paideia.libro iv

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    WERNER JAEGER

    Paideia:

    LOS IDEALES DE LA CULTURA GRIEGAY

    LIBRO CUARTO

    EL CONFLICTO DE LOS IDEALES DE CULTURA EN EL SIGLO IV

    FONDO DE CULTURA ECONMICA MXICO

    Libera los Libros

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    Traduccin de JOAQUN XIRALDecimoquinta reimpresin, 2001

    Ttulo original: Paideia, Die Formung des Griechischen Menschen

    NOTA IMPORTANTE: si bien la paginacin de esta edicin digital difiere de laversin impresa, se ha indicado, en color rojo, la numeracin original, conservndosetambin el numero de cita original en los pies de pgina. Para evitar confusiones: elnmero de pgina original siempre ir en primer lugar, es decir, antecediendo al textode la pgina que numera. Las discontinuidades, o saltos, que se observen en lanumeracin original, son fruto de la eliminacin de pginas en blanco intermediasque pueden resultar molestas en una versin electrnica.

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    INDICE

    PRLOGO ........................................................................................................................................................................4

    I. LA MEDICINA GRIEGA, CONSIDERADA COMO PAIDEIA.............................................................................5

    II. LA RETRICA DE ISCRATES Y SU IDEAL DE CULTURA .................................................. ......................... 58

    III. EDUCACIN POLTICA E IDEAL PANHELNICO .................................................. .................................. 89

    IV. LA EDUCACIN DEL PRNCIPE............................................................ .......................................................... 104

    V. AUTORIDAD Y LIBERTAD: EL CONFLICTO DENTRO DE LA DEMOCRACIA ......................................133

    VI. ISCRATES DEFIENDE SU PAIDEIA................................................ ....................................................... ....... 165

    VII. JENOFONTE: EL CABALLERO Y EL SOLDADO IDEALES ........................................................................200

    VIII. EL Fedro DE Platn: FILOSOFA Y RETRICA ................................................. .......................................... 237

    IX. Platn Y DIONISIO: LA TRAGEDIA DE LA PAIDEIA .................................................................................258

    X. LAS LEYES..............................................................................................................................................................277

    MlSIN EDUCATIVA DEL LEGISLADOR................................................ .................................................... 277

    LAS CAUSAS DE LA DECADENCIA DEL ESTADO ........................................................................................304

    LA FUNDACION DE ESTADOS Y LA NORMA DIVINA: LOS PREAMBULOS A LAS LEYES ............................317

    LA EDUCACIN DE LOS REGENTES Y EL CONOCIMIENTO DE DIOS ...................................................350

    XI. DEMOSTENES: LA AGONIA Y TRANSFORMACIN DEL ESTADO-CIUDAD ......................................355

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    PRLOGO

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    La publicacin de este volumen tercero de paideia sigue de cerca a la del segundo,"En busca del centro divino". Quienes deseen saber ms sobre el plan de la obraentera y el lugar que ocupan en ella los dos ltimos volmenes, pueden consultar el

    prlogo del segundo.

    El volumen segundo describe cmo la filosofa nace del problema de la paideia.Investiga el crecimiento de esta fuerza nueva poderosa en la vida humana a travsde la etapa clsica de su desenvolvimiento prstino, desde la pregunta de Scrates que

    pone en marcha el proceso: "Es realmente posible la educacin en un sentido distintodel tcnico?", hasta su clmax natural de la Repblica de Platn. La esplndidalucha de la filosofa para establecer la existencia de los valores supremos que deberanconstituir la meta del ideal de la vida del hombre de la educacin, se describi en esevolumen como la bsqueda del "centro divino" y se compar con las tendencias cen-trfugas de la poca de los sofistas, que haban declarado que el hombre era la medidade todas las cosas.

    El tercer volumen recoge ahora la tendencia general del gran esfuerzo reconstructivodel espritu griego, que alcanz su momento de mxima actividad a la cada delimperio de Pericles, al final de la guerra del Peloponeso. Este libro arranca del mismo

    punto que su predecesor, pero persigue una lnea distinta de desarrollo intelectual. Seocupa de la anttesis lgica a las fuerzas filosficas de la poca; a saber, aquellas

    fuerzas culturales que dependen de la experiencia prctica y del sentido comn msbien que de principios. A este conflicto de ideas culturales es al que se refiere el ttulo.En la segunda parte el libro vuelve a Platn y estudia la etapa posterior de su carreracomo filsofo. Su ltima obra, las Leyes, que es proftica, es el preludio de un finale

    trgico: la decadencia y muerte del estado-ciudad libre, que seala la terminacin delperiodo clsico de la cultura griega.

    Quiero aprovechar esta oportunidad para dejar testimonio del profundoagradecimiento que debo a mi esposa por lo mucho que ha contribuido a preparar milibro para su publicacin. Con una paciencia y una perseverancia incansables, tom asu cargo la tarea ingente de descifrar el manuscrito original de los tres volmenes ydactilografiarlo, sin contar nuestras frecuentes discusiones sobre su contenido.

    WERNER JAEGERHarvard University Cambridge, Massachusetts.

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    I. LA MEDICINA GRIEGA, CONSIDERADA COMO PAIDEIA

    AUNQUE no hubiese llegado a nosotros nada de la antigua literatura mdicade los griegos, seran suficientes los juicios laudatorios de Platn sobre losmdicos y su arte para llegar a la conclusin de que el final del siglo y elsiglo iv a. c. representaron en la historia de la profesin mdica un momentoculminante de cotizacin social y espiritual. El mdico aparece aqu comorepresentante de una cultura especial del ms alto refinamiento metdico y

    es, al propio tiempo, la encarnacin de una tica profesional ejemplar por laproyeccin del saber sobre un fin tico de carcter prctico, la cual, por tanto,se invoca constantemente para inspirar confianza en la finalidad creadora delsaber terico en cuanto a la construccin de la vida humana. Sin exageracinpuede afirmarse que la ciencia tica de Scrates, que ocupa el lugar central enlos dilogos de Platn, habra sido inconcebible sin el procedimiento de lamedicina. De todas las ciencias humanas entonces conocidas, incluyendo lamatemtica y la fsica, la medicina es la ms afn a la ciencia tica de

    Scrates.1

    Sin embargo, la medicina griega no merece ser tenida en cuentasolamente como antecedente de la filosofa socrtica, Platnica y aristotlicaen la historia del espritu, sino adems porque por vez primera la cienciamdica, bajo la forma que entonces revesta, traspasa los linderos de unasimple profesin para convertirse en una fuerza cultural de primer orden enla vida del pueblo griego. A partir de entonces, la medicina va convirtindosems y ms, aunque no sin disputa, en parte integrante de la cultura general(). En la cultura moderna no llegar a recobrar nunca estelugar. La medicina de nuestros das, fruto del renacimiento de la literatura

    mdica de la Antigedad clsica en la poca del humanismo, a pesar dehallarse tan desarrollada, es, por su especializacin rigurosamente pro-fesional,2 algo por completo distinto de la ciencia mdica antigua.

    11 Cf. supra, p. 409.

    2 2 Las conocidas obras sobre la historia de la medicina de Hecker, Sprengel yRosenbaum y otros denotan tambin esta misma estrechez de horizontes al enfocarla posicin que la medicina ocupa dentro del conjunto de la cultura griega nocomo un problema, sino considerando a sta simplemente como una "profesin".

    Las investigaciones filolgicas sobre la historia de la medicina siguen en su mayor partelas huellas de esos autores. (Quienes lean ingls encontrarn una buena introduccin al

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    La incorporacin de la ciencia mdica al sistema de cultura de la Antigedadya avanzada, tal como la encontramos por lo que se refiere 784 a los griegosen Galeno y en cuanto a los romanos en las obras "enciclopdicas" de Catn,

    Varrn y Celso,3 ninguno de los cuales era mdico, significa sencillamente elreconocimiento a posteriori de la posicin efectiva de gran potencia que lamedicina haba sabido conquistar durante y a partir de la segunda mitad delsiglo v. Posicin que debi en primer lugar a la feliz circunstancia de haberencontrado por primera vez en aquella poca representantes de un horizonteespiritual universal que la colocaron en el nivel que haba de ocupar en todoslos tiempos posteriores. El auge de la medicina se explica en segundo lugarpor su fecunda colisin con la filosofa, gracias a la cual esclareci sta suconciencia metdica de s misma y pudo llegar a adquirir el cuo clsico desu concepto peculiar del saber. Y a ello contribuy tambin, por ltimo, y enun grado considerable, el hecho de que la cultura griega se hallase de por sorientada tanto hacia la formacin del cuerpo como hacia la del espritu. Estaconcepcin apareca simbolizada ya desde el primer momento en la dualidadde gimnasia y msica, suma y compendio de la cultura griega antigua. Lanueva poca se manifiesta en la aparicin del mdico4 como figura normal allado del gimnasta, en lo tocante a la educacin fsica, al paso que en el campode la educacin espiritual surge paralelamente, como personaje descollante al

    lado del msico y el poeta, el filsofo. La posicin nica que ocupa el mdicoen la Grecia de los tiempos clsicos responde principalmente a esta relacinen que se halla con lapaideia. Hemos examinado todas las fases de desarrollode la gimnasia a partir de Homero, en la medida en que sus ideales seplasmaban en la gran poesa de cada poca y conquistaban un lugar dentrodel panorama de conjunto de la existencia humana. A diferencia de lagimnasia, la medicina produjo ya desde muy pronto una literatura propiaque nos revela su esencia y a la que se debe su influjo universal. Al mismotiempo, tenemos en ella la confirmacin de que esta ciencia es en realidad una

    tema en el ensayo de Charles SINGER, "Medicine", en la coleccin denominada The Legacyof Greece, ed. por R. W. Livingstone, Oxford, 1923. Vase tambin W. HEIDEL,Hippocratic medicine, Nueva York, 1941.)

    33 Sobre la posicin que ocupaba la medicina dentro del sistema de la cultura griega, Cf.losprolegmena de F. MARX a su edicin de Cornelio Celso, pp. 8ss.

    44 Ejemplos de esto, que podran multiplicarse: Prot., 313 D; Gorg., 450 A, 517 E; Sof., 226E y 228 A; Rep., 289 A. Cf., especialmente, Gorg., 464 B. Sobre la unin personal de lamedicina y la gimnasia en Herdico, Rep., 406 A.

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    conquista de la poca racionalista, a pesar del elogio homrico5 del arte delmdico, del que dice que "vale por muchos otros hombres".

    Al principio, cuando se incorpor a la historia de la cultura griega, la

    medicina recibi ms de lo que aport. Nada caracteriza mejor su situacinespiritual que el hecho de que se halle redactada en prosa jnica toda laliteratura mdica de los dos siglos clsicos que ha llegado a nosotros en obrascompletas. Aunque algunas de las obras conservadas procedanprobablemente de Jonia, su lugar de origen slo 785 explica en una partepequesima el fenmeno a que aludimos. Hipcrates vivi y ense en Cos,isla de poblacin y lengua dricas; el hecho de que tanto l como susdiscpulos escribiesen sus obras en jnico, idioma que sera tambinseguramente el que emplearan en sus conversaciones cientficas, slo puedeexplicarse por una razn: por la influencia y la superioridad de la cultura y laciencia jnicas en aquella poca.

    En todas partes y en todos los tiempos ha habido mdicos, pero la medicinagriega slo se convirti en un arte consciente y metdico bajo la accin de lafilosofa jnica de la naturaleza. Y la conciencia de este hecho no debe enmodo alguno oscurecerse por la actitud marcadamente antifilosfica de laescuela de Hipcrates, en cuyas obras encontramos plasmada por vez

    primera la medicina griega.6 La medicina jams habra llegado a convertirseen una ciencia sin las indagaciones de los primeros filsofos jnicos de lanaturaleza que buscaban una explicacin "natural" de todos los fenmenos;sin su tendencia a reducir todo efecto a una causa, y a descubrir en la relacinde causa a efecto la existencia de un orden general y necesario; sin su feinquebrantable en llegar a encontrar la clave de todos los misterios delmundo mediante la observacin imparcial de las cosas y la fuerza delconocimiento racional. Hace algn tiempo que podemos consultar losapuntes del colegio de mdicos de la corte de los faraones egipcios,procedentes del siglo iii a. c., y en ellos vemos con admiracin y asombro el

    55 Ilada, 11, 514.

    66 Cf. infra, pp. 798 ss. Antes, la historia de la medicina griega se haca arrancar, por elcontrario,, de Tales, con arreglo a la teora de CELSO (i proem. 6), segn la cual la filosofaomnicientfica abarcaba primitivamente todas las ciencias. Esto es una construccinhistrica romntica de la poca helenstica. La medicina era en sus comienzos un artepuramente prctica, aunque fuertemente captada por la nueva concepcin de lanaturaleza de los investigadores jnicos. La literatura mdica de los griegos que ha llegadoa nosotros arranca de la reaccin producida contra esta influencia.

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    alto grado de capacidad de observacin que posean ya aquellos mdicos ycomprobamos de vez en cuando ciertos conatos notables de generalizacionestericas y razonamientos causales.7 No puede uno menos que preguntarse:por qu una medicina tan desarrollada como aqulla no lleg a convertirse

    en una ciencia, tal como nosotros la concebimos? Los mdicos egipcios noadolecan ciertamente de falta de especializacin, muy acentuada entre ellos,ni de falta de empirismo. La solucin del enigma no puede ser ms sencilla:estriba pura y simplemente en que aquellos hombres no abrazaban el puntode vista filosfico ante la naturaleza 786 en conjunto que abrazaban los jonios.Hoy sabemos que la medicina egipcia fue ya lo suficientemente fuerte parasuperar la fase de magia y de brujera que an conoci la metrpoli griega enel mundo arcaico que rodeaba a Pndaro. Pero fueron los mdicos griegos,disciplinados por el pensamiento normado de sus precursores filosficos, losprimeros que fueron capaces de crear un sistema terico que pudiese servirde base de sustentacin a un movimiento cientfico.

    Ya en Soln nos encontramos, dentro de la rbita de las influencias culturalesjnicas, con una visin perfectamente objetiva de las leyes que rigen el cursode las enfermedades y del entronque indisoluble que existe entre la parte y eltodo, la causa y el efecto, visin que por aquel entonces slo poda darseprobablemente, con una claridad tan grande, entre los jonios. Es ella la que en

    Soln constituye la premisa evidente de su concepcin orgnica de las crisispolticas como perturbaciones de salud en la vida de la colectividad humana.8La especulacin hebdomdica de aquella poesa en que pone de relieve laperiodicidad rtmica con que se suceden las distintas edades del hombrerevela ya en el siglo vi la tendencia coincidente con el escrito Sobre lashebdmadas, notablemente posterior, y con ciertas partes del corpus hipocrticoa reducir este orden regular a cifras uniformes como haca por la mismapoca Anaximandro de Mileto y como ms tarde haran Pitgoras, originariode Jonia, y sus discpulos.9 El concepto de lo que es "adecuado" para cada

    7 7 Cf. J. H. BREASTED, The Edwin Smith Surgical Papyrus published in Facsmile andHieroglyphic Transliteration with Translation and Commentary (2 vols. Chicago, 1930). Cf.Abel REY, La Science Orintale avant tes Grecs (Pars, 1930), pp. 314 ss. Sobre la literaturaacerca del carcter cientfico o no cientfico de esta fase de la medicina, Cf. M. MEYERHOF,"Ueber den Papyrus Edwin Smith, das lteste Chirurgiebuch der Welt", en DeutscheZeitschrift fr Chirurgie, t. 231 (1931), pp. 645-690.

    88 Cf. supra, pp. 142 ss.

    9 9 En supra, p. 156, se describe el sistema de tradas de Anaximandro. Lasespeculaciones hebdomdicas en el Corpus hipocrtico: De hebd., cap. 5; De carn.,

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    edad y sus fuerzas aparece ya tambin en Soln. Ms tarde nos encontramoscon l como idea fundamental en que se basa la teora mdica de la dieta.10Un eco de la doctrina de la filosofa de la naturaleza, segn la cual todosuceso natural representa una especie de compensacin, nos lo ofrece la

    medicina con el concepto de la indemnizacin o reparacin de un trastorno,tan frecuente en la explicacin concreta de los procesos fisiolgicos ypatolgicos.11 Una idea estrechamente 787 relacionada con esto es la de laisomoira, es decir, la idea de la proporcionalidad entre los elementosfundamentales del organismo o de la naturaleza en conjunto como el estadosano y normal. Con esta idea nos encontramos en los autores mdicos de laobra Sobre los vientos, las aguas y las regiones y, en cuanto al sentido, en casitodas partes,12 mientras que otros conceptos fundamentales de la medicinagriega, como el de la mezcla () y el de la armona, no se sabe siproceden de la filosofa de la naturaleza o si, por el contrario, fueron tomadospor sta del pensamiento mdico.

    En cambio, es absolutamente claro el origen del concepto de la naturaleza() misma, que domina por sobre todos los dems. Ya al estudiar a los

    caps. 12-13, construidas luego sistemticamente en Diocles de Caristos (frag.177, Wellmann; un extracto latino conservado en Macrobio). Cf. ahora sobre esto la

    versin griega en W. JAECER, "Vergessene Fragmente des Peripatetikers Diokles vonKarystos", en Abhandlugen der Berliner Akademie, 1938, pp. 17-36, con mis notassobre la importancia de la teora de los periodos temporales y la doctrina de losnmeros en la concepcin de la naturaleza de los griegos.

    1010 Cf. SOLN, frags. 14, 6 y 19, 9. Sobre el concepto de lo adecuado (-) en losmdicos, Cf. infra, p. 826 y mi libro Diokles von Karystos, Die griechische Medizin und dieSchule des Aristteles (Berln, 1938), pp. 47 ss.

    11 11 Las palabras y , por ejemplo, en HIP., De victu ac., 15, 17 y 18.

    Galeno y Erotiano s. . lo explican como , y bohqei=n,seguramente con razn, aunque la conexin con conceptos procedentes de la antiguafilosofa de la naturaleza tales como di/kh, ti/sij y a)moibh/ aparece muy clara: la causalidaden el campo de la naturaleza se entiende, por analoga con la idea jurdica, comoremuneracin (Cf. supra, pp. 158 ss.) "Debe ayudarse () dentro de lo posible aaquel contra quien se comete un desafuero", DEMCRITO, frag. 261. Tambin la palabrabonqei=n tiene sentido jurdico, como se ha visto recientemente.

    1211aDe aere, xii, donde el imperio de la igualdad (isomoiria) y la ausencia del predominioviolento de una sola fuerza se define como la esencia del estado de salud. Cf. tambin Devet. med., c. 14.

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    sofistas y su teora de la educacin hubimos de reconocer la importanciadecisiva que para ellos tena el concepto de la naturaleza humana como basedel proceso educativo.13 En Tucdides nos encontramos con el mismoconcepto aplicado en un sentido histrico y vemos cmo su pensamiento

    histrico responde a la premisa de la existencia de una "naturaleza humana"que en sus rasgos fundamentales permanece idntica en todos los tiempos.14Tanto los sofistas como Tucdides se hallaban influidos no pocas veces, enesto como en muchas otras cosas, por la medicina de su tiempo, donde sefragu para aplicarlo como pauta constante el concepto de la naturaleza delhombre (fu/sij tou= a)nqrw/pou). Pues bien, en este punto precisamente esdonde la medicina se halla influida a su vez por el concepto de la physis enconjunto, de la naturaleza del universo (fu/sij tou= panto/j), concepto forjadoy desarrollado por la filosofa jnica de la naturaleza. La conexin entre elpensamiento mdico de las obras de Hipcrates y el estudio de la naturalezaen su conjunto encuentra una expresin grandiosa ya en la introduccin alescrito Sobre los vientos, las aguas y las regiones:

    "Quien desee aprender bien el arte del mdico deber proceder as: en primerlugar, deber tener presentes las estaciones del ao y sus efectos, pues no sontodas iguales, sino que difieren radicalmente en cuanto a su esencia especficay en cuanto a sus transiciones. Asimismo, deber observar los vientos

    calientes y fros, empezando por los comunes a todos los hombres ysiguiendo por los caractersticos de cada regin. Deber tener presentestambin los efectos de las diversas clases de aguas. stas se distinguen noslo por su sabor y por su peso, sino tambin por sus virtudes. Cuando elmdico [a 788 quien se considera, como era usual en aquella poca, como unmdico ambulante] llegue a una ciudad desconocida para l deber precisarante todo la posicin que ocupa ante las diversas corrientes de aire y ante elcurso del sol. . ., as como tambin observar lo que se refiere a las aguas. . . y ala calidad del terreno. . . Conociendo lo referente al cambio de las estaciones ydel clima y a la salida y ocaso de los astros. . . conocer de antemano lacalidad del ao. . . Puede que alguien opine que todo esto se halla demasiadoorientado hacia la ciencia natural, pero quien tal piense puede convencerse, sies capaz de aprender algo, de que la astronoma puede contribuiresencialmente a la medicina, pues el cambio de las enfermedades del hombre

    1312 Cf. supra, pp. 280 ss.

    1413Cf. supra, p. 351: concepcin mdica de la causacin en Tucdides: ibid., pp. 353 s., sucasi mdica actitud ante la historia: ibid., p. 360.

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    se halla relacionado con el cambio del clima."

    Es el sentido para enfocar el conjunto lo que nos da una sensacin desuperioridad en este modo de concebir el problema de las enfermedades. Las

    enfermedades no se consideran aisladamente y como un problema especial,sino que el autor se fija con mirada segura en el hombre vctima de laenfermedad con toda la naturaleza que le circunda, con las leyes generalesque la rigen y con su calidad individual. Es el mismo espritu de la filosofamilesia de la naturaleza que inspira las memorables palabras del ensayo Sobrela enfermedad sagrada (es decir, la epilepsia) que dicen que la tal enfermedadsagrada no es ni ms ni menos divina que cualquiera otra y responde acausas naturales, lo mismo que las dems. Todas las enfermedades sondivinas y humanas.15 La idea fundamental de las indagaciones presocrticas,el concepto de la physis, no se aplic ni se desarroll tan fecundamente enningn terreno como en la teora de la naturaleza humana fsica, que desdeentonces haba de trazar el derrotero para todas las proyecciones delconcepto sobre la naturaleza espiritual del hombre.

    En el transcurso del siglo empiezan a desplazarse las relaciones entre lafilosofa de la naturaleza y la medicina: los filsofos, como Anaxgoras yDigenes de Apolonia, asimilan a su pensamiento conocimientos de medicina

    y especialmente de fisiologa o son al mismo tiempos filsofos y mdicos,como ocurre con Alcmen, Empdocles e Hipn, pertenecientes los tres a laescuela griega occidental. Y esta fusin de intereses no deja de repercutir, a suvez, sobre los mdicos, que ahora toman en parte de los filsofos sus teorasfsicas sistemticas como base de sus propias doctrinas, tal como puedeobservarse en algunas de las llamadas obras hipocrticas. Por tanto, a la fasede fructfero acercamiento inicial de dos formas de conocimiento de lanaturaleza de modalidad tan distinta sigue un periodo de ingerencias mutuasy fluctuantes en el que parecen borrarse todas las lindes. Es en este momento,lleno de peligros para la existencia independiente de la medicina, cuando seinicia la ms antigua literatura mdica de los griegos que ha llegado anosotros.

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    No podemos menos que entrar a examinar aqu brevemente el problema

    1513aDe morbo sacro, caps. 1 y 21.

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    filolgico que esta literatura nos plantea. El hecho de que se haya conservadoesta masa de escritos, as como tambin su estilo y el estado peculiar con quenos son trasmitidos, seala claramente su relacin con la prctica profesionaly docente de la famosa escuela mdica que tuvo su sede en la pequea isla de

    Cos. El periodo de florecimiento de esta escuela comienza a mediados delsiglo y va asociado al nombre de su maestro Hipcrates, en quien Platn veya a comienzos del siglo IV la personificacin de la medicina por anto-nomasia, como Polcleto o Fidias lo son del arte plstico;16 Aristteles loinvoca tambin como prototipo del gran mdico. Cien aos ms tarde, estaescuela tiene an por gua a una figura tan importante como Praxgoras, elautor de la teora del pulso. Las obras mdicas de los siglos y IV a. c. quehan llegado completas a nosotros se colocan sin excepcin bajo el nombre deHipcrates y nos son trasmitidas bajo la forma de un cuerpo de escritos de laAntigedad. Las ms recientes investigaciones cientficas consagradas a elloshan demostrado en gran medida que los escritos que forman esta coleccin,escritos que en no pocos puntos se contradicen entre s y hasta se combaten,no pueden proceder del mismo autor, conclusin a que haba llegado ya lafilologa hipocrtica de la Antigedad. Esta filologa surgi, al igual que laaristotlica, como un fenmeno concomitante del renacimiento espiritual deaquellos dos grandes maestros en el periodo helenstico, y existi mientras lacultura griega y la ciencia mdica como parte integrante de ella

    permanecieron en pie. Los extensos y eruditos comentarios de Galeno a lasobras de Hipcrates y todo lo dems aportaciones lexicogrficas y otrosescritos acerca de este autor que ha llegado a nosotros, fragmentariamenteo en su integridad, procedente de esta etapa posterior de la Antigedad,proyectan ante nuestros ojos una imagen de aquellas investigaciones sabiasque infunde respeto ante su ciencia y su capacidad, pero que al mismotiempo le hace a uno sentirse escptico ante su confianza excesiva en podervolver a descubrir el autntico Hipcrates entre la masa de los escritoshipocrticos. El nmero de obras susceptibles de ser atribuidas al propioHipcrates y que la crtica ms reciente se ha credo autorizada a desglosar de

    1614 L. EDELSTEIN, Peri\ a)e/ronund die Sammlung der hippokratischen Schriften (Berlin, 1931),pp. 117ss., observa con razn que para Platn y Aristteles Hipcrates no tenia an laautoridad infalible que se le reconoci despus, en lapoca de Galeno. Sin embargo, creoque Edelstein exagera un poco en sentido contrario cuando intenta demostraringeniosamente, pero no sin violencia, que los famosos pasajes de Platn (Prot., 311 B-C;Fedro, 270 C) y Aristteles (Pol, vii, 4, 1326 a 15), aunque llenos de respeto para Hipcrates,no le ponen por encima de otros mdicos. No cabe la menor duda de que Hipcrates eraya, para Platn y Aristteles, la personificacin del arte de la medicina.

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    nuestra coleccin es cada vez ms reducido y su contingente vara segn latendencia que se le achaque, entre las distintas tendencias mdicas quepueden distinguirse 790 en este cuerpo de doctrina. As, pues, el ltimoresultado a que se llega despus de toda la serie de esfuerzos emprendidos en

    este terreno con gran alarde de paciencia y de agudeza, es la resignacin.17

    Por otra parte, la abundancia de escritos en esta coleccin hipocrtica escopiossima y la bsqueda del verdadero Hipcrates proyectainvoluntariamente una imagen diferenciada del conjunto de la investigacinmdica en el periodo clsico del espritu griego. Esta imagen, aunque slopueda reconstruirse en sus lneas generales, tiene un encanto extraordinario,pues a travs de ella no se revela tan slo un sistema docente, sino el procesovivo de toda una ciencia, en todas sus ramificaciones y en todos suscontrastes. Es evidente que los escritos que han llegado a nosotros con elnombre del maestro de Cos no representan precisamente una especie deedicin de sus "obras completas" que circulase en el comercio librero de sutiempo, sino la suma de las obras antiguas que los fillogos alejandrinos delsiglo ii a. c. encontraron en el archivo de la escuela de medicina de Cos, alesforzarse en salvar para la posteridad la herencia literaria de Hipcrates y delos dems clsicos. Indudablemente, estos papeles no haban sidoclasificados, ni mucho menos. Junto a obras ya publicadas o preparadas para

    su publicacin, aparecan copiosas recopilaciones de materiales en bruto, obien materiales elaborados, pero no para fines literarios, sino para ilustracinde otros colegas. Entre ellas figuraban tambin obras que no procedan delmismo crculo mdico de la isla de Cos, cosa muy natural, pues la ciencia nohabra tardado en estancarse si nadie se hubiese preocupado de saber lo quelos dems pensaban y descubran. La objetividad impersonal que presida elfuncionamiento de la escuela explica por qu estas obras se incluan entre lasdel crculo hipocrtico y por qu no se distingua cuidadosamente entre losescritos de los discpulos y los del maestro. Adems, todo el mundo sabacul era el parecer del otro. Es el mismo fenmeno con que nos encontramos

    17 15 El ms reciente ensayo crtico encaminado a deslindar los escritos que puedenatribuirse al crculo hipocrtico de la primera generacin de la escuela (K. DEICHGRAEBER,"Die Epidemien und das Corpus Hippocraticum", en Abhandlugen der Bcrliner Akademie,1933), toma como punto de partida las partes ms antiguas de la obra sobre las epidemiasa las que en cierto modo se les puede asignar una fecha. Este autor renuncia a atribuirciertos escritos al propio Hipcrates. Este camino, si se anda con prudencia, puedeconducir a algunos resultados relativamente seguros. El problema principal consiste enabrir a la comprensin las obras existentes, en su forma filolgica y espiritual. Esteproblema apenas ha sido abordado aun.

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    tacado ya en la poesa y en el arte y desde el primer momento en la filosofa,en la profesin de la medicina la solidaridad gremial es an tan fuerte que enla prctica profesional no es corriente que se haga hincapi en la paternidadindividual de determinadas ideas y doctrinas. En la exposicin oral de las

    enseanzas ante el gran pblico era, evidentemente, donde el mdicoinvestigador exteriorizaba en su propio nombre sus ideas personales. De estetipo de conferencias han llegado varias a nosotros entre las obras deHipcrates, pero sin los nombres de sus autores. En uno de los escritoshipocrticos se citan, evidentemente, algunas obras de otras escuelas, comolas "doctrinas cndicas", en las que se recogen las concepciones de la antiguaescuela mdica de Cnido en el Asia Menor, escuela que se mantuvo tambinfloreciente por espacio de varios siglos,21 pero hasta hoy no se ha conseguidoprobar de un modo definitivo que algunas de las obras conservadas eran eltestimonio autntico de otra determinada escuela. La poca de alrededor delao 400 dejaba un margen tan amplio a la exteriorizacin de las opinionesindividuales, aun en el terreno de la ciencia, que sera desatentado quererapoyarse en todas y cada una de las ideas divergentes de la escuela de Cospara inferir, a base de ellas, sin ms elementos, la existencia de una escueladistinta. Sin embargo, el hecho de que existieron una escuela mdica enCnido (Asia Menor) y otra escuela helnica-occidental y siciliana,22 se hallacomprobado por las investigaciones del siglo pasado, aunque nuestro

    conocimiento, por falta de materiales, adolezca de grandes lagunas en lo quea sus doctrinas se refiere.

    La literatura mdica es algo perfectamente nuevo en la evolucin espiritualdel helenismo en el sentido de que, a pesar de su carcter directamentedocente, no se dirige en una parte pequea al hombre como tal, al modocomo lo hacan la filosofa y la poesa. La aparicin de la literatura mdica esel ejemplo ms importante de un fenmeno de la poca que a partir de ahora

    2119 Cf. De victu ac., 1, donde se cita tambin una elaboracin ms reciente y mejor de lasdoctrinas de Cnido (Kni/diai gnw~mai). Sus palabras verdaderas son oi( u(/sterondiasxena/asantej. Por tanto, este libro, al igual que el de las epidemias, de Hipcrates, noera obra de un individuo, sino de toda una escuela.

    2220 Cf. J. ILBERG, "Die Aerzteschule von Knidos", en Berichte der Sachsischen Akademie(1924), y recientemente L. EDELSTEIN, ob. cit., p. 154, quien reduce considerablemente elnmero de los escritos procedentes "de Cnido" dentro del Corpus hiporrtico. Vase MaxWELLMANN. Die Fragmente der sikelischen Aerzte (Berln, 1902), que comete el error de

    atribuir tambin a Diocles a la escuela siciliana; y, frente a l, mi libro Diokles von Karystos(Berln, 1938.)

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    va atrayendo cada vez ms nuestra atencin: la tendencia progresiva a dar ala vida un giro tcnico y a la creacin de profesiones especiales que requierenuna especializacin basada en altos postulados espirituales y ticos yasequible slo a un nmero reducido de personas. Es significativo que las

    obras de los mdicos hablen mucho de "profanos" y "profesionales". Es unadistincin preada de consecuencias, con las que nos encontramos aqu porvez primera. La palabra "lego" (''profano") procede del lenguaje medieval dela Iglesia y serva en sus orgenes para designar a los no clrigos y ms tarde,en un sentido amplio, a los no profesos; en cambio, el trmino griego deidiots, con que se expresa la misma idea, tiene un origen poltico-social.Designa al individuo que no se halla encuadrado dentro del estado y de lacomunidad humana, sino que se mueve a su antojo. Por oposicin a l, elmdico se siente un demiurgo, es decir, un hombre de actuacin pblica,nombre que se da tambin, por lo dems, a todo artesano que se dedica afabricar zapatos o herramientas para la gente. Los profanos, consideradoscomo objeto de la actividad demirgica del mdico, suelen designarsetambin como "miembros del demos" (). El nombre de demiurgoabarca plsticamente los dos aspectos de la profesin mdica, el social y eltcnico, mientras 793 que la palabra jnica , palabra difcilmentetraducible que suele emplearse como sinnimo, slo acenta el aspectomanual.23 El mdico griego comparte con el artista la carencia de un nombre,

    que diferencie su alta capacidad de las actividades del artesano en sentidomoderno. Por lo dems, la distincin que hoy se establece entre el profesionaly el profano, el iniciado y el no iniciado, tiene su paralelo, dentro de lamedicina griega, en aquellas hermosas palabras finales 24 del Nomoshipocrtico: "Las cosas consagradas slo se revelan a los hombresconsagrados; se halla vedado revelrselas a los profanos, mientras no sehallen iniciados en los misterios del saber." Es la idea religiosa de dos seriesdistintas de hombres, separadas por la divisoria rigurosa de una cienciaoculta y asequible slo a unos cuantos, idea que no enfoca la importancia delprofesional nicamente en el aspecto tcnico o social, sino que adems leinfunde una dignidad superior. Este lenguaje solemne constituye unelocuente testimonio del alto nivel tico y de la conciencia propia que tena enaquella poca la profesin mdica, si no en el propio Hipcrates, por lo

    23 21 Sobre i)diw/thj (= profano), Cf. De victu sal., 1; De aff., i, 33, 45; De victu, III, 68. y como trminos contrapuestos, en De flatibus, 1, De vet. med., 1-2. y empleados como sinnimos en De victu ac., 6: xeifw~nac en De victu ac.,8. ESQUILO, Prom., 45, llama al arte del herrero una.2422 CMG, i, 1, 8.

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    menos en un hombre a quien no se le ocultaba lo que la posesin de unconocimiento profundo de la naturaleza haca de esta profesin. Por lodems, las palabras citadas indican, desde luego, que se senta como unproblema la posicin aislada, aunque elevadsima, que el nuevo tipo de

    mdico ocupaba dentro del conjunto de la comunidad.

    En la realidad, la nueva ciencia mdica no se halla netamente separada, nimucho menos, de la vida general del espritu, sino que procura conquistar unlugar fijo dentro de ella. Aunque se base en un saber especial que diferenciaal profesional mdico del profano, se esfuerza conscientemente en comunicara ste sus conocimientos y en encontrar los medios y los caminos necesariospara hacerse inteligible a l. Surge as una literatura mdica especial,destinada a las personas ajenas a esta profesin. Afortunadamente, ambasclases de literatura, la profesional y la destinada al gran pblico, han llegadoa nosotros. A la primera pertenece la gran masa de las obras mdicas que seconservan. Estas obras no pueden ser valoradas aqu, pues nuestro intersrecae primordialmente, como es natural, sobre la segunda clase de obras, noslo porque stas responden a exigencias literarias ms altas, sino porqueguardan una estrecha relacin con lo que los griegos llamabanpaideia.25En lapoca en que los mdicos 794 empezaban a exponer ante el pblico susproblemas, siguiendo las huellas de los sofistas, en forma de "conferencias"

    (e)pidei/ceij) de "discursos" () preparados por escrito, no exista anuna idea clara en cuanto a la medida en que un idiots deba preocuparse deestas cosas. La actuacin de los mdicos como oradores sofistas ambulantesrepresentaba un intento de realzar la importancia pblica de esta profesin.La energa espiritual de quienes lo afrontaron no slo despert un interstransitorio por su causa, sino que cre algo as como el nuevo tipo del"hombre culto en medicina", es decir, del hombre que consagraba a losproblemas de esta ciencia un inters especial aunque no profesional y cuyosjuicios en materia mdica se distinguan de la ignorancia de la gran masa.

    2523 Hay que distinguir entre las conferencias yatrosofistas sobre temas generales enprosa retrica, como Peri\te/knhj y Peri\fusw~n y los escritos redactados en formasobria y objetiva, dirigidos tambin al gran pblico, como las obras Sobre lmedicina antigua, Sobre la enfermedad sagrada y Sobre la naturaleza del hombre. Los cuatrolibros Sobre la dieta constituyen tambin una obra literaria. Esta literatura se dirige a laenseanza de los profanos y a la propia propaganda, necesaria en un mundo en que noexista una profesin mdica autorizada por el estado. Cf. De vet. mea., 1 y 12; De arte, 1; Devictu ac., 8.

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    La mejor ocasin que podra brindarse para iniciar al profano en lospensamientos mdicos era, como es natural, el tratamiento de los enfermos.La diferencia existente entre el mdico de los esclavos y el mdico formadocientficamente que curaba a los hombres libres se revela, segn la divertida

    exposicin que hace de esto Platn en las Leyes, en el modo como ambosmdicos procedan con sus enfermos. Los mdicos de esclavos corren de unospacientes a otros y dan sus instrucciones sin hablar (aneu lo/gou), es decir, sinpararse a razonar sus actos, a base de la simple rutina y la experiencia. Estemdico es un tirano brutal. "Si uno de estos mdicos oyese hablar a unmdico libre con pacientes libres en trminos muy semejantes a los de lasconferencias cientficas (tou= filosofei=n e)ggu/j), exponiendo cmo concibe laenfermedad en su origen y remontndose a la naturaleza de todos loscuerpos, aqul se echara seguramente a rer y dira lo que la mayora de lasgentes llamadas mdicos replican de inmediato en tales casos: 'Lo que haces,necio, no es curar a tu paciente, sino ensearle, como si tu misin no fuesedevolverle la salud, sino convertirle en mdico'." 26 Platn, por su parte, ve enestapaideia mdica, basada en la ilustracin a fondo del enfermo, el ideal de lateraputica cientfica. Es una concepcin tomada por l de la medicina de sutiempo. En las obras hipocrticas nos encontramos a veces con reflexiones delos mdicos acerca del mejor modo de hacer llegar sus conocimientos a losprofanos. "Esta techn debe estar ms atenta que cualquier otra a la

    preocupacin de hablar en trminos inteligibles para los profanos", dice elautor de la obra Sobre la medicina antigua. Para ello se debe tomar como baselos padecimientos de la misma gente. Aunque como profanos no estn encondiciones de formarse 795 una idea de sus enfermedades y de las causas yel tratamiento de stas, no es difcil hacerles comprender que las normas quehan de seguirse en estos casos no son otra cosa que el recuerdo de sus propiasexperiencias por parte del enfermo. Para el autor de esta obra, el hecho deque sus pareceres como mdico se hallen en consonancia con la anamnesiadel enfermo constituye ni ms ni menos que un criterio de verdad.27

    No hace falta exponer aqu todos los pasajes en que se toca el problema de lainiciacin de los profanos o en que los autores hablan directamente a stos.No todos los mdicos, ni mucho menos, proceden con arreglo al consejo queda el autor de la obra Sobre la medicina antigua de guiarse inductivamente por

    2623aPLATN, Leyes. 857 C-D: ou)k i)areteij to\n nosou=nta a)lla\ sxedo\n . Cf. Leves,720 C-D, donde Platn da una descripcin similar de los dos tipos.

    2724 De vet. med., 2. Otro ejemplo en De aff., i. Vase infra, pp. 814 s.

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    la experiencia del propio enfermo. Otros proceden, segn sus dotes o segnlas ocasiones que se les brindan, precisamente en el sentido contrario, ydesarrollan ante un auditorio profano teoras de carcter general acerca de laesencia de las enfermedades, como el autor de la obra Sobre la naturaleza del

    hombre, o, como hace el autor de la obra Sobre el arte, ponen al pblico comojuez en el problema de si la medicina constituye o no una verdadera techn.En el Simposio de Platn, el mdico Erixmaco desarrolla ante los profanos, desobremesa, una larga e ingeniosa conferencia sobre la esencia del eros desde elpunto de vista de la medicina y de la filosofa de la naturaleza.28 En loscrculos cultos se prestaba gran atencin a estos temas. El entronque con lafilosofa de la naturaleza que estaba de moda por aquel entonces, era segura-mente lo que les daba inters. Jenofonte pinta en el joven Eutidemo, que mstarde se convertira en un ardiente partidario de Scrates, el nuevo tipo deeste hombre culto. Slo mantiene amores espirituales y ha comprado ya todauna biblioteca. sta se halla formada por obras de arquitectura, de geometray astronoma, y sobre todo por muchos libros de medicina.29 Es lgico que unacontecimiento como el de la gran peste que se desat en la guerra delPeloponeso engendrase toda una literatura mdica, afanosamente leda por elgran pblico. Esta literatura incit a un profano en cuestiones de medicinacomo el historiador Tucdides a describir en su famosa, exposicin lossntomas de la enfermedad, movindose por entre la muchedumbre de

    hiptesis contradictorias acerca de la causa de la epidemia y prescindiendode toda etiologa.30 Sin embargo, en su informe se advierte hasta en losdetalles terminolgicos el estudio de la literatura profesional.

    Aristteles comienza su obra Sobre las partes de los animales con estas palabras:31 "Ante toda ciencia, sea importante o insignificante, caben dos actitudes:una, la que merece el nombre de conocimiento cientfico, otra, la quepodemos designar preferentemente como una 796 especie de cultura(). En efecto, lo que caracteriza al hombre culto es el poder juzgarcerteramente si el que habla concibe la cosa de un modo exacto o falso. Paranosotros, la esencia del hombre culto en general y el hecho de serlo residen,por tanto, en la capacidad para hacer eso, con la diferencia de que porhombre culto en general entendemos aquel hombre que rene en su persona,por decirlo as, la capacidad de discernir acertadamente acerca de todo,

    2825 PLATN, Simp., 186 A-188 E.2926JENOFONTE.Mem., iv, 2. 8-10.3027TUCDIDES, II, 48, 3.3128ARISTTELES, Part. an., i, 1, 639 a 1.

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    mientras que stos de que ahora hablamos slo poseen esa capacidad dediscernimiento para un campo especial, pues tambin dentro de los camposespeciales existe indudablemente una forma de hombre culto quecorresponde a aquel tipo del hombre culto en general." Esta misma distincin

    que Aristteles establece aqu entre el investigador profesional de lanaturaleza y la persona simplemente culta en materia de ciencia natural (puesde esto se trata), se seala tambin de modo expreso en otro pasaje de laPoltica entre el mdico y el hombre culto en materia de medicina. En estepasaje, Aristteles32 seala incluso tres etapas del saber: la del mdicoprctico, la del investigador original, que a su vez trasmite al mdico susconocimientos, y el hombre culto en materia de medicina. Y tampoco aqu seolvida de aadir que este tipo de gente existe en todas las especialidades. Coneste ejemplo se propone dejar sentado que no es slo el poltico actuante, sinotambin el hombre culto en materia de poltica, quien puede tener unacapacidad de discernimiento; sin embargo, el hecho de que eligiese comoejemplo precisamente al hombre culto en materia de medicina demuestra queeste tipo de hombre abunda de modo especial en el campo mdico.

    La distincin entre el estudio de una materia simplemente para adquirir unacultura personal y el ocuparse profesionalmente de ella se presentaba yaentre los atenienses distinguidos de aquella poca, los cuales, aunque asistan

    con asiduidad a las conferencias de los sofistas distaban mucho de aspirar aconvertirse en sabios profesionales.33 Platn caracteriza ingeniosamente en elProtgoras esta reserva interior que abrigaban hasta los oyentes msentusiastas de los sofistas.34 Y otro tanto podemos decir, en lo tocante a lamedicina, del Eutidemo de Jenofonte, quien, aunque gustaba de leer libros decarcter mdico, se ech a temblar cuando Scrates le pregunt si querahacerse mdico.35 La variedad de intereses que se refleja en la formacin desu biblioteca de amateur corresponde precisamente a la naturaleza de estenuevo tipo de "cultura general". Por eso Jenofonte pone los dilogos deEutidemo expresamente bajo la rbrica de "Actitud de Scrates ante la

    paideia".36 Esto demuestra que dicha 797 palabra va adquiriendo cada vez

    3229ARISTTELES, Pol, iii, 11, 1282 a 1-7.3330 Cf. supra, pp. 291 ss.3431PLATN, Prot., 312 A, 315 A.3532JENOFONTE,Mem., iv, 2, 10.3633JENOFONTE,Mem., iv, 2, 1: Toi=j de\ nomi/cousi paidei/aj te th=j a)ri/sthj tetuxhke/nai kai\me/ga fronou=sin e)pi\ sofi/a w(j prosefe/reto nu=n dihgh/somai. Es el postulado de una cultura

    nueva y ms alta, cuya esencia no se ha esclarecido an, lo que Jenofonte ve encarnado enEutidemo. La paideia de Scrates debe mantenerse, naturalmente, por completo aparte de

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    ms este sentido entre ciertas capas sociales. No es nuestra misin investigaraqu una funcin especfica y concreta de la cultura, sino exponer sta en todala riqueza de sus manifestaciones. Entre ellas no poda faltar un tipo nuevo ytan lleno de consecuencias como ste. El concepto aristotlico del hombre

    culto en materia de medicina o de ciencia natural es menos confuso que eltipo descrito por Platn y Jenofonte. Aristteles entiende por la capacidad dediscernimiento que atribuye al hombre culto un cierto sentimiento en cuantoal modo adecuado de tratar un objeto y que no necesita envolverforzosamente el conocimiento de la verdad. ste slo lo posee el investigadorcientfico; en cambio, la capacidad de discernimiento puede tenerla tambinel hombre meramente culto, y no pocas veces el sentimiento de ste es ms defiar que el que abriga el hombre productivo con respecto a su propia obra. Laaparicin de esta esfera intermedia entre la ciencia profesional pura y el cam-po del profano absoluto es un fenmeno caracterstico de la historia de lacultura griega del periodo postsofstico. Aristteles la da ya por supuestacomo algo evidente por s mismo. Sus orgenes no se nos revelan en ningnotro campo con tanta claridad como en la antigua literatura mdica, tanpreocupada del proselitismo. En qu medida los conocimientos profesionalesde una ciencia pueden incorporarse a la rbita de la cultura es algo que sehalla condicionado por el estndar de lo selecto, frontera que ser siempreinsuperable. Tambin en Aristteles nos encontramos constantemente con la

    mxima tica, que le lleva asimismo a amplias consecuencias como polticode la cultura, de que una excesiva especializacin (a)kri/beia) es incompatiblecon una formacin libre del hombre y una autntica kalokagathia.37Principioste de la alta cultura de la nobleza que reaparece y se impone hasta en lapoca del triunfo de las ciencias especializadas.

    La situacin en que nos encontramos al "arte mdica" como la llamaban losgriegos en la literatura mdica ms antigua era lo bastante crtica parasuscitar en un ambiente como aqul el inters del gran pblico. Ms arribahemos intentado, mediante deducciones a base del arsenal de conceptoscientficos de que dispona la medicina en la poca de Hipcrates, reconstruirla influencia que la filosofa de la naturaleza ejerci sobre el pensamiento

    esto.

    37 34ARISTTELES, PoL, viii, 2, 1337 b 15:)/Esti de\ kai\ tw~n e)leuqeri/wn e)pisthmw~n me/xri me\n

    tino\j e)ni/wn metexein ou)k a)neleu/qeron, to\ de\ prosedreu/ein li/an pro\j a)kri/beian e)/noxon tai=jei)rhme/naij bla/baij. (Cf. lo que dice en 1337 b 8 sobre la eficacia del "trabajo banal").

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    mdico y formarnos una idea de la transformacin sufrida gracias a l por lamedicina antigua. Es verdad que hace falta tener cierta fantasa histrica 798para comprender en todo su alcance esta transformacin y representarse elabismo inmenso que separa a esta medicina cientfica de la fase primitiva que

    la precedi. Sin embargo, esta reflexin es necesaria para no considerar comoalgo evidente la existencia en el siglo de una ciencia mdica altamentedesarrollada. Es un peligro en que podemos incurrir fcilmente si tenemos encuenta que las ideas fundamentales de aquella ciencia mdica son todava, enparte, las que imperan hoy. aunque en el detalle la hayamos dejado ya muyatrs desde el siglo pasado. La lucha contra la primaca de las teoras de lafilosofa de la naturaleza, lucha de la que arranca nuestra tradicin histricaen materia de medicina, no es ms que un sntoma de las repercusiones deaquella grande y necesaria revolucin que por entonces estaba ya terminada,en lo esencial. La medicina se basa desde entonces en el conocimiento de lasrelaciones, sujetas a leyes, del organismo frente a los efectos de las fuerzas enque se basa todo el proceso de la naturaleza y tambin, por tanto, la existenciafsica del hombre, tanto en estado normal como en sus enfermedades. Elhaber conquistado esta premisa metdica segura abri nuevas perspectivasen todas las direcciones y el espritu griego, con aquella clara conciencia,aquella agudeza y aquella consecuencia que le eran innatas, se puso ainvestigar mentalmente hasta el fin cada uno de estos caminos, en la medida

    en que se lo permita la experiencia con que contaba. Era perfectamentelgico que al recoger los conceptos decisivos de la filosofa de la naturaleza,irrumpiesen tambin en la medicina e inquietasen los espritus de las masaslas ideas cosmolgicas de esta filosofa.

    Ya dijimos que algunos de los nuevos filsofos de la naturaleza comoEmpdocles derribaron las barreras divisorias y se aduearon a su vez de lamedicina. Se trasluce aqu el mismo rasgo sinttico que Empdocles revela alaunar el empirismo filosfico-natural con la actitud de un profeta religioso.Sus xitos como mdico prctico tenan que realzar necesariamente laimportancia de sus doctrinas mdicas. Su teora fsica de los cuatro elementosperdura en la medicina de los siglos siguientes como la doctrina de las cuatrocualidades fundamentales, lo caliente, lo fro, lo seco y lo hmedo. Secombinan de distintos y curiosos modos con la teora mdica de los humoresbsicos () y del cuerpo entonces imperante o desplaza incluso toda otrabase para convertirse en fundamento exclusivo de la medicina terica. A laluz de este ejemplo podemos ver claramente cmo las concepciones fsicas de

    la filosofa penetran en el campo de la medicina y de qu modos tan distintosreaccion sta a aquellas influencias, cmo unos capitularon de modo

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    completo ante el nuevo punto de vista para pensar en lo sucesivoexclusivamente dentro de los conceptos de caliente y fro, seco y hmedo,mientras que otros intentaban injertar esta nueva teora de las cualidades enla anterior teora de los humores y compaginarla con ella, y otros, finalmente,

    la 799 rechazaban como perfectamente inservible o como de inters secun-dario para el mdico. Este ejemplo ilustra claramente la curiosidad espiritualde los mdicos y la atencin con que seguan cuanto suceda en todo elmbito de la ciencia natural. La aplicacin precipitada de teoras nosuficientemente examinadas para la explicacin de fenmenos slo en partees un defecto achacable a la mentalidad griega, pues debe imputarseprincipalmente a la escasa experiencia acumulada en aquella poca. En lotocante a la fisiologa y a la patologa, el pensamiento terico estaba todavaen mantillas. Y no debe asombrarnos tanto la tendencia a generalizardemasiado o a esquematizar como la rapidez y la seguridad con que el geniomdico, preocupado ante todo de curar a los enfermos y con este objetivosiempre presente, se abstiene de especulaciones estriles por el momento ymantiene abierto el camino del verdadero progreso.

    Con este giro renovado hacia el empirismo y hacia la minuciosa observacinde los requisitos de cada caso concreto, el campo de la medicina como un arteindependiente se deslinda definitivamente de la simple filosofa de la

    naturaleza, despus de haber alcanzado el rango de ciencia con ayuda desta, y se convierte en rigor en una ciencia mdica. El desconocido autor de laobra titulada Sobre la medicina antigua es, antes que todo, quien propugna deun modo fundamental por esta orientacin. Y seguramente que no se hallabasolo en su poca, sino que era el portavoz de lo que en este caso podemosllamar con sinceridad una escuela. Y esta escuela no era otra que la deHipcrates, aunque ste no fuese personalmente el autor de la obra dereferencia, y en este sentido podemos afirmar que la escuela de Cos fue enrealidad la primera fundacin de la medicina como una ciencia especial conexistencia propia. Claro est que la tesis del autor era precisamente la de quela medicina no necesitaba de una fundamentacin nueva, puesto que hacamucho tiempo que era un arte verdadera y efectiva. Por eso repudia a losmdicos para quienes una verdadera techn exige un principio armnico alque puedan reducirse todos los fenmenos concretos, como lo hacen losfilsofos con sus sistemas.38 Segn el criterio del autor, este intento no con-duce, como se piensa, a la eliminacin de titubeos poco cientficos en el modo

    3835De vet. med., 1 ss. y 12.

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    de concebir las causas de las enfermedades, y menos an a una teraputicaacertada, sino simplemente a trocar por una hiptesis insegura la slida basede experiencia sobre la que ha descansado siempre la medicina. Es posibleque se sea el nico camino para transitar por los oscuros dominios de lo

    ignoto en que se mueve por tanteos la filosofa. Pero el mdico no puedemarchar por l sin abandonar todas las conquistas arrancadas trabajosamentepor la experiencia mdica en siglos y siglos de esfuerzo, desde sus orgenesprimitivos. Y el autor traza con rasgos enrgicos esta senda de desarrollopartiendo de la idea primitiva segn la cual el mdico es el hombre 800 quereceta sopas y cucharadas. Poco a poco, el hombre, a fuerza de pruebas, vadiferenciando sutilmente su alimento del de los animales y concibindolocomo algo aparte. Pero el alimento que el mdico prescribe para el enfermorepresenta ya una etapa superior, pues la alimentacin de una persona sanano sera menos perjudicial para el enfermo que la comida de un animal parael hombre sano.39

    Con este paso la medicina se convierte por vez primera en una verdaderatechn, pues nadie se expresara as tratndose de una cosa conocida hoy detodo el mundo como el arte culinario. Y, sin embargo, el principio sobre quedescansa la alimentacin del hombre sano y del enfermo es el mismo, en elfondo, a saber, el de lo adecuado.40 Pero el descubrimiento de este criterio no

    se llev a cabo por el mero hecho de distinguir entre alimentos pesados yligeros, sino que abarcaba tambin la determinacin de la cantidadconveniente para cada constitucin orgnica. Al enfermo le perjudica no sloel exceso de comida, sino tambin la escasez de ella. En la dosificacin de loque cada individuo puede soportar es donde se conoce el verdadero m-dico.41 ste es el hombre que sabe aplicar certeramente la medida adecuadaen cada caso. No existe una norma susceptible de ser fijada en cifras o en pesoy con arreglo a la cual pueda determinarse exactamente lo que conviene daren cada caso. Todo depende, pues, del tacto seguro (ai)/sqhsij), el nico quepuede suplir la falta de un criterio racional.42 Es aqu, por tanto, donde radicala fuente ms importante de errores del mdico prctico y puede considerarsecomo un gran maestro en su arte a quien slo cometa de vez en cuando

    3936 Ob. cit., 5 ss. y 8.4037 Ob.cit., 4 y 5 final.4138 Ob. cit., 8-9.4239 Ob. cit., 9: . a)/ o , ' . Tambin all se establece la comparacin entre el mdico y el navegante.

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    pequeos errores. La mayora de los mdicos se parecen a los malosnavegantes: cuando el tiempo es bueno o tolerable no salen a relucir suserrores de navegacin, pero cuando los sorprende una tormenta dura suincapacidad se pone de manifiesto ante todo el mundo.

    El autor de esta obra es enemigo de las generalidades. No est de acuerdo conla afirmacin de algunos "mdicos y sofistas" segn los cuales no se puedeentender nada de medicina sin saber lo que es el hombre, cmo ha nacido yde qu materias est formado. Desde un punto de vista terico, estosinvestigadores tenan indudablemente toda la razn y si de nuestrosempricos dependiese, la qumica mdica jams habra llegado a descubrirse.Pero desde el punto de vista de la teora de los elementos reinante a la sazny que representaba un conato demasiado tosco todava, sus reservas danprcticamente en el clavo. "Esta doctrina tiende a la filosofa, al modo comoEmpdocles y otros autores que han escrito sobre la naturaleza." Esto quieredecir que el autor a que nos referimos no ataca a Empdocles, 801 comogeneralmente se cree, interpretando mal sus palabras, sino que define lapalabra "filosofa", que en esta poca no tiene an el sentido que hoy solemosdarle.43 mediante el giro "al modo como Empdocles y otros". Y opone a latendencia de elevar la medicina al rango pretendidamente superior de lafilosofa de la naturaleza estas palabras llenas de orgullo: 44 "Yo entiendo que

    no es posible llegar a resultados exactos acerca de la naturaleza por otrocamino que no sea el de la medicina." Esta tesis, extraa para nosotros hoy,era absolutamente exacta en aquel tiempo. La investigacin de la naturalezano conoca an, por aquel entonces, la exigencia de la exactitud. La medicinaes la ciencia natural que establece esta exigencia antes que ninguna otra, ya

    4340 Cf. De vet. med., 20. El error de que esta polmica va especialmente dirigidacontra Empdocles y su escuela se manifiesta a travs de toda la literatura. Con la mismarazn podra apuntarse el nombre de Anaxgoras o el de Digenes. De modo parecidoa como Empdocles explica aqu la palabra filosofi/n ("afn espiritual", "estudio"),que en esta poca tiene an una acepcin vaga, transcribe Aristteles (Protr., frag. 5 b, ed.Walzer; 52, ed. Rose) el concepto de metafsica, para la que no exista an un trminotcnico, con el nombre de sus representantes ms conocidos: "Aquel tipo deinvestigacin de la verdad (a)lhqei/aj fro/nhsij) introducida por Anaxgoras yParmnides." Este dato es importante para la historia del concepto de filosofa, que sepretende siempre hacer remontar a los tiempos de Herclito, Herdoto e incluso de Pit-goras. El autor de la obra Sobre la medicina antigua prosigue: "Al decir esto (es decir, alhablar de filosofa a l'Empdocles), me refiero a aquel tipo de investigacin (i(stori/h)que ensea lo que es el hombre, de qu causa nace, etc."

    4441 De vet. med., 20.

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    que para ella todo resultado positivo dependa de la observacin exacta delos hechos concretos y lo que en ella se ventilaba era la vida humana. Elproblema de los problemas, para nuestro autor, no estriba en lo que elhombre de por s es, sino en "lo que es en relacin con lo que come y bebe y a

    cmo vive y a los efectos que todo esto produce en l".45 Y precave al mdicocontra la tendencia a creer que basta con decir: el queso es pesado, puesproduce trastornos si se come en exceso. Quiere que se le diga exactamentequ trastornos produce y por qu y con qu partes integrantes del organismohumano es incompatible. Por lo dems, afirma que los efectos de estealimento difieren completamente segn la naturaleza del individuo y que lasdistintas clases de alimentos pesados lo son por distintas razones. Enmedicina es ridculo, por tanto, hablar de "la" naturaleza humana en general.

    Los siete libros Sobre las epidemias que han llegado a nosotros trazan el fondoadecuado sobre el que se proyecta esta actitud emprica conscientementesobria, tpica de la nueva orientacin mdica.46

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    Contienen en su mayor parte historias clnicas sacadas de una prcticaprofesional indudablemente amplia que se extiende principalmente a lo largo

    de los pases y las islas del norte de Grecia. Los casos concretos se designanmuchas veces con nombres de lugares y personas. En ellos vemos brotardirectamente de la experiencia concreta de la medicina el edificio de la cienciamdica que nos revela en su conjunto las obras de la escuela hipocrtica. Laredaccin por escrito de estos "puntos de apoyo para la memoria"(u(pomnh/mata) constituye la mejor ilustracin del criterio metdico con el quevolvemos a encontrarnos de nuevo en Aristteles y segn el cual elempirismo debe proceder partiendo de las percepciones trasmitidas por lossentidos y mediante el recuerdo. Y sobre los datos empricos o suministrados

    4542 Ob. cit., 20.46 43 De aqu el ttulo de )Epidhmi/ai, es decir, "visitas a ciudades extranjeras". El visitar(e)pidhmei=n) no era solamente la forma en que actuaban los sofistas y los literatos, sinotambin la forma en que ejercan los mdicos ambulantes. Cf. PLATN, Prot., 309 D, 315 C;Parm., 127 A, y la obra autobiogrfica del poeta In de Quo que lleva el mismo ttulo.Sobre la obra hipocrtica, cf. ahora K. DEICHGRAEBER, "Die Epidemien und das CorpusHippocraticum", enAbhandlungen der Berliner Akademie (1938). Los autores de esta obra yde la titulada Sobre la medicina antigua son afines en espritu, pero difcilmente pueden serlos mismos.

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    por la experiencia se construye la techn, la verdadera teora. En esta obraSobre las epidemias colaboraron indudablemente varios autores. Su trabajo darelieve plstico a la grandiosa tesis con que comienzan los aforismoshipocrticos: 47 "La vida es breve, el arte largo, la ocasin fugaz, el intento

    arriesgado y el juicio difcil." Sin embargo, tampoco el autntico investigadorse contenta con los detalles, aunque slo de mala gana se aleje de ellos. Laverdad no puede disolverse nunca por entero en la infinitud de los casosconcretos y variables, y desde luego una verdad de este tipo no tendra granvalor para el hombre. De aqu que el pensamiento mdico de esta poca creepor vez primera el concepto de clases (ei)/dh) de naturaleza humana, de tipos,disposiciones, enfermedades, etctera.48 El eidos designa en primer lugar,adems, la forma, las caractersticas formales visibles de un grupo deindividuos, comparados con los de otro grupo. Pero luego se hace extensiva atodos los rasgos comunes que de algn modo puedan encontrarse encualquier pluralidad de fenmenos anlogos, adquiriendo, sobre todo enplural, la significacin de "tipo" o "clase". Tal es la clase de generalizacin queadmite tambin el autor con respecto a la medicina antigua.49 En cambio, serechazan las afirmaciones de estilo presocrtico, tales como la de que el calores el principio de la naturaleza y la causa de toda salud y enfermedad. En elhombre hay, segn este autor, lo salado y lo amargo, lo dulce y lo cido, lospero y lo suave y otras innumerables cualidades de distintos efectos que,

    estando mezcladas, no aparecen sueltas y no perjudican 803 tampoco alhombre.50 Pero tan pronto como alguna de ellas se disocia de las otras y actapor s sola, produce efectos perjudiciales. Es la antigua teora de Alcmen deCretona segn la cual el imperio exclusivo () de una sola fuerza enel organismo es la causa de las enfermedades, y el equilibrio (i)sonomi/h) de lasfuerzas la causa de la salud.51 El autor no admite, no ya la teora de las

    4744 Aphor., i, 1. DEMETRIO, Sobre el estilo, 4, cita la famosa frase como modelo del estiloseco y cortado cuyo ethos slo podra ser comprendido por los profesionales.

    4845 La aparicin del concepto de eidos, que aparece con frecuencia, sobre todo en plural,y el concepto de idea en las obras hipocrticas, ha sido investigada por A. E. TAYLOR,Varia Socrtica, pp. 178-267 y recientemente por G. ELSE, "The Terminology of theIdeas", en Harvard Studies in Classical Philology, 1936.

    4946 Cf. cap. 12, ei)dea, y cap. 23, , etctera.

    5047 Cf. cap. 15 final: lo caliente no tiene tanta fuerza (du/namij) como se le atribuye. Y encap. 14 (segunda parte) : las fuerzas que actan en el cuerpo, su nmero, clase, mezclaadecuada y sus alteraciones.

    5148 ALCMEN, frag. 4 Diels.

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    cualidades, sino tampoco la famossima teora de los cuatro humores, lasangre, el moco, la bilis amarilla y la bilis negra, que ms tarde y sobre todo apartir de Galeno se considerara como la base de la medicina hipocrtica.52 Enesto se opone rgidamente al dogmtico y esquemtico autor de la obra Sobre

    la naturaleza del hombre, atribuida durante algn tiempo a Hipcrates.

    Sin embargo, a pesar de toda la aversin que siente por todo lo que seafilosofa en el sentido de la poca, a pesar de la brusquedad con que se presentacomo un emprico redomado y con que deliberadamente quiere desconcertara la gente, no puede uno menos que asombrarse de la enorme cantidad deatisbos nuevos que se descubren en cuanto al pensamiento mdico en el autorde la obra Sobre la medicina antigua, atisbos filosficamente fecundos. Y hastatiene uno la impresin de que l mismo tena la conciencia de esto, aunque noapeteciese el ttulo de sofista. Es cierto que nuestros historiadores y fillogosde la medicina, siguiendo las huellas de este autor, suelen entender pormdico filsofo precisamente lo contrario de un investigador emprico, as:un hombre con la cabeza llena de teoras cosmolgicas y cuyo lenguajeretumba de frases grandilocuentes tomadas de las obras de los filsofospresocrticos de la naturaleza, al modo del autor de los cuatro libros Sobre ladieta, que tan pronto habla como Herclito como parece imitar a Anaxgoraso a Empdocles. Sin embargo, no era la reproduccin servil por parte de

    algunos mdicos de las teoras anteriores sobre la naturaleza lo que era confecundidad filosfico en la medicina, sino el modo original y verdaderamentecreador como los ms capaces de ellos se esforzaban en comprender la"naturaleza", partiendo de un fragmento de la naturaleza en conjunto quenadie antes de ellos haba escrutado tan profundamente y con una mirada tanclara para descubrir sus leyes peculiares.

    Vimos ya que Platn, con su seguro instinto, se pleg estrechamente desde elprimer momento a la medicina. Pero conviene que antes de seguir nosdetengamos a examinar aqu este entronque, pues 804 la accin de lamedicina sobre la filosofa de Platn y Aristteles ilustra mejor que nada laimportancia cientfica del nuevo mtodo y del nuevo modo de pensar de laciencia mdica. Es tanto ms oportuno examinar esto aqu cuanto que se tratadel problema verdaderamente central de la paideia. Es perfectamente lgico

    5249 Esto lo demustra ya la teora del "nmero infinito" de las fuerzas que actanen el cuerpo. Contra el aislamiento y la hipstasis de las cualidades, del calor, del fro, delo seco y de lo hmedo, usual por aquel entonces, Cf. su polmica en el cap. 15.

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    que Platn, al fundar su ciencia tico-poltica, no empezase apoyndose ni enla forma matemtica del saber ni en la filosofa especfica de la naturaleza,sino que tomase por modelo, como nos dice en el Gorgias y en muchos otroslugares, el arte mdica. En el Gorgias se esclarece a la luz de la medicina la

    esencia de una verdadera techn, tal como Platn se la propone, y se derivande aqulla sus caractersticas principales.53 La techn consiste en conocer lanaturaleza del objeto destinado a servir al hombre y que, por tanto, slo serealiza como tal saber en su aplicacin prctica. El mdico es. segn Platn, elhombre que a base de lo que sabe acerca de la naturaleza del hombre sanoconoce tambin lo contrario de ste, o sea el hombre enfermo, y sabe, portanto, encontrar los medios y los caminos para restituirlo a su estado normal.A este ejemplo se atiene Platn para trazar su imagen del filsofo, llamado ahacer otro tanto con el alma del hombre y su salud. El paralelo que Platnestablece entre su ciencia, la "teraputica del alma" y la ciencia del mdico ylo que lo hace posible y fecundo son dos cosas que ambas ciencias tienen decomn: ambas clases de saber derivan sus enseanzas del conocimiento obje-tivo de la naturaleza misma, el mdico de su conocimiento de la naturalezadel cuerpo, el filsofo de su comprensin de la naturaleza del alma; peroambos investigan el campo de la naturaleza a la que se consagran, no comoun montn informe de hechos, sino con la mira de descubrir en la estructuranatural del cuerpo o del alma el principio normativo que prescribe la

    conducta de ambos, la del mdico y la del filsofo y educador. El mdico da aesta norma de la existencia fsica el nombre de salud y ste es precisamente elaspecto bajo el cual abordan la tica y la poltica Platnicas el alma delhombre.

    Mientras que en el Gorgias el inters de Platn por la medicina recaeprincipalmente sobre el carcter y la forma de una verdadera techn, en otropasaje fundamental de sus obras en el que siente la necesidad de manifestarsesobre este punto, en el Fedro, se refiere ms bien al mtodo mdico. En lPlatn afirma que la medicina debiera servir de modelo para una verdaderaretrica.54 Por ello entiende aqu, lo mismo que en el Gorgias su propio "arte"filosfico-poltico, llamado a encauzar el alma del hombre hacia lo que

    5350PLATN, Gorg., 464 ss., especialmente 465 A, 501 A ss.

    54 51 PLATN, Fedro, 270 C-D. Cf. la literatura antigua sobre este pasaje en W. CAPELLE,Hermes, t. 57, p. 247. Aqu no podemos detenernos a examinar el modo como trata elproblema L. EDELSTEIN, ob. cit. (Cf. supra, p. 789, n. 14), pp. 118 ss., modo que yo consideroacertado en todas sus partes.

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    verdaderamente 805 es mejor para l: pero qu es, en este pasaje, lo decisivopara l en el mtodo de la medicina? Creo que esto se ha pasado siempre poralto ante la seduccin de las palabras pasajeras y medio humorsticas dePlatn sobre Pericles, del que dice que era un orador y un gua de almas tan

    formidable porque haba aprendido de Anaxgoras aquel torrente sublime depalabras (a)dolesxi/a) sobre la naturaleza. Y como a continuacin vuelve ahablar de que "sin la naturaleza en conjunto" no es posible penetrar en elalma y de que esto lo ilustra la medicina de Hipcrates, que aplica el mismoprincipio al conocimiento del cuerpo, se conclua de aqu que Platnconsideraba a Hipcrates como el tpico mdico basado en la filosofa de lanaturaleza, algo as como el hombre a quien el autor de la obra Sobre lamedicina antigua combate como un filosofastro. Pero la descripcin tan precisaque Platn traza en seguida del mtodo de Hipcrates se orienta en unadireccin completamente distinta, y lo que aqu dice se destinaexclusivamente a servir de modelo para la retrica y su arte de tratar lasalmas. Hipcrates, nos dice, ensea a preguntar siempre ante todo si lanaturaleza del objeto con respecto al cual deseamos adquirir un verdaderosaber y una verdadera capacidad es simple o multiforme () y si essimple a seguir investigando hasta qu punto es capaz de influir sobre otroobjeto determinado o de sufrir la influencia de ste; si, por el contrario, pre-senta mltiples formas (ei)/dh), a enumerar estas formas o tipos y a comprobar

    respecto a cada una de ellas lo que comprobaramos si se tratase de un objetosimple, preguntndonos cmo influye sobre otros o cmo es susceptible deser influido por stos.

    Esta descripcin del mtodo hipocrtico no encaja en el tipo de mdico queempieza el tratamiento de un resfriado con la definicin del universo y de sucausa primera. Encaja ms bien en el procedimiento seguido por el verdaderoobservador, procedimiento que encontramos aplicado siempre en los mejoresescritos del Corpus hipocrtico. Lo afn a la imagen de Hipcrates que trazaPlatn no es el adversario "filosfico" del autor de la obra Sobre la medicinaantigua, que nos habla de la naturaleza del hombre en general, sino por elcontrario el autor "empirista" de esta obra, que le objeta a aqul que lasnaturalezas de los hombres difieren cualitativamente y que, por tanto, losefectos producidos por el queso en sus estmagos respectivos tienen que sertambin necesariamente distintos. Claro est que sera precipitado concluirde aqu que el autor de esta obra fue precisamente el propio Hipcrates. Enefecto, sus rasgos caractersticos indican, por ejemplo, al autor del escrito

    Sobre la dieta y tambin al autor de la obra Sobre las epidemias. El fracaso de losintentos reiterados de desglosar de nuestro Corpus, partiendo de la

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    descripcin que Platn hace del mtodo hipocrtico, los escritos autnticos deHipcrates, no se debe solamente a la falsa interpretacin que se da al pasajede Platn, sino tambin a la vaguedad excesiva 806 de la caractersticacontenida en l, que atribuye especficamente a Hipcrates uno de los rasgos

    muy comunes a la medicina cientfica de fines del siglo y del siglo iv. Puedeque Hipcrates fuese el autor de este mtodo, pero entre as obras que hanllegado a nosotros figuran tambin, probablemente, algunas de otros mdicosdiscpulos suyos. Lo nico que cabe afirmar con seguridad es que la medicinadel autor de la obra Sobre la naturaleza del hombre, orientada haciageneralidades de la filosofa de la naturaleza, al que Galeno aplicaba laspalabras de Platn, o del tipo de aquella contra la que polemiza el autor de laobra Sobre la medicina antigua, representa lo contrario de lo que Platndescribe como el mtodo propio de Hipcrates, o sea el mtodo consistenteen analizar cuidadosamente la naturaleza (diele/sqai th\n fu/sin), en enumerarlos tipos (a)riqmh/sasqai ta\ ei)/dh) y en determinar lo adecuado para cada unode ellos (pro-sarmo/ttein e(/kaston e(ka/stw|).

    No hace falta conocer a fondo los dilogos Platnicos para comprender que elmtodo que Platn caracteriza aqu como el propio y peculiar de la medicinano es otro que el seguido por l mismo, sobre todo en las obras de su ltimapoca. Leyendo la literatura mdica se asombra uno, en efecto, de ver hasta

    qu punto se refleja en ella el criterio metdico de "Scrates", tal como Platnlo expone. Ya hemos visto que la medicina emprica, obligada por la prctica,empieza a "enfocar conjuntamente", agrupndolos en tipos o formas (ei)/dh),para decirlo con las palabras de Platn, los casos concretos de las mismascaractersticas comprobadas por ella en una larga observacin. Cuando sedistingue una variedad de estos tipos se habla en medicina de ei)/dh, perocuando se trata simplemente de la unidad dentro de la variedad, se empleaya el concepto de "una idea" (mi/a i)de/a), es decir, de un aspecto o de una faz.La investigacin de las expresiones eidos e idea y del modo como las empleaPlatn ha llegado, sin traer a colacin a los mdicos, a idntico resultado.55

    Estos conceptos metdicos, que los mdicos empiezan desarrollando conrelacin al cuerpo y a sus funciones, son trasplantados ms tarde por Platnal campo de problemas en que se concentraban sus investigaciones, al campode la tica y, partiendo de aqu, al de toda su ontologa. Ya los mdicoshaban reconocido como problema la multiformidad de las enfermedades y laposibilidad de establecer entre ellas numerosas divisiones ( ,

    5552 C. RITTER, Neue Untersuchungen ber Platn (Munich, 1910), pp. 228 ss.

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    ), esforzndose en indagar las clases de cada enfermedad,56 lomismo que hace Platn 807 con su mtodo dialctico de la clasificacin que lcaracteriza tambin como la diseccin y divisin de los conceptos generalesen sus diversas clases.57

    Cuando Platn compara la ciencia mdica con la filosofa, lo hace fijndosesobre todo en el carcter normativo de aqulla. Por eso pone como ejemplo deeste tipo de saber, al lado del mdico, al navegante, y otro tanto haceAristteles. Ambos toman este smil de la obra Sobre la medicina antigua, quees la primera que lo emplea en relacin con el problema de que estamostratando.58 Pero mientras que Platn, al recoger esta imagen, piensa ms bienen el conocimiento de la norma como tal, en Aristteles el mdico es tomadocomo modelo en otro sentido. Uno de los mayores problemas de la ticaaristotlica consiste en saber cmo la norma, aun teniendo un carctergeneral, puede aplicarse a la vida del individuo y al caso concreto quemomentneamente parece sustraerse a toda reglamentacin general. Estotiene una importancia decisiva, en lo que se refiere sobre todo a la educacin.De aqu que Aristteles distinga esencialmente entre la educacin individualy la educacin colectiva, apoyndose para ello en el ejemplo de la medicina.59Pero la medicina ayuda tambin al filsofo a resolver el problema de cmo elindividuo ha de encontrar la verdadera pauta de su conducta, ensendole a

    descubrir el comportamiento tico adecuado como un justo medio entre el5653 Cf. De victu ac., 3, donde se dice que ya los representantes de la escuela mdica deCnido daban importancia a la gran diversidad () de las enfermedades eintentaban establecer el nmero exacto de las formas de cada una de ellas, aunquedejndose llevar demasiado de la coincidencia en el nombre. Aqu se declara, pues,necesario, agrupar en un eidos varias formas de enfermedad. El autor de De flatibus, 2,representa el extremo en este sentido: niega la multiformidad () de lasenfermedades y afirma que slo existe un , aunque diferenciado en distintoscuadros patolgicos por sus diferencias de .

    57 53a Hay otro problema que interesa lo mismo a Platn que a los primeros mdicos. Devet. med., 15, dice que en la realidad no existe nada que sea de por s caliente o fro, seco ohmedo y que no guarde relacin con ningn otro eidos (mhdeni\ a)/llw| ei)/dei koinwne/on). Cf.PLATN, Sof., 257 A ss., quien habla tambin de una de la o del ei)/dh. (Cf. 259E.)

    5853b Por ejemplo PLATN, Rep., 299 C; ARISTTELES, t. nic., ii, 2, 1104 a 9; iii, 5, 1112 b 5 yDe vet. med., 9, segunda mitad.

    5953C Cf. ARISTTELES, t. nic., x, 10, 1180 b 7.

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    exceso y el defecto, por analoga con una dieta fsica sana.

    Para comprender mejor estas expresiones bastar recordar que la tica, segnAristteles, versa sobre la regulacin de los impulsos humanos, del placer y

    el dolor. Ya Platn haba aplicado los conceptos mdicos de la llenura y elvaco a la teora de las sensaciones de placer y adscrito sta al gnero en queexiste "un ms o un menos" necesitado de regulacin.60 Aristteles determinaeste criterio como el del justo medio, pero no concibe ste como un puntomatemtico fijo entre los extremos, ni como el centro absoluto de la escala,sino como el medio justo para el individuo de cuya conducta se trata. Pordonde el comportamiento tico es la tendencia a "centrarse" en el medio justopara cada cual entre lo mucho y lo poco.61

    808

    Todos los trminos empleados aqu por Aristteles, el concepto del exceso ydel defecto, del punto medio y de la medida justa, el del centrarse y el deltacto seguro (ai)/sqhsij), la repudiacin de una regla absoluta y el postuladode una norma adecuada a las caractersticas del caso concreto, son trminos ycriterios tomados directamente de la medicina y sirvindose como modelo,concretamente, de la obra Sobre la medicina antigua.62

    Nos cerraramos a la comprensin del espritu griego si quisisemos atenuareste hecho, en nombre, por ejemplo, de una "originalidad" interpretada y, portanto, desvirtuada en un sentido moderno. Es ste un criterio falso que slopuede servir para extraviarnos. Platn y Aristteles infunden a su doctrinauna autoridad mayor por el hecho de tomar como base una etapa deconocimiento alcanzada ya en un terreno paralelo. En el armazn de la vidagriega todo se halla relacionado y una piedra descansa sobre la otra. Y esimportante ver confirmado este tipo de estructura de la historia del esprituhelnico, que pudimos observar en cada una de las fases anteriores, ante un

    6053dPLATN, Fil., 34 E-35 B ss.

    6153eARISTTELES, t. nic., ii, 5, 1106 a 26-32; b 15; b 27. Cf. De vet. med., 9, citado supra, p.800, n. 39.

    6254 Ecos del pasaje De vet. med., 9, los encontramos tambin en la literatura mdica delsiglo iv; Cf. Diocles de Caristos, frag. 138 (ed. Wellmann) y la polmica que figura en laobra Sobre la dieta, I, 2 (ed. Littr, t. VI, p. 470, segunda mitad). El autor discute la

    posibilidad de adaptar con verdadera exactitud la regla general a la naturaleza individualdel paciente. Y ve con esto la falla inevitable de todo el arte de la medicina.

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    punto tan decisivo como el de la teora central Platnica y aristotlica sobre laaret del hombre. No se trata, sin embargo, como a primera vista podrapensarse, de simples analogas, sino de fundir toda la teora mdica sobre laacertada teraputica del cuerpo con la teora socrtica sobre el cuidado y la

    teraputica certeros del alma, para formar una unidad superior. El conceptoPlatnico y aristotlico de la aret del hombre abarca tanto las aretai del cuerpocomo las del alma.63 De este modo, la medicina se encuadra perfectamentedentro de la antropologa filosfica de Platn. Y contemplado desde estepunto de vista, aparece mucho ms claro el problema de si y hasta qu puntola ciencia profesional de la medicina debe figurar en la historia de la paideia.La ciencia mdica no slo fomenta la comprensin de los problemas y delpensamiento de la medicina en amplios crculos, sino que, concentrndose enuna rbita parcial de existencia humana, la del cuerpo, obtiene conocimientosde importancia decisiva para la composicin filosfica de una nueva imagende la naturaleza humana y, por tanto, para la ms perfecta formacin delhombre.

    De nada servira a nuestro propsito examinar con el mismo detalle elcontenido de la medicina de los griegos y su carcter. Una gran parte de ellaest formada por simples pormenores de tipo profesional que no tienen uninters directo para el fin que nosotros perseguimos. Sin embargo, la

    medicina de los siglos V y IV trae, 809 aparte de lo dicho anteriormente, algran proceso espiritual de la formacin del hombre helnico una aportacindirecta cuya importancia slo ha sido reconocida y desarrollada por la cienciamdica moderna desde hace poco tiempo: la doctrina referente a la conser-vacin de la salud del hombre. Es ste el verdadero hecho creador delespritu hipocrtico en materia educativa. Para comprenderlo, tenemos queproyectarlo sobre el fondo de la imagen total de la naturaleza que trazan lasobras de ciencia mdica de aquella poca. El concepto de la naturaleza es,como veamos ms arriba, un concepto omnipresente en el pensamiento delos mdicos griegos. Pero cul era su contenido concreto? Cmo conceba elespritu investigador de la escuela hipocrtica la accin de lo que se llamabalaphysis? Hasta hoy, no se ha hecho ningn intento sistemtico de determinarel concepto de la naturaleza en la antigua literatura mdica de los griegos, apesar de lo importante que sera para toda la historia del espritu del mundode entonces y de la posteridad. El verdadero mdico aparece siempre como elhombre que nunca desliga la parte del todo, sino que la enfoca siempre en susrelaciones de interdependencia con el conjunto. Y nuevamente podemos

    6355 Cf. supra, pp. 421, 534 ss.

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    tomar como punto de referencia el juicio emitido sobre Hipcrates en elFedro.64 En sus palabras, Platn tiene presente lo que nosotros llamarnos laconcepcin orgnica de la naturaleza. Con su referencia al mtodo de lamedicina, se propone poner de relieve la necesidad de que en todos los

    terrenos se comprenda de un modo certero, primordialmente, la funcin de laparte dentro del todo, determinando as lo ms adecuado para el tratamientode la parte. Y la medicina es precisamente la ciencia que sirve de modelo paraeste mtodo de investigacin. En el Fedn, Platn censura a la antiguafilosofa de la naturaleza65 por no haber tenido en cuenta el factor de laeducacin inmanente a un fin dentro del cosmos, factor que se hallarelacionado del modo ms estrecho con el mtodo orgnico de investigacin.Lo que echaba de menos en los filsofos de la naturaleza lo encontraba en laciencia mdica.

    Es cierto que la ciencia natural y la medicina del siglo XIX vean de otro modola medicina griega, y su prejuicio dogmtico sirvi a su vez de criteriodecisivo en cuanto al modo de abordar este problema en las investigacionesde historia de la medicina realizadas por los fillogos.66 Se saba,indudablemente, que en los mdicos 810 griegos de una poca posterior, ysobre todo Galeno, desempeaba ya un papel importante la concepcinteleolgica de los procesos naturales. Pero esto se deba, como a primera vista

    poda comprenderse, a que la influencia de la filosofa haba venido aempaar en este punto el pensamiento mdico. Por oposicin a Galeno se

    6456 PLATN, Fedro 270 C-D. Cf. supra, p. 804.

    6557 PLATN, Fedn, 96 A ss.

    6658 Esto no es aplicable solamente a la literatura sobre la medicina griega, sinotambin a una obra tan meritoria y tan llena de ideas como la de W. THEILER,Geschichte der teleologischen Naturbetrachtung bis auf Aristteles (Zurich, 1925). Esta obra secircunscribe esencialmente a los filsofos; por lo que se refiere a los mdicos, slocita, aparte de la figura tarda de Erasstrato (apndice, p. 102), ciertos paralelosaislados tomados del Corpus hipocrtico. Pero aparte de la comparacin de lanaturaleza con el arte consciente, que en Theiler ocupa an el primer plano del inters,merece sobre todo un serio estudio la accin inconscientemente teleolgica de lanaturaleza, tal como la profesa la escuela de Hipcrates. sta se ha convertido en la formade teleologa ms llena de consecuencias para la ciencia moderna, aunque no se explicasetodava en este sentido la palabra telos. Un viraje hacia un enjuiciamiento ms adecuado deeste aspecto de la medicina hipocrtica lo tenemos en A. BIER, "Beitrge zur Heilkunde", en

    Mnchener Medizinische Wochenschrift, 1931, nms. 9 ss.

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    consideraba a Hipcrates como un emprico puro, con lo cual se crea dar yapor sentado que el punto de vista teleolgico era incompatible con l. AHipcrates se le reputaba como uno de los grandes representantes antiguosde la actitud puramente mecnico-causal ante la naturaleza.67 La idea de la

    "medida", imperante en la obra Sobre la medicina antigua y que los mdicosgriegos consideraban como un criterio obligatorio general, nos lleva a pensarque ese modo de concebir el carcter de la medicina hipocrtica es, por lomenos, discutible. Al mismo tiempo, esa idea nos indica en qu sentido po-demos hablar aqu de teleologa. El mdico es el llamado a restaurar lamedida oculta, cuando viene a alterarla la enfermedad. En estado de salud esla propia naturaleza la que se encarga de implantarla,68 o bien es ella mismala medida justa. El concepto de "mezcla", tan importante y que representa enrealidad una especie de equilibrio justo entre las diversas fuerzas delorganismo, se halla estrechamente relacionado con el de la "medida" y el de la"simetra".69 La naturaleza acta a tono con esta norma pues as debemosllamarla plena de sentido y, desde este punto de vista, se comprende quePlatn

    hable de la fuerza, la salud y la belleza, con