imaginad un gallinero con cientos de gallina a cargo de un granjero. Las gallinas viven en sumundo, en su lógica, en su universo físico. Viven, luchan, mueren y se pelean en la selecciónde la especie. No son conscientes de ninguna manera de que sus vidas están en manos delgranjero. Si éste no les da de comer, no las cuida, o no les resguarda de la climatología, sin dudamorirán. Pero el granjero a su vez esta sujeto a otra Ley, a otra forma jerárquica que le sometey le dirige. Imaginad que esa Ley, que él no controla, ni entiende, le envía una plaga vírica quecomienza a matar a las gallinas. El granjero se esmerará, investigará y buscará la forma de quesus gallinas no perezcan. Cuando finalmente el ganadero consigue entender la Ley; es decir,comprender el virus, saca una vacuna y cura a todos sus animales de la granja. Las gallinas, nose han enterado de nada. Ignoran el tremendo esfuerzo que ha hecho su cuidador para preser-var sus vidas. Los Hijos del Sol son, por explicarlo de alguna manea, los granjeros que cuidana la raza Humana. Son espíritus; que no cuerpos, que interpretan, cumplen y transforman la LeySuperior, para adaptarla a los seres que dependen de ellos. Este concepto jerárquico, está encada elemento que tiene vida sobre el planeta. Así, pues, todos los gatos, tienen un alma colec-tiva, y sobre esta alma colectiva, actúa un espíritu superior, que tiene a su cargo como el gran-jero, la vida de todos los felinos domésticos de cuatro patas. Lo mismo ocurre con cada especieanimal. ¡Veámoslo de otro modo! Si tomamos por ejemplo a Gandhi, estamos hablando esen-cialmente de la India, puesto que por él y por su causa, se liberó la India del imperio inglés.Martín Luther King, sería el granjero de la raza negra norteamericana. Y siguiendo esta mismalógica, cada grupo tiene asignado por esta sagrada Ley jerárquica, una entidad, física o astral,que dirige su evolución. Los Hijos del Sol son por decirlo de alguna manera los garantes y portanto granjeros de la Sagrada Ley del Espíritu.

Por esto a través de los tiempos, han nacido seres que en los peores momentos de la HistoriaHumana, cuando todo parecía perdido, han renovado la Ley, han traído el conocimiento. Hanvuelto al redil a las ovejas descarriadas. Son por tanto guardianes del conocimiento esotérico dela Humanidad.

La historia que ahora voy a contar es además de real, romántica y trascendente. Se puede creero no. Esto no es importante. La idea es mostrar una ética comportamental y una forma de ser.Voy a hablaros de un ser tremendo. De una personalidad rebelde, supra-humana. De un espíri-tu indomable, que no cedió ante la corriente, que no olvidó, a pesar de tenerlo todo en contra,la Ley del Espíritu. Me estoy refiriendo al profeta Eljah (Elías) Pero primero hagamos un poco dehistoria:

Después de la partida de Moisés, Esen junto con sus hermanos, habían creado las comunida-des de monjes esenios. Cientos de años después el conocimiento y la sabiduría de estos mon-jes fue creciendo en virtud y en eficacia. En un momento determinado de la historia, tal y comonarran los historiadores, aquellos monjes fueron el faro de luz que iluminó al mundo occidental.Hoy nadie discute, que el cristianismo es un plagio de casi todas las pautas que practicarandichas comunidades.

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Por otra parte el pueblo hebreo salido de Egipto y capitaneado por Josué, se asentó en la TierraPrometida y siguió más o menos fielmente la doctrina creada por Moisés y adaptada por Aaróny la casta sacerdotal. Pero el pueblo no podía evitar que los reinos contiguos a su nación, losamorreos, filisteos, amalecitas, etc. influyeran en sus costumbres y en su doctrina. Finalmente yen el periodo de rey Acab, la influencia extranjera había sustituido la tradición y la doctrina pri-migenia de la Ley Judía y las viejas tradiciones se habían perdiendo irremediablemente. Esto,que en principio se podía considerar como no importante, era por el contrario peligroso, puestoque la Ley judía era, además de un tratado religioso, con más o menos liturgia; todo un sistemasociológico de vida; una verdadera constitución, que sentaba las bases del comportamientoordenado de un pueblo díscolo y poco amigo de seguir ninguna norma. La Fraternidad Solar debía intervenir para poner las cosas en su justo sitio. Se estableció unaasamblea extraordinaria y se designó a uno de los miembros de la misma para que tomara cuer-po y siguiera todo un programa de restablecimiento de los valores espirituales adecuados parael pueblo.

Trescientos treinta y tres años, exactos, después de la muerte de Aarón en el monte Horeb, suespíritu tomaba cuerpo en la aldea de Tesbí. Era un niño moreno, de ojos azules, con mirada fijay penetrante. Se le puso por nombre Elijah y fue destinado al culto de Yavé por parte de suspadres.

A continuación voy a narrar la historia de este personaje, desde el principio. Pero antes voy ahablar de algo trascendente y que requiere de una gran intuición espiritual para entenderlo.Cuando un hijo del sol muere a manos de las fuerzas del mal, se da un cambio importante en laTierra. Tomando el ejemplo del granjero. Imaginad que en un momento determinado este gran-

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jero tiene un accidente y muere. Sin duda las gallinas al no poder ser atendidas, pasarían ham-bre o en todo caso, su forma y hábitos de vida cambiarían. En igual medida, y hablando másrecientemente de la Historia Sagrada, cuando muere Jesús el Cristo, la longitud y la frecuentadel Sol cambian. Este hecho es referido por el historiador Plinio, que afirma como desdeAlejandría, al tiempo de la muerte del Cristo un extraño fenómeno se registró en el Sol, comonunca antes de había visto. Y en los evangelios se dice que al tiempo de morir Jesús, el Sol seobscureció con una gran tormenta en el que se rasgó el velo del templo. Hubo una sintonía per-fecta entre la muerte del Maestro, con el cambio solar, de hecho el Sol, ahora renovado, con másprana, hizo que los ciegos vieran y los paralíticos se curaran, al tiempo justo de ocurrir este fenó-meno. Incluso el propio Jesús dice "Yo soy la luz del mundo" y la luz de este mundo es sin dudael Sol.

Como veremos más adelante, Elijah, al igual que Enoc, fueron seres arrebatados al cielo, queno murieron en la Tierra, por tanto, seres o desaparecidos, o inmortales.

¿Por qué fueron arrebatados estos dos personajes? ... los miembros de la Fraternidad Solarsaben que fueron preservados para morir en este tiempo, puesto que con su muerte en la Tierra,el Sol cambiará su frecuencia y su longitud de onda y una nueva era alumbrará sobre nuestroplaneta, de más prana, de más paz, de mayor progreso.

Fueron preservados para morir. Por esto los espíritus de estos dos seres, que en su dimensiónson andrógenos, compenetrarán a dos mujeres y dos hombres de nuestro tiempo y con su muer-te se inaugurará una nueva era.

Los Hijos del Sol saben que estos hechos están próximos, puesto que el Sol se ha vuelto locoy su actual comportamiento está desconcertando a propios y extraños. Las tormentas solares ysu halo electromagnético está rompiendo en forma extraña la estadística hasta ahora estableci-da por la ciencia. Y si el Sol cambia, cambia inexorablemente la vida sobre el planeta.

No se me ha concedido decir más, pero si leéis despacio la historia de Elijah, seguramenteencontraréis el resto de las claves.

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Heliocentro 7

ELIJAH, MAESTRO DE JUSTICIAELIJAH, MAESTRO DE JUSTICIA

Veo entre las nieblas de mi mente, a mitaddel camino entre la vigilia y el sueño, ycon la casi seguridad de estar en él, a un

extraño personaje y un pintoresco lugar.

Una veintena de viejos Olivos retorcidos, gara-bateando formas sugerentes, coronan unapequeña loma, aterciopelada de un ligeromanto verde, con zonas calvas de vegetación.Casi en el centro, donde el verdor se vuelvemás húmedo y espeso, surge a pequeños bor-botones un manantial de agua limpia y pura.Cada emanación del precioso líquido, haceelevarse un puñado de arena en suspensión,que de nuevo vuelve a caer en pequeña cas-cada, para de nuevo iniciar el milenario vaivéndel líquido que rompe las entrañas de la tierray ve la luz. Los habitantes de aquellos parajeslo llamaron el torrente de Querit.

Según se baja de la loma, se ve un pequeñovalle que desde el lado húmedo y verdoso vadescendiendo a la arena amarillenta del próxi-mo desierto. Estamos en Palestina al orientedel Jordán; próximos al desierto del Qumram.El cielo es tan brillante y diáfano, que más bienparece un espejo pintado por los dioses.Según bajamos escalonadamente vemos cua-tro tiendas de parecido tamaño, donde la vidaparece tener una prisa especial por expresar lomejor de los pintorescos personajes que en

ellas viven. Son casi todas mujeres y un sinfínde niños mocosos que corretean y juegan deaquí para allá, disfrutando de su pequeño para-íso. Mirando a lo lejos, aparecen unas estriba-ciones montañosas que forman una barreranatural entre nuestro campamento y los verdesvalles fértiles de los ribereños del Jordán.

La actividad es febril, cada unade las mujeres, se afana en tritu-rar raíces, hierbas y especiasque como si de un ritual se trata-ra, mezclan en unas cuantascacerolas que reposan sobre lasascuas de un fuego de leña.Otras tantas están dedicadas a lahigiene del campamento y al cui-dado de la preparación de losescasos alimentos de los quedisponen. Sobre todo miel traídade las montañas, leche, quesode cabra y frutas secas, juntocon aceite purísimo de los olivosque rodean al campamento,donde se atan las tiendas.Se podría decir que aquel lugar

era un hospital y farmacia de campaña, perono de estos tiempos, sino de hace más de dosmil años.

Desde el campamento, fijo la mirada en laloma y veo poco a poco emerger una impresio-nante cabellera de pelo ensortijado, fundamen-talmente cobrizo, pero a la vez sucio y enma-rañado con restos de hojas y briznas de pajaque coronan una cara de barba mediana y tezmorena. Ojos verdes, brillantes y expresivos,casi erráticos y perdidos entre la realidad terre-na y el cielo. Dientes blancos como la espumay nariz fuerte y decidida. El cuerpo atlético, noexcesivamente alto, pero musculoso y ágil, eramovido por unas piernas fuertes; al igual que elpelo, muy sucias y tupidas de una gran canti-dad de bello. El vestido de burdo tejido hebreocubría casi todo su cuerpo hasta el final de lasrodillas. Un hombro permanecía al descubiertoy sobre él un zurrón de tela, que dejaba aso-mar manojos de extrañas hierbas. Destacabaasi mismo un fuerte cinturón de piel que ceñíasu cuerpo atlético y que sobresalía del conjun-to como rasgo característico. La edad, sería deunos treinta y cinco años. Venía canturreando

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una extraña jerga que al ser escuchada por lasmujeres, hizo que brotara una sonrisa de admi-ración de cada una de ellas, puesto que suSeñor, el Amo, venía de sanar a los enfermosdel poblado próximo. Casi todos los niños deja-ron los juegos en los que se ocupaban y seacercaron felices y chillones al terapeuta quellegaba. Él, sacaba del zurrón unos dátiles ylos iba depositando en la mano de cada uno desus pequeños a la vez que su cara se llenabade una sonrisa de satisfacción. De las bocasde estos mocosuelos salía con fuerza la mismapalabra: "Elijah...Elijah....Elijah". Y efectiva-mente Elijah, era el nombre de nuestro perso-naje, nacido en Tisbé y designado ya desde lacuna como profeta de Dios y médico mágicodel cuerpo y del espíritu del ser humano.

- ¡Sheisha....Sheisha! - Grito Elijah, dirigiéndo-se a una de las tiendas.

Del fondo de la misma apareciósereno y sonriente un rostrobellísimo, de rasgos semitas,con pelo negro como el azaba-che, largo y ensortijado. Trescintas de colores surcaban lacabeza y se anudaban en lanuca. Los dientes brillantescomo el marfil más pulido quejamás se hayan visto estabanperfectamente visibles y bienalineados entre unos labiosrojos carnosos y sensuales. Elvestido de color verde, se ceñíacon una cinta amarilla en la cin-tura y cubría casi todo el cuerpo hasta los tobi-llos. Destacaba su busto femenino con unospechos igualmente turgentes y perfectamenteproporcionados. Pero sobre todo este maravi-lloso aspecto, acaso destacara más, algo quesin ser visto, era emanado por aquella tremen-da figura sin esfuerzo alguno; me refiero alcarisma espiritual que sus ojos negros relam-pagueantes irradiaban a todos y cada uno delos lugares donde se posaba su mirada. Y aun-que por mil veces repetida la misma escena yla misma llamada, del pecho de Elijah y deentre los senos de Sheisha salió al instanteuna bola de energía blanca violeta, que sololos ojos de los que miran con la facultad del

espíritu pueden ver, y que alternativamentegolpeaba a ambos como si de preciosas cade-nas de amor se tratara. Era como antes dije Sheisha, la favorita deentre las mujeres que Elijah el Profeta tuviera yque no eran pocas, por cierto. Era sin duda lamás inteligente, no solo por su capacidad deconocer la naturaleza humana, sino por lafacultad de ver con los ojos del alma, cosas yenfermedades que otros no vieran, y por perci-bir con su sentido interno el corazón y los sen-timientos de los cientos de enfermos que a dia-rio trataran, tanto su amo, como el resto de lasmujeres del campamento, empeñadas en pre-parar las pócimas de hierbas que se recetabana los pacientes.

- ¡Dime; mi Señor!. ¿Que deseas?, ¿Por queretornas tan pronto esta mañana?...

Elijah, no solo había venido antes de lo previs-to, sino que una extraña luz parecía envolver-le. Se trataba de la misma luz o el mismo halomisterioso que solía adornarle cuando descen-día de la montaña donde mora el Señor ydonde hay siempre luz, aun siendo en lasnoches sin Luna.

- ¡Sheisha...!, he escuchado de nuevo la vozen mi cabeza y he visto la gloria de Yahvérodeando mi cuerpo con miles de luces que meenvolvían. No se cuanto tiempo he pasado dor-mido, pero tuve un sueño que deseo queconozcas e interpretes.

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Poco a poco al filo de esta conversación fueronacercándose las demás mujeres, interesadas ymaravilladas por los relatos de Elijah, que abase de ser reales como la vida misma, nodejaban de maravillar a propios y extraños.Prosiguió Elijah:

-Recuerdo haber ascendido a la montaña y vercomo muchas luces, cual piedras preciosasrodeaban mi cuerpo. Luego sentí una músicaque salía de mi cabeza y una voz que mesusurraba constantemente: ¡Animo, Hijomío...Animo, Hijo mío....! Poco a poco sentí lanecesidad de dormir y en un instante con losojos cerrados comencé a soñar viéndome a suvez dormido sobre el lecho de mi casa deTisbé. Vi que aún en el sueño, todo parecía serreal, los colores eran puros y nítidos.

Tendría 16 años y el silencio nocturno se impo-nía sobre mis padres, las mujeres de la casa ylas bestias. Luego, aún con el techo por enci-ma de mi lecho pude ver el cielo y sobre el unanube plateada que estaba fija sobre mi casa.

Dentro de la nube Vivian seres muy altos, conrostros tremendos, ojos verdes sanguinolentosy piel de color verde. De la nube salió un rayode luz y poco a poco fui ascendiendo en el airea la nube. Después me vi sobre otro lecho muyextraño y en torno a mi otros seres más bajosque los primeros que no tenían vestido, sinocomo una piel pegada que les llegaba desde elcuello a los pies. Yo estaba aterrado de miedo,pero no me podía mover de ninguna manera.Luego estos pequeños seres tomaron largospalos de metal que me introdujeron por el oídoizquierdo y otros por el pecho. Me dolió unpoco, pero a la vez una rara música me iba cal-mando poco a poco, hasta que de nuevo me vien el lecho de mi casa. Este es el extrañosueño que no consigo entender y que he teni-do en la montaña sagrada. Dime Sheisha, queaugurios nos muestra este sueño.

Sheisha, le miró con gigantescos ojos negros ycon el susurro de su queda voz le dijo:

-Señor mío, los Ángeles de Yahvé, nuestroDios te tomaron en el sueño de tu infancia y te

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pusieron otro oído dentro de tu oído de carne yotro corazón dentro del que tiembla en tupecho, por eso, desde entonces, tu puedesescuchar dentro del más profundo silencio ysentir el dolor dentro de la mas fuerte alegría.Tu boca se abrirá no solo para decir tus pala-bras, sino para expresar el verbo de Dios nues-tro Señor y serás admirado por unos y malditopor otros, y tu vida no tendrá reposo ni ahora niaún después del sueño eterno.

Elijah, replicó, mirando al cielo: ¿ Y porque, amí, Señor, Dios de mis padres?, ¿No podríahaber seguido los pasos de mis hermanos yhaberme acomodado entre los míos, sin tenerque pasar estas penalidades en la montaña?...

Siguió un silencio corto, que nada ni nadie osóromper, hasta que cada uno retomó poco apoco su tarea.

Sheisha hablaba de implantes de alta tecnolo-gía empleada por los Ángeles del señor, capazde hacer visionario al ciego o de hacer elo-cuente y sabio al mudo. Por eso a lo largo dela historia y leyendo el libro sagrado vemoscomo la dinámica del comportamiento de cadaprofeta cambia en el momento que viven unencuentro con "los seres de lo alto". Quizássea bueno releer algo que por ser de dominiopúblico lo acabo de transcribir de Internet.

CIRUGÍA REVELA PRIMEROS RESULTADOS DEIMPLANTES

(Esta historia reúne información presentada por el hipnotera-pista Derrel Sims y el físico Roger Leir en una junta públicaen Thousand Oaks, California, en Febrero 23 de 1996 y reali-zada por la sede local de MUFON ( red mutual de investiga-ción de OVNI ). Agradecemos a Debra Lindemann por escri-bir esta historia ).

El Dr. Roger Leir es un cirujano de California quien ha extra-ído los que podrían ser actuales implantes extraterrestres endos personas, quienes fueron enviadas a él por el hipnotera-peuta e investigador de abducciones Derrel Sims de Houston,Texas. Sims fue el principal orador en una conferencia públi-ca de MUFON el 23 de Febrero de 1996, pero cedió el podioal Dr. Leir para dar la parte médica de la presentación. En Agosto 19 de 1995, varios supuestos "implantes" fueronquirúrgicamente extraídos de dos abducidos que habían estadotrabajando con Sims. Si descubrimientos preliminares sonconfirmados por los próximos estudios de laboratorio, estosimplantes podrían proveer duras evidencias de que el fenóme-no de abducción es una realidad.

El Dr. Leir extrajo un total de tres objetos, dos de un pacientey otro de un segundo paciente. Ambos objetos en el primerpaciente, una mujer, fueron localizados en su dedo grande delpie uno sobre cada lado del dedo. El tercer objeto fue extraídodel dorso de la mano izquierda del segundo paciente, un hom-bre, ligeramente sobre el área de la membrana entre el pulgary el dedo índice.Según Sims, estas personas no tenían conocimiento alguno,originalmente, que tenían estos implantes. Los objetos fuerondescubiertos accidentalmente en rayos X tomados por razonesno relatadas. Al mismo tiempo, estos individuos estaban viendo a Derrel, yhabía indicaciones que ellos habían tenido una historia deabducción. Después de extensas entrevistas tomadas porDerrel, éste ordenó copias de sus registros médicos y estosobjetos aparecieron bajo escrutinio. No hubo dolor asociadocon estos implantes, y ni siquiera el paciente tuvo alguna sen-sación previa de un objeto extraño dentro de su cuerpo. Otrohecho peculiar es que estos implantes no habían dejado mar-cas de su ingreso al cuerpo, y si fue mediante una incisión sanótan perfectamente que no dejó ninguna cicatriz visible. Para ayudar a localizar específicamente los implantes antes dela cirugía, el Dr. Leir utilzó un stud finder y un gauss meter.Éste último mide los campos electromagnéticos. Cuando fuecolocado cerca de la mano del hombre, el gauss meter se "vol-vió loco". El Dr. Leir probó el aparato en el hombre en unahabitación cerrada, luego lo llevo hacia otro sitio alejado fuerade toda posible influencia magnética. El resultado fue exacta-mente el mismo. Similarmente cuando utilizó el stud finder,éste se iluminó sobre la mano del hombre, así que algo allíhabía.Antes de la cirugía, ambos individuos recibieron un tipo deanestesia local la cual normalmente anestesia el área de ciru-gía por más de seis horas. Mientras el Dr. Leir buscaba, dentrodel dedo de la mujer el primer implante, tocó el objeto acci-dentalmente y el paciente "casi salta de la mesa de operacio-nes". El Dr. Leir explicó que la única forma que una cirugíatenga este tipo de reacción de pánico bajo anestesia es cuandoalgo, en este caso el objeto, está muy cercano a la fibra nervio-sa que estimula directamente la sensación de dolor en el cere-bro del paciente, fuera del alcance de la anestesia. Cuando losobjetos fueron extraídos, ambos pacientes tuvieron la mismareacción de dolor. El Dr. Leir concluyó que estos objetos fue-ron de alguna manera injertados a los nervios. El primer objeto extraído era plano y de forma aproximada-mente triangular, de cerca de medio centímetro de cada lado.Aunque metálico por dentro, estaba cubierto con una gruesa ydensa membrana gris. El Dr. Leir trató de cortar en la membra-na con un escalpelo pero no pudo. Cuando cuerpos extraños están por mucho tiempo dentro delcuerpo humano, quedan cubiertos con una densa y fibrosaenvoltura, pero por lo general ese tipo de material puede serremovido con algo filoso. En este caso, la membrana fue casiimposible de remover. Una envoltura similar fue encontradaen los tres objetos. Derrel Sims llevó los implantes a Houton para posteriores aná-lisis, mientras que el Dr. Leir envió las muestras de tejido a unpatólogo local cuando fueron extraídos. Se le informó que eltejido fino alrededor de los objetos era de un color gris desco-lorido, no del color que normalmente se observa en tejido cir-cundante a una inflamación por ingreso de un objeto extraño.También recibió tres reportes del patólogo, uno por cada

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muestra de tejido. El Dr. Leir se entusiasmó al ver que ningu-na de estas muestras tenían signos de inflamación. Normalmente hay una respuesta inflamatoria hacia cualquierobjeto extraño en el cuerpo. Esto ocurre debido a que las célu-las blancas en la sangre tienen actividad en estas áreas, inten-tando librar al cuerpo de algo que consideran basura que nopertenece allí. Si el objeto es algo blando, como una hebra, elcuerpo es capaz de desintegrarlo y sacarlo hacia el exterior dea una pieza por vez. Si el cuerpo no puede remover el objetoextraño millones de células se juntan en un proceso llamadodiferenciación, cambiando forma y acorralando el objeto paraaislarlo y separarlo del resto del cuerpo. Cualquier tipo decuerpo extraño introducido en el cuerpo, tanto por accidente,como una astilla, o algo introducido quirúgicamante por undoctor, mostrará este tipo de inflamación. Así que fue extrema-damente extraño que la patología reportase que ninguno pre-sentaba este tipo de inflamación celular en lo más mínimo. Similarmente extraño fue el descubrimiento que en los tejidosalrededor de cada implante, hubiese numerosas terminacionesnerviosas que no pertenecían allí. Ninguno de los investigado-res pudo explicar por qué estaban allí estas terminaciones ner-viosas. Esto podría sugerir la posibilidad que los implantes sonalgo así como un dispositivo de monitoreo agregado al siste-ma nervioso. Cuando Derrel Sims llevó los objetos a Houston, su primer testfue exponerlos a luz ultravioleta. Encontró que todos ellos res-plandecían brillantemente en verde fluorescente. Derrel encontró en sus investigaciones con personas abducidasque estos presentaban una sustancia invisible al ojo humanoque al ser expuesta bajo luz negra, aparecía algunas veces enlos cuerpos de estas personas luego de la abducción; esto posi-blemente resulte del contacto físico con el abductor. Con todoesto en mente, Derrel dice que no se sorprendió al ver que lostres objetos fueran fluorescentes. Más tarde, Derrel desecó los tres objetos y las membranas cir-cundantes se volvieron quebradizas. Entonces fue capaz dequitar algo de material de la membrana y enviarlo al Dr. Leirpara análisis. Luego de quitar toda la membrana quebradiza,encontró un material extremadamente magnético, metálico ynegro brillante. Cuando el Dr. Leir recibió las tres diferentes muestras demembranas, las envió a tres diferentes patólogos. Cuando losreportes llegaron indicaban que el componente principal deestas membranas era algo simple producido por la sangre. Enesta masa sangrienta había algunos gránulos marrones. Lospatólogos realizaron un test con hierro. y El Dr. Leir señaló que sí la ciencia médica pudiese duplicar

esta membrana, podríamos resolver uno de los más grandesproblemas de la medicina, como el rechazo en transplantes. Lamembrana alrededor de estos objetos estaba aparentementecompuesta por material proveniente del mismo cuerpo de lospacientes ANTES que los objetos fueran injertados. Si supié-semos como realizarlo podríamos poner casi cualquier cosa enel cuerpo humano y no sufrir rechazo alguno en lo absoluto."

Lo que no se ha detectado ni se podrá detec-tar en mucho tiempo, son los implantes quesobre el cuerpo etéreo y en forma de pequeñasplacas rectilíneas llevan muchas personas ensu frente. Se trata de placas de color metálico

astral, de 1,5x3,5 cm, y que se activan precisa-mente en las personas cuando hablan en len-guaje o con ideas de transcendencia. Ellas nose dan cuenta puesto que no observan elimplante, y en algunos casos, cuando han ver-tido alguna información o pensamiento revela-dor, creen con pequeña vanidad que es cosade ellos, cuando en realidad no son sino ins-trucciones controladas por la supermente quedirige el programa sobre la Tierra. En cualquier caso emplearemos este mismoargumento en varias partes de este libro, pararecordar que no somos sino el terminal de algoque vive paralelo a nosotros y que se infiltró yse infiltra en profetas, iluminados y gente quede una u otra manera escribe la historia del serhumano.

LOS CUERLOS CUERVOS SAGRADOSVOS SAGRADOS

Antes de salir el Sol, Elijah ascendía a laparte alta del campamento, junto al arro-yo y desnudo totalmente se metía en el

frió agua del manantial para purificar su cuer-po. Luego, sentado en el suelo esperaba lasalida del Sol mirando al Este, hasta que unavez emergido en el horizonte y con los prime-ros rayos impactando en su frente comenzabaa danzar haciendo siete círculos en torno a 12piedras, que en forma de pirámide estaban api-ladas junto al arroyo. A la vez que giraba y gira-ba moviendo las piernas como si de una danzaindia se tratara, emitía una extraña jerga depalabras. Finalmente se dejaba caer de bru-ces, con el cuerpo totalmente pegado a la tie-rra y allí dormitaba durante unos minutos.Cada mañana, con cada purificación Elijah car-gaba su cuerpo de las energías de la madretierra y jamás a lo largo de su vida estuvo unasola vez enfermo o decaído. La naturalezaestaba en él y era él. La Tierra no era, sino sumadre, y él su Señor.

Todos los hijos de Israel conocían la leyendade Elijah, el Maestro de Justicia, y de cómo lanaturaleza le entendía y le amaba, formandouna unidad de acción y de pensamiento inse-parable. El tenía el poder de hacer llover sobrelos campos áridos, al igual que parar la lluvia.Sabía escuchar el viento y hablar a los anima-les.

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Este hombre de Dios sabia llamar a los cuer-vos y éstos acudían a su voz, poniendo en sumano unas pequeñas piedras con sedimentosmetálicos que luego empleaba en forma depolvo para sanar a los enfermos. Los cuervos,sus compañeros de cada mañana le traían nosolo comida, sino noticias. Sus cantos le anun-ciaban si iba a llover o si la tormenta caería ental o cual paraje, o si la enfermedad se alojabaen tal o cual ciudad. Así dice el libro sagrado:

Reyes 17.6 "Los cuervos le traían pan por la mañana y carnepor la tarde"

Elijah era el Señor de la Tierra, el que en susentrañas latía el volcán y por su boca cantabael pájaro. Sus ojos eran los ojos del águila ysus manos y piernas encarnaban la del león deJudá o el camello del desierto. En su pelo cre-cía el mismo musgo que en las estribacionesde la montaña y sus lágrimas traducían el dolorde los pobres seres humanos que padecíanpersecución y muerte.

El era el primero de todos los seres humanos,el señor de la compasión y el mago de la sana-ción, pero a su vez el Maestro de Justicia,puesto que ante el abuso y el deshonor, se vol-vía inflexible y duro cual pedernal y no dudabaen matar o morir por el código sagrado quehabría jurado seguir ante su Señor en la sagra-da montaña de Hebrón.

Todos los reyes y los pueblos de la Tierra deAbraham y de sus descendientes le temían y lerespetaban puesto que su palabra era palabrade Ley y de Justicia.

Elijah era poseedor del secreto del fuego,puesto que tocando con su báculo en la tierrae invocando el canto sagrado al Altísimo, llovíafuego del cielo que aniquilaba a sus enemigoschamuscándoles como si de leña seca se tra-tara.

Esto y aún más se contaba del Profeta de DiosElijah y posterior a él ,y aún hoy, su nombre esinvocado para pedir justicia y para intercederante lo imposible ó para aplicar la venganzaque nace de la injusticia.

ELEL REYREY AJABAJAB

El pueblo de Israel ha sido y es sin duda,además de peculiar, rebelde como ningu-no y obstinado en sus tendencias. Ya

desde que les fuera entregada la Tierra prome-tida por Yahvé junto al Jordán y por la influen-cia de los pequeños reinos que convivian ensus fronteras, se estableció un constante mes-tizaje de culturas, razas y tradiciones que des-dibujaban o alteraban la Sagrada Ley recibidapor Moisés en el desierto.

Moisés, iniciado Egipcio en la sabiduría de Isis,Osiris y Ra, utilizó un pueblo esclavo parahacer emerger en ellos, no solo el sentido delibertad, sino la idea del monoteísmo. Se trata-ba de conseguir un Dios, tan poderoso comovengador, capaz de darles identidad comopueblo, sentido de la autoestima, que no tení-an por haber venido de la esclavitud y poder,capaz de enfrentarse a los dioses numerososde los pueblos que les rodeaban, como losCananeos, Filisteos, Amorreos, etc ,etc. Peroeste indómito pueblo se ve fácilmente influen-

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ciado por las tendencias culturales de sus veci-nos y sucumbe una y otra vez en los erroresdel pasado y se hace acreedor al castigo deYahvé.

Una y otra vez, su Dios envía profetas paraque el pueblo retorne a su identidad y su doc-trina y otras tantas veces los profetas son per-seguidos y aniquilados por la obstinación desus contemporáneos.

Existen en el texto sagrado prescrip-ciones, que en un principio podríanparecer racistas; el tomar esposa deentre los vecinos de otros pueblos.De hecho las amonestaciones másfuertes de los profetas estaban referi-das no solo a la adoración de losdioses extranjeros, sino al mesti-zaje de hombres y mujeres quede una u otra manera dege-neraban la raza. Incluso hoyse sigue atribuyendo alpueblo de Israel estesentido racista y sec-tario que tanto lescaracteriza y que pro-duce un enfrentamientovisceral con sus veci-nos. Pero pocos cono-cen la verdadera realidadde aquella recomendación, que no solo noeran racistas, sino que estaban perfectamentefundamentada en función de todo un plan degenética cósmica que aún hoy no se terminade entender. Intentaré explicarme por tanto:

Si se retorna a los orígenes de este pueblodebemos acudir necesariamente al patriarcapor excelencia, que representa la paternidadgenética por antonomasia. Me estoy refiriendoa Abraham. Es en Abraham donde arranca ladescendencia de un gran pueblo que tiene suexpresión en la unión con la esclava Agar y desu hijo Ismael, y del que vienen los Ismaelitaso árabes y por otra parte nace otro pueblo dela unión de Abraham con Saray, del que naceIsaac como padre de la raza blanca israelita.Habría que reparar, sobre todo en este segun-do caso, y en el hecho de que la esterilidad deSaray era manifiesta para darse cuenta que el

niño nacido de ella, fue con toda seguridadinseminado por "los dioses" o bien por los"Jardineros del Cosmos" como modelo de cul-tivo genético con fines de mejora evolutivapara el ser humano. Esta inseminación artificialno solo se puede evidenciar en el caso deIsaac, sino en otros tantos profetas que nacende manera inusitada de madres vírgenes yestériles rompiendo la lógica de los nacimien-tos humanos, Quizás uno de los más intere-

santes estaría referido al origen del míti-co Noe, y que los recientes descubri-

mientos de los documentos delQumram nos lo presentan como un

nacimiento anómalo por excelen-cia. Según esta historia, Lameq,

hijo de Matusalén y padre deNoe, salió de caza por másde nueve meses y a su retor-

no se encontró con un hijorubio, atípico, respecto delas características racialesde su pueblo, con ojosazules y más despiertode lo normal y que evi-

dentemente suesposa debe-ría de haberconcebido poradulterio. Sedispone por

tanto Lameq a castigar a su mujer y consulta asu padre Matusalén al respecto. Matusalén ledice que perdone a su mujer, puesto que el hijonacido es obra de los "Jardineros del Cosmos"o de los Ángeles del Señor, que acuden a inse-minar o a sembrar una semilla humana en elvientre de una mujer semita para realizar labasta tarea de salvar a unos pocos del DiluvioUniversal.

Este fenómeno de inseminación de dichas vír-genes o de madres estériles se da en formaintervencionista con Sansón, pero incluso eneste caso, no solo se insemina a una mujerestéril, sino que se le aconseja una dieta espe-cífica para seguimiento del embarazo. Merecela pena transcribirlo para ver la precisión y elcuidado en la forma de trabajar de estos"maestros de la genética celeste":

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Jueces 13, 2-7.- Había un hombre en Sorá , de la tribu de Danllamado Manóaj, cuya mujer era estéril. No había tenido nin-gún hijo. El Ángel del Señor se apareció a esta mujer y le dijo:"Tú eres estéril y no has tenido ningún hijo; pero ahora ten cui-dado; no bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, no comasnada impuro, porque vas a concebir y darás a luz un hijo. Nose le cortará el cabello, porque el niño estará consagrado alSeñor desde el vientre de su madre. Él comenzará a salvar aIsrael de la mano de los filisteos".

Aunque habría que ser igualmente justo ydeterminar que no solo con el pueblo de Israelse establece este mestizaje de hombres con"hijos del cielo", sino que desde la cultura chinahasta la Maya, se repite el nacimiento anóma-lo de personajes, que por otra parte, terminansiendo los héroes de los pueblos donde nacen.

Recuerdo incluso una leyenda Maya, quehabla de la Diosa Orejona, que viniendo deVenus, tubo 70 hijos con los hombres de laTierra y retorno en su carro volador al cielo. Ypor retomar al pueblo Israelita, debo referirmeal extraño invento de la canastilla donde naceMoisés, que no es otra cosa que el encubri-miento de un nacimiento incómodo para losEgipcios y apetecible para los hebreos.Cerremos por tanto esta argumentación por nodesviarnos excesivamente de la narración prin-cipal postulando que: "Seres venidos desde elcielo, estuvieron, e incluso puedes estar ahoramismo trazando un plan de inseminación artifi-cial para encarnar personajes que terminan por

ser claves en el devenir y el destino del serhumano."

En el tiempo de Elijah, existía un rey llamadoAjab, hijo de Omri, que durante veintidós añosreinó sobre Israel con mucho desacierto y des-contento del pueblo. Este rey no solo se desvióde la tradición impuesta por Moisés y losPatriarcas, sino que había tomado como espo-sa a Jezabel, hija de Etbaal, rey a su vez de loshabitantes de Sidón.

Fue Jezabel con sus encantos y artimañasquien consiguió inclinar a su esposo Ajab en laadoración y asunción de Baal como Dios único

de Israel, apartando de esta manera alpueblo de la adoración de Yahvé.

Como si de una moda se tratara este pue-blo tan dado a las fluctuaciones de susarquetipos sagrados se inclinó al diosque más licencias otorgaba en la evita-ción del seguimiento de los duros precep-tos de la Ley Mosaica.

La casta sacerdotal, común en todos lospueblos, creció y engordó con este culto ypoco a poco los sacerdotes y profetas quehabían representado la tradición fuerondesapareciendo de aquella sociedad.Solo Elijah, se mantenía firme y aferradoal dictado de su corazón y fiel a su únicoDios Yahvé. Su carácter justo y severo lehacia ser temible ante las personas pusi-lánimes que se dejaban arrastrar por losfalsos profetas.

Era reconocida por el pueblo su tremendaseveridad, pero en la misma medida se cono-cía y se expandía por el vulgo la exquisita sen-sibilidad con la que trataba a los enfermos. Por otra parte, era costumbre por aquel enton-ces el poseer mas de una mujer, pero el tratohacia las mismas, por parte de los hombres eravejatorio e indiferente. Se podría decir que erala sociedad machista por antonomasia. Elijahno obstante, se prodigaba en el amor, la dedi-cación y el cuidado de sus mujeres. No con-sentía que ninguna persona de su clan estuvie-ra mermada o padeciendo. Se desvivía por sushijos y por sus mujeres. Era la ternura misma

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DIOSA OREJONA / VENUS

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con los suyos, pero a la vez no consentía lainjusticia y menos la traición de los hombreshacia las tradiciones y a su Dios. Raro era eldía que no amonestaba o gritaba a las perso-nas que no seguían las costumbres del puebloo no cumplían con los preceptos de la sagradaLey.

Temido y respetado a la vez, el pueblo lo veíacomo un visionario, un mago y un justiciero,pero a la vez incómodo, puesto que no dejabapasar una sola falta ni una sola afrenta sin queun mecanismo interno precipitara sus labios ysus manos. A veces el propio Elijah semaldecía interiormente cuandoen uno de sus arranquescoléricos se daba cuen-ta que había generadomás enemigos, de losque engrosar a su inter-minable lista de ofen-didos. Pero esesegundo "yo" que yadesde niño no con-trolara, le sometíacual esclavo a suamo. Se daba cuen-ta que aun buscandode trabajar en la som-bra y realizarse en lahumildad de las acciones,se disparaba de repentesu mente a una velocidadvertiginosa, llegando enun instante a la gnosis y ala clariaudiencia. Algo oalguien le dictaba automáticamente y hasta elmismo Elijah se sorprendía y maravillaba de loque salía de sus labios. Por un momento lo eratodo, lo entendía todo y lo percibía todo, tantode si mismo, como de las personas que esta-ban delante y del propio entorno. Era una hipe-restesia de todos los sentidos que Elijah, nogozaba, sino padecía. Solo Sheisha sabía yconocía de su dolor. A veces, los maravillososojos negros de su amada se quedaban fijosmirando el costado de Elijah y relampaguea-ban con un brillo inusitado. Luego a solas en ellecho Sheisha le decía:

-Elijah, Señor y amado mío, tus Ángeles no te

dejan en paz, se pegan a ti y entran y salen detu cuerpo como si de una morada vacía se tra-tara.....La bolas de colores entran en tu mentey en tus oídos y brillan graciosas en tu cabeza.- ¡ Que solo estás entre los hombres y queacompañado entre los Ángeles del Señor!.

Sheisha tenía la costumbre de darle miles debesos y de pegar su mejilla durante la noche ala mejilla de Elijah. Deseaba retener a suamado, puesto que algo en su interior le decíaque solo por un tiempo lo tendría. Que su vidaestaba amenazada y que Dios tan solo se lo

dejaría como un regalo hasta que denuevo fuera arrebatado a su ver-

dadera familia que no estabaen la tierra. Estando en

esta postura, numerosasveces se asustaba yapartaba la cabeza del

rostro de Elijah. Estele decía:

- ¿Que té pasamujer?.- Elijah, mi Señor,una mosca chillonasuena en tu oídocon gran estruendoy no me deja dormir.

¿Acaso puedes tudormir?...

-¡Que cosas tienesmujer!Incluso en reiteradas

ocasiones este hombrede Dios se hacia pegar al oído de otra de susmujeres y la preguntaba:- ¿Oyes una mosca; mujer?

Ella le miraba sorprendido y pensaba para síque, sin duda se trataba de otra de sus genia-lidades.

Al final Elijah, pensaba que Sheisha estabaloca o que de vez en cuando desvariaba; pero,...¡es que era tan bonita...tan dulce...tan inteli-gente!.

Pero, ¿porqué Elijah, escuchaba a veces unsonido metálico, cuando algunos de sus enfer-

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mos estaban mal en la distancia, o a Sheishacuando dormitaba sola y tenía fiebre o quealguno de sus hijos le llamaba en la noche?.¿Porqué se llenaba de sabiduría, cuando esasbolas luminosas rondaban su cerebro?.¿Porqué una voz interior le repetía constante-mente, y en los momentos más tristes o abati-dos de su vida: ¡Animo hijo mío..Animo¡.¿Porqué podía escuchar a los cuervos y dirigirlas nubes en el cielo para que lloviera en unsitio o no lloviera en otro?. En definitiva:¿Quién era aquel hombre de Dios y que teníaen su cabeza?. La respuesta está en los librosde la sabiduría milenaria solo reservada a unopocos. Aquel hombre era un mutante, un profe-ta, uno que estando en vida se dejaba poseerpor el espíritu del otro, para que el uno y el otrosean andróginos en Dios y útiles a sus dicta-dos. Solo quien sabe leer en los libros de laAlquimia del alma puede entender cuanto digo.Solo quien ha estado iluminado sabe lo quesignifica cabalgar dos hombres sobre la mismamontura.

Si nos centramos en nuestro tiempo, podemosconocer sin duda y con pruebas de "rayos X",los implantes de artefactos mecánicos "mos-cas sonoras" que han sido introducidas en per-sonas que se dicen contactados de los extrate-rrestres. Quizás pudiéramos decir, con ciertalicencia: "Ángeles ayer, extraterrestres hoy",que siguen al igual que en el tiempo de Elijah,imponiendo los dichosos aparatos para obser-var y controlar a determinados individuos.

En cuanto a las bolas luminosas, visibles parauna precisa frecuencia visual del alma, tendrí-amos que recurrir no solo a pruebas fotográfi-

cas, sino a los propios textos antiguos, y másconcretamente a los textos sagrados de laBiblia, donde se narra cómo a los apóstoles enuna de sus fases de iluminación, se les veunas "lenguas de fuego" incombustibles posa-das sobre sus cabezas.

Habíamos dejado a Elijah en solitario ante elpueblo y al rey diciendo en las plazas de lasaldeas donde curaba a los enfermos:

- Malditos seáis, hijos de Baal, extranjeros entierra sagrada. Malditos sean sus adoradoressus hijos y los hijos de estos hasta la tercerageneración. Maldita sean vuestras mujeresque parirán la desobediencia encarnada ensus entrañas.-Y tu hija del pecado, Jezabel, que emponzo-ñaste el corazón de nuestro rey, más valeretornes a tu casa y te sacudas el polvo cuan-do salgas de nuestra tierra, puesto que elSeñor Dios, me ha dicho. -"Secaré las fuentesy los arroyos, y los vientres de las mujeres deIsrael, hasta que no doblen la rodilla ante mí,su Señor".

Estas y otras tantas amenazas llegáronle aJezabel, que montada en cólera, maldecía aaquel peludo profeta, suplicando a su esposoAjab, le diera muerte al instante. Pero Ajab,temía a Elijah y daba constantes excusas a suesposa y a sus ministros para no afrontar ladura tarea de castigar a un "hombre de Dios".Jezabel y los numerosos sacerdotes de Baalsuplicaron a Ajab que le construyera una casapara los diezmos y un templo para adorar aeste gran dios, que tanto había hecho prospe-rar a los habitantes de Sidón, y Ajab, atrapadopor los encantos de su mujer y viendo que elpueblo lo veía con buenos ojos, edificó enSamaría un gran templo con una monumentalestela que era la admiración de sus habitantesy de los reinos contiguos.

Y aconteció por aquellos días, que se secaronlas fuentes y una tremenda sequía se apoderóde todo el reino de Israel. Y el pueblo clamabacontra su rey Ajab, por haber traicionado losmandatos del Señor. Y respetó y temió aúnmás a Elijah, que tal y como había prometidosecó las fuentes y los arroyos, cómo, por otra

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IMPLANTES ESPOSA DAVEMITCHELL

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parte, así estaba profetizado.

El Señor, despertó a Elijah en la noche y lellamó a la montaña de Horeb. Tomó pues elprofeta sus sandalias y el manto y ante delamanecer partió hacia la montaña. Llegado allugar enfiló los riscos con la misma ansiedadde otras tantas veces y con la misma ilusión desentir la presencia del Señor.

En la cima del monte se agolpaban una seriede rocas escalonadas formando un círculo, yen el centro, Elijah, había colocado doce pie-dras en forma de pirámide, representando lasdoce tribus de Israel. Se sentó y esperopaciente.

Al cabo de un rato, de la lejanía del Mar viosurgir poco a poco una nube blanca que noseguía la ruta del viento, sino que se aposentóencima de su cabeza. Era de color blanco mer-curial y compacta. De su interior salían sonidosarmoniosos y una luz brillante cual lucero delalba. Se iluminó la cumbre de la montaña y seescuchó una potente voz que decía.

- Elijah...Elijah.....He ordenado a las bestias dela tierra y las aves del cielo. A los lagartos deldesierto y a las aguas de los manantiales quete obedezcan. Tu serás su señor y ellos obede-cerán.

Replicó Elijah, perplejo y anonadado, cogien-dose la cabeza entre las manos y hundiéndolaen las rodillas:

-¿Como haré yo, Señor para que sea obedeci-da mi voz, si cuando el agua no cae del cielo,también los míos padecen sed. Si la tierra nome da pan, también los míos padecen ham-bre?.

-Escucha en tu interior Elijah.......

De repente en la mente del profeta sonó unamelodía que poco a poco le invitaba a cantaren un idioma extraño, gritos guturales enlaza-dos en una armonía cadenciosa:

HEOAA..HEOAAA..HEOHAAA....HEO....HEO...HEOAAA.

Y cual autómata comenzó a danzar en círculoalrededor de las doce piedras que formaban lapirámide en la que se había sentado. Y cuantomás danzaba más energía y más vitalidadentraba en su cuerpo. Las lágrimas salían araudales de sus ojos a la vez que la locura delmovimiento movía frenéticamente sus pies. Yperdió la conciencia y estuvo así bailando porun tiempo que no supo cuanto duró. Al final,cayó al suelo de bruces y oyó gritar a la tierracon fuerza en su pecho: -¡Hijo mío....Hijo mío!.

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Y una tremenda sensación de amor y de poderpenetró en su alma y se sintió por un momen-to Dios y uno con el Universo. Por un instantepudo decir "Ego Sum"

Salió otra vez la voz de la nube diciendo:

-Recuerda la llamada y gira hacia la derecha 7veces para construir y 7 veces hacia la izquier-da para destruir las cosas y a tus enemigos.Hacia el lado derecho darás la vida y hacia elizquierdo darás la muerte. Sopla después y mialiento de vida saldrá de mi nube y vivificarácuanto tu bendigas y extinguirá con fuegocuanto tu maldigas.

Esta enseñanza quedará en tu espíritu y encada una de tus estancias de carne y por cadaperiodo de vida entre los humanos aflorará delespíritu este conocimiento de nuevo. Y cuantoesto ocurra, darás gracias tu señor Dios.

Poco a poco la nube donde habitaran los dio-ses se alejó de la montaña y Elijah, repleto deluz descendió al poblado para contar a lossuyos cuanto había aprendido y había vividode parte de Yahvé.

Curiosamente este ritual, que Elijah aprendióde su Señor Dios, no era nuevo para losIsraelitas, sino que en el libro de Josué pode-mos leer algo muy interesante:

Josué, 6 1-7.- Jericó estaba fuertemente custodiada contra losisraelitas; nadie salía ni entraba en ella. El Señor dijo a Josué:"Mira, he puesto en tus manos a Jericó y a su rey. Todos vos-otros los combatientes, hombres de guerra, daréis una vueltaalrededor de la ciudad, y así durante seis días. Siete sacerdotesllevarán siete trompetas delante del arca. El día séptimo daréissiete vueltas, y los sacerdotes tocarán las trompetas. Cuandosuene el cuerno del carnero y vosotros oigáis el sonar de lastrompetas, todo el pueblo dará con todas sus fuerzas el grito deguerra. Entonces las murallas de la ciudad se derrumbarán, yel pueblo la asaltará, cada uno de frente".

Sin duda el Arca de la Alianza debía de teneralgún generador ultrasónico o algún artilugiocapaz de disociar la fuerza molecular de laspiedras. El giro en sentido contrario a las agu-jas del reloj, produce en el ámbito energéticouna perdida cohesiva, mientras que en sentidocontrario produce una fuerza constructiva.Todo un pueblo girando, son muchas mentes

como para producir una fuerza psicocinéticacapaz de alterar dicha cohesión. Luego lastrompetas se encargaron de romper lo quequedara de las murallas. De todos es conocidoel efecto de la voz del tenor sobre la copa decristal y cómo esta se rompe, cuando de la gar-ganta de este sale el mismo tono subido quesimpatiza con la copa.

Elijah, por tanto ha sido iniciado en el poder delcírculo, al igual, que todos los chamanes, bru-jos y sacerdotes saben en sus ritos del poderdel círculo. Luego, su mente, que al fin y alcabo es el mejor de los generadores energéti-cos se encargaría de hacer el resto. Ademáshay que considerar que la dichosa nube queaparece en toda la historia, bien podría ser unanave, capaz de sintonizar en todo momentocon su mensajero en tierra. No hay tanto poderen Elijah, sino en los dioses de carne que leacompañan desde el aire, quizás su poderradique en la sintonía telepática para llamar aestos seres divinos y que estos ejecuten prodi-gios a la luz de los ignorantes contemporáneosdel profeta.

Elijah tenía a su alrededor unos cuantos segui-dores incondicionales. Vivían en las aldeascercanas y mantenía reuniones discretas conlos mismos, tanto en privado, como en grupo,debido a la corriente contraría a los partidariosde Yahvé. Jezabel, se había encargado deexterminar y perseguir a los adoradores de losviejos cultos tradicionales y habría impuestopor la fuerza bajo amenazas las normas sagra-das de convivencia entre los hombres y haciasu dios Baal.

Una vez al año, doce varones representando alas doce tribus de Israel, cuando llegaba elequinoccio de Verano, se juntaban con Elijah alos pies de la montaña sagrada y ejecutabanuna ceremonia impresionante, por la cual elcielo y la tierra se hermanaban en una simbio-sis extasiada de amor y de aristocracia espiri-tual. Todo comenzaba al amanecer, cuando elSol despuntaba por el horizonte. Elijah dabasiete vueltas en torno a un cúmulo pequeño dedoce piedras que en todos los casos apilabapara cualquier acto sagrado. Dichas vueltasconsistían en una danza armoniosa pero diná-

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mica, que reproducía el movimiento de lasabejas; es decir, un tirabuzón cerrado en formade ocho, o representando el símbolo del infini-to. Su danza, imitaba, en forma inconsciente almovimiento del insecto mas organizado de laTierra: La abeja, que forma el panal y segregala miel, sustancia terapéutica por excelencia.

En un lado de la ceremonia un hombre golpearítmicamente un timbal con un ritmo de 4x3.Elijah, comienza girar en torno a las piedras,formando siete círculos que se inician conritmo lento para ir increscendo en tono y velo-cidad. Hechas las siete vueltas, se sitúa en elcentro y gira levemente moviendo los piesdesde el centro, pero con los tacones juntos, ycon el mismo ritmo, comienzan a entrar en elcírculo, cada uno de los doce danzadores, queen igual medida reproducen el movimiento quehiciera Elijah. Terminados estos, se parantodos. Pasan unos instantes y se forma unapirámide humana de la siguiente manera.Elijah, se sitúa ante Este, con los pies juntos, elcuerpo erguido y los brazos en cruz, con laspalmas hacia arriba. Los doce hombres se sitú-an en torno al mismo pero tumbados en elsuelo. Los pies junto se dirigen hacia Elijah y elcuerpo sale como el radio de una rueda con lacabeza hacia fuera. Las manos extendida deuno se juntan con las del siguiente y así se cie-rra el redondel humano. El tam tam, comienzaa sonar rítmicamente. Cada siete golpes, sehace un silencio breve. En dicho silencio laspiernas juntas de los danzantes se elevan bus-

cando la cadera de Elijah, que esta en elmedio. Suenan de nuevo siete golpes rítmicosy Elijah acompaña el movimiento con los taco-nes juntos, buscando el Sur. De nuevo se haceun silencio y los danzantes que ahora yacen enel suelo, elevan las piernas juntas hacia la cin-tura de Elijah que sigue en el centro. Siguen

las mismas pautas para buscarlos siguientes puntos cardinales.Para el timbal y se deshace elcírculo mágico. Pasa un tiempoy de nuevo comienza la danzacon el mismo orden y con lamisma simbología. Una vez másy como tercera y última vez sereproduce toda la ceremonia yacaba finalmente la acción degracias al cielo.

Solo realizando esta danza sepuede entender lo que ocurre alfinal de la misma. Es mejor nojuzgar este rito como folclore,puesto que alguno se puede darla mayor sorpresa de su vida al

comprobar como se mueven sus células, suconciencia y su espíritu.

Así pues Elijah, el Señor de la Tierra y lossuyos, conseguían atraer la fuerza del Espíritusuperior y el amor de la Madre tierra. Y se car-gaba su alma de un infinito sentimiento deamor y de una fuerza que nadie conseguiríaentre los sacerdotes de Baal y los adoradoresde los cultos de las ciudades vecinas.

Se trata de un rito solar, que en forma más omenos pura han reproducido todas las tribusde la Tierra. Pero, en pleno siglo XX, y consi-derando el ser humano como un circuito elec-tromagnético, algunos entendidos puedenmaravillarse de como los antiguos, siguiendoel dictado de los dioses de carne, reproducíanen forma inconsciente todo un chip electrónicode lo que ahora mismo es vanguardia en inves-tigación y que se ha venido en llamar "ondaescalar". De una u otra manera, a través de laonda de forma y de movimiento se puede sin-tonizar con energías poderosísimas que pue-den somatizar y construir formas y movimien-tos en la tercera dimensión donde nos move-

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mos. Desde lo imponderable bajamos a lo pon-derable por medio del sonido y del movimien-to.

LALA TIERRATIERRA CASTIGACASTIGA ALAL HOMBREHOMBRE

Como cada mañana. Elijah y Sheisha reci-bían a los enfermos que periódicamentevisitaban el campamento. El resto de las

mujeres y los pocos aprendices que vivían conel Profeta de Dios elaboraban las hierbas y laspócimas que luego eran entregadas a los afec-tados, a cambio de grano, semillas, o animalesque estos entregaban como pago por el servi-cio.

En esta ocasión era una mujer la que estabatumbada en una burda mesa de madera, entrela mirada expectante de Sheisha y Elijah. Suslamentosas palabras hablaban de que desdesu esposo la había relegado por otra mujerjoven, había engordado con exceso y un tre-mendo cansancio y atonía la embargabanhasta el punto de no poder moverse y de dejarlas obligaciones de la casa abandonadas. Estaactitud le costaba por añadidura buenos azotespor parte de su esposo que retornaba delcampo y se encontraba con una casa total-mente abandonada y desatendida. La mujerdecía:

-Hombre de Dios, el diablo ha entrado en micasa y ha poseído a la otra mujer. Mi esposono me desea y yo poco a poco me muero.¿Podrías tu expulsar el diablo de mi casa?....

Elijah la miró con una pequeña sonrisa y ledijo:

-¡Mujer.....el mismo diablo se asusta de la mal-dad del hombre!. Deja que el diablo se enfren-te al Ángel y tu ocúpate de tu cuerpo y de tusobligaciones.

Sheihsa que estaba al otro lado de la mesaseñaló con el dedo a la garganta de la mujer ycon la otra mano a los riñones y dijo:

- La serpiente maligna ha tomado posesión deestas dos guaridas y esta poco a poco matan-do a la mujer. Es necesario que la energía de

vida sea mayor para expulsar a la serpiente.

Elijah, roció a la mujer con un polvo metálicobrillante que caía con suavidad de sus mano ala vez que entonaba un pequeño canto que enforma gutural salía de sus labios. Luego,comenzó a danzar alrededor de la mujer porsiete veces. Al terminar tomó un trozo demetal, que sin saberlo él, no era sino magneti-ta y lo sujetó con una venda sobre el cuello dela enferma y otros dos pequeños los sujetóigualmente sobre cada una de las suprarrena-les. Después de un rato, sopló con fuerzaElijah y el polvo que cubría a la enferma saliódespedido por los aires y con dicho polvo tam-bién salió el mal.

Sheisha sonrió cuando su doble visión com-probaba como las dos serpientes negras ondu-ladas se alejaban de la mujer.

- ¡Mujer..! -dijo Elijah: Escucha ahora y cumplecuanto te digo: Tomarás esta hierba que llevasen el saco durante 21 días seguidas mezcladacon miel y con el polvo de los huesos del dátil.Beberás leche de la cabra en igual periodopero no comerás carne alguna ni animal muer-to. Después de este tiempo tu cuerpo estarácurado y descenderá tu peso y se hará másbonita tu figura. Tu Señor te tomará entonces ytodo habrá pasado.

Miró después Elijah a Sheisha con una granternura, a la vez que desde el pecho de este enforma silenciosa un haz de luz invisible seincrustaba en el pecho de su amada con un ¡Teadoro...Te adoro...mujer!

Sheisha veía la enfermedad del cuerpomediante babosas negras que se incrustabano parasitaban en los órganos de los pacientes.Según fueran estas de grandes y de negras asíera la patología. También veía a veces aguje-ros negros que rompían el cuerpo luminosoque rodea al ser humano o incluso dicho cuer-po estriado o impregnado de tonos obscurosque revelaba el estado emocional y somáticode la gente que trataban. Era sin duda el mejorauxiliar de Elijah. Sus ojos veían donde nopodían ver los profanos. Ella era los ojos yElijah era el oído del mismo espíritu. De su res-

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pectivo Señor; del Señor de la Tierra que vivíaen su parte femenina en ella y en su parte mas-culina en él. Solo quien puede ver con los ojos del espírituencontrarán sentido a cuanto he escrito; Soloquien ha rebasado la barrera concupiscible delos sentidos sabe de qué hablo. Solo quién haleído en el libro de la sabiduría conoce que "eluno puede estar en dos y que los dos, for-man el uno".

Dejamos momentáneamente el relato bíblico yme remontaré con mis recuerdos a un viaje aPerú, en el que tuve la ocasión de ver a unchamán dando sablazos con una gran espadaa los lados del cuerpo de un enfermo, a la vezque canturreaba una jerga ininteligible. Uno delos compañeros que caminaba conmigo y queera médico comentaba:

-¿Cómo pueden curar estos chamanes contanta estupidez?. Este hombre veía con losojos de la carne, puesto que le estaba negadover con los ojos del espíritu lo que realmenteestaba haciendo el chamán; es decir, ahuyen-tando las babosas que rodeaban al sujeto quehabía venido a tratamiento. Mi amigo no sabíay aún hoy ignora que hasta el más pequeñovirus, tiene un vehículo de naturaleza astral oluminosa y que toda idea manifestada estásustentada sobre otra no manifestada.

No existe solo lo que vemos, sino también loque no vemos. Si el hombre de occidentehubiera desarrollado su capacidad perceptiva;que no la vista, se habría dado cuenta que lamateria por grosera que ésta sea, está rodea-da de un campo energético a veces visible endeterminadas condiciones o percibido por psí-quicos.

Si existe una sintomatología física, tambiénexiste otra astral y si por fisiognomía podemosdeducir el estado patológico de una persona,por la observación del rostro, también sepuede ver el aura luminosa que rodea al decarne. Sheisha veía lo que realmente estabaocurriendo en aquella mujer, que no era, sinouna afección del sistema endocrino, en tiroidesy suprarrenal debido a un conflicto afectivo. Enla misma medida Elijah, le receta alimentoslimpios, sin productos cárnicos, buscando subirel sistema de defensas. Evidentemente, Elijahno sabía lo que era el sistema de defensas,pero si sabía cómo curar los estados de pos-tración. Alguien le dictaba lo que tenía quehacer y a su vez, con cada caso aprendía yelaboraba todo un sistema que le caracteriza-ba como un médico del alma y del espíritu.

Después de la jornada de sanación. Elijah ySheisha comieron junto con el resto de la fami-lia. A continuación, debido al calor de losardientes rayos de Sol, todos se refugiaronbajo las tiendas. Elijah, totalmente enamoradode Sheisha, la miró con ternura y abrazándolapor el talle la levantó en volandas como si deuna hoja se tratara. Aquella cintura tan sutil noera sino el punto de referencia de un ardientedeseo de amor por parte del profeta. Casienseguida, con desesperación, pero a la vezcon una inmensa ternura, ambos rodaron porel suelo bajo la tienda. Susurros y suspiros sealternaban de ambos enamorados que, pormilésima vez, se entregaban al viejo oficio deamarse. Los fuertes brazos de Elijah parecíanestrangular la grácil figura de Sheisha. Tan solounos ojos tiernos y sumisos, llenos de luz sur-gían desde la sombra del rincón de aquellamorada. Eran los ojos de la mujer más enamo-rada del mundo.

- ¡Dios mío.....cómo te amo! -Susurraba Elijah-

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a la vez que irrumpía en pequeños mordiscos,cubriendo cada milímetro de la piel deSheisha. Ella se reía graciosa con los adema-nes de aquel hombre peludo. Era un aparea-miento cuasi animal y salvaje. La tremendavitalidad de aquel profeta de Dios cual semillafecunda penetraba en aquel angelito de carneque habitaba en Sheisha y por un momento,los dos eran uno y el uno se complacía en losdos. Parecía que se parara el aire, y que calla-ra el pájaro y que el arroyo se detuviera paracontemplar y escuchar la música romántica delos dos enamorados. Y por repetido este acto,cada vez era nuevo y a su vez más intenso ysentido por ambos. Sheisha asomando tansolo la cabecita de entre los brazos de aquelhombretón le decía con una inmensa ternura:

- ¿Elijah, prométeme que no te irás sin mí?..¿Prométeme que me buscarás en cada vida?.

Elijah le respondía:

-Mujer, tú eres mía, y siempre reclamarélo que es mío, esté donde esté y haga loque haga, siempre escucharás una vozque te dirá desde las entrañas: ¡Eresmía...eres mía...eres mía! Y No podrásver ni oír a otro hombre que no sea yo. Yvida tras vida nos encontraremos paraamarnos y para servir a nuestro Señor.

En el corazón de Sheisha había ademásde amor, solo un afán y era el no tenerningún hijo con Elijah, puesto que si estoocurría, ya no podría seguir los pasos desu amado, ni acompañarle en las dispu-tas con los sacerdotes de Baal. Su obsesiónera vivir con él, y solo por él y para él. Un minu-to de separación era un verdadero tormento.Sheisha, amaba con generosidad y tan solodeseaba el bien de Elijah. Nunca había salidoun reproche hacia su Señor; al fin y al cabo, lepertenecía y así lo mandaba la Ley.

Después de la tremenda batalla del amor,ambos se quedaron dormidos, hasta que ensueños, Elijah escucho al Ángel del Señor:

-Levántate y ve a Sarepta de Sidón a estable-certe allí, puesto que una gran sequía y una

gran hambruna azotarán la Tierra de Israel, porhaber desobedecido al Señor. He dado orden auna mujer viuda para que deje su campo y sucasa a tu cuidado. Es una mujer virtuosa queté acogerá y cuidará. Allí morarás por un tiem-po, hasta que el Señor reclame de tus servi-cios.

Despertose Elijah y ordenó levantar el campa-mento. El torrente de Querit se había secadodel todo y era imposible vivir allí.

Con parsimonioso paso emprendieron la mar-cha durante dos semanas. Por cada puebloque pasaran recibían las noticias de la vida enel palacio de Ajab y los atropellos y desmanesde los sacerdotes de Jezabel. Cada vez eramas fuerte la furia del profeta puesto que ladesobediencia a las Leyes de Israel por partede aquel obstinado pueblo tan solo atraía la irade Dios y la fuerza de los elementos de laNaturaleza.

Cuando entraba por las puertas de la ciudadvio una mujer viuda que estaba recogiendoleña. La llamó y le dijo: - "Tráeme, por favor unvaso de agua para beber". Tráeme también unpedazo de pan para comer". La viuda respon-dió:

-¡Vive el Señor tu Dios! Que no tengo una solatorta; solo tengo un puñado de harina en latinaja y un poco de aceite en la orza. Estabarecogiendo esta leña para prepararlo para míy mi hijo, comérnoslo y luego morir. Elijah ledijo:

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-No temas mujer, puesto que el lamento de tusoledad ha sido escuchado por el Señor y élme ha mandado a ti, para hacer fecundar la tie-rra que gobernara tu marido y así podamoscomer tu, tu hijo y los míos. Pues esto dice elSeñor Dios de Israel: No se vaciará la tinaja deharina, ni la orza del aceite disminuirá, hasta eldía en que el Señor haga caer lluvia sobre lafaz de la tierra". La viuda contestó:

-No seré yo quien niegue a tu Dios, pero duran-te un tiempo, ¿quien me dio de comer y quienme consolará en la soledad de mi esposo?. Yél fue no solo mi señor y mi marido, sino elúnico Dios que yo he conocido. No me pidaspor tanto que confié en que el Dios que no veoni oigo, me traiga comida para mi hijo y paramí. Si tú eres su enviado, sé tu quien siembremi tierra, cuide el ganado y quién me consue-le. Elijah respondió:

-Bendita seas mujer, por haber encontrado aDios encarnado en la bondad de los hombres yno hayas adorado a los ídolos de los pueblospaganos. Yo sembraré tu campo, cuidare tucasa, pero no te consolaré, pues mi corazónpertenece a mi amada.-Sea como quieras. Toma posesión de la tierray planta tus tiendas donde tú lo desees. Yodaré la buena nueva a mis vecinos, puesto queun hombre de Dios ha venido a nuestra tierra ycambiará nuestra suerte y se llenarán nuestras

casas de pan y de aceite.

Y Elijah y su familia tomaron posesión del ladooriental de aquel campo y plantaron las tien-das. Sheisha dijo a Elijah:

-Mi señor, ¿cómo podemos hacer crecer elgrano con tanta sequía?. Elijah, miró al fondodel horizonte por unos instantes y luego searrodillo sobre la tierra. Estaba seca cual mujerestéril, pero era tierra fuerte. -¡Mira mujer!. Si el Señor Dios me mandó veniraquí no será para hacernos morir de hambre.Ten confianza puesto que él proveerá ensegui-da.

Sheisha, como mujer amante se quedó miran-do al rostro de su amado y vio la extraña belle-za de sus ojos. El reto de la supervivencia pro-ducía en el rostro del profeta tonos de poder y

de resolución que le hacían ser tremendamen-te atractivo para la lógica fragilidad femenina. YSheisha, se acurrucaba una vez más bajo elhombro de su amado y cerrando los ojos sim-plemente amaba con pasión silenciosa.

Elijah, con la enmarañada cabellera al viento,cual estatua erguida sobre la pequeña loma,rompía desafiante las ráfagas del ardiente aireen movimiento. Sus ojos miraban erráticos aninguna parte, extasiado en las miles de imá-

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genes mentales que afloraban en su cerebro.

-Quizás ya el Señor no me necesite más ypueda entonces tener este campo, criar anuestros hijos en paz y hacerme viejo viendocrecer los árboles.

Sheisha, girando la cabeza asentía con unasonrisa para reafirmar el deseo emergente delalma del hombre de Dios. Pero el uno y el otrosabían que un servidor del altísimo no descan-sa y que antes o después el destino lo moveríasin rumbo y sin meta como si de muñecos deferia se tratara. ¡Pobre destino el del profeta,que nace, vive y muere desnudo de los bienesterrenales y hace acopio de virtudes en elalma!

Aquella misma noche, Elijah escuchó una vozque le decía:

-Deja el tálamo y mira las estrellas.

Salió por tanto Elijah de la tienda y caminóhasta el centro del extenso campo. Se subió aun pequeño cúmulo de piedras que habíansido amontonadas para liberar la tierra de obs-táculos en la sementera y oteó en la noche elhorizonte. La voz le dijo entonces:

-Toma tu zurrón y mete doce piedras pequeñasdentro. Hazlo girar sobre ti con vigor y déjalosuelto luego. Allí donde caiga, comenzarás enla mañana a cavar un pozo con todos tus sir-vientes, mujeres y niños y ayudado por losmulos. Al séptimo día encontrarás agua enabundancia para ti y los tuyos. Pero no darásde este agua a nadie que no venga a ti conhumildad y que no pertenezca a tu clan, porque el Señor Dios mandará una tremendasequía sobre su pueblo para que se arrepien-tan de sus pecados.

Hizo por tanto Elijah cuanto le había dicho elÁngel y arrojó su zurrón con fuerza en la nocheal horizonte. El peso era considerable y dedu-jo que habría llegado a poca distancia delcúmulo de piedras donde estaba, pero a lamañana siguiente se dio cuenta que algo oalguien habría tenido que empujar su zurrón,puesto que yacía en el límite occidental de la

finca, sin que ningún ser humano pudiera arro-jar con tanta fuerza el mismo. Hizo por tantovenir a todos los suyos y a los aprendices y alos siervos de la viuda y a otros pocos vecinosque vivían en los campos contiguos y comen-zó a cavar sin parar día tras día, hasta que enel séptimo día y cuanto habían alcanzado casilos cien pies de profundidad, el agua comenzóa brotar con tanta fuerza, que Elijah y los dosobreros que en este momento estaban con élllenando los cestos, se vieron abnegados yestuvieron a punto de ahogarse, si no llegan aser levantados con cuerdas por el resto delpersonal, que en la superficie acarreaba conafán la tierra arrebatada a las entrañas deaquel fecundo campo.

Mandó luego Elijah, poner junto al pozo unaltar con doce piedras, que representaban lasdoce tribus de Israel y mandó matar el mejorcabrito del pequeño rebaño que tenía ofertán-dolo al Señor Dios diciendo:

- Bendito seas Señor Dios de Israel, Dios deDioses y Señor de la Tierra que pisamos, puesuna vez más nos has dado ciento por uno yhas saciado nuestro corazón de dicha y de feli-cidad. Tu serás siempre alabado y respetadopor todos nosotros, generación por generacióny aunque los siglos y los pueblos borren tunombre, renaceremos tantas y tantas vecescomo para cantar de nuevo el testimonio denuestro amor y reconocimiento.

Y Elijah y los suyos celebraron una tremendafiesta que duró toda una semana.

Pasado algún tiempo, el hijo de la viuda enfer-mó de un extraño mal y sin tiempo de avisar aElijah, murió. La viuda se acercó donde el pro-feta y le dijo - ¿Qué tengo que ver yo contigo?. ¿Te deboalgo de otras vidas?. ¿Has entrado en mi casapara recordarme los pecados y dar muerte a mihijo?.

Elijah replicó:

-El Señor me dio poder para duplicar la gene-rosidad de quien ha sido generoso y maldecirpor mil quien ha sido maldito. El Señor me dio

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el poder de parar la lluvia y de secar las fuen-tes. No seré yo por tanto el que haga daño a tuhijo. El no ha muerto, sino que solo está dormi-do. Llévame ante él, mujer.

Una vez en la casa, vio que el hijo de la viudano respiraba y no se movía. Mandó salir atodos de la estancia y comenzó a girar sobre elniño cantando al Señor con fuerza. Impregnósu cuerpo del polvo de metal que le trajeran loscuervos y después de un rato de oración, en elque pidió al señor que devolviera la vida aaquel cuerpo inerte, sopló con fuerza sobre elrostro del niño. Casi al instante, el hijo de laviuda abrió los ojos asustado diciendo: -¡Hevisto el rostro de Dios!.

Mostró el niño a la viuda y esta llena de alegríareplicó: "Ahora si reconozco que eres un hom-bre de Dios y que por tu boca sale la palabradel Señor".

Y por aquellos años, en toda los reinos deIsrael y de sus vecinos se extendió una tre-menda sequía que diezmó a las bestias y a loshumanos. Solo en el campo de la viuda habíaagua, pan y aceite y sólo en este campo se ala-baba al Señor Dios de Israel.

ELEL FUEGO DE LOS DIOSESFUEGO DE LOS DIOSES

Salió Sheisha de la tienda en la mitad de lanoche al no poder dormir y sentir turbadoel espíritu. Paseaba con calma entre los

luceros nocturnos, el canto monótono del sapoy los rítmicos sonidos de los grillos. Miró alcielo y vio como una de las estrellas se hacíacada vez más grande hasta formar una inmen-sa nube metálica y brillante por encima de sucabeza. Luego salió del centro de la nube(nave) un rayo luminoso brillante que la com-penetró. Asustada y sin poder mover un solomúsculo vio como a poco era elevada por elaire hasta verse en una gran sala repleta de luzbrillante y armoniosa. Casi al instante se acer-có la maravillosa presencia de Link, el ángeldel Señor, quien con resolución le dijo:- Querida hermana, tomarás mañana junto conElijah el camino de la montaña y le indicarasque recoja unas cuantas plantas para fabricarfuego.

Antes de que Sheisha emitiera palabra alguna,Link respondió de mente a mente:

- No te preocupes por saber cuales son esasplantas. Bastará con que las mires con aten-ción. En aquellas que distingas un penachorojo de color astral, la tomarás y se la darás atu esposo. Dile a Elijah que guarde estas plan-tas metidas en agua y en la sombra en el perio-do de un cambio total de Luna. Que mate luegoun cabrito y del tejido de su estómago, lo intro-duzca en la mezcla. Después de otros tresdías, estará dispuesto el agua del que saldrá elfuego.

Sheisha, escuchaba asombrada e incrédula loque Link le transmitía, pero sabiendo que elagua mata el fuego y que ambos no puedenvivir juntos. Link volvió a replicar:

- No desconfíes mujer pues todo le es posiblea Dios. Dile a Elijah que tome dos guijarros depedernal negro y que vierta unas gotas de esteagua bendita en el suelo. Verá entonces, alsalir las chispas el poder del Señor haciendoque donde había agua salga fuego devorador.

No supo nunca Sheisha como apareció en su

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lecho. Pero en la mañana le dijo a su amado:

- Elijah; el ángel del Señor me a dicho que ven-gas conmigo a la montaña y que tomes lasplantas que yo te indique para hacer cuantome ha ordenado.

Elijah comenzó a refunfuñar por no tener pre-visto tal maniobra, pero al ver los tiernos ojosde su amada, comprendió que algo importantey transcendente debía de haberse dado en sucorazón para hablarle con tal resolución.

Tomaron el camino de la montaña y al pocorato de iniciar el ascenso. Sheisha vio maravi-llada cómo en un matojo con espinas de bajaestatura se posaba una luz inmaterial de colorrojo. Luego fueron otras tantas. Una de ellassin duda se trataba del croton, pero el resto noeran conocidas por ninguno de los dos, o bienno eran empleadas en las recetas que a diariohacían para los enfermos, precisamente porser de venenosas o dañinas.

Una vez realizada esta operación, Elijah siguióescrupulosamente las órdenes de su amada yen la Luna nueva después de haberlas recogi-do, mató un cabrito e introdujo su estómago enla mezcla. El olor que desprendía aquello eranauseabundo, y Elijah dudaba de que salierafuego de aquella dichosa mezcla. Por supues-to el profeta no sabía lo que hoy sabemos res-pecto de los alcoholes y de la reacción enzimá-tica de las vísceras de determinados animales.Vertió a continuación un poco de líquido en elsuelo y golpeó a continuación los guijarros pro-duciendo una chispa que inflamó aquellaspequeñas gotas con una pequeña llamaespontánea de color azul violáceo. Elijah sequedó maravillado y abrazando a Sheisha,comenzó a gritar como un niño, que le hubie-ran regalado un juguete.

No se resignó con el experimento y tomandouna tinaja vertió un montón de dicho líquido enel suelo. Golpeó la piedra, sin reparar en elviento que soplaba a su favor y al instante seprodujo una tremenda explosión que le tiró dosmetros para atrás, mientras que Sheisha viocomo parte de sus caballos se quemaban.Elijah comprendió entonces que con el "Fuego

de los Dioses" no se podía jugar. Adquirió portanto responsabilidad ante algo que podíahacer daño a las personas.

A partir de aquel día, Elijah siempre tuvo entresus pertrechos varias tinajas de este líquidoque renovaba periódicamente, por si se reque-ría de su empleo.

ELIJAH SE ENFRENTELIJAH SE ENFRENTAA AA LOSLOSPROFETPROFETAS DE BAALAS DE BAAL

Transcurría el tiempo con paz y felicidadpara Elijah, Sheisha y las demás mujeresen el campo de la viuda. El agua del pozo

que el señor entregará a Elijah no solo no sesecaba, sino que parecía subir su nivel en lamedida que el resto de las fuentes y los arro-yos de Israel se apagaban. Comenzaba elhambre a hacer mella en el pueblo y los mulos,y las bestias dejaban asomar las costillassobre la piel por falta de pasto. El rey Ajab nopodía contener el descontento creciente delpueblo y la desesperación asolaba a Israel.

Ajab había mandado consultar a todos y cadauno de los más de cuatrocientos profetas deBaal, respecto de las causas de tal pertinazsequía y de cuando aquella habría de durar,pero uno tras otro o no respondían o repetida-mente erraban en sus precisiones.

Ser profeta en aquellos tiempos en Israel eraun oficio muy arriesgado, puesto que errar enuna profecía llevaba consigo el apedreamientoinmediato por parte del vulgo. Evidentementeel estrato social de Profeta para aquellas gen-tes era el más prestigioso, puesto que se trata-ba de un ser que estaba a medio camino entrelos pobres mortales y el mismo Dios, o bien seremisario del mismo. Por ello, y aún con el ries-go que esto suponía, cientos de personas pro-baban fortuna en este oficio. Visionarios y psí-quicos eran los que en público adoctrinaban alpueblo sobre lo que habría de acontecer en elfuturo. Su ministerio duraba, lo que durabansus aciertos, pero como hemos dicho, el riesgoera morir apedreados.

Jezabel, la mujer de Ajab, no solo protegía elculto de Baal, sino que se hacía rodear de

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estos sacerdotes y profetas, como si de unaguardia personal se tratara. La adulaban y sos-tenían con lisonjas y ella les permitía engordary dormir en los aledaños del palacio y del grantemplo de Samaria.

La sequía continuaba pertinaz y Ajab, deses-perado hizo llamar a su mayordomo Abdias,para que buscara a Elijah, puesto que ennumerosas ocasiones habían salido expedicio-nes de soldados para encontrar al profeta deDios y todas habían retornado sin éxito.Jezabel no cejaba en el empeño de matar aElijah, puesto que mientras este viviera, que-daba todavía en el pueblo el testigo de contras-te del antiguo culto y la mujer de Ajab, no podíadominar definitivamente al pueblo. Era portanto un testigo incómodo que mermaba suambición.

Y es que, sistemáticamente Elijah era avisadopor la voz interior que le ordenaba marcharaquí o marchar allá, en el momento justo quelos soldados venían a su casa a prenderle.Casi siempre se ausentaba a la montaña a labúsqueda de determinadas hierbas que usabacomo tisana para sanar a sus enfermos. Elespíritu de Elijah sabía no obstante que la mal-dición de las mujeres pendía de su cabeza y encada vida serían éstas las que propiciarían enforma directa o indirecta su muerte.

Ajab, había hecho pesquisas entre el pueblo yde este había recogido información precisa dealgo que al parecer estaba en los labios dehombres, mujeres y niños. Me refiero a la

seguridad absoluta de que aquella sequía erapropiciada por Elijah, a quien el Señor le habíadado poder sobre las lluvias y las fuentes.

Abdias era un hombre justo que no le quedabaotro remedio que servir a su Rey, pero añosatrás había salvado la vida de un centenar deprofetas de Israel, cuando la perversa Jezabelhabía realizado la persecución contra losseguidores de Yahvé.

Ajab dijo a Abdías:

- Vamos a recorrer el país en busca de fuentesde agua y de arroyos, por si podemos encon-trar pasto para mantener caballos y mulos, yno mueran todos los animales. Se repartieronel país para recorrerlo. Ajab partió en unadirección y Abdías en otra.

Elijah seguía despreocupado junto con lossuyos, cuando una mañana, después de estartres años sin ser reclamado por el Señor, viovenir en el horizonte una nube solitaria queparecía avanzar contra el viento. Era una nubecompacta, de color blanco mercurial. Parecíasólida. Los rayos de Sol se reflejaban en susuperficie, como si de una piedra preciosa setratara. El profeta, comenzó a temblar de emo-ción y a la vez de miedo. De emoción por saberque el Angel del Señor venía a visitarle, y demiedo, por que esa visita significaba afanes decombate contra los enemigos de Dios y dejar lacomodidad y el apego de los suyos.

Salió corriendo Elijah hacia una pequeña lomaque había al Oeste del terreno donde moraba,tras una pequeña arboleda y con el jadeo emo-cional, aún en la boca vio como la nube seposaba en Tierra. Después de dicha nube salióun rayo de color verde que impactó en la caradel profeta. Al instante, una extraña paz y unafuerte beatitud entro en su corazón.

Se abrió la nube y de su interior salió el Ángeldel Señor. Su rostro de color verdoso eraimpresionante. Ojos rasgados y de color verde,parecían tener ramificaciones de tono rojizoque le hacían parecer un Ángel Justiciero. Apesar de que Elijah era de un tamaño propor-cionado y erguido, el Ángel le sacaba casi

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medio cuerpo de altura. Su vestido era de unasola pieza de la cabeza a los pies. Su pelo eranegro. Con grandes entradas en su frente y seplegaba hacia la espalda, hasta la altura de loshombros. Caminaba lento y parsimonioso.

El corazón de Elijah se lleno de gozo, puestoque bastaba la sola presencia de aquel serpara redimensionar toda la persona y el almadel profeta. En su presencia parecía que eltiempo se paraba y que no existía sino dichatotal.

El Ángel dijo a Elijah:

-Yo soy Link, servidor de Dios. La voz queescuchas en tu interior, es mi voz.Elijah, se quedó aún más maravillado, por elhecho de no escuchar la voz con los oídos sinoen su cabeza, incluso el propio Link no moviólos labios para articular palabras.-El Señor te reclama para hacer otro deber.Deberás acudir a ver al Rey Ajab y ordenarleque cese el culto a Baal y que sean retiradaslas imágenes de su culto del templo deSamaria. Yo te entregué el poder del fuegopara que en todo momento sepas que estoycontigo. Tus ojos serán mis ojos y en tu bocayo pondré mi palabra, que es la palabra del

pensamiento de Dios. Ni aún deseándolo contoda tu alma, podrás estar solo. Yo soy tu her-mano, puesto que todos somos hijos delmismo principio.

Elijah sintió un tremendo amor y una terribleañoranza cuando Link, con su impresionantemirada despidió al profeta y retornó poco apoco a la nube, que le esperaba y que empren-dió de nuevo el vuelo hacia el lado del mar.

El espíritu de Elijah se traumatizó de ésta ima-gen y de ésta presencia y despedida y por elresto de su vida y por las siguientes vidas,

siempre retornó a la montaña, bus-cando con añoranza y con lágrimasen los ojos la renovación del pactode fraternidad que en su día hicieracon el Ángel de la Justicia Link.Hermano suyo por los siglos de lossiglos.

Cuando Abdias iba por el camino,le salió al encuentro Elijah. Al reco-nocerle, se postró rostro en tierra ydijo: -¿Eres tu Elijah, mi señor?. Lerespondió:

-"Yo soy. Anda y di a tu amo queestá aquí Elijah".

Él replicó:

- ¿Que pecado he cometido paraque me entregues a Ajab y memate?. ¡Vive el Señor tu Dios", queno hay pueblo ni reino donde mi

amo no haya mandado a buscarte, y cuandose respondía que no estabas allí, hacia jurar aaquel reino o pueblo, que no te había encontra-do; y ahora me dices tu: "anda y di a tu amoque esta aquí Elijah". Y va a suceder que,cuando yo me separe de ti, el espíritu del señorte llevará a un lugar que yo no sé, y despuésde haber ido a dar la nueva a Ajab, él, al noencontrarte, me matará. Con todo, tu siervoteme al Señor desde su mocedad. ¿Por ventu-ra no le han contado a mi Señor lo que hicecuando Jezabel mataba a los profetas delSeñor, cómo oculte a cien de estos profetas delSeñor por grupos de cincuenta, en unas cue-

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vas, alimentándolos con pan y agua?. Y ahoratu me dices: "anda y di a tu amo que está aquíElijah, para que me mate".

Elijah respondió:

- "Vive el Señor todopoderoso, a cuyo servicioestoy, que hoy me presentaré ante él".Abdías fue a buscar a Ajab y se lo comunicó.Entonces Ajab salió al encuentro de Elijah.

Cuando lo vio le dijo:

- ¿Eres tu portador de las desdichas deIsrael?".- Elijah replicó:- Yo no soy el portador de las desdichas deIsrael; lo eres tú y la casa de tu padre, porhaber abandonado los mandamientos delSeñor y haber dado culto a los baales. Ahorabien, manda reunir junto a mí en el monteCarmelo a todo Israel y a los cuatrocientos cin-cuenta profetas de Baal que comen en la mesade Jezabel.

Y Ajab mandó llamar a todos los israelitas yreunió a los profetas en el monte Carmelo.Elijah se presentó al pueblo y dijo:

-¿Hasta cuando andaréis cojeando de las dospiernas?. Si el Señor es Dios, seguidle; y si loes Baal, seguidle a él.

Pero el pueblo no respondió palabra alguna,puesto que el tiempo y la desmotivación leshabía dejado apáticos ante la idea de Dios.Prosiguió Elijah diciendo:

-He quedado yo solo de los profetas del Señor,en cambio los profetas de Baal, son cuatro-cientos cincuenta. Pues para saber quienadora al verdadero Dios yo les propongo tomardos novillos, uno para ellos y otro para mí. Quedescuarticen al novillo y lo pongan en una pirade leña, pero sin poner fuego. Que invoquenellos el nombre de sus dioses y yo invocaré elnombre del Señor. El dios que respondaenviando fuego, ese será el verdadero Dios.El pueblo accedió a tal propuesta.

Reyes 18, 25-46.- Entonces Elias dijo a los profetas de Baal:"Elegid vosotros un novillo y preparadlo vosotros primero,

porqué sois más. Invocad el nombre de vuestros dioses sinprender fuego". Les entregaron el novillo que eligieron, loprepararon y se pusieron a invocar el nombre de Baal desde lamañana hasta el mediodía diciendo: "¡Oh, Baal, respónde-nos!". Pero no se oía voz alguna ni nadie respondía. Y elloscontinuaban danzando en torno al altar que habían hecho.Cuando fue mediodía, Elías comenzó a burlase de ellos,diciendo: "Gritad más fuerte, pues es dios! Pero esta cavilan-do o retirado, o se encontrará de viaje; tal vez este durmiendoy tenga que despertarse". Ellos entonces gritaban más fuerte, ysegún su costumbre, se hacían cortes con espadas y lanzas,hasta chorrear sangre por su cuerpo. Pasado el mediodía, con-tinuaron en su paroxismo hasta la hora de la ofrenda del sacri-ficio. Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía ni hacíacaso.Entonces Elias dijo a todo el pueblo: "Acercaos a mí". Y elpueblo entero se le acercó. Preparó el altar del Señor, quehabía sido destruido; tomó doce piedras, una por cada tribu delos hijos de Jacob, a quien había dicho: "Te llamarán Israel" yconstruyó con ellas un altar en honor del Señor. Hizo en tornoal altar una zanja como un surco para dos medidas de simien-te, dispuso la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leñay ordenó: "Llenad cuatro cántaros de agua y vertedla sobre laleña. Luego dijo: "Otra vez". Y vertieron agua de nuevo. "Portercera vez", añadió. Y lo hicieron por tercera vez. El aguacorría en torno al altar hasta que se llenó la zanja.A la hora de la ofrenda del sacrificio de Elias, se adelantó ydijo: "¡Señor Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel!, que sesepa hoy que tú eres Dios de Israel y yo tu siervo, y por quepor orden tuya he hecho todas las cosas. Respóndeme Señor,respóndeme y que sepa este pueblo que tú eres, Señor, el ver-dadero Dios, y así se convertirá de corazón". Entonces cayófuego del Señor y devoró el holocausto, la leña, las piedras yel polvo y secó el agua de la zanja.....Los prendieron y Eliaslos llevó al torrente Quisón y los hizo degollar allí (se refierea los profetas de Baal).

Así lo narra el texto sagrado y efectivamentecasi todo se dio tal y como aparece en las cró-nicas, pero nadie reparó en que Elijah golpeóuna a una las doce piedras que representabanlas doce tribus de Israle. La última era unpedernal, de la que salió una tremenda chispacon la que inflamó el sacrificio, haciendo quelos presentes se asustarán no tanto del fuego,sino de la tremenda explosión que se produjo. Efectivamente Link, el Angel del Señor, habíacumplido su palabra, no solo entregrándole elpoder del fuego, sino poniendo en la mente yen la boca de Elijah las palabras que provoca-ron a los baales.Tampoco vaciló Elijah en el degollamiento delos profetas impostores, y por otra parte el pue-blo estaba acostumbrado a apedrear a quiense pasaba de listo intentando ser emisario delSeñor.Elijah ganó con esto la fama de ser no solo el

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Profeta del Señor por excelencia, sino el Señorde la Justicia.Lo que no cuenta el texto sagrado es lo queahora deseamos contar y que nos ha sidorevelado a través del "ojo eterno de Dios":

LALA COMUNIDAD SAGRADACOMUNIDAD SAGRADA DELDELMAESTRO DE JUSTICIAMAESTRO DE JUSTICIA

Acabada la demostración tan portentosade Elijah frente al pueblo, cientos de per-sonas le rodearon y le aclamaron dicien-

do:

-¡Profeta de Dios; enséñanos a realizar tusprodigios y úngenos con el ministerio de con-sagración al Señor nuestro Dios!.

Elijah, se vio abrumado por la consecuencia desus actos y no sabía que hacer para dispersara los adeptos a su causa. Pero ante la insisten-cia exclamó:

-Sois como las rameras que se venden almejor postor. Sois cómo los feriantes que vandetrás del próximo espectáculo sin ver quesolo en vosotros mismos y en la fidelidad a lasLeyes esta el verdadero camino. Si ahora cre-éis por un milagro, ¿ qué pasará cuando ya nolos realice y venga otro con prodigios nuevos?.¿Venderéis de nuevo al Señor y os prostituire-ís de nuevo?. Yo os aseguro que seguir alSeñor es caminar en la renuncia de la satisfac-ción, para encontrar en cada esfuerzo un pocomás de luz un poco más del misterio, que noestá en la adoración de las cosas de fuera,sino en vuestro corazón.El silencio el trabajo y el estudio de la Ley denuestro Padre Moisés son los pilares paraencontrar la iluminación. Elijah prosiguió conímpetu:-Si queréis ser gratos al señor, entregad vues-tra túnica al pobre, repartir los bienes a los quenada tienen y desnudos de ambición y confe-sos en vuestra ignorancia seguidme.

Se hizo un tenso silencio y poco a poco la mul-titud fue diseminándose, puesto que los reque-rimiento de Elijah eran excesivos.

Quedáronse ciento cuarenta y cuatro hombres

y mujeres junto a él, dispuestos a seguirlehasta la muerte. Pero Elijah, les hablo así:

-No es a mí a quien tenéis que seguir, puestoque mi marcha está pronta en el tiempo, sino aDios nuestro Señor. Pero nuestro Dios está envuestros corazones, en un árbol, en el dolor yla risa. Cuando se haya parado vuestra activi-dad exterior, cuando se haya parado vuestraambición en la quietud del alma y en el silen-cio profundo, encontrareis a Dios.

Paró un instante y entornando los ojos haciaarriba como evocando los viejos recuerdosprosiguió:

-El señor me llamó de niño a su servicio y deniño dejé la casa de mi padre y la seguridad delregazo de mi madre para enfrentarme a lasoledad del desierto. Sólo un arroyo y los cuer-vos fueron mis compañeros por muchos años.Y jamás estuve más acompañado que aquellostiempos. Allí aprendí a vencerme a mí mismo ya hablar con Dios encarnado en las plantas, enel agua, en las aves. Allí aprendí que todo esritmo; desde mi propio corazón hasta el vuelodel insecto más insignificante. Cuando no lle-gué a no poseer nada, fui entonces poseídopor el espíritu del Señor y se llenó mi corazónde gozo. Haced vosotros por tanto cuanto yohe hecho y encontrareis la senda.

Algunos de los presentes le dijeron:

-¿Dinos donde esta el arroyo donde tu estuvis-te para ir nosotros?.

Elijah comenzó a reír diciendo:

- ¡Sois como las acémilas!. ¿No está nuestroDios de Israel presente en todas parte?...Aquímismo podéis comenzar la búsqueda. Edificad vuestra guarida en este monte,haciendo que cada pareja o cada hombre ymujer ocupe una casa. Que la casa tenga elespacio requerido para vivir en austeridad.Dejad junto a la misma una porción de terrenodonde cultivar lo necesario para vivir. Que lachoza del primero sea hecha por todos a lavez, y que sucesivamente sean edificadas portodos cada una de las demás. Terminadas

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vuestras guaridas, edificad en el centro unrecinto para contener los pergaminos de la Leyy juntaros después de las tareas en el mismopara aprender de nuevo la Ley traída por nues-tro padre Moisés. Consagrad vuestra vida alestudio de los preceptos sagrados.

De nuevo paró Elijah de hablar y como si escu-chara algo en su interior, prosiguió con unaextraña quietud, que se interrumpió al pocodiciendo:

-Después de mí vendrán más falsos profetas.Los Reyes de Israel cohabitarán con los genti-les de los pueblos vecinos. Otros dioses falsosserán ofertados al pueblo, que cómo siemprese prostituirá. Pero el Monte Carmelo y su san-tuario serán el valuarte de las tradiciones y elgarante de la continuidad del destino del pue-blo. Perseverad por tanto, pues de entre vos-otros nacerán profetas santos que guiarán alpueblo descarriado.

Los presentes le dijeron:

-Quédate tu con nosotros y guiános en estecamino.

Elijah respondió:

-No puedo quedarme, puesto que el Señor hadispuesto ya mi marcha y ha nombrado quienme sucederá. Hasta ese día yo vendré a vos-otros a enseñaros cuanto sé. Pero mi partida

esta próxima. Aunque ahora no me entendéis,yo os digo, que cuando me marche, será cuan-do más notareis la presencia del espíritu envuestras mentes y en vuestros corazones,pues el mismo que cabalga sobre mí cabalga-rá sobre los ciento cuarenta y cuatro. Y devuestra semilla nacerán en todo Israel y en losreinos más lejanos otros tantos seres sobre losque cabalgará el mismo espíritu. El Señor de laTierra os compenetrará y os enseñará conoci-mientos que asombrarán al mundo. Pasarán

muchos años y a vuestro templo acudiráel más grande de los avatares para serinstruido. Dejad siempre en vuestras ceremoniasuna silla vacía, puesto que con los ojosdel espíritu veréis al Señor de la Tierrasentarse con vosotros celebrando elpacto que ahora hacemos.

Marchó Elijah finalmente hacia las tie-rras altas, junto al arroyo de Querit,puesto que se acercaba su partida.Muchos discípulos le acompañarondesde entonces y aprendieron delmaestro el culto sagrado, los movimien-tos, los cantos y la danza, junto con lasformas de sanar a los enfermos y lamanera de hablar con la naturaleza. Y

Elijah, retorno otras tantas veces al MonteCarmelo para animar y reforzar a aquellacomunidad que no solo sobrevivió al profeta,sino que permaneció por cientos de años hastaque en su seno renaciera Elijah como Juan elBautista, anunciando los caminos del granAvatar Jesús el Cristo. Y Elijah fue llamado elMaestro de Justicia, y aún hoy en los docu-mentos del Qumram, se hace alusión a aquelgran Maestro de Justicia que nunca dejó solosa sus hermanos pues el espíritu del Señor dela Tierra, que habitó en Elijah, habitó así mismoen setenta y dos hombres, setenta y dos muje-res y en los que miles que siguieron a estos yse sublimó en Juan, cientos de años después.

Y fue tal la leyenda y el poder de Elijah, quegeneración tras generación fue recordadocomo el liberador de Israel, incluso el propioJesús el Cristo, en el momento antes de moririnvocó su nombre diciendo: "Eloi, Eloi, lemáSabaktani".

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FUGAFUGA DE ELIJAH POR ELDE ELIJAH POR ELDESIERTDESIERTO.O.

Ajab contó a Jezabel lo que Elijah habíahecho, y como había degollado a espa-da a todos los profetas de Baal. Y enton-

ces Jezabel envió este mensaje a Elijah: -Esto y cosa peor hagan conmigo los dioses, simañana a estas horas, no te he puesto a ticomo a uno de ellos.

Enterado Elijah, comenzó a temblar de miedoy se propuso escapar, a toda costa. El caminodel desierto era el más seguro, puesto que lascondiciones naturales de aque-llos parajes son el mejor de losrefugios para los perseguidos.Tomó a todos los suyos y se diri-gió a Berseba de Judá, en lafrontera Sur de Israel. Allí dejó aSheisha y al resto de las muje-res y los niños, diciendo:

-Vive Dios, que no es a vosotrosa quien busca Jezabel, puesvuestro delito solo consiste enamarme. Me internaré yo en elDesierto hasta que pase el peli-gro y retorne de nuevo para pro-tegeros.

Sheisha dijo:

- Señor nuestro, ¿Qué sentido tiene la vida sinti?.....Si tú mueres toma tu mismo la espada ymátanos a todos antes para que nos reencon-tremos en el paraíso. Morir en el amor, en la fey con la paternidad de nuestro Dios es vivir enél. Muchos son los que respiran y caminan porlas sendas de Israel, pero son muertos en elespíritu. Tu nos has enseñado a tener esperan-za y a esperar en Dios. Hemos visto en tu ros-tro a Dios cada instante de nuestra vida,¿Cómo podríamos vivir sin verte denuevo?...¡Llévanos contigo!.

Elijah, entristecido respondió con lágrimas enlos ojos:

- Cuando tu padre Jinshen, te entregó a míeras una niña inmaculada, llena de candor.

Tenías el porte de una reina, pues tu espírituha sido y será siempre pastor de muchas ove-jas. Pero nadie puede llegar a ser grande si nocomienza siendo pequeño y va creciendo.Nadie puede vivir el dolor, la tristeza y la pobre-za con dignidad, si su espíritu no es grande yaantes de nacer. Tu Sheisha y vosotros todos,fieles amigos míos, sois lo más precioso de laTierra. Sois la sal y la levadura de laNaturaleza y vuestra alma es grande. Dondeahora debo ir, vosotros no podéis venir, peroretornaré. Atender a los enfermos y trabajad enla confianza de que el Señor Dios de Israel noos dejará huérfanos.

Y tomó Elijah la ruta del desierto caminando sinparar hasta que finalmente se quedó dormido ypostrado de cansancio bajo una pequeña reta-ma. Sus pensamientos vagaban en esta refle-xión:

- "¡Ya basta, oh Señor!. Quítame la vida, puesno soy yo mejor que mis padres.

Justo al amanecer de aquel día, sintió unpequeño golpe en su hombro y una voz muyfamiliar que le llamaba: ¡Elijah...Elijah!. EraLink, el Angel del Señor, su hermano del espí-ritu quién le dijo:

-Ten confianza, hermano mío, puesto que nomorirá tu mitad, ni la mitad de Sheisha amanos de Jezabel. El Señor Dios me ha dichoque vuestra muerte se dará cientos de genera-

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ciones después de Ajab y de Jezabel.

Elijah, contestó extrañado:

-¿Cómo es posible eso?...¿No son mis huesosy mis carnes iguales a las de mi padre e igua-les a las del padre de mi padre?. Nadie desdeel principio del mundo pudo vencer a la muer-te.- No Elijah, cientos de años, antes de que tunacieras, otro profeta de Dios, llamado Enoc,fue arrebatado por nosotros para vivir en lapresencia de Dios y con él te encontrarás porlos siglos de los siglos, hasta que debas morirjunto con él pero después de muchas genera-ciones. Ahora te está velado el conocimientode cuanto te digo, pero finalmente lo entende-rás y suplicarás morir por no ver la iniquidaddel mundo donde renacerás y por no verte pri-sionero de la cárcel de la carne y de los hue-sos.

Elijah, no entendió nada y tam-poco se esforzó en preguntarmás, puesto que los arcanosde Dios y de sus Ángeles seescapan de la comprensión delos pobres mortales. Miró des-pués en derredor y vio sobresu cabecera una torta y unvaso de agua, que comió ybebió para volverse a dormir.

El Ángel del Señor, volvió porsegunda vez, le tocó desper-tándole y le dijo:

- Levántate y come, pues tequeda un camino demasiadolargo para ti.

Sobre la cabecera de Elijah, había un vaso demadera de olivo, que contenía un líquido visco-so que nunca había probado Elijah. Se quedómirándolo sin atreverse a meterlo en su boca,pero Link le dijo:

-Este es el mismo maná, que tomara tu puebloliberado del yugo del Faraón a la salida deEgipto. Quien bebe de este líquido no tendráhambre ni sed, pues es alimento de los Ánge-

les de Dios.

Se levantó, comió y bebió, y con la fuerza deaquel manjar caminó cuarenta días y cuarentanoches, hasta el monte de Dios, el Horeb.

Llegó y pasó la noche en una cueva. Estandoen pleno sueño, escuchó una potente voz ensu cabeza diciendo: "¿Que haces aquí Elijah?.

Él respondió:

-Me he abrasado en celo por el Señor todopo-deroso, por que los israelitas han abandonadotu alianza, han destruido tus altares, han pasa-do a espada a tus profetas. He quedado soloyo, y me buscan para quitarme la vida.

La voz le dijo:

- Sal y quédate de pie en la montaña ante lapresencia del Señor

Pasaron pocos segundos, cuando desde elfondo del valle se vio emerger una tremendabola de color plateado, que cada vez se haciamás grande, hasta alcanzar la altura del profe-ta en la montaña. Sus dimensiones eran dedos mil cuatrocientos píes de largo. Se despla-zaba moviendo el aire impetuosamente comoqueriendo arrancar las montañas y los valles,pero el Señor no estaba en el viento. Despuésdel impetuoso viento, la gran bola causó unterremoto, pero el Señor no estaba en el terre-moto. Tras el terremoto, un fuego, pero el

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Señor no estaba en el fuego. Y al fuego siguióun ligero susurro de aire. Finalmente la bolasalió despedida a altísima velocidad hacia lasestrellas.

Elijah se quedó perplejo y anonadado ante latremenda demostración del poder de Dios yreflexionó:

-¿Que poder tiene el Señor mi Dios, que hahecho temblar la montaña, escupir fuego abra-sador y hacer rugir el viento deldesierto?....¿Puede acaso, Jezabel hacer lomismo?...¿Pueden los profetas de Baal reali-zar tales prodigios?. Estando en estas reflexio-nes volvió a escuchar la voz en su cabezadiciendo:

- ¡Anda!, vuelve a emprender tu camino por eldesierto hacia Damasco y cuando lleguesungirás a Jazabel por el rey de Siria, a Jehu,hijo de Nimsí, le ungirás como el próximo Reyde Israel, y a Eliseo, hijo de Safat, de AbelMejolá le ungirás como profeta en tu lugar.Pues he dispuesto que vengas a mi presenciay no retornes más. Prepárate por tanto puestoque el día de la marcha está cercano. Harésuscitar un tremendo revuelo en Israel. A quienescape de la espada de Jezabel, le mataráJehú, y a quien escape de la espada de Jehúle matará Eliséo. Pero no podrán matar a sietemil israelitas que se han mantenido puros y nohan doblado la rodilla ante Baal.

LAS VISIONES DE SHEISHALAS VISIONES DE SHEISHA

Yocurrió, por aquel entonces que Elijah fuereclamado por Zacarías; uno de susdevotos seguidores que vivía en Jafa,

junto al Mar.

Zacarías, hombre justo y seguidor de la tradi-ción de Yahvé, había sido premiado por Dioscon una gran fortuna.

En sus campos araban casi veinte docenas debueyes y sus jornaleros se contaban por mediocentenar. Tenía a su vez, este hombre justo,una de las esposas más bellas de la comarca.Se llamaba Judith; mujer que se prodigaba enel cuidado de su cuerpo con mas fuerza y

vehemencia que en el de su espíritu. Gastabaen vestidos y en oropeles muchos bienes ygozaba con las riquezas de la gran haciendade su esposo. Zacarías, no obstante no podíasino rendirse ante el encanto de tanta belleza yse dejaba llevar.

Judith se hacia acompañar de varios criadospara acercarse todos los días a la fuente delbarrio próspero del norte de Jafa. Y muchasmujeres y jóvenes la esperaban para ver tantoencanto rodeado de tanto oropel. Cada díalucía un vestido nuevo y unas nuevas joyasadornaban su maravilloso pelo negro. Ella,sabedora de la admiración que levantaba,caminaba insinuante con una media sonrisaque hacia palidecer de deseo a los varonesque la contemplaban.

Pero el destino que es imprevisible quiso queJudith enfermara con una extraña úlcera, quepoco a poco fue haciendo mella en su delicadapiel, para cubrir finalmente todo su rostro. Enpoco más de un mes, aquella bella mujer moríaen los brazos del compungido Zacarías. Este,sabedor del poder de su maestro Elijah, recla-mó a su mayordomo y le dijo:

- Ve y toma de las cuadras cuantos caballosnecesites, pero tráeme al hombre de DiosElijah, pues solo él puede devolver la vida a miamada esposa Judith. No descanses ni un solominuto y releva del trabajo a todos los jornale-ros. Dales pan y vino para que caminen haciatodos los ángulos del reino, pero haz que estamisma noche venga a esta desolada casa elSanto profeta de Dios.

Hizo el mayordomo cuanto le fue ordenado yen la noche de ese mismo día encontró aElijah, que ya estaba esperándole a la puertade la tienda.

-¡Hombre de Dios!.. mi amo Zacarías me llamapor que....

No había concluido la frase cuando Elijah,replicó:

-Esta mañana fui despertado por el Ángel delSeñor y he aquí que mi zurrón esta listo y las

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bestias dispuestas para que me guíes ante miamigo Zacarías. Pues es grato al Señor sualma y en el cielo esta escrito cuanto ha favo-recido a los pobres y los indigentes que acu-dieron a su hacienda. Vayamos por tanto a supresencia.

Justo cuando iban a salir, se acercó corriendoSheisha diciendo:

- Mi señor, déjame ir contigo aJafa, pues vive allí mi herma-na y mis sobrinos, a los queno he visto desde hacetres años y seria para mi ypara ellos maravillosoencontrarnos comocuando vivíamos felicesen la casa de mispadres.- Sea, así mujer, puesno es bueno que el hom-bre camine solo. Si solosaliera el Sol, la tierrasecaría los torrentes yabrasaría las cabezasde los hombres. Vengapor tanto la Lunadetrás del Sol y hága-se la sombra, lahumedad y el sosiegoen el corazón delguerrero. Apague elcelo del hombre la mujer y yazca con ella parafecundar en su vientre la esperanza de unnuevo amanecer.

Tomaron el camino, guiados por el mayordomode Zacarías, pero hacia la mitad del trayectose les echo la noche encima. Sheisha, más frá-gil y tierna miró con cariño a Elijah. Casi al ins-tante, el tosco hombre de Dios; el más bruto delos hombres, sonrío con una inmensa ternuradiciendo:

-No prosigamos el camino, pues es necesarioocuparse primero de los vivos, antes que delos muertos.

De esta manera le decía a Sheisha que yasabía que estaba cansada y que le agradecía

la humildad y la resignación al no protestar entoda la marcha. Y es que entre seres que seaman, el lenguaje no lo es tanto de la palabra,sino de la mirada, de la sonrisa o del pensa-miento. Así era la unión de éstas dos almas,que a fuerza de amarse y de fundirse, se habí-an hecho uno.

Acostáronse todos bajo la tenue luz de la lunallena, pero en Sheisha, quizás debido al aje-treo del viaje o a las última palabras de Elijah

referido a los muertos se vio convulsionadacon un fuerte sueño: " Veía Sheisha en su

mundo con toda la fuerza de la realidad,percibiendo los sonidos, los olores ylas sensaciones del alma de los seresvivos, a una madre y dos niñas queacudían a su presencia. Estabanen una isla, frente a una casa que

estaba quemadapor completo. Tantola madre como lashijas, iban y veníanpreocupadas frenteal mar y entorno asu hogar quemado.Sheisha que aun enel sueño se sentíaviva y repleta deconciencia lesdecía:

-¿Mujer; no te dascuenta que estas muerta?..¿No te das cuentaque tu casa se ha quemado y que habéismuerto todos?.....La mujer enfadada gritabacon fuerte tensión interior y tocando con fuerzaa Sheisha le decía:

- ¡no..no.. no estoy muerta!. Me quieres quitarmi casa, pero no estoy muerta.... Luego segiraba hacia el montón de piedras chamusca-das diciendo:-¡Que sucia esta mi casa!...Y denuevo gritaba con furía: -¡no estoy muerta...noestoy muerta!."

Sheisha se asustaba en el sueño, puesto quesentía en su cuerpo una extraña vibracióncada vez que la mujer le tocaba. Veía la deses-peración de la muerta atada a su casa y a suengañosa realidad y nada podía hacer, para

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SHEISHA

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remediar la angustia de la misma.

En plena convulsión y con gemidos lastimerosSheisha despertó a Elijah, que la tomó en susbrazos y con tiernos besos la decía: ¡calma,amor mío!..¡Calma mi amor!

- Elijah, he soñado algo tremendo que me hallenado de tristeza.

Y Sheisha relató el sueño a Elijah, tal y comolo había vivido.

Elijah después de escucharle con una sonrisapaternal y agarrando su tierno cuello entre surobusto brazo le susurraba al oído:

-¡Mujer!....No ha sido un sueño, sino una reali-dad vivida con tu alma. Todas las noches, cadaser humano y cada animal abandona su cuer-po de carne y camina por la senda de lo innom-brable a la presencia de Dios, pues Dios tienemuchas estancias. Unas son tristes y doloro-sas, otras violentas y otras tantas, maravillo-sas y llenas de luz. Si tu alma esta triste, viaja-ras en la noche al reino de la tristeza, pero si tualma está llena de luz, te encontrarás con losÁngeles del Señor.

Cuando el ser humano muere violentamente,su alma se queda pegada a los lugares dondevivía por tanto tiempo, como intensa fuere suambición o apego a la riqueza o a la miseriaque poseyera. Solo el hombre libre sabe queno puede poseer nada y solo quien está libreen la vida, sabrá encontrar la senda de luz delas estancias de Dios donde moran sus Ánge-les.

Sheisha aún convulsa le preguntaba a su vez:

-¿Cómo sabes tu tantas cosas, mi Señor?..¿Acaso tu estabas en mi sueño?.-¡Mira mujer!....desde que era niño, en cadanoche, a través de mi sueño, he sido llevadopor mi maestro de pelo blanco al otro mundode Dios. De él he aprendido los remedios quecuran a los hombres. He visto el reino de losmuertos y he padecido el reino del dolor. Yo,Sheisha, soy mas real en ese mundo, que enel de los vivos. Muchas noches en ese peregri-

nar me he encontrado con seres que aúnsiguen luchando con sus enemigos en la bata-lla y a reyes que aún pretenden atarse a susriquezas o a enfermos que aún se duelen desus heridas. Y cuando se han acercado a mitambién le he dicho que estaban muertos.

Solo los más libres y los que han vivido de laesperanza te hacen caso y comienzas a ver elcamino de la luz donde mora la verdadera vida. En ese instante; en el momento que se dancuenta de que no pueden poseer la vida eter-na, ni poseer las riquezas, ni las miserias queles ataron a lo temporal, pueden ver a losÁngeles del Señor, e incluso ven a sus seresqueridos que les precedieron en la muerte.Solo entonces viven la libertad y gozan de lapresencia de Dios.

- Al igual que yo soy médico del cuerpo y delalma entre los seres revestidos de carne, haymédicos que ayudan a estas almas a encontrarel camino de la luz. Tu Sheisha, desde estemomento te has convertido en médico demuchos seres errantes de la otra orilla. ¡Que tumiedo no ciegue tu alma y al igual que en vidaeres tierna y generosa, vive con generosidad ycompasión la otra realidad con los seres quetraspasaron el lumbral a la verdadera vida!.¡Benditos sean quienes en el silencio ayudanen el peregrinar de los descarriados en reinode las sombras!

Y con el alma serena, se acercaron finalmentea la hacienda de Zacarías.

Salió corriendo Zacarías y se arrojó a los piesde Elijah, diciendo:

-Bienvenido seas a mi casa, hombre de Dios;gracias por venir.-Levántate Zacarías, pues ningún mortal esdigno de adoración. Ven a mis brazos.Y se fundieron en un cálido abrazo. Luego seadentraron a la casa y Elijah contempló ensilencio el que fuera un hermosísimo rostro demujer, pero plagado de un eccema rosáceoque cubría toda el rostro.

Dijo Elijah:

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-Salga todo sirviente de la casa y saca tuZacarías a todos las bestias de los establos ya los perros y a todo ser vivo a una distancia demas de cien codos de este lugar, pues ahoraes lugar sagrado. Sumerge tu cuerpo en elagua Zacarías y sin secarte, cíñete y acude ami presencia.

Hicieron cuanto había ordenado el profeta yretornó Zacarías purificado a la estancia dondeyacía Judith.

Se sentó por un rato Elijah en el suelo, sujetan-do con sus manos la cabeza. Con los ojoscerrados comenzó a susurrar algo ininteligible.Luego tomo de su zurrón unos polvos metáli-cos que fue vertiendo en un extraño ceremo-nial sobre el cuerpo de la difunta.

Una vez cubierta con los polvos, comenzó agirar por siete veces alrededor de Judithhaciendo la acostumbrada danza que solíarealizar en todas sus ceremonias.

Emitía repetitivamente un sonido queparecía salir de lo más profundo desu estómago y a la vez movía los bra-zos de arriba abajo.

Finalmente los ojos de Judith seabrieron asustados mirando la estan-cia y el rostro del profeta y de suesposo.

Zacarías petrificado no podía articularpalabra, puesto que no habían pasa-do dos días desde la muerte de suesposa, cuando el profeta de Dios lehabía vuelto a la vida. Pasaron unossegundos y Judith dijo:

-Tráeme mi espejo Zacarías.

Hizo Zacarías lo que le indicara su esposa y alinstante Judith se observó triste y llorosa en elmismo. Había vuelto a la vida, pero no habíadesaparecido la eccema de su cara.

Elijah. Le dijo:

-¡Mujer!...El señor me dio poder para traerte

del valle de las sombras, pero no para pulir tucara.

Judith dijo a su vez:

-Mejor hubiera estado muerta que no con estavergüenza.-Sea así pues. -Dijo Elijah- y tocando la frentede Judith cayó esta sobre el lecho muerta defi-nitivamente.

Zacarías llorando grito:

-¿Porqué....Porqué?.

Elijah replicó:

-La belleza Zacarías, está en el interior, en labondad, en la serenidad del pensamiento.Judith tenía el rostro bello, pero la luz que irra-diaba era pobre. Otros seres andrajosos pue-den brillar con más fuerza para ser observadopor los ojos del alma y no los de la carne.

Hay seres que miran y ven con ojos de carne,la carne de sus semejantes; pero el justo vecon los ojos del espíritu, la luz de la bellezainterior. Cada virtud tiene un color, y cada colortiene una forma de expresión en la videncia delespíritu. Cada blasfemia, cada dolor, cada tris-teza tiene asi mismo su expresión en otros tan-tos colores. No puede haber un cuerpo sano

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con una luz opaca ni puede haber una luzopaca sin un cuerpo sano. El alimento queentra por la boca nutre la belleza del cuerpo.La práctica de la virtud nutre la belleza de la luzdel alma.

Zacarías simplemente observó y calló, pues noentendía al profeta de Dios.

A no mucha distancia de la hacienda deZacarías, Sheisha paseaba por la playa cerca-na a la casa de su hermana. Había sido unencuentro emotivo y necesario para reconfortodel alma., Pero después de la comida con sufamilia y del alborozo de los niños optó porpasear en solitario viendo el mar azul.

Caminaba ausente de cualquier pensamiento.De vez en cuando en su mente se dibujaba elrostro de su amado que estaba en los menes-teres de su ministerio. Ciertamente Sheishasabía que nunca podía poseer del todo aElijah, sino que lo compartiría siempre con elSeñor Dios. Elijah, era un ser que no podíaposeer nada, como si estuviera de paso,amado y odiado a la vez, pero su corazón serepartía entre sus dos grandes amores: Suseñor y su amada Sheisha. Y si quedaba algúnresquicio, quizás los cientos o miles de enfer-mos que acudían a su consuelo. Amar unaidea encarnada en un hombre no es una formamuy práctica de amar. En un momento lo tie-nes y en otro te es arrebatado. -¡En fin! -Pensaba Sheisha. - Vale más un minuto de suamor, que toda una vida de riquezas y agasa-jos.

Con estas reflexiones en su interior, miroSheisha al mar y vio sobre las olas unas extra-ñas siluetas de los bustos de algunos seresextraños y casi al instante como una voz a coroy con un raro eco escucho:

- ¡ Holaaaaaaa, Holaaaaaaaa........ Mira!

Y en el mismo instante en la mente de Sheishaapareció un tremendo maremoto que asolabala costa y a sus habitantes, pero no de esa tie-rra y tampoco de este tiempo sino en otro tiem-po y en otra tierra.

Sheisha se quedó perpleja y seducida por lavoz y las insinuantes siluetas que se movíanentre las olas. Poco a poco las voces callarony la visión desapareció al unísono de suspasos que se alejaron de la playa.

Al día siguiente, Sheisha retomó el camino deJafa. Era el atardecer, cuando se adentrabapor la plaza de la ciudad donde estaba la fuen-te. De repente, vio algo que le dejaba perpleja,puesto que en forma traslúcida, sin ser opacapero real, una mujer que se adivinaba muybella en sus facciones, irradiando una luz gri-sácea, se acercaba con paso quedo a la fuen-te. En un instante las miradas se cruzaron y lamujer bajo los ojos al suelo cubriéndose el ros-tro con vergüenza. Sheisha, que se acordabadel episodio anterior con la mujer de la casaquemada, comprendió que estaba ante unamujer que había muerto y que estaba perdiday perturbada. Díjole Sheisha con el lenguajedel pensamiento:

- ¿Por que tienes vergüenza mujer?-He sido condenada a vagar con la desver-güenza de mi rostro enfermo entre mis vecinosque se mofan de mí.

Y bajándose el velo continuó diciendo:

-Mira la fealdad de mi rostro.

Sheisha miró y no vio ninguna marca, ni ningu-na póstula, sino una tez blanca, ausente devida física pero rodeada de una pobre luz obs-cura.

-No veo marca alguna, sino tristeza en tus ojosy miedo en tu corazón. ¿Por que no te alejasde este lugar y miras la luz de los Ángeles delSeñor que viven en lo alto?.¿No sabes queestas muerta?- Si, lo estoy por mi voluntad. Yo soy Judith, lamujer de Zacarías, a la que el profeta de DiosElijah retornó de la vida a la muerte. No puedoir a ningún lugar con mi cuerpo enfermo y pes-tilente.- Has de saber Judith que tu cuerpo no tienemarcas en el reino donde ahora estas puesdonde antes había carne, ahora hay luz. Perola luz de este nuevo cuerpo es tenue. Mira

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hacia lo alto y verás una gran luz de paz.Camina sin miedo hacia ella.

Casi al instante, la visión se desvaneció ySheisha, apoyada contra un muro, debió tomarvarias bocanadas de aire para recuperarse deesta experiencia y de las que durante todo esteviaje habían acontecido. Por un momentopensó que la locura se había apoderado deella y que si no paraban todas estas cosas ter-minaría mal.

Ante la presencia de Elijah, Sheisha le hablóturbada:

- Elijah; creo que el amor que siento hacia ti meha trastornado, pues no solo he podido ver denuevo a Judith después de muerta, sino que heescuchado hablar a unas extrañas siluetas enel mar pero no hablaban con la boca, sino queescuchaba su voz en mi cabeza.....

- Sheisha, Sheisha...¡Cuanto se ha complacidoDios en ti por hacerte ver y oír cuanto estavedado a los ciegos de espíritu y sordos en elcorazón!...Lo que has escuchado son las don-cellas de mar. En todos los pueblos costeros

escucharas leyendas en las que estas entida-des femeninas han cautivado a los marineroscon sus voces y les han seducido o preserva-do de las catástrofes. Ciertamente no estasloca, sino que el gran amor que sientes por lonatural te ha compensado con su dialogo. Hasde saber, mujer, que son miles las criaturasentre los Ángeles de Dios y los hombres, perono lo son menos, las que hay entre la roca másgrosera y el hombre. Unas tienen formas decarne, pero otras se revisten de luz y de fuerzay solo son visibles a los que pueden percibircon los ojos del espíritu. Da gracias a Dios porello, pero no digas a las otras mujeres nada decuanto has visto o corres el riesgo de ser lapi-dada por posesa del mal.- Elijah, ¿Cómo es posible que tu puedas cono-cerlo todo o saberlo todo?.- Yo por mi nada sé. Pero el que vive y mora enmi no es de este mundo, por tanto él me hablaen mi oído en voz baja y mueve mis labios para

dar respuesta a quien la demanda. El pone losmales de los hombres que miro en mis ojos yél mueve mis manos para restaurar sus huesosy limpiar sus órganos. Tan solo debo servir alespíritu que camina en mi; tan solo debo lim-

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piar mi cuerpo para que sienta cómodo. - Eres entonces feliz con tal presencia, dijoSheisha.- Soy feliz cuando de mis manos sale la vida,pero estoy triste cuando sale la muerte. Elesclavo nada puede pedir al amo. No se bienhasta donde soy yo y hasta donde es él. No sesi al fin somos los dos en uno, o el uno está enlos dos al unísono.

Sheisha sonrió con malicia a la vez que mirabalos ojos enrojecidos de Elijah. Por dentro pen-saba:

- Estas son las cosas curiosas de mi Señor. Éles grande entre los hombres pero indefenso ypequeño en mi regazo.

En esa misma noche, de retorno al campa-mento. Bajo la tienda, Sheisha, como casisiempre, entraba sin querer en la otra realidadinconsciente. Era como si algo la arrebatarahacia otra orilla cuasi onírica. En un momentovio como muchos hombres con dardos y cuchi-llos la perseguían. Elijah, caminaba a su lado,pero en ambos asomaba el terror de ser alcan-zados y asesinados. De repente, de entre lasnubes, surgió otra metálica que comenzó ahacer llover fuego hacia la tierra. Ese fuego fueconsumiendo uno por uno a sus perseguido-res, pero cuando todo había pasado, un rayode luz la inundó y se vio ascendiendo por losaires. Aquella sensación de ingravidez la hizogritar con fuerza, puesto que pensaba que susdías habían acabado. La tremenda pesadilla ladespertó convulsa y gritando. Elijah, que yacíaa su lado y que estaba acostumbrado a estassorpresas nocturnas la tomó con cariño entresus brazos diciendo:

-¡Mujer...Mujer....no te turbes, yo estoy contigoy te protejo!.

Sacó luego de su bolsa de remedios unas boli-tas con pequeños pinchos y se las dio aSheisha para que cesaran las convulsiones. Poco a poco fue calmándose y el susurro noc-turno de los miles de minúsculos animales deldesierto la fueron adormeciendo. Pero sinhaber tomado de nuevo el sueño profundo ycon los ojos aún abiertos vio como un niño muy

bonito, chiquitín y sin ropa alguna pisaba lospies de Elijah y los suyos, diciendo con calidadvoz: -

-¡Papa...mamá...papá....mamá.!

En un momento las lagrimas resbalaron comopequeñas gotas de rocío sobre sus mejillas.Con un hilo de voz le susurró al oído de Elijah:

-¿Le has visto?.-¡Pero mujer! ¿Que demonios té pasa ahora?-¿Le has visto....le has visto.... le has visto?. Seguía Sheisha preguntándole a Elijah.- ¿Ha pisado tus pies?.

Elijah, la miró de nuevo con ternura y reparó enalgo bonito que quizás tenga poca importanciapara el Universo, que quizás pase desapercibi-do por insignificante e intranscendente queesto parezca; pero justo en el instante que elniño luminoso había pisado los pies deSheisha, Elijah había sentido en el silencio delalma el más grande de los amores que un serhumano puede sentir sobre la faz de la Tierra.Justo en ese instante en que Sheisha habíasido preñada desde el otro mundo, Elijah lehabía susurrado al oído: -

-¡Sheishaaaaaa!....Gracias por amarme.El rudo hombre de Dios, el más bruto de losmortales; el vengador de Israel, también sabíallorar; también sabía sentir; también podíaemocionarse ante el amor.

Por un momento se había parado el Universo,y dejaron de ser dos para ser tres. Y los treseran uno y el uno estaba en los tres.

El profeta de Dios, disimulando la incipientelágrima que resbalaba por su mejilla y con unasonrisas bonachonas dijo:

- Tienes un hijo pisándote los talones, Sheisha.La mujer, dijo:- No, no deseo tener ningún hijo

Y repetía con vehemencia:

- ¡No...no...no....!

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Elijah, sorprendido de tal comportamiento sequedo perplejo y silencioso, pensando a suvez: -"¡Mujeres!"- El no podía conocer, ninunca supo, que Sheisha, en sus sueñoshabía visto el próximo final de sus días y la per-secución de los esbirros de Jezabel que esta-ban al acecho y con ánimo de vengar a lossacerdotes de Baal muertos en el monteCarmelo.

ELISEO, DISCIPULO ELISEO, DISCIPULO YY SUCESORSUCESORDE ELIJAH.DE ELIJAH.

No había amanecido cuando el profeta deDios tomó el camino de la montaña.Tenía que recolectar unas hierbas, que

solo en un recóndito lugar se daban. Eran hier-bas muy propicias para que la sangre de losenfermos se limpiara, pues aquel pueblo, noseguía con rigor los preceptos de Yahvé res-pecto de los alimentos sagrados y esta gene-ración se había enfermado bajo el libertinajede Baal.

Mas de uno pensaba que Yahvé le había dicta-do normas caprichosas respecto de la formade alimentarse y que Moisés había interpreta-do mal estos mandatos. Con Baal, no existíanestas normas. Se podía comer de todo y encualquier momento. Desgraciadamente estaforma de pensar llevaba a enfermar a muchaspersonas que engordaban su sangre congrasa y a producir males en los riñones porcomer animales inmundos. Elijah se dabacuenta, en la práctica diaria de su oficio desanador, que Yahvé, no solo era Dios, sino quesin duda era el más grande de los médicos yque los sacerdotes de Baal eran ignorantes porno conocer la naturaleza del hombre y de laenfermedad. Elijah, sabía que el pueblo noestaba preparado para entender los dictadosde Dios, y que solo los tontos ridiculizan y juz-gan como caprichoso lo que no entienden. Porello, se alegraba de ser el profeta de Dios y porello parecía acelerar los pasos con viveza enbusca de los remedios que necesitaba.

Reflexionaba también en la estupidez delenfermo cuando pensaba que tomando losremedios que él daba se curaban de todos susmales. Cuando en realidad se trataba de aban-

donar costumbres y alimentos que producíanel mal en sí. Pero aquellos malos enfermos ylos de todos los tiempos prefieren confiar lasalud a unas pócimas y a los sanadores en vezde hacer el esfuerzo de cambiar sus hábitosperniciosos.

Quedaba el último esfuerzo para llegar alpequeño rellano rocoso donde crecía la hierba,cuando en el centro del camino apareció elAngel del señor Link. Su tremenda figura llena-ba cada espacio de la montaña. Elijah seempequeñecía con aquella presencia, a la vezamada, pero en igual medida temida.

- Elijah; Vuelve tus pasos hacia el pie de lamontaña. Encontrarás a un hombre arandocon una pareja de bueyes. Se llama Eliseo.Este hombre es grato a Dios y ha sido desig-nado para llevar al pueblo al regazo del Señor.Tocarás su frente con tu mano y le cubrirás contu manto. El te seguirá sin vacilación.

Casi al instante aquella figura desapareció enla nada y de nuevo se oyó el canto de la ciga-rra y el piar del pájaro.

Retomó el camino Elijah hasta que llegando alfinal de la montaña le entró hambre. Metió lamano en su zurrón para tomar un trozo de pan,cuando en vez de pan sacó un puñado de lahierba que había ido a buscar. Dios le habíaentregado sin esfuerzo cuanto necesitaba para

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cuidar a los enfermos. Tampoco se sorprendiómucho de este acto, pues en otras tantas oca-siones el zurrón había parido no solo hierbassino comida y raíces de golosina para losniños, sin que antes hubieran estado allí.,"Cosas del señor" -Pensó-.

Elijah se fue en busca de Eliséo, al que encon-tró arando. Tenía delante de sí doce yuntas debueyes, y él araba con la duodécima. Elijahpasó junto a él y le tocó en la frente, tal y comohabía ordenado el Angel del Señor. En igualmedida le puso su manto sobre los hombrospor un momento diciendo:

-Eliseo. Da gracias al Señor tu Dios, pues el teha ungido con la luz de la sabiduría y el poderdel caudillo para llevar al pueblo a los manda-tos sagrados.-¿Que ha entrado en mi, Profeta de Dios, queal tocar mi frente, se ha hecho en mi cabeza laluz y lo entiendo todo, lo acepto todo, lo conoz-co todo. Y al poner tu manto sobre mi he creci-do y he sentido el poder de Dios en mi cora-zón.?- Yo, por mi nada soy. Pero nada se hace en loalto que no tenga respuesta en lo bajo y nadase hace en lo bajo que no mueva lo alto. Desdeahora tu serás mi sucesor.Eliseo entonces, dejó los bueyes, corrió detrásde Elijah y le dijo: - Déjame dar un beso a mi padre y a mi madre,y luego te seguiré.Elijah respondió:-Anda vuélvete, pero ten en cuenta lo que hehecho contigo.Se apartó de Elijah, tomó la yunta de bueyes yla inmoló; y con los aperos de los bueyes cocióla carne y la repartió a la gente para que lacomiera. Luego se levantó, siguió a Elijah y fuesu servidor.

Dejo a su padre y a su madre; es decir, sequedó huérfano, sin ataduras, sin referenciasde solidez, comodidad o futuro. Todo buen pro-feta; si lo es, o si lo quiere ser debe aprender aamar a Dios sobre todas las cosas. Por eso,los profetas no tienen cosas, no tienen padres,no tienen hijos. El Profeta es el ser más solita-rio que además no tiene futuro, puesto que loconoce y tan solo se aproxima día a día a su

meta, normalmente fatal.

Lo ceremonial a veces trae consigo movimien-tos energéticos y somáticos que pocos com-prenden. Cuando se dice: "Tocar en la frente"viene a ser como una aceleración del procesointelectual, por medio de un mayor flujo delchakra del entrecejo. En igual medida sepuede acelerar el chakra del corazón o de lagarganta, haciendo que la glándula endocrinaque tiene que ver con estos centros se muevaal unísono, produciendo cambios en el proce-so homeostático del individuo. A su vez el teji-do endocrino es el más psíquico del cuerpohumano. Por tanto activar estos centros conenergías sutiles es poner en marcha progra-mas terapéuticos o de conciencia que solo seentienden si la persona ha indagado en la bioe-nergética o en las ciencias del espíritu.

En la Biblia vemos muchas veces esta alusiónal toque en la frente. No solo como medida deungimiento por parte de los profetas, sinocomo medida profiláctica ante los elegidos.Así pues leemos:

Apoca.9-4: "Pero se les ordenó que no hicieran daño a la hier-ba, al verde y a los árboles, sino solamente a los hombres queno tuvieran la señal de Dios en la frente..."

Esta activación produce una mayor frecuenciavibratoria y lumínica en el cuerpo aúrico del serhumano. Soy consciente por otra parte quehablar de aura es someterme inquisitorialmen-te al juicio de la sesuda ciencia. Sólo me quedadecir:

-¡Lo siento por la ciencia, pues ella no tienealma y le está vedado ver con los ojos del espí-ritu. !

Pero aún así también se camina por el caminodel racionalismo para conocer más y más aDios. ¡Que más da como se accede a la con-ciencia, si lo importante es caminar!. Yo memaravillo cuando leo libros escritos por astrofí-sicos y físicos que con sus postulados comien-zan a cuestionarse el Universo Newtoniano ozarandean poco a poco teorías inamoviblespara adentrarse casi en el campo de lo metafí-sico y traspasar incluso la barrera del propioEinstein.

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Muchas veces he podido mostrar imágenes dela cámara Kirlian, que postula la posibilidad deeste cuerpo aúrico y otras tantas he podidoobservar el estupor de muchos espectadorescuando no solo han visto las diapositivas mos-tradas en las conferencias, sino su propio dedofotografiado y como se les ha podido diagnos-ticar diversas patologías a partir de ese análi-sis.

A semejanza de Eliséo, muchas personas hanacudido a mi consulta diciéndome que soñaroncomo un ser o una luz golpeaba su frente, ycomo de este choque había emergido un esta-do elevado de paz o una somatización poste-rior en un cambio hacia un mayor interés por lacultura o el conocimiento. Se podría decir que nada se hace arriba sinque tenga reflejo abajo y en igual medidamuchos gestos de los profetas tienen implícitauna orden superior. Bendito quien ha sabidobuscar en el lenguaje de lo simbólico y portanto ha podido encontrar a Dios.

LALA VIÑAVIÑA DE NABOTDE NABOT

Nabot el yezraelita tenía una viña enYezrael, junto al palacio de Ajab, rey deSamaría.

El rey deseaba la viña de Nabot puesto queestaba contigua a su palacio y además era unatierra muy fértil. En el centro de la viña habíaun pozo que nunca se secaba. Con el aguaque del pozo manaba, Nabot conseguía unosproductos que eran la admiraciónde toda la ciudad.

Cuando Ajab se asomaba a lasventanas de su aposento veía aNabot trabajando su huerto ysiempre le decía:

-Nabot, deseo comprar tu viña. Yote pagaré cuanto quieras o tedaré otra tierra aún más fértil ymás grande en otro lugar de mireino. Pero Nabot con la misma insis-tencia contestaba:-Esta viña fue de mi padre y delpadre de mi padre. Si la vendiera,

traicionaría el recuerdo de mis antepasados,por tanto no la venderé ni aún pagándome eldoble o el triple de su valor.

La ambición de Ajab no tenía límites y no ceja-ba en su propósito de poseer dicha tierra. Fuetal su obsesión que poco a poco se sentíaenfermo y su carácter se volvía reservado eirascible.

Jezabel, su esposa al verle así le dijo:

¿Eres tu acaso el Rey de Israel o una plañide-ra?. ¿No tienes tu poder para tomar cuantodesees de tus siervos?.

-Mujer, también el rey es servidor de Dios yservidor de la Ley. No puedo sino dar ejemploa los míos. De que vale mandar sin el respetoy la admiración del pueblo. ¿Quieres que seaverdugo, antes que Rey?...-No te preocupes, Mi Señor, pues antes de unmes tendrás la viña.

Jezabel cuya maldad no tenía límites, urdió unplan terrible para apropiarse de la viña. Hizollamar a dos testigos falsos y les pagó bienpara que testimoniaran contra Nabot en laasamblea del pueblo.

Se convocó un ayuno para abrir la asamblea yante los ancianos fue llamado Nabot para querespondiera de la acusación de blasfemo con-tra Dios y contra el Rey. De nada le valió a este

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hombre justo defenderse, puesto que un pue-blo duro, amante de los espectáculos y de lasintrigas, lo condenó de antemano y sacándoloal Sheol lo apedreó.

Los dos testigos falsos, después de haber rea-lizado su macabro trabajo, fueron a avisar aJezabel y esta, corrió a avisar a su esposo Ajabpara darle la nueva de la muerte de Nabot.

El rey vio el camino libre de su ambición y seapoderó de la viña.

Estos acontecimientos ocurrían en plena ciu-dad; pero en la montaña, Elijah, seguía curan-do enfermos y viviendo con los suyos en per-fecta armonía. Seguido de Eliseo y de los dis-cípulos que moraban en el monte Carmelohabía conseguido toda una escuela de conoci-miento.

En la comunidad del Carmelo se habíancomenzado a redactar cientos de rollos con laLey de Moisés recobrada. Se habían dictadolas primeras normas de convivencia y se habí-an delegado monjes que habían recorridotodos los reinos vecinos, incluso Egipto enbusca de nuevos conocimientos. Elijah no soloenseñaba su conocimiento, sino que empujabaa los demás a aprender diciendo:

-Vosotros sois los guardianes del conocimientoverdadero. Siempre iluminareis la ignoranciadel hombre uniendo el pasado y el futuro a tra-vés de la razón y de la inteligencia. Yo haréque el corazón de nuestros padres se una conel de nuestros hijos, preparando al pueblo delSeñor para su llegada final. Nosotros somosopacos ante las glorias pasajeras del mundo,pero brillantes en la verdadera sabiduría delSeñor Dios. Donde los otros no vean, vosotrosveréis doble. Donde los otros no escuchenvosotros oiréis el trueno. Donde los otros notoquen, vosotros amasareis la materia. Dondelos otros no entren vosotros accederéis, rom-piendo las barreras más sólidas. Vosotros soisinmortales.

Y proseguía diciendo después de una pausatranscendente:

-Al igual que un campo no puede ser sembra-do sin semilla y sin agua, vosotros siempreseréis la semilla y el agua de vida de los nue-vos tiempos.

Estos discursos los solían hacer siempre bajoun viejo olivo que emergía de una árida tierradesertizada. Cuando terminaba de hablarlesles recordaba:

-Vida tras vida veréis en vuestros sueños y envuestras mentes este desierto y este olivo y asírecordareis vuestro origen y vuestro juramento. Pero Elijah, profeta del Señor no había nacidopara complacerse en el descanso ni en la vidaholgada y por ello le dijo el Señor:- Anda y vete a ver a Ajab, rey de Israel enSamaría. Esta en la viña de Nabot, adonde haido a apoderarse de ella. Le dirás: Esto dice elSeñor: ! De modo, que después de habermatado, robas. Pues en el mismo lugar dondemurió Nabot, los perros lamerán tu sangre¡Ajab dijo a Elijah:

¿Cómo es que me has sorprendido, enemigomío?- Yo soy en esta tierra los oídos y los ojos delSeñor. "Voy a acarrear sobre ti la desgracia;barreré tu posteridad y exterminaré de Ajabtodo varón, esclavo y libre, de Israel. Haré detu casa como la casa de Jeroboan, hijo deNabat, o como de la casa de Basá, hijo deAjías; por haberme irritado y haber hechopecar a Israel. El señor ha dicho también con-tra Jezabel: Los perros comerán a Jezabel enla propiedad de Yezrael. Al que de Ajab mueraen la ciudad, lo comerán los perros; y el quemuera en los campos le comerán los cuervos."Realmente Ajab había irritado al Señor Dios deIsrael, por sus infidelidades en la adoración delos ídolos y dioses de los otros pueblos. YJezabel había sido asi mismo la más perversade las mujeres. Ambos temían a Elijah, puessabían que si tocaban al profeta sus vidas seapagarían instantáneamente.

Jezabel no solo odiaba al profeta de Dios, sinoque lo deseaba para ella, tanto en el firme pro-pósito de doblegar su voluntad como en elardiente de poseerle como hombre. Elijah, per-cibía este sentimiento mezclado y por ello se

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acrecentaba aún más su repugnancia por ella. Ajab, al escuchar estas amenazas, rasgó susvestidos, se vistió de saco y ayunó. Se acosta-ba con el cilício y andaba muy afligido. Jezabelaún mas irritada por aquella postura pueril desu esposo, regañaba e insultaba a Ajab dicien-do:

- ¿Desde cuando un Rey debe postrarse anteun mendigo?- Deja mujer que no es Elijah quien me damiedo sino su Dios y el poder que a través deél se manifiesta.

Pero Jezabel seguía ridiculizándole y odiándo-lo a la vez que soñaba día y noche con Elijah.Era una extraña mezcolanza de odio y dedeseo que nunca llegó a satisfacer, puesto queal poco de aquellos incidentes comenzó aenfermar de flujos sanguinolentos y espiró congran dolor y pestilencia.

Su cuerpo fue enterrado en el campo deNabot, pero los perros esa misma noche abrie-ron la tierra y despedazaron y comieron sucadáver. De esta manera se había cumplido laprofecía de Elijah y había sido vengado Nabot.Después de un tiempo de estos acontecimien-tos el Señor despertó en la noche a Elijah y ledijo: ¿Has visto como Ajab se ha humilladoante mí y se ha arrepentido?. Por eso no aca-rreará la desgracia sobre su casa en sus días,sino en los días de su hijo.

OCOZIAS ELOCOZIAS EL REYREY DESOBEDIENTE DESOBEDIENTE

De nuevo Elijah, retomó su deseo afanosode vivir en paz con su gente y de progre-sar en el conocimiento y en la búsqueda

de la verdad. Quizás haya habido pocos hom-bres tan amantes de sus seres queridos y tanausente de los mismos. Y es que los trabajosdel Señor empeñaron toda su vida. Dios esceloso de sus siervos y no desea que se repar-ta su amor entre él y los mortales que rodeanal profeta. Elijah fue siempre durante su vidaun nómada que nada tuvo. Pero en su espíritu,siempre, vida tras vida, buscó con afán el amorde Sheisha y un lugar donde reposar y enveje-cer viendo crecer a sus hijos. Pero le fue con-cedida la inmortalidad y el servicio a Dios como

única recompensa sin pedir nada a cambio.

Habían pasado tres años desde la muerte deJezabel cuando Ajab murió en batalla. Le suce-dió su hijo Ocozías, que lejos de parecerse asu padre fue aún más perverso y más desobe-diente. No solo continuó con el culto a Baal,sino que abolió y suprimió las tradiciones ycostumbres de los Israelitas, sustituyéndolaspor los modelos de los pueblos vecinos.

La región de Moab, se reveló contra Israel ypresentó batalla a Ocozías, que se vio prontohostigado en su reinado. Para mayor desgra-cia, Ocozias se cayó por la ventana superiordel palacio de Samaría y se rompió una piernacon una herida sangrante que no cicatrizaba.

Hizo venir médicos de los distintos reinos veci-nos y ninguno pudo curar su herida.Desesperado ya, envió mensajeros al oráculode Belcebú, dios de Ecrón para que se le dije-ra si se curaría su herida.

Link; el Ángel del señor llamó a Elijah a la mon-taña y le dijo:

- Anda al encuentro de los mensajeros del reyde Samaría y diles:" ¿Es que no hay Dios enIsrael para que acudáis a consultar a Belcebú,dios de Ecrón?. Pues esto dice el Señor: ¡Yano te levantarás de la cama sino que morirássin remedio!."

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Los mensajeros regresaron a palacio y conta-ron al rey cuanto había ocurrido y como elhombre de pelo revuelto y ceñido con cinturónde cuero les había intimidado con dicha profe-cía.

Ocozías, que conocía a Elijah, montó en cóle-ra y le maldijo, por entrometido diciendo:

-¿Es que no se librará mi casa y mi gente de lamaldición de este maldito profeta?

Y ordenó al capitán de su guardia que tomaracincuenta hombres y lo prendieran vivo omuerto.

Salió la tropa camino de la montaña para pren-der al profeta con el pueblo jubiloso ante laposibilidad de ver un enfrentamiento en el quese vería el poder de Ocozías enfrentado aElijah.

Llegaron mensajeros a Elijah advirtiéndole deque su vida corría peligro pero este les apartódiciendo:

- Dios, mi Señor, me ha dicho que no moriré ala espada de ningún hijo de Israel. Solo a miDios temo y solo en él espero mi destino. - Toma Eliséo el mando de las mujeres y de losdiscípulos y separaros de mí. No sea que algu-no sufra daño.Sheisha, salió corriendo tras Elijah camino dela montaña. Como le viera éste le replicó confuria:- Mujer, ¿Acaso quieres que te maten?....Vecon las otras mujeres.- Mi señor; ¿es que tiene la vida sentido sin ti?.Déjame seguirte.

El miedo y la rabia de Elijah eran tal quetomando piedras del suelo comenzó a lanzar-las contra Sheisha para que se alejara.

- Señor Dios de Israel -decía- ¿Por qué nodejas en paz a mi gente?...Me muero en celopor servirte y me quitas todo. Solo te pido notoques a los míos.

Sheisha llorando proseguía tras los pasos deElijah, mientras este furioso ascendía a la

montaña. Como un león enmarañado y sudoro-so, rebosando suciedad y sudor por todo sucuerpo; con los ojos sanguíneos, corría cuestaarriba gritando al viento:

¡Heoooooo...Heooooooo...Heoooo! Los pája-ros pararon en su vuelo y comenzaron a imitarel sonido. Los cuervos repetían:¡Heooooo...Heooooo!. Toda la naturaleza alunísono se agitaba con el ritmo del corazón deElijah. El Señor de la Tierra esta dolido y todose dolía.

Se sentó en la cumbre de la montaña esperan-do. Su cabeza metida entre las manos solomeditaba en la forma de ser un "ser normal".Aquellos ajetreos de profeta no le compensabani le daban sino disgustos y dolor.

- De que vale el conocimiento? - decía- ...Sipara arrancar la sabiduría hay que dejar la piely la vida en infinitos esfuerzos. Conocer essufrir. - ¿No están mejor lo locos?...Ellos no piensany se limitan a comer, dormir y vegetar?.Conocer mucho es preocuparse por mucho.Conocer poco es no tener mas que pequeñaspreocupaciones. El rico sufre ante la posibili-dad de perder tantos bienes, pero el pobre queno tiene nada no puede sufrir por lo que le qui-ten.

Mientras estaba en estas reflexiones lastime-ras, el capitán de Ocozías con 50 hombresestaba llegando a la cumbre. Faltaban solocien metros para prender a Elijah, cuando deentre las rocas salió gritando y llorandoSheisha. Se acercó presurosa al capitán y setiró a sus pies diciendo:

- Capitán, no matéis a mi señor Elijah. Os losuplico. El no ha hecho daño a nadie. Es nues-tro guía. Sin su luz nuestra vida se apagaría...- Déjame mujer, pues nada tengo contra el pro-feta de Dios. Yo sirvo a mi Señor y debo cum-plir sus órdenes si no quiero morir por desobe-diencia.

Elijah, comenzó a descender la montaña, peroesta vez con un paso lento y sosegado. Ahoraya no era cuestión de su vida; si no de la vida

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más preciada y más amada del mundo. Ahoraera Sheisha, que estaba en poder de sus ene-migos. Ahora ya no suplicaba sino que exigíajusticia. Ahora ya no bramaba al viento sinoque con los ojos pétreos y las facciones impe-netrables gritó con fuerza:

- Señor Dios de Israel. Si yo soy tu profeta,muéstrame el amor por mí y haz que el "fuego"que me diste aniquile a mis enemigos.

Encima de todo el grupo humano, una nubemetálica descendió suavemente. De su panzacomenzó a salir un rayo luminoso de coloramarillento. En unos momentos todos se que-daron perplejos puesto que Sheisha fue poco apoco elevada al cielo, caminando por el sende-ro de dicho rayo hacia la nube.

Como una pluma al viento, con ojos devotos yfaz transfigurada por el amor, aquella mucha-cha maravillosa era arrebatada del mundo ydel deseo humano para subir al cielo.

Elijah, perplejo por lo que veía, no solo no secalmó, sino que se enfureció más. Esta vez yano esperaba nada de Yahvé, sino que toman-do un palo del camino comenzó a correr contra

los soldados para morir o matar en aquel actodesesperado.

Una fuerza extraña lo derribo al suelo a la vezque escuchó en su cerebro:

- ¡Mía es la justicia y la muerte....!Vertió Elijah todo el líquido del Señor en lamontaña y golpeó el pedernal con furia. En elmismo instante explosionó todo y se quema-ron, árboles, matojos y soldados como si de unholocausto se tratara. Tal era el poder y la des-esperación del profeta de Dios.

Poco a poco el clima de destrucción cesó y lapaz y el silencio comenzaron a imponerse.Eliseo, los discípulos y las mujeres comenza-ron a ascender y rodearon al profeta.

- ¿Donde esta Sheisha?- dijo Eliseo.- El señor la ha arrebatado y me la ha quitado...

¿De qué me vale haberme librado de mis ene-migos si me ha dejado huérfano y solo en estatierra de lobos?.

No había terminado de pronunciar este lamen-to cuando en su cabeza escucho con ternura lavoz de Sheisha diciendo:

- Yo estoy bien, mi Señor. Pronto estaremosjuntos.

Eliseo que adoraba la ternura de Sheisha,insistió otra vez:

- ¡Maestro!, ¿Donde esta Sheisha?.- Eliseo, mi hermano. Sheisha esta ahora en elparaíso. Pronto me reuniré con ella. Mi tiempose acaba y comienza el tuyo.Eliseo llorando le replicó:- Si tu te vas, ¿Quien guiará al pueblo?,¿Quién enseñará en la comunidad?.... Yo soydébil de cuerpo y de mente y no podré hacer nila tercera parte de lo que tu has hecho y de loque tu conoces.- En verdad te digo, Eliseo, que si yo no memarchara, nunca podrías realizar tu destino.Es necesario que yo salga para que tu entres.Harás cosas tres veces más grandes que yo ycon tres veces mas fuerza, pues el mismo

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espíritu que a mí me guía, te guiará a ti.

Ocozías se enteró de cuanto había pasado ymontó en cólera gritando:

-¡Maldito seas Elijah!. Has caído como unamaldición sobre mis padres y mi casa, pero yoharé que los perros despojen tus carnes ypagues cuanto has causado a los míos.

Y dicho esto envió otro capitán con otros cin-cuenta soldados.

El capitán fue a la montaña y dijo:

- Hombre de Dios, el rey ordena que vayasenseguida.

Elijah respondió:

- ¡Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuegodel cielo y te devore a ti y a tus cincuenta.!Realizó la misma maniobra que en la ocasiónanterior y el fuego devoró al capitán y a loscincuenta. El rey volvió a enviar otro tercercapitán con sus cincuenta soldados. Pero estetercer capitán, fue, se postró de rodilla anteElijah y le suplicó: - Hombre de Dios, que mi vida y la de estoscincuenta siervos tuyos sea preciosa a tusojos. Ha bajado fuego del cielo y ha devoradoa los dos capitanes de cincuenta y a su gente,pero ahora que mi vida sea preciosa a tu ojos.

El Angel del Señor, Link, dijo a Elijah:

- Anda con él, no le tengas miedo.

Fue con él, se presentó ante el rey y le dijo:

- Esto dice el Señor: "Por haber enviado men-sajeros a consultar a Belcebú, dios de Ecrón,como si no hubiese Dios en Israel para consul-tar su oráculo, no te levantarás ya de la cama,sino que morirás sin remedio.

Ocozías murió como había dicho el Señor pormedio de Elijah. Le sucedió en el trono su her-mano Jorán, el año segundo de Jorán, hijo deJosafat, rey de Judá, pues Ocozías no teníahijos. El resto de la historia de Ocozías y todo

lo que hizo esta escrito en el libro de los ana-les de los reyes de Israel.

ELIJAH ES ELIJAH ES ARREBAARREBATTADO ADO ALALCIELO.CIELO.

Elijah llamó a solas a Eliseo y le dijo:

- Eliseo, ve al Monte Carmelo y reúne a todoslos hermanos en la fuente del Engadí. Dentrode tres días yo desapareceré de este mundo,pues el Señor me llama a su presencia .

- ¡Padre mío!. ¿Cómo puedes dejarnos solos?.- El siervo tiene que obedecer a su amo y nadapuede hacer, pues nació y vivió sabiendo queera un siervo. El llama y yo obedezco. Noencontrarás en el mundo un oficio más duroque el de Profeta del Señor. Nadie sabe lo quees vivir sabiendo lo que pasará mañana o den-tro de uno o diez años. Solos los inmortalesviven sin tiempo. Sin apego a nada. Es duroamar, sabiendo que la persona que amas des-aparecerá en tal o cual momento. Es duro ape-garse a las cosas, cuando sabes que despuésdesaparecerán.

Yo, Eliseo, siempre viviré en la morada deltiempo, sin casa, sin hogar físico. Mi casa es eltiempo y mi tortura es la inmortalidad. Verépasar a mis hijos, y a los hijos de mis hijos, ycon sus muertes y desgracias yo me irémuriendo cada día y cada año; pero aún des-eándolo con todas mis fuerzas, no moriré, nidescansaré hasta el día en que el Señor meotorgue su licencia para hacerlo.

El Señor de la Tierra es inmortal y él habita entemplos de carne y en muchos tiempos. Peroel espíritu de los seres que albergan o cohabi-tan con dicho Señor se impregnan de la inmor-talidad y se hacen intemporales.

Viven, nacen y mueren como profetas, astrólo-gos, adivinos y sensitivos. Son seres errantesen el tiempo. Trabajan con el tiempo y lo ven-den en pequeñas parcelas a los reyes, a losenfermos o a los seres inquietos y temerososde su destino.

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Eliseo, el profeta calvo y de cuerpo breve noentendía nada de lo que Elijah le decía.

- No sufras Eliseo, pues llegará un tiempo enque el Señor de la Tierra vivirá en ti y en mi alunísono. Yo viviré con mi amada en el paraíso,tu vivirás entre nuestros hermanos. Entoncesentenderás todo y maldecirás cuanto ahora tedigo.

La Comunidad del Carmelo se reunió ensegui-da. Eliseo les puso al corriente de cuanto suseñor les había comunicado. El Maestro deJusticia Elijah, debía partir. Fueron avisadostodos y cada uno de los terapeutas que opera-ban y trabajan por el conocimiento recibido porel Profeta de Dios y todos fueron convocadospara el tercer día en la fuete del Engadí, juntoal Mar Muerto.

Elijah y Eliseo se despidieron de la pequeñacomunidad de hermanos en Guilgal. Luegopartieron a Jericó y de nuevo despidieron yordenaron las últimas instrucciones a la comu-nidad de aquella ciudad. Después se encami-naron con el resto de discípulos a la fuente delEngadí.

Allí estaban reunidos ciento cuarenta y cuatropersonas entre hombres y mujeres y otropequeño grupo de aprendices y estudiantes dela comunidad del Carmelo. Todos se alegrarony gritaron con júbilo al ver llegar al Maestro deJusticia Elijah y a Eliseo.

El profeta de Dios metió los pies en el agua yel resto de la comunidad le hizo un corro en lospequeños altozanos que rodean a la fuente. LaTierra roja del paisaje y el agua cristalina quede allí sale, forman un pequeño remanso.

Elijah tomó la palabra y dijo:

- Hermanos. El Señor me llama. Eliseo se que-dará entre vosotros y será respetado comoMaestro de Justicia. Obedeceréis cuanto éldiga, porque el Señor hablará por su boca yobrará por sus manos. Yo estaré en él y élestará en el Señor.Yo os convoco aquí dentro de seiscientossesenta y seis años. Tendréis distintos rostros,distintos trajes y distintos parientes, pero elespíritu será siempre el mismo. Sois los pere-grinos del tiempo. Los hijos del Sol, que salis-teis con Moisés de las tierras de Egipto y quehabéis renacido en este tiempo y renaceréis enel mismo periodo de tiempo en otra tierra masalejada, siguiendo la ruta del Sol. Que la luz osguíe hacia la pascua final, que no será en estatierra, sino en las tierras que están al otro ladodel mar de Gaza; en otro desierto de olivos. Yotras tantas veces retornaremos para renovar

el pacto de nuestra unión y paracantar la gloria del Señor.

Mientras Elijah hablaba unanube metálica se puso sobre lascabezas de todos los asistentesy comenzó a sonar una extrañamelodía que les hizo llorar.Vieron entonces descender unapaloma sobre la cabeza de Elijahy como su cabello se iluminabaen el color violeta del Señor.Poco a poco, junto con las notasmusicales, el cuerpo de Elijah seelevó con suavidad hasta trescodos del suelo y en el aire girósuavemente pasando la mirada

por cada uno de los ojos de sus seres queri-dos, de los que se despedía.

Poco a poco la luz se fue haciendo más tenuey poco a poco cesó la melodía, pero no así elllanto de todos los hermanos que vieron comoElijah, seguido de Eliseo encaminaba los

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pasos hacia el Jordán.

A corta distancia de estos, los ciento cuarentay cuatro hermanos no deseaban abandonar asu Maestro de Justicia y con veneración prose-guían en torno a los dos más grandes profetasde Israel.

Pero no solo los profetas y los discípulos for-maban la marcha, sino que sobre sus cabezas,dos nubes metálicas se movían en el aire alunísono de las pisadas de la comitiva.

Llegados al Jordán. Elijah, tomó su manto y loenrolló. Golpeó las aguas del río y las dosnubes metálicas comenzaron a soplar contanta fuerza sobre las aguas, que se formó unpaso con tierra seca por donde pasaron Elijahy Eliseo sin mojarse ni sus sandalias ni susvestiduras.

Y cuando pasaron Elijah, dijo a Eliseo:

- Pídeme lo que quieras antes de que sea arre-batado de tu presencia.

Eliséo contestó:

- Que pasen a mí las dos terceras partes de tuespíritu.

Elijah, repuso:

- Difícil cosa has ido a pedir. Con todo, si mesves cuando sea arrebatado de tu presencia teserá concedido, si no, no lo será.

Y mientras iban caminando y conversando, uncarro de fuego, con caballos de fuego, pasóentre los dos y Elijah fue arrebatado en un tor-bellino hacia el cielo.

Eliseo le veía y gritaba: -"Padre mío, padremío, carro y caballería de Israel". Y cuandodejó de verle agarró sus vestiduras y las rasgóen dos pedazos. Alzó luego el manto de Elijah,que se le había caído de encima, se volvió y sedetuvo a la orilla del Jordán. Con el manto gol-peó las aguas del río diciendo:

- ¿Donde está el Señor Dios de Elijah?.

¿Donde está?.

Y las aguas se abrieron en dos y pasó Eliseo alotro lado de la orilla sin mojarse. Los discípu-los que vieron toda esta maravilla se acercarona Eliséo diciendo:

- El espíritu de Elijah se ha posado sobreEliseo.

Era tanto el amor y el cuidado que aquellosseres tenían hacia su maestro que suplicaron aEliseo que señalara unos cuantos de entre losmás fuertes para ver si el profeta de Dios,había sido dejado por El Señor en algún valleo se había caído del cielo. Eliseo les dijo queno era necesario puesto que Elijah se habíamarchado y no retornaría jamás. Pero insistie-ron tanto que durante tres días, cincuenta hom-bres lo buscaron en cada rincón de Israel ynunca le encontraron.

Regresaron todos a la Comunidad del desiertoy se hizo una asamblea. Se sentaron todos entorno a una mesa y dejaron una silla en lacabecera vacía, pues era la mesa de suMaestro de Justicia, que se marchó, no murióy que sin duda retornará para ocupar su sitio ydirigir la última asamblea. La que se celebraráen la pascua final al otro lado del mar y del otromar al oeste de Sidón, en la tierra argentada.Donde está el centro y el trono de Elijah elinmortal.

Desde ese día siempre en la comunidad de losmonjes del desierto oiréis hablar del granMaestro de Justicia y veréis una silla vacía. Solo seres como Sheisha podrían ver, quedicha silla nunca estuvo vacía, sino que elSeñor de la Tierra siempre la ocupó desde ellado de lo imponderable.

ELEL CARRO DE FUEGOCARRO DE FUEGO

En un instante estaba en el río junto aEliseo, cuando al siguiente se vio dentrode una estancia maravillosamente deco-

rada. Todo parecía hecho de metales precio-sos, como si de plata reluciente se tratara.Había luz dentro pero no se veía de dondevenía la misma, puesto que no había ventana

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alguna.Estaba sentado en un trono que jamás habíavisto y su ropa ya no era la del profeta sinocomo si de una segunda piel se tratara. Elijah,turbado y a la vez ilusionado no dejaba demirar unos espejos donde aparecían dibujos ysignos incomprensibles. En otros se veía todoIsrael, desde Galilea a Idumea, incluso el granmar y el río Jordán. En otros cristales se veíanhombres de distintos lugares a cual más extra-ños que parecían vivir dentro del propio cristal,como si tuvieran vida propia.En un instante, la pared de la estancia pareció

romperse y entró por ella su amada Sheishacon una sonrisa en sus labios y con una belle-za jamás alcanzada hasta ahora. No tenía ves-tido, sino como si la túnica se hubiese pegadoa su cuerpo. Sus encantos femeninos la hací-an estar más seductora y bonita que nunca.

Elijah se levantó y la abrazó con fuerza dicien-do:

- Sheishaa...Sheishaaaa. Como te he deseadoy cuanto te he añorado. Pensaba que nuncamás te volvería a ver.- Yo también te he añorado mucho y sigo

amándote con más fuerza que antes. Heseguido estos últimos días en los que te hatocado vivir tantos afanes. Desde esta casa deDios podemos ver cuanto acontece en cual-quier lugar del mundo. He aprendido muchocon los Angeles del Señor.

Casi en el mismo instante entró Link en laestancia y con una sonrisa les dijo:

- Mirad aquí.

Y señaló en uno de los cristales unas cimas

inmensas nevadas. Entre las cimas apareciópoco a poco en el fondo, un maravilloso vallefértil y cálido rodeado de árboles. En dichovalle se veía una extraña ciudad en la quedeambulaban seres humanos pero a la vezotros personajes muy difíciles de describir.Todos parecían felices y en paz.

- Este será el lugar donde viviréis. -Dijo Link-Luego le mandó pasar a un costado de laestancia donde estaban y en un instante se ilu-minó la sala para casi en el mismo momentoverse en el valle mirando a lo alto y viendocomo la nube metálica se alejaba en el hori-

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zonte.

No mediaron más palabras, no ocurrió otracosa. Todo se conocía por ambas partes ynadie reclamó nada. Ni nadie reprochó nada.Ni nadie se alteró por nada. Link era otro servi-dor del señor, al igual que Sheisha y Elijah.Eran trabajadores al servicio de una idea y yaestaban recompensados por el hecho dehaberla realizado como se había previsto.

Elijah y Sheisha vivieron en aquel valle 49años más de su vida y aprendieron muchascosas. Tuvieron varios hijos y se amaron conintensidad hasta el final de sus días. Vieron amuchos Angeles del señor como Link y com-prendieron entonces lo que está velado a losseres humanos. Se dieron cuenta entoncesque los dioses de los hombres nada tienen quever con el verdadero Dios que nadie conoce yque todos siguen. Que dentro del mundo hayotros mundos y que el conocimiento supremosolo se alcanza por unos pocos.

Supieron que faltarían miles de generacionespara que comprendieran los seres humanoscuanto habían vivido y aún les tocaría vivir. Yguardaron silencio y aún lo guardan a la espe-ra de que el hombre crezca buscando el cono-cimiento que anida en ellos mismos.

Llegó finalmente el tiempo en que las canascubrieron la cabeza de Elijah y de Sheisha ycomprendieron entonces que el Señor le lla-maba para el viaje final. Todo fue sencillo peroincomprensible para los profanos

Llego en ese atardecer la nube metálica tanconocida por nuestros eternos enamorados ysus ojos se alzaron al cielo esperando encon-trar a su viejo amigo Link. Cómo antaño, elAngel del señor salió a recibirlos con una son-risa beatífica en su rostro y tanto Elijah comoSheisha se asombraron de que no había enve-jecido nada, mientras que ellos se habían des-gastado totalmente en tan azarosas vidas.¡Milagros del Señor!. Pensó por dentro Elijah.

- Hermanos. Deseo que reposéis en estos apo-sentos y bebáis este néctar para que vuestrosueño sea reparador.

No eran tálamos como se conocen entre losmortales, sino tubos cerrados con un cristal pordonde se veía el exterior. Elijah y Sheisha semiraron por última vez y se apretaron con sua-vidad las manos. Luego tomaron el néctar y seacostaron cada uno en su tubo.

Han pasado mas de dos mil años y aún hoyLink, sigue mirando el interior de ambos tubospara ver dos ancianas figuras de pelo blancoque no están muertos, sino que duermen suscuerpos pero viven intensamente en el espíri-tu. Muchas veces asomaron su espíritu envarios templos de carne, pero siempre retorna-ron a su tálamo en forma de tubo.

¿Cuándo despertarán definitivamente?......

La respuesta solo la saben unos pocos. El díaen que el Sol se vuelva loco y se cumpla la pro-fecía Elijah y Sheisha podrán morir en paz y yano se les verá más en sus tálamos metálicosen la casa de su Señor.

La respuesta está aquí:

Apocalipsis, 11, 3 - 13.- "Yo haré que mis dos testigos profe-ticen vestidos de saco durante mil doscientos sesenta días ".Estos son los dos olivos y los dos candelabros puestos delantedel Señor de la Tierra. Si alguno intenta hacerles daño, saldráfuego de su boca, que devorará a sus enemigos. Ahí pereceráel que intente hacerles daño. Ellos tienen poder para cerrar elcielo con el fin de que no llueva durante los días de su predi-cación; tienen asimismo poder sobre las aguas para cambiar-las en sangre, y poder para herir a la tierra con toda clase deplagas todas las veces que quieran. Cuando hayan acabado dedar su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará laguerra, los vencerá y los matará. Su cadáver quedará tendidoen la plaza de la gran ciudad que simbólicamente se llamaSodoma y Egipto (donde también ha sido crucificado suSeñor). Gentes de toda raza, pueblo, lengua y nación contem-plarán durante tres días y medio su cadáver, y no se permitiráque sus cuerpos sean sepultados. Los habitantes de la tierra sealegrarán de esto y harán fiesta de tal modo que se intercam-biarán regalos, porque esos dos profetas eran su tormento.Pero, después de tres días y medio, un soplo de vida que veníade Dios entró en ellos; ellos se pusieron de pié, y los que esta-ban mirándolos se quedaron aterrorizados. Y oyeron una vozpotente que venía del cielo y que les decía: "Subid aquí".Entonces a la vista de sus enemigos subieron al cielo en lanube. En aquel momento se produjo un terremoto y se derrum-bó la décima parte de la ciudad y en el cataclismo perecieronsiete mil personas. Los supervivientes, llenos de terror, dierongloria a Dios del cielo".

Después de leer todo este árido tramo bíblico,

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quizás hayamos sembrado mas confusión queantes. Es necesario conocer antes un pequeñodetalle que puede darnos la clave de esteenredo y que está referido a la vinculaciónmás o menos consciente de los elementos odel sol y la Tierra con los personajes que vie-nen a representar aquí su obra. A este respec-to escribimos en el libro "Clave 33" algo quepuede ilustrar el caprichoso cambio del Solcoincidiendo con la muerte de Jesús el Cristo:

"Para los Iniciados, no puede llegar Jesús el Cristo si previa-mente no se ha activado la luz del Sol. No en vano y comohemos repetido, él dijo: "Yo soy la luz del mundo". Y lodemostró al morir en la cruz distorsionando y apagando el Soltal y como nos lo cuenta Plinio :Historia Natural XXXVI, párrafo 15.- Relativo al obelisco eri-gido por Augusto en el Campo de Marte, cuyas sombras termi-nales caían sobre signos de bronce cuidadosamente plantadosen el suelo para señalar las horas en función de todos losmomentos del año, escribió: "De hace treinta años más omenos (particular que coloca el fenómeno antes del año 39, amás tardar) las observaciones han cesado de ser exactas, dadoque el sol mismo había mutado su curso por algún desordenocurrido en el cielo o bien que la Tierra entera se había movi-do un poco, como oí decir que había sido observado en diver-sos lugares"....Si verdaderamente en Roma, como en otros lugares (comodice Plinio, autor imparcial, no cristiano) ocurrió un prodigiosemejante, el pasaje del Salvador al otro mundo habría coinci-dido con una dislocación del curso visible celeste."

Lo que es arriba es abajo. Con este axiomaHermético podríamos afirmar que para que elSol cambie, un representante solar tuvo queverter sangre. Ahora sería bueno preguntarse:

¿Que pasaría si el Señor de la Tierra muriera…¿No moriría en igual medida algo o parte dela Tierra . ¿No se generarían cambios impor-tantes en el planeta cuando el que encarna porexcelencia el dinamismo vital y emocional de latierra, muriera?.

Estas preguntas deben ser respondidas desdeel discernimiento espiritual, puesto que desdeel lado racional, quizás estemos generandouna paranoia. Por eso el conocimiento superioresta solo reservado para unos pocos.

Si leemos las profecías Mayas y nos ajustamosal calendario de esta raza, deberíamos repararen la fecha mítica del 2.012 como la precisapara que la Tierra pase desde el lado obscuro

de la vivencia espiritual a la "Era de las flores".

De esto pueden hablar los pueblos indios conautoridad puesto que ellos saben y esperan enestas fechas el cambio, con la llegada del"Bisonte Blanco" y el comienzo de una nuevaera de respecto por parte del hombre hacia lonatural. Intuyo por tanto que antes que llegueel Señor de la Luz, con poder y gloria sobre lasnubes, deba morir la tierra; es decir, deba morirla tierra encarnada en su señor. Será comoantaño, cuando murió Juan el Bautista paraque viniera luego el Señor de la Luz, Cristo yrestaurara una nueva Era más evolutiva.

Elijah y Sheisha, compenetrarán a sendoshombre y mujer y morirán a través de ellospara que al final puedan descansar, para queal final la tierra pueda cambiar y para que endefinitiva se de posteriormente un cambiodesde el lado de la Luz. Por eso Sheisha escu-cho de la boca del Angel algo que revelamucho más que un capricho: "La tierra no estáprometida, sino hasta que tu mueras".

Dios se expresa cualitativamente en el hombreen forma matemática. A veces lo hace enforma potencial. Cuando decimos potencial tra-tamos de considerar al ser humano como unsujeto capaz de desarrollar trabajo o moverpotencial. Imaginad hasta Fleming, la cantidadde millones de seres humanos que morían porinfecciones víricas. Fue después de él y a tra-vés del descubrimiento de la penicilina cuando

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se salvaron millones y millones de seres huma-nos. De esta manera la energía potencial queestaba en Fleming era inusitada y magníficapara el hombre. Nada ni nadie podría habermatado a Fleming puesto que en este casoDios se había expresado en un científico paraconsolar al ser humano. Se podría decir que lasalvación de millones y millones de vidas esta-ban pendientes; de este nacimiento, de estedescubrimiento, del desarrollo cinético de lasposibilidades de este científico.

A veces las claves de este misterioso Diosexpresado matemáticamente en el hombre sedescubre en afirmaciones como esta:

Juan 21.20... Pedro se volvió y vio que lo seguía el discípulopreferido de Jesús, el que en la pascua se recostó en su pechoy le había preguntado: "Señor ¿quién es el que te va a entre-gar?". Pedro al verlo, dijo a Jesús. Señor, y este, ¿qué?. Jesúsle dijo: "Si yo quiero que este se quede hasta que yo venga, ati ¡que?". Tu sígueme. Y entre los hermanos se corrió la voz deque aquel discípulo no moriría. Y no le dijo que no moriría,sino: "Si quiero que él quede hasta que yo venga, a ti, ¿qué?.

En este caso, se da una preciosa clave deinmortalidad que hace que el cuerpo queencarne el espíritu de Juan el Evangelista nopodría morir, ni aún explotando la bomba ató-mica más potente sobre su cabeza. Incluso lavinculación del retorno del Cristo a la figura deldiscípulo amado. Quizás sea difícil compren-der estos términos, sino se está en la brechadel conocimiento metafísico, sería por tantorecomendable volver a leer el libro que hiciéra-mos en su día "Clave 33" para entender cuan-to queremos expresar. El espíritu de Juan elEvangelista habitó entre nosotros en este tiem-po, y solo unos pocos los reconocieron y sólounos pocos se prestaron a la ética y a la aris-tocracia del guardar silencio y ser operativos yeficaces en el cumplimiento de la Ley.

El cuidado y celo con el que los Angeles sigueny preservan a estos personajes claves de lacontinuidad de la tierra es absolutamentesagrado y preciso. Quiero en este caso narrarun contacto extraterrestre que quizás puedadar unas pistas preciosas de cómo se preparany nacen estos seres claves y de como sonseguidos por los Angeles del cielo. Veremosasimismo la lógica astrológica que es emplea-

da a modo de Ley para que estos sujetos naz-can con unas características predeterminadasy en un tiempo preciso y como la intervencióngenética, si fuera necesario, también intervie-ne.

El que sepa entender entienda:

REVISTA EVIDENCIA OVNI Nº 9 (CEDICOP.INC)AUTOR: Jorge Martín.

Hace unos años publicamos un caso de lo que hasta entoncesparecía un fenómeno de teletransportación ocurrido a unajoven y su madre mientras conducían un automóvil por el sec-tor de Hato, Tejas, en la carretera 2, jurisdicción de Bayamón,a las 7:00 pm.Ambas iban desde San Juan hacia el municipio de Florida,adonde la joven llevaba a su madre, que padecía una gravedepresión mental, para que su tío cuidase de ella. El padre dela joven había muerto recientemente y su madre no pudo recu-perarse del golpe emocional que esto le produjo, cayendo enun grave estado de depresión que literalmente "la estaba lle-vando a la muerte". La joven desesperada había orado a Diospidiendo que su madre fuera sanada, pues ella no podía sopor-tar que muriese también. Sacándola de una residencia médicadonde la atendían decidió llevarla a casa de su tío, y una vezallí la dejaría, junto al automóvil para que lo utilizarían en casode ser necesario. Otra persona les seguía en otro vehículo, pararecogerla en casa de su tio y regresarla a San Juan.Pues bien, como decíamos, al llegar al punto detrás del centrocomercial, en Hato, Tejas, de pronto vieron que todo se obscu-reció y desaparecían de su vista la carretera, los árboles, elalumbrado eléctrico, todo. Un extraño zumbido invadió elambiente y comenzaron a sentirse extrañas. La hija recordabaque ..."sentía el automóvil muy liviano. la carretera no se sen-tía y estaba muy confusa. Le preguntaba a mami qué pasaba,pero ella no contestaba, se mantenía mirando hacia el freno,como en trance". Por otro lado, su madre decía lo mismo sobreella. Una misteriosa iluminación blanca azulosa invadió elinterior del vehículo y lo próximo que recuerdan es estar aúnen el automóvil y ver cómo los árboles, carretera y postes delalumbrado, aparecen de nuevo ante ellas, ¡pero están llegandoal pueblo de Arecibo....y no saben cómo llegaron hasta allí". Almirar sus relojes ven que son las 9:30 PM. Dos horas y mediahabían transcurrido...y no recordaban qué pasó durante eselapso de tiempo. Por años se preguntaron que había ocurrido,pero esta situación cambió al someterse ambas damas porseparado a varias sesiones de hipnosis regresiva en el veranode 1994. A continuación presentamos las deliberaciones deri-vadas de las mencionadas sesiones de hipnosis."LLEVADAS A LA LUZ".Para evitar que se contaminasen las informaciones de ambas,se decidió que cada una se llevaría a regresión hipnótica porseparado y que ninguna sabría lo que la otra había dicho hastaterminar las sesiones. De este modo nos asegurábamos de quela información de cada unas surgía de forma independiente ylibre de influencias derivadas de detalles ofrecidos por una ola otra.Las sesiones de hipnosis fueron efectuadas por el reconocidohipnólogo Manuel Méndes del Toro, con la ayuda de este ser-

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vidor (Jorge Martín). Para efecto de este artículo llamaremos alas damas Myriam Rivera (la hija) y Sonia Rivera (la madre),ya que por ahora preferimos mantener el anonimato.La primera en someterse a hipnosis regresiva fue Myriam. Acontinuación presentamos en forma resumida, lo que recordó.Tras la inducción hipnótica. Myriam recordó estar conducien-do su vehículo Montecarlo de 1974 por el sector de Hato Tejas,justo detrás del centro Comercial Bayamón Oeste, cuandotodo se volvió obscuro a su alrededor, no se sentía la carreteray sólo se notaba una leve neblina alrededor del vehículo, a lavez que se sentía un fuerte zumbido. Una luz blanco azuladabañaba al vehículo desde arriba, y Myriam preguntó a sumadre que ocurría, que no entendía lo que pasaba. Su madre,Sonia, no le respondía, parecía estar en trance. Entonces unbrillante rayo de luz blanca entró al auto por la parte derechay arropó a su madre...¡y esta desapareció!.Asustada y confundida miró hacia afuera y vio que, suspendi-do sobre el automóvil estaba un gran objeto volador, metálicogris-plateado de forma redonda. En ese momento otro rayo deluz la envolvió a ella, y asustada, se encogió en la esquina delasiento y protegió su rostro con sus brazos ¡y se encontrósaliendo del auto a través del techo, traspasándolo como si noexistiera!. En este punto Myriam exclama en medio del llantoy temor. ¡¿Que es esto?!, ¡¿Que es esto?! (Llanto desespera-ción). ¿Dónde esta mami?. Myriam está encogida, paralizada,en la misma posición en que se puso al protegerse de la luz. Almirar atrás vio que ¡el automóvil estaba flotando en el aire agran altura, muy cerca del objeto!, y que abajo, en la distancia,se veían las diminutas luces del alumbrado eléctrico y de resi-dencias. Aterrada, continuaba llorando y preguntando quepasaba, pues no entendía lo que ocurría. Llena de temor miróhacia arriba y vio que se abría hacia abajo una puerta en el cos-tado del objeto volador. Entonces vio con asombro que en laabertura de la puerta estaba parada una figura muy extraña,muy alta. Era un ser humanoide de unos seis pies de estaturadel tipo de los llamados "Grises", muy blanco, muy delgado.El ser tenía la cabeza grande y un poco redondeada, ojos obs-curos no muy grandes y un gesto y miradas dulces, tiernas. Laboca era casi imperceptible, muy pequeña, con una dulce son-risa, y la nariz era como las de nosotros, pero muy pequeñita.Tenía brazos largos y manos de cinco dedos como las nuestras,pero largos. No parecía tener ropa y toda su piel era de uncolor gris pálido, blancuzco. "Es un ser muy delicado", dijoMyriam.El ser gris le dijo mentalmente "Ven conmigo. No temas. Novamos a hacerte daño. Tranquilízate", y ella percibió que decíala verdad, y al momento se sintió calmada y en gran paz. "Yosentía una gran bondad emanar de este ser", dijo ella. El huma-noide extendió sus manos y tomó las de Myriam, apretándose-las suavemente, con cariño, e introduciéndola en el disco vola-dor. La joven se calmó aún más. Ya dentro, seguía diciéndoletelepáticamente, con una voz que sonaba masculina, pero tier-na, que no temiese, que todo iba a estar bien, que nada maloiba a sucederle. Myriam preguntó por su madre, y él le asegu-ró que estaba allí también, que no temiera por ella, que estababien. Todo el interior de la nave era de un tono metálico plate-ado-nacarado, muy hermoso.Lo próximo que recordó es que aparecen otros varios serestipo "grises" similares al grande, pero pequeñitos, de solo unostres pies y medio de estatura, y junto al ser alto las llevan porun pasillo metálico curvo hasta un salón redondo en una decuyas paredes hay una protuberancia curva que parece "un tipo

de asiento que sale de la misma pared". De hecho , todo elsalón parece moldeado en una pieza, a excepción de una cami-lla metálica con algo como una sábana blanca encima que estáen el centro del salón. Junto a la camilla hay una mesíta metá-lica con una bandeja, también metálica y plateada "como elacero inoxidable" con muchos instrumentos raros, muchasvarillas alargadas y algo similar a un compás. "En el salón - dice Myriam- hay más seres chiquitos, muy gra-ciosos, emanan una gran sensación de amor y de paz. Mehablan en la mente también. Me dicen que me van a ayudar"Los chiquitines toman a Myriam por los brazos y la llevanhasta la camilla, donde una fuente de luz muy brillante es colo-cada sobre su cabeza. Allí, el ser alto y los pequeños la exami-naron físicamente y en un momento dado la introdujeron unas,como varillitas metálicas muy finas y alargadas por variasparte de su cuerpo: sus pies, rodillas, codos, en especial por elvientre, por un punto compatible con el área de los ovarios. Leexplican que están dándole un refuerzo energético para que suorganismo esté mejor. Además tomaron muestras de su orga-nismo con las mismas varillas. Los seres pequeños trajeronentonces unos raros instrumentos metálicos parecidos a abra-zaderas como las que le ponen en las piernas a los que tienenalgún tipo de problema ortopédico y se lo ajustan en las pier-nas, mientras el ser alto le dice a Myriam que no tema, que ellaestaba enferma, pero que la estaban curando con aquel instru-mento. "Esas cosas -dijo Myriam- tenían una plancha metálicarectangular para poner los pies, y en la parte de arriba teníancomo unos aritos, cinco, y meten los dedos de los pies en losaritos... son como unas barras agarradas a eso, y me las poneny cierran más arriba de las rodillas."................Sigue el relatodiciendo:El "Gris" alto, mirándole dulcemente le dijo: "Tienes lo queustedes llaman cáncer, en los huesos, pero no temas, te esta-mos sanando, porque tienes que estar bien para un trabajo muyimportante que tienes que hacer en el futuro y tienes que estaren completa salud para poder hacer ese trabajo.. En el futurovas a conocer a una persona que está haciendo un trabajo, daráa conocer algo muy importante para la humanidad, revelará larelación que vds. tienen con nosotros, y tienes que unirte a élpara ayudarle a continuar su labor. Deben informar a la gentesobre la realidad de nuestra existencia. Esa persona vino parahacer un trabajo muy importante que tiene que ver con lainformación, el proceso de evolución y los cambios que seproducirán en tu mundo".Myriam preguntó dónde estaba su madre, y el ser le contestó:"No temas por ella. También esta aquí. Ella esta muy enferma,pero la estamos sanando, pues el estado en que ella está leafecta demasiado, y de pasarle algo no estarías en condicionesde realizar el importante trabajo que tienes que hacer en elfuturo.Por eso, la estamos sanando también".Acto seguido uno de los seres pequeños le entregó al alto uninstrumento ".... parecido a un compás" y este lo colocó en lafrente de Myriam. Al momento, el raro instrumento comenzóa lanzar destellos, chispas brillantes, mientras el ser le explica-ba que "Eso es para la psiquis, te desarrollará aún más la intui-ción. Era algo metálico, gris plateado, pero hecho con un metalporoso...como el hierro colado. Tenía la forma de una V largacon algo curvo que la cruzaba, como un compás".Tras esto le permitieron incorporarse y sentarse en la camilla,y en ese momento entró al salón un ser de aspecto humano, deunos seis pies de estatura y muy hermoso, de piel sonrosada,

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ojos verdes claros y cabello rubio y tenía una mirada y sonri-sas muy dulces. Estaba vestido con una túnica blanca brillan-te y proyectaba un gran amor. Mientras tanto, el ser "Gris" altoexplicaba a Myriam quiénes eran y por que estabanaquí:"Todos nosotros -dijo él- estamos trabajando en conjunto(los "grises" altos, los bajitos y los seres de tipo humano) parauna gran misión. "Explicó que su especie en específico es unaraza muy, antigua que está en un grado de desarrollo muy ele-vado, muy cercano ya a la creación en un plano cuasi-espiri-tual, y que no provienen de ningún punto en específico denuestro Universo físico (dando a entender que su especietransciende de planos dimensionales).Explicó también que su especie trabaja en "...un plan de lacreación que vela por la continuidad de la evolución de losmundos y las razas que los pueblan, muy cercanos al origina-dor, a la creación. Hemos tenido -dijo- muchos problemas consu mundo "la Tierra", pues se nos ha hecho muy difícil ayudar-los a evolucionar tanto a Vds. como especie, como también alplaneta..." Vds. Han caído en un círculo vicioso debido a sualto grado de materialismo, que no les permite transcender,crecer, entrar en el proceso de evolución. Esta vez el procesoes irreversible. Tiene que darse. El globo terráqueo y ustedescomo raza van a entrar a una nueva dimensión vibratoria...Sino crean conciencia de la realidad del mundo espiritual. Queva a la par de la del mundo material, no podrán sobrevivir, seperderán muchas vidas, porque el choque vibracional, que sereflejará en los planos físicos, será tan grande que no podránsoportarlo, no podrá transcender este.. y morirán. Sólo elevan-do su estado de conciencia, a través del conocimiento, podránsutilizarse vibracionalmente y ser capaces de transcender eseproceso. Ese momento está acercándose, casi no hay tiempopara que se preparen. Necesitamos acelerar el proceso. El tra-bajo que hace esta persona ayudará a que vds., entiendan dedonde vienen, su relación con nosotros y el universo.""Los orígenes de su especie y de la Tierra son mucho másarcaicos de lo que a vds., se les ha hecho pensar...porque la tie-rra y Vds., han evolucionado por tres ocasiones, caído y vuel-to a comenzar. Los restos arqueológicos que Vds. han descu-bierto e investigado, son solo los más recientes remanentes delas mas recientes civilizaciones desaparecidas, de los últimosesfuerzos por evolucionar al planeta, pero hay muchísimasmás. Los orígenes y la evolución de la Tierra y de los sereshumanos que la habitan han sido intervenidos por seres deotros mundos y planos para ayudarles a evolucionar. En oca-siones esas otras especies se han mestizado, mezclados conustedes y sus autoridades lo saben, pero no lo quieren revelarpor que quieren mantener el dominio total y ese conocimientoderrumbaría todo un esquema de poder y de manipulación quehan creado para controlar al ser humano, a sus hermanosterrestres.""Pero el cambio que se aproxima ya es irreversible, esta veztiene que darse. Y el ser humano terrestre tiene que crear con-ciencia, pero para crecer y evolucionar debe de tener concien-cia de quien es y de donde viene realmente para entrar en elrayo de luz, la vibración que le ha de llevar hacia Dios. Losseres humanos deben despegarse de esas cosas materiales, delo contrario no podrán entrar en esa vibración, en esa energíadivina". Mientras el ser alto explica a Myriam, ve como este se ilumi-na, se transfigura, y un bello aura de luz le envuelve, a la vezsiente una poderosa sensación de amor y bondad emanar de él:"era una cosa sublime. No es como nos han dicho acá, que nos

hacen ver que todos estos seres son malos. No es así, ese serera sublime, se podía ver, sentir, que era muy sabio...con unaalta espiritualidad muy alta.Jamás he sentido acá en la Tierra, el amor, la bondad y la ter-nura que ese ser emanaba de sí. Él me dijo también que hayotros seres parecidos a ellos que están haciendo cosas connuestros gobiernos, que eso no debe ser, pero que esa especiemenos desarrollada que la de ellos, tiene un problema muygrave y que eso les llevó a asociarse a los gobiernos terrestresa cambio de algo que necesitan. Dijo que los gobiernos de nos-otros se han aprovechado de esos seres y su necesidad y hanlogrado hacerse de informaciones tecnológicas muy peligrosaspara el estado de conciencia en que estamos actualmente.Aseguró que ellos no tienen nada que ver con esa otra especieparecida a ellos y que les reprochan sus actividades aquí.""La tierra -continuó diciendo el ser- va a pasar por unos pro-fundo cambios. Todo comenzará, de acuerdo a como vds.,registran el tiempo en el año 1996 (recordemos que la expe-riencia sucedió en el verano del año 79).Pequeños cambios alprincipio, señales, cosas, cambios en el clima, movimientosterrestres....pero las cosas irán haciéndose cada vez más fuer-tes...paulatinamente....y para el 1998 o 1999 ocurrirá algo defi-nitivo. Luego el año 2.000 todo será diferente....Será un nuevorenacer para la Humanidad y el planeta Tierra"........Continuó el "Gris" hablando respecto de otro de los seresque estaba en la astronave: "los seres altos y rubios extraterres-tres, aunque son originados de un punto muy lejano en el uni-verso están asentados en Marte y como son nuestros hermanosen especie, aunque más desarrollados, ya han pasado el pro-ceso de evolución que nosotros estamos pasando, nos quierenayudar a dar este paso adelante. Para facilitar ciertos aspectosde su trabajo, se mezclan con nuestras poblaciones e interactú-an socialmente, promoviendo ciertos cambios, ya que suaspecto les permite pasar por humanos terrestres, lo que acele-ra su trabajo.".....El ser rubio comunicó mentalmente a Myriam que estabanen un punto muy alto de los Alpes Suizos. Al pié de la navehabía un muy profundo precipicio en una hondonada entre lasmontañas, cuyo fondo Myriam no podía ver y el rubio le infor-mó que "...Allá abajo, en lo profundo de ese precipicio, está laentrada a una de nuestras bases en tu mundo. Por ahí entran ysalen nuestras naves. En tu país (Puerto Rico) tenemos otra denuestras bases principales, la entrada principal esta localizadaen un punto muy profundo en el mar, al Norte de la isla, perotambién puede llegarse a ella por tierra, debajo de unas mon-tañas. ""Gente de tus gobiernos - dijo- han intentado llegar hasta nues-tra base allí pero no lo han logrado hasta ahora. Hay personasen los gobiernos de la Tierra, que no quieren que se de el cám-bio que debe producirse para que ustedes y sus mundos evolu-cionen a un estado más elevado, más espiritual. Quieren man-tener el estado de cosas actuales para continuar manipulándo-los, controlándolos. Solo les interesa el poder económico ypolítico, para su propio beneficio, nada más.... y los otros seresque están con ellos (los otros grises) les están ayudando en elintento de prevenir que este cambio y salto evolutivo se pro-duzca. Pero tiene que producirse, por que de no ser así ustedesevitarían que otros muchos mundos puedan seguirles en lacadena de la evolución también, no están solos, y lo que uste-des hagan afecta a los otros..."El ser alto y rubio continuó abundando en explicaciones pare-cidas relativas al cambio terrestre.

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....Acto seguido el ser rubio llevó a Myriam fuera de la nave,donde la reunió con su madre, quien se veía muy bien y tran-quila. Ambas se abrazaron y entonces se las llevó dentro de lanave, que despegó silenciosamente. Momentos después aterri-zó en un lugar hermoso, parecido a una extensa playa. El serrubio llevó a Myriam a la playa y allì, ella vivió una experien-cia aún más increíble; su padre, que había fallecido unos nuevemeses antes, en Septiembre de 1978, estaba allí vestido conpantalón y una camisa amarilla, pero descalzo. Su padre, quienen vida en la Tierra no podía caminar debido a una grave heri-da sufrida durante la Guerra de Korea, caminó perfectamentehacia ella y le abrazó mientras le decía: "Mi hija no lloren pormí. Ahora estoy muy feliz, no siento dolores ni sufrimientos.Las quiero mucho. Donde estoy, estoy mejor, porque antessufría mucho, tenía muchos dolores"Después de Myriam también su madre abrazo a su esposo yacabada la experiencia fueron regresadas a tierra tal y como seha citado en el comienzo del artículo.La misma revista en su número 11 siguió dando más datos res-pecto de esta interesante experiencia de las dos mujeres quecontó así:"¿También reencarnación y fundamentos astrológicos?"En el transcurso de la regresión se hizo evidente que Myriamhabía sido contactada en varias ocasiones durante su vida porestos seres. Ante esto, tanto Méndes del Toro como yo, le pre-guntamos cuando había sido la primera vez que había estadoen contacto con este tipo de seres. Tras momentos de silenciodijo: "Antes de nacer". Sorprendidos por su respuesta le pedimos que aclarase lo quequería decir, y respondió que antes de nacer estaba en otrolugar. Un sitio muy hermoso y brillante, donde se sentía unagran paz y amor, un lugar sublime, y que junto a ella estaba elmismo ser alto tipo "Gris" de mirada sublime y que emanabaluz, gran paz y amor.Explicó que el ser le decía que tenía que venir a la Tierra,encarnar aquí, para ayudar en su misión relacionada a la evo-lución espiritual de la raza humana. Myriam lloraba y se retor-cía en la butaca donde estaba reclinada, rehusándose, diciendoal ser entre sollozos que no quería venir a este mundo (laTierra), porque "Eso allí es horrible, bien malo. La gente deallí es mala, son crueles...Son malos. Yo no quiero ir para allá.No me envíen allá...Nooo"El ser le repetía que no podía rehusarse, que de todas manerastenía que venir porque esa labor que tenía que hacer, el encar-nar aquí, era de gran importancia para ayudar a este mundo (laTierra) a evolucionar. Se le explicó que además de ella se esta-ban enviando a otras muchas entidades que encarnarían para elmismo periodo más o menos, y que cada una de ellas debíaayudar en esa labor para elevar el estado de consciencia de laraza humana y facilitar la evolución.Junto a las informaciones que el ser daba a Myriam este leindicó que para lidiar con éxito con las condiciones que leimpondría su encarnación en nuestro mundo en este periodo,se había arreglado por ellos que encarnase en este mundo yplano en cierto periodo astral específico para que ciertas ener-gías específicas actuasen sobre lo que habría de ser su perso-nalidad, otorgándole gran intuición, perseverancia y tenacidad,las que tendría que utilizar para llevar a cabo su labor. Esto nos sonó como fundamentos de Astrología, la cual aseve-ra que las condiciones de inter-relación energética entre losastros al momento del nacimiento de una entidad, marcan aesta con ciertas cualidades específicas y con posibles patrones

de personalidad."

En este relato vemos como se cuida a una per-sona nacida, no solo para seguir su propiokarma evolutivo, sino para prestar una precisamisión en un tiempo futuro. En ella está otraclave de continuidad del género humano. Ycontra más ahondemos este camino de cono-cer los misterios de Dios en el hombre, máscomprenderemos la absurda doctrina de ado-rar a las estatuas o de divinizar a otros seresque nos precedieron y están muertos. Diosvive en el hombre y se expresa en su continui-dad en el último niño nacido y que quizás semuera de hambre ante los ojos pasivos de unahumanidad adoradora de ídolos, fetiches y tra-diciones muertas.

Y los vehículos carnales que sean compene-trados por El Señor y la Señora de la Tierra,cuando deban morir, ¿Donde irán?…..Probablemente al lugar que en su día fue-ran Elijah y Sheisha. ¿Acaso al mismo lugardonde fuera el buen ladrón al que Jesús elCristo antes de morir le anunciara de estamanera: "Esta tarde estarás conmigo en elparaíso". ¿Dónde está ese paraíso?...¿Es físi-co o de naturaleza astral?.

HABLEMOS DEHABLEMOS DEREENCARNACION.REENCARNACION.

Como veremos posteriormente en elsiguiente personaje, pretendo afirmarque Elijah, encarnó su espíritu en Juan el

Bautista. Y que Eliseo, no fue sino Jesús; Elque en su día fuera a su vez cristificado.Siempre Juan o Elijah fue el Maestro de Eliseoy de Jesús y siempre lo será, pues la jerarquíaespiritual así lo exige. Cuando Elijah cedió lasdos terceras partes del espíritu a Eliseo, leotorgó el poder del milagro y la capacidad dealcanzar la maestría. Por ello cuando se reen-contraron de nuevo en el tiempo de Cristo,Juan actúo con modestia ante la figura tremen-da de Jesús. Solo los iniciados supieron y aúnsaben lo que realmente ocurrió.

La parte esotérica se quedó en Juan y con él lasabiduría, la humildad y la operatividad. Laparte exotérica se quedó en Jesús con el mila-

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gro, el prodigio y con seguidores que vivían delprodigio y de lo espectacular, sin reparar en latranscendencia superior.Para Juan lo importante era la autorrealización

a través de la inteligencia para llegar a Dios,pero los seguidores posteriores de Jesús elCristo, como Pablo sólo solicitaban de la fepara engrosar la secta de los cristianos. No eraimportante para estos, si entendían ó no, siconocían ó no. Bastaba la fe para acceder a laparte exotérica de un misterio que aún hoy nose ha revelado del todo. Así pues, una iglesianutrida por personas a las que solo se lesexige la fe ciega y que cual rebaño son contro-ladas por los representantes de Dios sobre latierra, genera en todo caso falta de discerni-miento y de lógica. "Aunque sea torpe y aun-que no llegue, seguramente este sabe masque yo y en todo caso, yo tengo fe". Estasreflexiones aleadas con la espectacularidad delos milagros de Jesús el Cristo atrajo a unpúblico circense que de sensación en sensa-ción se encandilaba por los sentidos, sin llegara la verdad por madurez personal.Los esenios, seguidores de la línea de Juan,

trabajaban su autorrealización mediante lameditación, la alimentación, la disciplina y larazón. Se juntaban para sacar partido de lostextos sagrados y se predisponían a operar enresultados prácticos y no en promesas de cie-los o infiernos.

¿Quiénes eran estos esenios?. Sin duda, setrataba de los discípulos de Elijah que a lolargo del tiempo constituyeron las comunida-des de monjes del Qumram y que FlavioJosefo describe así:

"Había entre los judíos tres géneros de filosofía: el unoseguían los fariseos, el otro los seduceos y el tercero, que todospiensan ser él mas aprobado, era el de los esenios; judíos natu-rales pero muy unidos con amor y amistad, y los que máshuían de todo ocio y deleite torpe, y mostrando ser continen-tes y no sujetarse a la codicia, tenían esto por muy gran virtud.Estos aborrecen los casamientos, y tienen por parientes pro-pios a los hijos extraños que les son dados para adoctrinarlos.Muéstranles e instruyénlos en sus costumbres, no porque seanellos de parecer deberse quitar o acabar la sucesión y genera-ción humana, pero porque piensan deberse todos guardar de laintemperancia y lujuria, creyendo que no hay mujer que guar-de la fe con su marido constante, según se debe.Suelen también menospreciar las riquezas, y tienen por muyhonrosa la comunicación de los bienes uno con otro. No sehalla que uno sea más rico que otro; tienen por ley que quienquisiere seguir la disciplina de esta secta ha de poner todos subienes en común, para servicio de todos, porque de esta mane-ra, ni la pobreza se mostrase ni la riqueza ensorberbiese; peromezclando todo junto, como hacienda de hermanos, fuese todoun común patrimonio. Tienen por cosa de afrenta el aceite, ysi alguno fuera untado con el contra su voluntad, luego conotras cosas hace limpiar su cuerpo, porque tienen lo feo porhermoso, salvo que sus vestidos estén siempre muy limpios.Tienen procuradores fijos para todas sus cosas en común yjuntos. No tienen una ciudad determinada en donde se recojan;pero en cada una viven muchos, y viniendo alguno de losmaestros de la secta, ofrécenle todo cuanto tienen, como si lefuese cosa propia; vense con ellos, aunque nunca los hayanvisto, como muy amigos y muy acostumbrados, por esto en susperegrinaciones no se arman, sino a causa de los ladrones, y nollevan consigo cosa alguna. En cada ciudad tienen cierto pro-curador del mismo colegio, el cual tiene cargo de recibir todoslos huéspedes que vienen, y éste tiene cuidado de guardar losvestidos y proveer de lo más necesario a su uso. Los mucha-chos que están aún debajo de sus maestros, no tienen todosmás que una manera de vestir, y el calzar es a todos semejan-tes; no mudan jamás vestidos ni zapatos, hasta que los prime-ros sean, o rotos, o consumidos con el uso del andar y servi-cio. No compran entre ellos nada, ni lo venden, dando cadauno lo que tiene al que esta necesitado. Comunícanse cuantotienen, de tal manera que cada uno toma lo que le falta, aun-que sin dar uno por otro y sin este cambio tienen todos liber-tad de tomar de cada uno que les pareciere aquello que les esnecesario.Tienen mucha religión y reverencia a Dios principalmente. No

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hablan antes que el Sol salga, nada que sea profano, antes lesuelen ofrecer ciertos sacrificios y oraciones, como rogándoleque salga. Después los procuradores dejan ocuparse a cadauno en sus cosas, y después que han entendido cada uno en suarte como debe, júntase todos, y cubiertos con una toallasblancas de lino, lávanse con agua fría sus cuerpos; hecho esto,recógense todos en ciertos lugares a donde no puede entrarhombre de otra secta. Limpios, pues, y purificados de estamanera, entran en su cenáculo, no de otra manera que si entra-sen en un santo templo y sentados con orden y con silencio,póneseles a cada uno el pan delante, y el cocinero una escudi-lla con su potaje, y luego el sacerdote bendice la comida por-que no es lícito comer bocado sin hacer primero oración aDios. Después de haber comido hacen sus gracias, porque enel principio y en fin de la comida dan gracias y alabanzas aDios, como que de él todo procede, y es el que les da mante-nimiento; después, dejando aquellos vestimentos casi comosagrados, vuelven a sus ejercicios hasta la noche, y recogién-dose entonces en sus casas cenan, y junto con ellos los hués-pedes también, si algunos hallaren. No suele haber aquí entreellos, ni clamor ni gritos, ni ruido alguno; porque aún en elhablar guardan moderación grande, dando los unos lugar a losotros y el silencio que guardan parece a los que están fuera deallí una cosa muy secreta y muy venerable; la causa de esto esla gran templanza que guardan en el comer y beber, porqueninguno llega más de aquello que sabe serle necesario.Pero aunque no hacen nada; en todo cuanto hacen, sin consen-timiento del procurador o maestro de todos, todavía son libresen dos cosas y son estas: ayudar al que tiene de ellos necesi-dad y tener compasión de los afligidos, por que permitido es acada uno socorrer a los que fueren dignos, según su voluntad,y dar a los pobres mantenimiento.Solamente les esta prohibido dar algo a sus parientes y deudossin pedir licencia a sus maestros; saben moderar bien y templarsu ira, desechar toda indignación, guardar su fe, obedecer a lapaz, guardar y cumplir cuanto dicen, como si con juramentoestuviesen obligados; son muy recatados en el jurar, por quepiensan que es cosa de perjuros, por que tienen por mentirosoa aquel a quien no se puede dar crédito sin que llame a Diospor testigo. Hacen gran estudio de las escrituras de los anti-guos, sacando de ellas principalmente aquello que convienepara sus almas y cuerpos, y por tanto, suelen saber la virtud demuchas hierbas, plantas y raíces y piedras, saben la fuerza ypoder de todas, y esto escudriñan con gran diligencia.A los que desean entrar en esta secta, no les reciben luego ensus reuniones pero danles un año entero de comer y beber conla misma orden que si con ellos estuviesen juntamente, dándo-les también una túnica, una vestidura blanca u una azadilla.Después que con el tiempo han dado señal de su virtud y con-tinencia, recíbenle a comer con ellos y participa de sus aguasy lavatorios, para recibir con ellos la castidad que debe guar-dar, pero no le juntan a comer con ellos, porque después queha mostrado su continencia, experimentan sus costumbres porespacio de dos años más, y pareciendo digno, es recibidoentonces en la compañía. Antes que comience a comer de lasmismas comidas de ellos y después que con los hombres guar-dara toda justicia, y no dañara de voluntad, ni de su agrado aalguno, ni aunque se lo manden; y que ha de aborrecer a todoslos malos, y que trabajará con los que siguen la virtud de guar-dar la verdad con todos, y principalmente con los príncipes,porque sin voluntad de Dios, ninguno puede llegar a ser rey nipríncipe; y si aconteciere que él venga a ser presidente de

todos, jura y promete que no ensoberbecerá, ni usará mal de supoder, para hacer afrenta a los suyos, pero que ni se vestirá deotra diferente manera que van todos, no más rico ni más pom-poso, y que siempre amará la verdad, con propósito e intenciónde convencer a los mentirosos; también promete de guardarsus manos limpias de todo hurto, y su ánima pura y limpia deprovechos injustos; y que no encubrirá a los que tienen porcompañeros y que le siguen algún misterio; y que no publica-rá nada de ellos a la gente profana, aunque alguno le quieraforzar amenazándole con la muerte. Añade también que noordenará reglas nuevas, ni cosa alguna más de aquellas queellos han recibido. Huirán todo latrocinio y hurto; conservaránlos libros de sus leyes, y honrarán los nombres de los Ángeles.Con estos juramentos prueban y experimentan a los que reci-ben en sus compañías, y fortalécenlos con ellos; a los quehallan en pecado, échanlos de la compañía; y el que es conde-nado muchas veces, le hacen morir de muerte miserable; losque están obligados a estos juramentos y ordenanzas no pue-den recibir de alguno otro comer ni beber, pero si comer comolas bestias las hierbas crudas, de tal manera que se les viene aadelgazar tanto sus miembros con el hambre, que vienen final-mente a morir; por lo cual, teniendo muchas veces compasiónde muchos, los recibieron ya estando en lo último de su vida,creyendo y juzgando que bastaba la pena recibida por los deli-tos y pecados cometidos, pues los había llevado a la muerte.Son muy diligentes en el juzgar y muy justos; entienden en losjuicios que hacen, no menos de cien hombres juntos, y lo quedeterminan se guarda y observa muy firmemente; después deDios tienen en gran hora a Moisés, fundador de sus leyes de talmanera, que si alguno habla mal contra él, es condenado amuerte. Obedecer a los viejos y a los demás que algo ordeneno mandan, tienen por cosa muy aprobada; si diez están juntos,no hay quien hable a pesar de los otros; guárdanse más parti-cularmente y con mas diligencia que todos los otros judíos; yno sólo preparan un día antes, por no encender fuego, el día defiesta, pero ni aún osan mudar un vaso de una parte a otra, nipurgan sus vientres, aunque tengan necesidad de hacerlo. Losotros días cavan en tierra un pie de hondo con aquella azadíllaque dijimos arriba que se da a los novicios, y por no hacer inju-ria al resplandor divino, hacen sus secretos allí cubiertos, ydespués vuelven a ponerle encima la tierra que sacaron antes yaún esto lo suelen hacer en lugares muy secretos, y siendo estapurgación natural, todavía tienen por cosa muy solemne lim-piarse de esta manera.Distínguense unos de otros, según el tiempo de la abstinenciaque han tenido y guardado en cuatro órdenes, y los más nue-vos son tenidos en menos que los que les preceden, tanto, quesi tocan a alguno de ellos se lavan y limpian, no menos que sihubiesen tocado a algún extranjero. Viven mucho tiempo; detal manera, hay muchos que llegan hasta cien años por comersiempre ordenados platos y muy sencillos; y según pienso, porla gran templanza que guardan. Menosprecian también lasadversidades y vencen los tormentos con la constancia,paciencia y consejo, y morir con honra juzganlo por mejor quevivir.La guerra que tuvieron éstos con los romanos mostró el granánimo que en todas las cosas tenían, porque aunque sus miem-bros eran despedazados por fuego y diversos tormentos, nopudieron hacer que hablasen algo contra el dolor de la ley nique comiesen alguna cosa vedada, y aún no rogaron a los queles atormentaban, ni lloraron siendo atormentados, antes rien-do en sus pasiones y penas grandes, y burlándose de los que se

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las mandaban dar, perdían la vida con alegría grande, muyconstante y firmemente, teniendo por cierto que no la perdían,pues la habían de cobrar otra vez.Tienen una opinión por muy verdadera que los cuerpos soncorruptibles, y la materia de ellos no es perpetua, pero lasalmas quedan siempre inmortales, y siendo de un aire muysutil, son puestas dentro de los cuerpos, como en cárceles, reti-radas con placeres naturales; pero cuando son libradas deestos nudos y cárceles, libradas como de servidumbre muygrande y muy larga, luego reciben alegría y se levantan a loalto; y las buenas, conformándose en esto con la sentencia delos griegos, viven a la otra parte del Océano, adonde tienen sugozo y su descanso, porque aquella región no está fatigada concalores, ni con aguas ni con fríos, ni con nieves, pero muyfresca con el viento occidental que sale del Océano, y ventadamuy suavemente, es muy deleitable. Las malas ánimas tienenotro lugar lejos de allí, muy tempestuoso y muy frío lleno degemidos y dolores, adonde son atormentadas con pena sin fin.Paréceme a mi que con el mismo sentido los griegos han apar-tado a todos aquellos que llaman héroes y medio dioses enunas islas de bienaventurados, y a los malos les han dado unlugar allá en el centro de la Tierra, llamado infierno, adondefuesen los impíos atormentados los sísifos, los tántalos, losixiones y los tirios, teniendo por cierto, al principio, que lasalmas son inmortales, y aquello, por el cuidado que tienen deseguir la virtud y menospreciar los vicios; por que los buenosconservando esta vida se hacen mejores, por la esperanza quetienen los bienes eternos después de esta vida, y que los malosson detenidos, porque estando en la vida han estado comoescondidos, serán después de la muerte atormentados eterna-mente. Esta, pues, es la filosofía de los esenios, la cual, cierto,tienen un halago, si una vez se comienza a gustar, muy inevi-table.Hay entre ellos algunos que dicen saber las cosas del porvenir,por sus libros sagrados y por muchas purificaciones y por losdichos de los profetas desde su primer tiempo; y muy pocasveces acontece que lo que ellos predicen, de lo que ha de suce-der, no sea así como ellos señalan.Hay también otro colegio de esenios, los cuales tienen elcomer, costumbres y leyes semejantes a las dichas, pero difie-re en la opinión del matrimonio; y dicen que la mayor parte dela vida del hombre es para la sucesión, y que los que aquellodicen la impiden, porque si todos fuesen de este parecer, luegoel género humano faltaría. Pero todavía tienen ellos sus reu-niones tan moderadas, que pasan tres años en experimentar asus mujeres, y si en sus purgaciones les parecen idóneas yaptas para parir, tómanlas entonces y cásanse con ellas.Ninguno de ellos se llega a su mujer si está preñada, parademostrar que las bodas y ayuntamientos del marido y mujerno son por deleite, sino por el acrecentamiento y multiplica-ción de los hombres. Las mujeres cuando se lavan , tienen sutúnicas o camisas a la manera de los hombres. Y estas son lascostumbres de esta secta".

Siempre habrá una Iglesia astral, espiritual yuna física. Hoy en día, la una y la otra no soloestán separadas, sino que son contrarias.Unos siguen el lado exotérico de la verdad,que no es mala, pero sin duda no penetra en larazón y la lógica superior de la otra, esotérica,

que es más silenciosa, más operativa y maseficaz, aunque menos espectacular.Elijah, representa al Maestro que se adorna delsilencio y del recogimiento para entregar laparte vistosa y más espectacular a Eliseo. Losdos hacen su trabajo, pero pocos son los quealcanzan la sabiduría plena del espíritu. Elijah,fue luego Juan, y Eliseo fue luego Jesús elCristo. Toda esta información, aunque parezcacuriosa, la conocía perfectamente un famosoYogi de la India, como Yogananda y no la cono-cen los que legítimamente deberían de cono-cerla por ser supuestos representantes delculto occidental. Me estoy refiriendo al libro delmismo autor : "Autobiografía de un Yogi", encuyas páginas podemos leer lo siguiente:

Habla Yogananda: " …Basándome en un estudio reverentede la Biblia, tanto desde el punto de vista oriental, como en mipercepción intuitiva, estoy convencido de que Juan el Bautistafue en vidas pasadas el Gurú de Jesucristo. Existen numero-sos pasajes en la Biblia que infieren que Juan y Jesús, en suúltima reencarnación eran, respectivamente Elijah y su discí-pulo Elisha. (Tal es su pronunciación en el AntiguoTestamento. Los traductores griegos los deletrearon comoElijah y Eliseo y así aparece en el Nuevo Testamento).El final mismo del Antiguo Testamento es una predicción de lareeencarnación de Elijah y Eliseo. "He aquí que yo os envió aElijah el profeta, antes que venga el día de Yahvé, grave yterrible. Así Juan (Elijah), antes de la venida del Señor, habíanacido con alguna anticipación para servir de heraldo a Cristo.Un Ángel se le acercó a Zacarías, el padre, para dar testimoniode que su hijo venidero, Juan, no sería otro que Elijah (Elijah).Mas el Ángel le dijo a Zacarías. "No temas, por que tu oraciónha sido oída, y tu mujer Elisabeth te parirá un hijo, y le llama-rás de nombre Juan…Y muchos de los hijos de Israel se vol-verán hacia el Señor su Dios; porque irá delante de él en elespíritu y virtud de Elijah, para orientar los corazones de lospadres a los hijos y los rebeldes a la prudencia de los justos,para aparejar al Señor un pueblo perfecto"Jesús inequívocamente, identificó dos veces a Elias comoJuan: "Mas os digo que ya vino Elías y no lo conocieron…Losdiscípulos entendieron entonces que hablaba de Juan elBautista". Otra vez Jesús dijo:"Porque todos los profetas, y laLey, hasta Juan profetizaron. Y si queréis recibirlo, él es Elíasque había de venir".Cuando Juan negó que él fuera Elijah, quiso decir que en elmodesto papel de Juan, ya no venía con la alta investiduraexterior de Elijah (Elijah), el gran gurú. En su encarnaciónanterior ya él le había dado el "manto" de su gloria y su rique-za espiritual a su discípulo Eliséo (Elisha). "Y Eliséo dijo :"Cosa difícil has pedido, sin embargo, si me vieres cuandofuere arrebatado de ti, hecho así te serán…" (refiriéndose a lasdos terceras partes del espíritu de Elijah que pasaron a Eliseo).Y tomó el manto de Elijah, que este había dejado caer.Los papeles se habían cambiado, porque Elijah-Juan ya nonecesitaba ostensiblemente ser el gurú de Elijah-jesús, enton-ces perfecto en realización divina.

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Cuando Cristo fue transfigurado en la montaña fue a su gurúElías y a Moisés a quienes vio …Una vez más en su hora pos-trera, en la cruz, Jesús pronunció el nombre divino : "Eli eli,¿lama sabachthani ?" ; es decir : "Dios mío, Dios mío, ¿Porqué me has desamparado?. Algunos de los que estaban allí ,oyéndole, dijeron: "Este hombre invoca a Elijah…veamos sivendrá Elías a liberarle".

VVAMOS UN POCO MAS AMOS UN POCO MAS AATRÁS.TRÁS.

Las reflexiones de Yogananda son, ade-más de lógicas, muy sugerentes en lamedida que el poder del Maestro habría

sido transferido al discípulo Eliseo, y estehabría realizado milagros portentosos tanto enesa reencarnación, como en la que le tocó vivircomo Jesús el Cristo. Es ponderable en todocaso la sabiduría de Elijah, al entender, que enel milagro, que en la parafernalia de los actoscircense no se construye el conocimiento, sinola atracción banal de los que simplementeobservan en la superficie y no en el interior. Poreso, de la escuela del Maestro nacen los inicia-dos, mientras que de la escuela del discípulosnacen los adeptos. Todos están en la senda,pero la primera vía es la transcendente y lasegunda fenoménica. Ahora bien, cada ser yen cada reencarnación siempre se conserva yse perpetúa, aún siendo hombre o mujer, alto obajo, listo o tonto, una serie de característicasque son inherentes al momento en que el espí-ritu encarnó en el primer cuerpo humano. Porello las habilidades o esencialidades de unespíritu permanecen como atributo en todaslas reencarnaciones. Con este comentarioqueremos simplemente llevar el relato a la jus-tificación legítima del porque Eliseo o Jesús;distintos cuerpos de un mismo espíritu, obra-ban tantos y tan magníficos milagros. Para ellodebemos irnos un poco más atrás en la máqui-na astral del tiempo y ver otros parajes, otrasgentes y otros tiempos.

Se nos permitió ver a un hombre alto, muybello, vestido con ropas de vistosos colores yun sombrero característico, propio de losmagos que en el tiempo de Tutankamon pulu-laban por la corte. Aquel mago, tenía unospoderes impresionantes. Había conseguidoconectar con la fuerza de los elementales y delos duendes de la naturaleza. Podía acceder ala manipulación de los elementos fundamenta-

les del agua, la tierra, el aire y el fuego y mos-traba prodigios impresionantes ante el puebloy ante el Faraón.

El Sumo Maestro de los sacerdotes protecto-res de Amon-Ra se le acercó y le dijo:

- En nuestros papiros se hace alusión paraeste tiempo de calamidades, de una profecíapor la cual los hijos de Egipto se enfrentarán enuna guerra civil.

Acercó el papiro al mago vestido con su túnicade vivos colores; pero el mago se dio un pasoatrás, como si inconscientemente aquel perga-mino le trajera mala suerte. Miró de reojo alSacerdote y al documento, pero rehusó tomar-lo en sus manos. El hombre religioso prosiguiódiciendo:

- También se habla de un gran mago que haráprodigios antes los hombres, pero que se per-derá por soberbia haciendo que se vierta san-gre del pueblo y del Faraón.

El Mago tomó ahora el papiro y con altivez, lorompió en mil pedazos con frenético gesto demal genio a la vez que decía:

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- Vosotros los sacerdotes siempre estáis intri-gando desde vuestra supuesta omnipotencia.Engreídos y estúpidos. ¿Cómo has podidohacer caer sobre mí esta profecía?. ¿Cómopuedes asegurar que estos acontecimientos sepueden dar?. Asustáis al ignorante con vatici-nios y profecías y os hacéis intermediarios delos Dioses, poniendo cargas pesadas sobre loshombres simples y piadosos. Tenéis las arcasllenas de los favores que recibís de los beatosy de los ignorantes. ¿Crees acaso que yo soyuno de estos tontos?.

Las miradas se cruzaron con fuerza en un des-afió entre dos hombres poderosos, represen-tantes ambos de lo religioso y de lo mágico.Hombres vanidosos, que habían perdido suspapeles humano para creerse cuasi divinos.

Pasaron pocos años, y tal y como estaba escri-to aquel mago se enfrentó al poder religioso deunos sacerdotes y conspiró con el ejército en lamuerte del Faraón. Se vertió mucha sangre yuna gran parte de la responsabilidad de aque-llas muertes cayeron sobre el mago, que contanta facilidad cautivaba al pueblo y a la corte.En el siguiente fotograma vimos al Mago,haciendo prodigios ante el Faraón, pero susoberbia era tal que incluso sometía a la máxi-ma autoridad de Egipto amenazándole conemplear los poderes si no seguía su voluntad. Cierto día en que el mago fue invitado a pala-cio, al acceder al mismo por la estancia de losservidores de palacio y de las concubinas, setopó con un joven moreno, atlético y eleganteque le salió al paso con los ojos abiertos de paren par, cautivado por la presencia de un hom-bre tan famoso por sus prodigios.

La presencia de aquel joven estático ante elmago hizo que este reaccionara acercándoseal mismo, diciendo:

- ¿Qué miras muchacho?

Tartamudeo el joven diciendo:

- No os enfadéis Señor, pero siempre he dese-ado aprender y realizar vuestros milagros.

El maestro se quedó mirando con fijeza a los

ojos del joven y respondió en forma enigmáti-ca:

- Yo hago mi magia con los Genios de laNaturaleza para encandilar el alma de los hom-bres, pero tu, amigo mío, realizarás tu magiacon los Genios del Cielo, para enderezar yguiar los espíritus de los hombres hacia otrodestino.

Luego, con suave gesto, acercó la mano haciael cabello del mozo, a la vez que inexplicable-mente se humedecían los párpados de ambosen un lenguaje silencioso de corazón a cora-zón.

- El espíritu del Ra, se posa en tu cabeza. Algogrande te reserva el destino.

No mediaron más palabras. Cada uno siguiósu camino. Fueron luego varias las ocasionesen que el joven Moshé contempló los prodigiosdel mago escondido entre la turba, pero cadauno tenía un destino distinto y un papel diversoen la obra de teatro histórico que en aqueltiempo se estaba representando.

Aquel mago de ayer fue luego el Eliseo denuestro relato y el Jesús , que pagó con dolor,con tortura y con derramamiento de sangre enla cruz, el pecado de soberbia que habríacometido en tiempos de Egipto. Sangre porsangre, según la antigua Ley de Moisés. Y a suvez, aquel joven Moshé, fue quien condujo alos hebreos a la Tierra prometida.

El que sabe y entiende el sendero iniciativo,puede comprender que hay "cuatro vivientes"que en cada cambio de Era intervienen condistintos papeles y con diversas funciones enel mismo misterio y en el mismo proceso decambio histórico que hace caminar a laHumanidad.

Por eso en el tiempo de Piscis, a nuestro viejoMago, luego Jesús el Cristo, se le apareció enel Monte Tabor, Moisés y Elíjah a bordo de unaastronave, pues correspondía el cambio solar.Como antes habrían coincidido Moisés y elMago, en el tiempo del Cambio en Aries.

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Es por tanto característica fundamental del espíritu de Jesús, la realización de prodigios y mila-gros ante el profano, tanto en aquellas reencarnaciones como en otras tantas sucesivas en lasque intervenga. Y en la misma medida el espíritu de Elijah, siempre se alejará de los prodigiosy la fenomenología, buscando el milagro de la transformación personal en el silencio realizativode cada individualidad.

Desgraciadamente cuando te muestran en el astral las imágenes, comprendes el porque de lascosas desde el lado transcendente, pero no siempre accedes a los nombres o detalles que seríaahora bueno situarlo en la Historia antigua de Egipto.

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MONTE TABOR - JESÚS EL CRISTO, MOISÉS Y ELÍJAH

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