apuntalamiento y estructuración del psiquismo (rené kaës)

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Apuntalamiento y estructuración del psiquismo * René Kaës Traducido por Marina Selvatici. Resumen El concepto de apuntalamiento es uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis. La primera parte del artículo propone una construcción tendiente a re-evaluarlo a partir del conjunto de la obra de Freud y de la clínica psicoanalítica individual y grupal. Los términos de una epistemología del campo especifico del psicoanálisis, están doblemente enmarcados por la realidad corporal y la realidad social y cultural, sobre las que se apuntalan las formaciones y los procesos de la realidad psíquica: en ruptura y en apoyo, en modelo y en desprendimiento. * Este trabajo es la traducción de un artículo editado en la revista francesa Conexiones. Titulo original: "Etayage et structuration du Psychisme". Connexions, Nº 44, 1984, René Kaës (1984). Hay términos muy específicos en el desarrollo de las ideas de Kaës. Traduciremos: “repise” como transcripción "etayage" como apuntalamiento "appui" como apoyo "déive" como desprendimiento "étai" como puntal o estaca

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Page 1: Apuntalamiento y estructuración del psiquismo (René Kaës)

Apuntalamiento y estructuración del psiquismo*

René Kaës

Traducido por Marina Selvatici.

Resumen

El concepto de apuntalamiento es uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis.

La primera parte del artículo propone una construcción tendiente a re-evaluarlo a partir del conjunto de la obra de Freud y de la clínica psicoanalítica individual y grupal. Los términos de una epistemología del campo especifico del psicoanálisis, están doblemente enmarcados por la realidad corporal y la realidad social y cultural, sobre las que se apuntalan las formaciones y los procesos de la realidad psíquica: en ruptura y en apoyo, en modelo y en desprendimiento.

La segunda parte explora dos hipótesis originales: la del apuntalamiento múltiple (sobre las necesidades corporales, sobre el grupo y la cultura, sobre el mismo aparato psíquico); la de la estructuración grupal de ciertas formaciones y procesos de la realidad psíquica. Se vuelven a evaluar, desde esta perspectiva, algunos conceptos: el objeto y la pulsión, el yo y la identificación, la representación, la relación de objeto y el narcisismo.

Tres cuestiones orientaron mi investigación sobre el apuntalamiento: una surgió en el tratamiento de una mujer joven que utilizaba a sus hijos como "apoyos", "muletas", "paraguas", o también como "mensajeros" entre ella y su marido, entre ella y sus padres, entre ella y la niña que conservaba adentro. Exigía, además, de su hija más chica (que ella había adoptado) cuidados y alimentos; pedía a uno de sus hijos que la sostuviera en su depresión y que contuviera su angustia de estar arruinada y de caerse en pedazos.

* Este trabajo es la traducción de un artículo editado en la revista francesa Conexiones.

Titulo original: "Etayage et structuration du Psychisme". Connexions, Nº 44, 1984, René Kaës (1984).

Hay términos muy específicos en el desarrollo de las ideas de Kaës.Traduciremos:“repise” como transcripción"etayage" como apuntalamiento"appui" como apoyo"déive" como desprendimiento"étai" como puntal o estaca

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Ella misma se quejaba de tener que ser el sostén de su familia, no sólo de sus propios padres, sino también de su marido y de sus hijos. Se describía o se soñaba a si misma como un paraguas o un paracaídas dados vuelta, o como una bóveda a punto de derrumbarse por la sobrecarga de un racimo de seres devoradores. La necesidad de elaborar mi contratransferencia en el análisis de esta paciente, me llevó a analizar mi reacción depresiva y mis asociaciones en lo que me parecía ser la difracción en mi de sus personajes internos sufrientes, desfallecientes y apuntalados. Me estaba confrontando con la dimensión del apuntalamiento en la transferencia y en particular con alguien que ponía en juego la inversión de la relación anaclítica, inversión que caracterizaba la relación con sus propios hijos, repetición de una situación infantil en la que, siendo pequeña, debía ser el puntal de la pareja parental.

Segunda punto: hace mucho que me siento impactado por algunas funciones que llega a asumir el grupo, en particular para ciertas personas, en lo que se refiere al apuntalamiento anaclítico. El grupo, al ser así utilizado, adopta posiciones muy variables: a veces un simple ámbito indiferenciado en el que circulan en forma inmediata emociones y sensaciones inefables, a veces pre-objeto u objeto de investidura y de representación, a veces sistema de relación de objeto o aparato de ligazón. Esta función anaclítica originaria, primaria o secundaria del grupo, es muy conocida aunque poco estudiada, parece evidente para quien se pregunte sobre el vínculo de dependencia grupal en las personalidades borderline, en los adolescentes, en algunos drogadictos... o en algunos "psi" (psichistes). Sin embargo se manifiesta también en algunas personas solamente neuróticas, cuando tienen que enfrentar una situación de separación o de ruptura crítica, un momento depresivo o una situación de supervivencia. A. Freud, D. Dann y B. Bettelheim ofrecieron notables ejemplos de esto. Esta función de apuntalamiento no se agota, sin embargo, en la utilización anaclítica del grupo: aquello que hace que el grupo sea una condición de la mentalización creadora surge también de la función de apuntalamiento. Lo vemos en el grupo de creadores: grupos de pintores, de científicos o de escritores, grupos de los primeros analistas, grupos de fundadores en el orden social o religioso... La clínica grupal me llevó a intentar articular las relaciones entre el apuntalamiento, la pérdida de objeto y la identificación, y volver a encontrar allí la dimensión de la transferencia. Estas son las relaciones que la situación grupal -el agrupamiento ya sea constituido en dispositivo de trabajo o formado espontáneamente- moviliza, utiliza, administra, pone en marcha o paraliza. En ningún lado mejor que en la situación grupal aparece el movimiento de apuntalamiento, de desapuntalamiento y de transcripción en el yo de lo que por el interjuego de desprendimientos y de identificaciones, lo constituye como ser-frontera (Crenzwesen) lugar de las divisiones del sujeto. He formulado la importancia de la relación entre los grupos internos de los miembros de un grupo y la construcción realizada por ellos, a partir de sus grupos internos, de una formación psíquica intermediaria (el aparato psíquico grupal) necesario para su relación grupal. Esta teorización me lleva a la siguiente pregunta: ¿sobre qué se apuntalan los grupos internos, es decir los sistemas de relaciones de objeto, el yo, las identificaciones, la imagen del cuerpo, la fantasmática originaria, la imagen de la psiquis?

Tercer punto: leyendo en Freud el tema del apuntalamiento, considero que este concepto asume una dimensión diferente de la que concierne a lo anaclítico, y que no se refiere sólo

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a la constitución correlativa de la pulsión y del objeto; que se trata no sólo de un concepto que atraviesa, precisándose cada vez más, toda la obra de Freud, mucho más allá de 1905, sino que también propone un argumento epistemológico de gran envergadura en la concepción del campo específico del psicoanálisis. Leer a Freud, todo Freud. Necesariamente después de Freud, y con el Psicoanálisis.

Es posible que éste sea el único método de lectura adecuado para acompañar el movimiento de un pensamiento, para comprender el sentido de lo escrito, sin olvidar que este trabajo se realiza para nosotros como una reconstrucción. A partir de Freud: lo que quiere decir reconociéndolo como fundación, origen y apertura, pero también, necesariamente, aceptando la posibilidad de apartarse de lo que pudo ser su posición, su investigación, sus presupuestos.

Creo que este método es fiel al camino fundador del psicoanálisis y que permite sostener una posición de sujeto-lector del texto de un Otro; posición constitutiva de la subjetividad. Sin embargo, en lo que trataré de hacer, intentaré leer a Freud "objetivamente" y ante todo, su texto, su lengua: semántica, sintaxis y discurso. Leer a Freud con el psicoanálisis es también, para reconocer allí la propia trasferencia sobre el texto del autor, aceptar la utilización de la asociación libre y las reconstrucciones de la propia cadena asociativa.

La interpretación del texto freudiano es por cierto un fenómeno curioso. Supone en el lector, cuando lo logra, el levantamiento de una triple represión: de la propia, de aquella que, del lado de las formaciones sociales culturales la sostiene en el otro (traductor, comentarista) en el zeitgeist y finalmente, y no la menos importante, de aquello que se mantuvo en el autor como implícito ("en deça") en el texto publicado.

Leer y des-leer todo Freud -no sólo los textos reconocidos por el Zeitgeist, precisamente, como psicoanálisis puro, clínico o teórico, sino también aquellos referentes al psicoanálisis "aplicado" campo de lo abyecto, como lo denomina J. Kristeva cuyo propósito definía bastante bien lo que en un grupo dado, cae, por rechazo, fuera del círculo de sus límites ideológicos. El trabajo de teorización del psicoanálisis a través de las extensiones y los estrechamientos, los desprendimientos y las transcripciones y las reconstrucciones de su campo, se realiza en toda la obra freudiana. Totem y Tabú es la investigación realizada sobre el Padre de la pre-historia, sobre las identificaciones primarias y la formación de los ideales. "Psicología de las masas y análisis de yo" articula desde el título, el propósito central que Freud busca en su teorización de la segunda tópica.

Leo a Freud a partir de una triple relación : con mi práctica, con el texto de Freud, con el mismo Freud. En estas relaciones se inserta lo que yo busco, lo que otros al respecto han buscado, encontrado y en parte dejado de lado ("méconnu") en lo que es posible pensar o comunicar acerca de una lectura de Freud. En estos movimientos se entrelazan mi deseo de descubrir el sentido de lo que escribe y el sentido que su texto tiene para mí.

Leyendo a Freud y siguiendo mi propia investigación sobre el apuntalamiento, me veo enfrentado a decir cómo se apoyan, se modelan y se desprenden los objetos y los pensamientos que voy construyendo. Más ampliamente, ¿sobre qué apuntalamientos

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internos y externos, sobre qué objetos de la pulsión, sobre qué organizaciones del Yo, sobre qué agrupamientos y sobre qué culturas se apoya, se modela y se desprende la aventura y la continua invención del psicoanálisis?

I Apuntalamiento, nueva evaluación de un concepto Freudiano

El siguiente estudio es la primera parte de un trabajo comenzado en 1976, a raíz de mis investigaciones sobre los grupos internos y el aparato psíquico grupal. Consiste en una presentación, un análisis y una nueva evaluación del concepto de apuntalamiento (Anlehnung) en el conjunto de la obra de Freud.

Consideré necesario que este trabajo anticipara la exposición de mis hipótesis personales, desarrolladas en una segunda parte de este trabajo, que aún no está publicada.*

Estas se refieren principalmente a la noción de un apuntalamiento múltiple entre objetos, instancias o formaciones psíquicas que mantienen entre sí relaciones bi o multilaterales: de ahí la noción de una red de apuntalamiento y el acento puesto en las formaciones sustitutivas o suplementarias entre los apuntalamientos. A partir de la clínica individual y grupal, una cuestionando a la otra, se propone dos perspectivas: una se refiere a los apuntalamientos grupales, sociales y culturales de las formaciones psíquicas, la otra desarrolla la problemática psicoanalítica del apuntalamiento, a partir de la nueva evaluación del concepto freudiano y de la clínica. Se sostiene allí que el campo psíquico se construye por apoyo, modelo, desprendimiento y transcripción -por apuntalamiento y no por causalidad lineal (impronta) o especular (reflejo)-; en esto, por ejemplo el asunto del apuntalamiento grupal de la imagen del cuerpo o del Yo no se confunde con aquella, psicológica, de la socialización.

Después del trabajo crítico de J. Laplanche (1970), que constituyó el origen de una re-invención del concepto freudiano de apuntalamiento y que propuso al respecto una definición estricta pero, a mi entender, bastante limitativa, me pareció necesario intentar devolver a la noción de Anlehnung su riqueza y sus matices, y correlativamente, expresar la complejidad del proceso psíquico en juego en lo que denominamos apuntalamiento.

La traducción de la palabra alemana Anlehnung por apuntalamiento, desde que B. Reverchon-Jouve la propuso en su versión francesa de los "Tres ensayos para una teoría sexual", deja en discusión varias cuestiones. Unas son de orden lexicográfico y semántico, otras se refieren a la extensión y la variación del concepto de apuntalamiento en la obra de Freud. Las respuestas a las primeras cuestiones no dejan de tener efecto en las segundas.

* El lector podrá encontrar un resumen de estas hipótesis tanto en mi Introducción al análisis transicional. R Kaës y col. (1979): Crisis, ruptura y superación (Dunod, Paris), como en mi artículo “Trois repères théoriques pour le travail psychanalytique groupal: l'ètayage multiple, l'appareil psychique groupal, la transitionnalité". Perspectives Psychiatriques, 1979, II, 79, 145-157 como en mi libro "L'ldéblogie. Etudes psychanalytiques". Paris. Dunod, 1980.

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l-“Anlehnung” ; análisis lexicográfico y semántico

El verbo alemán "anlehnen" designa tres tipos de acción (diccionarios Sachs-Villatte; Langescheidts Grosswörtesbuch, ed. 1968; Der Grosse Duden, VIII; Bertaux-Lepointe): ante todo el hecho de apuntalar (de hacer tomar apoyo) o adosar algo sobre un soporte. La definición (alemana) que da de ese verbo "Duden" puede traducirse así* "No mantenerse parado o sentado libremente, sino buscar apoyo con su cuerpo, en una posición ligeramente inclinada contra un objeto firme (fijo, sólidamente colocado, sólido)". El sustantivo Lehne designa el apoyo, la rampa, el plano inclinado, o la vertiente. En su forma pronominal (sich anlehnen etwas), el verbo significa entonces apoyarse (sobre) o adosarse (contra) algo.

Una segunda acepción de anlehnen presenta entornar, entreabrir (una puerta, una ventana).

Finalmente, en un sentido figurado, común en alemán, el verbo significa el hecho de seguir de cerca, inspirarse en (un modelo), modelarse sobre algo o sobre alguien. Es interesante notar que esta tercera acepción procede por derivación metonímica del primer sentido: el apoyo "transforma" lo que sostiene, el continente modela el contenido.

El sustantivo Anlehnung designa este apoyo o este sostén** pero la expresión in Anlehnungan presenta un sentido particular y significa: siguiendo el ejemplo de, sobre el modelo de, inspirándose en. En cuanto al adjetivo anlehnungsbeolürftig, califica a aquel que necesita apoyo.

Los términos que corresponden a la noción psicoanalítica de Anlehnung en los principales idiomas europeos que no sean el francés se refieren más al apoyo que al apuntalamiento (italiano: appoggio - español: apoyo; portugués: apoio; inglés: anaclisis).

La noción común predominante es realmente la de un apoyo o un sostén, y el término inglés (anaclisis) retorna literalmente una connotación (la inclinación) que Duden había despejado en el verbo alemán que corresponde a Anlehnung. En griego significa efectivamente inclinar o acostar hacia atrás; en la voz pasiva, caracteriza esa posición del cuerpo extendido o acostado sobre la espalda, por el contrario, el adjetivo (acostado sobre) significa la cualidad inversa de aquella que califica acostado sobre, la acción de enderezarse en la cama, es decir, el despertar.

De todo esto parecería que Anlehnung designa ante todo la posición del cuerpo al que le falta el apoyo y lo encuentra pasando de la horizontal a la vertical por la oblicua de la posición intermediaria (entreabierta). La palabra da cuenta de esa intuición fundamental, a través de este pasaje, en este movimiento, el apoyo es en parte incorporado a lo que busca un sostén y lo modela.

* "Nicht frei stehen oder sitzen, sondorn mit seinem Körper in leich schräge Hal: an einem feststehenden Gegenstand suchen".

** Por un retorno dela traducción sobre el término original, el diccionario alemán-francés de Bertaux et Lepointe admite para Anlehnung el sentido de apuntalamiento tal como lo establecieron las traducciones francesas de los textos psicoanalíticos alemanes.

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Apuntalamiento: Lo palabra francesa "étayage" pone el acento sobre otra dimensión de Anlehnung. Esta palabra forma parte de un campo semántico en el que el radical "St" marca la verticalidad de lo que se mantiene parado, enderezado, firme y sólido. Stare (latín), stehen (alemán), staye (flwnenco), estay (español), estaie (francés), staka (idioma franco), todos estos términos designan el sostén o el refuerzo en el vocabulario de la construcción, la principal acción del verbo "apuntalar" es sostener con estacas (piezas de madera), lo que amenaza caer en ruinas y reclama una consolidación, un refuerzo, calada, apeo, apoyo. En su forma pronominal, este verbo es explicado en el diccionario Littré de la siguiente manera: "se apuntalan los unos sobre los otros sin poder caerse", en sentido figurado existe siempre la idea subyacente de evitar el derrumbe de una construcción personalidad, pensamiento, grupo. El antónimo francés de ese grupo subraya esta idea de mina, zapa y ruina que caracteriza la connotación dramática y hasta represiva de este término. En esa misma línea, notaremos también el carácter provisorio del sostén o refuerzo ofrecido por la estaca o puntal ("étai")*.

De este modo, el sustantivo "étayage" surgido en forma bastante tardía (1864) en la tradición lexicográfica y semántica francesa, calificará un aspecto central y muy particular de Anlehnung. Atestigua aquello sobre lo cual insiste el radical indoeuropeo de este campo semántico: el estar (stare) concebido como permanencia y estabilidad. Un componente del concepto psicoanalítico de Anlehnung expresa esta dimensión psicoanalítica fundamental.

El sentido otorgado a Anlehnung en las traducciones francesas de los textos freudianos está indudablemente ligado por un lado a la cuestión de la edición crítica de las obras completas de Freud. El resultado es la imprecisión en la cual fue mantenido este concepto en la teoría psicoanalítica, aunque, como lo subrayaron muy justamente J. Laplanche y J.B. Pontalis (1967) en su Vocabulario de Psicoanálisis, y más recientemente J. Guillaumin (1978) se trata de uno de los conceptos fundamentales de la primera teoría freudiana de las pulsiones y de la teoría de elección del objeto amoroso. Si B. Reverchon-Jouve se remite al grupo semántico apuntalamiento-apuntalar-apuntalarse en su traducción de los "Tres ensayos" y luego J. Laplanche en su estudio teórico de 1970 y en su traducción de Zur Einführung das Narzissmus, S. Jankélévitch dice "das Beispiel einer Objektwahl nach dem Anlehnungstypus" (Das Ich und das Es) ** por "un caso típico de elección de objeto por contacto íntimo" lo que es bastante sugestivo pero todavía muy aproximado. En cambio, la traducción que propone M. Bonaparte de "Objektwahl nach dem Anlehnungstypus" (Die Zukunft einer Illusion)***. La elección de objeto del tipo de "buscar apoyo" me parece dar cuenta con bastante precisión, a la manera inglesa del verbo sustantivado, del movimiento, de la acción y de su objetivo.

La traducción francesa de algunos términos alemanes que no son Anlehnung con la palabra apuntalamiento trivializa el empleo riguroso de este concepto en Freud. Como prueba de ello, la traducción de Bruchstück einer Hysterie-Analyse (Fragmento de un análisis de histeria); el ejemplo es interesante ya que el original fue publicado el año de los "Tres * Renan ("esa vieja sociedad fundada sobre Dios y el rey, dos estacas que no es seguro que se pueda reemplazar”) expresa el temor de que lo que fue permanente se vuelva provisorio.

** El Yo y el Ello*** El porvenir de una ilusión

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ensayos sobre una teoría sexual": 1905 y que las ediciones alemanas, revisadas por Freud, se suceden de 1909 a 1923. La edición francesa más reciente de ese texto propone cinco casos de términos tornados con el verbo apuntalar. Una sola se justifica y de manera realmente ejemplar. Las otras cuatro son las siguientes : "apuntalar las reglas técnicas" quiere traducir :"Zur begründung der technischen Regeln"; "ciertos motivos que apuntalan la enfermedad" traduciría : "Motive, die das Kranksein stützen", apuntalar las premisas psicológicas por: die psychologischen Voraussetzungen... zu begründen; "apuntalados sobre numerosos análisis" significaría : "auf eine grosse Zahl von Analysen gestützten". La distinción entre anlehnen y stützen o bergründen podía muy bien mantenerse a través de sostener (apoyar) o fundar. En el quinto caso, Freud recurre a la locución "sich anlehnen an" para expresar de manera bastante ejemplar el concepto de apuntalamiento; aparece a propósito de la transferencia: "hay, escribe, transferencias que no difieren en nada de su modelo en cuanto al contenido, excepto en lo que se refiere a la persona reemplazada. Son entonces solamente simples reediciones estereotipadas, reimpresiones. Otras transferencias son realizadas con un mayor despliegue artístico, sufrieron una atenuación en su contenido, una sublimación, como yo digo, y son hasta capaces de volverse conscientes apuntalándose en una particularidad real, hábilmente utilizada, de la persona del médico o de las circunstancias que lo rodean ("... indem sie sich an ingend eine geschickt verwetete reale Besonderheit an der Person order in den Verhältnissen des Artzes anlehnen). Son entonces reelaboraciones (Neubearbeitungen), ya no reimpresiones (Neudrucke).

Solamente en este caso y de manera plenamente justificada, se trata de un verdadero apuntalamiento, cuya conexión con la sublimación y la transferencia se establece como reelaboración, transcripción del trabajo y transformación psíquica, cambio de valor, pasaje de un nivel a otro.

2- El concepto de Anlehnung en la obra de Freud

Me pareció posible distinguir tres momentos en la evolución del concepto de Anlehnung en los textos freudianos: el primero, el más conocido, es el de los "Tres ensayos sobre una teoría sexual" (1905), aunque las notas agregadas por Freud, en particular en 1915, modifican sensiblemente el sentido de la noción tal como había sido introducida diez años antes; en ese primer momento, el apuntalamiento es la pieza maestra que sostiene, podríamos decir, el edificio freudiano en el pasaje que construye permanentemente entre lo biológico y lo psíquico. Anlehnung evoca aquí un origen o un fundamento, y como lo notó Laplanche, una derivación más que un puntal. El segundo movimiento se inicia en 1910 con la modificación de la primera teoría de las pulsiones y la problemática correspondiente del Yo, de la elección del objeto sexual y del apoyo sobre la madre. En este segundo momento subrayado por J. Guillaumin, Anlehnung será mantenido con sus primeros atributos, pero equivaldrá también al vínculo primario y a la problemática unidad-división. El tercer momento se inscribe en una continuidad problemática con el precedente articulando la relación entre pérfida del objeto amoroso, angustia (Hilflo-sigkeit), función del Ideal, formación colectiva y apuntalamiento. Estas nuevas consideraciones sobre el concepto de apuntalamiento serán desarrolladas más a fondo en los textos llamados "antropológicos" o "sociológicos" de Freud en 1927 (El porvenir de una ilusión) y en 1930 (Malestar en la cultura) en especial, y desde una perspectiva que, me pareció, contiene las

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premisas de mi hipótesis sobre el apuntalamiento grupa] del psiquismo. Como ya lo expresé antes no se puede apartar estos textos de la teorización metapsicológica y bloquear así el concepto de apuntalamiento en los escritos de 1905-1914, salvo si se insiste en considerar nula en la estructuración del inconsciente y del conjunto del aparato psíquico, la incidencia de formaciones del pensamiento y del vínculo, del grupo y de la cultura.

El movimiento general a través del cual surge el concepto de Anlehnung en Freud tiene que ver entonces con una serie de derivaciones, a partir del apuntalamiento principal de la pulsión sexual sobre el ejercicio de las funciones corporales necesarias para la vida. Pero para cada apuntalamiento "de la pulsión sobre el cuerpo, del objeto y del Yo sobre la madre, de las instancias sobre formaciones elementales" ("El preconsciente que se apuntala sobre los restos mnémicos...") luego de las formaciones generadoras del vínculo (identificaciones, imagos, complejos, modalidades del pensamiento) sobre el grupo y sobre la cultura, encontramos siempre los tres componentes del apuntalamiento: el apoyo sobre una base originante, la modelización y, en el movimiento de una ruptura crítica, la transcripción. Es esta transcripción que es generadora de la derivación, del cambio de objeto y de nivel que constituye el apuntalamiento, y que presupone el apoyo originante y la modelización.

1) El apoyo de las pulsiones parciales sobre las necesidades y las funciones del cuerpo.

El cuerpo de la primera teoría de las pulsiones es el cuerpo de las necesidades biológicas. J. Guillaumin resume la concepción freudiana de las necesidades, cuando escribe que éstas últimas definen "la aspiración natural de ciertos aparatos orgánicos necesarios para la vida a descargar a través de vías que le son propias la tensión de la excitación que provoca en ellos la no satisfacción de la función corporal correspondiente" por ejemplo la "necesidad de comer cuando se tiene hambre" (J. Guillaumin 1978, p. 799).

Las pulsiones sexuales, cuyos objetivos son múltiples como variadas sus fuentes corporales, se apuntalan, se apoyan, se originan en las necesidades del cuerpo real: "es así, escribe Freud, como la sexualidad infantil se origina (entsteht) tomando como modelo (in Anlehnung an) una de las funciones corporales vitales * "eine der lebenwichtigen Korperfunktionen".

El texto alemán ofrece dos términos para designar esa relación entre la pulsión sexual y el cuerpo real: entstehen (originarse) y in Anlehnung an (modelándose sobre). La traducción completa y rigurosa de este pasaje está confirmada por la elaboración conceptual que Freud va a realizar para definir el apuntalamiento. J. Laplanche destacó cómo la noción de Anlehnung es utilizada por Freud en 1905 para describir un "fenómeno de apoyo de la pulsión, el hecho que la sexualidad naciente se apuntala sobre otro proceso a la vez similar y profundamente divergente: la pulsión sexual se apuntala sobre una función no sexual, vital" o también "en un funcionamiento ligado a la conservación de la vida". Laplanche subrayará en el texto de Freud cómo el apuntalamiento se constituye en dos experiencias

* Salvo indicación contraria, propuse una traducción personal de los textos de Freud referidos en este estudio.(Kaës).

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fundamentales, la experiencia de la satisfacción que, en el acto de amamantamiento se asemeja al orgasmo, pero sobre todo la de la separación ("pero pronto la necesidad de repetir la satisfacción sexual se separará de la necesidad de alimento") entre ambas: "La sexualidad, apoyada al principio toda entera en la función, se presenta al mismo tiempo toda entera en el movimiento que la disocia de la función vital" (J. Laplanche). Lo que confirma también Freud en 1915 cuando agrega en una nota de los "Tres Ensayos" que la "actividad sexual se apuntaló al principio en una de las funciones al servicio de la conservación de la vida y más tarde se independizó de la misma".

El texto de Freud presenta este triple sentido que surge del análisis semántico de Anlehnung: el del apoyo, el del modelo y el de transcripción, a partir de la separación y de la elaboración psíquica de la pérdida: transcripción de un orden (el de la función vital) en otro (el de la sexualidad infantil) y este orden derivado constitutivo del campo psíquico se halla en una relación de ligazón y de separación con el primero. Este punto de vista ha sido firmemente establecido por J. Laplanche y no tiene sentido retomarlo, salvo para encontrar allí el motivo de un nuevo desarrollo del concepto. Así cuando Laplanche comenta a Freud a propósito del autoerotismo y de la pérdida del objeto parcial (noción presente en Freud desde 1905), destaca que el objeto sexual no es idéntico al objeto de la función, que está desplazado en relación a él, que no es el mismo que aquel que se perdió.

El psicoanálisis se construye sobre el reconocimiento de este movimiento psíquico: este objeto vuelto a encontrar como otro es el objeto de la sexualidad, objeto de la fantasía ligado por desplazamiento, por contigüidad y por metáfora a otros objetos psíquicos, articulado en una red de relaciones de objetos fantasmáticos.

Tal enunciado lleva implícito otro, que sólo será explicitado mucho más tarde y en una teorización que Freud sólo esbozará: el objeto de la pulsión sexual requiere un apuntalamiento sobre un orden (y éste es puramente psíquico) distinto de la realización de la función vital. Este orden es aquel que, genéricamente, podemos denominar "la madre" o la función materna. El seno, que no se confunde con el órgano alimentario es un fenómeno psíquico original cuya particularidad es asociar y disociar el conjunto madre-hijo, conjunto continuo adosado a su vez en un conjunto de reglas, prohibiciones y relaciones socialmente (simbólicamente) ordenadas, antropológicamente fundadas. En 1905, Freud no encara este punto de vista. Como un naturalista, "aísla" metodológicamente el apuntalamiento de la pulsión sobre la función corporal: lo que existe allí, es un bebé solo. Después de 1910 y 1914, en las notas que agrega a los "Tres Ensayos" en 1915, el punto de vista de Freud se abrirá sobre el tener en cuenta a "la madre" como término del apuntalamiento del objeto. Esta ampliación es un dato fundamental que va a complejizar y enriquecer el concepto de apuntalamiento.

De hecho, esta perspectiva histórica merece ser matizada, y me apartaré aquí de la posición de J. Laplanche: sostener que, en 1905, en el origen, Anlehnung designa solamente el apuntalamiento de la pulsión sobre una función corporal vital, y no el apuntalamiento del sujeto sobre el objeto o del niño sobre la madre, es a la vez exacto y demasiado restringido. En efecto, es difícil pensar el apuntalamiento de la pulsión sin tener en cuenta el objeto: ambos son correlativos. La importancia que Freud da, desde 1905 al seno materno como

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fenómeno psíquico, objeto de la sexualidad infantil, atestigua esta relación fundamental entre la pulsión, el objeto de la satisfacción de las necesidades y la representación de la relación entre el objeto, la pulsión y el mismo sujeto. Evidentemente, los años siguientes (1914, notas de 1915) precisarán esta relación; cuando en 1914 Freud describe la elección del objeto amoroso según el tipo de apuntalamiento (mach dem Anlehnungstypus) significa que la sexualidad busca y encuentra un apoyo y un modelo y un desprendimiento en y de la madre en tanto objeto parcial. No hay entonces ningún motivo para establecer el valor exclusivo del concepto de apuntalamiento sobre los primeros textos donde se menciona, sobre todo en la medida en que textos posteriores explicitan esas intuiciones. La relación con la madre también participa en el apuntalamiento de la sexualidad, en su emergencia: el apuntalamiento de la pulsión sobre el objeto sólo es posible si la madre (y el entorno materno) es apuntaladora para el niño. No es entonces "toda una teoría de la relación con la madre que vino a modificar una noción destinada a rendir cuenta de la sexualidad en su origen". (J. Laplanche, 1970). La modificación vino del mismo Freud, ya en 1905, y se halla confirmada en las notas que él agregó en 1915 a los Tres Ensayos.

Considerémoslo: al describir en el tercer ensayo el descubrimiento del objeto sexual, Freud escribe (y así lo cita Laplanche): "En la época en que la satisfacción sexual, en sus primeros momentos estaba ligada a la absorción de los alimentos, la pulsión sexual tenía su objeto sexual fuera del cuerpo propio, en el seno de la madre. Este objeto sólo fue perdido más tarde, posiblemente justo cuando el niño se volvió capaz de formar una representación de conjunto de la persona a la que pertenecía el órgano que le provee una satisfacción. En líneas generales, la pulsión sexual se vuelve a partir de ese momento, autoerótica, y sólo después que se supera el período de latencia, la relación original se restablece. Tiene un fundamento sólido el hecho que la succión del niño al seno de la madre se haya vuelto modelo (vorbildich) de toda relación amorosa. Hallar el objeto sexual es, hablando con propiedad, volver a encontrarlo" (1905).

La nota agregada en 1915 es la siguiente: "el psicoanálisis enseña que existen dos caminos para el descubrimiento del objeto; primero el que ha sido discutido en este texto, por apuntalamiento, sobre los modelos de la primera infancia (in Anlehnung an die /Frühinfantilen Vorbilder) y en segundo término, el camino narcisístico en el que el Yo busca lo que le es propio y lo vuelve a encontrar en otra persona..." (Se notará aquí la proximidad entre la identificación y el apuntalamiento. Dos caminos: se podría decir, parafraseando a Freud, per via di levare e per via di porre).

Retomé intencionalmente los términos utilizados por Freud: en 1905 y en 1915 se expresa la misma connotación del apuntalamiento: la del modelo (vorbildich, Vo bilder). Esta dimensión permitirá a Freud la ampliación de su concepto de apuntalamiento para dar cuenta de la sexualidad y de la elección del objeto amoroso sobre el modelo de los prototipos infantiles primarios: este modelo incluye la relación con la madre.

Estas dimensiones (apoyo, modelo, transcripción y derivación) y sus componentes que son a la vez condición y efecto del apuntalamiento (la función corporal, la madre, el sistema simbólico y sus suplementos) caracterizarán el concepto de Anlehnung y acompañarán las transformaciones teóricas que Freud traerá a su concepción del psiquismo. La

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diferenciación y la oposición entre pulsiones sexuales y pulsiones del Yo constituirá un momento importante de esta evolución en la ampliación del concepto de apuntalamiento. F. Gantheret (1971) y J. Guillaumin (1978), después de J. Laplanche y J.B. Pontalis (1967) destacaron la importancia del cambio terminológico de 1910 (Die psychogene Sehstörung in psychoanalytischer Auffassung).

2) El apoyo sobre la madre, el tipo de elección de objeto por apuntalamiento y las pulsiones del Yo

1910 marca para Freud una fecha fecunda en el trabajo de la teorización y esto en diferentes direcciones que todas convergen en una reelaboración de la noción de apuntalamiento, Para entender su importancia hay que recordar que Freud escribirá ese año su primera Contribución a la psicología de la vida amorosa ("Sobre un tipo especial de elección de objeto en el hombre"). Un recuerdo de infancia de Leonardo da Vinci, la alteración psicogénica de la visión según la concepción psicoanalítica, junto con otros escritos técnicos o teóricos.

En el texto sobre "Los perturbaciones psicógenas de la visión", Freud opone las pulsiones del Yo, o, lo que para él es equivalente, las pulsiones de autoconservación a las pulsiones sexuales, y que sustituye las primeras a la idea de necesidad. Esta modificación es fundamental, escribe J. Guillaumin: "En efecto, si las "necesidades", vueltas "pulsiones" son "del Yo", cesa de ser cada una el producto de una zona erógena, parte funcionalmente aislada de un cuerpo vivido como dividido originalmente.

La unidad del yo es ahora planteada inicialmente por el vocabulario, en un estadio en que aún no se halla asegurada en el nivel representativo". Guillaumin nota que la corrección terminológica de 1910 se ajusta por una lado a una intuición, la que emite en 1895* en el Proyecto para una psicología científica, formulando la noción de para-excitación (Reizschutz) que es también barrera de contacto, y por otro lado a una nueva perspectiva que desarrollará en 1913-14, al introducir la noción de narcisismo.

En efecto, por un lado la madre garantiza la protección del yo frágil del niño contra las excitaciones insoportables del afuera y del adentro, anticipando así la noción que el sujeto tendrá más tarde de su unidad y de sus intereses vitales. Hasta el momento en que estará en condiciones de hacerse cargo él mismo, el yo no puede subsistir como unidad más que apoyándose sobre la madre. Por otro lado, continúa Guillaumin, "Si el yo es unidad, y sin embargo fuente como tal de una diversidad de pulsiones que guarden en él una raíz común que le confiere una finalidad "defensiva" común, es comprensible y aún necesario que pueda de alguna manera ser investido antes de alcanzar la unidad de representación, de ahí el narcisismo "primario" del que se dice con fundamento que corresponde por excelencia a la forma original de las investiduras de la libido del yo". La elección de objeto por apuntalamiento (der Objektwahl nach dem Anlehnungstypus) que Freud describe entonces, se efectúa sobre el modelo del objeto sexual investido en el transcurro de la función

* Y que retomará en 1927 en El porvenir de una ilusión y en 1938 en Compendio de psicoanálisis.

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materna de alimentación, de cuidado y de protección de la que se benefició en otro tiempo el niño. Guillaumin destaca que el cambio introducido por Freud en 1910 modifica su teoría del apuntalamiento y remite, hacia adelante y hacia atrás, a la función materna en los orígenes de la vida psíquica: "El apuntalamiento materno es el apuntalamiento del yo total sobre el que se apoyan a su vez todas las diferenciaciones pulsionales ulteriores, que no pueden producirse sin riesgo si no suponen adquirida esta primera seguridad, lugar y receptáculo destinado a permanecer siempre secretamente evocable en el transcurso de las experiencias ulteriores".

Lo que Freud estableció en el trabajo sobre "Las perturbaciones psicógenas de la visión", lo elaborará en sus "Consideraciones sobre la psicología de la vida amorosa" al proponer una vez más esa idea de que el psiquismo es una construcción de apuntalamientos: "Las pulsiones sexuales encuentran sus primeros objetos apuntalándose sobre los valores reconocidos por las pulsiones del yo, así como se experimentan las primeras satisfacciones sexuales apuntaladas sobre las funciones corporales necesarias para la conservación de la vida". (trad. J. Laplanche, en Freud: La vida sexual), La misma idea será retomada en 1914 en ese pasaje de Introducción al narcisismo: "Las pulsiones sexuales se apuntalan ante todo sobre la satisfacción de las pulsiones del yo, de las que se independizan sólo más tarde; pero este apuntalamiento sigue revelándose en el hecho que las personas que tienen que ver con la alimentación, los cuidados, la protección del niño se vuelven sus primeros objetos sexuales; es ante todo la madre o su sustituto". (La vida sexual, trad. J. Laplanche).

3- Apuntalamiento y desamparo (Hilflosigkein)

El apuntalamiento sobre la madre, sobre su cuerpo real e imaginario y sobre su actividad psíquica -Bion y Winnicott insistirán en esto más tarde- introduce la noción de Anlehnung en el orden del vínculo, del apego, de la relación primaria, Esta perspectiva ofrece toda su plenitud y su resonancia dramática al término francés "étayage" (apuntalamiento): en efecto, la pérdida del vínculo y del objeto primario amenaza, arruina y corroe la vida del niño, La angustia inherente a la inmadurez biológica humana busca apuntalamiento, es decir apoyo, refuerzo, amparo, consolidación y contención. Así los apuntalamientos fundamentales de cada persona constituyen la historia misma de sus desamparos y de lo que, entonces, ofreció el apoyo psíquico vital.

La relación explícita entre el desamparo fundamental, el ser sin auxilio (Hilflosingkeit) y el tipo de elección de objeto por apuntalamiento es expresado por Freud en el Porvenir de una ilusión. Freud desarrolla la idea de que la religión surgió, como todas las demás conquistas de la civilización, de la necesidad de defenderse contra la aplastante superioridad de la naturaleza y de corregir las imperfecciones de la cultura. Esta necesidad está ligada al desamparo de los hombres y a su necesidad de ayuda (Hilflosingkeit und Schuzbedürftigkeit); y cuando se trata, para Freud, de establecer las relaciones que articulan el desamparo infantil y el desamparo adulto que lo prolonga, escribe: "Representémonos la vida psíquica del niño pequeño. ¿Recuerdan la elección de objeto del tipo de "buscar apoyo" de la que habla el análisis? La libido sigue el camino de las necesidades narcisísticas y se liga con los objetos que aseguran la satisfacción. Así la madre, que satisface el hambre, se vuelve primer objeto amoroso y, seguramente, la

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primera protección contra todos los peligros indeterminados que amenazan al niño en el mundo exterior se vuelve, podemos decir, la primera protección contra la angustia. Esta relación establecida entre desamparo, protección y "buscar apoyo", recorre toda la obra de Freud de los años 1926-1932. El tema del desamparo se vuelve central en "El porvenir de una ilusión" (1927) y Malestar en la cultura (1930), pero aparece en forma destacada en escritos considerados como más específicamente psicoanalíticos "Inhibición, síntoma y angustia (1926) y Nuevas conferencias sobre psicoanálisis, publicadas en 1932.

Esta insistencia, en textos tan diferentes, se debe seguramente a la elaboración personal que Freud debe realizar de un largo período de inermidad y desamparo. La muerte de sus seres queridos, particularmente entre su descendencia (su hija Sofía, en 1920; su nieto Heinz en 1923), lo pone duramente a prueba, así como la de sus contemporáneos, apuntalamientos cercanos de sus primeras exploraciones: Breuer (1925), Abraham (1925); luego la de su propia madre (1930). A estos duelos se agregan ataques corporales graves, la primera operación de cáncer (abril de 1923), seguida de otra en octubre del mismo año, la amenaza de recidiva en 1931, la vejez (Freud tiene 70 años en 1926), las rupturas con Rank (1924), Reich (1926), Ferenczi (1929) y finalmente la disolución del Comité (1927).

Esta impresionante serie de pérdidas, de ataques, de rupturas apuntan a lo que quisiera llamar amenazas de desapuntalamiento: conciernen precisamente el cuerpo, la madre, el grupo. El apuntalamiento que Freud encuentra más disponible, en toda ocasión, necesario es el auto-apuntalamiento en su propia creatividad y sobre su propia creación. Estas son halladas y se encuentran disponibles sólo debido a la importancia asumida por los otros y en particular por su madre y su grupo originario (lo que llamé su protogrupo), Este tercer movimiento en la evolución de la noción de Anlehnung no se percibe tan bien como los dos primeros. Los intentos de comprensión del apuntalamiento dejan a Freud en posiciones establecidas en 1910-14. Esto está quizá vinculado al hecho de que sus escritos "sociales" o "antropológicos" y aquellos acerca del psicoanálisis denominado "aplicado", despertaron un menor interés o fueron sometidos a distorsiones que los separaron del conjunto de la obra freudiana.

La importancia de este tercer movimiento en la teoría del apuntalamiento y en la teoría de la psiquis, no se debe sólo a la relación personal de Freud con la consideración de la Hilflosigkeit y la inmadurez biológica. Se debe sobre todo al hecho de que esta temática se desarrolla precisamente en los escritos "sociales" o "antropológicos" de Freud, y en el momento en que este se expresa de nuevo acerca de los grandes sistemas de creación específicamente humanos que son las civilizaciones y las religiones. Precisemos aún más: en el mismo momento y en la medida en que estos sistemas se ven amenazados en su permanencia y su estabilidad.

En la misma página de El porvenir de una ilusión donde se establece la relación entre Anlehnung y Hilflosigkeit, Freud introduce sin nombrarla,... pero con qué precisión... la noción de un apuntalamiento por proyección sobre las creaciones colectivas; esboza allí el movimiento fundamental de lo que no es sino un apuntalamiento "social". "Y cuando el niño, al crecer, ve que está destinado a ser para siempre un niño, que nunca podrá vivir sin protegerse contra fuerzas soberanas y desconocidas, entonces presta (verleihet) a éstas los

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rasgos de la figura paterna, se crea dioses a los que teme, que intenta volver propicios y a los que atribuye sin embargo la tarea de protegerlo. Así la nostalgia que siente el niño por su padre coincide con la necesidad de protección que siente debido a la debilidad humana; la reacción defensiva del niño contra su sentimiento de desamparo otorga sus rasgos característicos al sentimiento de desamparo que a su vez siente el adulto y que engendra la religión. Pero no es nuestro objetivo estudiar más a fondo la evolución de la idea de Dios, nos ocupamos aquí solamente del tesoro constituido por las ideas religiosas tal como la civilización las transmite al individuo".

Desamparo, protección, apoyo: encontramos aquí el campo conceptual del apuntalamiento, y más aún en sus componentes: apoyo sobre una base originante, modelización y transcripción derivante. Estos componentes se ven particularmente condensados en la idea de la herencia creada-encontrada-recibida, expresada algunas páginas antes: "... es particularmente exacto el decir que la civilización da (Schenkt) al individuo las ideas (religiosas), ya que las encuentra ya existentes, le son presentadas ya hechas, y no estaría en condiciones de descubrirlas solo. Son el patrimonio de una serie de generaciones, lo hereda, lo recibe...". Se reconoce aquí la prefiguración perfectamente clara de la concepción winnicottiana de la cultura* y se notará seguramente que Winnicott como Freud, establece una estrecha relación entre éstas y la experiencia de ruptura**. Cercano a esta línea de pensamiento me parece ubicarse J. Guillaumin quien, en el estudio profundo y vigoroso que hace del apuntalamiento y del deseo de objeto en la creación pictórica, escribe en relación a las relaciones entre el motivo y el fondo en la pintura: "La vocación del fondo no es quedar limitado a la función de apertura que sólo se manifiesta a la manera de una fuerza de ruptura. El reaseguramiento proviene por el contrario esencialmente de características inherentes al fondo, que le dan el poder de recoger lo que de otro modo se perdería (...). Es ésta lo que entendemos por función de apuntalamiento..." (J. Guillaumin, 1978, p. 738).

El fondo (el cuerpo, la madre, la civilización, la tarea) sólo tiene un efecto de apuntalamiento ... y de reaseguramiento antidepresivo (...) por el encuentro con un irrite que hace mantener junto, ser.

En otro texto antropológico, Malestar en la cultura (1930), Freud articula desamparo, dependencia y angustia frente a la retracción amorosa con la génesis del sentimiento de culpa; explica así el sometimiento del hombre a una influencia extranjera que le hará considerar qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. El motivo de este sometimiento "es fácil de des cubrir en su desamparo y su dependencia absoluta del Otro, y la mejor

* "He utilizado el término de experiencia cultural viendo en éste una extensión de la idea de fenómenos transicionales y de juego (...) Al usar la palabra cultura, pienso en la tradición que se hereda. Pienso en algo que es la parte común de la humanidad, a la que pueden contribuir individuos y grupos y de la que cada uno de nosotros podrá obtener algo, si tenemos un lugar donde poner lo que encontramos". Winnicott, Juego y realidad, 1975, p. 137).** C.f. R Kaës (1976, 1977, 1979), sobre la problemática de la ruptura y de la elaboración de la experiencia de la ruptura (transicionalidad). El concepto de apuntalamiento, como la experiencia de la pérdida y del apoyo reencontrado, re-encontrado en una retranscripción transformadora, es central en la noción de transicionalidad.

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manera de definirlo es en tanto angustia frente a la retracción amorosa (Liebesverlust). Si llega a perder el amor de la persona de la que depende, pierde al mismo tiempo su protección contra todo tipo de peligros ...". Algunas líneas más abajo, Freud calificará como angustia "social" ("soziale" Angst) la angustia frente a la retracción amorosa (Angst vor dem Liebesverlust). Este tema está presente desde 1926 en Inhibición, Síntoma y Angustia cuando Freud reconoce en la génesis de la angustia social el núcleo del Superyó que corresponde a la instancia parental introyectada y "esa parte del Superyó que se desarrolló con ulterioridad apoyándose sobre el modelo de (In Anlehnung an) prototipos sociales".

4- El apoyo y el pasaje: la problematización del apuntalamiento es la de la explicación en psicoanálisis

El análisis de los textos de Freud permitió seguir la evolución del concepto de Anlehnung en su pensamiento, señalar los apuntalamientos necesarios para la vida psíquica y situar el proceso constitutivo del psiquismo humano como resultado del desamparo originario y de la angustia "social". Establecimos que la noción de Anlehnung se compone de tres sentidos: apoyo o puntal, modelo y transcripción. Es esencialmente este tercer significado, que designa literalmente lo entreabierto, que nos da acceso a la problemática original del apuntalamiento: la del pasaje, de las transformaciones de la transcripción, como lo formularon justamente J. Laplanche y F. Gantheret.

Desde una perspectiva histórica y conceptual, es de notar que Freud marca la articulación entre Anlehnung y pasaje en relación a la noción de para-excitación (Reizschutz) desde 1895, Las transformaciones de esta noción hasta 1938, harán intervenir el concepto del Yo y tomar en consideración el rol activamente protector de la madre, en su relación con el cuerpo y la piel del niño y en su actividad psíquica. Sería justo asociar a lo que Bion describió en su función alfa una función de para-excitación, de transcripción elaborativa y de continente activo: lo que designé como función continente, para reasumir esas tres dimensiones, es entonces una función de apuntamiento. Es de notar también que la teoría de las zonas corporales erógenas (1905) propone una homología de situación entre las zonas: "La zona anal es similar a la zona labial, por su situación apropiada (durch ihre Lage geeignet) en el hecho que permite un apuntalamiento de la sexualidad sobre otras funciones corporales". De hecho, no se trata sólo de una homología de situación, sino también de una homología de estructura y de función; en efecto, lo zona labial y la zona anal, la zona genital, lo mismo que la piel, tienen en común una "situación apropiada" para el pasaje y para el contacto: pasaje entre dos espacios, fronteras entre lo abierto y lo cerrado, lo de adentro y lo de afuera.

Hay así, en el concepto de apuntalamiento, una dimensión de pérdida y de transcripción ("reprise") transformadora, a través de las cuales se inaugura la cualidad psíquica, que adviene en un apoyo, que se podría llamar paradojal, sobre un "objeto" cuyo destino es ser al mismo tiempo un no-objeto sobre una continuidad que se constituye como tal sólo al emerger en la experiencia de lo discontinuo.

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El modelo freudiano de 1905, señala el aspecto más importante del apuntalamiento: es sobre la ausencia y la falta de objeto donde se efectúa un movimiento psíquico fundamental que abrirá una nueva vía (...) la de la mentalización (...) hacer aparecer objetos nuevos (el objeto de la fantasía) y de las relaciones de objeto en las que predominarán los aspectos transformadores de la relación (es decir ante todo las funciones organizadoras de la madre y del padre), Lo que es notable, en efecto, es que el cuerpo sea aquí a la vez el fundamento (apoyo originante, modelo) y la metáfora (transcripción) del proceso de apuntalamiento, pero en un movimiento paralelo y también estructurante que esta vez es producido por un “fenómeno psíquico” que ya está allí y que conviene llamar "la madre" inseparable del sistema simbólico, grupal, social que lo contiene.

Lo que también es notable es que, en la teoría de la elección de objeto por apuntalamiento, sea siempre sobre la ausencia del otro como se organiza un proceso psíquico que va a llevar a investir, por desplazamiento y derivación, por transformación, un objeto nuevo asido en un sistema de apuntalamiento. En este movimiento de pérdida y de distancia, el puntal (objeto sólido, permanente y firme) se constituye como objeto psíquico indisociable de un sistema de relaciones de objeto.

Se puede ver nuevamente aquí la articulación fundamental de la identificación, proyectiva o introyectiva, con el proceso y la relación de apuntalamiento en el momento en que se efectúa un movimiento de entreapertura, en este tiempo de la transcripción, en este espacio de apertura o de cierre, como entre la boca y el pezón, entre el niño y la madre, entre el adentro y el afuera, sobre el límite.

La dimensión de lo entreabierto que compone Anlehnung no designa sólo el pasaje y la apertura y cierre de los espacios; la metáfora señala el riesgo de que la transcripción del otro lado no se realice: que entre los dos órdenes, los dos espacios sólo haya confusión, absorción, sutura. Para que el apuntalamiento - proceso constitutivo del psiquismo- se realice, es imperativo que el puntal no haga cuerpo con lo que se apuntala, aunque se requiere una semejanza entre el que apuntala y el apuntalado. El concepto de apuntalamiento indica expresamente que los elementos en apoyo son a la vez separados y abiertos sobre una de sus caras. La noción de entreabierto indica esta frontera y esta transcripción.

Esto es lo que Bion describe en la función alfa de la madre; la externalización de un contenido en otro continente abierto diferenciado y activo modifica adecuándolo en parte al nuevo continente, el contenido incontenible y hace posible la transcripción transformadora. Una de esas adecuaciones es lo que llamé Aparato Psíquico Grupal y podemos entonces considerar el funcionamiento y los ajustes en las relaciones entre los aparatos psíquicos dual, familiar, institucional.

Estas consideraciones sobre el apuntalamiento introducen directamente la cuestión capital de la causalidad psíquica. La relación del Yo y el cuerpo no es, en Freud, como lo mostró F. Gantheret, una relación de determinación unívoca y directa: esta relación es de derivación o de transcripción: "El Yo es en última instancia derivado de sensaciones corporales, principalmente de aquellas que nacen de la superficie del cuerpo. Puede así ser

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considerado como la proyección mental de la superficie del cuerpo". (trad. J. Laplanche y J.B. Pontalis).

F. Gantheret (1971) comenta así este texto: "Esta proyección marca una distancia-derivación: un camino y una transformación de uno al otro, de lo biológico a lo psicológico, del cuerpo real al cuerpo en la fantasía". Destacando en la noción de apuntalamiento esta dimensión de lo entreabierto, es decir a la vez separación y comunicación derivada, Gantheret describe, oponiéndolos como me parece justo hacerlo, el carácter estático del apuntalamiento reducido al apoyo y el movimiento implicado en lo entreabierto y la transcripción; "El apuntalamiento nos ofrece la imagen arquitectónica de relaciones casi espaciales y estáticas entre las necesidades del cuerpo biológico y las pulsiones sexuales: una puerta entreabierta nos sugiere una modalidad de pasaje de elementos de un lado al otro: su escucha y su transcripción, del otro lado de la puerta, en el drama que se juega allí. Nos podemos preguntar si no se trata ahí de una frontera, que delimita el campo de lo simbólico, el campo psicoanalítico. La manera de franquear esta puerta- ¿hay qué decir el acto de constitución del símbolo?- transcripción de un elemento en otro texto, metáfora, nos recuerda otro: las relaciones entre el campo de la fantasía y el campo de la realidad sociopolítica. Intenté mostrar en otro trabajo anterior, que los elementos constitutivos de la realidad sociopolítica hallaban en la fantasía una transcripción metafórica, que ubicaba a uno en posición- paradigmática del otro, El campo de la fantasía y de la sexualidad se extendería entre estas dos puertas entreabiertas como constituido por la doble transcripción"* .

Esto pone en relieve otra articulación, que Freud indica explícitamente en los Tres ensayos, entre apuntalamiento y sublimación de la sexualidad. Freud usa también el término "derivación" para calificar la transcripción transformadora que es la sublimación, cuando escribe en 1910 en Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci: "La observación de la vida cotidiana nos muestra que la mayoría de los hombres logran derivar (leiten) montos considerables de sus fuerzas instintivas sexuales al servicio de su actividad profesional. El

* El subrayado es mío. Me parece que Gantheret ofrece allí una formulación precisa de lo que he llamado el doble apuntalamiento. El texto que sigue merece ser citado por entero, porque tendré la oportunidad de referirme a él más adelante: "En ese sentido, sigue, es ejemplar la construcción de la obra de Schilder que sitúa la "estructura libidinal de la imagen del cuerpo" entre sus bases biológicas y una "sociología de la imagen del cuerpo". En el mismo orden de ideas, sería interesante preguntarse sobre el sentido de la trayectoria de Reich, su negación de la fantasía lo lleva a privilegiar alternativamente o en forma conjunta, estos dos campos contiguos y marginales que son la lucha de clases por un lado, y el biológico por el otro. Un conjunto delirante nace de esta doble dimensión. La realidad socio-política como la realidad biológica sólo están presentes en la fantasía a través de una transcripción metafórica, en negativo. Esta negatividad es constitutiva de la fantasía: si falta, lo que estaba ligado en el campo simbólico se pone a “habla”' por si mismo, ya no en la negatividad, sino de alguna manera en positivo, el discurso desimbolizado del delirio. Así, el cuerpo se pone a hablar por sí mismo, ya sea el órgano de Reich o el cuerpo en la psicosis". (Gantheret, 1971, p. 143)

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instinto sexual está perfectamente en condiciones de ofrecer estos aportes, ya que tiene la facultad de sublimación, es decir la capacidad de abandonar su objetivo inmediato en favor de otros objetivos no sexuales y eventualmente más elevados en la estima de los hombres" (Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci).

Así, la relación entre el psiquismo y el entorno material, entre el psiquismo y lo sociopolítico, entre el psiquismo y lo grupal, no es una relación de reproducción especular (Spiegelung) de Uno en el Otro, reflejo abismal que aboliría estas mismas categorías (la psicosis podría ser descripta así): esta relación es de una transcripción transformadora; intenté mostrar que, precisamente la ideología fracasa allí mismo donde se constituye lo mitopoético (R Kaës, 1980).

Los explicación que emplea el concepto de apuntalamiento es la misma de la realidad psíquica. En relación al debate lanzado por las elaboraciones de Bowlby a partir de las observaciones de los etnólogos sobre el apego, D. Anzieu (1974, p. 144) destaca la distancia insuperable entre la explicación biológica y la explicación psicoanalítica: ésta apunta a lo que se juega en el aparato psíquico en ocasión del ejercicio de las funciones corporales necesarias para la vida, en ocasión del desarrollo neurobiológico, en ocasión del contacto y de las funciones de la madre, del padre y de la sociedad, pero no directamente a causa de éstos o de aquéllos.

Cuando se interroga en 1926, en Inhibición síntoma y angustia sobre el origen posible de las represiones originarias, Freud escribe (el subrayado es mío): "Es enteramente plausible que factores cuantitativos como el exceso de intensidad de la excitación y el desgarro ("effraction") de la para excitación sean las primeras ocasiones de las represiones originarias".

RESUMEN

El concepto de apuntalamiento es uno de los conceptos fundamentales del psicoanálisis.

La primera parte del artículo propone una construcción tendiente a re-evaluarlo a partir del conjunto de la obra de Freud y de la clínica psicoanalítica individual y grupal. Los términos de una epistemología del campo específico del psicoanálisis, están doblemente enmarcados por la realidad corporal y la realidad social y cultural, sobre las que se apuntalan las formaciones y los procesos de la realidad psíquica: en ruptura y en apoyo, en modelo y en desprendimiento.

La segunda parte explora dos hipótesis originales: la del apuntalamiento múltiple (sobre las necesidades corporales, sobre el grupo y la cultura, sobre el mismo aparato psíquico); la de la estructuración grupal de ciertas formaciones y procesos de la realidad psíquica. Se vuelven a evaluar, desde esta perspectiva, algunos conceptos: el objeto y la pulsión, el Yo y la identificación, la representación, la relación de objeto y el narcisismo.

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